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La Crianza Natural

Crianza natural, recordar de donde venimos

La crianza natural es una forma de cuidar y educar a sus hijos escogida por muchos padres, con sus ventajas y condicionantes. Esta es mi opinión sobre ella.

La Crianza Natural es una teoría que se basa en el estudio de la forma de criar a los niños en primates y otros animales, lo que se supone que debió ser en las poblaciones prehistóricas de humanos y en otras culturas distintas a la occidental.

Postulan que la forma actual de criar niños en los países occidentales es muy diferente a la de otras culturas y a la que la especie humana realizaba en sus inicios. Y que muchos de los problemas que surgen en la crianza son fruto de una forma de hacerlo que va en contra de las necesidades biológicas del niño.

Puntos principales en la práctica de la Crianza Natural

  • Lactancia materna a demanda de día y de noche y hasta la edad que en niño la solicite (habitualmente entre los dos y cuatro años, algunos más).
  • Colecho. El niño duerme con la madre o con los padres hasta que prefiera dormir sólo por propia iniciativa (entre los 5 y 10 años).
  • Mantener durante todo el tiempo posible el contacto íntimo entre el niño y la madre (habitualmente hasta los 3 años al menos).

Otras cuestiones en las que insiste esta opción pero que no incluyo dentro de sus puntos principales porque yo no considero que sean propias de ella, sino de cualquier teoría educativa decente:

  • Quered a vuestro hijo tanto como podáis, procurad desde un principio que sepa que lo queréis y lo respetáis.
  • La mayoría de los problemas que tenemos con los niños son porque no les entendemos. No porque tengan la intención de hacernos la vida imposible.
  • Hacer daño a un niño nunca es una herramienta educativa adecuada.

Reivindicaciones desde la crianza natural

El abandono de estos principios en la cultura occidental se ha defendido por parte de supuestos expertos que no aportaban ninguna prueba de que mejorasen en nada la calidad de vida ni de padres ni de hijos, y en muchos casos amenazando a los padres con graves consecuencias para sus hijos si mantenían este tipo de crianza. Amenazas que no tenían ningún fundamento.

Afirman que muchos problemas de la cultura occidental, que no son tan marcados en otras culturas, ni lo eran en la antigüedad son fruto de criar a los niños en unas condiciones que van en contra de sus necesidades biológicas y afectivas

Sería necesario ampliar la baja maternal hasta los 3 años para no impedir a las madres trabajadoras la posibilidad de realizar una crianza adecuada de sus hijos.

Puntualizaciones a la crianza natural

(Esto son opiniones mías)

Hasta que en España se consiga que la baja maternal dure los 3 años necesarios para hacer una adecuada crianza natural (en realidad sería lo deseable para una adecuada crianza sin más), hay muchas madres para las que aplicar este sistema resulta imposible.

Del mismo modo que no había fundamento para las amenazas que algunos pseudo expertos usaban para ir en contra de la crianza natural, tampoco veo adecuado que se plantee a las madres que no aplicarla genere graves problemas a sus hijos. Porque al igual que en las amenazas de los “expertos” citados, no es cierto.

Las opciones que algunos defienden (basadas en el conductismo, que es una forma de modificar una tendencia inconsciente), no son más que intentos de facilitar la adaptación de algunos niños a un sistema de vida que no es el idóneo ni para niños ni para adultos. Hay muchas formas de conseguir esa adaptación. Ciertas formas de conductismo usadas, por ejemplo para enseñar a los niños a dormir solos, son muy criticadas por los defensores de la crianza natural. Y a mí tampoco me gustan, sobre todo porque hay opciones mejores para conseguir lo mismo.

En resumen, mi opinión

La Crianza Natural es una opción, posiblemente la idónea para el ser humano en general, pero viviendo en el mundo en que vivimos, como en todo lo demás referente a la crianza de vuestro hijo, debéis valorar vuestras propias circunstancias y preferencias:

Es vuestro hijo.
Ni aplicarla, ni dejar de aplicarla
es una garantía de nada
positivo ni negativo.

Lo fundamental para criar a vuestro hijo es a mi parecer

Que le dediquéis tanto tiempo como vuestras circunstancias personales os permitan, sin agobios ni sentimientos de culpa.

Que en ese tiempo disfrutéis de él y le deis tanto amor como podáis y lo tratéis con respeto y cariño.

Si cumplís estos dos requisitos creo sinceramente que habréis puesto como padres lo que podíais para que vuestro hijo sea feliz (duerma sólo o con vosotros, tome pecho o biberón, vaya o no a la guardería…).

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Destete nocturno en bebés

Destete nocturno

Escribo este Peketema del destete nocturno en respuesta a la duda de una madre en Facebook: «¿Como retirar el pecho a un niño si de noche es su chupete?»

Siempre que hablamos de retirar el pecho saltan las alarmas. ¡No se lo quites! Sigue dándoselo…

Aquí no vamos a entrar en eso. Hay muchos motivos justificados para retirar el pecho y la persona más cualificada para decidir cuando y porqué en cada caso es la madre que lo da. Para quien tengan ganas de gresca con el tema recomiendo la lectura del artículo «Madres juzgadas». Y os recuerdo que nuestra comunidad se basa en el respeto a todos sus miembros.

La cuestión es que cuando se decide el destete nocturno surgen también muchas dudas de cómo hacerlo. Le has dado el pecho hasta ahora porque pensabas que era lo mejor para tu hijo. Y ahora que has decidido que retirarlo es también la mejor opción en vuestras circunstancias, quieres hacerlo de la mejor forma para él.

Lo que te recomiendo es usar lo que llamamos «Destete respetuoso: No ofrecer, no negar».

Pero concretamente, cómo hacer el destete nocturno en un bebé que usa el pecho en su ritual de sueño

Como siempre, para dar una respuesta hace falta aclara antes algunas cosas que influyen en la situación:

  • Los bebés se duermen usando un ritual de sueño. Todos lo hacemos en realidad. Son el conjunto de cosas que necesitamos para que un niño haga el paso de estar despierto a dormido. En la mayoría de los bebés que hacen lactancia materna a demanda el pecho es uno de los elementos esenciales de ese ritual. Pero por suerte no el único y podemos valernos de los demás para hacer el destete nocturno.
  • Cambiar el ritual de sueño de un bebé puede ser difícil. A veces es necesario hacer cambios más intensos y otras podemos hacerlo de forma gradual. Pero depende de cada niño. Algunos se adaptan con una facilidad sorprendente a cualquier cambio de su rutina. Mientras que para otros es casi imposible lograr un cambio si no surge de su propia iniciativa.
  • No existen soluciones milagrosas. Tendemos a pensar que lo que nos ha funcionado a nosotros debería funcionar en todos los casos. Y eso es totalmente falso. Por lo que lo único que podemos hacer es dar opciones para hacer el destete nocturno y que los padres prueben en un orden determinado dependiendo de sus propias preferencias y el conocimiento que solo ellos tienen de su hijo.

