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Escolarización, apego, socialización y circunstancias familiares

Escolarización, crianza con apego y circunstancias

Consideraciones antes de decidir el momento de escolarización de un niño. Porque hay muchísimos matices a tener en cuenta en cada caso y mucho dogmatismo.

Todos los que ya habéis leído artículos sobre crianza en esta web tendréis claro que soy muy defensor del Apego. Pero también que soy muy pragmático y me gusta derribar dogmatismos.

Cuando leo a algunos defensores del Apego en la Crianza diciendo que un niño debería tener contacto constante con su madre durante los 2-3 primeros años de vida y que hacer lo contrario le perjudica claramente, pienso: «¿En qué mundo vivirá esta gente? ¿Saben lo que decir eso significa en la práctica?»

Sabéis que no me importa pisar callos cuando surge la ocasión y voy allá. Me pondré el chubasquero, porque sé que me va a llover de todo. Podría ahorrármelo no escribiendo este artículo. Pero esta semana una madre me confesaba lo que no era capaz de decir en público. Que quería mucho a su hijo, había decidido criarlo de un modo concreto, pero cada vez más se sentía frustrada como persona y había momentos en los que el pánico se adueñaba de ella si pensaba en su futuro profesional. Hay que hablar de estas cosas y hacerlo con el realismo por delante.

La relación madre hijo

La relación madre-hijo debería estar presidida por el afecto. En esa relación toda madre que se precie de serlo pone en primer lugar las necesidades de su hijo y después las suyas. PERO:

Establecer una relación basada en el afecto hace que tu hijo no pueda estar bien si tú no lo estás. Y esto muchas veces se olvida o se simplifica demasiado.

La mentalidad de las mujeres hoy en día no es la de hace 100 años. Una mujer hoy en día es una persona con aspiraciones de realización personal y profesional.

Cuando se dice tal cual que para hacer Crianza Natural o con Apego hay que asumir que el niño debe mantener un contacto constante con la madre los primeros 3 años de vida y que no hacerlo, escolarizándolo o dejándolo al cuidado de otra persona le hace daño, lo que no se dice, pero va de fondo es: «El sitio de la madre está en la casa con sus hijos».

Esto es muy fuerte. No conozco a ningún defensor de la Crianza Natural que lo diga tal cual, pero lo están diciendo de forma subliminal.

A alguno cuando se le ha planteado de forma directa ha tenido «los santos Coj… » de soltarle a esa madre: «Tú sabrás qué es más importante para ti, si tu hijo o tu trabajo.»

¿Qué significa para una mujer dedicar a su hijo todo su tiempo durante los 3 primeros años de vida?

¿Qué implica si tiene 2 ó 3 hijos? ¿En el mundo actual? ¿Con la realidad laboral que tenemos? Con todas sus letras y de forma cruda: Su muerte profesional.

Ante eso muchas mujeres que intentan compatibilizarlo buscan opciones:

  • Un trabajo en casa que le permita seguir activa mientras cuida de su hijo. Con un horario flexible y sin tener que separarse de él. Pero la realidad es que no todas las profesiones permiten hacer esto. Y que muchos hijos mientras tengan a su madre a su lado demandan una atención constante que hace muy difícil la ejecución de cualquier trabajo.
  • «Sacrificarse por el bien de su hijo». Pero ¿cómo puede no afectar al bienestar de su hijo que se sienta frustrada? ¿Por qué cargar al niño con la responsabilidad de que su madre abandonase una profesión que le gustaba y le ayudaba a sentirse realizada como persona? ¿Cómo puede ese sacrificio no afectar al niño? La relación madre hijo es tan fuerte que una renuncia siempre afecta a ambos.
  • Volver al trabajo dedicando a su hijo todo el tiempo que puede fuera de él. Se plantee como se plantee es la opción mayoritaria. Pero para muchas mujeres va acompañado de una carga de culpabilidad que no tendría por qué estar implícita.

Circunstancias en cada caso

Hay familias donde ni se plantea la elección. ¿Qué pasa cuando los únicos ingresos provienen de la madre? ¿O cuando son tan escasos los generados por padre y madre que necesitan trabajar ambos?

¿Qué pasa cuando una madre lleva muchos años intentando desarrollar un proyecto profesional? ¿Es lógico que no tenga hijos? ¿Que si los tiene tire todos esos años de esfuerzo por la borda? ¿O que intente compatibilizar ambas facetas de su vida que la hacen una persona completa?

¿Quién tiene derecho a juzgar esas circunstancias estableciendo formas correctas o incorrectas de hacer las cosas? ¿Quién tiene derecho a revestir de culpabilidad una decisión u otra?

Escolarización

Una vez leí un libro en el que se explicaba desde la óptica de la Crianza con Apego lo que significa para un bebé «ser abandonado por su madre en la guardería». Tal como se describía era algo así como «ser una hija de pu.. egoísta que ha decidido que es más importante su realización personal que el bienestar de su hijo». ¡Ya vale!

Quien plantea como elección «¿Quieres a tu hijo o a tu trabajo?» está planteando una dicotomía que es falsa. Y o lo hace de forma consciente o es tan inconsciente que lo hace sin plantearse el daño que puede causar.

Podemos despotricar sobre lo absurdo de una baja maternal de sólo 4 meses, o sobre la discriminación que se quiera o no causa a nivel laboral el hecho de que la baja no sea obligatoria para el padre como lo es para la madre. Vamos camino de solucionar esto por fin…

Pero plantear como elección trabajo o amor a tu hijo. ¿Y si quitamos el sesgo hacia la madre y planteamos que ambos deberían dejar de trabajar si de verdad quieren a su hijo?

¿Y de qué vivimos?

Está claro que si ambos padres tienen necesidad de trabajar en un horario ampliado para sobrevivir lo razonable sería no tener hijos. Porque ¿quién los va a criar? Pero no es la situación habitual. Lo normal es un trabajo en el que tienes parte de tu tiempo al día trabajando (7-8 horas) y el resto en casa con tu hijo.

Pero para hacerlo compatible hace falta que alguien cuide del niño durante esas horas de trabajo. Porque la mayoría de los empleos no permiten tener al niño contigo.

Ante eso se puede tirar de familiares, generalmente los abuelos. Pero muchos para lograr ese trabajo han tenido que alejarse de su familia y no disponen de nadie que lo haga.

La opción real en muchas familias es trabajar y niño a la escuela infantil o no trabajar.

Ante esta disyuntiva muchos parecen plantear la escolarización como una especie de campo de concentración en el que los niños son abandonados llorando a su suerte durante las horas que están allí. Pero conozco muchos trabajadores de estos establecimientos. Son personas que están ahí por vocación, que no cuidarían mejor de su propio hijo de lo que lo hacen con los de los demás. Esto no tiene porqué ser algo negativo en absoluto. Implica que escojas y busques una guardería en la que te convenza su profesionalidad, su carácter y de verdad sientas que quien va a cuidar de tu hijo lo hace más por su vocación y compromiso que simplemente por cobrar un sueldo. Hoy en día diría que son mayoría.

Parece que no tener constantemente a su madre atendiendo sus necesidades fuese un problema y que una cuidadora que debe entender a varios niños no puede suplir eso de forma adecuada. Pero es que entonces yo debí acabar fatal. A mí me crió mi madre hasta los 3 años en casa. Pero con 6 hermanos más. ¿Qué tiempo podía dedicarme a mí en exclusiva? Muy poco. Pero yo jamás me he sentido poco amado o atendido por ella. El resto del tiempo interactuaba con mi padre y mis 6 hermanos. Lo mismo que esa interacción me enriqueció, una buena escuela infantil puede enriquecer la vida de tu hijo. Tener más personas a las que querer y que te quieran no resta, sino que suma.

Como en otros muchos aspectos, también aquí tendemos a sobre proteger a nuestros hijos mucho más de lo que se ha hecho nunca y de lo que necesitan. Incluso hasta el punto de perjudicarlos.

Tenemos miedo a que pillen infecciones en el Colegio, sin pensar que el sistema defensivo de nuestro hijo está totalmente preparado y que nunca hemos tenido más medios para combatir las infecciones si es necesario que en la actualidad. Al final ese miedo hace que el sistema defensivo en lugar de actuar contra las infecciones genere alergias. Piensa lo siguiente: Las infecciones se van, las alergias se quedan.

Algo similar pasa con las emociones. Vemos al niño como alguien totalmente indefenso y sin recursos emocionales. Pero lo normal nunca ha sido que los niños se criasen como reyes de la casa con dos o más adultos pendientes en exclusiva de sus necesidades. Ya te he contado lo que es una familia numerosa, que antes era lo normal. Pero ¿qué era una tribu? Papá y mamá no estaban permanentemente con el niño. Papá cazaba, mamá recolectaba y mucho tiempo los niños estaban todos juntos cuidados por los ancianos de la tribu.

Una pieza esencial en la maduración emocional es la interacción entre iguales de forma libre y no supervisada de forma estricta por “superiores”.

Nos preocupa pensar cómo lo pasará nuestro “Rey” cuando llegue al Colegio.

La realidad es que cuando entran 15 “Reyes” en una habitación, se proclama la República. Y eso no es nada negativo.

Con 7500 millones de habitantes en este planeta crecer creyendo que eres el centro del Universo es un “regalo envenenado”, del que algunos no se recuperan nunca. Tu hijo está preparado para seguir siendo especial, pero uno más….

Otro aspecto importante: Estímulos cambiantes

Muchas madres en la consulta que están las 24 horas del día con sus hijos de 2-3 años me dicen que están agotadas. Un niño necesita estímulos para desarrollar su cerebro. Es un necesidad tan básica como comer o dormir.

Y la clave es que tienen que ser cambiantes. No vale siempre lo mismo. Con 2-3 años los niños tienen su casa tan trillada que la única forma de recibir esos estímulos es que su madre o padre esté las 24 horas del día generándolos o pasar todo el día en la calle explorando. Si nos quedamos en casa un día porque llueve, por ejemplo, está irritable y lo pasa fatal…. Lo que te está diciendo tu hijo es que tu capacidad de darle estímulos está al límite y a él no le cubre su necesidad. Muchos de estos niños no sólo no lloran cuando van al Colegio, sino que les encanta y lo piden los fines de semana….

Así que dejemos de ver necesidades inexistentes y apreciemos lo que de positivo tiene salir de la zona de confort.

Valora tus propias circunstancias.

Si puedes cambiar un trabajo que no deja nada de tiempo por otro que te libera, puede ser una opción.

Intentar que el tiempo que estás con tu hijo se lo dediques realmente a él es positivo.

Pero no caigas en la trampa de plantear el amor a tu hijo como un altar en el que inmolarte como persona. Porque no es una carga que tu hijo tenga por qué soportar ni algo que vaya en favor de su bienestar. Simplemente te empobrecerá como persona y dañará a tu hijo a través de ti.

Si realmente dedicar toda tu vida a él es lo que te hace sentir plena, adelante, pero que no sea así no te hace peor madre.

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¿Necesita un niño aprender a dormir?… Entre el Colecho y Dejarlo Llorar…

Alternativas para descansar.

