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¿Es un problema que se chupe el dedo para dormir con 3-6 meses?

Qué es mejor, que un bebé se chupe un dedo o que use el chupe?

Muchos dicen que es malo que un bebé se chupe el dedo para dormir y pretenden sustituirlo por el chupe. Te explico mi opinión sobre este tema.

Escribo este artículo a petición de Verónica como Peketema en nuestra comunidad de Facebook.

“Chuparse el dedo para dormir en bebes de entre 3 y 6 meses… Qué hacer para que conciliar el sueño sino sabe usar el chupete. Cómo hacer para evitar por la noche que se lo meta y no morir de sueño en el intento….. ¡Gracias!”

Sé que esta respuesta va a descolocar a Verónica. Pero ¿Por qué quieres que no haga lo que describes?

¿Por qué no dejarle que se duerma chupando su dedo?

¿Por qué morir en el intento de evitar algo natural que da al niño autonomía para dormirse?

Ahora voy a explicarlo:

¿Es malo que un bebé se duerma chupándose el dedo con 3-6 meses?

Mi respuesta es clara: ¡Por supuesto que no!

Un chupe no es otra cosa que un dedo de plástico. Antes de la invención de los chupes, la mayoría de los niños se chupaban el dedo.

Un chupe es un material inerte, sin capacidad de defenderse. Un dedo es un material vivo que se defiende para evitar é que en su superficie (como la del resto de la piel) crezcan gérmenes agresivos.

Chuparse el dedo puede deformar la encía. Pero es una deformidad reversible hasta cierta edad. Lo que pasa es que con el chupe ocurre exactamente lo mismo. Para evitar deformidades permanentes de la boca la clave es eliminar el chupe o el dedo antes de cierta edad. En esto hay quien es más restrictivo y quien menos. Mi opinión es que podemos hacerlo desde el momento en que el bebé tiene su arcada dentaría completa, en torno a los 2 años. Para esa edad tendrá ya 16 dientes. Le faltarán por salir únicamente los molares de atrás, que suelen aparecer en torno a los 3 años. Y a los que ni el chupe ni el dedo llegan ya para ayudar a aliviar la molestia.

Cuando llegue ese momento de retirar dedo o chupe hay trucos. En el caso que nos ocupa, el dedo, lo que suelo recomendar es poner un esparadrapo en ambos pulgares (si son los que usa) y mantenerlos tanto de día como de noche durante un par de semanas. Lo cambiamos las veces que haga falta según se deteriore el esparadrapo.

Haciéndolo así podemos conseguir fácilmente que deje de chuparse el dedo cuando está justificado que lo haga. Pero hasta entonces:

La autonomía para la que el bebé está preparado gracias a su dedo (ese chupe de carne que nunca se pierde).

Esto es algo en lo que no se piensa. Verónica preguntaba cómo lograr que su bebé no se durmiese con el dedo. Y mi pregunta es ¿para qué?

En la edad en la que consulta, entre los 3 y 6 meses, es precisamente el periodo en el que los bebés configuran su ritual de sueño. Os voy a aclarar lo importante que es esto.

La mayoría de los bebés durante los 3-4 primeros meses de vida duermen cada vez más de noche reduciendo el número de despertares.

Pero a partir de esa edad los ciclos de sueño se hacen más claros y se definen los rituales de sueño. El resultado es que cada vez que un bebé sale de un ciclo de sueño y quiere entrar en el siguiente aparece una pregunta: ¿sabe hacerlo sin que nosotros hagamos nada o no?

Rituales de sueño dependientes e independientes.

Y aquí surge una diferencia importante que va a definir el descanso de toda la familia durante muchos meses o años:

  1. Ritual dependiente. Cuando un niño sólo sabe dormirse con un ritual que precisa la ayuda de sus cuidadores va a pedir esa ayuda cada vez que se despierte, aunque lo único que necesite sea volver a dormirse. En el caso del que hablábamos, con el chupe, va a pedir que se lo pongas. Y ahí estarás, de ponedor oficial de chupe a las 3 de la mañana, a las 4, a las 5….
  2. Ritual independiente. Si por el contrario su ritual de sueño es algo que puede hacer sin ayuda, como chuparse el dedo, se despertará con la misma frecuencia que el niño anterior. Pero si su única necesidad es volver a dormirse, introducirá su dedo en su boca, chupará su dedo y se dormirá. Así en todos los ciclos de sueño en los que no haya ninguna otra necesidad.

