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Calendario Vacunal 2020 en España

Recomendaciones de vacunación en España de la Asociación Española de Pediatría en 2019

El Calendario Vacunal 2020 es el aplicable en toda España a los nacidos a partir del 1 de Enero de 2020. Te lo explicamos con sus novedades.

El Calendario Vacunal 2020 es común a todas las comunidades autónomas

Hace ya unos años que se llegó al acuerdo de que los calendarios vacunales de las distintas comunidades autónomas fuesen similares en toda España. Esto fue un paso importante ya que hasta entonces cada Comunidad establecía un calendario según sus propios criterios. Esta unificación facilita el cumplimiento especialmente en aquellos pacientes que se desplazan con frecuencia. Ya que antes de esta unificación era un poco desquiciante.

De hecho este calendario es ya muy similar en la mayoría de países desarrollados. Ya que el consenso científico es ya global.

Los cambios más llamativos para los nacidos a partir del 1 de Enero de 2019 en el Calendario Vacunal:

Este año no hay muchos cambios. Para los que no se enterasen en los años previos:

  • Aparece una vacuna nueva ya incluida en calendario con el Nombre de MenACWY. Es la vacuna del Meningococo para 4 serotipos diferentes: A, C, W, Y. Esta vacuna se comercializa en España con el nombre de Nimenrix y el objetivo es sustituir a una que ya estaba en el calendario y cubría sólo contra el Meningococo C. Al no tratarse de una vacuna más a añadir, sino de una más completa que sustituye a una ya incluida, es fácil que la sustitución se vaya haciendo en poco tiempo en todas las Comunidades Autónomas. Muchas comunidades la han incorporado ya a los 12 meses y 12 años.

En la práctica y reduciendo, a un niño normal le corresponden vacunas a los:

2 meses, 4 meses, 11 meses, 12 meses, 15 meses, 3 años, 6 años, 12 años y 14 años.

Basta con que acudas al Centro de Salud más cercano a casa y pidas cita para que lo vacunen. El personal sanitario encargado del programa de vacunación sabrá qué corresponde ponerle en cada una de esas edades. No te preocupes por eso.

El Calendario Vacunal 2020 es gratuito para todos los niños que residen en España. Da igual si tu cobertura sanitaria es Pública o te la da un Seguro Privado.

Estas vacunas no pueden ser compradas por particulares. Se distribuyen gratuitamente y en exclusiva por las Consejerías de Salud.

Sólo quedan fuera del Calendario Vacunal 2020 tres vacunas que puedes poner a tu hijo:

Pulsa sobre el enlace de cada una y te llevará a un artículo específico en el que te hablo de ellas si deseas más información.

Consideraciones sobre las vacunas de Meningitis en niños

Como habréis notado en los últimos años han ido saliendo varias vacunas nuevas para la Meningitis.

La Meningitis es una de las infecciones más graves que pueden sufrirse. Aún hoy en día con tratamientos potentes y medios modernos el 10-20% de los pacientes que tienen una meningitis bacteriana mueren y en torno a un 30% quedan con secuelas.

Pero durante las últimas dos décadas su frecuencia ha bajado claramente. Cuando yo empecé la especialidad de Pediatría hace ya más de 20 años, veíamos meningitis con frecuencia. Había épocas en las que en nuestro hospital había ingresadas varias meningitis a la vez.

Ahora se pasan los meses sin ver ninguna.

Y esto es gracias a las vacunas.

Son varios los gérmenes que pueden causar meningitis. Pero poco a poco han ido saliendo vacunas que cubrían a cada tipo (hemófilus, neumococo, Meningococo C, Meningococo B, Meningococos ACWY).

Sigue habiendo casos. Pero ya se reducen a pocos cientos al año, cuando antes eran miles.

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Escolarización, apego, socialización y circunstancias familiares

Escolarización, crianza con apego y circunstancias

Consideraciones antes de decidir el momento de escolarización de un niño. Porque hay muchísimos matices a tener en cuenta en cada caso y mucho dogmatismo.

Todos los que ya habéis leído artículos sobre crianza en esta web tendréis claro que soy muy defensor del Apego. Pero también que soy muy pragmático y me gusta derribar dogmatismos.

Cuando leo a algunos defensores del Apego en la Crianza diciendo que un niño debería tener contacto constante con su madre durante los 2-3 primeros años de vida y que hacer lo contrario le perjudica claramente, pienso: «¿En qué mundo vivirá esta gente? ¿Saben lo que decir eso significa en la práctica?»

Sabéis que no me importa pisar callos cuando surge la ocasión y voy allá. Me pondré el chubasquero, porque sé que me va a llover de todo. Podría ahorrármelo no escribiendo este artículo. Pero esta semana una madre me confesaba lo que no era capaz de decir en público. Que quería mucho a su hijo, había decidido criarlo de un modo concreto, pero cada vez más se sentía frustrada como persona y había momentos en los que el pánico se adueñaba de ella si pensaba en su futuro profesional. Hay que hablar de estas cosas y hacerlo con el realismo por delante.

La relación madre hijo

La relación madre-hijo debería estar presidida por el afecto. En esa relación toda madre que se precie de serlo pone en primer lugar las necesidades de su hijo y después las suyas. PERO:

Establecer una relación basada en el afecto hace que tu hijo no pueda estar bien si tú no lo estás. Y esto muchas veces se olvida o se simplifica demasiado.

La mentalidad de las mujeres hoy en día no es la de hace 100 años. Una mujer hoy en día es una persona con aspiraciones de realización personal y profesional.

Cuando se dice tal cual que para hacer Crianza Natural o con Apego hay que asumir que el niño debe mantener un contacto constante con la madre los primeros 3 años de vida y que no hacerlo, escolarizándolo o dejándolo al cuidado de otra persona le hace daño, lo que no se dice, pero va de fondo es: «El sitio de la madre está en la casa con sus hijos».

Esto es muy fuerte. No conozco a ningún defensor de la Crianza Natural que lo diga tal cual, pero lo están diciendo de forma subliminal.

A alguno cuando se le ha planteado de forma directa ha tenido «los santos Coj… » de soltarle a esa madre: «Tú sabrás qué es más importante para ti, si tu hijo o tu trabajo.»

¿Qué significa para una mujer dedicar a su hijo todo su tiempo durante los 3 primeros años de vida?

¿Qué implica si tiene 2 ó 3 hijos? ¿En el mundo actual? ¿Con la realidad laboral que tenemos? Con todas sus letras y de forma cruda: Su muerte profesional.

Ante eso muchas mujeres que intentan compatibilizarlo buscan opciones:

  • Un trabajo en casa que le permita seguir activa mientras cuida de su hijo. Con un horario flexible y sin tener que separarse de él. Pero la realidad es que no todas las profesiones permiten hacer esto. Y que muchos hijos mientras tengan a su madre a su lado demandan una atención constante que hace muy difícil la ejecución de cualquier trabajo.
  • «Sacrificarse por el bien de su hijo». Pero ¿cómo puede no afectar al bienestar de su hijo que se sienta frustrada? ¿Por qué cargar al niño con la responsabilidad de que su madre abandonase una profesión que le gustaba y le ayudaba a sentirse realizada como persona? ¿Cómo puede ese sacrificio no afectar al niño? La relación madre hijo es tan fuerte que una renuncia siempre afecta a ambos.
  • Volver al trabajo dedicando a su hijo todo el tiempo que puede fuera de él. Se plantee como se plantee es la opción mayoritaria. Pero para muchas mujeres va acompañado de una carga de culpabilidad que no tendría por qué estar implícita.

Circunstancias en cada caso

Hay familias donde ni se plantea la elección. ¿Qué pasa cuando los únicos ingresos provienen de la madre? ¿O cuando son tan escasos los generados por padre y madre que necesitan trabajar ambos?

¿Qué pasa cuando una madre lleva muchos años intentando desarrollar un proyecto profesional? ¿Es lógico que no tenga hijos? ¿Que si los tiene tire todos esos años de esfuerzo por la borda? ¿O que intente compatibilizar ambas facetas de su vida que la hacen una persona completa?

¿Quién tiene derecho a juzgar esas circunstancias estableciendo formas correctas o incorrectas de hacer las cosas? ¿Quién tiene derecho a revestir de culpabilidad una decisión u otra?

Escolarización

Una vez leí un libro en el que se explicaba desde la óptica de la Crianza con Apego lo que significa para un bebé «ser abandonado por su madre en la guardería». Tal como se describía era algo así como «ser una hija de pu.. egoísta que ha decidido que es más importante su realización personal que el bienestar de su hijo». ¡Ya vale!

Quien plantea como elección «¿Quieres a tu hijo o a tu trabajo?» está planteando una dicotomía que es falsa. Y o lo hace de forma consciente o es tan inconsciente que lo hace sin plantearse el daño que puede causar.