Es uno de los puntos clave de conflicto entre modelos de crianza de las últimas décadas. ¿Enseñar a dormir o dejar que evolucione sólo? En esta guerra hay muchos heridos, entre los cuidadores y los niños… Como tantas veces es cuestión de matices y de ir más allá de ideas simplistas.

Hay tantos modelos de crianza como familias. Incluso dentro de cada familia hay tantos modelos como cuidadores. Es más, una misma persona no cría a su segundo hijo igual que al primero…

Pero hay tendencias, y las personas que buscan información sobre cómo criar a sus hijos se ven influidas por esas tendencias.

Cuando hablamos de sueño infantil en los primeros años de vida hay dos modelos que son los más difundidos:

– Crianza con Apego.

– Crianza Conductista.

Crianza con Apego

¿Pero, es que hay Crianza sin Apego? El contacto, el afecto, la seguridad, son necesidades básicas de cualquier persona. Y especialmente en la infancia. Criar sin Apego es como criar sin comida… El Apego es el alimento emocional, tan necesario o más que el físico.

La Crianza con Apego puede enmarcarse como la parte emocional de la Crianza Respetuosa.

¿Y qué es la Crianza Respetuosa?

Cuando la Pediatría empezó como especialidad intentó hacerlo lo mejor posible. Pero estaba empezando, y como todo novato, los primeros pediatras tenían una seguridad basada en la ignorancia. 

Su trabajo fue tan bueno como era posible…. Si por ejemplo vemos cómo ha bajado la mortalidad infantil en un siglo, es algo increíble.

Pero se empezaron a poner normas a diestro y siniestro cuando aún no se comprendía lo que había. Se regulaba todo sin entender antes qué era lo que ocurría sin intervención del “experto” de forma espontánea tras un proceso de selección natural de miles de generaciones.

Para argumentar se usaban estadísticas. Porque se pensaba que “todo lo que no puede convertirse en matemáticas, no es ciencia”.

Si por ejemplo, el promedio de horas de sueño de un bebé es de x horas con x meses, debías forzar a tu bebé a dormir ese número de horas. Cuando en realidad ni uno sólo de los niños de esa muestra dormía todos los días el mismo número de horas.

Esta forma de entender las cosas genera una ansiedad en los padres que convierte en patológicos a todos los niños. Porque el que se ajusta más o menos en las horas de sueño a la media no lo hace en la comida, y el que lo hace en lo anterior no lo hace en las adquisiciones motoras. No hay niños de media en todo. De hecho no los hay de media en nada. Porque somos seres vivos con capacidad de adaptación en un ambiente cambiante. 

Tras décadas de aplicación de esas normas ha surgido una nueva tendencia en Puericultura muy crítica con la anterior que se basa en comprender primero y si acaso mejorar después.

Hay quien se queda sólo en comprender primero y aceptar como fatalistas que nada podemos hacer.

Así, en el tema del sueño hay libros que te explican genial la Antropología del Sueño Infantil, lo que es sin duda el primer paso necesario.

Te resumo:

Es normal que un bebé en las primeras semanas de vida coma y duerma a un ritmo uniforme durante el día y la noche.

En los primeros meses, la melatonina va marcando un ciclo circadiano que hace que poco a poco se espacien las tomas en la noche, descansando más.

Durante el día el bebé busca mucha comida, muchos estímulos y algo de descanso cuando no puede más. Por la noche descansa mucho y pide algo de comida y estímulos cuando el nivel de estos ya está demasiado bajo.

De modo que en torno a los 4 meses la mayoría de los bebés duerme con 1-3 tomas en la noche.

Pero de repente sucede un cambio radical entre los 4 y 7 meses: Bebés que dormían toda la noche con 1-3 despertares pasan a despertarse 5-10 o incluso más veces.

Y lo hacen con un patrón muy definido: Un ciclo de sueño algo más largo de entre 3 y 5 horas en la primera parte de la noche, y ciclos cortos de en torno a una hora o menos durante la segunda parte de la noche.

¿Por qué ocurre esto?

El cerebro va madurando. Y lo hace siguiendo un esquema que es resultado de la evolución de nuestra especie.

Cuando el bebé crece llega un momento que sus conductas se van haciendo más complejas:

– Un bebé pequeño de menos de 3 meses generalmente necesita para dormir que su necesidad de comida y estímulos esté cubierta. Cuando lo está se duerme sin más.

– Cuando el cerebro madura va formando circuitos cada vez más definidos. En la etapa anterior, día tras día se ha dormido mientras recibía estímulos y alimento hasta saciarse de ambos. Lo que ocurría en brazos de quien le cuidaba. Ese circuito se va afianzando hasta llegar un momento en que pasa a ser el mecanismo de elección para dormir.

– Al Crecer, el sueño también se va haciendo más complejo, las fases de sueño y sus funciones van definiéndose y especializándose. Y en torno a los 4-7 meses ya hay un ciclo de sueño más profundo y reparador, y tras completarlo, ciclos cortos más superficiales.

– Si juntas ambos conceptos, cada vez que sale de un ciclo de sueño, necesita entrar al siguiente. Pero su forma de volver a dormirse es un ritual definido: Recibir Estímulos y/o Comida de quien le cuida. Por lo que pide ayuda para completar ese ritual. Es un Ritual de Sueño Dependiente. 

No necesita la comida porque tenga hambre, sino porque es parte de su ritual de sueño.

Rituales de Sueño Independientes

Todos antes o después desarrollamos Rituales de Sueño que podemos realizar sin ayuda de nadie.

Hay bebés que con esos 4-7 meses siguen durmiendo la noche con menos de 3 tomas. Incluso con ninguna.

Esto es porque ya tienen un Ritual de Sueño Independiente que le permite volver a dormirse entre ciclo y ciclo de sueño. Esos ciclos los tiene como el que se despierta 10 veces, pero cada vez que se despierta vuelve a dormirse sin pedir ayuda.

Y pasa igual en niños que toman pecho o biberón. Hay quien dice que ese ritmo tan intensivo de tomas es necesario para mantener la lactancia materna. No es cierto. Hay niños que toman pecho durante años tomando 1-2 veces por noche. El pecho ajusta su cantidad y ritmo de producción a la pauta con la que es vaciado.

Y aquí es donde llegan las discrepancias en los modelos de crianza:

– Hay quienes defienden Esperar a que esos Rituales de Sueño Independiente aparezcan de forma espontánea. Y mientras tanto, para facilitar el paso entre ciclos de sueño facilitemos al niño el acceso al alimento y los estímulos metiéndolo en la cama de los padres: Colecho.

– Y quienes creen que es necesario Acelerar la adquisición de esos Rituales de Sueño Independiente para mejorar el descanso de la familia.

Unos preconizan el respeto a los ritmos del bebé, otros el descanso de los padres…

¿Cuál de los dos creo que se equivoca? Creo que los dos y ninguno.

¿Qué te recomiendo yo? Que primero respondas a una pregunta….

Sin tener en cuenta tus preferencias “filosóficas”

ni la idea preconcebida de cómo te gustaría resolver esta situación,

cuando ya estás frente a ella,

en esa edad en la que cambia el patrón de sueño (4-7 meses),

¿DESCANSÁIS TODOS BIEN?

Por un lado está el sueño del bebé

Un bebé que se despierta 10 veces en la noche y recibe los estímulos y alimento necesarios para completar su Ritual de Sueño Dependiente, descansa bien. Aunque se despierte 10 veces.

Evidentemente si cada vez que se despierta los padres se resisten a colaborar en su ritual y lo tienen un rato llorando hasta que ceden, su calidad de sueño y de vida, ya no es buena….

Por otro lado está el sueño de sus cuidadores

Cuando unos cuidadores deciden probar el Colecho para facilitar esa labor hay varias posibilidades:

  1. Que funcione. Hay cuidadores que escogen el Colecho y además lo disfrutan. Muchas madres me han dicho a lo largo de mi vida profesional que cuando notaron este cambio pasaron al bebé a la cama a su lado, empezaron a dormir a pecho descubierto y que el bebé se agarra al pecho y mama cada vez que lo desea. Que ella ni se entera y todos duermen genial.
  2. Que ni se intente. Hay cuidadores que rechazan de entrada el Colecho. Les da miedo, no lo desean, están convencidos de que es contraproducente…. No son pocas las familias en las que una diferencia de criterio respecto a esto genera conflictos de pareja muy serios.
  3. Que se intente, y no funcione. No todos tenemos la misma facilidad para dormirnos. Hay cuidadores con el sueño ligero, que ante cualquier ruido o movimiento del bebé se despiertan. Y a los que cuesta mucho dormirse de nuevo. Descansar bien con un bebé al lado cuando esto ocurre es labor imposible.

Las familias del primer grupo asumen que el bebé acabará desarrollando un Ritual de Sueño Independiente cuando esté preparado para ello y mientras tanto hacen Colecho.

Pero ¿Qué le toca a los del 2º o 3º grupo?

Para muchos defensores de la Crianza con Apego, la prioridad es la necesidad del bebé y toca convencer a los cuidadores del 2º grupo de que se equivocan y prueben el Colecho.

Pero ¿y si los convencemos de que no hay nada perjudicial en el Colecho, lo prueban y son del 3º grupo?

¿Qué hacemos con las familias que descansan fatal haciendo Colecho?

Para algunos, de nuevo el Apego manda. Es una necesidad básica del bebé y toca que los cuidadores “se sacrifiquen”.

Y aquí llega el matiz.

Si defendemos el Apego, ¿no debemos defender la Calidad del Apego?

¿Es lo mismo para un bebé recibir estímulos emocionales de unos cuidadores descansados y de buen humor, que de unos zombis cabreados? Claramente no….

Cuando la mala calidad de sueño durante meses o años pone en serio peligro la convivencia familiar, ¿no estamos perjudicando de forma evidente el desarrollo emocional del bebé? 

Podemos dar todos los argumentos Antropológicos que queramos para justificar que el Colecho es la solución, pero si el resultado en una familia es una mala calidad de sueño, no dejan de ser Disertaciones Bizantinas…

La realidad es que si el Colecho no funciona debemos ofrecer alternativas, o todos saldrán perjudicados. Incluido el bebé. De hecho, especialmente el bebé, que es el que más puede verse afectado en su futuro desarrollo emocional. 

Y aquí entran en escena los “métodos para Aprender a Dormir Sólo”

Que sí, que queda muy guay un eslogan en plan “tu bebé no necesita que le enseñes a dormir, como no necesita que le enseñes a respirar”. ¡Qué ocurrente! ¡Qué bueno! Está genial si te dedicas a Publicidad o eres Humorista… Pero ¡es que no duermen!

¡Que hay familias que llevan meses con noches desastrosas!

Que lo último que necesitan es un chiste o que les digas que el problema es suyo y no descansan por culpa de sus prejuicios contra el Colecho.

Parece que los profesionales, cuando no somos capaces de ofrecer alternativas a los cuidadores, en lugar de ampliar nuestro conocimiento y flexibilizar nuestras ideas, tendemos a culpabilizarles a ellos. Y nos quedamos tan a gusto…

Es que es muy gratificante estar en el lado ganador. Cuando se ve esta discusión como una cuestión de Dialéctica, de lucha de ideas, de a ver qué tendencia gana, las medias tintas no venden.