No pretendamos que los bebés prescindan de nosotros, pero dejemos que adquieran la autonomía que su desarrollo les permite

Claro que tener un bebé supone asumir sacrificios. Nadie duda eso. Y para un defensor de la crianza con apego como yo  dar esa atención con el máximo agrado es muy importante.

Pero los niños van creciendo y se van haciendo cada vez más autónomos a una gran velocidad. Tanto, que en muchos casos los padres sentimos miedo o no vemos que el bebé tiene ya esa capacidad.

El que trato hoy es un ejemplo. Cuando un bebé se lleva su mano a la boca y después su dedo no está más que cubriendo etapas de su desarrollo normal.

Llevarse las manos a la boca es una forma de conseguir estímulos, y un paso previo a la autoalimentación.

Pero como todo en la naturaleza, cada nuevo paso tiene implicaciones en otros aspectos: Jugar con el dedo en la boca y chuparlo va a dar a la lengua una agilidad y fortaleza necesaria para el proceso de masticar y deglutir adecuadamente.

Y en el aspecto en el que tratamos, chuparse el dedo, da a bebé la capacidad de calmarse sin ayuda, no porque no queramos dársela. Sino porque llega el momento en que puede elegir entre perdírnosla o cubrirla por sí mismo. Es su primera técnica de autorelajación.

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Destete Respetuoso: No ofrecer, no negar

Destete respetuoso. No ofrecer, no negar.

Hay muchas situaciones en las que se puede decidir finalizar la lactancia materna: ¿Cómo hacerlo de forma respetuosa?

Hablar de destete respetuoso tiene tres vertientes:

Respetar la decisión de las dos únicas personas implicadas en ello: La madre y el lactante.

Hoy en día se hace mucha divulgación de apoyo a la lactancia. Tanta que a veces olvidamos que hay casos en los cuales una madre escoge o necesita no darla. No debe sentirse culpable por ello, y nadie tiene derecho a juzgarla. También hay casos en que los niños no van bien con lactancia materna. Muchos de esos casos son solucionables, pero otros no. Por eso el momento del destete es cuando la madre o el niño lo deciden o hay un problema que no somos capaces de solucionar y afecta seriamente al bienestar de ambos. La opinión de los demás sobra. No hay una edad definida para el destete. Decir que por encima de cierta edad la lactancia es perjudicial o inútil es Mentira.

Respetar el ritmo de destete que cada niño necesite.

Cuando la decisión de no tomar más el pecho surge del niño la cosa es más fácil y es lo ideal. Puede ocurrir de forma progresiva (lo más habitual) o de golpe (mucho más raro). Si ocurre de golpe el problema suele ser para la madre (¿qué hago ahora con esa leche y cómo reduzco la producción sin molestias?). Pero hay casos en los que aunque el niño no quiera dejar el pecho la madre necesita que ocurra (no voy a entrar en concretar cuales, de nuevo respeto, es la madre la única cualificada para decidirlo). En estos casos hay dos opciones: El tratamiento hormonal para detener la producción de forma radical o la retirada paulatina. Yo recomiendo la segunda siempre que sea posible (a veces por motivos de salud de la madre es necesario una eliminación rápida). Al final hablaré de esa retirada paulatina: No ofrecer, no negar.

Respetar al cuerpo de la madre para evitar problemas habituales.

Cuando se usa medicación para retirar la lactancia de golpe pueden surgir problemas. Evidentemente el pecho no deja de producir en 10 minutos y la adaptación rápida de un pecho productivo a uno improductivo puede llevar a veces a ingurgitaciones, mastitis… Cualquier cambio de adaptación del cuerpo es siempre mejor si se hace de forma gradual. Hay casos en los que por motivos de salud de la madre importantes no tenemos ese tiempo y entonces usamos la medicación. Pero siempre que se pueda es mejor la retirada paulatina.

¿Has pensado en dejar el pecho porque no duermes?

Sólo un apunte más: De los motivos por los que muchas madres me cuentan que quieren dejar la lactancia, el más frecuente es que el bebé pide con tanta frecuencia el pecho de noche que hace imposible el descanso. Suele ocurrir a partir de los 5-6 meses. Cuando los patrones de sueño se definen. Para muchos niños el ritual de sueño es precisamente tomar el pecho. Cuando esto ocurre existe la alternativa de cambiar el ritual de sueño y mantener el pecho con tan sólo un destete nocturno.