Podemos despotricar sobre lo absurdo de una baja maternal de sólo 4 meses, o sobre la discriminación que se quiera o no causa a nivel laboral el hecho de que la baja no sea obligatoria para el padre como lo es para la madre. Vamos camino de solucionar esto por fin…

Pero plantear como elección trabajo o amor a tu hijo. ¿Y si quitamos el sesgo hacia la madre y planteamos que ambos deberían dejar de trabajar si de verdad quieren a su hijo?

¿Y de qué vivimos?

Está claro que si ambos padres tienen necesidad de trabajar en un horario ampliado para sobrevivir lo razonable sería no tener hijos. Porque ¿quién los va a criar? Pero no es la situación habitual. Lo normal es un trabajo en el que tienes parte de tu tiempo al día trabajando (7-8 horas) y el resto en casa con tu hijo.

Pero para hacerlo compatible hace falta que alguien cuide del niño durante esas horas de trabajo. Porque la mayoría de los empleos no permiten tener al niño contigo.

Ante eso se puede tirar de familiares, generalmente los abuelos. Pero muchos para lograr ese trabajo han tenido que alejarse de su familia y no disponen de nadie que lo haga.

La opción real en muchas familias es trabajar y niño a la escuela infantil o no trabajar.

Ante esta disyuntiva muchos parecen plantear la escolarización como una especie de campo de concentración en el que los niños son abandonados llorando a su suerte durante las horas que están allí. Pero conozco muchos trabajadores de estos establecimientos. Son personas que están ahí por vocación, que no cuidarían mejor de su propio hijo de lo que lo hacen con los de los demás. Esto no tiene porqué ser algo negativo en absoluto. Implica que escojas y busques una guardería en la que te convenza su profesionalidad, su carácter y de verdad sientas que quien va a cuidar de tu hijo lo hace más por su vocación y compromiso que simplemente por cobrar un sueldo. Hoy en día diría que son mayoría.

Parece que no tener constantemente a su madre atendiendo sus necesidades fuese un problema y que una cuidadora que debe entender a varios niños no puede suplir eso de forma adecuada. Pero es que entonces yo debí acabar fatal. A mí me crió mi madre hasta los 3 años en casa. Pero con 6 hermanos más. ¿Qué tiempo podía dedicarme a mí en exclusiva? Muy poco. Pero yo jamás me he sentido poco amado o atendido por ella. El resto del tiempo interactuaba con mi padre y mis 6 hermanos. Lo mismo que esa interacción me enriqueció, una buena escuela infantil puede enriquecer la vida de tu hijo. Tener más personas a las que querer y que te quieran no resta, sino que suma.

Como en otros muchos aspectos, también aquí tendemos a sobre proteger a nuestros hijos mucho más de lo que se ha hecho nunca y de lo que necesitan. Incluso hasta el punto de perjudicarlos.

Tenemos miedo a que pillen infecciones en el Colegio, sin pensar que el sistema defensivo de nuestro hijo está totalmente preparado y que nunca hemos tenido más medios para combatir las infecciones si es necesario que en la actualidad. Al final ese miedo hace que el sistema defensivo en lugar de actuar contra las infecciones genere alergias. Piensa lo siguiente: Las infecciones se van, las alergias se quedan.

Algo similar pasa con las emociones. Vemos al niño como alguien totalmente indefenso y sin recursos emocionales. Pero lo normal nunca ha sido que los niños se criasen como reyes de la casa con dos o más adultos pendientes en exclusiva de sus necesidades. Ya te he contado lo que es una familia numerosa, que antes era lo normal. Pero ¿qué era una tribu? Papá y mamá no estaban permanentemente con el niño. Papá cazaba, mamá recolectaba y mucho tiempo los niños estaban todos juntos cuidados por los ancianos de la tribu.

Una pieza esencial en la maduración emocional es la interacción entre iguales de forma libre y no supervisada de forma estricta por “superiores”.

Nos preocupa pensar cómo lo pasará nuestro “Rey” cuando llegue al Colegio.

La realidad es que cuando entran 15 “Reyes” en una habitación, se proclama la República. Y eso no es nada negativo.

Con 7500 millones de habitantes en este planeta crecer creyendo que eres el centro del Universo es un “regalo envenenado”, del que algunos no se recuperan nunca. Tu hijo está preparado para seguir siendo especial, pero uno más….

Otro aspecto importante: Estímulos cambiantes

Muchas madres en la consulta que están las 24 horas del día con sus hijos de 2-3 años me dicen que están agotadas. Un niño necesita estímulos para desarrollar su cerebro. Es un necesidad tan básica como comer o dormir.

Y la clave es que tienen que ser cambiantes. No vale siempre lo mismo. Con 2-3 años los niños tienen su casa tan trillada que la única forma de recibir esos estímulos es que su madre o padre esté las 24 horas del día generándolos o pasar todo el día en la calle explorando. Si nos quedamos en casa un día porque llueve, por ejemplo, está irritable y lo pasa fatal…. Lo que te está diciendo tu hijo es que tu capacidad de darle estímulos está al límite y a él no le cubre su necesidad. Muchos de estos niños no sólo no lloran cuando van al Colegio, sino que les encanta y lo piden los fines de semana….

Así que dejemos de ver necesidades inexistentes y apreciemos lo que de positivo tiene salir de la zona de confort.

Valora tus propias circunstancias.

Si puedes cambiar un trabajo que no deja nada de tiempo por otro que te libera, puede ser una opción.

Intentar que el tiempo que estás con tu hijo se lo dediques realmente a él es positivo.

Pero no caigas en la trampa de plantear el amor a tu hijo como un altar en el que inmolarte como persona. Porque no es una carga que tu hijo tenga por qué soportar ni algo que vaya en favor de su bienestar. Simplemente te empobrecerá como persona y dañará a tu hijo a través de ti.

Si realmente dedicar toda tu vida a él es lo que te hace sentir plena, adelante, pero que no sea así no te hace peor madre.

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Virus, virus y más virus. La infección más frecuente en niños.

Infección viral muy frecuente

Las infecciones respiratorias causadas por virus son las más frecuentes que viven todos los niños. Algunas ideas clave cuando te preocupa que esté constantemente sufriendo infecciones virales.

Respuesta al Peketema propuesto por Isabel Díaz en nuestra comunidad de Facebook:

“¿Por qué se dan las infecciones respiratorias constantemente en niños… y cómo eliminar ese virus de sus pulmones?”

¿Es normal que los niños pasen muchas infecciones respiratorias?

Sí. Lo es.

Vivimos en un mundo repleto de vida y ocupamos un espacio muy solicitado. Todos los seres vivos tienden a extenderse tanto como les resulta posible. Los virus no son una excepción.

Cuando nacemos estamos expuestos a que en nosotros empiecen a crecer un montón de seres vivos que quieren ocupar nuestro cuerpo.

Pero estamos preparados para defendernos desde el primer día de vida. 

Con algunos acabamos conviviendo sin problema, como nuestra flora normal. Otros son más agresivos y es cuestión de “ellos o nosotros”. La buena noticia es que las muertes por infecciones son muy poco frecuentes en la actualidad. Con lo que en la práctica, ganamos nosotros casi siempre.

Si te preocupa que tu hijo lleve una sucesión de 30 infecciones en el último año, piensa simplemente que va 30 a 0. Los 30 “bichos” están muertos y tu hijo está vivo. Visto desde esa óptica tal vez agobie menos.

Lo normal con el tiempo es que estas infecciones sean cada vez menos frecuentes hasta que sean ya algo excepcional. Cuando vayas a urgencias con la número “chorrocientos”, mira a tu alrededor. Verás que la mayoría de los niños que hay esperando para ser atendidos son menores de 3 años. 

Los virus con los que convivimos son muchos, pero no infinitos. Y antes o después tenemos fichados a la gran mayoría de los que hay en nuestro ambiente. Es un proceso gradual. El primer invierno con más de 6-8 meses tocan un montón, porque no conoce prácticamente a ninguno.

Al año siguiente la cosa ya mejora algo. Y a partir de los 3 años mejora una barbaridad.

La mayoría de estas infecciones entran en el aire, y por tanto suelen empezar con síntomas respiratorios: Mocos y tos , a veces acompañados de fiebre, a veces sin ella.

Luego hay virus que al entrar en el estómago con el moco pueden generar vómitos y cuando bajan al intestino diarrea.

Pero casi todos empiezan con algunos síntomas respiratorios (moco y/o tos).

¿Tratamiento en las infecciones virales?

Lo primero que debes entender es que las infecciones virales se curan cuando nuestro cuerpo identifica al virus, generamos anticuerpos contra él y lo eliminamos. 

Es decir, que es nuestro cuerpo, con sus propios medios quien nos cura.

El tratamiento en una infección viral no cura. Puede servir para aliviar síntomas o para evitar complicaciones, pero no cura.