A mí me han dicho a veces que lo mismo piso un charco que el contrario. Sería más fácil decantarse por uno sólo de los bandos, coger la bandera y a aplastar a los contrarios. Se siente uno tan bien portando una bandera con miles de seguidores incondicionales detrás apoyándote….

Pero es que “en todos los charcos” hay familias que necesitan ayuda, y los “contrarios”, a los que pretendemos aplastar, son familias que tienen tanto interés en criar bien a sus hijos como tú. Y que no lo están consiguiendo con tu método.

Yo no tengo ningún interés en alzarme con el trofeo de “hemos aplastado al contrario”. Porque ese contrario son familias y sus bebés.

Así que sí. Lo natural es el Colecho.

Si no lo has probado, te recomiendo que lo hagas.

Pero si no te funciona hay Alternativas.

Y son mejores que un Colecho que no funciona, porque todos necesitamos descansar. Y si no descansas vas a perjudicar a tu hijo, por mucho espíritu de sacrificio que tengas.

Lo que pasa es que hay “alternativas” y Alternativas.

¿Has oído hablar del método Estivill?

Pues no lo apliques. Se puede conseguir lo mismo sin dejar llorar a tu hijo.

El problema no es modificar el Ritual de Sueño. Como has leído ya, creo que es algo muy necesario a veces.

La cuestión es que no hace falta dejar llorar a un niño para hacerlo. Se puede hacer un Cambio de Ritual sin llorar.

De hecho el propio Estivill está revisando su propio método (¡ya era hora!).

Ya publiqué en Junio de 2013 este artículo expicándote “Cómo enseñar a un bebé a domir sin dejarle llorar”.

O si prefieres ver una visión de conjunto más completa y en papel puedes hacerlo en mi libro:

Crianza Respetuosa.

Gracias por leer más de 2200 palabras para entender mi visión sobre este tema. Sé que la mayoría de la gente prefiere una explicación sencilla y breve.

Pero la verdad está en los matices.

Te agradecería que compartas este artículo, porque las visiones simplistas en este tema están haciendo mucho daño.

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Destete Respetuoso: No ofrecer, no negar

Destete respetuoso. No ofrecer, no negar.

Hay muchas situaciones en las que se puede decidir finalizar la lactancia materna: ¿Cómo hacerlo de forma respetuosa?

Hablar de destete respetuoso tiene tres vertientes:

Respetar la decisión de las dos únicas personas implicadas en ello: La madre y el lactante.

Hoy en día se hace mucha divulgación de apoyo a la lactancia. Tanta que a veces olvidamos que hay casos en los cuales una madre escoge o necesita no darla. No debe sentirse culpable por ello, y nadie tiene derecho a juzgarla. También hay casos en que los niños no van bien con lactancia materna. Muchos de esos casos son solucionables, pero otros no. Por eso el momento del destete es cuando la madre o el niño lo deciden o hay un problema que no somos capaces de solucionar y afecta seriamente al bienestar de ambos. La opinión de los demás sobra. No hay una edad definida para el destete. Decir que por encima de cierta edad la lactancia es perjudicial o inútil es Mentira.

Respetar el ritmo de destete que cada niño necesite.

Cuando la decisión de no tomar más el pecho surge del niño la cosa es más fácil y es lo ideal. Puede ocurrir de forma progresiva (lo más habitual) o de golpe (mucho más raro). Si ocurre de golpe el problema suele ser para la madre (¿qué hago ahora con esa leche y cómo reduzco la producción sin molestias?). Pero hay casos en los que aunque el niño no quiera dejar el pecho la madre necesita que ocurra (no voy a entrar en concretar cuales, de nuevo respeto, es la madre la única cualificada para decidirlo). En estos casos hay dos opciones: El tratamiento hormonal para detener la producción de forma radical o la retirada paulatina. Yo recomiendo la segunda siempre que sea posible (a veces por motivos de salud de la madre es necesario una eliminación rápida). Al final hablaré de esa retirada paulatina: No ofrecer, no negar.

Respetar al cuerpo de la madre para evitar problemas habituales.

Cuando se usa medicación para retirar la lactancia de golpe pueden surgir problemas. Evidentemente el pecho no deja de producir en 10 minutos y la adaptación rápida de un pecho productivo a uno improductivo puede llevar a veces a ingurgitaciones, mastitis… Cualquier cambio de adaptación del cuerpo es siempre mejor si se hace de forma gradual. Hay casos en los que por motivos de salud de la madre importantes no tenemos ese tiempo y entonces usamos la medicación. Pero siempre que se pueda es mejor la retirada paulatina.

¿Has pensado en dejar el pecho porque no duermes?

Sólo un apunte más: De los motivos por los que muchas madres me cuentan que quieren dejar la lactancia, el más frecuente es que el bebé pide con tanta frecuencia el pecho de noche que hace imposible el descanso. Suele ocurrir a partir de los 5-6 meses. Cuando los patrones de sueño se definen. Para muchos niños el ritual de sueño es precisamente tomar el pecho. Cuando esto ocurre existe la alternativa de cambiar el ritual de sueño y mantener el pecho con tan sólo un destete nocturno.

No ofrecer, no negar

Sea cual sea el motivo por el que finalmente hemos decidido dejar de dar el pecho a un niño que lo tomaba ya de forma estable, la mejor opción que conozco para el destete es ésta:

  1. Si tu hijo te pide el pecho dáselo. Evitas así que se sienta rechazado.
  2. Pero si no lo pide no se lo ofrezcas. Lo que en la práctica supone que las tomas se van espaciando y el pecho va a producir cada vez menos hasta que llegue un momento en que ya no dé leche.

Este proceso puede durar a veces varios meses. Lo normal es que sea de unas semanas. Será más corto cuanto más preparado estuviese el niño para prescindir del pecho, tanto desde el punto de vista afectivo como el nutricional. Y os recomiendo que no lo forcéis.

Desde el punto de vista afectivo, al tiempo que ofreces menos el pecho, aumenta tus otras muestras de afecto. E intenta cuando le das el pecho no hacerlo con quejas o mal humor. Esto es importante para que el niño no viva el destete como un rechazo.

Esta decisión es reversible en cualquier momento si el niño sigue aceptando el pecho. Basta con aumentar la frecuencia de las tomas que le ofrecemos para de nuevo volver a tener pecho suficiente.

¿Y en cuanto a lácteos alternativos al pecho? Depende de la edad del niño.

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Estímulos: La 3ª Necesidad del Bebé

La 3º necesidad del bebé: EstímulosEstímulos para que se desarrolle su cerebro. Esa necesidad básica del bebé con la que nadie cuenta. Junto a Comer y Dormir lo más necesario para crecer.

Cuando se habla de las necesidades de un bebé casi todo el mundo espera que un «buen Bebé» sea «comer y dormir».

Efectivamente el bebé necesita comer para obtener nutrientes que usa en su actividad y en su crecimiento. Necesita dormir, para regenerarse y descansar.

Pero mucha gente olvida una tercera necesidad que no es sólo importante en los bebés, también en nosotros. Esta necesidad esencial son los Estímulos.

Evolución de las 3 necesidades básicas del bebé en los primeros días de vida.

Voy a hacer una pequeña descripción de cómo evolucionan las tres necesidades básicas del bebé durante los primeros días de vida para que lo entendáis y lleguemos a comprender la importancia de los Estímulos. Sus 3 necesidades básicas se mueven en un equilibrio constante en el que el bebé actúa atendiendo o pidiendo en cada momento aquella de la que tiene más necesidad.

Cuando un bebé nace, tras unos minutos de adaptación inicial, tiene una necesidad imperiosa de dormir. El parto es un proceso duro para la madre y también para el bebé. Ha hecho un gran esfuerzo, primero soportando la expulsión del útero e inmediatamente adaptándose a controlar la temperatura, respirar, cambiar la circulación para llevar la sangre a los pulmones en vez de hacerlo hacia la placenta….

Hasta ese momento se ha estado alimentando de forma constante a través de la placenta y si lo logramos habrá tomado el pecho justo al nacer. Tras eso estará agotado y habrá recibido una gran carga de estímulos en poco tiempo. Va a dormirse y durante los primeros 2-3 días de vida esta va a ser su prioridad, descansar.

En estos primeros días recibe estímulos sin que hagamos nada a un ritmo muy superior al que estaba acostumbrado. La luz, el tacto, el ruido, el olfato y los sabores, son mucho más intensos de lo que nunca ha sentido y sin que hagamos nada recibe un torrente de estímulos que cubre su necesidad de sobra.

Dormirá muchas horas al día, despertando cuando tenga hambre para saciarla lo justo y volver a dormir enseguida.

Tras descansar lo suficiente, para el 3º o 4º día hacen su aparición de verdad la necesidad de comer y la de estímulos.

Es como si hubiésemos «despertado al monstruo». Empieza a llorar si nos retrasamos un instante en alimentarlo. Ésta ha pasado a ser la necesidad esencial y puede demandarla cada pocos minutos, dejando en muchos casos no más de 2 horas sin pedir comida en ningún momento.

Si, como es lo adecuado, le damos de comer cada vez que pida, sueño y comida irán equilibrando su balance y comerá cada vez más tranquilo, espaciando poco a poco las tomas.

Es entonces cuando empezamos a notar que el bebé empieza a llorar por el tercer motivo.

Ha dormido, acaba de comer, lo dejamos en la cuna o a nuestro lado en la cama… y llora. Lo tomamos en brazos y se calla. Volvemos a soltarlo y de nuevo llanto… Vuelves a tomarlo, lo paseas y se calma…

Ha aparecido la necesidad de estímulos.

Los distintos tipos de Estímulos para el Bebé

Todo intento de esquematizar cualquier cosa es una simplificación. Pero a veces pueden ser útiles. Podríamos distinguir tres tipos básicos de estímulos que el bebé consume:

  • Afectivos. Contacto, seguridad, comunicación son estímulos necesarios para cualquier ser humano. Se puede vivir sin ellos, pero empeorando mucho la calidad de vida si faltan.
  • Posturales. Todos necesitamos cambiar de postura con cierta frecuencia. Pero un bebé tiene muy limitada su capacidad de hacerlo, de modo que cuando tras mantener un rato la misma postura necesita hacerlo, muestra su incomodidad y si no se le ayuda a moverse, llora.
  • Sensoriales. Estímulos visuales nuevos (cambio del ambiente o del punto de vista desde el que se observa), sonidos nuevos, olores cambiantes… Nuestro cerebro consume estos estímulos como la comida o el oxígeno. Si agota la novedad de los que recibe y no hay cambios, llora.

Para qué usa el bebé los Estímulos y por qué pide tantos

Un bebé es un ser humano en rápido desarrollo en muchos aspectos. Uno de los más importantes es el desarrollo cerebral. Un cerebro de bebé es un gran mar lleno de conexiones posibles, de las que tendrá que eliminar aquellas inútiles en su adaptación al entorno y reforzará las que le sirvan para hacerlo.

La forma en la que se produce este proceso es reaccionando a estímulos del entorno en el que crece. Su supervivencia, su bienestar, su felicidad, dependen de que este proceso se produzca pronto y bien. Por eso no puede permitirse ralentizarlo por debajo de cierto ritmo. Cuando detecta que el flujo necesario de estímulos no está cubriéndose llora para conseguirlos.

