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Menú para Bebé de x meses

Menú para Bebés de X meses.

¿No sabes qué preparar en el Menú Para Bebés de una edad determinada? No te puedes perder este artículo. Tras leerlo no necesitarás más menús.

Es un tema que pedís sin parar. Os gustaría que os dé un menú para bebés de cada edad desde que se empieza la alimentación complementaria.

Quisieras tener una especie de dieta organizada con una comida específica para cada toma. El objetivo sería tener la seguridad de que alimentas bien a tu bebé.

Pero ¿y si te digo que es más simple y que en realidad no necesitas un menú para bebés?

Todo depende del planteamiento que hagamos.

No es necesario un Menú para el Bebé

En los primeros meses de vida el menú para el bebé es muy simple: Leche.

Ahí va todo lo que el niño necesita. No le hace falta infusiones ni nada más. La leche le aporta una dieta equilibrada para su edad.

El tema llega con la introducción de la alimentación complementaria.

Pero hay muchas formas de hacer esto. Se han usado durante mucho tiempo listas de introducción de la alimentación complementaria. Pero para mí estas listas son un error. Aunque yo las he usado. Es lo que me enseñaron durante mi formación como pediatra.

En la actualidad lo que recomiendo es una opción que tal vez muchos conozcáis: El Baby Led Weaning o BLW.

Uno de los principios del BLW es precisamente que el bebé no tiene que tener un menú diferente al nuestro. Que son muy pocos los alimentos que no debe tomar antes de una edad concreta.

Básicamente debemos excluir:

  • Antes del año: Verduras de hoja verde (intoxicación por nitritos), miel (intoxicación botulínica).
  • Antes de los dos años: Pescado azúl grande y marisco (metales pesados), huevo crudo (salmonelosis).
  • Mientras te acuerdes de la última vez que se atragantó: Frutos secos (causa más frecuente de muerte por atragantamiento).

Quitando esos alimentos un bebé puede tomar en su menú de todo lo demás que incluiríamos en una dieta sana para nosotros.

Así que vamos al tema fundamental.

El menú para bebé más sano es el mismo menú de sus padres mientras sea una dieta equilibrada

Voy a darte unos consejos concretos:

  • No te preocupes por el menú del bebé, preocupate de tener una dieta equilibrada en casa para todos. Y esto se basa en:
    • Intentar que la dieta incluya todos los grupos alimentarios:

      • Lácteos. Mientras siga tomando pecho no precisa otros, pero puede tomarlos:
        • Leche artificial: Podría tomar leche adaptada hasta el año, a partir del año leche de vaca entera.
        • Yogur: Desde el momento que le llame la atención y haga por probarlo. Yogur natural (azucarado o no, no edulcorado).
        • Queso: Una vez que muestra interés por tomarlo puede hacerlo. Cualquier tipo de queso.
      • Cereales. Los mismos que tomas tú: Arroz cocido, harina de maiz, pastas, pan, galletas, bizcochos, migas, cuscús. Y si pueden ser integrales mejor.
      • Frutas. TODAS.
      • Verduras. Todas menos las de hoja verde antes del año. A partir del año además las de hoja verde.
      • Carnes. TODAS.
      • Pescados. Pescado blanco y pescado azul pequeño todo. Pescado azul grande y marisco a partir de los dos años y en poca cantidad hasta los 6-8 años.
      • Legumbres. Todas desde el momento que muestre interés por probarlas.
    • Si te preocupa la calidad consume todo lo que puedas en Alimentos Ecológicos.

    • Evita Conservantes y Colorantes.

    • Usa para cocinar sal y especias, pero en cantidad moderada.

    • Mejor si cocináis en casa que alimentos precocinados. Si recurres a precocinados mejor si son ecológicos, sin conservantes, sin colorantes y sin azúcar añadida.

    • Hacer que estos grupos estén presentes en el menú del bebé de forma equilibrada:

      • A diario debemos ofrecer: Lácteos, Cereales, Frutas y Verduras.
      • Unos días carne y otros pescado intentando que haya un equilibrio de casi mitad y mitad.
      • Legumbres entre 2 y 4 veces por semana.
      • Huevo y derivados un par de días por semana.
    • Respetar que el niño tome la cantidad que le apetezca y si toma cantidades pequeñas símplemente ofrecer más veces. Nunca pelees con tu hijo para que coma.

    • Plato único. Si ofrecemos de todo en cada comida los niños tienden a escoger siempre los mismos alimentos, los que prefieren. Para evitarlo:

      • Haz 5 comidas al día: Desayuno, media mañana, comida, merienda, cena.
      • En cada una de esas comidas ofrece un plato único. No hagas 1º, 2º y postre. La mayoría cuando haces eso pasan del 1º, picotean el 2º y se toman el postre.
      • Los horarios son flexibles. Si ofreces una toma y muestra poco interés o rechazo, simplemente retírala y ofrece de nuevo la misma comida un rato después. Algunos niños no hacen las 5 tomas, pueden hacer 3, o hacer 10…
    • Evitar en la dieta lo que la distorsiona:

      • Bebidas distintas del agua. Por lo general todas contienen azúcar. El azúcar regula el apetito. Si toman bebidas con azúcar comen menos. Ofrece sólo agua, ni siquiera zumos de frutas naturales.
      • Supuestos alimentos para niños. Por desgracia gran parte de los productos alimentarios que se crean para niños son sólo productos de consumo. Básicamente son productos muy ricos en azúcar, porque se sabe que a los niños les encanta (y a los adultos). Luego se pretende que aportan suplementos de «esto o aquello» para venderlos como «buenos para que el niño esté sano». Pero la realidad es que desplazan de la alimentación de los niños a otros alimentos mejores, empobreciendo la dieta. Mi consejo es claro: Compra comida sana para la familia. No compres nada específico para el niño. Los suplementos están indicados sólo cuando, a pesar de tener una dieta equilibrada, tiene una carencia concreta.
      • Evita lo que sabes que no es sano. No pretendo que tu hijo sea el único que no tome una chuchería, unos gusanitos, un poco de tarta, un helado o un dulce navideño… Pero no los compres. Que sea algo que llega de forma esporádica a su alimentación, no una constante. Si tú no los compras jamás siempre habrá en su entorno quien se lo ofrezca. Mientras sea algo excepcional (con excepcional me refiero a una vez a la semana o menos frecuente) no hay problema. Pero si hay quien entiende la relación con el niño sólo como ofrecerle lo que no debe comer o tú haces un hábito del consumo de estos productos, tenemos un problema.

Si eres capaz de aplicar todo lo que te he recomendado en este artículo, de verdad, no te preocupes por el menú correcto.

Los menús con cantidades exactas son falsos, agobiantes, imposibles de sostener en el tiempo y sobre todo INNECESARIOS.

Si de verdad un niño recibe una Dieta Variada y Equilibrada, ya se encarga su intestino de absorber más de lo que necesita y dejar pasar lo que le sobra en cada momento.

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Los 1000 primeros días de la vida definen el futuro del bebé

Los 1000 primeros días de la vida del bebé

Los 1000 primeros días de vida ocurren los cambios en la expresión de nuestros genes que puede inducir el entorno en el que crecemos. Su influencia en la infancia y en el resto de nuestra vida son clave.

Se habla cada vez más de los «1000 primeros días de vida» y de su importancia en la salud durante el resto de nuestra existencia.

Yo he hablado ya en alguna ocasión de la programación de conductas y de la programación metabólica. Con estas ideas me refiero a algo que hoy voy a explicar con algo más de profundidad.

Los 1000 primeros días de vida y la Epigenética.

Adaptación al entorno

Somos seres muy adaptativos. La clave de los seres vivos para sobrevivir en distintos entornos consiste en adaptarse lo mejor posible a ellos.

Pero hay muchas condiciones del entorno que cambian de una generación a otra de forma importante. La genética aquí tiene su papel.

Los individuos con determinados genes tienen una mejor capacidad de adaptación al entorno y eso les permite llegar a reproducirse, transmitiendo esos genes a sus descendientes.

A su vez, cuando se genera un individuo nuevo, pueden aparecer ciertas variaciones del ADN que lo hacen diferente del que heredó de sus padres. A esto lo llamamos mutaciones. Aquellas que supongan una ventaja para adaptarse al entorno se transmitirán con más facilidad a la generaciones siguientes. Las que impliquen una desventaja se irán extinguiendo solas.

El problema es que este proceso de adaptación genética es mucho más lento que la velocidad a la que cambia el entorno. Desde el punto de vista genético poco hemos cambiado en los últimos 100,000 años. Pero sin embargo el cambio del entorno como consecuencia del desarrollo de la civilización humana ha sido radical.

Por eso cada vez cobran más importancia otros mecanismos de adaptación de la especie. Son mecanismos que afectan sólo al individuo concreto y a sus descendientes una o dos generaciones más adelante.

Epigenética

Es lo que llamamos Epigenética. Son cambios en la expresión del ADN. Nuestra información genética no se expresa totalmente. Tenemos mucha más información de la que usamos. Estamos preparados para dar distintas respuestas al entorno modificando las partes del ADN que usemos.

Destacamos los 1000 primeros días de vida porque son el período en el que la capacidad adaptativa Epigenética está al máximo. Estos 1000 primeros días de vida incluyen el período de embarazo (desde las condiciones en que los progenitores llegan a la propia concepción) hasta el final de los 2 primeros años de vida.