Cuando entendemos esto hay gente que prefiere no dar nada. Para algunos, los medicamentos sintomáticos no hacen más que estorbar, porque interfieren en la respuesta del sistema defensivo.

Yo no soy tan extremo. Siempre hay matices. Y para mí el matiz importante es: ¿Están los síntomas empeorando de forma evidente la calidad de vida del niño?

Si la respuesta es sí, disponemos de medicamentos que pueden modular la respuesta de nuestro sistema defensivo, de forma que siga defendiéndose, pero mejorando la calidad de vida del niño mientras la infección pasa.

Los antibióticos matan bacterias, pero no sirven de nada en las infecciones virales. Por lo que, aunque la fiebre sea alta, aunque dure más días, no tiene justificación usar antibióticos en las infecciones virales. Porque no sirven para mejorar la calidad de vida del niño, no acortan la infección, no evita que se complique y no es inocuo dar un antibiótico.

Lo que sí importa en las infecciones virales y no siempre se tiene en cuenta

Cuando hablamos de esto muchos padres me dicen: “Todos tenemos que pasar los virus, pero entonces ¿por qué me da la sensación de que es el mío el que está siempre más malo?

No todos respondemos igual ante el mismo virus. Hay niños que reaccionan con un poco de moco, tos y febrícula y en 2 días han liquidado al virus. Y otros que ante el mismo virus de catarro responden de forma mucho más exagerada, con fiebre alta, mucho moco y a veces una tos que llega a ahogar…

El primero está siendo muy eficiente. El segundo está respondiendo de forma mucho más exagerada.

Si tu hijo tiende a hacer estas respuestas mucho más exageradas, haciendo bronquitis, laringitis, vegetaciones grandes, otitis… con frecuencia su problema no es que tenga las defensas bajas, sino que responde en exceso. Tiene un sistema defensivo hiperexcitado que ante el más tonto de los catarros responde como si fuese la 3ª Guerra Mundial.

Lo importante en estos casos es ver cual suele ser su forma exagerada y repetitiva de enfermar y poner tratamientos preventivos que reducen la respuesta exagerada a un nivel normal. 

Estos niños suelen tomar muchos corticoides y antihistamínicos. Tratamientos cuya función es decir al sistema defensivo que reduzca su reacción.

La clave es, en cada niño, ver cuál es su forma de enfermar y establecer una estrategia adecuada para normalizar el funcionamiento de su Sistema Inmunológico.

Haciéndolo, tu hijo puede llegar a ser como ese compañero suyo de clase que pasa las mismas infecciones que él, pero no falta nunca al colegio y acaba con los virus de forma más eficiente….

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Gastroenteritis en niños

Gastroenteritis en niños y bebés

La gastroenteritis es una de las infecciones más frecuentes en niños. Te explico en qué consiste y cómo actuar para resolverla sin complicaciones.

La

¿Qué es una gastroenteritis?

Es una infección que afecta al estómago y al intestino.

Los síntomas más llamativos que suele presentar un niño con gastroenteritis son:

– Vómitos o náuseas.

– Diarrea.

– Dolor de barriga.

– A veces fiebre.

– Irritación de la piel alrededor del ano.

Tipos de gastroenteritis en niños según su causa

La mayoría son causadas por virus, pero algunas lo son por bacterias. Una tercera posibilidad es que esté causada por una alergia o intolerancia alimentaria. Esta distinción es la que marca las diferentes opciones de tratamiento.

Cuando la causa es una infección viral el tratamiento consiste en aliviar los síntomas hasta que los niños se recuperan de la infección evitando la complicación más frecuente: La deshidratación.

Sospechamos que puede tratarse de una infección bacteriana cuando la fiebre es muy alta, aparece sangre o moco en la caca o la gastroenteritis no mejora tras 3 días de tratamiento adecuado. Para confirmar que es bacteriana, cuál es el causante y a qué antibiótico es sensible debe hacerse un coprocultivo (examinar una muestra de caca de la que se hace un cultivo en el que crecen los gérmenes que causan la infección y comprobamos su resistencia a diferentes antibióticos). El problema del coprocultivo es que puede tardar bastantes días en dar resultados, por lo que ante la sospecha de que sea bacteriana, cuanto antes lo pidamos mejor.

En las infecciones bacterianas el tratamiento es un antibiótico adecuado junto a lo mismo del caso anterior: Aliviar síntomas y evitar la deshidatación.

Pensamos en intolerancias o alergias alimentarias cuando hay síntomas de gastroenteritis, pero sin fiebre, que han aparecido a partir de la introducción de un alimento en la dieta y que no acaban de mejorar tras más de una semana de tratamiento adecuado.

Es frecuente que tras una gastroenteritis infecciosa (sean virus o bacterias) pueda quedar una intolerancia transitoria a la lactosa. Cuando esto ocurre vemos que los vómitos y la fiebre cedieron hace días pero sigue teniendo una diarrea ácida que no cede mientras siga tomando lactosa.

Tratamiento de los síntomas de la gastroenteritis en niños y  bebés

Muchas gastroenteritis acaban cediendo sólas. Pero podemos hacer cosas para aliviar los síntomas del niño y de ese modo conseguir que le resulte más llevadera.

Vómitos o náuseas

Las infecciones que causan una gastroenteritis suelen hacer un camino de arriba hacia abajo. Cuando entran afectan antes al estómago produciendo vómitos o náuseas y después, al llegar al intestino, pueden dar diarrea.

El vómito es un intento del estómago de expulsar aquello que produce daño. Aunque puede parecer que es algo positivo, un mecanismo de defensa, tiene el problema de que es fácil deshidratarse con los vómitos. Cuando todo lo que entra es expulsado y nada llega al intestino donde debe absorberse…

Cuando un niño vomita lo recomendable es:

  • No dar nada de alimento o bebida inmediatamente tras el vómito. Uno de los errores que suelen llevar a los niños a urgencias es este. Tras vomitar casi todos los niños vuelven a pedir líquido. Pero si con el estómago irritado vuelve a beber mucho es fácil que encadene un vómito con otro. Si esto ocurre el estómago se irrita cada vez más hasta que llega el momento que no tolera nada. Por eso suelo recomendar que tras un vómito dejes al menos 30-60 minutos sin que tome nada.
  • Cuando pase ese tiempo es bueno que empiece tomando pequeñas cantidades. Si no lleva demasiados vómitos puede ser con cantidades pequeñas del líquido o comida que desee. Sí conviene evitar las cosas ácidas o grasas, porque pueden irritar más el estómago.
  • Si aún así vuelve a vomitar nos planteamos usar antieméticos. Son medicamentos que reducen la tendencia a vomitar. Pueden administrarse en una inyección, intravenosos, en jarabe o en supositorio.
  • Si son muy frecuentes y abundantes puede ser necesario rehidratatar con suero intravenoso o hacer una analítica para comprobar si hay alteraciones importantes de las sales o la acidez de la sangre. Está analítica de sangre puede orientarnos también para saber si la infección causante de la gastroenteritis es un virus o una bacteria.

Diarrea

Cuando la infección pasa del estómago al intestino se sustituyen los vómitos por la diarrea.

Diarrea es hacer caca muchas veces, mucha cantidad y abundante. Suele ser blanda o líquida. Puede ser irritante o no. A veces con moco o sangre.

Pero cuando aparece la diarrea los vómitos suelen ser menos intensos. Es más fácil echar por abajo que por arriba.

La deshidratación es más fácil con los vómitos. En la diarrea, lo que comemos hace al menos el camino completo y algo permite que se absorba.

Ante la diarrea suelo recomendar:

  • Dieta: Los niños tienen tendencia a pasar con facilidad de la diarrea al estreñimiento. Con lo que una dieta astringente a rajatabla típica, a base de arroz, zanahoria y patata cocida con pollo o pescado blanco, manzana y plátano no suelo recomendarla. Es además complicado mantener esta dieta durante varios días en un niño. En los niños pequeños que toman pecho, pueden seguir tomándolo a demanda. Y como su alimentación suele ser bastante suave basta con ofrecer cantidades pequeñas con frecuencia tanto de líquido como de comida.
  • Probióticos. Son gérmenes buenos que si los introducimos en el intestino crecen ocupando el espacio y compitiendo con los gérmenes agresivos que están causando la diarrea.

Dolor de barriga

Es habitual que los vómitos y la diarrea causen malestar o dolor. Pero incluso cuando no llega a producir expulsión, en una gastroenteritis hay espasmos del intestino y el estómago que producen dolor intermitente.

Este dolor, que empeora cuando se come o bebe, especialmente si toma cantidades moderadas-grandes suele ceder tras expulsar. Con lo que cuando da el dolor, lo más efectivo para que ceda es ir al baño y hacer caca.

A veces los dolores de retortijones pueden permanecer incluso varios días después de que ceda la diarrea. Especialmente tras comer, lo que hace que muchos niños sigan tomando cantidades pequeñas durante algún tiempo.