No hay un proceso consciente en esto. Es como el hambre, es una sensación de malestar que crece conforme la necesidad va creciendo sin ser cubierta.

Dar estímulos no es malcriar, es colaborar en su desarrollo

Cuando un bebé pide estímulos y no se los damos llora. Cuando se los damos deja de llorar. Pero es una necesidad importante y variable. No la cubres y ya está para x horas.

Pretender que un  bebé pase x tiempo sin recibir estímulos nuevos por parte de sus cuidadores es tan ilusorio en esta fase como establecer una pauta fija de alimentación. No hay una pauta correcta y constante. La pauta es darle los estímulos al ritmo que su cerebro los consume.

Ante esto hay dos opciones: Dejarlo llorar o darle lo que pide.

Dejarlo llorar es absurdo, estás negando a tu hijo algo que necesita, que sabes lo que es y que no le perjudica.

La educación no consiste en negar algo así. Si lo hacemos, como para el bebé es algo que necesita para sobrevivir y desarrollarse, va a luchar por conseguirlo. La única pregunta es ¿hasta dónde quieres empeorar su relación contigo haciendo que te vea como alguien que le niega lo que necesita?

Educar es ayudarle a entender cuándo lo que pide no debe tenerlo porque le perjudica. Pero es algo que no ocurrirá hasta bastantes meses más adelante. Al principio el bebé sólo demanda que se cubran necesidades elementales. Y atenderlas no es malcriar es cuidar. No atenderlas no es educar, es descuidar.

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Mi bebé no duerme en todo el día

Mi Bebé no duerme en todo el día, tendrá algún problema.«Mi bebé no duerme en todo el día». Cuándo es por un problema y cuándo es parte de su carácter. Otras características en bebés que casi no duermen de día.

Mi bebé no duerme en todo el día

¿Es posible? Hablamos de bebés de pocas semanas o pocos meses. ¿Puede un bebé de esa edad estar bien sin dormir durante horas y horas?

Todas habréis leído que los bebés duermen mucho más cuanto más pequeños son. Y que conforme crecen van reduciendo el número de horas que duermen al día estando cada vez más activos, especialmente durante el día.

Esto se debe a dos motivos:

  • Conforme un bebé crece se hace cada vez más marcado el ritmo día/noche. De forma que tienden a estar más activos y alimentarse más durante el día y de noche tienden a espaciar las tomas y dormir más.
  • Al crecer las dos necesidades básicas de comer y dormir van dando espacio a la tercera esencial: Estímulos. Son necesarios para desarrollar su cerebro y conforme el bebé crece vemos que destina cada vez menos tiempo a dormir y más a buscar estímulos.

El resultado es que hay muchas estadísticas que te dicen cuánto es el tiempo normal que duermen los bebés en función de su edad. Hay que entender que estas cifras que te ofrecen son las medias. Pero que sin tener problemas hay bebés que duermen bastante más o bastante menos de las cifras que se mencionan en estas escalas.

Respecto a la pregunta ¿Hay realmente algún bebé que no duerme en todo el día? Puede que lo haya. Pero no conozco a ninguno. Me refiero en este caso a bebés menores de un año. Lo que sí que hay son bastantes que pueden estar activos durante 10, 12, 14 horas al día con muy breves siestas. A veces son siestas de no más de 10 minutos. Pero casi siempre estas siestas están ahí. Ahora después hablaremos de estos casos.

Por tanto la realidad en casi todos los casos es:

Mi bebé no duerme en todo el día. Bueno, sí que duerme algo, pero muy poco y está mucho más activo que la mayoría de bebés de su edad.

La clave cuando esto ocurre es diferenciar dos situaciones:

  • Mi bebé no duerme en todo el día más, porque tiene un problema. Si no duerme más y notamos que el bebé no está bien, si tiene fiebre o llanto inconsolable, si come mal, si vemos signos de que algo no va bien como una piel irritada, mucosidad, tos…. debemos descartar que el bebé no duerma bien porque tenga algún problema. Cuando esto ocurre, la situación de no dormir en todo el día es algo nuevo. Son bebés que siempre han dormido más y de repente dejan de hacerlo con signos de que algo no va bien. Si esto ocurre mi recomendación es que lo lleves al Pediatra para que lo explore e identifique la causa.
  • Mi bebé no duerme en todo el día más, porque él es así y está sano siendo así. Pero hay bebés que desde siempre han sido así, en los que dormir poco o casi nada durante el día es la norma desde hace tiempo y sin embargo el bebé parece estar bien. Se alimenta bien, no tienen signos de dolor ni un llanto inconsolable. Estos bebés suelen llorar con frecuencia, pero suelen calmarse cuando le damos estímulos: Si lo tomas en brazos, si te levantas con él y le das un paseo, si cambias de ambiente, si sales a la calle… Cuando un bebé ya desde los primeros días o semanas de vida se comporta así solemos hablar de Bebés de Alta Demanda.

Mi bebé no duerme en todo el día, o casi ¿Será un Bebé de Alta Demanda? ¿Qué significa esto?

No todos los bebé son iguales. Podemos simplificar diciendo que un bebé tiene tres necesidades básicas: Comer, Dormir y Estímulos.

Hay bebés comilines, dormilones y De Alta Demanda. Dependiendo de cuál de las tres necesidades es la prioritaria para ellos.

El Bebé de Alta Demanda muestra que lo es ya desde los primeros días de vida. Habitualmente a partir del 2º o 3º días de vida, en cuanto supera la primera fase de agotamiento tras nacer.

Son llamativos porque demandan muchos estímulos y además cambiantes y eso se refleja en su relación con la comida y con el sueño.

Cómo come un bebé de alta demanda

Habitualmente hacen muchas tomas de poca cantidad. Como todos los bebés necesita comer. Pero como su necesidad prioritaria es buscar estímulos nuevos aguanta lo que puede mientras está distraído. Cuando por fin el hambre es ineludible parece que de repente lo estuvieses matando sin comer desde hace días. Pide comer desesperado. Pero en cuanto se sacia un poco se distrae con cualquier estímulo nuevo.

Por tanto son bebés que comen con ansiedad, pero hacen tomas muy numerosas y cortas.

Cómo duerme un bebé de alta demanda

Pueden pasar casi todo el día activos. Es llamativo que algunos de estos bebés, con pocas semanas, sean capaces de estar activos durante más de 10,12,14 horas, interrumpiendo esa actividad sólo con siestas cortas y a las que se resisten cuanto pueden. Su necesidad prioritaria es buscar estímulos y aunque estén reventados intentan aguantar despiertos.

Una cosa característica es que estas siestas sólo llegan si lo tomas en brazos cuando está agotado. Y que la siesta puede durar algo más si lo mantienes en brazos. Pero si lo separas de ti la siesta se acabó en 10-15 minutos. Dejándolo en brazos puede prolongarse hasta 1 hora o más. Pero como lo sueltes ya se ha acabado.

Esto se debe a que mientras lo tienes en brazos está recibiendo estímulos, con lo que puede prolongar la siesta ya que su necesidad primordial no está desatendida. Pero si lo dejas separado cesan los estímulos que recibía y si ha superado el agotamiento inaplazable que le llevó a dormir vuelve a la carga a por más estímulos.

Qué implica ser un bebé de alta demanda

Son bebés cuyo desarrollo neurológico es más rápido y el cerebro para desarrollarse necesita estímulos. Los consume para este proceso. Cuanto más rápido es el desarrollo cerebral de un bebé más estímulos consume. Por lo tanto ser bebé de alta demanda no es una mala noticia pero tiene su precio: Son agotadores.

Pero para su salud, dormir menos de lo que lo hacen los demás bebés de su edad no supone un problema. Y además es imposible conseguir que duerman mucho más.

Lo único que puede lograrlo es el porteo. Como el contacto le ofrece unos estímulos afectivos constantes si lo llevas mucho en mochila, fular o en tus brazos es más fácil que cuando necesite dormir lo haga. Mi recomendación en estos niños es que busques una buena mochila ergonómica y la uses tanto tiempo como veas que el bebé la acepta. Permite darle esos estímulos de forma más cómoda y dejando tus manos libres.

Si quieres saber más sobre los bebés de alta demanda puedes leer en estos artículos:

¿Cómo son los niños de alta demanda al ir creciendo?

Niños de alta demanda o Hipereactivos con déficit de atención

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Porqué evitar el castigo en la educación de los niños

Porqué el castigo no es una buena herramienta para educar.

Utilizar el castigo para educar a los niños es un gran error. Y por desgracia, un error muy común entre las familias de hoy en día. Descubre alternativas.

Hoy tenemos como invitada a Tania García, Fundadora de Edurespeta, Experta en Educación Respetuosa y Asesora Familiar, nos explica por qué el castigo se debe evitar en la educación de los hijos.

A veces nos equivocamos. El castigo es algo que la mayoría vivimos en nuestra infancia como una «técnica» normal en nuestra educación. Pero no hace otra cosa que alejarnos de nuestros hijos y fomentar la desconfianza en nuestro hogar.

Si, por ejemplo, amenazas a tu hijo con dejarlo sin móvil si no saca buenas notas, tu hija pega a su hermana y le das un cachete y la dejas sin ir al parque, tu hijo ha roto el reloj de su padre y le castigas sin ordenador, etc. No haces otra cosa que  dejar patente que no tienes las herramientas correctas y necesarias para educar a tus hijos como verdaderamente merecen, como merecéis todos los miembros de tu familia.

Existen dos grandes tipos de castigos: los físicos y los psicológicos.

Los primeros, son los relacionados con “el cachete”, “la torta”, “el empujón”, etc. Que, por supuesto, deben ser totalmente desechados y apartados de la vida de los hijos. Si no se lo harías ni a tu pareja ni a tu madre ¿por qué a tus hijos sí? .

Por otro lado, los psicológicos, abarcan a un gran número de actitudes que se tienen diariamente con los niños y que parece que pasen desapercibidas ante la sociedad, o que estén totalmente normalizadas. Tales como: amenazar, chantajear, ignorar, mentir, asustar, gritar, etc.

Esto, sólo indica que hay que cambiar, avanzar, mejorar…Porque los niños necesitan a unos padres comprensivos, que les atiendan, en los que poder confiar y aprender de la vida, tanto en los buenos como en los malos momentos.

Algunas de las consecuencias reales de utilizar el castigo, son:

  • Los niños actúan por sumisión: es decir, hacen las cosas movidos por un interés externo. Por temor a que se les niegue aquello que desean. Esto hace que, durante su infancia, adolescencia y, más tarde, en su vida adulta; sean personas sumisas, que viven con el objetivo de gustar a los demás, de realizar lo que otros quieren y no seguir libremente, su propio camino y sus propias decisiones.
  • Genera frustración y ansiedad: el ver que no confían en ti, que constantemente te cortan las alas, que no te dejan acertar o errar, que no valoran tus estados de ánimo sean cuales sean…te hunde, te frustra, te genera desazón. Y así crecerán, con frustración y tarde o temprano, con rabia.
  • Rebaja la autoestima y dificulta el conocimiento de uno mismo: cualquiera que no es tratado como se merece, se siente mal consigo mismo e incluso se acaba culpabilizando y sintiendo fuera de lugar. Esto, hará muy difícil el libre reconocimiento de sus habilidades físicas y psicológicas.
  • Dificultades sociales: estas frustraciones y baja autoestima, generan, a su vez, problemas para relacionarse. Problemas que perdurarán, si no se busca ayuda, probablemente, durante toda la vida adulta.