Así que os expongo dos opciones evidentes para el destete nocturno:

  1. Probar a que lo duerma en brazos el padre u otro cuidador distinto de la madre. Como decía, cada bebé es diferente. Los hay en los que el pecho es un elemento variable de su ritual de sueño. Que se duermen a veces con el padre, a veces con la madre. Para hacer un destete nocturno en estos niños la forma más fácil es que durante unas semanas sea el padre quien duerma al bebé.
  2. Probar a dormirlo la madre en brazos con el chupe o tomando el biberón. Evidentemente sólo es una opción en los bebés que usan chupe o biberón.

Hay una cuestión añadida. Y es ¿lo que queremos es que acabe aprendiendo a dormir sólo? O ¿queremos hacer colecho pero sin seguir dándole el pecho?

Si la opción es seguir haciendo colecho no hay problema en que se duerma al bebé en brazos dando chupe o biberón.

Pero si lo que pretendemos es que aprenda a dormir sólo os recomiendo que leáis «cómo enseñar a un bebé a dormir sólo sin dejarlo llorar».

Otra cuestión es, ¿pasamos de darle el pecho cada vez que se despertaba a nada poco a poco o de golpe?

Si aplicamos el principio de destete respetuoso lo que debemos hacer es intentar en cada despertar dormirlo sin darle el pecho de entrada (no ofrecer), pero si ves que no funciona, no te pongas a pelear para no dárselo a las 4 de la mañana (no negar). Dáselo y todos a dormir.

Poco a poco serán cada vez más los despertares en los que volverá a dormirse sin el pecho, del mismo modo que de día serán menos las ocasiones en las que lo pida.

Algo importante es que en función de la respuesta del bebé te adaptes en el ritmo, e incluso, si era una opción, no una necesidad, te replantees hacer el destete nocturno más adelante si claramente tu hijo no está preparado para hacerlo aún.

En cuanto a los motivos, si por lo que has decidido probar el destete nocturno es porque tu bebé se despierta mucho y pide sistemáticamente el pecho, te aviso de que quitar el pecho sin más no arregla ese problema en casi ningún caso. En esos casos lo que hay que plantearse es cuál es el ritual de sueño que preferiríamos que tenga nuestro hijo y hacer los cambios necesarios para ayudarle a ir en esa dirección.

De nuevo, si lo que pretendemos es que aprenda a dormir sólo os recomiendo que leáis «cómo enseñar a un bebé a dormir sólo sin dejarlo llorar».

Si has pasado por esta situación, te agradecemos que nos cuentes tu experiencia en Facebook.

Entre todos podemos ayudar mejor a quienes pasan por ella en este momento.

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Edad para pasar a un niño a su dormitorio

Edad para que un niño duerma en su propio dormitorio

En respuesta a un Peketema solicitado porra las madres en Facebook: Cuál es la edad que recomiendo para pasar a un niño a su propio dormitorio.

Esta pregunta parte de un error. Y es el hecho de suponer que existen normas generales de cual es la forma correcta de hacer las cosas con los niños. Y especialmente es un error común pensar que los niños deben ir cumpliendo una serie de objetivos con un calendario más o menos fijo, porque no hacerlo es perjudicial o puede tener consecuencias muy negativas.

Hablamos así en ocasiones de:

– ¿Cuál es la edad a la que debe dejar el pecho?

– ¿Cuál es la edad a la que debe dejar de tomar biberón?

– ¿Cuál es la edad a la que debe dejar el chupe?

– ¿Cuál es la edad a la que debe dejar el pañal?

– … Dejar de comer triturado… ir al baño y limpiarse sólo… cepillarse los dientes…

Y la realidad es que en todos estos casos y algunos más la mejor respuesta es individualizada. Lo que pasa es que para poder dar respuestas personalizadas hay que conocer la situación real de desarrollo de cada niño y las preferencias y circunstancias de cada familia. Y muchas veces queremos una respuesta demasiado simple.

En esta pregunta concreta: Edad a la que es adecuado pasar a un niño a su propio dormitorio.

¿Cuáles son los aspectos más importantes en los que yo me oriento cuando me hacen esta pregunta en la consulta?

– ¿Tenéis otro dormitorio? Porque la realidad es que muchas familias no. En muchos casos tienen previsto cambiar de vivienda cuando sea necesario, pero ¿qué sentido tiene decir a unos padres que ya sería bueno cuando la realidad es que no pueden hacerlo?
– Lo esencial: Hasta ahora dormís en el mismo dormitorio. ¿Qué tal descansáis todos? Si la respuesta es que descansan bien. No hay ninguna necesidad de hacer el cambio. Otra cosa es que los padres prefieran hacerlo por otras cuestiones, como recuperar la intimidad de pareja… Que puede ser importante. Pero ¿y cuando no descansan bien? Entonces en algunos casos pueden mejorar si el niño duerme en su propio dormitorio. Pero no siempre es así. Depende de cual sea la razón por la que no descansan bien.

Hay un caso en el que puede mejorar claramente: Hay niños que son muy activos durante el sueño. Duermen, pero se mueven mucho, hacen ruidos… Y algunos padres tienen el sueño ligero y se despiertan cada vez que el niño hace una de esas cosas. En este caso es el más claro. El niño descansa, pero los padres no. Si el niño duerme en su propio dormitorio los padres no verán constantemente interrumpido su sueño para nada. Ya en en nada beneficia al niño que sus padres no descansen por oírle toda la noche.

Otro caso en el que puede ser útil es cuando los niños se despiertan con mucha frecuencia y para volver a dormirse piden siempre la colaboración de los padres. En este caso lo que ocurre es que tienen un ritual para dormirse que precisa la colaboración de los padres. Esto no es un problema en sí mismo. Es una elección de los padres. Pero se convierte en un problema si el número de despertares transforma la noche en una tortura que impide el descanso adecuado de los padres. Porque por el bien del niño, conviene que los padres descansen bien. Cuando esto ocurre, algunos suelen decir que les gustaría que su hijo aprenda a dormirse sólo. Puede conseguirse sin que el niño llore, pero es bastante complicado que el niño escoja el nuevo ritual de sueño «independiente» si cada vez que se despierta tiene a su lado «en bandeja» la forma en que se ha dormido hasta ahora. Y eso significa que es necesario que el niño empiece a dormir sólo en su dormitorio para lograr ese cambio.