Cuando superamos esa edad nuestra capacidad de adaptación se va reduciendo lentamente, aunque sigue estando ahí.

Es como si estos 1000 días sirviesen al organismo para entender las características del entorno en el que va a tener que desarrollarse. Disponemos en nuestra genética de una gran abanico de herramientas para adaptarnos a entornos muy diferentes en los que nuestra especie ha ido viviendo durante su evolución. En esta primera fase vamos probando cuáles son los más útiles y cuáles deshechar.

Programación emocional, inmunológica y metabólica en los 1000 primeros días de vida

Hay tres aspectos esenciales el resto de nuestra vida que se definen en gran medida en esta etapa inicial:

– Emociones.

– Inmunología.

– Metabolismo.

Estos tres campos, que además se comunican entre sí, son nuestra caja de herramientas para adaptarnos al entorno.

Programación Emocional en los 1000 primeros días de vida

Las emociones son las respuestas psicológicas básicas. Son inconscientes. Podemos meditar sobre ellas y en cierta medida modificarlas de forma conscientes. Pero se desencadenan y modifican nuestra conducta sin intervención de la razón.

Todos tenemos un abanico de conductas que pueden llevarnos a lograr lo que necesitamos. Las emociones se modulan durante los primeros años de vida en función del resultado que las conductas nos dan. De modo que si obtienen lo que se necesita aparece el placer, que premia a las conductas que han llevado a ese resultado, y si no se obtiene lo que se necesita aparece el dolor. La forma en la que nos adaptamos en ese juego va modulando nuestras emociones.

Aunque podemos modificar en el futuro esas conductas y las emociones ligadas a ellas, es mucho más difícil hacer estables esos cambios en la edad adulta que en la primera infancia.

Programación Inmunológica en los 1000 primeros días de vida

En este campo también es esencial lo que hagamos. No es igual criarse en un ambiente aséptico que en uno en el que hay muchos gérmenes y parásitos. La modulación del sistema defensivo debe ser muy diferente. Incluso en el segundo caso, depende mucho de cuál sea el tipo de gérmenes y parásitos con los que nos relacionamos.

Este es uno de los aspectos que más ha cambiado con la civilización actual y que más está favoreciendo la aparición de alergias, problemas de autoinmunidad y cáncer.

Programación Metabólica en los 1000 primeros días de vida

La alimentación de los padres antes de la concepción, la de la madre durante el embarazo y la lactancia, y la del bebé durante los 2 primeros años de vida, influyen de forma clarísima en la modulación de nuestro metabolismo para el resto de nuestra vida.

Cada vez conocemos más sobre la importancia de ciertos momentos y ciertos nutrientes clave cuya carencia (o el exceso de otros) puede determinar cambios adaptativos en el metabolismo.

La Epigenética es un tema apasionante. Porque significa que cuidando ciertos aspectos de lo que hacemos en los primeros 1000 días de vida del niño podemos ayudarle a tener una vida mucho más sana en el futuro. Es Medicina Preventiva con mayúsculas. Seguiremos hablando de este tema.

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Baby-led Weaning: Miedo al atragantamiento

Baby-led weaning, miedo al atragantamiento

El BLW es introducir los alimentos dejando que el bebé los pruebe al ritmo que le apetezca. Uno de los mayores miedos que tienen muchos es que se atragante.

BLW o Baby-led weaning es un término inglés que podemos traducir como «Alimentación Dirigida por el Bebé». Es como otras muchas tendencias una vuelta a lo que se hizo siempre abandonando cosas que durante años se han defendido como «lo correcto».

Durante los últimos 60 años se ha enseñado a los pediatras y nosotros hemos recomendado a los padres Listas de Introducción de la Alimentación en los Lactantes. Antes de esas listas cada familia hacía esa introducción de un modo algo diferente. Dependía fundamentalmente de lo que hubiera disponible y del interés que el bebé mostrase por probar.

En el momento que la Pediatría apareció como especialidad Reglada, empezó a Reglarlo todo.

Y ahora algunos estamos en la labor de A-rreglar lo que no debió Reglarse. El Baby-led weaning es parte de este proceso

Me explico. Una Lista del tipo: «A los x meses toca probar X alimento, con y meses toca Y alimento, con z meses toca Z alimento…» es un absurdo que:

  1. Destroza la iniciativa del bebé al querer probar alimentos nuevos. Ya que no se le permite hasta que cumple la norma.
  2. Genera ansiedad a los padres al tener que atenerse a esa norma. Les hace creer que saltársela puede perjudicar a su hijo, cuando no es así.
  3. Hace que padres y niños sigan una pauta que no tiene ninguna base científica. Es imposible que haya una fecha concreta que sea la correcta para introducir cierto alimento en Todos Los Niños.
  4. Empobrece la dieta: Hay mucha variedad de alimentos. Una lista o es breve o es inmanejable, por lo que necesariamente o no hay lista o describe una dieta pobre. Cuando por ejemplo se dice que hay que dejar x días entre la introducción de un alimento y el siguiente estamos enlenteciendo el proceso. Eso limita la variedad de alimentos que el bebé habrá tomado antes de volverse selectivo.

Porque los bebés se vuelve selectivos ¿o no lo sabías?

En la relación de los bebés con la comida podemos definir varias fases:

  1. Una primera en la que el bebé sólo muestra interés por la leche.
  2. Antes o después empieza a mostrar interés por la comida de los mayores. El bebé ya es capaz de tomar objetos en su mano y llevarlos a su boca. En esta fase que dura en torno a un año el niño tiene curiosidad por probar constantemente sabores y texturas diferentes. 
  3. Más tarde o más temprano, la precaución sustituye a la curiosidad. Poco a poco en su afán por experimentar acaba teniendo alguna mala experiencia: Alimentos que le sientan mal, cosas que tienen mal sabor, cosas que queman, pican o amargan… Y el bebé empieza a volverse selectivo rechazando cada vez más aquello que no conoce.
  4. Al final llegamos a una fase en la que se escogen los alimentos de forma consciente. Escogemos lo que nos gusta o sabemos que es mejor para nuestra alimentación. Unos se guían por lo primero y otros por lo segundo.

En este proceso la fase 2 es clave. Esa fase en la que la curiosidad manda.

Podemos comparar la alimentación con un abanico amplio que vamos abriendo en esa fase. Cada vez probamos y aceptamos más sabores y texturas.

Si entorpecemos o enlentecemos innecesariamente la iniciativa del bebé y los padres en esa fase, cuando acabe, tendremos un abanico poco abierto.

Será casi imposible abrir ese abanico más allá, al menos en la fase 3, que puede durar la mayor parte de la infancia.

¿Sabes de niños que ven una mijita de tomate en la comida y se niega a probarla si no eliminas todos los restos de esta verdura?

¿Conoces niños que se niegan a comer alimentos sin triturar hasta los 5-6 años o más?

¿En tu entorno hay niños a los que resulta imposible sacar de una dieta pobre que es lo mismo que tomaba de bebé, años después?

Son muchos los que vemos en la consulta. Acuden porque «comen mal», «están estreñidos», «se provocan el vómito si les das algo fuera de su dieta restringida», «rechazan probar cualquier cosa nueva»…

La causa en la mayoría es no haberles permitido comer lo que querían durante la fase en la que querían probarlo todo.

El miedo a que se atragante haciendo Baby-led weaning

¿Sabes cuál es uno de los mayores enemigos del niño en su desarrollo? El miedo de sus padres. Es inevitable. Nos da miedo la primera vez que come sólido, la primera vez que lo dejamos con alguien, la primera vez que camina… Y seguirá dándonos miedo cuando escoja pareja, cuando se vaya a vivir lejos, cuando decida cuál será su vida…

Ese miedo es nuestro. Y seguirá ahí. Es parte de ser madre o padre. Pero cuando nuestros miedos impiden que nuestro hijo se desarrolle, cuando nuestra precaución acaba siendo perjudicial para nuestro hijo… Es un error.

Hablando del atragantamiento

Desde que un niño tiene capacidad de tomar un objeto en su mano y llevárselo a la boca, existe el riesgo de que se atragante.

No depende de que tú decidas dejarle comer alimentos sin triturar o no. Acabará echándose a la boca cualquier cosa, alimento o no.

Acabará atragantándose. Antes o después.

Pero las posibilidades de que lo resuelva bien aumentan si el niño sabe manejar sólidos en su boca. Y se reducen si no sabe hacerlo.

La solución para que un niño no se ahogue en el mar si vive junto a la playa no es que no lo pise hasta los 25 años, sino que aprenda a nadar cuanto antes.

Del mismo modo, desde que un niño muestra su capacidad e interés por llevárselo todo a la boca, la solución es permitírselo para que aprenda a manejar esos sólidos sin ahogarse.

Premisas para hacer Baby-led weaning de forma segura

Pero igual que no le enseñamos a nadar abandonándolo 10 minutos a ver que pasa, no podemos dejarle sólo comiendo sólidos sin vigilancia.

Y del mismo modo que no le enseñas a nadar en alta mar, tampoco empezamos dándole picatostes o trocitos de ternera a la brasa.

