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Empacho en bebés de 1 mes

Empacho en bebés de un mes.

Empacho en bebés es cuando comen más de lo ideal. Muchos padres lo temen, pero a veces por evitarlo se generan problemas mayores.

Hay quien dice que un bebé puede seguir comiendo mientras tenga comida disponible. No es cierto.

Si ofreces a cualquier bebé una cantidad ilimitada de leche llega un momento en que no quiere más.

Esa cantidad no es la misma en dos bebés diferentes. Ni es la misma siempre en un bebé concreto.

Al tratarse de seres vivos que se adaptan a un ambiente cambiante sus necesidades de alimento se modifican constantemente.

Yo siempre defiendo que la alimentación de los lactantes debe hacerse a demanda. Lo que significa ofrecer alimento ilimitado siempre que el bebé lo pida.

En ciertas situaciones incluso recomiendo ofrecer antes de que lo pida:

Cuando un bebé come con más frecuencia de día que de noche. En estos casos recomiendo ofrecer durante el día con tanta frecuencia como pide de noche. Así lograremos que de día coma más y duerma menos, haciendo lo contrario de noche.

Cuando un bebé come con ansiedad. En estos casos es que estamos ofreciendo al bebé una cantidad escasa para él o con una frecuencia insuficiente. Sea porque sólo le damos de comer cuando llora o porque sea dormilón y cuando por fin se despierta está ya desesperado por comer. En ambos casos la solución para que coma más tranquilo es ofrecerle antes.

Cuando un bebé echa muchas bocanadas. A pesar de lo que muchos piensan, si espacias las tomas lo normal es que las bocanadas aumenten, ya que al comer con más hambre tomará más cantidad de golpe que si hace más tomas. Cuando hace tomas más frecuentes acaba convenciéndose de que no le vamos a «matar de hambre» y acaba tomando más tranquilo cantidades menores que retiene con más facilidad.

Pero cuando recomiendo esto, lo habitual es que los padres manifiesten «miedo al Empacho».

¿Qué es un empacho?

Un empacho es cuando dejamos acceso libre a la comida, y la cantidad que se toma es claramente superior a lo ideal. Entendiendo por ideal aquella cantidad que no genera problemas.

Está claro que la barriga de un bebé es un espacio limitado. Es flexible, pero limitado.

Cuando el estómago o el intestino se llenan demasiado pueden aparecer molestias.

Es un dolor intermitente. A ratos muy fuerte, a ratos más pasable.

Pero los momentos en los que es intenso puede ser Muy Intenso.

Cuando ocurre el bebé reacciona en primer lugar moviendo el intestino para intentar vaciar la barriga. Lo que vemos es que el bebé da apretones o pujos y se encoge, intentando hacer presión para que el contenido del intestino salga.
Si no lo consigue es cuando aparece el dolor cuando la presión es excesiva.

Decimos que el bebé está empachado cuando esto ocurre. Cuando ha comido tanto que le genera molestias.

Ante esto surge la pregunta ¿qué debo hacer para que no se empache?

Y la respuesta es «nada». Aún teniendo esto claro mi recomendación sigue siendo que no le dejes con hambre, que si te pide le des y que lo hagas hasta que no quiera más.

Os explico porqué.

Si por miedo al empacho limitamos la cantidad de comida que damos a un niño por debajo de lo que su cuerpo le pide, tenemos garantizado que cuando coma lo hará con ansiedad.

Al comer con ansiedad se tragan más gases. Y esos gases en exceso producen las mismas molestias que el temido empacho.

Esta opción es peor que la de dejarle que se empache.

Lo es porque cuando un niño se empacha, llega la siguiente toma y suele comer menos. Pasan unas cuantas tomas y vuelve a comer con alegría. Tal vez se vuelva a empachar. Pero finalmente, a fuerza de que le siente mal cuando se pasa, acaba aprendiendo a no hacerlo.

Esto significa que dejándole acceso libre a la comida acaba autoregulándose.

Pero ¿qué pasa cuando por miedo al empacho limitamos su acceso a la comida?

Pues que lo que aprende es que la comida es algo escaso que necesita y cuando la consigue la tomará con ansiedad. El hambre no es algo a lo que uno pueda acostumbrarse. Puedes, dentro de ciertos límites aguantarte con ella. Pero en cuanto puedes saciarla lo haces.

Con lo que el llanto en los niños a los que se limita el acceso al alimento para evitar el empacho acaban llorando mucho más: Unas veces lloran por hambre, otras porque tras comer cuando por fin se les permite siguen con hambre. Y por fin, con gases por haber comido con desesperación.

Por tanto, confía en la capacidad de tu hijo de autoregularse y aprender. Dale la oportunidad de que se empache. Tras hacerlo varias veces aprenderá a evitarlo y los llantos desaparecerán.

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El recorrido del agua en el cuerpo de un niño o bebé

El agua es el principal componente del cuerpo del bebé. Es importante mantenerlo hidratado y hacerlo con agua de buena calidad.

El agua es el principal nutriente del organismo. Este vídeo explica fácilmente el camino que sigue en el organismo de un niño o bebé.

El agua es el nutriente más importante de los seres vivos. Para los seres humanos no es una excepción.

Y los niños tienen una mayor proporción de su cuerpo en forma de agua.

El vídeo nos muestra de forma esquemática algunos detalles importantes:

  • El agua entra en forma de líquido o con los alimentos.
  • En el intestino la absorbemos y pasa a la sangre.
  • La circulación la lleva a todos los puntos del organismo. Sirve de base de transporte, pasa a los tejidos ocupando espacio entre las células y en su interior.
  • Arrastra además los desechos del organismo que son purificados en el riñón y expulsados en la orina.
  • Pero no todo el agua que ingerimos es absorbida. Una parte debe quedar en las heces. Cuando esa cantidad es muy baja nos estreñimos. Cuando es demasiada aparece la diarrea.
  • La perdemos además a través de la respiración, en la mucosidad y con el sudor…

El cuerpo debe mantener una cantidad casi constante de este elemento. Y está muy bien preparado para hacerlo. Pero cuando hay pérdidas extraordinarias puede necesitar un aporte de agua por encima de lo normal.

Las situaciones que pueden hacer perder agua con más facilidad a un bebé o un niño son:

  • Diarrea. Cuando hay una irritación en el intestino que impide que absorba el agua que el cuerpo necesita. Aunque estemos tomándola en cantidad adecuada, se pierde.
  • Vómitos. Una irritación del estómago hace que lo que entra en él no pase hacia el intestino, sino que se retenga y sea expulsado por arriba. Suele ocurrir cuando el estómago detecta algo que le daña y se activan mecanismos para expulsarlo en lugar de permitir que pase hacia el intestino y lo dañe.
  • Fiebre. Cuando el cuerpo sube su temperatura puede perder agua por dos vías: Sudando y con la respiración, ya que cuanto más sube la fiebre más se acelera la respiración y más agua sale en ella.
  • Exceso de calor en el ambiente. Por ejemplo si dejamos a un bebé en la playa en las horas centrales del día. Aunque esté bajo una sombrilla puede estar a temperaturas muy superiores a 40º C. Y en esas condiciones la única vía para mantener la temperatura del cuerpo es sudar.

Aporte adecuado de agua

En todas estas situaciones es especialmente importante aportar cantidad suficiente a niños y bebés para evitar la deshidratación. Y será mucho más acuciante cuanto menor sea la edad del bebé. Ya que en los más pequeños la capacidad de adaptación es menor.

Cuando falta en el organismo hablamos de deshidratación. En un bebé suele notarse porque la boca está seca, la piel pálida y las ojeras marcadas.

Lo ideal para evitarlo es aportar cantidades pequeñas pero frecuentemente. Así suele ser mejor tolerada que si damos mucha cantidad de golpe. Especialmente será recomendable fraccionar las tomas cuando el bebé presente vómitos o diarrea. Porque cuando toma cantidades más pequeñas es más fácil que se retenga y asimile. Cuando toma cantidades mayores es más probable que se desencadene el vómito o el retortijón que acabe en diarrea.

En el cuerpo hay un equilibrio importante entre minerales y agua. Cuando aportamos un exceso de minerales deben ser eliminados por el riñón. Es parte de su trabajo. Entre las cualidades a destacar de un agua buena para niños y bebés está el hecho de que tenga una mineralización baja. Ya que si no es así, para el riñón supone una sobrecarga tener que eliminar constantemente una cantidad mayor de minerales que el cuerpo no necesita.

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Biberones Anticólicos

biberones anticólicos y su papel real en la solución del Cólico del Lactante.Biberones anticólicos como remedio para el Cólico del Lactante. Pueden ser parte de la solución, pero no lo remedian por sí solos. Tipos y utilidad.

Qué es el Cólico del Lactante

No todos los bebés lloran lo mismo. Suele hablarse de Cólico del Lactante cuando un bebé «teóricamente sano» menor de 3 meses llora más de 3 horas al día de forma inconsolable, más de 3 días por semana, más de 3 semanas seguidas. Esto es lo que define la regla de Wessel que se usa clásicamente para definir el cólico.

Os marco entre comillas «teóricamente sano», porque yo soy un convencido de que el cólico del lactante, cumpliendo esa definición, no existe. Para mí, cualquier bebé que llora de forma inconsolable (es decir, que no deja de llorar si cubrimos sus necesidades) es porque algo le duele. Y siempre hay una causa para ese dolor. Luego no está sano.