Al final es cuestión de opciones. Hay padres para los que todo esto resulta innecesario y absurdo. Duermen con sus hijos en la cama «de matrimonio» y descansan razonablemente bien, o hasta muy bien. Y prefieren esta opción hasta que el niño escoja dormir sólo. Es una elección tan válida en mi opinión como la otra… Mientras descanséis.

Lo que me parece más importante

Más que una edad a la que es adecuado que un niño duerma sólo, os diría cuando no es adecuado. Antes de los 3-4 meses, que un niño duerma fuera del dormitorio de los padres tiene importantes riesgos. Especialmente la muerte súbita del lactante y las crisis de atragantamiento.

La mayoría de los padres que se plantean que el bebé duerma fuera del dormitorio, no suelen hacerlo antes de los 5-6 meses. Con esa edad ya no hay muerte súbita del lactante y las crisis de atragantamiento son muy poco habituales.

Pero no es cierto como dicen algunos que haya una edad por encima de la cual el niño no deba dormir en el dormitorio de los padres, porque si sigue haciéndolo…. (maldiciones bíblicas variadas según la imaginación del que intenta convencer a los padres). No me voy a molestar ni a apuntar las razones más frecuentes que se dan. Porque son absurdas.

La realidad es que cada familia tiene unas circunstancias y preferencias. Pero que incluso por encima de ellas cada niño está preparado para ese paso en un momento distinto. Y forzar ese cambio cuando la familia o el niño no están preparados para él es una forma de generar problemas innecesarios.

Incluso cuando creamos que ha llegado el momento y pensemos que nuestro hijo está preparado, es un paso con posibilidad de vuelta atrás. Y podemos y debemos ser flexibles en ello.

Y no tengáis una fecha preconcebida. Sólo sirve para generar ansiedad si la superamos y tiene tanta justificación esa fecha como cualquier otra que hubiésemos fijado.

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Familiares y «amigos» en la crianza

Familia y amigos en la crianza

Los familiares y «amigos» son las personas que más influyen sobre los padres en la crianza de los hijos. ¿Porqué somos tan vulnerables a sus opiniones?

Debemos entender algo para empezar. Hoy en día son una minoría los padres que deciden estar preparados para serlo. Esa minoría lee y se informa como estás haciendo tú en este momento. Porque prefieren tener un criterio propio a la hora de tomar decisiones en algo tan importante como la forma en la que van a criar a sus hijos.

Pero empecemos por el principio de la historia.

Antes de que su hijo nazca, si no son los propios padres los que se preocupan de hacerlo, nadie les da formación. Hace décadas las familias eran más numerosas y su conocimiento sobre la crianza dependía del lugar que ocupaban en el orden de los hermanos. Si eran de los mayores tenían la experiencia de ver cómo sus padres fueron criando a sus hermanos pequeños desde su nacimiento. Pero si eran el menor, pues nada.

También hace unas décadas «las niñas jugaban con muñecas». Eso, que hoy en día consideramos sexista era una forma de adquirir por imitación (junto a ver a los padres hacerlo) habilidades básicas (cambiar un pañal, estar pendiente de darle la comida al bebé, ayudarle a echar los gases, bañarlo, acunarlo, darle cariño…). No era negativo que las niñas aprendiesen esto. Lo negativo era que lo aprendiesen «sólo las niñas». Pero como somos así, ponemos el sello de juego sexista al tema y ya está: ¡Ahora no lo aprende nadie!

La cuestión es que cuando por fin los padres van a tener su bebé, son dos personas. Y de repente, tras el parto son 3 (a veces más). Y esa tercera personita está totalmente indefensa, no la conocemos de nada y sus padres somos los únicos responsables de su bienestar en este mundo.

Si tenemos la «suerte» (la mayoría de las veces lo es, pero no siempre) de tener cerca a nuestros familiares y amigos para que echen una mano o nos aconsejen, lo agradecemos. Porque todo son dudas y el bebé necesita siempre más atención de la que la mayoría de los padres esperan.

Tiene en ese momento sentido la frase «para criar a un niño hace falta toda la tribu». En la mayoría de los casos, agradecemos tener esa ayuda.

Pero a veces aparecen los conflictos.

Cuando ocurre, suele ser porque algunos de los familiares o amigos no tienen claro cuál es el papel de cada actor.

Existe un nucleo esencial: El niño, la madre y el padre.

Los demás: Abuelos, tíos, amigos… son accesorios. Bienvenidos para ayudar y aconsejar. Nunca para decidir ni presionar.

Pero muchos lo hacen. En la mayoría de los casos con toda la buena voluntad del mundo. Pero la realidad es que algo tan esperado por toda una familia como la llegada de un bebé, no pocas veces es el origen de problemas importantes en las relaciones familiares.

Los conflictos más frecuentes:

Puede sonar sexista, si en algún caso no corresponde a la realidad pido disculpas a ese caso. Pero el objetivo de este artículo es concretar y para eso necesitamos generalizar lo más frecuente.

La realidad es que quienes más se implican en la crianza de los bebés, especialemente desde el naciento, son las mujeres de la familia. En los años que llevo como pediatra, suelen ser las madres las que me cuentan que tienen un problema con abuelas o tías.

Y si rizamos el rizo, sin pretender herir sensibilidades los conflictos suelen ser con las suegras y cuñadas.

Hay motivos para que sea así.

En primer lugar la confirmación o excepción de esta «regla», depende del caracter de los familiares. Hay gente que cree poseer verdades absolutas y tiene la necesidad de defenderlas a ultranza. En realidad esto lo que demuestra es inseguridad. Como la crianza de los hijos es algo que nos preocupa tanto y en lo que estamos tan inseguros, algunas personas necesitan creer que la forma en la que hacen las cosas es la única posible. Porque si hay otras opciones, ¿no me estaré equivocando? Hay personas que no pueden soportar esa idea en un tema que les afecta tanto como este. Y eso hace que cuando ya no tienen posibilidad de arreglarlo (sus hijos ya los criaron de un modo concreto), lo único que queda es reforzar la idea de que la forma en la que lo hicieron era la única correcta. Es por tanto comprensible y no se lo toméis a mal. Lo hacen con la mejor intención. Pero es que para ser capaces de aceptar que pudimos hacer mejor algo tan importante como criar a nuestros hijos hay que tener una humildad y una flexibilidad mental que no es habitual.

La segunda parte es que hace unas décadas, cuando las abuelas criaron a sus hijos, los consejos que se les daban desde instituciones educativas y por parte de los pediatras eran muy diferentes a las que se defienden hoy en día.