Hay alimentos blando que se deshacen con facilidad y otros que no pueden deshacerse más que masticando un buen rato. Evidentemente hasta que no tenga dientes (más concretamente muelas) con los que masticar, no va a poder triturar alimentos duros. Lo que no quiere decir que no pueda tomarlos:

  1. Alimentos blandos. Si un alimento se deshace con facilidad con dos dedos y no tiene hebras que puedan quedarse a mitad de camino el bebé puede deshacerlos con facilidad con sus encías y lengua. Aunque no tenga dientes podemos dejarle que los tome manejándolos por sí mismo.
  2. Con Alimentos duros. Si un alimento no es fácil de deshacer con dos dedos, sólo puede deshacerse masticando un rato, no podemos ofrecerlo en trocitos hasta que tenga dientes con los que masticar. Pero sí puede ofrecerse en un trozo tan grande que no le quepa en la boca. De modo que podrá chuparlo, pero no comerlo. Poco a poco llegará a trocearlo por sí mismo, lo que significa que ya puede procesarlo en su boca.

¿Y si se atraganta haciendo Baby-led weaning?

Sea porque ha tomado algo que no debía, porque lo haga con el potito, con leche, con su propia mucosidad o haciendo BLW, si un niño se atraganta ponlo boca abajo. 

Me sigue asombrando ver a niños atragantándose, a veces con líquidos fáciles de eliminar, y a los que les rodean mirándoles agobiados sin saber qué hacer. Algunos les soplan, otros les sacuden… Lo que hay que hacer es ayudar al niño a expulsar lo que está ocupando la vía respiratoria. Y ahí la gravedad puede ayudar o entorpecer. Lo más básico es:

  • Si ves lo que le está atragantando y crees que puedes extraerlo de la boca con facilidad inténtalo.
  • Cuando no lo ves o es difícil de extraer ponlo boca abajo (para que la gravedad le ayude a salir) y dale palmadas en la espalda.

Esto es lo básico, básico, básico. Pero un consejo de pasada. ¿Te preocupan estos temas? Mi consejo es que hagas un curso de primeros auxilios y Reanimación Cardio Pulmonar Básica. Es uno de los tiempos «perdidos» que más puedes agradecer en algún momento de tu vida. Ojalá no haga falta. Pero si la hace, saber cómo actuar puede marcar la diferencia.

Preparándonos y usando el sentido común,

podemos acompañar a nuestro hijo en su desarrollo,

sin que nuestros miedos le limiten.

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Listas de Introducción de Alimentos para Bebés: Un Error

Listas de Introducción de Alimentos en bebés, Son un error y te cuento porqué.

Como Pediatra, me enseñaron una Lista de Introducción de Alimentos para Bebés que Ya No Uso. Te explico porqué creo que Es Un Error usarlas.

Cuando hice la especialidad de Pediatría en el Hospital San Cecilio de Granada, me explicaron una Lista de Introducción de Alimentos para Bebés que es la más extendida y recomendada por los pediatras.

En ese momento se decía que la alimentación complementaria comenzaba a los 4 meses con cereales sin gluten, dos semanas después fruta, dos semanas después verdura, dos semanas después carne….

Las Frutas eran Manzana, Naranja, Plátano y Pera.

Las Verduras Patata, Zanahoria, Judías verdes, Puerro y Apio.

Las Carnes Pollo, Ternera, Cordero y Cerdo…

Supuestamente esta Lista de Introducción de Alimentos para Bebés debía ser así para evitar la aparición de alergias e intolerancias alimentarias. Y facilitar el diagnóstico de la causa si aparecen.

Nos decían que los alimentos estaban ordenados de modo que ofrecemos más tarde los alimentos que pueden generar alergias o intolerancias con más frecuencia.

Esta Lista de Introducción de Alimentos para Bebés sigue siendo recomendada mayoritariamente. Pero yo no la uso ya. Soy un «converso».

Tal vez os preguntéis porqué ya no uso la Lista de Introducción de Alimentos para Bebés.

Pues porque genera problemas muy comunes en Alimentación Infantil.

Uno de los principales problemas hoy en día en Alimentación Infantil es Una Dieta Pobre. ¿Y qué tiene esto que ver con la Lista?

El problema es que esta Lista es Pobre. Como podéis ver incluye un número muy limitado de alimentos. 4-5 tipos de fruta o verdura es una muestra ridícula de la variedad real de la alimentación disponible.

Hay dos problemas fundamentales:

  1. No entender que el bebé pasa por fases y no podemos perderlas.
  2. No entender que establecer una pauta fija empeora la relación del niño con la comida.

Fases de Curiosidad y Precaución en Niños respecto a la comida.

Desde el momento en que un niño muestra interés por la comida de sus mayores intenta echar mano y llevarse la comida a su boca. Ante esa iniciativa tenemos dos opciones. Permitirlo o impedirlo.

Cuando establecemos una Lista de Introducción de Alimentos para Bebés y la respetamos negamos constantemente al niño la posibilidad de probar alimentos nuevos. Lo hacemos porque pide alimentos que no coinciden con la Pauta de «La Lista».

Como he comentado arriba, esta lista es pobre, tanto en variedad, como en sabores y texturas. Muy pobre comparada con una dieta completa. Pero además no tiene base científica alguna. No hay una razón para que la edad adecuada para introducir el pescado en la dieta sean los 7 meses, los 8 o los 15 meses y 4 días. Es imposible que exista algo así para todo alimento y válido para todo niño. Es absurdo. Pero actuamos como si no fuese así. Al dar las listas transmitimos a los padres que no atenerse a la cadencia de la Lista puede dañar la Salud de su Hijo. Y esto es totalmente falso.

Introducir alimentos que pueden generar alergia más tarde no sirve para evitar la aparición de alergias o reducir su intensidad. Todos los pediatras conocemos estudios que recomiendan hoy en día no retrasar la introducción del Gluten. Porque no solo no reducen la incidencia de alergia al gluten, sino que cuanto más tarde se introduce, más alergias.

Si unos padres se atienen a esta lista, que como explico no tiene ni pies ni cabeza científicamente hablando sólo pierden un tiempo precioso.

Un tiempo en el que el niño está dominado por la curiosidad. Esta fase suele durar hasta los 18-24 meses.

Es un periodo en el que los bebés quieren probarlo todo.

Tras esa fase llegará otra muy diferente en la que el niño se vuelve muy selectivo.

La Alimentación es un abanico que durante los primeros 18 meses el bebé abre con curiosidad incorporando sabores y texturas nuevas a su dieta conforme le llegan. Si se le permite.

Pero pasada esa fase se llega a una dominada por la precaución.

No es casualidad. Con los 18-24 meses el niño tiene ya capacidad de desplazarse y si sigue probando de todo es fácil que acabe intoxicado con productos venenosos.

Somos los descendientes de aquellos que aprenden a tomar sólo aquello que sus padres les permitieron comer antes de ser autónomos.

Si el abanico se abre mucho en la primera fase el niño tendrá una dieta variada el resto de su vida.

Si abrimos el abanico sólo un poco, el niño tendrá una dieta pobre durante al menos los primeros años de vida.

La Relación del Niño con la comida y La Lista

Pongamos un ejemplo, el pescado. No hay ninguna razón por la que el pescado pueda considerarse una fuente de proteínas peor que la carne. Es cierto que las alergias a pescados son más frecuentes que a la carne y que el pescado azul grande no es recomendable por el exceso de mercurio que contiene. Pero a excepción de los casos en que hay alergia y evitando esta variedad concreta, no hay razón alguna para que un bebé tome pescado a una edad concreta y menos aún para que lo haga antes o después que la carne.

En la lista que a mí me enseñaron cuando estudiaba para Pediatra me dijeron que el pescado blanco se iniciaba a los 9 meses. Un día antes sacrilegio, un día después sin problema….

¿Por qué es absurdo?

La cuestión es que la mayoría de los bebés antes de los 9 meses ven a sus padres comer pescado en muchas ocasiones. Si haces caso a la lista y no le dejas probarlo estás perdiendo ocasiones de que el bebé pruebe un alimento nuevo por iniciativa propia, cuando le apetece.

Esperamos y esperamos y por fin, a los 9 meses le ofrecemos el pescado. Y ese día no le apetece. Los bebés son así. Pero La Lista es «La Lista» y por lo menos tiene que probarlo.

Ahí estás tú, peleando para que pruebe un alimento que le has negado montones de veces en los meses previos. Y todo por atenerte a una lista si base alguna.

Lo que estás haciendo es cargarte la relación de tu hijo con la comida.

¿No hubiese sido mejor que lo hubiese probado cualquiera de esos días que tanto le apetecía? Por supuesto.

¿Qué podía haberle pasado por dárselo antes de los 9 meses? Nada que no pueda ocurrirle a los 9 meses. Si es alérgico le sentará mal, pero lo hará con 5 meses, con 9 meses o con 4 años.

Y esto lo hacemos con cada alimento para atenernos a una Lista totalmente arbitraria.

Luego nos quejaremos de que no hay forma de que tome alimentos nuevos, de que parece que no disfruta comiendo, de que no hay forma de que colabore en las comidas….