Para los que queráis un abordaje más a fondo de mi enfoque sobre el Cólico del Lactante podéis entrar en mi página Bebé sin Cólico. Lo que explica es cuáles son las causas más frecuentes de lo que confundimos como Cólico del Lactante. Aclara también cómo identificarlas y cómo resolverlas para acabar con el Cólico de un bebé concreto.

Qué son los Biberones Anticólicos

Si por algo se caracteriza el Cólico del Lactante es porque, como en todos los problemas de difícil solución, la lista de remedios ha ido creciendo cada vez más. Uno de los últimos en llegar ha sido una amplia gama de Biberones Anticólicos que prometen eliminar el llanto del bebé.

Os explico en lo que consisten y el porqué de su existencia.

Cuando un bebé toma el biberón está extrayendo leche de un recipiente cerrado cuya única salida es la abertura de la tetina por la que chupa la leche.

Si un bebé toma el biberón con ansiedad está generando una presión negativa al sacar la leche. Llega un momento en que esa presión es tan fuerte que:

  • Puede generar molestias en los oídos.
  • Obliga al bebé a interrumpir la toma para dejar que entre aire a través del orificio de la tetina hasta que se equilibra la presión.
  • El aire pasa a través de la leche oxidándola, lo que degrada algunos de sus componentes, como vitaminas, hierro… empobreciéndola.
  • Hace que el bebé coma con más ansiedad. Porque no le permitimos que tome la leche al ritmo que desea hacerlo. Lo que favorece que trague gases al comer.

Los biberones anticólicos añaden simplemente algo que permita entrar al aire conforme el bebé extrae la leche. Esto hace que el bebé pueda regulara el ritmo de salida de leche que desee con menos esfuerzo. Y además conservando mejor las cualidades nutricionales de la leche y evitando el dolor de oídos por presión negativa.

Tipos de Biberones Anticólicos

Para permitir la entrada de aire mientras el bebé extrae leche hay distintas soluciones:

  1. Un segundo orificio en la tetina que deje entrar aire en el biberón pero no salir a la leche. Soluciona la presión negativa, permite al bebé regular el ritmo de alimentación y evita el dolor de oídos. Pero no evita que el aire que entra pase a través de la leche oxidándola.
  2. Un sistema algo más complejo con un Tubo que lleva el aire directamente al fondo del biberón sin que atraviese la leche. Así cumple con todo lo anterior y además conserva mejor las cualidades nutricionales de la leche. Son levemente más complicados de montar y limpiar que los de la primera opción.

Cada tipo de biberón tiene formas de tetina diferentes. Y es otro factor a tener en cuenta, porque cada bebé se las apaña mejor con una forma concreta.

Yo suelo recomendar la segunda opción siempre que el bebé no rechace expresamente ese tipo de tetina.

En los casos en los que el biberón lo vamos a usar sólo de vez en cuando, en una lactancia materna suplementada (sea con leche materna o artificial) podéis usar el primer tipo, si os resulta más cómodo y el bebé prefiere alguno de esos modelos.

Pero cuando va a alimentarse completamente con Leche artificial a través del modelo de biberón que escojamos lo mejor es usar uno de los del segundo tipo, que conserve mejor las cualidades nutricionales de la leche.

Utilidad de los Biberones Anticólicos ¿Por qué no pueden resolver el Cólico por sí solos?

De las muchas causas que pueden dar lugar a Cólico del Lactante, una de ellas, es que el bebé coma con ansiedad.

Pero es sólo una de muchas causas. En unos pocos bebés puede que sea la única. Pero mucho más que el biberón con el que come la ansiedad depende de la frecuencia y cantidad de alimento que le ofrecemos.

Incluso sin usar biberones anticólicos un bebé en el que la ansiedad sea la única causa de Cólico mejora si le ofrecemos alimentarse libremente, con más frecuencia y hasta que se sacie.

Pero es verdad que aunque lo hagamos se mantiene la ansiedad por comer un tiempo, y que este se reduce si usamos biberones anticólicos.

De hecho, usar estos biberones no genera problemas en niños sin cólico. Por lo que cuando me preguntan yo recomiendo usar estos modelos de biberón en todos los bebés.

Si tu hijo tiene cólico del lactante te recomiendo que entres en este artículo para obtener más información:

Bebé sin Cólico

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Cómo evitar los gases del bebé: 3 claves

Medicamentos que no funcionan en el cólico del lactanteEvitar los gases del bebé es posible. Basta con entender las 3 causas más frecuentes y tratarlas adecuadamente para que se reduzcan de forma evidente.

Muchas veces al hablar de gases en el bebé o de Cólico del Lactante, que os aclaró que no es lo mismo, parece que fuese una maldición bíblica. Sin que haya una causa identificable, parece que a unos bebés les toca y a otros no.

Pues no es el caso. Todo bebé que tiene una cantidad de gases significativa, lo hace por motivos siempre identificables. Y lo más importante: Tratables. Por tanto sí que se pueden evitar los gases del bebé. Pero hay que entender las causas.

A mí me gusta simplificar mucho las cosas para que se entiendan. Y ese es el abordaje que tomé cuando me planteé cómo evitar los gases de los bebés.

Entender 3 ideas para evitar los gases del bebé

Si un bebé tiene muchos gases en su tripa no hay muchas formas de que esto ocurra. Básicamente el aparato digestivo es un tubo. Si en su interior hay muchos gases es porque:

  1. Entran muchos más gases de lo normal.
  2. Se fabrican en su interior muchos gases.
  3. Salen menos gases de los que deberían.

No hay más. Estas son las 3 causas genéricas que pueden explicar que un bebé acumule más gases de lo normal. Vamos a explicar cada una de esas vías para entenderlas y que identifiques en tu bebé las que pueden estar causando el problema.

¿Qué entendemos por muchos más gases de lo normal?

Pero antes de entrar en materia me vais a permitir que haga una aclaración: Cuándo debemos preocuparnos y hacer algo para evitar los gases del bebé. 

Os lo digo porque, todos los bebés tienen gases, y eso no implica que haya un problema en todos ellos.

Suelen interpretarse como problemas de gases muchas cosas que son, primero normales, y segundo, inevitables.

Por ejemplo, no son problemas de gases por los que tengamos que preocuparnos:

  1. Cuando un bebé no echa los gases después de cada toma. Pues eso. Que no es un reloj que toca las horas sistemáticamente. Que a veces echan los gases por arriba y otras por abajo. Y hay niños que raramente eructan después de las tomas. Pero si un niño no tiene molestias significativas por culpa de los gases es que no debemos preocuparnos, aunque no eche los gases tras la toma.
  2. Cuando un bebé da apretones con frecuencia como intentando hacer caca. Los bebés tienen un intestino muy activo. Se mueve con facilidad. Y más en cuanto empezamos a llenar el estómago. Es un reflejo que hace que la tripa haga sitio para la comida nueva que llega. Algunos bebés hacen caca en cada toma, pero si no es así mueven la tripa en cada toma. Con lo que cómo se alimentan comiendo con frecuencia tienen «apretones» casi todo el día. Dar apretones no es malo, es algo que va a seguir haciendo y que no podemos tratar. Si no hay dolor que le cause llanto, no consideramos que haya un problema en el que tengamos que plantearnos cómo evitar los gases del bebé.
  3. Cuando un bebé echa muchos gases. Sea por arriba o por abajo, si un bebé expulsa lo que creamos muchos gases, pero no tienen molestias, no hay problema. ¡Mejor fuera que dentro! De hecho el problema es cuando a pesar de echar muchos sí que tiene molestias, porque es signo de que realmente tiene tantos gases que a pesar de los muchos que salen quedan los suficientes para causar dolor.

Vamos ya al meollo de la cuestión.

Evitar los gases del bebé reduciendo los que entran

La razón esencial por la que entran muchos gases en la barriga de algunos bebés es Comer Con Ansiedad.

Y el motivo suele ser que el bebé no está recibiendo el alimento que necesita. O en cantidad o en frecuencia.

Cómo diferenciar una opción de la otra para saber cómo actuar:

– Cuando un bebé come poco, notamos que come con ansiedad y la ganancia de peso es escasa.

– Cuando un bebé come bastante pero con poca frecuencia, notamos que come con ansiedad y la ganancia de peso es suficiente o incluso por encima de lo normal.

La solución para empezar es ofrecer al bebé las tomas con más frecuencia.

Suelo recomendar, darle cada vez que pida, aunque haga 10 minutos de la última toma. Y si no pide, durante el día ofrecerle no dejando más de dos horas sin hacerlo. De noche, déjale descansar y hazlo tú.

Sólo me plantearía que puede necesitar más alimento además de con más frecuencia si, a pesar de ofrecerle con mucha frecuencia el bebé se queda con hambre tras la toma y la ganancia de peso es escasa.