Un ejemplo claro es la lactancia materna: Hace décadas, los pediatras no sabían prácticamente nada sobre lactancia. Y en cuanto surgía un problema, disponíamos de una «solución científicamente diseñada» que lo solucionaba todo: El biberón.

Por eso, la mayoría de las abuelas de hoy en día son desgraciadamente unas nefastas consejeras de lactancia. Y con la mejor intención, pero suelen bombardear a sus hijas o nueras con las frases que en su momento les dieron a ellas: «No tienes suficiente leche», «tu leche no es buena», «déjate de tonterías y dale un biberón», «estás empeñada en la teta y con el biberón se crían de maravilla». Y esto si no hay problemas, como los haya… Pobre de la teta y de la madre: «Si ya te lo decía yo», «esto mismo me pasó a mí y por eso no te pude dar pecho», «¿ves, ya te lo dije? En la familia es que no damos buena leche, te pasa lo mismo que me pasó a mí»….

Repito. Son comentarios bienintencionados. Pero es que cualquier problema en esa época tenía una misma solución: Biberón.

Y ¿porqué los conflictos son más frecuentes con suegras y cuñadas?

Pues por prudencia. La mayoría de las veces las madres tienen la confianza suficiente con sus madres o sus hermanas para decirles con todo el «cariño del mundo»: «Anda, mamá. ¡Ve y date una vuelta un rato y deja de calentarme la cabeza!» Pero decirle eso a una suegra o una cuñada… No queremos generar conflictos con la familia de nuestra pareja y no tenemos la confianza suficiente para poder «defendernos» del bombardeo sin medir las consecuencias.

Y luego están los «amigos».

Hay amigos de verdad y conocidos. Algunos «amigos» ven la paternidad como una competición en la cual cuando hablamos de los hijos y de cómo los criamos lo esencial es dejar claro al final de la conversación que su hijo es el mejor y la forma en la que lo están criando la única correcta. Evidentemente no son la mayoría, y muchos tenemos la suerte de tener amigos que son un apoyo y personas con las que podemos compartir, desahogarnos y aprender.

Me gustaría que esto lo lean tanto padres y madres como familiares y «amigos».

Los únicos con capacidad de decisión sobre cómo se cría un niño son: el niño, la madre y el padre.

Todos los demás (ahí entramos hasta los pediatras) pueden ofrecer ayuda y consejo, pero mientras entiendan con agrado que los de arriba tienen la opción de aceptar o rechazar ambos.

Y más que un consejo una necesidad:

La salud mental de los padres depende de que desarrollen lo antes posilble lo que llamo «órgano de supervivencia de los padres».

Es un conducto que se acaba desarrollando, cuanto antes mejor. Este conducto comunica oreja y oreja y es selectivo.

Su función es que cualquier comentario o consejo que no vaya acompañado de una explicación que nos parezca razonable, pase de oreja a oreja y salga de nuestra cabeza sin dejar ningún residuo en el camino.

De verdad, ¡Esencial para sobrevivir el primer año de vida de nuestro hijo!

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El bebé de alta demanda afectiva

Bebés de Alta demanda

Hay bebés de alta demanda, que piden continuamente ser atendidos, alimentados, entretenidos, ¿Es así por su propio carácter o es que lo hacemos todo mal?

Son niños que se caracterizan por lo que sigue:

-Pide comida continuamente:

Suele hacer tomas muy cortas pero muy frecuentes.

– Pide afecto continuamente:

Tolera muy mal la separación de los padres. Especialmente de la madre.

– Exigente:

Tiene crisis de llanto exigente. Pide la satisfacción inmediata de sus necesidades. Calmándose momentáneamente en cuanto es atendida.

– Carácter fuerte:

Cuando quiere algo no para hasta conseguirlo.

– Muy activo:

Sus ratos de descanso son mínimos. Durante el día casi no duerme. Y en cuando una crisis de llanto cesa porque le damos lo que pide, comienza otra al poco rato.

– Agotador:

Superan la capacidad de esfuerzo de padres, abuelos y casi cualquiera que se ofrezca a echar una mano.

-Insatisfecho:

Es como si nunca tuviese suficiente. A pesar de atender todo la anterior, enseguida vuelve a llorar por otra cosa.

– Impredecible:

Cuando parece que empiezas a cogerle el tranquillo, lo que ayer ayudó, no sirve hoy.

– Muy sensible:

Nota cualquier mínimo cambio. La despierta cualquier ruido. Es muy influenciable por el estado de ánimo de los que le rodea.

En estos niños, la estrategia que parece funcionar mejor es lo que algunos llaman “Crianza Natural”.

Básicamente consiste en:

– Alimentación con pecho a demanda.

– Contacto continuo íntimo con la madre.

– Colecho (duerme en la cama de los padres).

Aunque es un método válido para cualquier familia, en los bebés de alta demanda, otras alternativas son casi insoportables. Aplicando métodos próximos a la «Crianza Natural» suelen mejorar poco a poco en el primer año de vida.

Yo no conocía la existencia de los bebés de alta demanda cuando acabé la especialidad. No me explicaron nada sobre ellos.

Mi experiencia como pediatra, es que lo más duro para los padres de un bebé de alta demanda es la sensación de frustración que les genera. El sentimiento de culpa que nace en ellos pensando que no son buenos padres. La mayoría de los padres a los que toca un bebé de este tipo no repiten. Yo los llamo a veces «niños cuco» (donde entra uno, no hay más).

En muchos casos, lo que más agradecen los padres cuando les das el diagnóstico, no es que les des una solución (que la que hay no es fácil), sino que por fin entienden que su hijo es así, y no lo es porque ellos sean malos padres. Sino que posiblemente para que su hijo progrese, van a tener que ganarse el título de PADRES con mayúsculas.

A la larga también tiene su parte buena:

– Los niños que fueron bebés de alta demanda son muy inteligentes y muy constantes. Lo que a la larga es una garantía de que conseguirán en la vida casi cualquier cosa que se propongan. La labor de los padres es que intentemos orientarlos hacia objetivos positivos.

Son grandes actores en potencia y personas con muchísimo carisma.

 

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Para dormir sólo, ¿cuna o cama?

Cuando un niño pasa a dormir a su propio dormitorio ¿es mejor que lo haga en una cuna o en una cama?