La Alternativa

Lo llaman BLW, Baby Led Weaning. O Introducción de la Alimentación Guiada por el Bebé. Es decir, con libertad para probar los alimentos en el momento que le apetezca. Son muy pocos los alimentos que no debemos ofrecer a un bebé antes de cierta edad. A saber:

  • Evita la leche entera, las verduras de hoja verde y la miel en menores de un año.
  • No des el pescado azul grande, el marisco y el huevo crudo en menores de dos años.
  • Huye de los frutos secos mientras te acuerdes de la última vez que se atragantó tu hijo.

Quitando esto el bebé puede probar cualquier alimento en el momento que muestre interés por hacerlo. Esa es tan buena fecha como cualquier otra.

Haciéndolo así es más fácil que el bebé tenga una dieta similar a la nuestra antes de volverse selectivo y la habrá descubierto disfrutando de cada nuevo alimento por iniciativa propia.

Tendrá una dieta variada y una buena relación con la comida.

Lo único que tú debes hacer es:

  • Anotar cuándo toma por primera vez cada alimento. Ya que saber cómo lo ha hecho facilita el diagnóstico de alergias o intolerancias si aparecen.
  • Observar si le sientan bien. Si aparecen erupciones en la piel, vómitos, diarrea, o molestias tras tomar por primera vez un alimento hay que estudiar si tiene alergia o intolerancia a él.
  • Intenta tener en casa una dieta sana y variada. Porque el niño acabará comiendo lo mismo que tú y si tú no comes sano el niño no lo hará.

Escoge la opción que te parezca mejor. Para mí no hay color.

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Alimentación del Bebé y el Niño Bebé de 2 meses Blog Cólico del Lactante Lactancia Artificial

Biberones Anticólicos

biberones anticólicos y su papel real en la solución del Cólico del Lactante.Biberones anticólicos como remedio para el Cólico del Lactante. Pueden ser parte de la solución, pero no lo remedian por sí solos. Tipos y utilidad.

Qué es el Cólico del Lactante

No todos los bebés lloran lo mismo. Suele hablarse de Cólico del Lactante cuando un bebé «teóricamente sano» menor de 3 meses llora más de 3 horas al día de forma inconsolable, más de 3 días por semana, más de 3 semanas seguidas. Esto es lo que define la regla de Wessel que se usa clásicamente para definir el cólico.

Os marco entre comillas «teóricamente sano», porque yo soy un convencido de que el cólico del lactante, cumpliendo esa definición, no existe. Para mí, cualquier bebé que llora de forma inconsolable (es decir, que no deja de llorar si cubrimos sus necesidades) es porque algo le duele. Y siempre hay una causa para ese dolor. Luego no está sano.

Para los que queráis un abordaje más a fondo de mi enfoque sobre el Cólico del Lactante podéis entrar en mi página Bebé sin Cólico. Lo que explica es cuáles son las causas más frecuentes de lo que confundimos como Cólico del Lactante. Aclara también cómo identificarlas y cómo resolverlas para acabar con el Cólico de un bebé concreto.

Qué son los Biberones Anticólicos

Si por algo se caracteriza el Cólico del Lactante es porque, como en todos los problemas de difícil solución, la lista de remedios ha ido creciendo cada vez más. Uno de los últimos en llegar ha sido una amplia gama de Biberones Anticólicos que prometen eliminar el llanto del bebé.

Os explico en lo que consisten y el porqué de su existencia.

Cuando un bebé toma el biberón está extrayendo leche de un recipiente cerrado cuya única salida es la abertura de la tetina por la que chupa la leche.

Si un bebé toma el biberón con ansiedad está generando una presión negativa al sacar la leche. Llega un momento en que esa presión es tan fuerte que:

  • Puede generar molestias en los oídos.
  • Obliga al bebé a interrumpir la toma para dejar que entre aire a través del orificio de la tetina hasta que se equilibra la presión.
  • El aire pasa a través de la leche oxidándola, lo que degrada algunos de sus componentes, como vitaminas, hierro… empobreciéndola.
  • Hace que el bebé coma con más ansiedad. Porque no le permitimos que tome la leche al ritmo que desea hacerlo. Lo que favorece que trague gases al comer.

Los biberones anticólicos añaden simplemente algo que permita entrar al aire conforme el bebé extrae la leche. Esto hace que el bebé pueda regulara el ritmo de salida de leche que desee con menos esfuerzo. Y además conservando mejor las cualidades nutricionales de la leche y evitando el dolor de oídos por presión negativa.

Tipos de Biberones Anticólicos

Para permitir la entrada de aire mientras el bebé extrae leche hay distintas soluciones:

  1. Un segundo orificio en la tetina que deje entrar aire en el biberón pero no salir a la leche. Soluciona la presión negativa, permite al bebé regular el ritmo de alimentación y evita el dolor de oídos. Pero no evita que el aire que entra pase a través de la leche oxidándola.
  2. Un sistema algo más complejo con un Tubo que lleva el aire directamente al fondo del biberón sin que atraviese la leche. Así cumple con todo lo anterior y además conserva mejor las cualidades nutricionales de la leche. Son levemente más complicados de montar y limpiar que los de la primera opción.

Cada tipo de biberón tiene formas de tetina diferentes. Y es otro factor a tener en cuenta, porque cada bebé se las apaña mejor con una forma concreta.

Yo suelo recomendar la segunda opción siempre que el bebé no rechace expresamente ese tipo de tetina.

En los casos en los que el biberón lo vamos a usar sólo de vez en cuando, en una lactancia materna suplementada (sea con leche materna o artificial) podéis usar el primer tipo, si os resulta más cómodo y el bebé prefiere alguno de esos modelos.

Pero cuando va a alimentarse completamente con Leche artificial a través del modelo de biberón que escojamos lo mejor es usar uno de los del segundo tipo, que conserve mejor las cualidades nutricionales de la leche.

Utilidad de los Biberones Anticólicos ¿Por qué no pueden resolver el Cólico por sí solos?

De las muchas causas que pueden dar lugar a Cólico del Lactante, una de ellas, es que el bebé coma con ansiedad.

Pero es sólo una de muchas causas. En unos pocos bebés puede que sea la única. Pero mucho más que el biberón con el que come la ansiedad depende de la frecuencia y cantidad de alimento que le ofrecemos.

Incluso sin usar biberones anticólicos un bebé en el que la ansiedad sea la única causa de Cólico mejora si le ofrecemos alimentarse libremente, con más frecuencia y hasta que se sacie.

Pero es verdad que aunque lo hagamos se mantiene la ansiedad por comer un tiempo, y que este se reduce si usamos biberones anticólicos.

De hecho, usar estos biberones no genera problemas en niños sin cólico. Por lo que cuando me preguntan yo recomiendo usar estos modelos de biberón en todos los bebés.

Si tu hijo tiene cólico del lactante te recomiendo que entres en este artículo para obtener más información:

Bebé sin Cólico

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Mi bebé no quiere comer

Mi bebé no quiere comer más

Las causas más frecuentes por las que un bebe no quiere comer. Cómo saber si come lo suficiente o tiene algún problema.

Como pediatra y como padre sé que una de las principales preocupaciones cuando estás criando un bebé es que se alimente bien. Cuando un bebé no quiere comer suenan todas las alarmas. Sabes que es una necesidad básica y que si no se alimenta bien va a afectar a su salud, a su crecimiento…

En la consulta soléis expresarlo tal cual: «Mi bebé no quiere comer».

Si ya me conocéis sabréis que para mí lo útil son los matices. Que son los detalles que diferencian cada caso los que pueden llevarnos a soluciones concretas y útiles. Así que voy a ir desgranando las variantes que veo en esa frase.

La primera distinción importante es el tiempo. ¿Tienes la sensación de que tu bebé come poco o rechaza la comida desde siempre o es algo nuevo que ocurre hace poco tiempo?

Esta distinción es esencial, porque cuando es desde siempre es el resultado de un problema crónico o parte de su forma de ser, mientras que si ocurre desde hace poco es fruto de un problema nuevo o una variante normal en los seres vivos.

Vamos a tratar cada uno de los casos.

Mi bebé no quiere comer desde nunca

Hay problemas crónicos que pueden hacer que un niño sea mal comedor durante años. Voy a poner un ejemplo que me gusta: El niño que tuvo cólico.

Seguramente sabrás que el Cólico del Lactante es un tema que me encanta. Básicamente hablamos de él en bebés que durante los primeros meses de vida lloran de forma inconsolable sin que haya un problema identificado que lo justifique.

En mi experiencia eso no existe. Todo bebé que llora lo hace para comunicar que no estamos cubriendo adecuadamente sus necesidades o que tiene molestias.

En los primeros meses de vida el bebé debe adaptarse a un montón de cambios. Algunos los lleva mejor y otros peor. Entre los problemas que pueden causar esas molestias que llamamos cólico están alergias e intolerancias alimentarias, reflujo ácido y otras cuantas más.

Primer ejemplo, lo rechaza todo: el Reflujo Ácido

Cuando un bebé nace casi no produce ácido en su estómago. Pero va a ir aumentando esa producción en las primeras semanas de vida.

Esto lo notamos porque cuando al principio echa alguna bocanada de leche, sale tal cual, sin cortar. Pero llega un momento en que si echa sale cortada. Huele a agrio y vemos como líquido transparente con grumitos blancos. Eso es leche cortada por el ácido del estómago.

El problema viene cuando se produce demasiado. Si esto ocurre aparecen las molestias. Lo más típico es que un bebé que antes comía tranquilo empiece a interrumpir las tomas llorando de dolor y arqueándose hacia atrás una y otra vez. Una toma tras otra.