Evitar los gases del bebé reduciendo los que se producen en su tripa

Hay dos formas de que se produzcan muchos gases en la tripa de un bebé:

  1. Que tenga una flora intestinal que fabrique muchos gases. Cuando un bebé nace no hay gérmenes en su intestino. Pero desde el primer día de vida empiezan a entrar y a colonizarlo. Si esos gérmenes son buenos, en lo que puede influir mucho que el parto sea vaginal o cesárea (el parto vaginal se asocia a una mejor flora que la cesárea), producen menos gases y nos ayudan en la digestión de los alimentos. Pero si no son los buenos pueden fermentar produciendo más gases, más malolientes y con toxinas que irritan el intestino.
  2. Que tenga una alergia o intolerancia a algo de lo que está comiendo. Es decir que en la leche haya algo que no le siente bien. Cuando toman biberón puede ser la lactosa o las proteínas de la leche de vaca. Hay alternativas para ambos casos. Si lo que toma es el pecho, puede ser algún alimento de los que toma la madre. Olvídate de los alimentos que pueden producir gases, no son esos. Si tú comes garbanzos los gases son para ti, no para el bebé. El problema más frecuente es que la madre tome algún alimento al que el bebé es alérgico. Los más habituales son leche de vaca, huevo, pescado…

Podemos evitar los gases que se producen en su tripa dando un probiótico que siembre «bichitos buenos» en su tripa o eliminando los alimentos que no tolera de su alimentación o de la de la madre, si toma pecho.

Evitar los gases del bebé aumentando los que salen

En otros niños el problema es la salida. Y no me refiero a los eructos. La mayoría de los gases no salen por arriba, sin por abajo. Un bebé puede estar perfectamente sin eructar, pero cuando no salen bien por abajo es cuando aparecen los problemas.

Aquí hay que diferenciar el estreñimiento real (caca dura) del Pseudo-estreñimiento del lactante (no hace con frecuencia y tiene molestias, pero cuando sale es blanda).

En el primer caso (caca dura) puede ser necesario el uso de laxantes. Recuerda no usarlos si la caca es blanda, aunque pase días sin hacer, porque dar el laxante si la caca es blanda suele empeorar las molestias.

En el caso de pasar varios días sin hacer caca, que cuando sale sea blanda, pero que se acompañe de molestias que empeoran conforme pasan los días sin hacer y mejoran el día que hace, la solución es ayudarle a relajar el ano para que abra cuando tiene retortijones, vacíe y se quede a gusto. Para eso pueden usarse sondas rectales, enemas…

Mi recomendación es que si tu hijo llora por culpa de los gases valores cuál o cuáles de la causas descritas puede estar en su origen y las trates todas a la vez para evitar los gases.

Cuando lo hacemos bien suele notarse una mejoría evidente en menos de una semana.

Hay otras causas que pueden estar en el origen de un cólico del lactante. Te recomiendo que leas la presentación de nuestro sistema de ayuda Bebé Sin Cólico. 

Bebé sin CólicoOtra alternativa si quieres mi ayuda personalizada es que me hagas una Consulta Online.

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Lactancia Mixta

lactancia-mixta

Lactancia mixta: Cuándo está indicado y cómo adecuadamente sin que perdamos la lactancia materna pero garantizando que el bebé se alimente bien.

Qué es Lactancia Mixta

En los primeros meses de vida un lactante se alimenta sólo de leche.

Pero tenemos varias opciones:

  • Lactancia Materna. Supongo que ya conocéis todas sus ventajas. Es alimentar al bebé con la leche que produce su madre.
  • Lactancia Artificial. Es alimentar al bebé con leches que se fabrican intentando que se parezcan lo más posible a la leche materna. Para alimentar a aquellos bebés que no reciben lactancia materna.
  • Lactancia Mixta. Es cuando usamos ambas opciones. Son bebés que toman leche materna, pero por alguna razón reciben además leche artificial.

Situaciones más frecuentes que llevan a una Lactancia Mixta

Podemos llegar de muchas formas a la Lactancia Mixta, pero yo destacaría dos:

  • Escogida.
  • Porque lo precisa el bebé.

Lactancia Mixta Escogida

Cada familia tiene unas circunstancias diferentes.

Si alguien escoge hacer Lactancia Mixta es porque tiene sus motivos. De entrada significa que han escogido la Lactancia Materna y quieren mantenerla. Pero que hay condicionantes que les llevan a escoger que esta sea complementada con Leche Artificial.

De todas esas situaciones, sí hay una que me gustaría que desapareciese: inseguridad con la Lactancia Materna o problemas con ella que la dificulten. Cuando esto realmente lleva a una lactancia mixta las posibilidades de que suponga el final de la Lactancia Materna son muy altas. Y además se trata de una Lactancia Materna deseada, que se pierde por falta de apoyo adecuado. Si es tu situación busca el asesoramiento de alguien que te ayude a resolver tus dudas y problemas para lograr que la Lactancia Materna cubra las necesidades de tu bebé y la disfrutéis. Me ofrezco para ayudarte si lo deseas a través de mi Consulta Online.

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Lactancia Mixta que el bebé necesita

Hay situaciones en las que el bebé no se alimenta suficientemente con la Lactancia Materna. Pasar a Lactancia Mixta aquí es una necesidad en la que se juega su salud. Voy a tratar los casos más frecuentes y cómo afrontarlos:

Recién Nacido que no toma bien el Pecho y necesita Lactancia Mixta

Una de las situaciones más importantes a entender. Cuando un bebé nace su madre debe producir en poco tiempo todo lo que él necesita para alimentarse. Entendámoslo bien, no pasa de 0 a 100. Es más gradual, y todo está preparado para que ocurra de forma natural en la gran mayoría de los casos.

Cuando un bebé nace su madre ya produce leche. Durante el tercer trimestre del embarazo el pecho de la madre ya produce calostro. Pero no se extrae y la placenta produce hormonas que frenan esa producción. Lo que se acumula es calostro, que seguirá siéndolo mientras ambos frenos sigan actuando.

Cuando el bebé nace la placenta desaparece y con ella las hormonas que frenaban la producción de leche. Este cambio es casi inmediato.

Si a eso sumamos que el bebé empieza a extraer la leche desaparecen todos los frenos para que el pecho haga lo que se ha estado preparando para cumplir durante todo el embarazo. Producir leche.

Evolución de la lactancia los primeros días de vida

Los primeros días de vida los bebés están agotados. Son muchos los cambios a los que tiene que adaptarse. Y eso hace que su necesidad esencial sea descansar. Es tomar lo justo y se duerme. Pero eso permite que el pecho empiece de forma gradual a producir más leche.

Tras los 2-3 primeros días de vida el niño ya está bastante más activo y toma con más frecuencia. Como el pecho produce más cuanto más lo vacían el aumento de producción se acelera. Es lo que suele llamarse «Subida o Bajada de La Leche». En unos casos será más evidente y en otros menos. Y no es su intensidad lo que nos dice si el pecho está produciendo suficiente leche. Es el peso y la actividad del bebé. 

Cuando un bebé se alimenta bien: Su peso puede haber bajado en los primeros días, pero no más de un 10-12% del peso que tenía al nacer. Y a partir del 2º-3º día debe estar bastante más activo que al principio.

Cuando un bebé se alimenta mal: Su peso habrá bajado más de ese 10-12% que consideramos normal. Tras pasar esos primeros días de vida veremos que está a ratos muy irritable y no se calma cuando come y a ratos muy dormido resultando imposible despertarle.

Lactancia mixta en los primeros días de vida

En esta segunda situación lo que hay que hacer es:

  1. Observar cómo se produce la lactancia y resolver los problemas que hacen que no esté supliendo las necesidades del bebé. Lo más frecuente suele ser:
    1. Dejamos demasiado tiempo al bebé sin ofrecerle el pecho. Hay quien interpreta que el pecho a demanda significa dárselo cuando llore. No es así. El llanto a veces no aparece o lo hace cuando el bebé ya está desesperado. En los primeros días de vida, si un bebé pensamos que no está alimentándose bien con pecho, debemos ofrecérselo con mucha más frecuencia. Yo suelo recomendar en estos casos no dejar más de 2 horas sin ofrecer el pecho durante el día ni más de 4 horas durante la noche. Estas horas se contarían desde el principio de una toma al principio de la siguiente. Al ofrecer con más frecuencia el pecho y vaciarlo más a menudo aumenta la producción de leche.
    2. Problemas de agarre o posición para dar el pecho. Si un bebé no se alimenta suficientemente con el pecho conviene que sea observado mientras se alimenta por alguien con experiencia suficiente en lactancia para ayudar a la madre a corregir estos problemas.
    3. Hipogalactia transitoria. Puede deberse a medicación que la madre esté tomando (por ejemplo antihistamínicos para la alergia) o a problemas del postparto, como una retención de placenta.
  2. Cuando el estado nutricional del bebé no alcanza los límites razonables y está cada vez menos activo tomando el pecho con menos efectividad, una vez resueltos los problemas que llevan a esto o mientras se resuelven, puede ser necesaria la Lactancia Mixta.

Si seguimos en la misma situación el bebé estará cada vez más débil. Lo que, sumado a los problemas que llevaron a esta situación, no va a mejorar, sino a empeorar. Si está tan débil que no es capaz ni de vaciar el poco pecho que se produce, se reducirá progresivamente la producción y la situación irá a peor. Si no actuamos adecuadamente podemos llegar a una situación de: deshidratación, bajada de azúcar y tal debilidad del bebé que le lleve a alimentarse por sonda o incluso por vía intravenosa.

