En los primeros días de un recién nacido es normal que aparezcan callos-ampollas en los labios. Es lo que llamamos callo de succión.
Los bebés recién nacidos no trabajan con pico y pala. Pero hay algo con lo que no paran de trabajar. Los labios.
Comen con muchísima frecuencia. Y es algo que no hacían antes de nacer.
Como cualquier zona de piel, con el roce, se estimula la producción y acumulación de queratina formando callos.
Acaban apareciendo unos callos de succión en los labios que parecen como almohadillas blanquecino-transparentes.
Más tarde o más temprano pueden ir desprendiéndose y saliendo de nuevo, hasta que la piel del labio se acostumbra al roce y dejan de formarse en torno al segundo mes.
No tienen mayor importancia. No duelen y no hay que hacerles nada. Lo único que hay que evitar es intentar desprenderlos, ya que en ocasiones al hacerlo podemos hacer alguna heridita en el labio.
Si esto ocurriese aplica simplemente vaselina hasta que curen.
Esto es una de las muestras de cosas que son normales en los bebés pero nos sorprende. Y de que tener información puede evitar preocupaciones innecesarias.