Hay veces en que estos bebés no echan bocanadas y a pesar de todo ganan peso. Si esto ocurre puede que el Reflujo no se diagnostique. Y sin tratamiento este problema puede prolongarse durante meses. Suele acabar revirtiendo por sí solo, pero a veces tras más de un año de molestias en cada comida.

Esto puede marcar la relación del niño con la comida durante años. Que cada vez que comes acabes con dolor es la mejor forma de generarte un rechazo por el alimento. Son niños que por ser catalogados como cólico no resolvieron un problema que ha prolongado su efecto durante mucho más de los «para los 3 meses dicen que se quita».

Segundo ejemplo: Rechaza la leche, acepta queso y yogur

Algo similar puede ocurrir en las intolerancias o alergia alimentarias, en las que la molestia aparece tras tomar el alimento que se tolera mal. El más típico en nuestro medio son los niños que rechazan la leche líquida, pero aceptan el yogur o el queso. ¿Cuál es el motivo? ¿Qué diferencia hay entre una forma y otra de lácteos?

Pues la Lactosa. Yogur y queso son lácteos fermentados. Esto significa que la lactosa ha sido transformada en ácido láctico por los gérmenes que hacen el yogur o el queso. Por tanto son alimentos en los que la lactosa es casi inexistente.

La lactosa es un azúcar que no podemos absorber sin romperla. Para hacerlo producimos un enzima en nuestro intestino, la lactasa.

Pero hay gente que no produce cantidad suficiente. El resultado es que cuando toman cantidades importantes de lactosa (leche líquida) no la absorben. Queda en el intestino, donde algunas bacterias la aprovechan para alimentarse y generan gases y algunas sustancias que irritan el intestino.

Entonces ocurre que cada vez que el niño toma leche líquida tiene molestias al poco rato. Una y otra vez. Acaba relacionando la leche líquida con dolor y llega un momento que la rechaza.

Tercer ejemplo: Poco interés y se enfada si le insisto pero no para

Este grupo es importante. De hecho es el más frecuente en la consulta.

Hay bebés cuyas madres dicen que come mal, pero que no tienen molestias como los casos anteriores. Son bebés que están alegres, sanos y muy activos. Pero llega la comida y la liamos…

Incluso muchas madres me hacen una descripción pormenorizada de las cantidades que toma en el día y objetivamente son escasas comparado con la mayoría de bebés de su edad o peso.

Pero ellos están bien. Son activos, no paran y a excepción de las comidas, en las que el niño se pone a la defensiva y no paramos de pelear, el bebé está contento y sin molestias.

¿Qué ocurre? Pues que hay un problema. Pero no es del bebé, es nuestro. Tenemos unas expectativas sobre la cantidad que debería comer que superan lo que él necesita. Y el problema es nuestro, no suyo. Porque si realmente no estuviese cubriendo sus necesidades sería imposible que estuviese bien, activo y sano.

Yo suelo decir en broma que hay niños «diesel de bajo consumo».

Lo malo es que ante eso hacemos cosas que sí generan problemas reales con la comida.

Los dos errores más frecuentes que cometemos en esta situación son:

  • Pelear con el niño para que coma un poco más. Hacer esto de forma habitual no va a hacer que el niño coma más. En la práctica lo único que logramos es que la comida sea una experiencia desagradable para él. Un día tras otro, durante años.
  • Escoger para ofrecerle al niño aquellos alimentos que sabemos que toma con más facilidad. Cuando lo hacemos estamos empobreciendo la dieta del niño.

Ambas reacciones por nuestra parte empeoran realmente la alimentación del niño y generan problemas reales por no entender que cada niño tiene sus propias necesidades.

Mi bebé no quiere comer desde hace x días

El apetito es algo que puede variar mucho de un día a otro. De hecho es algo que se afecta con facilidad en cuanto un niño no está bien.

Sea porque se sienta triste, porque esté muy entretenido o porque tenga alguna enfermedad, comer es una necesidad que puede evitarse.

Cuando un niño está enfermo es habitual que pierda las ganas de comer momentáneamente. Pero no es ninguna catástrofe. Es normal que en esta situación puedan perder algo de peso. Pero una vez curados se recuperan con mucha facilidad.

Primer ejemplo: Tiene diarrea y mi bebé no quiere comer

Cuando un niño sufre una infección de barriga el intestino intenta expulsarla moviéndose con más rapidez de lo normal. Esto hace que aparezca la diarrea.

Es normal que un niño con diarrea, a pesar de tener hambre no sea capaz de comer la cantidad de comida que suele tomar cuando está bien. Suelen comer más veces, pero cantidades pequeñas. La razón es que el intestino se mueve cuando se llega. Cuando tienen diarrea el movimiento es más intenso aún llenándolo muy poco. Con lo que en cuanto toman una cantidad pequeña aparecen los retortijones. El niño siente molestia y evita comer.

En realidad es lo que tiene que hacer, cuando el intestino está mal pierde capacidad para digerir los alimentos y sólo lo tolera si las cantidades son pequeñas.

Por lo que cuando hay diarrea lo recomendable es ofrecer alimentos y bebidas fraccionando las tomas. Muchas veces, cantidades pequeñas. El niño hace de forma instintiva lo adecuado.

Si en esa situación le forzamos a comer más a pesar de los retortijones suele acabar en expulsión en forma de vómito o diarrea.

Segundo ejemplo: Mi bebé no quiere comer cuando toma antibióticos

Esto suele hacerme gracia. Tengo otro artículo en el que hablo de cuándo es adecuado dar antibióticos y cuándo no a un niño.

Hay madres que suelen decirme que no les gusta darle el antibiótico al niño aunque sea necesario porque cuando lo toman no comen nada.

Algunos de estos medicamentos pueden afectar al apetito. Pero en la mayoría de los casos no es el antibiótico el causante de la falta de hambre: La razón real es que siempre que lo toma es porque está enfermo. Y es la propia enfermedad la que le hace comer menos.

Como en el caso anterior no te preocupes. En cuanto ceda la infección, lo que hará antes gracias al antibiótico, el niño volverá a comer más y recuperara lo perdido.

Tercer ejemplo: Mi bebé no quiere comer cuando tiene mocos

Otro comentario muy normal: «Desde que está con moco come poco.»

El moco está compuesto principalmente de glucoproteínas y mucopolisacáridos. Es decir, básicamente, azúcar y proteínas. ¡Alimenta mucho!

Si un niño tiene abundantes mocos y los está tragando todo el día es normal que tenga menos hambre. Alimentan mucho, Aunque como son reciclaje de recursos no podemos esperar que engorde precisamente tomando mocos. Pero como lo anterior, es pasajero.

En todos estos casos en los que un niño reduce claramente la cantidad de comida que toma la clave es buscar la causa que lo provoca y tratarlo. Para ello, acude a tu pediatra.

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Síndrome de Intestino Corto en Niños

Síndrome de Intestino CortoSíndrome de Intestino Corto: ¿Qué ocurre si un niño pierde una parte importante de su intestino? Causas más frecuentes y alternativas de tratamiento.

Este artículo responde a la petición de Yelizabeth en nuestra comunidad de Facebook:

Explique sobre El Síndrome de Intestino Corto en memoria de Jesusito. Un niño que lo padeció y que acaba de fallecer!!!! Por favor doctor explique este tema!!!!!

Qué es el Síndrome de Intestino Corto

Intestino corto, partes del sistema digestivoEn nuestro aparato digestivo tenemos dos partes del intestino, el delgado y el grueso. Cuando hablamos de Síndrome de Intestino corto nos referimos a niños que han perdido una parte importante del Intestino Delgado.

La función del intestino delgado es digerir y absorber la mayor parte de los alimentos. El problema es que perdemos esa capacidad de digerir y absorber nutrientes.

Como en otras muchas enfermedades en el Síndrome de Intestino Corto hay muchas variantes que van a influir en lo serio que sea y en cómo va a tratarse. Más que en la cantidad, depende de la calidad. Hay niños a los que falta una porción mayor del intestino y sin embargo mantienen una funcionalidad mejor que otros que han perdido partes más pequeñas.

Cuando queremos considerar lo importante que es la pérdida de una parte del intestino hay 3 factores a tener en cuenta:

  • La longitud del intestino que queda. Evidentemente con pérdidas muy grandes, quede lo que quede, poco podrá hacer.
  • La localización de la parte que se pierde. El intestino delgado tiene 3 partes (duodeno, yeyuno, íleon). Se ha visto que la parte que al perderse tiene más importancia en la nutrición es el íleon. Porque en ella se reabsorven las sales biliares y se producen algunas funciones esenciales de la digestión.
  • Si se conserva o no la válvula ileo-cecal. Es una válvula que separa el intestino delgado del grueso. Su importancia se debe a que en el colon hay muchos gérmenes que no están en el intestino delgado. Esta válvula hace que se queden en esa zona y no colonicen más allá de la válvula. Si se pierde, muchos gérmenes que en el colon son beneficiosos pueden colonizar el intestino delgado irritándolo y empeorando los problemas digestivos.

Cuales son las causas más frecuentes de Síndrome de Intestino Corto en niños

Cuando hablamos de Intestino Corto en niños puede pensarse que son niños que nacen así, cono un intestino más corto de lo normal. Esto puede ocurrir. Hay malformaciones que consisten en eso.