Esto no tendría porqué llevar necesariamente a la pérdida de la Lactancia Materna, ya que si el bebé no puede vaciar el pecho podemos hacerlo con un Extractor. Pero debemos entender que la afinidad de una madre por la lactancia materna en una situación así no pasa por sus mejores momentos. Aún así debemos explicarle cómo hacerlo adecuadamente para mantener el pecho mientras el bebé se recupera. Lo recomendable es usar el extractor para vaciar lo que no vacíe el bebé por sí mismo. Esa leche extraída puede ser la que usemos para suplementar, si es suficiente.

Opciones de leche en lactancia mixta

Cuando no es suficiente con lo que el bebé extrae más lo que podemos obtener con un extractor es cuando nos plantearemos la suplementación:

  • Con leche materna de donante. Sea de forma directa lactando de otra madre que tenga leche suficiente, como se hizo con las nodrizas en la antigüedad, o de un banco de leche. El problema de los bancos de leche es que hay pocos y tienen pocas reservas. Con lo que suele guardarse para los niños que más lo necesitan: los prematuros.
  • Con leche artificial. Cuando no es posible la suplementación con leche materna hay una segunda opción: La leche artificial. Se comete muchas veces el error desde algunos grupos de apoyo a la lactancia de demonizar esta opción. A mi entender es un error porque esta opción puede salvar vidas. Es una pena que se dé cuando una madre quisiera dar pecho pero tiene problemas que no se resuelven por falta de información o apoyo adecuados. Pero defender la Lactancia Materna no es atacar a la Leche Artificial. Es una opción que puede ser muy útil cuando hace falta. Y en esos casos lo que aporta es positivo claramente.

Niños con especial riesgo de no alimentarse suficientemente bien en los primeros días de vida sólo con Lactancia Materna

Los prematuros y los niños de peso muy alto al nacer (macrosomas) son los que con más facilidad van a necesitar suplementación.

Los Prematuros pueden tener una inmadurez que les impida alimentarse directamente al pecho. Y si hay una pérdida excesiva de peso en los primeros días son especialmente vulnerables a la malnutrición.

Los Macrosomas tienen unas necesidades mayores. No consume lo mismo un camión que un cochecito. Y la cantidad que el pecho debe empezar a producir en pocos días para suplir sus necesidades será mayor en estos niños. Estos Bebés Grandes tienen más facilidad para hacer hipoglucemias (azúcar baja). Lo que les lleva a estar más inactivos si no se alimentan bien.

Pero a parte de estos dos grupos, la falta de leche suficiente puede aparecer en cualquier bebé.

Os recuerdo que la falta de leche materna no es, ni mucho menos lo normal. Y que si tu bebé no ha perdido más del 10-12% de su peso al nacimiento en los primeros días, lo recupera antes de una semana de vida y está activo y come con frecuencia quedando saciado tras tomar el pecho, es que va bien.

Cómo dar Lactancia Mixta para evitar problemas indeseados

Una vez que decidimos dar Lactancia Mixta, hay algunos problemas que pueden surgir. Os explico cómo afrontar los más frecuentes:

  • Miedo a que rechace el pecho y acabe perdiéndose la Lactancia Materna.
  • Miedo a que tomar unas cuantas tomas de leche artificial favorezca la aparición posterior de Alergia a las Proteínas de la Leche de Vaca.

Rechazo del pecho y Lactancia Mixta

Cuando ofrecemos alimentación artificial a un bebé corremos el riesgo de que éste pierda interés por el pecho. O que ante ambas opciones de alimentación aparezcan problemas nuevos, como una confusión en la forma de alimentarse con ambos sistemas.

Puede ocurrir cualquier de las dos cosas o incluso ambas.

En mi experiencia, es más fácil que aparezca el rechazo del pecho cuanto más demoramos la Lactancia Mixta. Si un bebé toma el pecho de forma claramente ineficaz y persistimos, llega un momento en que el bebé empieza a rechazarlo, porque no encuentra en él el alimento necesitado. Lo que le genera frustración. No deberíamos llegar a la situación en la que aparezca el rechazo del pecho incluso sin ofrecer otras opciones. O es muy fácil que en cuanto reciba una alternativa efectiva abandone el pecho.

En cuanto a la Confusión de Succión: Lo que debemos hacer es usar biberones cuya forma de tomar se asemeja más a la que usa en el pecho. O no usar biberón y dar el suplemento con vasito, jeringuilla o relactador.

Consejos para evitar el rechazo del pecho en lactancia mixta

Para evitar este rechazo es importante además cómo dar la Lactancia Mixta. Me refiero a cuándo y cuánto dar de lactancia artificial y de materna:

  1. Debemos ofrecer siempre primero el pecho. Si queremos mantenerlo lo ideal es que antes de recurrir a la lactancia artificial saque del pecho toda la leche que pueda.
  2. Ofrecer el pecho con mucha frecuencia. No dejar más de 2 horas sin ofrecerlo durante el día, ni más de 4 horas durante la noche.
  3. Dar Suplemento sólo si sigue con hambre inmediatamente tras haber vaciado ambos pechos. Si no es inmediato, si con el pecho se duerme pero pide de nuevo al poco rato, volvemos a ofrecer el pecho. Si cada vez que se lo damos el bebé se queda saciado, aunque dure poco tiempo, daremos el pecho. Hacerlo así aumentará rápidamente la producción de leche haciendo que el bebé se alimente mejor.
  4. Si damos suplemento hay que preparar el biberón con cantidad suficiente para que sobre. Si un bebé tiene carencia de alimento dando el pecho con tanta frecuencia como es posible, debemos suplementar para garantizar que mejore su estado nutricional. Como no sabemos cuanta leche saca del pecho, debemos preparar leche para que sobre, de modo que si no toma más no sea porque no hay. Al hacerlo así el bebé se fortalece antes recuperando la capacidad de vaciar mejor el pecho y así mejorar la producción de leche Materna para llegar a prescindir del suplemento.
  5. ¿Qué biberón usar? Si el estado nutricional del niño es muy malo deberemos alimentarlo de la forma en que logremos hacerlo de forma más efectiva:
    1. Si toma por sonda y es posible, con la propia leche materna o leche de banco.
    2. Si toma con biberón, usaremos uno de los que tiene succión más similar al pecho.
    3. Pero si con estos biberones no se recupera el peso y la actividad del niño o si su situación es muy mala debemos darle con el biberón con el que le resulte más fácil alimentarse, habitualmente biberones anticólico.
  6. Cuando el bebé recupere su peso y esté mucho más activo, pasaríamos a usar biberones cuya succión es más trabajosa que el pecho para que empiece a preferirlo, e iríamos espaciando las tomas de suplemento hasta eliminarlas. 

Si lo hacemos bien podemos acabar llegando a la situación deseada, un bebé bien alimentado y que lo haga sólo con Lactancia Materna si es nuestro objetivo.


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Crianza Respetuosa no es lo mismo que Crianza Natural

Crianza Respetuosa

Crianza Respetuosa y Crianza Natural o con Apego se usan muchas veces como términos equivalentes. Te explico una diferencia que puede marcar vuestra vida.

Se acerca el día de la Madre y voy a centrarme en Vosotras en este artículo. Permitídmelo desde la limitación de ser hombre y ver vuestra esencia desde fuera. Pero quisiera hacerlo porque en mi día a día como pediatra trabajo con vosotras y cuando no disfrutáis de la Crianza me contáis vuestras razones, cómo estáis viviendo esta experiencia que todo el mundo describe de forma bucólica, pero puede ser muy dura en el día a día.

En los últimos años han surgido formas diferentes de explicar la Crianza. ¡Menos mal! Porque estábamos haciendo demasiadas cosas absurdas.

Aquí permitidme un poco de Historia para contextualizar la situación actual de la Crianza.

Hace unos 100 años la mayoría de las mujeres no había estudiado. Se formaron en sus casas aprendiendo a hacer las labores domésticas. Se las preparaba para ser amas de casa y se hacía en la escuela más práctica posible…. La propia casa.

Aquella mujer que mostraba interés por hacer algo más allá de ese campo lo tenía crudo… Salvo contadas excepciones que habían tenido la suerte de nacer en familias con mentalidades algo más abiertas la vida de cualquier mujer era:

Nacer. Crecer hasta el momento en que podía empezar a ayudar en las tareas de la casa. Iba haciendo cada vez más de esas tareas hasta el día que contraía matrimonio. Pasaba entonces a ser ama de «su propia casa» y a tener sus propios hijos y se ocupa del hogar, marido e hijos el resto de su vida.

Ojo, no desprecio en absoluto a estas mujeres. Mi madre es una de ellas y es UNA GRAN MUJER. En nada la considero inferior a otras que hayan tenido relevancia en Política, Arte, Ciencia o cualquier campo profesional. Pero… No era justo. Mi madre quiso estudiar y no le dejaron. Estaba capacitada para haber hecho muchas más cosas de las que le permitieron hacer.

Que el sexo determine lo que puede o no puede ser tu vida no es justo. Que el sexo determine tu puesto en la sociedad no es justo. Que nacer hombre o mujer limite lo que puedes hacer como persona NO ES JUSTO.

Hay cosas inevitables. Los hombres no podemos gestar, «no podemos hacer dos cosas a la vez», «no podemos…» Entrecomillo porque es broma.

Pero más allá de lo que implica la propia biología, durante milenios ha habido limitaciones culturales a lo que se permitía hacer o no hacer a la mujer por el simple hecho de serlo.

