Esto es algo que todos los padres han notado: Porqué si tu hijo está llorando cuando estás sentado se calla si te levantas y vuelve a llorar si te sientas.
Este post es en respuesta a un Peketema solicitado en nuestra comunidad de Facebook. Y vamos a darle un matiz humorístico, porque lo tiene.
Todos sabemos que los bebés son algo bastante misterioso y que para muchas de las cosas que hacen no tenemos una explicación científica.
En este caso hablamos de algo que todo el que trata con bebés observa: «El altímetro»
Lo llevan de serie, no tenemos ni idea de en qué recóndito lugar del cerebro está localizado, pero los niños tienen un altímetro de precisión que les permite diferenciar cuando estamos sentados o de pie. Medio metro de diferencia y lo detectan los muy puñeteros. Cuando estás sentado llora, te pones de pie y se calla. Te vuelves a sentar y vuelve a llorar… Hay algunos que lo tienen tan perfeccionado que les funciona incluso dormidos…
Deber de ir junto con el giroscopio que detecta movimiento. Porque llega un momento que tampoco sirve con estar de pie. Empieza a llorar y hay que moverse. Balanceos arriba y abajo, andar (si te paras llora), giros… Lo que sea menos estar quietos. Se calla, paras y llora de nuevo.
Quien diseñó a los bebés lo hizo con el firme propósito de evitar el sedentarismo de los padres… ¡¡Pues todos los padres nos hemos acordado del diseñador alguna vez!!
Ya centrándonos un poco: Necesidad de estímulos en bebés.
Los bebés tienen muchas necesidades diferentes. Necesitan respirar, beber, comer, afecto, una temperatura agradable… Y estímulos.
El cerebro del bebé es una esponja y necesita absorber información. Cuando una situación se prolonga y no recibe estímulos nuevos surge la necesidad de proporcionarle otros diferentes. Esto, que puede agotar a cualquier padre o madre, es un elemento esencial para conseguir algo increíble: La capacidad del cerebro del bebé para ir adaptándose a su entorno.
La supervivencia del ser humano no puede permitirse que en esta fase inicial del desarrollo el cerebro quede inactivo, cómodo y sin estímulos que procesar.
Cuando un bebé se calma al cambiar de postura, de habitación o dando un paseo lo que le estamos proporcionando son estímulos nuevos. Algo que es para él una necesidad constante.
Como en cualquier otra necesidad biológica hay individuos que parecen demandar más y otros menos. De forma que algunos bebés son especialmente demandantes. Son los que llamamos Bebés de Alta Demanda.
Incomodidad y cambio de postura
Un bebé es un ser con muy poca movilidad. ¿Alguna vez has tenido que guardar cama durante un tiempo prolongado por una enfermedad?
Quien no lo ha hecho puede que vea como algo atractivo pasar unos días sin moverse de la cama. Pero la realidad es que es muy, muy incómodo.
Cuando el cuerpo mantiene un postura continuada se produce compresión continua en algunas zonas. Eso hace que les llegue menos riego sanguíneo y los tejidos se quejen generando sensaciones de dolor. Este fenómeno es la causa de las escaras que aparecen en los enfermos crónicos que no pueden moverse.
Y los músculos necesitan moverse. Cuando mantenemos posturas invariables algunas fibras musculares se contraen de forma independiente y a veces empiezan a generar contracturas (llega un momento que les cuesta relajarse). En esa situación hay zonas donde empieza a faltar el riego de sangre y alertan produciendo dolor.
La solución en todos los casos es ofrecer movimiento y estímulos al bebé. No es una forma de «amargarle la existencia a sus padres», sino la petición de que le ofrezcamos algo que necesita.
Conforma un niño crece y va adquiriendo movilidad, desarrolla la capacidad de darse a si mismo lo que necesita en este aspecto. Se mueve cuando está incómodo, busca estímulos cuando se aburre.
Tomadlo con tranquilidad, porque es una fase normal en el desarrollo del bebé. Pasa antes si tienes ayuda, si lo tomas con buen humor y si entiendes que es normal que ocurra y que mejorará conforme crezca.