Pero es más frecuente que el Intestino Corto sea consecuencia de que hemos tenido que acortarlo en una operación. Los motivos que más llevan a tener que operar a un bebé o a un niño, quitando una parte importante del intestino, son:

  • Atresias. Es decir, cuando una parte del intestino es más estrecha de lo normal. En estos casos el alimento no puede pasar adecuadamente a través de la zona estrecha y hay casos en que la única solución es eliminar la zona estrecha.
  • Enterocolitis necrotizante. Es uno de los problemas digestivos más característicos de los prematuros muy pequeños. Su intestino no está preparado para digerir los alimentos y a veces pueden presentar una falta de riego sanguíneo que hace que una parte del intestino se muera. Si no conseguimos parar el proceso puede ser necesario eliminar esa zona.
  • Vólvulos e invaginaciones. Es cuando el intestino se gira o se pliega de tal forma que no permite que llegue bien el riego de sangre a una parte de él. Si no se resuelve rápidamente puede dar lugar a que la parte a la que falta riego se muera y sea irrecuperable.
  • Accidentes: Golpes, perforaciones, intoxicaciones….

Consecuencias del Síndrome de Intestino Corto

Lo más habitual es una diarrea acuosa y una dificultad para digerir y absorber grasas y proteínas. Dentro de las grasas están algunas vitaminas importantes como la vitamina A, D y K.

También hay problema para recuperar las secreciones del hígado, las sales biliares. Esto hace que el hígado no funcione bien, pudiendo acumular demasiada grasa y que puedan aparecer piedras en la vesícula.

También puede aparecer una intolerancia a la lactosa (azúcar de la leche) y a la fructosa (azúcar de la fruta).

Por dos motivos:

  1. El más evidente es que cuanto menor es la superficie de intestino que puede digerir estos azúcares más azúcar queda sin romper.
  2. El segundo problema es cuando los gérmenes del intestino grueso invaden el intestino delgado irritando la poca mucosa viva que queda impidiendo que haga su función de romper los azúcares para poder absorberlos.

El resultado es una dificultad importante para nutrirse y una diarrea con pérdida de gran cantidad de los alimentos que el niño toma.

Evolución y Tratamiento del Síndrome de Intestino Corto en Niños

Hay varias fases de evolución tras perder una parte importante del intestino y quedar con un Intestino Corto:

  1. Primeros 3 meses tras la pérdida del intestino: En esta fase precisa alimentación Parenteral completa. Es decir, que son incapaces de alimentarse por boca. Y sufren una diarrea acuosa llamativa con irritación importante de la zona en torno al ano. 
  2. Entre los 3 meses y el año: Pueden empezar a recibir alimentos por vía oral (aunque la mayoría siguen llegando por vía venosa) y si la parte de intestino que queda es suficiente van digiriéndolos cada vez mejor. Mejora la diarrea, pero puede haber carencias importantes, especialmente de grasas, algunas vitaminas y minerales esenciales. Esto puede llevar a desarrollar problemas metabólicos.
  3. A partir del año: Como sigue recibiendo una parte importante de los nutrientes por vía venosa lo más frecuente es que tras un año cueste bastante conseguir una vena accesible a través de la cuál aportar aquellas cosas que el intestino corto no es capaz de digerir y absorber.

Cirugía y trasplantes en el Síndrome de Intestino Corto

En algunos casos hay operaciones que pueden mejorar el problema, alargando el intestino o mejorando algunos de los síntomas del Síndrome de Intestino Corto.

En aquellas ocasiones en las que la evolución es especialmente mala puede recurrirse al trasplante de intestino. Suele hacerse junto con otras vísceras, como el estómago y el hígado. La razón es que el riego de sangre de todos estos órganos viene de unas arterias comunes y es más fácil que un trasplante funcione cuantos menos vasos tengamos que reconstruir.

El problema del trasplante es que para evitar el rechazo lleva asociado un tratamiento de inmunodepresores que bajan las defensas. Esto hace que muchos niños mejoren la calidad de vida en cuanto a su capacidad de alimentarse, pero empiecen a tener infecciones que pueden ser graves. Aún así, en muchos casos es la mejor opción.

Será el especialista que lleve su caso quien informe a los padres de las opciones viables en cada caso. Porque dependiendo de las peculiaridades de cada niño la mejor solución en cada momento puede variar.

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Pezoneras en Lactancia Materna

Uso adecuado de las Pezoneras en Lactancia Materna

Pezoneras y su uso en la Lactancia Materna. Cuándo usarlas, cómo usarlas, riesgos de su uso, cómo retirarlas. Una explicación destinada a madres lactantes.

Qué son las Pezoneras

Pezonera de silicona para lactancia materna
Pezonera de silicona para lactancia materna

Las pezoneras son unos moldes, generalmente hechos de silicona que se usan para proteger al pezón durante la Lactancia Materna.

Hay muchas marcas en el mercado con pequeñas variaciones en cuanto a la forma. Pero lo mejor es que interfiera lo menos posible, por lo que cuanto más fina y más parecido a la forma natural del pezón, mejor.

Su uso es controvertido, porque tal vez se usan demasiado a la ligera y tienen sus inconvenientes. Evidentemente lo mejor es siempre lo natural. Pero cuando existen por algo es.

Cuándo suelen usarse las Pezoneras en la Lactancia Materna

Vamos a repasar algunos de los usos más habituales de las pezoneras. En todos los casos son problemas que tienen su causa y lo que debemos hacer en primer lugar es identificar esa causa y buscar la solución. En algunas de estas situaciones, mientras se logra arreglar el problema, las pezoneras pueden ser una herramienta útil.

Uso de Pezoneras para las Grietas en el pezón

Muchas madres, especialmente en los primeros días de vida de su hijo pueden presentar grietas. Esto es algo que se ha atribuido a muchas causas a lo largo del tiempo, pero en la actualidad tenemos claro que es por un mal agarre del pezón por el bebé. Es normal que esto pase en los primeros días de vida en los que ni la madre ni el niño tienen aún experiencia suficiente para hacer una acoplamiento adecuado. Pero no te agobies, todo puede aprenderse. Lo mejor si ocurre es que te asesore un experto en lactancia. Mientras que se curan, si las grietas hacen la lactancia muy dolorosa pueden usarse pezoneras.

Uso de las Pezoneras en el Rainaud del pezón

Es mucho menos conocido y más grave que lo anterior. El fenómeno de Raynaud consiste en que una zona de la piel, ante estímulos (tacto o frío) contrae de forma excesiva sus vasos sanguíneos, reduciendo tanto el riego de sangre que produce dolor.

Como el desencadenante puede ser el tacto, y está claro que en la lactancia se estimula en el pezón, puede aparecer como un dolor muy intenso. Sin grietas, pero con una coloración blanco azulada del pezón que tras retirar al bebé dura bastantes segundos antes de recuperar su color normal.

Cuando esto ocurre la solución es complicada. En algunos casos funciona aplicar calor antes e inmediatamente después de la toma. A veces mejora usando las pezoneras, porque parece reducir los estímulos que lo desencadenan.

Uso de Pezoneras en Micrognatia y otras malformaciones faciales del bebé

Hay muchas malformaciones de la cara del bebé que pueden dificultar el agarre en la lactancia materna. De ellas, la más frecuente es la micrognatia. Consiste en que el bebé tiene la mandíbula inferior más pequeña de lo normal con lo que la barbilla queda como hundida.

Esta forma de la cara dificulta un agarre adecuado. Hay posturas que pueden ayudar a mejorarlo, como la de sentar al bebé a caballito sobre la pierna de la madre acercándolo al pecho con la cabeza algo inclinada hacia atrás. Pero en algunos casos puede mejorar el agarre usando pezoneras.

Uso de Pezoneras en el Frenillo Lingual o Labial durante la lactancia materna

Otro motivo frecuente de mal agarre es la existencia de frenillos linguales o labiales. La solución definitiva de este problema pasa por cortar el frenillo. Pero no siempre es algo que se haga de forma tan rápida como debiera. Hasta que se hace las pezoneras pueden reducir las molestias asociadas al frenillo, fundamentalmente grietas en el pezón de la madre, y mejorar el vaciado.

Cómo se usan las Pezoneras

Cuando compras las pezoneras verás que van impregnadas de una grasa pegajosa. Se usa para evitar que se deterioren mientras son almacenadas hasta su primer uso.

Antes de usarlas por primera vez debes hervirlas. Al hacerlo se esterilizan (aunque no es imprescindible), pero ante todo se elimina esta grasa.

Aunque sea una obviedad la pezonera se coloca sobre el pezón. De forma que la zona más prominente se sitúa directamente sobre él.

Si la zona de alrededor no es redonda y parece tener algo como forma de luna, la zona más grande va hacia abajo. La zona menos grande hacia arriba. Esto lo hacen algunas marcas porque el agarre del pecho es asimétrico (el bebé toma el pecho con más zona bajo el pezón, con el labio inferior que con el labio superior).

La esterilización no es necesaria. Una pezonera no expuesta a suciedad especial puede ser usada tras tan sólo enjuagarla con agua corriente.