Hace poco más de 100 años comenzó el movimiento de Emancipación de la Mujer. Un movimiento que reclama simple y llanamente que el sexo no determine limitaciones sociales.

Este movimiento ha ido tomando fuerza en la mayoría de los países siendo de hecho uno de los pilares de su desarrollo.

Parte de ese desarrollo ha sido la especialización. Han ido surgiendo especialistas en cada vez más campos. Uno fue la Pediatría.

Cuando la Pediatría apareció como Especialidad Médica tuvo que ganarse su prestigio. En esa época el prestigio Científico consistía en aplicar Matemáticas a todo. Conste que no tengo nada en contra de las Matemáticas. Fueron mi asignatura preferida durante muchos años.

Pero no conocemos todavía lo suficiente de los seres vivos para reducirlos a cifras.

Empezó entonces una etapa en la que la Crianza se protocolizó. Se establecieron formas «correctas» de hacer las cosas y se criticaba de forma muy activa a quien no las aplicaba. Hasta el punto de considerar padres y madres incompetentes a quienes no cumplieran esas normas de crianza.

Lo primero que se empezó a enseñar a las mujeres es a ser madres «de la forma correcta».

Como todo, esa forma «correcta» de crianza tenía mucho de trasfondo político y de decisiones de base nada científica. Pero se revestían de un halo de ciencia fácil de sostener en una sociedad en la que la mayoría de la población era analfabeta o casi. El «Experto» hablaba desde su púlpito y los demás sólo podían escuchar. La crítica era «arrogancia desde la ignorancia».

Surge la Crianza con Apego o Crianza Natural

Tras esa etapa en la que los niños se criaban en una lucha constante para que:

  • Coma una cantidad determinada cada ciertas horas.
  • Duerma unas horas determinadas al día con un patrón fijo.
  • Y hasta haga las caquitas en color, cantidad, frecuencia y consistencia predeterminada….

Porque lo demás se toma como signo de que no estás haciendo algo bien…

Hace unos 50 años alguna gente empieza a revelarse contra la simplificación matemática. Empezamos a darnos cuenta de que los seres vivos somos demasiado complejos para reducirnos a matemáticas simples. Tal vez un día conozcamos tanto de los seres vivos y tengamos una capacidad de cálculo tal que seamos capaces de entendernos realmente y hacer modelos matemáticos que funcionen. Pero no hemos llegado a eso ni de lejos. Y las reglas simplistas que se han usado durante décadas en Crianza no son más que simplificaciones absurdas.

No surgían de la ignorancia ni muchos menos. Tenían su intencionalidad. No buena para quienes la sufrían precisamente. Pero no entraré en eso ahora por no perdernos.

La cuestión es que aparecieron tendencias nuevas que buscaban recuperar algo que se estaba perdiendo:

  • La comprensión de que los seres vivos tenemos nuestros mecanismos adaptativos porque nos desarrollamos en ambientes cambiantes. Y que esos mecanismos son muy eficientes. Tanto que permitieron durante millones de años sobrevivir a esos seres vivos antes de que nadie definiese «pautas correctas». La Crianza Natural busca entender esos mecanismos adaptativos para que comprendamos mejor a nuestros hijos y sepamos porqué actúan como lo hacen y cómo ayudarles en su adaptación en lugar de entorpecerla.
  • La recuperación de algo esencial: El Vínculo Afectivo entre el niño y sus padres. Con la Crianza «protocolizada» se había transformado a los padres en una especie de obreros de una cadena de producción en la que su hijo era el producto. Y uno no se vincula afectivamente con el producto. Pero los seres humanos tenemos un plano esencial que es nuestra afectividad, que estaba siendo ignorado. Para responder a eso surge la Crianza con Apego. La defensa de que vincularte afectivamente con tu hijo no le perjudica como decía la Crianza Protocolizada porque lo hacía más débil y dependiente, sino que forma unos cimientos sólidos para su personalidad que son imprescindibles.

Las comparto ambas. Plenamente. Y de hecho la mayoría de mis artículos van dirigidos a respaldar ambas teorías, a que conozcas mejor a tu hijo y sus necesidades y a que refuerces el vínculo afectivo con él.

Cuando escribo un artículo me planteo siempre:

  • Cómo ver este problema desde la óptica del niño.
  • Cómo responde él a este cambio desde sus mecanismos de adaptación.
  • Qué hacemos nosotros que ayude o que entorpezca a estos mecanismos.
  • Cómo influyen nuestras acciones en este caso al Vínculo Afectivo con nuestro hijo.

¿Y qué es entonces la Crianza Respetuosa?

Pues muchos dirían que es otra forma de llamar a la Crianza Natural o con Apego. Yo no.

Como toda teoría, cuando se va desarrollando, van apareciendo situaciones reales que desde el planteamiento teórico no se veían y surgen entonces los matices.

¿Qué es lo que me hace pensar a mí que algo falla en la forma en la que hemos defendido la Crianza con Apego o Natural y hace necesarias matizaciones importantes?

  • Que veo a diario mujeres convencidas de la Crianza con Apego o Natural y no disfrutan de su Maternidad.
  • Mujeres que se sienten frustradas y además no se atreven ni a confesarlo porque se sienten culpables de hacerlo.
  • Mujeres físicamente destrozadas por hacer la Crianza de un modo que están convencidas que es lo mejor para su hijo.
  • Que en los grupos de crianza, cuando una mujer deja de dar el pecho o vuelve a trabajar y escolariza a su hijo deje de acudir por sentirse juzgada y excluida.
  • Que hagamos un planteamiento de la Crianza que entra en conflicto directo con la realización personal de muchas mujeres.
  • Que no hablemos de todo esto por miedo a ser criticados….

¿Cuál es la razón que justifica a mi entender todo esto?

Que hemos dejado de lado a la otra parte esencial de la ecuación: La Madre.

No hay Crianza Natural sin la Madre.

No hay Crianza con Apego sin la Madre.

Pero hemos centrado tanto la atención en las necesidades del bebé que hemos olvidado que la Madre por serlo no deja de ser una Persona con sus Legítimas Necesidades también.

Olvidar o no respetar esas necesidades rompe el equilibrio en el que se se basa la Crianza.

Es imposible que un bebé, con el que formamos un fuerte Vínculo Afectivo, esté bien si su Madre no lo está.

Y es difícil que su madre esté bien si se le plantea que ser Madre significa:

  • No descansar. 
  • No tener un segundo para ella.
  • No tener aspiraciones de realización personal o profesional más allá de la maternidad.

El problema es que hemos simplificado la Crianza Natural y hemos mitificado ciertos elementos como si fuesen lo esencial:

  • Lactancia materna.
  • Colecho.
  • Escolarización tardía.

Uno por uno:

Lactancia Materna en Crianza

  1. Es la mejor opción de alimentación para un bebé en composición. Previene alergias,mejora la capacidad defensiva del bebé, reduce la incidencia de obesidad, diabetes….
  2. Refuerza el Vínculo Afectivo.
  3. Es la opción más cómoda, barata y placentera para el niño y para la madre… Cuando funciona.

Pero ¿Y cuando no funciona? ¿Qué pasa cuando pese a corregir los errores más comunes que dificultan una lactancia efectiva no funciona?

No entiendo por no funcionar sólo que el bebé no esté bien alimentado. Sino también cuando cuando lo hace a costa de que la Madre esté en unas condiciones deplorables.

Hay situaciones en las que la lactancia va tan mal que supone que toda la experiencia de Maternidad se focalice única y exclusivamente en el Pecho.

Esto afecta al Vínculo Afectivo de forma muy negativa. Son muchas las Madres que consiguen mantener la lactancia exclusiva, pero a costa de un agotamiento extremo o de acercarse al pecho a su hijo con más miedo y dolor que placer.

Sé que en muchos casos esto se debe a problemas solucionables: a un frenillo o un mal agarre que son corregibles; a una colonización por gérmenes inadecuados; a una mala pauta de alimentación del bebé…

Pero en ocasiones, arreglando todo lo que se puede arreglar es lo que hay, aunque sea de forma transitoria.

En esta situación ser flexibles y aceptar que puede ser necesaria una sumplementación transitoria o incluso la eliminación de la lactancia, puede marcar la diferencia en la vida de toda la familia. Y a veces somos demasiado radicales. Nos centramos en el mantenimiento de la lactancia materna exclusiva como objetivo en si mismo.

Siendo importante, la lactancia materna es un instrumento. Es posible la Crianza Natural y con Apego sin Lactancia Materna. Y una Crianza sin Lactancia Materna no es un fracaso, es una opción. Respetemos las circunstancias de cada familia y no hagamos sentir culpable a ninguna Madre por no dar el Pecho. Un signo de que lo hemos logrado es que siga compartiendo su experiencia en un grupo de Crianza sin sentirse juzgada.

El Colecho en la Crianza

Desde la Crianza Natural y con Apego se defienden las virtudes del Colecho.

Llamamos Colecho a la práctica de que los niños duerman con los padres en la misma cama.

Se defiende porque es lo que siempre se ha hecho. Porque cubre una necesidad biológica del bebé. La de sentirse seguro. Esa seguridad es un cimiento firme para la personalidad en el futuro.