En ocasiones se usan espasmolíticos para aliviar este dolor. No son efectivos los analgésico. Yo no suelo usar ninguno de los dos.

A veces fiebre

Cuando la causa es una infección puede aparecer fiebre. Hay gastroenteritis en las que casi no sube y otras en las que puede dar fiebre elevada.

Como los niños están con la barriga mal, cuantos menos medicamentos demos mejor. De forma que sólo recomiendo dar antitérmicos si la fiebre supera los 38º y no podemos controlarla con medios físicos.

Si es necesario usar antitérmicos prefiero usar el paracetamol al ibuprofeno en las gastroenteritis. Especialmente evito el ibuprofeno en los vómitos, porque es un medicamento que puede irritar más el estómago.

Cuando vomitan, pero no hay diarrea está la posibilidad de administrar el paracetamol en supositorio.

Cuando hay diarrea y no vómitos, mejor el jarabe.

Si hay tanto vómitos como diarrea y jarabe o supositorio son imposibles de dar, quedan los medios físicos o poner el antitérmico en un suero intravenoso .

Irritación de la piel alrededor del ano

Algunas diarreas son más irritantes que otras. Pero no es raro que la diarrea produzca dermatitis del pañal. Es decir irritación de la piel alrededor del ano.

Cuando ocurre lo más efectivo suelen ser las pastas al agua. Son emulsiones de agua con grasa y mucho Zinc. Su efecto es hacer una capa impermeable que protege la piel para que cuando haga caca no la irrite.

Evitar la deshidratación de un niño o bebé con gastroenteritis

La complicación más importante que puede tener una gastroenteritis es la deshidratación.

Se produce cuando un niño, en su intento de defenderse contra la irritación que causa la gastroenteritis, hace tantos vómitos o diarrea, o rechaza tanto el comer y beber que pierde una cantidad de agua y sales importantes.

Cuando un niño se deshidrata se nota porque:

  • La boca está seca.
  • El niño está muy decaído. Este es el signo principal.
  • La piel está pálida.
  • Ojeras marcadas.
  • Orina poco.

Para evitarlo es necesario que beba con frecuencia cantidades pequeñas de líquido. El líquido recomendable será:

  • Si toma pecho, es el mejor suero de rehidratación oral que existe. No solo aporta agua y sales en la proporción perfecta. También tiene alimento y defensas que ayudan a combatir la infección.
  • Si vómitos y diarrea son frecuentes y abundantes (y no toma pecho) es recomendable que tome sueros de rehidratación oral especiales para su edad. El Aquarius y otras bebidas para rehidratación deportivas no son adecuadas para esto.
  • Cuando no tiene muchos vómitos ni diarrea y un niño no muestra signos de deshidratación puede tomar agua.

En las tres opciones lo mejor es darle los líquidos en cantidades frecuentes y pequeñas para que los tolere mejor.

Si la deshidratación es moderada o grave puede ser necesario rehidratarlo por vía intravenosa ingresando al niño en un hospital.

Pérdida de peso con una gastroenteritis en niños y bebés

Una de las cosas que más suele preocupar a los padres cuando un niño tiene gastroenteritis es la pérdida de peso. Especialmente en aquellos niños que tiene un peso bajo.

Pero cuando cede la gastroenteritis, y tras unos cuantos días en los que puede seguir teniendo retortijones, lo normal es que los niños vuelvan a comer y recuperen rápidamente el peso perdido.

Cuando esto no sucede debemos pensar en una intolerancia alimentaria. Como decía antes la más frecuente es la intolerancia a la lactosa.

Si les cuesta volver a la normalidad, no es raro que sea también por una carencia de hierro y una alteración de la flora intestinal tras la infección. A veces viene bien en estos casos dar un suplemento de hierro con Probióticos. 

Todas estas recomendaciones generales, es mejor siempre personalizarlas. Para ello lo mejor es que consultes a tu pediatra. Especialmente si sospechas que tu hijo está deshidratado.

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Urticaria en Niños y Bebés

Urticaria en niños y bebés

Urticaria: Una alteración llamativa en la piel de niños y bebés. Pero, cuál es su causa y cómo se trata. Tranquilos, lo primero, no es grave.

Qué es una urticaria

Una Urticaria es una reacción alérgica. Son frecuentes en niños y bebés. Su causa es casi imposible de averiguar porque suele deberse a la combinación de varios estímulos a la vez, que por separado no generan problemas.

Un ejemplo del desencadenamiento de una urticaria:

  • Un niño puede haber comido huevo montones de veces sin que sufra ninguna reacción.
  • Tal vez tiene un pijama con un colorante que se ha puesto muchas noches sin que parezca que sea sensible.
  • Pero un día tiene un pequeño catarro. Nada raro. Como otros muchos que ha pasado. Sin embargo ese día la combinación del virus con el colorante y restos de proteínas del huevo generan una molécula nueva contra la que el niño sí reacciona.
  • El sistema defensivo se activa y empieza a reaccionar contra esa molécula donde la encuentra. Va circulando por la sangre. Y la reacción aparece allá donde se deposita. Por eso cursa en brotes que además van cambiando de zona.

 

Urticaria en niños
Urticaria en niño

La urticaria suele evolucionar en brotes,

de modo que aparecen y desaparecen rápidamente

y pueden ir cambiando de zona.

Evolución de la urticaria en niños y bebés

Lo más característico de la urticaria, y lo que suele alarmar, es lo rápido que aparecen las lesiones en la piel. Puede ser cuestión de segundos. Las ves como aparecen en muy poco tiempo.

Esto alarma porque al ver la velocidad a la que van saliendo y extendiéndose uno piensa: ¿Hasta dónde puede llegar la reacción? ¿Llegará a ser tan intensa que ponga en riesgo si vida?

Lo que algunos temen es que pueda ser el inicio de un Shock Anafiláctico. Pero esto es rarísimo. Para que esto ocurra la reacción debe ser muy, muy intensa. Sucede cuando la inflamación es tal que sale una cantidad tan importante de líquido de la sangre hacia las zonas inflamadas que nos deja con demasiado poco volumen de sangre para irrigar los tejidos vitales. Pero como os digo esto es muy, muy, muy…… muy poco frecuente en niños. Así que sin agobios.

Y lo mismo de rápido que sale, a veces desaparece. Por esto mi consejo es que cuando esté muy llamativa le hagáis una foto con el móvil. Son muchos los niños y bebés que cuando llegan a urgencias ya no tienen nada o es mínimo. Esa foto puede ser clave para que el pediatra que lo atienda tenga clarísimo el diagnóstico y el tratamiento que debe aplicar a vuestro hijo.

El tercer punto que caracteriza a la urticaria es que suele evolucionar en brotes. Desaparece, vuelve a aparecer… Y lo hace cambiando de localización.

En algunos casos hay un sólo brote. En otros pueden seguir apareciendo durante varias semanas. 

La diferencia con otras reaccionas que a veces confundimos, como una picadura de insecto, es evidente. En una picadura por ejemplo la reacción está donde pica el insecto. En la urticaria no hay una zona permanente. Cambia sin parar.

Cómo se trata la urticaria en niños y bebés

El tratamiento de las urticarias es el mismo, independientemente de la causa. Va en función de su intensidad.

De modo que empezamos tratando sólo con un antihistamínico si la reacción afecta únicamente a la piel. Es decir, cuando no hay dificultad respiratoria ni vómitos. Y la intensidad de la reacción en la piel es moderada.

Es normal que la urticaria en niños siga dando brotes durante unos días, pero caca vez más débiles.

Si en algún momento tiene un brote más intenso a pesar de estar tomando el antihistamínico, entonces añadimos al tratamiento un corticoide.

El tratamiento de la urticaria en niños puede darse por boca siempre que el niño lo tolere.

Sólo es necesario pinchar el tratamiento de la urticaria si el niño no quiere o no puede tomar el tratamiento por vía oral.

En algunos casos, cuando la reacción es muy intensa y duradera, puede ser necesario tratar la urticaria en niño por vía intravenosa. Es decir, hospitalizando al niño. Pero esto no es frecuente.

Mientras damos en ese caso el corticoide se sigue dando además el antihistamínico. Pueden mezclarse y darse juntos.

Es recomendable además evitar ciertos alimentos. No porque sean los causantes de la urticaria, sino porque son ricos en histaminas y pueden empeorar la reacción:
Chocolate, vainilla, frutos secos, alimentos enlatados, embutidos curados, quesos curados y alimentos ricos en colorantes (chuches, batidos…)

La aplicación de cremas en la urticaria es inútil. La razón es fácil de entender: Como va cambiando de zona rápidamente, ¿dónde aplicas la crema? Puedes ir persiguiendo la reacción. Y de hecho a veces la piel está tan reactiva que precisamente donde aplicas la crema aparece reacción. No es que la crema sea la causante de la alergia. Es que, como explicaré ahora, uno de los factores que pueden desencadenar la reacción cuando ya está activa es someter a frío la piel. Y si la crema lo está…

Averiguar la causa de la urticaria en niños y bebés

De verdad, es lo que más suele preocupar a los padres. Pero la clave es entender que esto es secundario y que además suele ser imposible en la mayoría de los casos.