Ninguna madre/padre queremos esto para nuestros hijos. Y por ello, debemos ponernos a trabajar para conseguir tratar a los hijos con: empatía, reflexión, afecto, acompañamiento, igualdad, confianza, libertad, calma, coherencia, etc.

Si quieres aprender más, y sumergirte  en un nuevo camino, en donde aprenderás a educar con técnicas positivas y respetuosas y con las que nunca más te dejarás llevar por tu ira e incomprensión….

Anímate a realizar la Formación Intensiva Edurespeta, una formación que han realizado ya cientos de familias y profesionales, con la que aprenderás a educar sin gritos, sin castigos, sin discusiones constantes…

Espero verte en este viaje 🙂

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Fisioterapia Infantil

Fisioterapia y Osteopatía Infantil en Alhama de MurciaLa fisioterapia infantil es una de las especialidades más importantes en los primeros años de vida. Útil en muchos problemas que deben tratarse a tiempo.

Peketema sugerido por Alba en nuestra Página de Facebook:

¿Podrían hablar de Fisioterapia pediátrica? Mucha gente no conoce los múltiples beneficios de la fisioterapia en nuestros bebés y niños. Tanto fisioterapia respiratoria (bronquiolitis, neumonías, asma, catarro de vías altas), digestiva (estreñimiento, cólico del lactante, diarrea) como neurológica (trastornos pre y post natales como hipotonía e hipertonía, malformaciones congénitas, daño cerebral o cerebeloso, pie equino varo…) y muchos más campos.

Me encanta que hayáis pedido este tema. Porque realmente creo que en Pediatría a veces no se da la importancia debida a la Fisioterapia Infantil. y por lo concreta que es la propuesta imagino que Alba es Fisioterapeuta.

En las primeras etapas del desarrollo infantil hay una serie de problemas que pueden corregirse con ayuda de la Fisioterapia Infantil y que son importantes. Porque tienen repercusión a largo plazo.

Pero son muchos más lo problemas en los que la Fisioterapia Infantil puede ser útil.

¿Qué es la Fisioterapia Infantil?

La Fisioterapia Infantil es una serie de técnicas terapéuticas que usa exclusivamente medios físicos: Movimientos, masajes, frío, calor, corrientes eléctricas…

Es una de las Ramas Terapéuticas esenciales junto a la Farmacología, la Cirugía, la Psicología y la Nutrición.

La Fisioterapia Infantil no es simplemente Fisioterapia aplicada a niños. Los niños sufren problemas específicos y en los problemas comunes con los adultos la forma de responder del niño y la evolución a largo plazo no es igual que en el adulto.

Hay dos características importante que diferencian la respuesta del niño frente al adulto cuando aplicamos Fisioterapia:

  • La mejor capacidad de regeración del niño. Ante los problemas que suelen precisar Fisioterapia el niño tiene más facilidad para evolucionar hacia la curación que el adulto. Por ejemplo, muchos esguinces de tobillo en niños curan espontáneamente o con menos ayuda de la que precisaría un adulto.
  • La importancia de tratar adecuadamente un cuerpo en crecimiento por la forma en la que un problema no resuelto puede influir en el posterior desarrollo de este organismo. Un problema no tratado adecuadamente puede dar lugar a más problemas posteriores de los que daría en el adulto. Con el mismo ejemplo, si un esguince en un niño no cura adecuadamente, puede degenerar en alteraciones posteriores en otras partes del organismo con más facilidad, ya que el crecimiento amplifica el problema no resuelto. Pueden aparecer desviaciones de espalda, por ejemplo.

Por tanto, para tratar niños, especialmente cuanto menores son, más importante es que el Fisioterapeuta esté especializado en Fisioterapia Infantil, para que entienda los problemas exclusivos del niño y la forma particular en que cualquier problema evoluciona en un cuerpo en crecimiento.

¿Cuáles son los campos más frecuentes en los que la Fisioterapia Infantil puede ser útil?

Alba los nombra en su propuesta de Peketema: Problemas Respiratorios, Digestivos, Neurológicos y por supuesto Traumatológicos y Ortopédicos. Hay algunos más. Pero usemos estos a modo de ejemplo. Veréis que en todos voy a hablar de la Fisioterapia infantil, pero lo haré siempre desde el enfoque multidisciplinar que tanto me gusta.

Fisioterapia Infantil en problemas Digestivos

Estreñimiento, Reflujo, Gases, Cólico del Lactante… La Fisioterapia Infantil dispone de técnicas que permiten mejorar la movilidad del intestino y relajar la tensión en sus estructuras. Lo que puede ser muy útil para mejorar la expulsión de heces y gases, el vaciamiento adecuado del estómago… Puede reducir la excitabilidad nerviosa que origina algunos dolores…

Pero puede ser útil también en problemas digestivos en los que no pensamos en la Fisioterapia Infantil. Por ejemplo en las Intolerancias Alimentarias. Si un niño tiene Alergia a las Proteínas de la Leche de Vaca, la medida más importante para eliminar los síntomas es evidentemente suprimir la leche de vaca de su dieta. Pero aplicar Fisioterapia puede hacer que la recuperación de la movilidad intestinal, que está alterada se produzca antes y así los síntomas mejoren en menos tiempo.

Fisioterapia Infantil en problemas Respiratorios

Bronquitis y Bronquiolitis, Neumonías, Catarros… Situaciones en las que uno de los problemas es la acumulación de mocos en zonas donde estorba. Hay técnicas de Fisioterapia que pueden ayudar a movilizar y expulsar esa mucosidad. Esto puede mejorar los síntomas del bebé, pero pueden también evitar complicaciones y actuar sobre pacientes con un problema crónico mejorando su evolución.

Fisioterapia Infantil en problemas Neurológicos

Es uno de los aspectos en los que la Fisioterapia es muchas veces la única técnica terapéutica de la que disponemos. Y en estos casos puede marcar una clarísima diferencia.

Son bastantes los niños que presenta problemas de hipertonías (exceso de fuerza), hipotonías (falta de fuerza) que pueden corregirse con Fisioterapia. A veces no se detectan, no actuándose sobre ellas y pueden llevar a que con el desarrollo generen problemas en cascada.

Por ejemplo, una distonía de la musculatura de la espalda que haga que un bebé suela arquearse levemente hacia un lado puede llevar a una deformidad de la cabeza, y a problemas posteriores a la hora de alcanzar logros del desarrollo, como la capacidad de sentarse, mantenerse en pie o caminar de forma adecuada. En algunos casos esto lleva a deformidades que ya no son reversibles en piernas, espalda, cabeza…

No es cuestión de generar alerta ni agobios. Es cuestión de que si vemos algo que no parece normal sea valorado y en caso de necesidad actuemos a tiempo para corregirlo.

La Fisioterapia es también esencial en la rehabilitación y estimulación precoz de niños con problemas desde el nacimiento. Como prematuridad, sufrimiento fetal, traumatismos del parto…

Fisioterapia Infantil en problemas Traumatológicos y Ortopédicos

Y por supuesto aquello en lo que todos piensan en la Fisioterapia: La Rehabilitación tras un traumatismo; la corrección de problemas en las extremidades. Sea por deformidad o por accidentes.

Resumiendo: La Fisioterapia Infantil no es Fisioterapia de adultos aplicada a niños. Tiene problemas muy específicos de los niños. Y la aplicación en problemas comunes a los adultos tiene en los niños matices importantes.

Es una de las Terapéuticas esenciales que puede colaborar con otras para resolver los problemas de salud del niño.

Todo Pediatra necesita a un Fisioterapeuta Infantil de referencia. Con él colabora en el tratamiento de los niños que atienden.

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Mamitis: Niños «excesivamente dependientes»

Mamitis: Excesiva dependencia de algunos niños

Respuesta al tema propuesto en Facebook como Peketema de la semana:

«Mi bebé tiene «mamitis»: No quiere que lo suelte, cuando me voy al baño llora, corre por detrás mío y me agarra las piernas, tiene un año y cuatro meses…¿cómo podría ayudarlo a ser más seguro y confiar en otras personas?»

Vamos a centrarlo primero. A mí me gusta ver a los niños en su contexto. Una de las cosas más importantes que debemos entender de ellos es que son seres que no paran de evolucionar. De hecho también lo hacemos los adultos mientras seguimos vivos. Pero en ellos, especialmente en los primeros años, este proceso es muy rápido.

Cuando hablamos de la dependencia debemos entender que cuando un bebé nace tiene el máximo grado de dependencia de sus cuidadores. Pero ya es menor del que tenía cuando estaba dentro del útero de mamá.

Durante las primeras fases del embarazo los fetos son totalmente dependientes de su madre. Si por algún motivo su madre va a morir y debemos extraerlo hay un número de semanas de gestación (22-24 semanas) por debajo de las cuales la supervivencia del feto es casi imposible. Depende de la madre totalmente.

Superadas esas semanas el bebé podría sobrevivir fuera de su madre. Se ha vuelto menos dependiente. En realidad es un cambio radical. Pero pasaría a depender de los cuidados médicos que pudiésemos prestarle en el exterior.

Llega un momento en que el bebé está preparado para vivir fuera de su madre sin necesitar cuidados médicos especiales. En otro gran salto.

Pero aún así, cuando nace lo necesita casi todo: Alimento, limpieza y cambios de ropa o pañal, Estímulos… Los cuidados habituales. Por sí mismo sólo sabe respirar, digerir alimentos, evacuar sobras, mantener la temperatura y procesar estímulos…. No es poco, pero siguen siendo tremendamente dependientes.

El bebé sigue evolucionando y gracias al desarrollo de su cerebro (que consume estímulos para que pueda crecer) va adquiriendo cada vez más movilidad, capacidad de comunicación, capacidad de anticipación….

Todo esto le va haciendo menos dependiente en cierta medida, pero también hace que aparezcan los miedos y se vuelva más selectivo escogiendo claramente quién prefiere que supla sus necesidades. Llegamos al punto en que se centra la consulta que ha generado este Peketema.

La Mamitis

Durante meses ha existido una persona concreta que ha aportado al bebé mayoritariamente las soluciones a sus necesidades. Lo normal es que esa persona sea la madre.

Cuando el bebé necesitaba alimentarse, especialmente si ha tomado lactancia materna, la fuente de la alimentación era mamá.

En la mayoría de los casos, especialmente al principio, se dormía mientras era alimentado por su madre. Lo que ha generado un ritual de sueño dependiente de ella.

Y los Estímulos, afectivos, sensoriales, de cambio de postura, los ha recibido tal vez de muchas personas. Pero una ha estado mucho más presente: Mamá.

Sus tres necesidades básicas: Comida, Sueño y Estímulos han tenido una figura de referencia que servía de fuente constante. Habitualmente esta figura es Mamá.