Simplificando: Los bebés que permitían que su padres se alejasen de ellos eran devorados por los depredadores. Somos los descendientes de los bebés que lloraban cuando sus padres se alejaban de ellos. Son muchos millones de años de evolución para cambiarlo así porque sí.

Pero…. Y volvemos a los «peros». ¿Qué ocurre cuando haciendo Colecho los padres no descansan bien? Habrá quien diga que es lo que toca. Que para el bebé es una necesidad biológica y que los padres son adultos y deben sacrificarse…

Pero eso es no entender el resultado real.

Claro que tener un bebé implica pasar más de una mala noche. Pero si los padres no descansan sistemáticamente su humor se acaba resintiendo.

Por mucha buena voluntad que se le quiera echar, una Madre también es un ser vivo que necesita descansar.

Y su bienestar es esencial para un bebé que tiene un Vínculo Afectivo fuerte con su Madre.

A veces el bienestar del bebé pasa por que aprenda a dormir de forma que permita el descanso de su Madre.

Evidentemente esto puede conseguirse de formas más respetuosas para el bebé que dejarlo llorar en la cuna (que dicho sea de paso no es una opción aceptable para el Vínculo Afectivo y es una opción muy poco imaginativa).

Pero es que hay opciones para lograrlo de forma respetuosa. Volvemos a la necesidad de forzar nuestra imaginación para alcanzar equilibrios que respeten a todos los implicados y sus necesidades legítimas.

Escolarización tardía en la Crianza

Desde la Crianza Natural o con Apego se defiende que en los primeros 3 años de vida el niño es muy dependiente de la seguridad que le confiere el contacto constante con una figura de referencia que le da seguridad: La Madre.

Algunos plantean la escolarización antes de esa edad como una especie de crimen. Se habla de conciliación familiar. De lo corta que es la baja maternal y lo incompatible que es con una Crianza decente. Y es cierto, 16 semanas es penoso, patético. Pero…

Pongámonos en contexto. ¿Qué significa para una Madre dedicarse en exclusiva a la Crianza durante esos 3 primeros años de vida en el mundo real?

Hay Madres para las que el planteamiento de nuestras abuelas puede ser válido: Dedicar su vida a la crianza de sus hijos sin una proyección profesional fuera de ese aspecto.

Pero no es lo normal. Lo normal hoy en día es que una mujer sea una persona con muchos planos de desarrollo. Uno de los cuales es el profesional. Y seamos realistas, no es sencillo. El mundo es muy competitivo y en la práctica muchas mujeres ven la maternidad como una disyuntiva. Es difícil escoger el momento adecuado.

¿Qué significa para una mujer que ha luchado durante muchos años para alcanzar un determinado nivel profesional dejarlo todo durante 3 años?

¿Y si no es un sólo hijo, sino 2 ó 3? ¿5-6 años fuera del mundo laboral? A la velocidad que evolucionan hoy en día las cosas esto significa quedar excluida del mundo laboral. A veces definitivamente.

Algunas personas tienen una situación económica desahogada o una profesión que puede ejercerse desde casa sin horarios fijos. Pero esto es un porcentaje mínimo de la población.

¿De verdad creemos que lo mejor para un bebé es que su madre sacrifique toda motivación profesional a una presencia constante?

Incluso en el caso de mi madre que sí lo hizo… Yo soy el 3º de 7 hermanos. Jamás disfrute de ese supuesto contacto constante y acceso ilimitado a mi madre. Ni lo necesité.

No convirtamos a los niños en una especie de altar de los sacrificios donde debes inmolarlo todo. Porque tu hijo no lo necesita y si lo haces estarás haciéndole soportar una carga que no ha pedido y empobreciendo la Persona que puedes ofrecerle.

Date a él. No te sacrifiques a él. Lo importante no es la cantidad de tiempo que pasas con tu hijo. Sino lo que puedes ofrecerle en él. Y eso depende de que como Persona no te mutiles sin sentido.

Una escuela infantil no es una especie de campo de concentración para bebés en el que se le deja llorar sin atenderlo. Son centros en su mayoría preparados para aportar cosas positivas a los niños. Incluso muchas que tú no puedes o sabes darle.

Si para hacer compatibles dos planos de tu vida, el Profesional y la Maternidad tu hijo debe ir a la guardería, no es una catástrofe insalvable, sino una forma de buscar un equilibrio necesario.

En un mundo ideal tendríamos muchas vidas para que hubiese tiempo para todo. Pero el día tiene 24 horas y hay que repartirlas.

Quien lo plantea como una disyuntiva en plan: «Tú sabrás si para ti lo importante es tu hijo o tu trabajo» sólo tiene a mi entender dos interpretaciones:

  • Es un ignorante y no entiende que mutilar tu desarrollo profesional va a dañar el bienestar de tu hijo.
  • Es un manipulador cuyo mensaje real es «el sitio de la mujer está en la casa con los hijos». Pero no tiene el valor de decirlo tal cual y aprovecha para atacarte en lo que sabe que te hace más vulnerable.

El primero es un ignorante, el segundo un miserable.

Crianza Respetuosa

Los niños son seres vivos, con sus necesidades y sus propios mecanismos de adaptación. La Crianza puede hacerse respetando lo que el bebé es y necesita.

Pero los padres también tienen sus necesidades legítimas y sus limitaciones. Como el niño vamos creciendo con él y nos enfrentamos a situaciones nuevas a las que respondemos según lo que somos.

Tu hijo no necesita que lo sacrifiques todo para su bienestar. Porque si lo sacrificas todo ¿qué le puedes ofrecer?

Para tu hijo, más importante que si das pecho, mucho más que dónde duerme, más que tenerte constantemente a su lado, lo es que estés bien con él.

Lo esencial en la Crianza es el Vínculo que une a Padres e Hijo.

La Crianza Respetuosa se basa en entender al bebé y sus necesidades. Conocer cuáles son las mejores opciones innatas, lactancia, colecho, contacto… Y buscar un equilibrio que permita cubrir esas necesidades que aúne el bienestar de todos. Esas opciones existen, y se basan en matices que son esenciales, en opciones que dependen de las circunstancias. Y sobre todo en dejar de crear sentimientos de culpa en las madres porque no se adapten a una versión «perfecta» y «bucólica» de la Maternidad imposible de alcanzar en el mundo real.

Entender esto puede marcar tu vida y la de su hijo.

Es lo que intento transmitirte en mi libro:

Compra el libro Crianza Respetuosa de Jesús Garrido

Espero que os ayude.

 

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Cómo alargar la tomas nocturnas en un bebé

Espaciar las tomas nocturnas entendiendo y respetando ritmos del bebé

Tomas nocturnas en un bebé: ¿Hay alguna forma sencilla de lograr que espacie las tomas durante los primeros meses de vida para mejorar el descanso?

Este artículo es la respuesta a una solicitud de Peketema en Facebook. C. R. proponía como tema:

«Como alargar las tomas nocturnas. Mi bebé toma desde que nació cada dos horas, no falla, y eso que ya tiene 3 meses… ¿Es malo intentar que coma menos de noche?»

Descansar es necesario. Esta pregunta es muy común. Habrá quien diga que tener un bebé lleva no descansar en el paquete. Y es evidente que menos se descansa.

Pero en muchos casos según mi experiencia lo que ocurre es un simple fallo en el ritmo con el que empezamos. Me ha gustado la pregunta porque al responderla se pueden aclarar dos factores importantes. Ritmos y equilibrios en los bebés.

Cuando los niños nacen, tras el parto, tiene una horas de adaptación en las que están agotados. Tienen que hacerse cargo de muchas funciones que hasta ese momento se les daban hechas: Controlar la temperatura, respirar, alimentarse, digestión, eliminación de residuos…

Los bebés tienen 3 necesidades básicas:

  • Comer.
  • Descansar.
  • Estímulos.

En los primeros días de vida el tema de los estímulos es el menos llamativo, ya que respecto a los que recibía dentro del útero, de forma pasiva en el exterior le llegan muchos más de los que estaba acostumbrado a tener.

Por lo tanto empiezan con un balance en el que se despierta para alimentarse y se duerme casi inmediatamente en cuanto se alimenta.

Tras esas horas de agotamiento inicial el bebé se activa y su necesidad prioritaria es alimentarse.

Si esta activación ocurre durante la noche entramos en el siguiente ritmo:

  • El bebé pide comer con frecuencia durante la noche. Como está activo los padres mantienen la luz encendida para atenderle.
  • Llega la mañana y el bebé está agotado. Ha comido mucho, ha descansado poco. Tiene sueño. Y los padres bajan las persianas, echan las cortinas, y si las visitas les dejan hasta aprovechan para descansar un poco por la mañana.
  • Por la tarde-noche el bebé vuelve a activarse, hambre, comer, luz encendida.

El resultado si seguimos en esa dinámica es que podemos tener un ritmo de actividad y tomas nocturnas.

Lo malo es que cuando esto se prolonga, al bebé le resulta indiferente, pero para los padres es agotador.

Yo soy de la opinión de que es importante respetar los ritmos de los bebés, pero que debemos buscar la forma más respetuosa posible de que esos ritmos sean compatibles con el bienestar de todos los miembros de la familia.

¿Cómo reducir el ritmo de tomas nocturnas?