Hay muchos tipos de urticaria en función del desencadenante:

  • Urticaria acuagénica.
  • Por el frío.
  • Urticaria por contacto.
  • Autoinmune.
  • Colinérgica.
  • Vasculitis urticariana.

Tendemos a atribuir a estos desencadenantes su causa. Pero no siempre aparecen cuando el desencadenante está ahí. Con lo que en la práctica sigue siendo bastante poco útil llegar a un diagnóstico concreto.

Sólo merece la pena en niños que las sufren con frecuencia.

Un niño puede tener más facilidad que los demás para desencadenar urticarias por frío. Pero en la práctica es imposible que pase frío en algún momento. Podemos ser más cuidadosos. Pero no podremos impedirlo siempre.

Y unas veces aparecerá, otras no, cuando el niño sufre un enfriamiento rápido de la piel. Lo que significa que realmente el problema no es el frío por sí solo. Sino que cuando el niño contacta con alguno o algunos desencadenantes y se suma el frío, puede aparecer la urticaria con más facilidad.

Mi consejo, de verdad es que no gastéis una sola neurona intentando averiguar la causa. Casi nunca hay una identificable y al final la urticaria se reduce a usar el tratamiento descrito.

 

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Alertas en el Desarrollo infantil: La Mirada

La Mirada como clave para valorar el Desarrollo Infantil

Una de las cosas más reveladoras sobre cómo va el desarrollo de un niño es su Mirada. Cuando los padres me piden signos de alerta para detectar problemas del desarrollo yo siempre les digo: Mírale a los ojos.

Hay muchas formas de valorar el desarrollo neurológico de un niño.

Pese a que me lo piden mucho me resisto a escribir sobre este tema y os explico porqué.

La experiencia me dice que tratar de forma superficial la valoración del desarrollo infantil genera problemas.

Es un clásico que los padres se agobien cuando su hijo está por debajo de la media en peso o talla. Especialmente en el peso.

Pero si algo agobia a los padres es una sospecha de que el desarrollo neurológico va mal. Y no es para menos. El peso y la talla pueden afectar al futuro de tu hijo, pero su capacidad intelectual es evidente que mucho más.

Hay múltiples formas de valorarlo. La más difundida es la Escala de Denver.

En ella suelen basarse los típicos test que se hacen en los controles del niño sano sobre si ya es capaz de …

Se suele hacer registrando lo que se llaman Hitos del Desarrollo, que no es otra cosa que comparar la edad a la que el niño es capaz de hacer cosas significativas comparado con los demás niños. Podéis entrar en este enlace para ver una lista de algunos de los más significativos. Pero antes de correr a hacerlo os recomiendo que leáis el resto de este artículo.

Reduciéndolos a lo más simple para que entendamos algo importante.

Los cuatro hitos clásicos del desarrollo infantil

Casi todo el mundo si se le pregunta sobre hitos del desarrollo suele recitar:

«Sostiene la cabeza a los 3 meses, se sienta con 6, se pone en pie con 9 y anda con 12».

Pero, ¿debemos preocuparnos realmente si un bebé con 3 meses no sostiene la cabeza? ¿Y si no se sienta con 6 meses?…

Pues la realidad es que no. En absoluto, ni siquiera un poquito.

Son mayoría los niños normales que fallan en alguno de estos Hitos. Si no lo hace con uno lo hace con otro. ¿Entonces, porqué se dice?

Voy a ser claro: Porque es una regla fácil de recordar para pediatras en formación.

Siendo serios: ¿Alguien cree que los 4 hitos más evidentes del desarrollo motor de un niño se desarrollan justo cada 3 meses? ¡Pero qué casualidad! Hay que ver lo bien que lo hizo la naturaleza para que fuese fácil de recordar. Claro que eso funciona sólo con el Calendario Gregoriano, con el Musulmán por ejemplo ya se descuadra la cosa….

Es evidente, es una aproximación que se ha redondeado para ser más fácil de recordar. Pero preocuparse como si el niño hubiese cometido un error irreparable en su evolución si no cumple cualquiera de las 4 fechas es absurdo.

Digo esto sólo como ejemplo para entender que cualquier escala de evaluación pretende hacer objetiva la valoración, pero raramente lo cumple. Cualquier test tiene puntos débiles que pueden generar alarma innecesaria. Por ejemplo en la escala a la que os he hecho referencia para los menores de un año pone los siguientes objetivos entre otros:

Es capaz de tomar de una taza.
Tiene el primer diente.
Juega a esconderse y a aparecer luego.

Pero ¿qué ocurre si los padres sólo le dan líquidos en biberón y no han probado nunca a darle a beber de una taza? ¿Es eso signo de un problema en el desarrollo del niño? Claramente no.

A mi hijo le salió el primer diente con 13 meses ¿Y???? ¿Qué tiene eso que ver con el desarrollo de un niño que como mi hijo estaba sano?

¿Y si los padres no juegan con el niño a esconderse y aparecer después?

Es como si los diseñadores de la escala creyeran que los padres se la saben y van a estar haciéndole un examen semanal a su hijo antes de pasar el examen final cuando se les pase el cuestionario.

No cometáis ese error, por favor. Si algo creo que falta hoy en día es espontaneidad a la hora de que los padres jueguen con sus hijos. Sólo falta que hoy en cuanto dejéis de leer el artículo «torturéis» a vuestro hijo haciéndole pasar una tras una de las pruebas que enumeran.

La Mirada y la evaluación de alguien con experiencia

¿Porqué se usan cada vez más las escalas? Creo que hay 3 respuestas:

– Dar respuesta a la inseguridad de los padres. No puedo ya contar las veces que se me ha pedido en Facebook que dé tablas de ese tipo.

– Ponerle «objetividad» a todo. Hacer estadísticas, calcular la media y creer que todo el que no esté en la media está mal es uno de los errores más básicos que repetimos una y otra vez cuando pretendemos aplicar matemáticas a los seres vivos. Nadie cumple la media exacta en todo (bueno, con 7500 millones de seres humanos lo mismo hasta hay alguien así), pero sistemáticamente se usan las medias para decir qué es lo correcto dando la sensación de que todos están mal en realidad. Pasamos al absurdo buscando la objetividad.

Por ejemplo, si decimos que los bebés sostienen la cabeza con 3 meses es porque, si preguntamos a un número estadísticamente significativo de padres cuándo sostiene su hijo la cabeza por primera vez, la media a lo mejor son 2 meses, 28 días, 3 horas y 42 segundos. Pero redondeamos a 3 meses.

¿Pero cuántos niños sostienen la cabeza antes de esa fecha? Pues la mitad. ¿Y la otra mitad tiene un problema de desarrollo? Está claro que no. Los niños con problemas reales del desarrollo, por suerte no alcanzan un 10%.

– Evaluar con personal menos capacitado. Pasar una encuesta es algo sencillo para gente con un mínimo entrenamiento. Valorar el estado de desarrollo de un niño es bastante más complejo. Cuanta menos experiencia tiene un profesional más usa las escalas, cuanta más experiencia tiene menos las usa. Porque con la experiencia somos capaces de captar aspectos no cuantificables y llegar a conclusiones mucho más fiables que una escala.

Lo que yo recomiendo de verdad a los padres para valorar el desarrollo de su hijo, y lo que más valioso me resulta a mí como profesional es la Mirada.

Mi consejo claro: Mira a tu hijo a los ojos, y siempre que tengas oportunidad de hacerlo mira a los ojos a otros niños de su edad.

Aunque las comparaciones son odiosas, si lo que aprecias al hacer esto en tu hijo es muy diferente a lo que ves en otros niños de su edad, consulta a tu pediatra.

Los trastornos más frecuentes del desarrollo suelen incluir casi siempre una «mirada perdida» o «poco despierta».

La mayoría de los trastornos en los que un niño que iba bien empieza a no ir bien, es comentado por los padres como «le he notado un cambio en la mirada que no sé explicar».

Sé que esto son definiciones vagas, poco concretas y muy subjetivas. Pero la experiencia me dice que las madres son muy buenas apreciando cosas así. Los hombres somos más de escalas.

Un ejemplo:

Con la imagen de la cabecera del artículo, si os digo que el niño de la foto tiene 20 meses ¿puedes decirme si tiene buen desarrollo neurológico? Seguramente dirás que eso me dice poco.

Pero ¿y observando la mirada de esta niña?

La Mirada transmite mucho sobre el desarrollo de un niño

¿Tú qué dirías? Esa chispa me dice que es una niña despierta, ¿a ti no?