La gente suele decir que un niño tiene Mamitis cuando ya con el grado suficiente de autonomía física para poder desplazarse busca constantemente a mamá y tolera mal la separación de ella, aún pudiendo quedarse con otras personas con las que también tiene una relación de confianza.

He buscado otra definición más «correcta» de mamitis, pero ni en Wikipedia ni en el Diccionario de la RAE existe tal definición. Así que partamos desde ahí, que es lo que suele entender la gente como tal.

Cuándo podemos considerar a unos niños «excesivamente dependientes» o con Mamitis

El exceso de dependencia no puede definirse como una fecha con la que el niño debería ser capaz de separarse de su madre.

No creo que la mamitis dependa ni de la edad, ni siquiera de la separación en sí.

Para mí son muy importantes las apreciaciones personales de los implicados:

  1. Puede haber niños que toleran mal la separación de la madre con 3-4 años y cuya madre lleve muy bien ese contacto constante.
  2. También puede haber casos de niños que acaban de empezar a caminar con poco más de un año y cuya madre lleve mal ser necesaria de forma constante para su hijo.

Habrá quien plantee que el primer caso es excesivo, que mantener un grado tan grande de dependencia perjudica al niño evitando que desarrolle su autonomía.

Por el lado contrario también habrá críticas. Seguro que hay quien piensa que la segunda madre tiene poco espíritu de sacrificio y debería estar disponible para su hijo mientras la necesite.

Pero es que ya sabéis, criticar a una madre… Eso es una de las mayores aficiones de esta sociedad. Hagas lo que hagas te equivocas para alguien.

A mí no me importan las opiniones de los demás. Me importa lo que supone para vosotros. Y en este aspecto voy a centrarme en los directamente implicados, que son a mi entender: El niño, la madre y los demás miembros de la familia (padre y hermanos, si los hay).

El niño y la Mamitis

Desde el punto de vista del niño yo considero que es excesivamente dependiente cuando serlo le perjudica.

Vamos a ver cómo:

  • Si un niño en situaciones normales de la vida (que su madre vaya al baño, que tenga que atender a otro hermano, que tenga que hacer una actividad en la que el niño no puede estar presente…) sufre por la separación de su madre, es que la dependencia es excesiva. Porque si fuese algo menor sufriría menos.
  • Si un niño limita seriamente su capacidad de disfrutar con otras personas que no sean la madre porque tiene una relación de dependencia tan fuerte que no puede hacerlo más que con ella, es que la dependencia es excesiva, porque se está perdiendo muchas oportunidades de enriquecer su experiencia y sus capacidades sociales.

Se pueden plantear otros ejemplos. Pero creo que con estos vale. Suficiente para entender que no siempre las necesidades que un niño expresa van en su beneficio.

La madre y la Mamitis

Hay que entender algo antes de hablar de esto. La maternidad es la faceta de mayor vulnerabilidad de una mujer en su vida. Porque es la que más implicación afectiva tiene.

Tal vez por esto es una de las épocas en las que más consejos bienintencionados (de los amigos) y más críticas despiadadas (de los enemigos) vas a recibir.

Uno de esos críticos clave es la propia madre. En algunos casos la crítica más despiadada es ella misma. Muchas madres se consideran a sí mismas malas madres. Creen que lo hacen todo mal. No es algo aislado, es parte de un carácter que en otros aspectos también tiende a la autocrítica, pero como decimos en este caso la implicación afectiva es mayor y se hace más intenso.

En el tema de la mamitis, algunas madres se meten solas en un callejón sin salida. Por un lado no confían en nadie para que atienda al bebé. Y por otro llega un momento en que están agotadas de ejercer constantemente esa tarea.

Es natural que la madre tenga aquí un papel de gran protagonismo, el mayor, especialmente si se hace lactancia materna. Pero no necesariamente debe tener un protagonismo absoluto. Otras personas pueden dar al bebé muchas cosas: Afecto, estímulos, cuidados, alimento cuando llegue el momento de complementar con cosas diferentes al pecho…

Y aquí hay madres que tienen apoyo y otras que no. Pero también hay madres que pudiendo disponer de ese apoyo, cuando se les ofrece sinceramente, lo rechazan. En el fondo existe una incapacidad de delegar o una falta de confianza en la capacidad de hacer bien las cosas por parte de quien se ofrece a compartir ese papel.

De un modo u otro suele llegarse a situaciones en las que, como decíamos antes, el niño lo pasa mal si la madre no está, porque hemos generado una dependencia insostenible, o estamos limitando la capacidad de interacción social del niño.

Pero ¿Y la madre? ¿No tiene esto ninguna repercusión negativa para ella de forma directa? Claro que sí.

Muchas madres se sienten mal de pensar lo siguiente:

«Necesito tiempo para mí».

La mayoría de las madres están encantadas de dedicar una parte sustancial de su tiempo a su hijo, ¿pero todo? ¿Absolutamente todo?

Lo normal es que esto sea insostenible. No debemos olvidar que ser madre no te hace dejar de ser persona. Y todas las personas necesitan volver de vez en cuando a sí mismas. Podemos dar, y dar… Pero si no cuidamos un poco de nosotros mismos llega un momento que nos sentimos vacíos.

Cuando esa necesidad va creciendo al pasar los meses, ante una situación en la que el niño pide constantemente nuestra atención, para muchas madres no es una alarma de que algo debe cambiar, sino un generador de sentimientos de culpa. Muchas sienten que no deberían pensar eso. Que si fuesen buenas madres estarían dispuestas a darlo todo por sus hijos.

Y lo están. Pero en realidad es que están llegando al límite de lo que como personas pueden aportar.

Y una madre al límite no es la mejor madre para su hijo.

De verdad, ¿No hay una alternativa mejor para todos? Creo que sí.

Seguro que habrá quien critique a la madre que ha escrito la consulta que ha dado lugar a este Peketema. Y a las decenas de madres que han dado su me gusta para que hable de él. Hasta me criticarán a mí por no defender que simplemente la madre debe sacrificarse… Pero bueno, es el deporte nacional.

La Mamitis y los demás miembros de la Familia

La relación de «excesiva dependencia de un niño con su madre» o Mamitis, puede tener efectos también sobre las otras personas que conviven con ellos dos.

El padre, si lo hay

A ver, padre biológico, en teoría siempre lo hay. Pero no siempre está y estando no siempre si implica. Aún con esas matizaciones voy a centrarme en lo habitual. Un padre que quiere participar de la crianza y no sabe cuál es su papel cuando la relación de dependencia del niño hacia la madre es casi total.

Algunos niños lloran si los cambia el padre, si el padre juega con ellos, si el padre les da afecto. Porque estando la madre prefieren siempre esa opción. Ante eso lo normal es que se sientan mal.

En otras ocasiones el problema es que aunque quieran hacer esas cosas la madre no les deja «porque no lo hacen bien». El problema para algunas personas es que bien es hacerlo exactamente como lo hacen ellas.

Esto es un claro error que pagan todos:

  • El niño, al perder la oportunidad de criarse con modelos diferentes que enriquecen su experiencia.
  • La madre, al hacerse imprescindible más allá de lo que va a poder mantener en el futuro.
  • Para la pareja es un generador de problemas serios.

Otros hijos cuando hay Mamitis

Donde más evidente resulta a muchas madres el perjuicio de una «excesiva dependencia» es cuando hay un niño mayor. Si un bebé precisa el 100% de tu tiempo, ¿Qué queda para el hermano?

Creo que ya a estas alturas tenemos claras un par de ideas:

  1. Todos los niños son dependientes.
  2. Pero puede llegarse a extremos en los que todos en la familia se ven perjudicados si esa dependencia supone una dedicación absoluta por parte de la madre. Llamaremos a estas situaciones Mamitis. Dependen mucho de los implicados y en cada familia tendrán sus particularidades. Pero sólo vosotros, los que la estáis viviendo, podéis valorar si es llevadera o necesita claramente un cambio por el bien de todos.

Vale y ¿Cómo cambiamos una situación de Mamitis?

Pues como todo problema complejo tiene varios pasos:

  1. Antes de abordar un cambio todos los implicados que tienen capacidad de comunicarse deben estar de acuerdo en que hay que cambiar. Es decir, que los padres deben hablar del tema. Intentando hacerlo de forma constructiva. Debéis entender que posiblemente es una situación límite para todos los implicados y que no se consigue nada buscando «culpables» o echando en cara cosas. Sino viendo cuáles son las alternativas y cuál puede ser el papel de cada cual en la solución.
  2. Pedir y aceptar ayuda. Si eres la madre y estás llegando a tu límite acepta que eso no significa incapacidad como madre. Significa que eres tan buena que te das cuenta de lo no evidente y aceptas tus propias limitaciones. Si es así, tu hijo tiene suerte de que seas su madre. Mucha más suerte que si no reconocieses que de seguir igual vais a sufrir todos. Hace falta que seas además capaz de confiar en quienes pueden echarte una mano: El padre, otros familiares, los cuidadores de una escuela infantil… Debes ser capaz de confiar en que otros pueden aportar a tu hijo parte de lo que cada día te resulta más imposible darle. Y que eso no es una muestras de que no seas suficiente como madre. Sino de que las necesidades de tu hijo van creciendo y tú no puedes cubrirlas todas. Ni debes hacerlo, por su bien. Ya que debe vivir en un mundo en el que hay millones de personas a parte de ti que pueden aportarle cosas positivas.

Estos son los dos aspectos esenciales. En la práctica luego hay muchas formas que dependen de las circunstancias familiares.

Lo mejor es hacer estos cambios de forma gradual. Esto significa que aquella persona en la que la madre vaya a delegar parte de la atención al niño debe primero compartirlos con ella para poco a poco hacerse cargo por solitario de una parte cada vez mayor. Hasta que se alcanza un equilibrio sostenible en el que cada cual aporta lo mejor que puede al niño.

Un punto esencial en esto es que cuando se comparta la madre controle su impulso de corregir constantemente al colaborador, especialmente mientras están con el niño. Ya que hacerlo desmotiva al colaborador y le hace perder capacidad frente al niño. ¿Cómo va a sentirse el niño seguro con papá si mamá «le salva» constantemente de él? Por poner un ejemplo.

Necesitáis hablar mucho. La madre para indicar al padre que se quedaría más tranquila si cuando esté con el bebé hace las cosas de tal o cuál manera y el padre para explicar a la madre porqué en algunas ocasiones prefiere hacer las cosas de un modo diferente. Cada cual tendrá sus razones, pero debéis comunicarlas para que os entendáis.

Lo mismo ocurriría con cualquier otro tipo de colaboración, de otros familiares o de educadores. El niño debe ver que la madre confía en ellos, y sin él delante debe haber una buena comunicación entre la madre y los otros cuidadores.

Cuando esto funciona, la madre estará más tranquila cuando no esté con su hijo, recuperará una parte de sí misma que le hará estar mejor con él cuando lo esté, los otros cuidadores actuarán con mayor confianza y el niño estará mejor.

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Crianza Respetuosa no es lo mismo que Crianza Natural

Crianza Respetuosa

Crianza Respetuosa y Crianza Natural o con Apego se usan muchas veces como términos equivalentes. Te explico una diferencia que puede marcar vuestra vida.