Pues habría dos opciones:

  • No darle si pide de noche. No es buena opción. Ante una necesidad insatisfecha el bebé va a llorar. Vas a acabar dándole después de un mal rato para él y para vosotros y no vas a conseguir que duerma mejor, sino que tanto él como vosotros os activéis.
  • Ofrecer alimento con más frecuencia de día y cambiar la iluminación. Es la opción que recomiendo. Os la voy a explicar para que la entendáis.

Ofrecer alimento con más frecuencia de día para reducir las tomas nocturnas

No puedes obligar a un bebé a comer. Y no vas a conseguir que lo haga cuando está muerto de sueño. Debemos respetar sus necesidades prioritarias.

Pero a veces no identificamos momentos en los que nos pide alimentarse y los dejamos pasar. Y cuando duerme hay momentos en los que la necesidad de alimento y descanso están sin una prioridad clara y tendemos a hacer cosas que lo llevan a descansar en lugar de alimentarse.

Esto surge de un error común de muchos que consideran excesiva la frecuencia con la que el bebé pide alimentarse en las primeras semanas. Hay que entender que en el útero recibía alimento de forma constante. Lo más parecido a eso es tomar muchas veces, cantidades pequeñas.

Cuando en un bebé, que hace con más frecuencia las tomas nocturnas que la diurnas, notes durante el día cualquier signo de que está activo:

  • No le entretengas con chupe, manzanilla, acunándolo.
  • Ofrécele alimento.

Si pasa muchas horas sin comer durante el día, intenta despertarlo para que coma. Yo suelo decir que debes ir reduciendo progresivamente este tiempo hasta que lo máximo que aguanta durmiendo de noche supere claramente a ese margen.

Por ejemplo, si un bebé pide alimentarse de noche cada hora o menos y de día puede dormir 3-4 horas seguidas sin comer, empieza intentando que no pase más de 3 horas sin comer de día. Si sigue pidiendo de noche con mucha frecuencia, ofrécele no dejando más de 2 horas de día… Hasta que claramente las horas entre tomas nocturnas superen a las que deja de día.

Es cuestión de equilibrio. El bebé está pidiendo de noche con frecuencia porque con lo que toma de día no recibe lo necesario. Al tomar con más frecuencia de día y dormir menos, llega a la noche con más sueño y menos hambre.

Cambiar la iluminación para reducir las tomas nocturnas

Otro factor importante es la iluminación. Los humanos regulamos el ritmo día noche con la Melatonina. Una sustancia que se libera con un ritmo que marca la luz. Se segrega al anochecer para favorecer que durmamos.

Cuando un bebé pide alimentarse de noche con frecuencia suele atenderse con la luz encendida. Eso hace que en el mejor de los casos no haya una diferencia entre el día y la noche.

Pero es que a veces rizamos el rizo manteniendo al bebé a oscuras mientras descansa durante el día.

Si hacemos esto para el bebé el día es noche y la noche es día.

Junto con el ritmo de las tomas es esencial para que cambie que adaptemos la iluminación, de forma que durante el día haya luz, aunque duerma y que de noche haya oscuridad, aunque coma.

Cuando hacemos estas dos simples modificaciones, cualquier bebé que hacía las tomas nocturnas con mucha frecuencia y dormía más de día, cambia.

Entender los mecanismos que rigen la conducta del bebé, puede hacer que la crianza sea una labor más llevadera sin que eso signifique dejar de respetarlos.

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Pekemito: » Tiene que echar los gases después de cada toma»

Tiene que echar los gases después de cada toma

Pekemitos: Hay muchos mitos que suelen transmitirse en forma de consejos a los padres. Consejos que en muchos casos no tienen base y son contraproducentes.

Vamos a empezar una nueva sección en la que hablemos de esos consejos que se dan a todos los padres y que parte tiene de realidad y cual de generador de problemas.

Tiene que echar los gases después de cada toma.

Una de las cosas que más preocupan a los padres de recién nacidos es que el niño tenga gases.

Parte de mi trabajo diario es visitar a los nuevos padres en el hospital y casi todos los días hay padres que me dicen que su hijo:

  • Ha tenido gases la noche anterior. En realidad a lo que se refieren es a que:
    • Ha llorado mucho. Yo suelo preguntarles, ¿Si lo coges se calla? ¿Si le das de comer se calla? Porque si se calla al cogerlo o darle de comer no son gases.
    • Se le nota que aprieta tras cada toma y se le nota ruido de tripa cuando come: Eso es normal. Es lo que se llama reflejo gastro-cólico. Los niños pequeños en cuanto comen mueven la tripa para hacer sitio al alimento nuevo que llega. Y tras la comida suelen tener «apretones» intentando bajar la presión. A veces incluso hacen caca mientras comen.
  • No echa los gases después de cada toma. «Vale, pero ¿Está tranquilo?» Porque si lo está es que no tiene gases que echar.

En realidad esto es un ejemplo de la forma en que mucha gente entiende el funcionamiento de los niños: Reglas para todo…

¿Tú echas los gases después de cada toma? Yo no, y tan ricamente, oye…

¿Hasta qué hora debería echar los gases después de cada toma?

Podría hacer más preguntas de este tipo que nos hacen ver lo absurdo de esta recomendación.

La única base que tiene es el hecho de que los bebés expulsan mejor los gases en postura vertical que tumbados. Y a veces cuando tras la toma están incómodos es porque necesitan expulsarlos.

Pero a veces, esa es la clave. El problema es que son muchos los padres primerizos que se agobian porque su hijo no echa los gases después de cada toma, cuando el bebé está en realidad tranquilo y sin molestias. Y ahí ves a los pobres padres a veces a las 4 de la madrugada media hora después de la toma intentando que su hijo eche los gases. Y el bebé totalmente dormido y sin señal alguna de intranquilidad…

Hay otra forma de cuidar bebés que consiste en informarse, conocer los principales problemas que producen molestias a tu hijo y ante todo, observarlo y conocerlo a él.

Aplicándola a este caso: Es bueno que no acuestes inmediatamente a tu hijo tras la toma. Porque si tiene que echar gases (cosa que no suele ocurrir si ha tomado tranquilo) los puede echar con más facilidad estando incorporado.

Pero si pasan unos minutos y sigue tranquilo es que no necesita echar los gases en esa toma.

De hecho hay niños que no eruptan prácticamente nunca y o tienen pocos gases o los expulsan por abajo, a veces solos y a veces acompañados.

El colmo del absurdo: Interrumpir la toma para que eche los gases

Hay incluso quien recomienda que a mitad de la toma se interrumpa para que el niño expulse los gases y luego siga tomando.

Pensemos un poco. Los gases no son un misterio sin causa. Muchos bebés los tienen porque comen con ansiedad.

La solución no es que los eche mejor, sino hacer las tomas de forma que reduzcamos su ansiedad por comer. En esto lo más efectivo es alimentar a demanda, ofreciendo el alimento con mucha frecuencia.

Pero desde luego interrumpir al pobre bebé cuando por fin está comiendo tranquilo no mejora el problema sino que lo empeora.

Si es él el que interrumpe la toma con signos de incomodidad y echa gases y se queda más tranquilo, ofrece de nuevo el alimento por si de nuevo lo acepta.

Pero de ningún modo interrumpas tú la toma mientras sigue comiendo tranquilo.

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Mi bebé se despierta de noche por hambre

Qué hacer cuando mi bebé se despierta por hambre

Respuesta a la consulta de una madre en Facebook:  «Cómo hacer que los bebes despierten menos en las noches por hambre.» Parece que es hambre, pero no lo es.

Muchos niños se despiertan de noche y no se calman hasta que comen. Usando el sentido común llegaríamos a la conclusión de que lo hacen por hambre. Pero en la mayoría de los casos no es así.

Vamos a distinguir dos grupos de edad. Los bebés de menos de 4-5 meses y los de más de 5-6 meses.

¿Porqué esa distinción? Pues porque el patrón de sueño de los bebés cambia en esa edad.

Hasta los 5-6 meses los bebés tienen un patrón de sueño inmaduro en el que se despiertan y se vuelven a dormir con mucha facilidad. En esta edad, cuando un bebé se despierta, le das de comer y se duerme es que tenía hambre. Hay algunos días en que se despierta de ese modo pidiendo alimento con mucha más frecuencia de noche que de día. Especialmente en niños que toman pecho.

La causa es los más pequeños puede ser un ritmo de sueño cambiado. Es decir, que duerme más de día y come más de noche. En el artículo enlazado en este párrafo os explico más afondo este caso.

Pero en niños que ya tenían un ritmo día noche bien definido y toman pecho, a veces un día de repente el bebé de despierta con más frecuencia de noche por hambre. Y es darle el pecho y dormirse, pero al poco rato vuelve a despertarse. Es una forma de manifestarse lo que llamamos crisis de lactancia. Es lo que ocurre cuando al crecer un bebé necesita un aumento en la cantidad de leche.

El pecho funciona de forma que cuanto más lo vacías más leche produce, de modo que cuando el bebé nota que le falta cantidad responde pidiendo más frecuentemente. En muchos casos a última hora de la tarde y primeras de la noche es cuando la madre tiene menos pecho. Y es a partir de ahí cuando el bebé empieza a pedir con más insistencia y a comer con más ansiedad.