Esto en realidad es una duda accesoria, que a veces acompaña a otras más importantes:

Cuál es el momento para que nuestro hijo deje de dormir en nuestro dormitorio y pase a hacerlo en el suyo. Y es evidente si ya me conocéis un poco que la respuesta no va a ser una edad concreta. Por supuesto, depende de cada caso. A mi entender:

  1. Plantearse sacar a un niño del dormitorio de los padres si toma lactancia materna antes de los 4-6 meses es muy poco operativo. En esta edad la lactancia a demanda casi es sinónimo de colecho, al menos en el mismo dormitorio, muchas veces de forma constante o intermitente en la propia cama.
  2. Entre los 4 y los 7 meses suele producirse un cambio en el patrón de sueño de los niños, que suele vivirse por parte de los padres como un empeoramiento en el ritmo de sueño del bebé. Ya que lo más evidente es que pasa a despertarse con más frecuencia y a pedir la colaboración de los padres para volver a dormirse de forma más intensiva. Cuando esto ocurre, una de las posibilidades es dar el paso de que el bebé pase a dormir separado de los padres.
  3. Pero hay niños que duermen bien con sus padres y padres que duermen bien con sus hijos. En estos casos el colecho o compartir dormitorio puede prolongarse el tiempo que la familia (Padres e hijo) desee.
  4. Sólo me atrevo a proponer que saquen al bebé o niño del dormitorio en los casos en los que son los padres los que plantean de forma clara que su calidad de sueño es muy mala, va a peor, y ya les está afectando de forma importante. En estos casos les doy mi opinión: Que sacrificarse no durmiendo noche tras noche, cuando se puede buscar una alternativa que permita descansar a todos, no me parece razonable. Porque pensando en el bienestar del niño, especialmente cuando nuestro vínculo afectivo con él es muy fuerte, pasa por que los padres descansen. Ya que no descansar, quiere decir que se resiente nuestra salud, nuestro humor y la relación de pareja de los padres. Es imposible que esto, mantenido en el tiempo, no perjudique al niño.

Cómo puedo hacer ese cambio de forma respetuosa. En eso hay varias tendencias hoy en día:

  1. Una, la verdad cada vez menos pujante, es la conductista pura conocida en España por el libro «Duérmete niño». Yo no es la que recomiendo, aunque pueda ser efectiva, porque creo que hay otra mejor. Os cuento mi opinión sobre duérmete niño en otro artículo.
  2. La que yo recomiendo. Pude lograrse lo mismo, es decir, que un niño pase a dormir en su propio dormitorio y que cuando se despierta, si lo único que desea es volver a dormirse, sea capaz de hacerlo sólo, mientras sus padres siguen descansando, de forma menos dolorosa para el niño y para los padres. La mayoría de los padres que conozco quieren a sus hijos de un modo que les hace muy difícil verlos llorar sin hacer nada. Y por tanto, usar un método como «duérmete niño» que se basa en dejarlo llorar periodos cada vez más largos hasta que el niño se acostumbra a dormir sólo, me parece un método muy mejorable. Podéis leer la alternativa en mi artículo: «Cómo enseñar a un niño a dormir sólo sin dejarlo llorar».

Y ahora el tema central de este artículo ¿cuna o cama?

Aclarado lo anterior, pasamos al título de este artículo. Y de nuevo la respuesta no es única: Depende de la edad y sobre todo de la habilidad del niño.

Es decir, lo que me hace recomendar a unos padres cuna o cama es una sola cuestión. ¿Qué importancia tiene que duerma en cuna o en cama? ¡Pues que se la pegue!

Explicándolo. Todos nos hemos caído alguna vez de la cama. Y lo que preocupa a los padres cuando se plantean si cuna o cama es precisamente eso.

Sabemos que al final el objetivo es que acaben durmiendo en una cama. Y que la cuna no es más que una cama con protección para no caer de ella. Por tanto la cuestión es si necesita o no esa protección.

Y eso depende de dos cuestiones en los niños:

  1. ¿Suele dormir apoyándose en los laterales de la cuna o si hacíais colecho antes del cambio solía pegarse a vosotros? En ese caso os recomiendo empezar con la cuna o con una cama con protección lateral, ya que posiblemente va a desplazarse hacia los lados buscando ese apoyo y puede costarle más dormir si no lo tiene o puede caer por los lados buscándolo.
  2. ¿Es capaz de bajarse de una cama con facilidad? Si un niño no sabe aún bajarse de la cama es más fácil que se caiga en un intento de hacerlo. Si es el caso os recomiendo mejor la cuna. Si por el contrario, ya se baja perfectamente de la cama, pues cama: Con barras laterales si tiene tendencia a buscar apoyo para dormir. Sin ellas si veis que suele dormir en el centro de la cama.

En la mayoría de los casos suele hacerse un cambio en 3 fases:

  1. Paso en cuna a su propio dormitorio. Si tenía cuna en el cuarto de los padres y sigue cabiendo en ella. Lo mejor es hacer el cambio con la misma cuna.
  2. Cuando el niño tiene la habilidad de bajarse de la cuna con la barandilla bajada (la mayoría de las cunas permiten esta opción), lo dejamos dormir con ella bajada. Si el colchón puede regularse también en altura, conviene que esté lo más bajo posible, para que si hay una caída no sea importante y que le resulte lo más fácil posible bajar de la cama si lo desea.
  3. Finalmente el paso a la cama, sin barandilla. Suele hacerse cuando el niño lleva ya un tiempo durmiendo con la barandilla bajada sin problemas. Pero en la mayoría de los casos, cuando ya empieza a no poder moverse mucho por falta de espacio y toca cambiar a una cama por tamaño.
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Andador o tacatá para el bebé: No

Riesgos del andador o tacatá en bebés.

Porqué no es bueno usar el andador o tacatá para el bebé.

La pregunta ya tiene respuesta desde el principio: ¿Es bueno usar el tacatá, tacataca o andador para los bebés? Pues claramente, No.

Riesgos por el uso del andador o tacata

Os voy a explicar cada uno de los puntos que destacan en esta infografía:

Los perjuicios del uso de andadores o tacatás se concentran en 2 grupos:

– Accidentes.

– Alteraciones del desarrollo.

Accidentes en bebés debidos al uso de andadores o tacatás:

Todos los pediatras los hemos visto, os describo algunos de los más frecuentes:

– Caída con el andador por las escaleras. De los más frecuentes y por lo aparatoso de los que con más frecuencia se ven en el hospital.

– Se ha volcado el tacatá y ha caído quedando atrapado bajo el cacharro.

– Ha cogido impulso y ha frenado chocando con la cabeza contra el borde de la mesa (suele quedar a esa altura).