Riesgos por el uso de las Pezoneras y cómo reducirlos

Como todo en la vida, las pezoneras no son perfectas. Pueden generar también sus propios problemas. Y se le atribuyen algunos que no son reales. Voy a comentar los que con  más frecuencia se relacionan con su uso.

¿Dan Gases las pezoneras?

Si una pezonera está mal colocada teóricamente puede favorecer que el bebé trague más gases. Como es frecuente su uso en niños que tienen un mal agarre, no es raro que se asocien. Porque los niños que no tienen un buen agarre comen mal, lo que hace que tengan ansiedad por comer. Es esta ansiedad y no la pezonera la causante de los gases.

De hecho, si usamos la pezonera y le damos el pecho con mucha frecuencia mejorará el vaciado, aumentará la producción de leche y reduciremos la ansiedad por comer del bebé.

Por tanto, las pezoneras no tienen porqué producir gases. En la mayoría de los casos ayudan a reducirlos si se usan junto a una adecuada pauta de alimentación (con mucha frecuencia).

Infección del pezón, mastitis… y pezoneras

La pezonera es un cuerpo extraño. Esto no debemos olvidarlo. Las hay de látex y de silicona. Cada vez se usan con más frecuencia las segundas porque hay gente alérgica al látex.

Pero además de poder generar alergias, como decía, son un cuerpo extraño. También su fricción durante la toma puede dañar la piel del pezón en algunos casos (por ejemplo si la pezonera está mal colocada). Y cuando esto es así, la pezonera puede ser la base sobre la que aniden gérmenes que pueden infectar esa piel deteriorada.

Sólo en esta situación veo sentido a insistir en la esterilización de la pezonera. Lo explico en el punto siguiente.

Pezoneras y hongos en la boca del bebé

Una de las infecciones más llamativas durante los primeros meses de vida es la aparición de hongos en la boca del bebé. Cuando esto ocurre los hongos pueden permanecer en la pezonera, ya que es un material inerte y no se va a defender para eliminarlos por sí sola.

Podemos eliminarlos hirviéndola con agua y un poquito de bicarbonato. Basta con poner el agua a hervir en una olla y añadir una pizca de bicarbonato (con un pellizco es suficiente). Cuando rompa a hervir introducimos las pezoneras y las dejamos que hiervan durante un par de minutos.

Con eso basta. Además claro, de tratar la infección por hongos del bebé. Lo que suele hacerse con anti-fúngicos en crema o enjuagues.

El riesgo de que se haga dependiente de las Pezoneras

Es la principal crítica a esta herramienta. Mucha gente dice que lo mejor es evitarlas porque puede hacer que el bebé aprenda a tomar el pecho de una forma diferente y esto dé lugar a que no pueda prescindir nunca de ellas.

Ese riesgo existe. Pero cuando una lactancia es tan dolorosa o poco efectiva que está en juego perderla definitivamente, este es un mal menor.

Y además, una vez solucionados los problemas que nos llevaron a usarlas hay formas adecuadas para retirarlas.

Cómo retirar las Pezoneras

La clave es entender lo siguiente:

Un niño consciente es un niño que usa lo aprendido, uno menos consciente usa más su instinto.

Cuando por fin logramos que el pezón se repare (si estaba mal) de modo que la toma no sea ya dolorosa para la madre, y el niño esté bien alimentado, llega el momento de plantearnos la retirada de las pezoneras.

Aprovecha las tomas que el bebé hace cuando está más tranquilo, casi dormido, para empezar a dar el pecho sin pezoneras. Como te decía en estas tomas manda el instinto y es más fácil que el bebé use los mecanismos de succión que trae de serie en lugar de los aprendidos.

En aquellas tomas en las que al ofrecer el pecho sin pezoneras veas que pelea y lo rechaza usa las pezoneras. Pero conforme veas que va adaptándose a tomar sin ellas ve dejándolas como último recurso.

Si en cualquier momento vuelves a tener grietas puedes volver a usarlas para retirarlas una vez curadas.

Como en otros casos, las Pezoneras no son buenas ni malas. Son una herramienta útil si se utiliza bien, pero con sus riesgos. La información adecuada es la que hace que las uses bien cuando ayudan y puedas dejar de usarlas cuando sean innecesarias.

Si tienes dudas puedes hacer una

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Cómo evitar los gases del bebé: 3 claves

Medicamentos que no funcionan en el cólico del lactanteEvitar los gases del bebé es posible. Basta con entender las 3 causas más frecuentes y tratarlas adecuadamente para que se reduzcan de forma evidente.

Muchas veces al hablar de gases en el bebé o de Cólico del Lactante, que os aclaró que no es lo mismo, parece que fuese una maldición bíblica. Sin que haya una causa identificable, parece que a unos bebés les toca y a otros no.

Pues no es el caso. Todo bebé que tiene una cantidad de gases significativa, lo hace por motivos siempre identificables. Y lo más importante: Tratables. Por tanto sí que se pueden evitar los gases del bebé. Pero hay que entender las causas.

A mí me gusta simplificar mucho las cosas para que se entiendan. Y ese es el abordaje que tomé cuando me planteé cómo evitar los gases de los bebés.

Entender 3 ideas para evitar los gases del bebé

Si un bebé tiene muchos gases en su tripa no hay muchas formas de que esto ocurra. Básicamente el aparato digestivo es un tubo. Si en su interior hay muchos gases es porque:

  1. Entran muchos más gases de lo normal.
  2. Se fabrican en su interior muchos gases.
  3. Salen menos gases de los que deberían.

No hay más. Estas son las 3 causas genéricas que pueden explicar que un bebé acumule más gases de lo normal. Vamos a explicar cada una de esas vías para entenderlas y que identifiques en tu bebé las que pueden estar causando el problema.

¿Qué entendemos por muchos más gases de lo normal?

Pero antes de entrar en materia me vais a permitir que haga una aclaración: Cuándo debemos preocuparnos y hacer algo para evitar los gases del bebé. 

Os lo digo porque, todos los bebés tienen gases, y eso no implica que haya un problema en todos ellos.

Suelen interpretarse como problemas de gases muchas cosas que son, primero normales, y segundo, inevitables.

Por ejemplo, no son problemas de gases por los que tengamos que preocuparnos:

  1. Cuando un bebé no echa los gases después de cada toma. Pues eso. Que no es un reloj que toca las horas sistemáticamente. Que a veces echan los gases por arriba y otras por abajo. Y hay niños que raramente eructan después de las tomas. Pero si un niño no tiene molestias significativas por culpa de los gases es que no debemos preocuparnos, aunque no eche los gases tras la toma.
  2. Cuando un bebé da apretones con frecuencia como intentando hacer caca. Los bebés tienen un intestino muy activo. Se mueve con facilidad. Y más en cuanto empezamos a llenar el estómago. Es un reflejo que hace que la tripa haga sitio para la comida nueva que llega. Algunos bebés hacen caca en cada toma, pero si no es así mueven la tripa en cada toma. Con lo que cómo se alimentan comiendo con frecuencia tienen «apretones» casi todo el día. Dar apretones no es malo, es algo que va a seguir haciendo y que no podemos tratar. Si no hay dolor que le cause llanto, no consideramos que haya un problema en el que tengamos que plantearnos cómo evitar los gases del bebé.
  3. Cuando un bebé echa muchos gases. Sea por arriba o por abajo, si un bebé expulsa lo que creamos muchos gases, pero no tienen molestias, no hay problema. ¡Mejor fuera que dentro! De hecho el problema es cuando a pesar de echar muchos sí que tiene molestias, porque es signo de que realmente tiene tantos gases que a pesar de los muchos que salen quedan los suficientes para causar dolor.

Vamos ya al meollo de la cuestión.

Evitar los gases del bebé reduciendo los que entran

La razón esencial por la que entran muchos gases en la barriga de algunos bebés es Comer Con Ansiedad.

Y el motivo suele ser que el bebé no está recibiendo el alimento que necesita. O en cantidad o en frecuencia.

Cómo diferenciar una opción de la otra para saber cómo actuar:

– Cuando un bebé come poco, notamos que come con ansiedad y la ganancia de peso es escasa.

– Cuando un bebé come bastante pero con poca frecuencia, notamos que come con ansiedad y la ganancia de peso es suficiente o incluso por encima de lo normal.

La solución para empezar es ofrecer al bebé las tomas con más frecuencia.

Suelo recomendar, darle cada vez que pida, aunque haga 10 minutos de la última toma. Y si no pide, durante el día ofrecerle no dejando más de dos horas sin hacerlo. De noche, déjale descansar y hazlo tú.

Sólo me plantearía que puede necesitar más alimento además de con más frecuencia si, a pesar de ofrecerle con mucha frecuencia el bebé se queda con hambre tras la toma y la ganancia de peso es escasa.