No ofrecer, no negar

Sea cual sea el motivo por el que finalmente hemos decidido dejar de dar el pecho a un niño que lo tomaba ya de forma estable, la mejor opción que conozco para el destete es ésta:

  1. Si tu hijo te pide el pecho dáselo. Evitas así que se sienta rechazado.
  2. Pero si no lo pide no se lo ofrezcas. Lo que en la práctica supone que las tomas se van espaciando y el pecho va a producir cada vez menos hasta que llegue un momento en que ya no dé leche.

Este proceso puede durar a veces varios meses. Lo normal es que sea de unas semanas. Será más corto cuanto más preparado estuviese el niño para prescindir del pecho, tanto desde el punto de vista afectivo como el nutricional. Y os recomiendo que no lo forcéis.

Desde el punto de vista afectivo, al tiempo que ofreces menos el pecho, aumenta tus otras muestras de afecto. E intenta cuando le das el pecho no hacerlo con quejas o mal humor. Esto es importante para que el niño no viva el destete como un rechazo.

Esta decisión es reversible en cualquier momento si el niño sigue aceptando el pecho. Basta con aumentar la frecuencia de las tomas que le ofrecemos para de nuevo volver a tener pecho suficiente.

¿Y en cuanto a lácteos alternativos al pecho? Depende de la edad del niño.

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Los Problemas con la Comida han cambiado. ¡Cambiemos de planteamiento!

Nuevas pautas de introducción de la alimentación en niños y bebés para una sociedad con problemas nuevos. Obesidad y alergia.

Problemas con la Comida en Niños: Antes el problema era la falta de nutrientes. Ahora son Alergia y Obesidad. El planteamiento debe ser diferente…

En tan sólo una generación, por suerte, hemos pasado de una situación de carencia de alimentos a una de abundancia.

Es tan poco tiempo que nos cuesta cambiar el planteamiento. Pero nos estamos jugando la salud de toda una generacción.

Antes los problemas con la comida podían resumirse en uno: había hambre

La generación de mis padres es la de la Postguerra.

Fue una etapa dura. Había Hambre.

Una parte de nuestra historia en la que no era raro ver niños morir de hambre. Es algo que marca. Si se ve a un niño morir de hambre es difícil asumir que un niño delgado pueda estar sano.

En esa época un niño gordo era un niño sano. Y uno delgado era la antesala de la muerte.

La obsesión de mi madre ha sido siempre alimentar bien a sus hijos. Y ahora hacerlo con sus nietos. Es comprensible.

Pero el mundo ha cambiado mucho en una sola generación…

Ahora, los problemas con la comida que matan gente en nuestra sociedad son diferentes: ya no hay hambre, hay obesidad

Hemos pasado en sólo una generación de una situación de hambre a una de abundancia de comida. Es un gran logro que debemos agradecer a la generación de nuestros padres.

Pero necesitamos un cambio urgente de esquemas, tanto en los padres como en los profesionales.

Aplicar los esquemas válidos en épocas de hambre a una sociedad con acceso fácil a la comida está causando problemas con la comida totalmente diferentes:

  • Obesidad.
  • Diabetes.
  • Enfermedades cardiovasculares.
  • ….

Es urgente que dejemos de ver a los niños con peso inferior a la media como enfermos cuando no lo son.

Nuestro planteamiento debería ser:

  1. ¿Está sano y activo mi hijo?
  2. Si no lo está hay que buscar la causa de su enfermedad.
  3. Si está sano debo preocuparme más del que tiene un peso por encima de la media que del que tiene un peso por debajo de la media. Porque en la actualidad el problema es la obesidad, no la falta de comida.
  4. Si está sano y delgado debo evitar cualquier intento de que coma más para que engorde. Podemos modificar el metabolismo de los niños durante los primeros años de vida. Después será muy difícil hacerlo. No te esfuerces en que tenga un peso por encima de la media o tendrá tendencia a seguir con ese peso superior a la media el resto de la vida. Y un peso superior a la media es obesidad. 

Unas Alergias en aumento clarísimo

Inmediatamente después de los problemas asociados a la Obesidad aparecen las alergias. Es evidente el aumento que se ha producido en ellas en tan sólo una generación.

En la actualidad suponen un problema muy importante de salud en la población joven.

Pero ¿Qué ha causado este aumento tan evidente de las Alergias?

De nuevo un cambio de las condiciones de vida en poco tiempo.

Hace 70 años la salubridad del agua y la eliminación de residuos dejaban mucho que desear.

Hemos mejorado mucho. Tal vez demasiado: Esterilización, esterilización, esterilización….