– En un momento ha llegado a la mesa, ha tirado del mantel y se ha echado encima… La sopa caliente, la cubertería, el jarrón…

Resumiendo: El tacatá o andador da al bebé una movilidad excesiva, que aún no controla y que le permite hacer cosas que no está preparado para reconocer como peligrosas. Yo suelo decir que es como regalarle una moto de alta cilindrada a un adolescente: No es seguro que se la vaya a pegar, pero las posibilidades son muy, muy altas…

Alteraciones en el desarrollo de los bebés por andadores o tacatás:

El tacatá supone poner al niño en una postura y hacer que la mantenga el tiempo que nosotros consideremos oportuno de forma artificial.

Por definición, se usa en niños que aún no andan, ya que cuando andan ya no lo necesitan.

Eso lo que hace es forzar que el bebé se mantenga en una de las tres posibles posiciones durante un tiempo artificialmente prolongado:

De pie. Cuando los niños empiezan a ponerse en pie lo hacen por períodos progresivamente más largos. Al principio aguanta pocos segundos. Conforme va haciendo más fuertes los músculos y ligamentos necesarios irá alargando ese tiempo. Pero no es bueno forzarlo. Algunos niños tienen problemas en de madurez en las caderas (tendencia a que se salgan de su sitio). Cuando es el niño el que se pone en pie por sí mismo, se echa al suelo en cuanto se nota incómodo. Pero cuando lo ponemos en el tacatá lo mantenemos en esa postura el tiempo que nosotros consideramos oportuno y eso puede superar lo adecuado para él. También puede afectar la espalda, ya que si se mantiene erguido demasiado tiempo acaba adoptando posturas perjudiciales.

Sentado con las piernas colgando. Esta postura favorece de nuevo en los niños con inmadurez en las caderas, que el propio peso de las piernas tienda a separarlas de la articulación, favoreciendo la luxación.

De puntillas. Muchos bebés empiezan a usar el andador cuando aún llegan al suelo sólo de puntillas. Hacer esto de forma repetitiva favorece que se fortalezcan demasiado los gemelos haciendo que el desarrollo de la musculatura de las piernas sea desequilibrado.

Entorpece que el bebé aprenda a andar. Con el tacatá los niños lo que hacen es impulsarse con ambas piernas o hacerlo sin usar su equilibrio. Ambas conductas son contrarias a lo que el niño necesita para aprender a andar. No ayuda a que ande antes (lo que además no tiene ninguna ventaja), sino que favorece que el niño use esquemas que son perjudiciales para andar correctamente.

A mi parecer, esto debería ser más que suficiente para que se prohibiese la venta de estos «artilugios del demonio». Lo siento por los que se dedican a fabricarlos y venderlos. Pero no tienen ninguna ventaja y son peligrosos.

Mientras las autoridades llegan a la conclusión de que deben hacerlo, no lo compres ni lo uses con tu bebé. Es mi recomendación clara.

Y sabéis que no suelo ser tan tajante.

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Peketip: Cada bebé a su ritmo

Cada bebé a su ritmo

Todo bebé dispone de mecanismo para adaptarse a los cambios mucho más complejos de lo que somos capaces de comprender.

Todo lo que sabemos hasta ahora sobre esos mecanismos son una burda aproximación.

Por eso, intentar forzarlos es mala idea.

Mientras no tengamos una prueba clara de que la forma en la que un bebé se adapta a un cambio le perjudica (lo que a veces pasa), no deberíamos interferir.

Si dejamos que sus mecanismos adaptativos actúen irán afinando su respuesta, haciéndolo cada vez mejor.

Si en lugar de interferir, observamos como funcionan, aprenderemos a entender mejor las necesidades de nuestro hijo y responderemos de forma más adecuada la próxima vez.

Observa mucho a tu hijo, disfruta que tienes el honor de vivirlo y piensa antes de actuar.

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Guarderías: ¿Positivas o Negativas?

¿Es mejor la escolarización precoz o reforzar el vínculo materno-filial durante los primeros años de vida de un niño?

Es un tema muy polémico. Escribo este artículo a petición de mis lectores. No me metería en estos berenjenales si no. Esto no es más que mi opinión. Que además ha ido evolucionando en el tiempo y espero que siga haciéndolo.

Para los que no lo conozcan, os recomiendo a un autor (Khalil Gibran) del que os añado una cita de su libro «El Profeta»:

«Sigue con alegría al que busca la verdad, y huye desesperadamente del que la encuentra.»

Espero que me ayudéis a continuar mi búsqueda y tener la suerte de no creer nunca que la he encontrado.

Guardería sí o guardería no.

El debate en realidad es: Escolarización antes de la educación obligatoria o no.

Tengo claro que hay dos posturas:

Crianza natural: Guarderías no.

Los niños en sus primeros años de vida necesitan el contacto continuado con sus padres. No están preparados para la separación. Mantener ese contacto no les hace más dependientes, sino todo lo contrario, ya que al establecer un vínculo afectivo tan fuerte, llegado el momento de separarse de sus padres tiene la seguridad de que no le abandonarán.

Conductismo: Guarderías sí.

La socialización precoz de los niños favorece que se hagan más independientes, desarrollen antes las habilidades sociales y el lenguaje. Evita que se hagan demasiado «dependientes» o «manipuladores».

¿Qué opinan los defensores más radicales de una opción respecto a los de la otra?

Crianza natural: Guardería no.

Hay autores que describen la llegada de un niño a la guardería como si lo estuviésemos internando en un campo de concentración. Les parece una atrocidad que necesariamente va a dañar la relación afectiva del niño con sus padres de forma irreparable.

Conductismo: Guardería sí.

Algunos piensan que si un niño no acude a la guardería de forma precoz va a tener una excesiva dependencia de los padres y que acabará dominando totalmente el ambiente familiar estableciendo unos patrones de conducta que dificultarán su adaptación en el futuro a la sociedad.

Y ahora a mojarse:¿Qué opino yo?

Evidentemente es sólo mi opinión. Muy discutible. Y si no quisiera que se discutiese no la expondría.

En cuanto al planteamiento de las ventajas que otorgan una y otra postura: Me identifico más con el planteamiento de la crianza natural que con el conductista.

Pero a eso tengo que añadir que creo que:

  1. Un niño puede ir a la guardería y hacerlo de forma que preservemos el vínculo afectivo con sus padres intacto.
  2. Es cierto que cuando van, desarrollan antes socialización, lenguaje y regulan antes su conducta haciéndose más flexibles y tolerando mejor la frustración.
  3. Que defender una postura u otra, haciendo que los padres se sientan culpables o amenazándolos con que van a destrozar la vida de sus hijos si escogen la opción contraria, sólo descalifica al que usa ese tipo de argumentos.