Se acerca el día de la Madre y voy a centrarme en Vosotras en este artículo. Permitídmelo desde la limitación de ser hombre y ver vuestra esencia desde fuera. Pero quisiera hacerlo porque en mi día a día como pediatra trabajo con vosotras y cuando no disfrutáis de la Crianza me contáis vuestras razones, cómo estáis viviendo esta experiencia que todo el mundo describe de forma bucólica, pero puede ser muy dura en el día a día.

En los últimos años han surgido formas diferentes de explicar la Crianza. ¡Menos mal! Porque estábamos haciendo demasiadas cosas absurdas.

Aquí permitidme un poco de Historia para contextualizar la situación actual de la Crianza.

Hace unos 100 años la mayoría de las mujeres no había estudiado. Se formaron en sus casas aprendiendo a hacer las labores domésticas. Se las preparaba para ser amas de casa y se hacía en la escuela más práctica posible…. La propia casa.

Aquella mujer que mostraba interés por hacer algo más allá de ese campo lo tenía crudo… Salvo contadas excepciones que habían tenido la suerte de nacer en familias con mentalidades algo más abiertas la vida de cualquier mujer era:

Nacer. Crecer hasta el momento en que podía empezar a ayudar en las tareas de la casa. Iba haciendo cada vez más de esas tareas hasta el día que contraía matrimonio. Pasaba entonces a ser ama de «su propia casa» y a tener sus propios hijos y se ocupa del hogar, marido e hijos el resto de su vida.

Ojo, no desprecio en absoluto a estas mujeres. Mi madre es una de ellas y es UNA GRAN MUJER. En nada la considero inferior a otras que hayan tenido relevancia en Política, Arte, Ciencia o cualquier campo profesional. Pero… No era justo. Mi madre quiso estudiar y no le dejaron. Estaba capacitada para haber hecho muchas más cosas de las que le permitieron hacer.

Que el sexo determine lo que puede o no puede ser tu vida no es justo. Que el sexo determine tu puesto en la sociedad no es justo. Que nacer hombre o mujer limite lo que puedes hacer como persona NO ES JUSTO.

Hay cosas inevitables. Los hombres no podemos gestar, «no podemos hacer dos cosas a la vez», «no podemos…» Entrecomillo porque es broma.

Pero más allá de lo que implica la propia biología, durante milenios ha habido limitaciones culturales a lo que se permitía hacer o no hacer a la mujer por el simple hecho de serlo.

Hace poco más de 100 años comenzó el movimiento de Emancipación de la Mujer. Un movimiento que reclama simple y llanamente que el sexo no determine limitaciones sociales.

Este movimiento ha ido tomando fuerza en la mayoría de los países siendo de hecho uno de los pilares de su desarrollo.

Parte de ese desarrollo ha sido la especialización. Han ido surgiendo especialistas en cada vez más campos. Uno fue la Pediatría.

Cuando la Pediatría apareció como Especialidad Médica tuvo que ganarse su prestigio. En esa época el prestigio Científico consistía en aplicar Matemáticas a todo. Conste que no tengo nada en contra de las Matemáticas. Fueron mi asignatura preferida durante muchos años.

Pero no conocemos todavía lo suficiente de los seres vivos para reducirlos a cifras.

Empezó entonces una etapa en la que la Crianza se protocolizó. Se establecieron formas «correctas» de hacer las cosas y se criticaba de forma muy activa a quien no las aplicaba. Hasta el punto de considerar padres y madres incompetentes a quienes no cumplieran esas normas de crianza.

Lo primero que se empezó a enseñar a las mujeres es a ser madres «de la forma correcta».

Como todo, esa forma «correcta» de crianza tenía mucho de trasfondo político y de decisiones de base nada científica. Pero se revestían de un halo de ciencia fácil de sostener en una sociedad en la que la mayoría de la población era analfabeta o casi. El «Experto» hablaba desde su púlpito y los demás sólo podían escuchar. La crítica era «arrogancia desde la ignorancia».

Surge la Crianza con Apego o Crianza Natural

Tras esa etapa en la que los niños se criaban en una lucha constante para que:

  • Coma una cantidad determinada cada ciertas horas.
  • Duerma unas horas determinadas al día con un patrón fijo.
  • Y hasta haga las caquitas en color, cantidad, frecuencia y consistencia predeterminada….

Porque lo demás se toma como signo de que no estás haciendo algo bien…

Hace unos 50 años alguna gente empieza a revelarse contra la simplificación matemática. Empezamos a darnos cuenta de que los seres vivos somos demasiado complejos para reducirnos a matemáticas simples. Tal vez un día conozcamos tanto de los seres vivos y tengamos una capacidad de cálculo tal que seamos capaces de entendernos realmente y hacer modelos matemáticos que funcionen. Pero no hemos llegado a eso ni de lejos. Y las reglas simplistas que se han usado durante décadas en Crianza no son más que simplificaciones absurdas.

No surgían de la ignorancia ni muchos menos. Tenían su intencionalidad. No buena para quienes la sufrían precisamente. Pero no entraré en eso ahora por no perdernos.

La cuestión es que aparecieron tendencias nuevas que buscaban recuperar algo que se estaba perdiendo:

  • La comprensión de que los seres vivos tenemos nuestros mecanismos adaptativos porque nos desarrollamos en ambientes cambiantes. Y que esos mecanismos son muy eficientes. Tanto que permitieron durante millones de años sobrevivir a esos seres vivos antes de que nadie definiese «pautas correctas». La Crianza Natural busca entender esos mecanismos adaptativos para que comprendamos mejor a nuestros hijos y sepamos porqué actúan como lo hacen y cómo ayudarles en su adaptación en lugar de entorpecerla.
  • La recuperación de algo esencial: El Vínculo Afectivo entre el niño y sus padres. Con la Crianza «protocolizada» se había transformado a los padres en una especie de obreros de una cadena de producción en la que su hijo era el producto. Y uno no se vincula afectivamente con el producto. Pero los seres humanos tenemos un plano esencial que es nuestra afectividad, que estaba siendo ignorado. Para responder a eso surge la Crianza con Apego. La defensa de que vincularte afectivamente con tu hijo no le perjudica como decía la Crianza Protocolizada porque lo hacía más débil y dependiente, sino que forma unos cimientos sólidos para su personalidad que son imprescindibles.

Las comparto ambas. Plenamente. Y de hecho la mayoría de mis artículos van dirigidos a respaldar ambas teorías, a que conozcas mejor a tu hijo y sus necesidades y a que refuerces el vínculo afectivo con él.

Cuando escribo un artículo me planteo siempre:

  • Cómo ver este problema desde la óptica del niño.
  • Cómo responde él a este cambio desde sus mecanismos de adaptación.
  • Qué hacemos nosotros que ayude o que entorpezca a estos mecanismos.
  • Cómo influyen nuestras acciones en este caso al Vínculo Afectivo con nuestro hijo.

¿Y qué es entonces la Crianza Respetuosa?

Pues muchos dirían que es otra forma de llamar a la Crianza Natural o con Apego. Yo no.

Como toda teoría, cuando se va desarrollando, van apareciendo situaciones reales que desde el planteamiento teórico no se veían y surgen entonces los matices.

¿Qué es lo que me hace pensar a mí que algo falla en la forma en la que hemos defendido la Crianza con Apego o Natural y hace necesarias matizaciones importantes?

  • Que veo a diario mujeres convencidas de la Crianza con Apego o Natural y no disfrutan de su Maternidad.
  • Mujeres que se sienten frustradas y además no se atreven ni a confesarlo porque se sienten culpables de hacerlo.
  • Mujeres físicamente destrozadas por hacer la Crianza de un modo que están convencidas que es lo mejor para su hijo.
  • Que en los grupos de crianza, cuando una mujer deja de dar el pecho o vuelve a trabajar y escolariza a su hijo deje de acudir por sentirse juzgada y excluida.
  • Que hagamos un planteamiento de la Crianza que entra en conflicto directo con la realización personal de muchas mujeres.
  • Que no hablemos de todo esto por miedo a ser criticados….

¿Cuál es la razón que justifica a mi entender todo esto?

Que hemos dejado de lado a la otra parte esencial de la ecuación: La Madre.

No hay Crianza Natural sin la Madre.

No hay Crianza con Apego sin la Madre.

Pero hemos centrado tanto la atención en las necesidades del bebé que hemos olvidado que la Madre por serlo no deja de ser una Persona con sus Legítimas Necesidades también.

Olvidar o no respetar esas necesidades rompe el equilibrio en el que se se basa la Crianza.

Es imposible que un bebé, con el que formamos un fuerte Vínculo Afectivo, esté bien si su Madre no lo está.

Y es difícil que su madre esté bien si se le plantea que ser Madre significa:

  • No descansar. 
  • No tener un segundo para ella.
  • No tener aspiraciones de realización personal o profesional más allá de la maternidad.

El problema es que hemos simplificado la Crianza Natural y hemos mitificado ciertos elementos como si fuesen lo esencial:

  • Lactancia materna.
  • Colecho.
  • Escolarización tardía.

Uno por uno:

Lactancia Materna en Crianza

  1. Es la mejor opción de alimentación para un bebé en composición. Previene alergias,mejora la capacidad defensiva del bebé, reduce la incidencia de obesidad, diabetes….
  2. Refuerza el Vínculo Afectivo.
  3. Es la opción más cómoda, barata y placentera para el niño y para la madre… Cuando funciona.

Pero ¿Y cuando no funciona? ¿Qué pasa cuando pese a corregir los errores más comunes que dificultan una lactancia efectiva no funciona?

No entiendo por no funcionar sólo que el bebé no esté bien alimentado. Sino también cuando cuando lo hace a costa de que la Madre esté en unas condiciones deplorables.

Hay situaciones en las que la lactancia va tan mal que supone que toda la experiencia de Maternidad se focalice única y exclusivamente en el Pecho.

Esto afecta al Vínculo Afectivo de forma muy negativa. Son muchas las Madres que consiguen mantener la lactancia exclusiva, pero a costa de un agotamiento extremo o de acercarse al pecho a su hijo con más miedo y dolor que placer.

Sé que en muchos casos esto se debe a problemas solucionables: a un frenillo o un mal agarre que son corregibles; a una colonización por gérmenes inadecuados; a una mala pauta de alimentación del bebé…

Pero en ocasiones, arreglando todo lo que se puede arreglar es lo que hay, aunque sea de forma transitoria.

En esta situación ser flexibles y aceptar que puede ser necesaria una sumplementación transitoria o incluso la eliminación de la lactancia, puede marcar la diferencia en la vida de toda la familia. Y a veces somos demasiado radicales. Nos centramos en el mantenimiento de la lactancia materna exclusiva como objetivo en si mismo.

Siendo importante, la lactancia materna es un instrumento. Es posible la Crianza Natural y con Apego sin Lactancia Materna. Y una Crianza sin Lactancia Materna no es un fracaso, es una opción. Respetemos las circunstancias de cada familia y no hagamos sentir culpable a ninguna Madre por no dar el Pecho. Un signo de que lo hemos logrado es que siga compartiendo su experiencia en un grupo de Crianza sin sentirse juzgada.