Si tienes sospechas de que el desarrollo de tu hijo no va bien, fíjate en su mirada. Y si su mirada te hace sentir que las sospechas tienen fundamento, consulta al pediatra.

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Qué Almohadas usar para Niños y a qué Edad

Qué almohadas podemos usar para los niños según su edad

Peketema propuesto por una Madre en Facebook: «¿Con qué Edad deberían empezar los Niños a dormir con Almohada? ¿Qué Almohada es más recomendable?»

Hay muchas formas de responder a esta duda. Lo que voy a hacer es un recorrido desde el nacimiento sobre las recomendaciones que podemos dar en torno a las Almohadas para Niños.

Almohada en los primeros meses de vida: Ninguna

Una de las recomendaciones en torno a la Muerte Súbita del Lactante es evitar que en el sitio donde duermen haya objetos innecesarios, como peluches, almohadas, cojines antivuelco…

Sólo en los niños muy prematuros, durante un tiempo limitado en el que tienen muy poca movilidad se recomienda usar algo parecido a una almohada, pero con forma de rosco. Su función es evitar que la cabeza se deforme. Ya que sus huesos son tan blandos aún que tiende a aplanarse por su propio peso.

Almohada para bebés con plagiocefalia

Algunos niños crecen con la cabeza deformada, es lo que llamamos plagiocefalia. Puede producir un aplanamiento en la parte posterior de la cabeza que afecte de forma equilibrada al centro o que sea más marcada en uno de los lados.

A veces en esa situación podemos recurrir a los «roscos», como en los prematuros para corregir la posición. Pero la mayoría de los bebés no suelen ser tan poco activos como para quedarse en esa postura y se mueven convirtiendo el «rosco» en un objeto inservible en la cuna. Hay otras medidas posturales más efectivas en estos casos. La principal, limitar el tiempo que el bebé está tumbado, usando «grupo 0» o mochilas porta-bebés.

Almohada en menores de 2-3 años

Cualquiera que conozca a un niño de esta edad, sabe que da igual que tenga o no almohada. El niño se mueve tanto que puede acabar durmiendo en los pies de la cama. Y la almohada acaba siendo eso que se mueve por la cuna de forma aleatoria con lo que a veces coincide el niño en las posturas más impensables.

Hay algunos que sí que duermen en una postura más o menos tranquila. Si les ponéis una almohada, lo mejor es que sea muy fina aún.

Almohada en niños con las vegetaciones grandes

Durante los primeros años de escolarización algunos niños sufren infecciones muy frecuentes, lo que hace que crezcan las vegetaciones. Cuando esto ocurre los niños respiran peor y pueden sufrir dolores de oídos cuando están tumbados.

Una forma de que respiren mejor es que duerman más incorporados. Pero para lograr esto no sirve una pequeña almohada. Habitualmente en esta situación como mejor duermen es incorporados sobre un cojín grande. Y aunque parezca raro que con esta edad se queden quietos durmiendo, en estos casos suelen quedarse sobre el cojín, porque cuando se bajan no respiran bien.

Almohada en niños que ya duermen en una postura estable

Más tarde o más temprano el sueño empieza a ser más tranquilo, parecido al de los adultos. Todos seguimos moviéndonos a lo largo de la noche, pero ya lo hacemos manteniéndonos siempre en una misma orientación (a lo largo de la cama). Esto suele ocurrir desde el momento en que la talla del niño es mayor que el ancho de la cama.

Desde ese momento lo que podemos decir de las Almohadas es lo mismo que se diría para cualquier niño, adolescente o adulto.

Que su uso depende de cual sea la postura en la que dormimos y que nos resulte más cómoda.

La gente que duerme habitualmente boca arriba lo mejor es que use una almohada que se amolde al hueco de la nuca dejando la parte posterior de la cabeza apoyada sobre el colchón (las almohadas en forma de mariposa).

Quienes duermen boca abajo (postura no muy buena para las cervicales) lo mejor es que duerman sin almohada o con una muy fina.

Aquellos que duermen de lado necesitan una almohada consistente que permita mantener la cabeza alineada con la columna. Para eso debe tener un grosos importante y que sea firme.

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El azúcar en la alimentación infantil

El azúcar en la alimentación infantil.

La introducción de azúcar en la alimentación infantil es origen de muchos problemas. Debería prohibirse, pero mientras no lo hagan evítala por su salud.

Si tengo que nombrar a un experto en este tema que me haya influido es alguien que no era médico: Michel Montignac

Su aportación principal fue enfocar el problema del síndrome metabólico (obesidad, exceso de grasa y azúcar en sangre) con el índice glucémico en lugar del recuento de calorías.

Cuando se entiende esta idea se aprecia hasta qué punto el azúcar añadida en nuestra alimentación es la clave para entender muchos problemas. Y porqué es tan importante evitarla en la alimentación infantil.

El índice glucémico frente a las calorías

Todos los alimentos tienen una composición compleja. Prácticamente todos contienen de forma natural azúcar. Cada alimento cuando lo comemos produce una elevación de azúcar en sangre. Lo que mide el índice glucémico es cuánto sube el azúcar en sangre tras tomar una cantidad fija de cada alimento.

Este índice puede cambiar dependiendo de la forma en la que el alimento esté cocinado, de forma que no es igual comer zanahoria cruda que hacerlo con zanahoria cocida. Cocida subirá mucho más el azúcar que cuando está cruda, porque cocida las formas complejas de azúcar se simplifican haciéndose más fáciles de digerir y absorber.

La teoría imperante sobre dietética en las últimas décadas fue la del recuento de calorías:

  • Los hidratos de carbono producen 4 calorías por gramo.
  • Las proteínas 4 calorías por gramo.
  • Las grasas 9 calorías por gramo.

Eso hace que cuando nos basamos en las calorías para el control del peso el producto a evitar sean claramente las grasas.

Pero un kilo de zanahorias cocidas tiene las mismas calorías que un kilo de zanahoria cruda…

Michel Montignac defendía (murió en 2010) que la cuestión no es el recuento de calorías. Es algo levemente más complejo, pero aún así fácil de entender:

Si pensamos por ejemplo en la alimentación que existía hace 50 años nos daremos cuenta de que el consumo de grasas era mayor que ahora. Lo que hacía que en recuento de calorías la dieta fuera más potencial generadora de obesidad que en este momento. Pero sin embargo en la actualidad hay mucha más obesidad. Esto se debe a que la capacidad del cuerpo de absorber grasas es más limitada que la de absorber azúcar y almacenarla en forma de grasa.

Niveles de azúcar importantes en sangre

Cada persona tiene dos niveles de azúcar en sangre que son importantes:

  • Hay un nivel por debajo del cual si baja el azúcar sentimos hambre. Todos, hasta los niños «que no comen», sentimos hambre cuando ese nivel es traspasado. Cuando ocurre buscamos comida y tenemos tendencia a buscar alimentos ricos en azúcar para corregir el desequilibrio.
  • Hay otro nivel por encima del cual nuestro cuerpo interpreta que sobra azúcar y libera insulina, una hormona que hace que el azúcar se introduzca en las células, especialmente, cuando sobra, lo hace en las células del tejido adiposo (el tejido graso de nuestro cuerpo). Cuando más rápida y elevada es la subida de azúcar más insulina se libera y más se almacena ese azúcar transformada en grasa en nuestro cuerpo. En las personas con sobrepeso el origen de la grasa que acumula procede en mucha mayor medida del azúcar que el propio cuerpo ha transformado en grasa que de la grasa absorbida de la dieta.

Otro efecto importante del azúcar. La saciedad

Cuando el nivel de azúcar es bajo en sangre hay zonas de nuestro cerebro que desencadenan la reacción que llamamos hambre. Cuando esas zonas captan azúcar suficiente, desaparece el hambre.

Es importante entender esto para comprender dos efectos frecuentes:

  • Comer rápido engorda. Cuando uno come lentamente, da tiempo a que se vayan absorbiendo azúcares que al alcanzar el nivel adecuado desencadenan la saciedad. Ya no tenemos más hambre. Pero si comemos muy rápido la cantidad que nos da tiempo a tomar antes de haber permitido que se absorban los primeros azúcares es mayor. Y como hemos dicho antes si los azúcares se absorben lentamente el nivel alcanzado es menos alto y se libera menos insulina. Si comemos rápido la misma cantidad de azúcar hace un pico más elevado que estimula una mayor secreción de insulina.
  • Los edulcorantes no son la solución. Hay estudios que muestran que la gente que come con productos light (bebidas light por ejemplo) come más que cuando no lo hace. Al parecer los edulcorantes tienen la capacidad de unirse a las zonas del cerebro que controlan la saciedad, dificultando que lo haga el azúcar, pero no siendo capaces de desencadenar la reacción de que el hambre ha cedido. Eso hace que la cantidad de azúcares que uno acaba comiendo para acabar sintiéndose saciado es mayor si hay edulcorantes en la comida.

