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Alimentación del Bebé y el Niño Blog

Anorexia del primer año

Anorexia del primer año.

La anorexia del primer año es algo que ocurre a muchos niños: A partir del año empiezan a comer peor.

Cuando un niño cumple el año, come ya casi de todo y es habitual que haya probado ya la «comida de los mayores».

Los que hay alrededor (familiares, amigos…) cambian su idea respecto a la alimentación del niño. Dan por hecho que ya puede comer de todo. Y eso es como darles permiso para ofrecer constantemente comida de cualquier tipo al niño.

El resultado de juntar todo esto es que, de repente, un niño que hasta ahora comía más o menos bien, empieza a rechazar la comida a las «horas de comer.» ¿Qué ha pasado?

Pues simplemente que hemos pasado de ofrecerle comida entre 4 y 6 veces al día a hacerlo un número incontable de veces. No es raro que se haga 10-15 veces al día.

Ante tal oferta de comida, que desde luego no necesita, lo normal es que empiece a seleccionar. Y lo hace siguiendo sus preferencias de sabor y textura, no pensando en qué es lo que más le conviene. Casi todos los niños en esta situación prefieren:

  • Los lácteos azucarados.
  • Bebidas azucaradas.
  • Pan, galletas.
  • Pasta, arroz, verduras ricas en fécula como patata y zanahoria cocidas…

Y rechazan habitualmente las cosas con fibra, textura más densa y con sabores menos llamativos: Frutas, verduras de hoja, carnes y pescados…

Los que escogen son como vemos alimentos ricos en azúcares de rápida absorción. Con lo que sacian en seguida.

Si lo que comparamos es la comida habitual del niño con la nuestra, evidentemente el niño si puede escoger, prefiere la nuestra. Tiene sal y especias. Sabores, colores y texturas mucho más llamativas.

Una posible solución a la anorexia del primer año

Para empezar, es evidente que nadie puede comer bien 15 veces al día. Con lo que, si queremos que nuestro hijo vuelva a comer como antes en las comidas, debemos evitar ofrecer constantemente alimentos fuera de ellas.

Evitar especialmente bebidas y otros productos (galletas, pan, gusanitos…) ricos en azúcares. El motivo es simple. El azúcar regula el hambre: Cuando baja da hambre, cuando sube se pasa el hambre. Si toma cantidades pequeñas pero frecuentes de azúcar, no tiene hambre en ningún momento.

Si claramente prefiere nuestra comida y empieza a rechazar los purés, la solución es sencilla. Pretendemos que acabe comiendo lo mismo que nosotros. Pues si lo prefiere, pasad ya de los purés. A partir de ahora uno más a la mesa. El único problema es que al tomar sólidos es normal que coma algo menos de cantidad, ya que se cansará antes masticando la comida. Cuando esto ocurre basta con ofrecerle más comidas al día. Pero estamos hablando de pasar de sus 4-5 habituales a 5-6. No a 15 veces al día.

Qué es lo que os recomiendo que evitéis en la anorexia del primer año

Ante esta situación muchos padres se empiezan a pelear con los niños para que coman. Me parece muy mala opción. Lo único que lograréis será que la comida se convierta en algo desagradable para el niño. Como resultado, cada vez comería peor.

Otros optan por dar de comer al niño mientras lo entretienen con televisión, móvil…. Es la mejor forma de hacerlos comedores pasivos. Lo que es un problema con tendencia a prolongarse en el tiempo.

Y por último están los que hacen pasarela de menú en cada comida, probando a dar al niño 10 platos diferentes para ver si alguno le apetece. Y por supuesto acaban con la sensación de que de nada quiere. Esto no lleva a que el niño tenga una dieta cada vez más variada, sino al contrario, ya que suelen escoger con mucha frecuencia un grupo muy restringido de alimentos.