El Colecho en la Crianza

Desde la Crianza Natural y con Apego se defienden las virtudes del Colecho.

Llamamos Colecho a la práctica de que los niños duerman con los padres en la misma cama.

Se defiende porque es lo que siempre se ha hecho. Porque cubre una necesidad biológica del bebé. La de sentirse seguro. Esa seguridad es un cimiento firme para la personalidad en el futuro.

Simplificando: Los bebés que permitían que su padres se alejasen de ellos eran devorados por los depredadores. Somos los descendientes de los bebés que lloraban cuando sus padres se alejaban de ellos. Son muchos millones de años de evolución para cambiarlo así porque sí.

Pero…. Y volvemos a los «peros». ¿Qué ocurre cuando haciendo Colecho los padres no descansan bien? Habrá quien diga que es lo que toca. Que para el bebé es una necesidad biológica y que los padres son adultos y deben sacrificarse…

Pero eso es no entender el resultado real.

Claro que tener un bebé implica pasar más de una mala noche. Pero si los padres no descansan sistemáticamente su humor se acaba resintiendo.

Por mucha buena voluntad que se le quiera echar, una Madre también es un ser vivo que necesita descansar.

Y su bienestar es esencial para un bebé que tiene un Vínculo Afectivo fuerte con su Madre.

A veces el bienestar del bebé pasa por que aprenda a dormir de forma que permita el descanso de su Madre.

Evidentemente esto puede conseguirse de formas más respetuosas para el bebé que dejarlo llorar en la cuna (que dicho sea de paso no es una opción aceptable para el Vínculo Afectivo y es una opción muy poco imaginativa).

Pero es que hay opciones para lograrlo de forma respetuosa. Volvemos a la necesidad de forzar nuestra imaginación para alcanzar equilibrios que respeten a todos los implicados y sus necesidades legítimas.

Escolarización tardía en la Crianza

Desde la Crianza Natural o con Apego se defiende que en los primeros 3 años de vida el niño es muy dependiente de la seguridad que le confiere el contacto constante con una figura de referencia que le da seguridad: La Madre.

Algunos plantean la escolarización antes de esa edad como una especie de crimen. Se habla de conciliación familiar. De lo corta que es la baja maternal y lo incompatible que es con una Crianza decente. Y es cierto, 16 semanas es penoso, patético. Pero…

Pongámonos en contexto. ¿Qué significa para una Madre dedicarse en exclusiva a la Crianza durante esos 3 primeros años de vida en el mundo real?

Hay Madres para las que el planteamiento de nuestras abuelas puede ser válido: Dedicar su vida a la crianza de sus hijos sin una proyección profesional fuera de ese aspecto.

Pero no es lo normal. Lo normal hoy en día es que una mujer sea una persona con muchos planos de desarrollo. Uno de los cuales es el profesional. Y seamos realistas, no es sencillo. El mundo es muy competitivo y en la práctica muchas mujeres ven la maternidad como una disyuntiva. Es difícil escoger el momento adecuado.

¿Qué significa para una mujer que ha luchado durante muchos años para alcanzar un determinado nivel profesional dejarlo todo durante 3 años?

¿Y si no es un sólo hijo, sino 2 ó 3? ¿5-6 años fuera del mundo laboral? A la velocidad que evolucionan hoy en día las cosas esto significa quedar excluida del mundo laboral. A veces definitivamente.

Algunas personas tienen una situación económica desahogada o una profesión que puede ejercerse desde casa sin horarios fijos. Pero esto es un porcentaje mínimo de la población.

¿De verdad creemos que lo mejor para un bebé es que su madre sacrifique toda motivación profesional a una presencia constante?

Incluso en el caso de mi madre que sí lo hizo… Yo soy el 3º de 7 hermanos. Jamás disfrute de ese supuesto contacto constante y acceso ilimitado a mi madre. Ni lo necesité.

No convirtamos a los niños en una especie de altar de los sacrificios donde debes inmolarlo todo. Porque tu hijo no lo necesita y si lo haces estarás haciéndole soportar una carga que no ha pedido y empobreciendo la Persona que puedes ofrecerle.

Date a él. No te sacrifiques a él. Lo importante no es la cantidad de tiempo que pasas con tu hijo. Sino lo que puedes ofrecerle en él. Y eso depende de que como Persona no te mutiles sin sentido.

Una escuela infantil no es una especie de campo de concentración para bebés en el que se le deja llorar sin atenderlo. Son centros en su mayoría preparados para aportar cosas positivas a los niños. Incluso muchas que tú no puedes o sabes darle.

Si para hacer compatibles dos planos de tu vida, el Profesional y la Maternidad tu hijo debe ir a la guardería, no es una catástrofe insalvable, sino una forma de buscar un equilibrio necesario.

En un mundo ideal tendríamos muchas vidas para que hubiese tiempo para todo. Pero el día tiene 24 horas y hay que repartirlas.

Quien lo plantea como una disyuntiva en plan: «Tú sabrás si para ti lo importante es tu hijo o tu trabajo» sólo tiene a mi entender dos interpretaciones:

  • Es un ignorante y no entiende que mutilar tu desarrollo profesional va a dañar el bienestar de tu hijo.
  • Es un manipulador cuyo mensaje real es «el sitio de la mujer está en la casa con los hijos». Pero no tiene el valor de decirlo tal cual y aprovecha para atacarte en lo que sabe que te hace más vulnerable.

El primero es un ignorante, el segundo un miserable.

Crianza Respetuosa

Los niños son seres vivos, con sus necesidades y sus propios mecanismos de adaptación. La Crianza puede hacerse respetando lo que el bebé es y necesita.

Pero los padres también tienen sus necesidades legítimas y sus limitaciones. Como el niño vamos creciendo con él y nos enfrentamos a situaciones nuevas a las que respondemos según lo que somos.

Tu hijo no necesita que lo sacrifiques todo para su bienestar. Porque si lo sacrificas todo ¿qué le puedes ofrecer?

Para tu hijo, más importante que si das pecho, mucho más que dónde duerme, más que tenerte constantemente a su lado, lo es que estés bien con él.

Lo esencial en la Crianza es el Vínculo que une a Padres e Hijo.

La Crianza Respetuosa se basa en entender al bebé y sus necesidades. Conocer cuáles son las mejores opciones innatas, lactancia, colecho, contacto… Y buscar un equilibrio que permita cubrir esas necesidades que aúne el bienestar de todos. Esas opciones existen, y se basan en matices que son esenciales, en opciones que dependen de las circunstancias. Y sobre todo en dejar de crear sentimientos de culpa en las madres porque no se adapten a una versión «perfecta» y «bucólica» de la Maternidad imposible de alcanzar en el mundo real.

Entender esto puede marcar tu vida y la de su hijo.

Es lo que intento transmitirte en mi libro:

Compra el libro Crianza Respetuosa de Jesús Garrido

Espero que os ayude.

 

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Cuándo empieza la educación

Educación con apego

Educación y crianza con apego. Yo soy un pediatra muy afín a la crianza con apego. La principal crítica que se hace a ella es que es criarlos sin límites.

Educar es dar a nuestros hijos pautas, habilidades y conocimientos que les ayuden a vivir en el mundo que nos rodea.

Hay tantas formas de educar como personas a las que se pregunte sobre ellas.

Todos nos hemos educado de forma diferente. Incluso cuando, como yo, se es miembro de una familia de 7 hermanos. Yo no fui educado igual que mi hermano el pequeño o que el mayor.

Las circunstancias que yo he vivido son únicas y diferentes y la respuesta que mis padres dieron a mi conducta no fueron idénticas a las que dieron a mis hermanos. Ni siquiera en situaciones similares actuaron siempre igual conmigo.

Pese a todas esas diferencias, creo que lo hicieron bastante bien. O sea que empecemos por des-dramatizar.

Teorías contrapuestas

Empiezo diciendo todo esto porque creo que la educación es algo mucho menos definido de lo que muchos se empeñan en buscar. Como personas, los padres somos variables en nuestras respuestas ante la conducta del niño aunque pretendamos hacer siempre las cosas de un modo definido.

Aún así, se tiene tendencia a definir patrones educativos. Y se pretende que uno es el correcto frente a los demás.

Hay muchas teorías educativas. En la actualidad son dos las más extendidas y que centran los debates:

  • La Crianza Natural o con Apego.
  • El Conductismo.

Como no puede ser de otro modo, los primero acusan a los segundos de antinaturales e inhumanos.

Los segundos dicen que la Crianza Natural genera niños maleducados y tiranos.

Seguro que si sois lectores asiduos sobre estos temas tenéis vuestra propia opinión al respecto.

Cuál es mi opinión sobre la educación

Empezaré posicionándome. Yo soy pro Crianza Respetuosa.

Lo que significa que respeto las opciones de crianza de cada familia, porque asumo que ahí sólo puedo estar como consejero invitado. Si alguien no me invita, no pinto nada.

Ojalá tuviese todas las respuestas, porque eso garantizaría que voy a ser el mejor padre del mundo para mi hijo. Pero nadie las tiene.

Estoy muy cercano a la Educación con apego, y creo que las críticas que se hacen a ella desde el conductismo es porque no se entiende lo que es realmente la primera.

Que yo críe a mi hijo dándole todo lo que necesite mientras no tenga un motivo claro para pensar que le perjudica durante los primeros meses de vida no significa que no sepa que para él es necesario, positivo y obligado acabar teniendo límites.

Lo que pasa es que los que aplicamos la crianza con apego entendemos que educar no es sólo lograr que un niño asuma límites. Que tiene etapas básicas que empiezan de verdad desde el primer día de vida.

Intentar educar a un recién nacido, en el sentido de ponerle normas, es absurdo. 

En ese momento el niño no guarda memoria, no tiene consciencia, no puede entender ni motivos ni objetivos a medio o largo plazo. Simplemente plantea necesidades biológicas. Y ante ellas (alimento, sueño, estímulos y afecto como uno de los esenciales, higiene, condiciones ambientales), si no se cubren, porque él no puede hacerlo por sí mismo, llora.

Como su cuidador soy yo quien puede y debe suplir esas necesidades. No podemos hablar de caprichos, de malos hábitos o de dominios.

Hay necesidades biológicas que cubres o no cubres.

En los primeros meses el bebé pide y su cuidador atiende. Es simple. Al atenderlo sin embargo le enseñas algo esencial: Confianza y seguridad de que puede contar contigo. Esa es la base de la autoestima y de la autonomía. Saber que cuentas con alguien que te quiere incondicionalmente y que está dispuesto a respaldarte y cuidar de ti. Esto también es educación.

Hasta aquí tengo claro que incluso muchos defensores del conductismo lo entienden. El problema está en cuando cambia la relación. ¿Cuándo empiezo a decir no a mi hijo?

Yo soy de respuestas claras y simple.

Di no a tu hijo cuando tu hijo pida o haga cosas que no le convienen.

No hay una edad para esto. Pero desde luego no es con pocas semanas de vida.

Y por supuesto, cuando pide algo que le perjudica, como alguien que ama a su hijo, con todo el cariño, con toda la tranquilidad, pero con toda la firmeza necesaria, digo no. Y después, si es capaz de entender las razones, se las explico.