Por encima en este tema hay un trasfondo muy importante del que se tiende a pasar de largo:

Conciliación

Sobre el chiste y esto no es un chiste:

Que en España el nivel de conciliación no sea similar a otros países europeos no es responsabilidad de Europa,

ni por falta de recursos, sino de que nuestros políticos tienen «otras prioridades».

Si lo anterior era polémico, lo que sigue ni os cuento. Pero pretendo ser realista y huir de la idea bucólica que a veces vendemos desde la crianza con apego. Porque cuando se confronta con la realidad puede hacer mucho daño.

Todos conocemos la situación laboral y económica actual. ¿Qué significa en ese plano mantener el contacto íntimo de la madre durante al menos los primeros 3 años de vida de forma constante?

Pues en la mayoría de los casos y ateniéndonos a nuestra realidad social, que la madre queda excluida del mercado laboral. Como tenga más de 2 hijos y teniendo en cuenta lo cambiante que es la situación actual y la necesidad de reciclaje tan brutal que hay, junto a la tasa de paro de España… Esto es una bomba: ¿Qué estamos defendiendo de forma solapada? «¿Que el lugar de la mujer está en casa con sus hijos?»

En resumen, que la conciliación es un chiste macabro. Pues en España, con su actual nivel de apoyo social a la maternidad, que es nulo, lo es. Y es una pena y algo que como sociedad vamos a pagar muy caro.

Cuando hablamos de este tema desde la crianza natural o con apego, que es la opción con cuyos principios más me identifico, nos centramos en las necesidades del niño. Pero olvidamos que el núcleo familiar es una unidad en la que es esencial el bienestar de todos sus miembros.

Todos los seres humanos tenemos varios planos de desarrollo personal. Uno de ellos es la realización profesional. Sacrificar todo a un solo plano como la maternidad puede ser una decisión consciente, meditada y escogida. Pero en la mayoría de los casos no es el caso. Casi todo el mundo prefiere compatibilizar el desarrollo.

¿De verdad lo mejor para un niño es convivir con una madre que ve como se pierden todos los esfuerzos de realización profesional que hizo antes de ser madre?

Pero es que encima necesitamos pagar las facturas. Y para muchas familias prescindir de los ingresos del trabajo durante 3 años por cada hijo es irrealizable.

Ante esta situación hay varias opciones entre las que cada familia escoge según sus circunstancias:

No escolarizar al niño hasta los 3-6 años y cuidarlo en casa, quedándose la madre en casa. La única que permite mantener la lactancia materna a demanda plena. Pero con las implicaciones en el plano profesional que hemos descrito.

No escolarizar al niño hasta los 3-6 años y cuidarlo en casa, alternándose los padres en casa si su horario laboral lo permite.

No escolarizar al niño hasta los 3-6 años y cuidarlo en casa, quedándose el padre en casa. Esta opción no permite la lactancia materna a demanda. Aunque se puede completar con leche materna extraída y conservada. Pero supone para el padre el mismo problema en el plano laboral.

No escolarizar al niño hasta los 3-6 años y cuidarlo en casa, quedándose la madre o el padre en casa y trabajando desde casa. Es una opción cada vez más extendida, pero depende de que el trabajo de la madre o el padre lo permitan.

No escolarizar al niño hasta los 3-6 años y cuidarlo en casa, quedándose con un familiar. Habitualmente las abuelas. Benditas abuelas quien las tiene cerca. Pero hay quien no tiene esa suerte. Y no todos los abuelos están en condiciones de asumir ese papel, por desgracia.

No escolarizar al niño hasta los 3-6 años y cuidarlo en casa, dejando a su cuidado a alguien contratado. A mi parecer es una situación muy arriesgada. Necesitamos confiar en esa persona y en su forma de ser muchísimo. Tened en cuenta que los primeros años de vida de un niño se asimilan esquemas de conducta inconsciente que van a seguir activos toda la vida.

Escolarizar al niño antes de esa edad. En algunos niños se plantea incluso en cuanto termina la baja maternal. Unos penosos 4 meses en España. Eso sí me parece una aberración. Meter a un niño en la guardería antes de los 4 meses es un riesgo excesivo hasta desde el punto de vista físico: El primer y segundo año de guardería los niños pillan de todo. El riesgo de complicaciones de las infecciones es mucho mayor en niños menores de 6 meses. Esa debería ser sin duda la duración mínima de la baja maternal. Soñar con lo que hay en otros países de Europa…

Yo no sé vosotros, pero yo parto de la idea de que todos los padres están preocupados por el bienestar de sus hijos. Y que por tanto van a escoger de todas la que crean mejor para sus hijos según sus circunstancias.

Hay guarderías y «guarderías»

Conozco a varios responsables de guarderías, y la mayoría no lo ven como un negocio más, sino que se preocupan muy seriamente del bienestar afectivo y de respetar los distintos ritmos de desarrollo de cada niño. De hecho a ellos no les gusta el término «guardería». Sino el de escuelas infantiles.

Como en todo, hay mucha diferencia en lo que uno puede encontrarse con el mismo nombre:

Hay centros en los que se respeta la adaptación con distintos ritmos al comienzo de la escolarización, se facilita la formación de vínculos afectivos con las cuidadoras junto a los padres, y luego se trata de forma individualizada a los niños. Esto depende de que tengan la filosofía y la voluntad de hacerlo, pero también de que dispongan del personal necesario.

Y hay centros en los que se aplican normas rígidas para todo que no tienen más función que hacer posible manejar a muchos niños con pocas cuidadoras…

 

Otros artículos polémicos y que no reflejan más que mi opinión sobre distintos aspectos de la crianza:

Pediatría respetuosa

La Crianza Natural

Madres Juzgadas

El colecho en niños

Los bebés necesitan ir en brazos

Mi opinión sobre Duérmete Niño

¿Dejar el pecho porque mi niño no quiere otra cosa? Va a ser que no.

¿Qué pasa si a partir de los 6 meses el colecho + lactancia da por resultado mal sueño?

Mecanismos de autorregulación en bebés frente a cifras redondas

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Vuelta al trabajo de mamá

La conciliación familiar y laboral es para la mayoría de las madres una utopía. Y la situación en la que eso se hace más evidente es la reincorporación de la madre al trabajo tras la baja maternal.

En España esa baja es de tan sólo 16 semanas. Y yo conozco a muchas madres que son trabajadoras autónomas y se plantean incorporarse mucho antes. La situación económica no acompaña. Y la legislación menos aún.

Quien inventase la frasecita «conciliación familiar y laboral», hizo uno de los chistes macabros más ingeniosos en mucho tiempo.