La solución que recomiendan muchos en este caso es complementar con lactancia artificial. Pero hay una solución más simple y adecuada. Ofrece el pecho con más frecuencia durante el día. Al hacer esto va a vaciarlo cuando no está aún desesperado, comiendo con menos ansiedad. Y al vaciarlo con más frecuencia el pecho aumenta su producción. El resultado en pocos días es que al tomar más de día, durmiendo menos durante el día, y aumentar la producción de leche, el bebé llega a la noche con más sueño y menos hambre y las tomas se espacian solas despertando menos.

A partir de los 5-6 meses. El patrón de sueño cambia pareciéndose más al del adulto. Volver a dormirse tras despertarse se vuelve algo más complejo. Precisa realizar un ritual de sueño. En la mayoría de los bebés durante los primeros meses, dormirse era algo que ocurría en brazos de sus padres y comiendo.

El cambio que notamos, porque empiezan a despertarse con más frecuencia pidiendo alimento, no es debido al hambre. Sino a que con ese cambio de patrón de sueño los ciclos son de entre 45 y 90 minutos y cuando se despierta, para volver a dormir necesitan la colaboración de sus padres (en brazos y comer) para volver a dormirse.

Esta fase puede durar meses. A diferencia de los bebés más pequeños que en días volvían a espaciar las tomas nocturnas si le ofreces más de día.

Además no mejoran cuando les das más alimento de día. Sigue necesitando comer para volver a dormirse tras salir de cada ciclo de sueño.

Algunos recomiendan iniciar precozmente la alimentación complementaria, interpretando que se trata de hambre. Pero no suele funcionar. A pesar de darle «la milagrosa papilla de cereales nocturna» sigue despertándose para pedir 4-6 veces en la noche.

En esta situación hay dos soluciones que yo conozca:

Colecho: Es la forma de dormir que permite atender lo antes posible el ritual de sueño del niño (contacto con su madre mientras toma el pecho) y que todos volváis a dormir cuanto antes. Especialmente recomendable en lactancia materna. Pero siempre pongo una salvedad: Si vosotros dormís bien haciendo colecho. Porque hay gente que es incapaz de descansar con su bebé en la cama. Y hablando de problemas de sueño hay que tener claro que lo importante es que todos descanséis bien. Sea cual sea la opción que escojamos, si no descansamos bien deberíamos replantear si es la mejor en nuestro caso.

Que aprenda a dormir sólo. Es decir, cambiar el ritual de sueño que precisa para dormirse de modo que cuando sólo tenga sueño sea capaz de dormirse de nuevo sin la colaboración de los padres y el alimento. Y esto desde luego no se hace dejando al bebé llorar en la cuna. Hay opciones más civilizadas en mi opinión para conseguir exactamente el mismo resultado.

Que escojáis una u otra opción (o elaboréis otra diferente) es elección vuestra. Pero mi recomendación es clara: Buscad la que os permita descansar de forma adecuada para ofrecer vuestra mejor versión de vosotros mismos a vuestro hijo el resto del tiempo. No sacrifiquéis el descanso si podéis evitarlo, porque al final el bebé sufriría por tener unos padres agotados y de mal humor.

Al pensar en el bienestar de los niños siempre hay que entender que los padres sois muy importantes para él y vuestro bienestar es una condición necesaria para el suyo.

 

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Pseudo estreñimiento del lactante

Pseudo estreñimiento del lactante

Hay dos tipos de Pseudo estreñimiento del lactante: Dos situaciones que pueden hacer que un bebé pase días sin hacer caca. Y en cuál aconsejo hacer algo.


Es muy frecuente que los lactantes puedan pasar días sin hacer caca sin que haya ningún problema. Esto suele ocurrir especialmente a partir de las 2-4 primeras semanas de vida y no es raro que preocupe a los padres, aunque como os decía es muy normal.

Hay dos procesos en el desarrollo del niño que lo explican. A veces lo que vemos es una mezcla de ambos. Pero es útil entenderlos para poder distinguirlos y saber si merece la pena hacer algo o no.

Primer tipo de Pseudo estreñimiento. El «intestino eficiente».

Cuando un niño nace, su intestino debe pasar de no trabajar a hacerlo de forma constante. Eso significa que al principio tiene que adaptarse.

Una de las cosas que tiene es lo que llamamos reflejo gastrocólico. Como la capacidad de su tripa es limitada, en cuanto llega comida nueva al estómago, se mandan órdenes al intestino para que se vacíe y haga sitio al nuevo alimento. El resultado es que pueden hacer caca casi con cada toma. Y no es diarrea. Es lo normal.

Pero poco a poco el intestino va mejorando su capacidad de digerir alimentos y lo que está tomando (leche) no deja casi residuos. Por lo que en algunos casos pueden llegar a absorber casi la totalidad de lo que come. ¿Qué queda entonces para expulsar en las heces? Pues muy poco. Y eso hace que pueda pasar días y días sin necesidad de vaciar. Y que veamos que el niño está perfectamente. Tiene su reflejo gastrocólico justo después de las tomas (notamos que gruñe un poco) pero come bien y no está molesto.

En este caso no hay que hacer nada. Aunque pase días o a veces semanas sin hacer caca el bebé está bien y no le supone ningún problema.

Segundo tipo de Pseudo estreñimiento. El «cierre que no sabe cuándo abrir».

Hay un segundo factor implicado. El culete tiene dos anillos que lo cierran para que no escape el contenido. Uno de ellos (el interno) es lo que llamamos esfínter involuntario. Se relaja sólo cuando se acumula caca en la parte final del intestino. Es cuando notamos el «apretón» como que va a escaparse. Pero entonces nosotros ponemos en acción el anillo externo, el «esfínter voluntario». Que apretamos hasta llegar al baño y relajamos una vez allí.

Al principio, en el lactante recién nacido el esfínter externo (el voluntario) no tiene casi fuerza. Pero en pocas semanas (2-4 habitualmente) va adquiriéndola. Y llega un momento que se relaja si nosotros lo ordenamos. Pero el bebé no sabe que tiene que hacerlo.

En ese momento lo que notamos es que tras las tomas el niño tiene su reflejo gastro-cólico y gruñe intentando hacer, pero no hace. Hasta aquí como el caso anterior. Puede pasar de hacer 5-6 veces al día a pasar varios días sin hacer.

Hay momentos en los que el bebé relaja este esfínter voluntario (sin darse cuenta), pero si no coincide con un movimiento de tripa no sale nada.

Si esto coincide con un intestino muy eficiente, que casi no acumula residuos porque absorbe la leche prácticamente entera, no hay problema.

Pero si no lo absorbe todo y deja una cantidad de residuos apreciable, se van acumulando.

En este niño veremos, a diferencia del primer caso, que la tripa va notándose más llena conforme pasan los días, empieza poco a poco a comer menos y a estar más molesto. Cuestión simple de espacio. Mientras el primer caso puede pasar días o semanas sin hacer caca y no le pasa nada, este bebé del segundo caso va estando más irritable conforme pasan los días.

En ambos casos, cuando por fin hace (lo que ocurre en este segundo caso cuando coinciden movimiento de tripa y apertura del «esfínter voluntario» por casualidad), la caca es blanda.

En este segundo caso el niño mejora tras hacer caca. Está más tranquilo, llora menos, come mejor.

Lo que yo aprendí del Pseudo estreñimiento del lactante es que si el bebé hace caca blanda, aunque tarde varios días, no hay que hacer nada. Pero ¿y si, como pasa en este segundo caso está molesto y mejora al hacer?

¿Podemos hacer algo cuando pasa varios días cada vez más molesto, con la barriga más llena y come peor? Pues mi opinión es que sí. Que podemos ayudarle a relajar el «esfínter voluntario» haciéndolo cuando tiene movimiento de tripa, que vacíe, cedan las molestias y el bebé esté mejor. Y para eso lo que recomiendo es usar microenemas de glicerina (ni supositorios, ni ramas de geranio, ni bastoncillos con aceite, ni cerillas…). Aunque a veces basta con levantarle las piernas y separar los cachetes del culete unas cuantas veces.

¿Es recomendable hacer esto con mucha frecuencia? Pues no. Sólo lo veo necesario cuando tras varios días sin hacer es evidente que el bebé lo está pasando mal. Pero en esos casos no veo justificación para no aliviarle pudiendo hacerlo.

Entonces oigo frases como:

Lo vas a acostumbrar a que sólo haga estimulándole. Mi experiencia me dice que esto no es cierto, sino que con hacerlo unas pocas veces el bebé aprende a hacerlo sólo.

Le vas a hacer daño en el culete. Si se hace adecuadamente (echando una gota de glicerina en el ano antes de empezar a manipular, introduciendo la cánula no más de 1-1,5 cm y moviendo la cánula con delicadeza), no se hace daño.

Los estreñimientos es mejor curarlos por arriba, no por abajo. Estoy de acuerdo, pero cuando es estreñimiento. Esto es un fallo de coordinación del «esfínter» que no se soluciona con laxantes. Darían más retortijones, más dolor, pero no resolverían el problema.

Como de costumbre, problemas que no son realmente enfermedades, y no tienen respuestas simples, pero las hay. Y pese a no ser enfermedades pueden producir un malestar que podemos mejorar. Ante todo, no os preocupéis, es algo que acaba resolviéndose en unas semanas y que no tiene una causa grave. Pero entenderlo nos permite ayudar al bienestar de nuestro bebé cuando podemos hacerlo.