¿Qué ocurre cuando comemos azúcar?

Ya he dicho que todos los alimentos contienen azúcares. Y lo que diferencia unos de otros es la facilidad que el cuerpo tiene de absorberlos en mayor o menor proporción, más rápida o más lentamente.

Cuando el nivel de azúcar en mi sangre es bajo, algunas zonas de mi cerebro que controlan este nivel desencadenan una reacción que llamamos hambre.

Empiezo a buscar alimentos ricos en azúcar que corrijan la falta.

Si tomo alimentos ricos en azúcar y pobres en fibra

El azúcar se absorberá rápidamente. Pero lo hará cuando el alimento llegue al intestino, en lo que tardará un rato. Si cómo muy rápido, la cantidad de alimento que he tomado hasta que empiece a subir el azúcar será mayor.

Una absorción rápida de azúcar abundante subirá por encima del nivel en el que mi cuerpo interpreta que sobra, produciendo dos efectos:

Saciedad: Se me quita el hambre. Pero como he dicho será más difícil alcanzar este nivel si he tomado edulcorantes, no lo olvides. Cuando las zonas del cerebro que controlan el hambre y la saciedad reciben cantidad suficiente de azúcar nos «premian» liberando endorfinas (que producen una  sensación placentera).

Secreción de insulina: Cuando más rápido sube el azúcar y más alto llega mayor es la secreción de insulina. Todas las células del cuerpo absorberán parte de ese azúcar, pero sobre todo lo harán las células capaces de transformar ese exceso de azúcar en grasa para almacernarla. Si la subida ha sido muy intensa, la alta dosis de insulina segregada para corregirla hará que baje rápidamente. Hasta el punto de volver a situar el azúcar en sangre por debajo del nivel en el que volvemos a tener hambre.

Este proceso puede durar menos de 2 horas, volviendo a buscar alimentos ricos en azúcar.

Las personas con sobrepeso:

– Sienten hambre con más frecuencia porque este proceso se repite una y otra vez, con lo que comen más y ganan más peso.

– Liberan cantidades mucho mayores de insulina lo que hace que con el tiempo la sensibilidad de las células del cuerpo a su acción vaya siendo menor (es lo que llamamos diabetes tipo 2).

– Producen en su cuerpo cantidades mayores de grasa para almacenar ese exceso de azúcares, haciendo que suban los triglicéridos y el colesterol.

– El sobrepeso reduce la movilidad de estas personas volviéndolas más sedentarias y reduciendo el consumo de azúcar y grasas de almacenamiento.

– El exceso de grasa ayuda a conservar el calor corporal lo que reduce la cantidad de energía necesaria para mantener la temperatura del cuerpo.

– Su aspecto es socialmente rechazado lo que les lleva a tener una vida menos activa en relaciones y a sufrir ansiedad y depresión. Las endorfinas producidas cuando sube el azúcar en sangre alivian tanto la depresión como la ansiedad momentáneamente. Lo que lleva a las personas con problemas psicológicos asociados al sobrepeso a consumir más alimentos ricos en azúcar. Tener cifras de endorfinas altas en sangre con frecuencia hace que respondamos cada vez menos a ellas, no disfrutando de las pequeñas liberaciones de endorfinas que producen otras conductas distintas a la comida.

Todo esto junto es lo que llamamos Síndrome Metabólico. El mayor problema de salud crónico de los países desarrollados.

Y si tomo alimentos pobres en azúcar o ricos en fibra

La fibra dificulta la absorción de azúcares. La fibra en realidad es también azúcar. Pero son azúcares unidos en una estructura tan compleja que al cuerpo le cuesta horas digerirla. Y sólo lo consigue en parte.

Cuando tomamos alimentos compuestos de azúcares complejos (fibra como la de las legumbres, la fruta, las verduras o los cereales integrales que además no están demasiado cocidos) el azúcar sube, pero lo hace lentamente y de forma mantenida durante horas.

Eso hace que alcancemos el nivel en el que hay azúcar suficiente para que no tengamos hambre. Pero ese nivel estimula una secreción de insulina mucho más leve.

El resultado es que:

– Se liberan endorfinas en una dosis menor. Nos sentimos bien, pero estos alimentos no tienen la capacidad de aliviar depresión o ansiedad de los alimentos ricos en azúcar puro. En contrapartida, también ocurre que como los niveles de endorfinas a los que se acostumbra el cuerpo son menores, cualquier liberación más leve es más apreciada por el organismo. Con lo que en realidad acabamos sintiéndonos mejor y apreciando más otros placeres de la vida distintos a comer. Y eso nos impulsa a realizar otras actividades generadoras de endorfinas, como la afectividad, el deporte, la realización personal…

– Pasamos más horas sin hambre, lo que hace que comamos menos y por tanto no ganemos peso.

– La secreción de insulina al ser menor produce una absorción más equilibrada del azúcar por todas las células del organismo y menor por las que acumulan el exceso en forma de grasa.

– Al no tener exceso de grasas de almacenamiento, colesterol y triglicéridos bajan.

Por tanto está claro que para evitar el síndrome metabólico la clave no es la reducción de grasas en la alimentación sino:

– La reducción drástica de azúcares de fácil absorción.

– El aumento de fibra (azúcares de difícil absorción) en la dieta.

– Estimular la realización de actividades generadoras de endorfinas distintas a comer: Deporte, afectividad, realización personal…

Este esquema aplicado a niños

Todo lo explicado hasta aquí es igual independientemente de la edad. Pero ahora voy a centrarme en niños y porqué en ellos es especialmente importante entender esto.

Programación metabólica y de conductas

Para que se entienda, yo suelo decir que un niño es un ordenador con muy poca programación de base. Es como si tuviese el sistema operativo, pero depende de los programas que le carguemos después funcionará de un modo u otro.

En los primeros años de vida se programan cinco aspectos que son esenciales y van a seguir ahí el resto de la vida:

– Metabolismo.

– Conductas relacionadas con la alimentación.

– Conductas relacionadas con la afectividad.

– Conductas relacionadas con el sueño.

– Inmunidad.

Todos son modificables en mayor o menor medida en etapas posteriores, pero en su mayoría no reversibles del todo. Cuanto antes se establece una forma concreta de funcionamiento en uno de esos aspectos y más tiempo persiste, más difícil es de cambiar.

Todo lo hablado antes respecto al síndrome metabólico en niños lleva a que una dieta rica en azúcar:

– Produzca un sobrepeso ya desde la infancia.

– Una alteración del esquema corporal que lleva a ser rechazado por los demás y a rechazarse a sí mismo. Con una menor autoestima y la tendencia a realizar menos actividades productoras de endorfinas alternativas a la comida.

– Un tejido graso sobre-dimensionado que almacena azúcar con más facilidad en forma de grasa.

– Un exceso de secreción de insulina que hace que el organismo se vuelva cada vez menos sensible a su efecto (diabetes tipo 2). Cada vez tenemos mayor número de niños con este tipo de diabetes.

– Un exceso en grasas de almacenamiento que empiezan a acumularse precozmente en sitios donde dan problemas como las arterias o el hígado.

– Tomar productos azucarados distorsiona la dieta infantil, ya que al sentirse saciados rechazan tomar otros alimentos que les resultan menos atractivos, teniendo dietas con cada vez más azúcares y menos fibra.

Reflexión final ¿Prohibición del azúcar en alimentación infantil?

El síndrome metabólico es la enfermedad crónica más frecuente en los países «desarrollados».

El consumo de alcohol y tabaco está prohibido a los niños, porque sabemos que tiene un efecto adictivo y que genera un daño claro para la salud. No podemos controlar el hecho de que alguien privadamente dé alcohol a un niño o fume en su presencia (por tanto ellos fuman). Pero lo que sí hace el Estado es impedir con leyes que haya quien se lucre con ello.

Pues el consumo de azúcar es adictivo y genera problemas de salud claros. No podemos evitar que los padres den alimentos enriquecidos en azúcar a sus hijos. Pero desde luego lo que el Estado sí debería hacer es prohibir la comercialización (y no hablemos de la publicidad en horario infantil) de productos enriquecidos en azúcar dirigidos a niños.

Yo cada vez que veo un anuncio de una bebida azucarada para niños es como si viese un anuncio de tabaco dirigido a ellos: En horario infantil, con un personaje especialmente pensado para resultarles atractivo, con regalos que incentivan su consumo y con una sustancia adictiva en su composición que hace que tienda a tomarse de forma irracional.

¿Qué pensarías si vieses un anuncio similar pero en el que estimulasen a tu hijo a fumar o beber destilados?

Esto no es ninguna exageración.

Hace unos años la OMS publicó un estudio en el que se mostraba que el consumo de una bebida azucarada al día en niños de 10 años podía generar 7 kg de sobrepeso al año. ¿Y sabéis que echan la mayoría de las madres a sus hijos para que tomen en la merienda del colegio como bebida? Zumos, batidos, bebidas para deportistas, yogur líquido… Todos son productos azucarados.