Tenemos unos horarios que piensan en todo menos en que unos padres puedan compaginar su trabajo con el horario escolar o con el cuidado de los hijos. Ha sido el sistema educativo el que ha ido desarrollando ofertas para cubrir la necesidades organizativas de los padres. Empezando por los comedores escolares, las aulas matinales, las actividades extra-escolares, los cursos o campamentos de verano… El problema es que gran parte de esos recursos son limitados y en la mayoría de los casos sufragados por los padres. Con lo que vemos una pescadilla que se muerde la cola: Hay que trabajar más para cubrir gastos, pero hay que buscar qué hacer con los niños mientras se trabaja más, con lo que volvemos a tener más gastos… Es una espiral que lleva a muchos padres a perderse literalmente la infancia de sus hijos.

Evidentemente en esto hay muchas situaciones diferentes. Hay gente con más margen de maniobra o otros si prácticamente ninguno.

Mientras, se nos cae la baba viendo como países de Europa con sistemas de impuestos que no superan a los nuestros pueden dar a los padres de sus países bajas maternales de hasta 3 años de duración, posibilidad de compatibilizar prestación por maternidad con actividad laboral desde casa a tiempo parcial… Pero no pagan más IVA que nosotros, ni más IRPF, ni más impuestos de sociedades, ni más seguridad social… Simplemente sus gobiernos tienen otras prioridades. En nuestro país hay prestaciones similares, pero sólo para unos pocos. Yo aluciné cuando me enteré de lo que duraba la baja maternal de alguien que trabajaba en la Diputación…

Yendo a lo práctico para el común de los mortales

La mayoría de las madres en nuestro país tiene que pensar antes de los 4 meses:

  1. Cómo adaptar la alimentación del bebé para cuando vaya a trabajar.  Otra nueva situación que juega en contra de la lactancia materna. Estamos hartos de decir que todas las recomendaciones sobre lactancia indican que lo ideal es mantener el pecho como alimentación única hasta los 6 meses de edad del bebé. Eso y el final de la baja maternal a los 4 meses deja a las madres dos opciones: Saltarse la recomendación iniciando antes la alimentación complementaria con el riesgo de aparición de alergias e intolerancias alimentarias, o sacarse leche para que el niño la tome en su ausencia. Esta segunda opción tiene muchos inconvenientes. No todas las madres pueden obtener la leche suficiente para esto. No todas pueden organizar un sistema de conservación y transporte seguro para que le den su leche en buenas condiciones sus cuidadores…
  2. Quién cuidará del bebé durante su horario laboral. Aquí de nuevo tres opciones: Familiar, persona contratada a domicilio, escolarización precoz… Y existen las tres opciones porque las condiciones de las distintas familias pueden variar muchísimo.

Lo que sí os recomiendo es que sea cual sea la opción que prefiráis, vuestra capacidad de maniobra y vuestras posibilidades, conviene planificarlo con el mayor tiempo posible:

– Encontrar la opción de cuidado más adecuada (no pudiendo ser los propios padres, que está claro que sería la deseable), va a precisar su tiempo. Salvo la posibilidad de recurrir a los benditos abuelos, todas las demás llevan un proceso de selección que puede resultar muy agobiante si no se encuentra nada que nos inspire confianza y se va acercando la fecha de incorporación al trabajo.

– No podemos pasar de dar el pecho a demanda un día a ausentarnos 8 horas durante la mañana sin que eso afecte a la lactancia. Si lo hacéis puedo aseguraros que en cuanto lleguéis el primer día del trabajo no vais a ir al baño, sino corriendo a ofrecerle el pecho a vuestro bebé, porque vais a reventar. Y si eso pasa lo normal es que el pecho interprete que sobra leche y empiece a producir menos, si es que nos os cuesta una mastitis. La solución es hacerlo de forma gradual desde unas semanas antes, o llevar saca-leches al trabajo si es factible.

– Tampoco podemos pasar de ser la referencia constante de un bebé a dejarlo ese tiempo con una persona distinta de un día para otro. Tanto el bebé, como la madre y la persona que vaya a cuidarlo van a necesitar de un periodo de adaptación a la nueva situación.

Por tanto planificadlo con tiempo y empezar a adaptar vuestra rutina a la opción escogida de forma gradual con al menos 2 semanas (mejor un mes) antes de la fecha de incorporación al trabajo.

La otra opción

Comprad lotería.

No, ya en serio. Porque el tema lo es, y bastante. Sé que hay gente que tras leer este artículo, especialmente los defensores de la crianza natural, dirán que todo esto es absurdo, un sinsentido. Y que la única opción razonable es que la madre priorice el bienestar de su hijo y que el Estado tiene capacidad pero no voluntad para hacerlo posible.

Esto pasa por un contacto constante de la madre con su hijo durante los (más o menos) tres primeros años de vida del niño. Pero yo sé que siendo lo deseable (y posible en otros países), con la situación actual no es posible para la inmensa mayoría de las madres. No sin asumir un coste social que en muchos casos no tienen margen para afrontar. Con la legislación y situación económica que tenemos, en la práctica para muchas madres significaría quedar fuera del mundo laboral. En algunos casos de forma casi irreversible.

Más vale que nuestro país vaya dando pasos para que esta «conciliación familiar y laboral» sea posible en un futuro cercano, porque sino nos espera un porvenir muy negro.

Basta con que los políticos dejen de pensar que el progreso de un país pasa por hacer un «Metro» en cada capital de provincia y mega-proyectos similares. El metro de Jaén lleva años paralizado. Tras gastar mucho más dinero del que costaría hacer compatible trabajo y crianza en toda la provincia de Jaén en acabarlo, a nadie se le ocurrió hacer un estudio de viabilidad y ahora no hay quien asuma ponerlo en marcha. Otro tanto pasa con el de Granada. Una ciudad con las comunicaciones destrozadas durante años, el Camino de Ronda (una de las vías fundamentales de comunicación de la ciudad) ha visto como la calle se volvía intransitable durante 5 años. Lo que unido a la crisis ha supuesto la desaparición de más de 1000 pequeñas empresas en esa zona. Y me apuesto el cuello a que cuando por fin lo acaben tardará años en ponerse en marcha porque como en Jaén llegarán tras acabarlo a la conclusión de que no es sostenible. En lugar de semejantes proyectos megalómanos sin sentido (pero que dejan buenas comisiones) deberían centrarse más en los problemas reales de la gente. Y la conciliación es uno de ellos.

Pero me parece que es demasiado esperar algo así de los políticos de este país. Ojalá me equivoque.