Evitar los gases del bebé reduciendo los que se producen en su tripa

Hay dos formas de que se produzcan muchos gases en la tripa de un bebé:

  1. Que tenga una flora intestinal que fabrique muchos gases. Cuando un bebé nace no hay gérmenes en su intestino. Pero desde el primer día de vida empiezan a entrar y a colonizarlo. Si esos gérmenes son buenos, en lo que puede influir mucho que el parto sea vaginal o cesárea (el parto vaginal se asocia a una mejor flora que la cesárea), producen menos gases y nos ayudan en la digestión de los alimentos. Pero si no son los buenos pueden fermentar produciendo más gases, más malolientes y con toxinas que irritan el intestino.
  2. Que tenga una alergia o intolerancia a algo de lo que está comiendo. Es decir que en la leche haya algo que no le siente bien. Cuando toman biberón puede ser la lactosa o las proteínas de la leche de vaca. Hay alternativas para ambos casos. Si lo que toma es el pecho, puede ser algún alimento de los que toma la madre. Olvídate de los alimentos que pueden producir gases, no son esos. Si tú comes garbanzos los gases son para ti, no para el bebé. El problema más frecuente es que la madre tome algún alimento al que el bebé es alérgico. Los más habituales son leche de vaca, huevo, pescado…

Podemos evitar los gases que se producen en su tripa dando un probiótico que siembre «bichitos buenos» en su tripa o eliminando los alimentos que no tolera de su alimentación o de la de la madre, si toma pecho.

Evitar los gases del bebé aumentando los que salen

En otros niños el problema es la salida. Y no me refiero a los eructos. La mayoría de los gases no salen por arriba, sin por abajo. Un bebé puede estar perfectamente sin eructar, pero cuando no salen bien por abajo es cuando aparecen los problemas.

Aquí hay que diferenciar el estreñimiento real (caca dura) del Pseudo-estreñimiento del lactante (no hace con frecuencia y tiene molestias, pero cuando sale es blanda).

En el primer caso (caca dura) puede ser necesario el uso de laxantes. Recuerda no usarlos si la caca es blanda, aunque pase días sin hacer, porque dar el laxante si la caca es blanda suele empeorar las molestias.

En el caso de pasar varios días sin hacer caca, que cuando sale sea blanda, pero que se acompañe de molestias que empeoran conforme pasan los días sin hacer y mejoran el día que hace, la solución es ayudarle a relajar el ano para que abra cuando tiene retortijones, vacíe y se quede a gusto. Para eso pueden usarse sondas rectales, enemas…

Mi recomendación es que si tu hijo llora por culpa de los gases valores cuál o cuáles de la causas descritas puede estar en su origen y las trates todas a la vez para evitar los gases.

Cuando lo hacemos bien suele notarse una mejoría evidente en menos de una semana.

Hay otras causas que pueden estar en el origen de un cólico del lactante. Te recomiendo que leas la presentación de nuestro sistema de ayuda Bebé Sin Cólico. 

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Sal y especias en la comida de niños y bebés

Sal y especias en la comida de niños y bebés. Usarlas de forma sana.Sal y especias: Una de las razones por las que muchas familias hacen comida especial para sus bebés en lugar de darles la misma que comen todos.

Hasta yo lo he escrito: Sin especias y sin sal.

Pero….

Efectos perjudiciales de la sal y las especias en la salud de los bebés y niños

La sal en una dieta sana.

La sal es parte de todos nosotros. Es Cloruro Sódico. Cloro y sodio son junto al potasio los elementos salinos más importantes de nuestro organismo. Están en todos los líquidos de nuestro cuerpo. Así que los necesitamos.

Pueden perderse a través del sudor, la orina, las heces y las mucosidades que segregamos. Por lo que tenemos que reponer esa pérdida.

Pero no sólo están en nuestro cuerpo, sino en el de todos los seres vivos que constituyen nuestra alimentación. De modo que si no hay pérdidas importantes podemos obtener el sodio, el potasio y el cloro que necesitamos de los alimentos. Sin necesidad de añadirles sal.

Pero la sal nos gusta. De los sabores básicos, el dulce y el salado son los dos más llamativos y que más nos atraen. Lo que hace que mucha gente ingiera cantidades de sal añadida a la comida muy superiores a lo recomendable.

Cuando esto ocurre, el exceso de sal retiene líquido, especialmente fuera de las células, produciendo:
  • Deshidratación intracelular. La sal fundamental de las células es el potasio, la de los tejidos que las rodean el sodio. Cuando hay demasiado sodio atrae agua al exterior de las células dejándolas más secas de lo recomendable. Lo que dificulta su funcionamiento correcto.
  • Hipertensión. Uno de los sitios donde el sodio es la sal predominante es la sangre. Si hay mucho sodio aumenta el volumen de sangre que hay circulando lo que aumenta la tensión arterial. La hipertensión es llamada «asesino silencioso». Porque puede no dar síntomas llamativos, pero va deteriorando nuestro cuerpo hasta ser capaz de producir la muerte por infarto, hemorragia interna…
  • Sobrecarga de los riñones. Nuestros riñones son los encargados de mantener entre otras cosas un nivel de sales adecuado. Cuando hay mucha sal (sodio), tienen que eliminarla, lo que arrastra agua. Hacer esto de forma mantenida hace que tenga que trabajar a un ritmo muy superior al normal.

Así que está claro, mucha sal no es buena. Pero ni para el niño ni para nosotros. Lo primero que deberíamos pensar es «no añadir sal en la comida del bebé».

Pero lo ideal no es esto, sino usar la sal de forma razonable en la alimentación de toda la familia

Si en una familia cocinan con mucha sal, aunque al bebé no le añadan sal en su comida, acabará comiendo lo que los demás. Y al final tendrá una dieta con exceso de sal sufriendo sus consecuencias. Lo ideal no es que el bebé no la tenga en su comida, sino que la familia cocine con poca sal para siempre.

El problema añadido es que la restricción para evitar que salemos la comida del bebé hace que muchas familias cocinen a parte para él. Lo que no sólo es innecesario, sino contraproducente.

Uno de los objetivos en introducción de la alimentación complementaria es que acabe teniendo una dieta variada cuanto antes. Para lograrlo, lo mejor y más efectivo es que ofrezcamos al bebé nuestra misma comida al ritmo que le vaya apeteciendo. Con las únicas restricciones que estén realmente justificadas.

En el tema de la sal la clave buscando su salud no es que no la pruebe, sino que esté presente en su alimentación de forma razonable. Ahora y en el futuro. Es decir, que si en casa cocinamos de forma sana el bebé puede comer nuestra comida.

Especias y condimentos en la dieta del bebé

Pensemos en la típica carne con verduras para el bebé.

Muchos dirían que esto se prepara así:

Añades verduras (patata, zanahoria, calabaza, calabacín, judías verdes…) y carne.

Lo cueces todo al vapor.

Y ya cocido le añades un chorrito de aceite de oliva y lo trituras todo. ¡Ummmm!

¡Insulso!

No digo que no sea sanísimo.

Pero nosotros no comemos eso. Nosotros lo haríamos así:

Haces un sofrito con pimiento, tomate, ajo/cebolla.

Añades la carne parra que se sofría un poco.

Luego añadimos vino y unas hojitas de laurel, pimienta, tomillo… Dejamos que se rehogue hasta que el vino se consume.

Entonces añadimos agua y la verdura y lo dejamos cocer un buen rato.

¡Un estofado riquísimo!

Y no deja de ser sano.

En torno al año, uno de los problemas que muchos bebés tienen con la comida es que rechazan «su comida». Quieren comer «la nuestra». ¡Pues claro! ¡Tampoco tú quieres «su comida»!

Hacer una comida sin especias, cocinada de forma especial, mientras nosotros comemos diferente, es absurdo.

Las consecuencias son:
  • Doble trabajo. Tenemos que cocinar sin especias ni sal para él y condimentado para nosotros.
  • Peor relación del niño con la comida. Tiene una dieta menos variada, más pobre en texturas y sabores. Lo que puede hacer que en poco tiempo, cuando el bebé se vuelva selectivo, rechace cualquier novedad en la comida. Esto condena a muchos niños a tener una dieta pobre durante los 5-6 años siguientes.
  • Empeora nuestra relación con el niño. Tenemos que pelear con él para que no coma «lo nuestro» y coma «lo suyo».
  • Acabamos introduciendo alimentos peores que los que pretendíamos evitar. Por no darle de nuestra comida cocinada acabamos dándole muchos productos industriales «para niños». Estos productos en su mayoría incluyen colorantes, aditivos químicos y azúcar. Sustancias mucho más perjudiciales en la dieta del niño que unas especias o sal en cantidades razonables que podamos añadir a nuestra comida. Llegamos a esto porque el niño se aburre de una comida tan poco variada. Y ante su negativa a comer de nuevo el puré de verduras con carne al vapor, en lugar de darle nuestra comida de olla, mucho más sana. Y es que nadie hace publicidad de las bondades de un buen potaje o estofado y sí de los productos industriales hiperazucarados «para niños». Nos venden que estos productos aportan cosas importantes para su salud. Y naturalmente se olvidan de mencionar que para que al niño le guste añaden azúcar.

Si durante los primeros dos años no das al niño tu comida es fácil que acabe haciendo su paladar a comer otros alimentos mucho peores para su salud.

La clave no es evitar la sal y las especias en la dieta del bebé. Es usarlas de forma razonable en la dieta de toda la familia. Y si se hace así, no hay comida de mejor calidad para tu hijo que la tuya:

  1. Hecha de productos frescos que tú seleccionas por su calidad.
  2. Cocinada de forma que resulte sana, hoy con 6 meses y cuando tenga 16 años. Con una cantidad razonable de especias y sal.
  3. Más variada. Y en alimentación dieta sana = dieta variada.
  4. Sin elementos añadidos sin ninguna justificación nutricional (azúcar, colorantes, conservantes…).