Si en algún momento se decide hacer una legislación que regule esto es importante que no se simplifique a azúcar (sacarosa) y tengamos claro que hay formas camufladas de añadir azúcares a los alimentos (para volverlos más dulces, no es que se pretenda dar azúcar porque sí), como añadir extractos de alimentos ricos en ella (extracto de piña, uva, manzana….) o calentarlos para fraccionar los azúcares complejos y liberar los más simples.

Estos trucos llegan a usarse incluso en alimentación para bebés.

Lo que debería restringirse en alimentos destinados a niños es:

  1. La cantidad total de azúcares en forma de disacáridos y monosacáridos (azúcares simples). De modo que no pueda tener un índice glucémico superior al alimento natural del que proviene.

  2. La presencia de edulcorantes.

Mientras esto no se legisle, si eres padre o madre y has llegado a leer hasta aquí, mi consejo es que no compres estos productos.

Que cuando hagas la compra mires la composición de lo que compras y prescindas de todos aquellos alimentos enriquecidos en azúcar.

Los más frecuentes son:

Zumos, batidos, yogur líquido, bebidas para deportistas, lácteos azucarados, repostería, pastelería, bollería, salsas tipo Ketchup, salsas para ensaladas, pan de molde…

Y que si tu hijo empieza a tener problemas de sobrepeso:

  1. Elimines totalmente estos alimentos de su dieta. No los compres.
  2. Añadas la mayor cantidad posible de fibra a su dieta: Fruta (no zumo, a bocados), verdura cruda (no cocida, especialmente evita arroz, zanahoria y patata cocida), cereales integrales, legumbres.

Me alegraría mucho que alguien con la capacidad política para promover una ley así leyese esto.

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Infección de Orina en niños y bebés

Todo lo que los padres quieren saber sobre los bebés y niños con infección de orina: Tratamiento y pruebas a realizar. Ecografía de vías urinarias.

Todo lo que los padres quieren saber sobre  los bebés y niños con infección de orina: Tratamiento y pruebas a realizar. Ecografía de vías urinarias.

Por su forma de presentarse debemos diferenciar dos formas fundamentales:

La infección de orina en el lactante.

La infección de orina por encima de 1 año.

En el lactante la infección de orina produce irritación, rechazo del alimento, fiebre escasa intermitente en la mayoría de los casos y a veces orina más oscura o con peor olor.

En el niño más grande el síntoma fundamental es el dolor o escozor al orinar.

Una infección de orina puede aparecer en cualquier edad, pero hay 2 edades fundamentales en las que es mucho más frecuente: mientras se usa el pañal (sobretodo el primer año de vida) y en las niñas pre-escolares que empiezan a ir solas al baño.

Los microbios más habituales en una infección de orina suelen estar en las heces, y actúan ascendiendo desde la entrada del conducto de la orina.

Dado que el conducto de la orina que une la vejiga con el exterior es mucho más corto en las niñas, la infección de orina aparece con mucha más frecuencia en ellas.

Mientras tienen pañal, cada vez que hacen una deposición, aunque le limpiemos inmediatamente, las heces se han extendido por toda el área cubierta por el pañal, de forma que los gérmenes que hay en las heces colonizan todos los pliegues de los genitales, y desde estos pueden ascender por el conducto (uretra) hasta la vejiga.

Si además suben por los uréteres hasta los riñones pueden producir una infección del riñón (Pielonefritis) que puede dañarlo dejando secuelas.

Pero que no es frecuente.

Desde el momento en que se deja de usar el pañal las infecciones de orina se producen cada vez con menos frecuencia, hasta que las niñas empiezan a ir solas al baño, porque suelen limpiarse de la forma más cómoda (de atrás a delante) con lo que arrastran todos los bichitos de la caca hacia los genitales favoreciendo la infección.

En un niño o una niña que se queja de que le escuece al orinar, puede haber una infección de orina o simplemente una irritación de los genitales (vulvo-vaginitis en niñas, balanitis en niños).

El segundo caso en niñas suele aparecer por arrastre al limpiar de atrás a delante y su tratamiento suele ser corto (2-3 días lavando con un antiséptico), y ceden bien, aunque tienden a repetir si no se cambia la mala técnica de limpieza.

La infección de orina real suele precisar tratamiento con antibiótico durante al menos 10 días.

Y si la fiebre es alta (más de 38,5º en la axila), lo que suele ser signo de que la infección afecta ya a los riñones precisa en muchos casos tratamiento hospitalario (sobretodo si el niño es más pequeño).

Antes de tratar una infección de orina con antibióticos se realiza una primera prueba (sedimento) que nos indica si hay infección o no.

Pero esta analítica no nos dice cual es el germen que produce la infección ni a qué antibiótico es más sensible.

Esta información nos la puede dar sólo un cultivo de orina con antibiograma.

Cuando se sospecha una infección de orina en un niño, se confirma que esta existe con el sedimento.

Y puede empezar a tratarse desde ese momento.

Pero al no conocer cual es el germen causante, ni a que antibiótico es más sensible existe la posibilidad de que tras los 10 días de tratamiento la infección permanezca.

Por ello se recomienda que antes de iniciar tratamiento con el antibiótico (que se prescribe en función de la frecuencia con que son sensibles a él las infecciones de orina en general), se recoja la muestra de orina para hacer el Urocultivo con antibiograma.

Esta prueba debe solicitarse en todas las infecciones de orina para que si la evolución con el tratamiento de entrada no es buena, podamos disponer de la información para tratarlo adecuadamente.

Hay niños y sobre todo niñas con tendencia a hacer infecciones de orina con frecuencia.

Si esto ocurre a pesar de realizar una higiene correcta de los genitales, hay que descartar que exista una malformación en las vías urinarias que retenga la orina favoreciendo las infecciones de repetición.

La prueba de elección para estudiarlo es la Ecografía de vías urinarias.

Y si en la ecografía se aprecia un engrosamiento de los canales por los que drena la orina (uréteres) a veces precisan otras pruebas y un seguimiento con controles periódicos de orina (ya que muchas infecciones pueden dar síntomas poco claros).

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Cómo hacer que un niño duerma toda la noche

Dormir toda la noche.

Peketema: Un tema solicitado por las madres en nuestra comunidad de Facebook. ¿Hay alguna forma de que un niño duerma toda la noche?

Hay una serie de ideas que la gente asocia a un «buen bebé»: Que coma bien, que duerma bien, que llore poco, que la caquita justa, ni mucha ni poca, que crezca bien (o si es posible incluso un poquito más de lo normal…)

Y luego está la realidad. Os diría que no hay un solo niño que lo cumpla todo. Alguna vez he pensado en poner en esta web un apartado de «intercambios»: «Cambio niño que no come por niño que no duerme…»

Hablando del tema del sueño.

¿Cuando es normal que un niño duerma toda la noche del tirón?

Pues para desgracia de los que se hacen esa pregunta, podremos decir que seguramente hay un problema a solucionar cuando un niño con más de 3 años (p0r poner una fecha) no duerme habitualmente sin despertarse toda la noche. Especialmente hasta los 18-24 meses, lo normal es que se despierten a veces.

Vamos por edades en niños sanos que no tienen ningún problema:

En las dos primeras semanas de vida se recomienda de hecho que no pasen más de 4-5 horas sin comer, porque eso puede producir un descenso de azúcar en sangre para el que no está preparado. Se recomienda que cuando pasan más de ese tiempo sin comer se haga por despertarles.

Los primeros 5-6 meses ya toleran el ayuno sin problemas (tienen reservas de azúcar en el hígado suficientes). El tiempo entre las tomas de noche suele ir aumentando. Hay incluso algunos bebés que llegan a dormir toda la noche. Muchos padres cantan victoria pensando que eso es un paso sin vuelta atrás.

Entre los 5 y los 7 meses empiezan a despertarse con más frecuencia. Esto ocurre porque maduran y cambia el patrón de sueño. Empiezan a aparecer cosas como las pesadillas y los terrores nocturnos. Y los bebés tienen más facilidad para despertarse entre ciclos de sueño (45-90 minutos) pidiendo hacer su ritual de sueño cada vez que quiere volver a dormirse.

Los siguientes 2 años el sueño estará marcado por la opción que escoja cada familia. Son básicamente 2 con tantas variantes como familias. Y en cada familia una por niño.

Hay radicales defensores de una y otra. Yo soy de la opinión de que en cada caso es adecuada una y que sólo conociendo las circunstancias, preferencias y carácter de cada caso puede decirse cuál es la más adecuada. El objetivo, prejuicios a parte debe ser que todos los implicados, es decir toda la familia, descanse lo mejor posible. Porque sea cual sea nuestra preferencia a priori, no descansar perjudica a toda la familia y al niño como miembro de ella.