El resultado es una exposición pobre de los bebés a las bacterias. No es que las infecciones sean buenas. Pueden matarnos. Pero tras millones de años luchando contra ellas nuestro sistema defensivo está preparado para vencer a la mayoría y necesita un mínimo de actividad. Cuando no la tiene se la busca y responde frente a estímulos que no deberían generar respuesta: eso es una alergia.

Por otro lado la flora (gérmenes) que convive con nosotros en nuestro cuerpo produce sustancias que modulan el funcionamiento del sistema defensivo. Las usan para que el sistema defensivo no las destruya. Cuando hay una flora pobre el sistema defensivo está más activo de lo necesario. Para formar esa flora debemos exponer a los niños a bacterias variadas y respetar su flora. 9

Y una teoría de introducción de la alimentación equivocada

Pero uno de los factores que más ha influido en el aumento de alergias alimentarias es una pauta de introducción de los alimentos que retrasa demasiado el primer contacto.

Te lo explico en profundidad en este artículo.

Es muy importante que hagamos un cambio de planteamiento sobre la alimentación en los primeros 2 años de vida de los niños si queremos abordar Obesidad y Alergias de forma efectiva.

Claramente lo hecho hasta ahora ha fracasado.

La clave está en estos dos primeros años.

Toca un cambio radical de planteamiento de los profesionales, las familias y la industria agroalimentaria.

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¿Por qué mi niño se vuelve selectivo con la comida con un año y poco?

Se vuelve selectivo con la comida cuando consigue autonomía para desplazarse. ¿Por qué?

Cuando un niño puede desplazarse por si mismo con autonomía se vuelve selectivo con la comida y resulta muy difícil introducir alimentos nuevos. ¿Por qué?

Nuestra conducta puede explicarse en parte por el instinto y en parte por el aprendizaje.

La forma en la que aparecen los instintos es la siguiente:

Cada individuo tiene sus propios genes. La mayoría son heredados de sus padres. Pero una pequeña parte son variaciones propias. Podríamos decir que son errores de copia. Sin embargo, son esos «errores» los que nos permiten evolucionar.

Un cambio en algunos genes puede modificar la conducta de un bebé si afecta la forma en la que se desarrolla el cerebro.

Cuando una de esa modificaciones cambia el orden en que aparecen o evoluciona ciertos reflejos o habilidades puede cambiar el comportamiento no aprendido. Son lo que llamamos instintos.

Si una forma de actuación nueva, no meditada, favorece la supervivencia del niño que la desarrolla es más fácil que acabe pasándola a sus hijos.

Generación tras generación los genes que favorecen esas conductas que mejoran la supervivencia van siendo cada vez más frecuentes en la población. Porque permiten que los individuos que los poseen sobrevivan y se reproduzcan con más facilidad.

Hay dos instintos relacionados con la comida que parecen contrarios, pero casi todos los niños tiene. Lo que pasa es que aparecen en etapas diferentes. Y tiene su sentido que sea así. Pero ante todo, entenderlo nos ayuda a saber la forma correcta de lograr que un niño acabe alimentándose mejor.

Estos dos instintos opuestos son:

  1. El instinto de probarlo todo.
  2. El instinto de rechazar cualquier cosa nueva.

El Instinto de Probarlo Todo cuando el bebé no tiene autonomía para desplazarse: No es selectivo con la comida

Cuando un bebé empieza a mostrar interés por la comida, yo recomiendo a los padres que le dejen probar de casi todo.

Sólo recomiendo limitar el acceso a alimentos que puedan generar problemas serios como intoxicaciones (miel, verduras de hoja verde, pescado azul grande, marisco, huevo crudo) o ahogamiento (frutos secos).

El resto de alimentos sanos que nosotros comemos es bueno que dejemos que los prueben en esta etapa en la que todo quieren llevárselo a la boca.

No ser selectivo con la comida en esta primera etapa permite que un bebé sobreviva sin problemas independientemente del lugar donde nazca. Si un bebé por ejemplo naciera en el desierto del Sáhara y sólo quisiera comer caracoles con setas… lo tendría muy crudo para sobrevivir.

Es bueno que en esta etapa coma de todo lo que tenga a su alcance, porque ya se encargan sus padres de evitar que acceda a cosas que puedan resultar peligrosas. Ya que no puede desplazarse y siempre está tutelado por sus padres no hay riesgo.

El Instinto de Rechazar cualquier alimento nuevo cuando el bebé adquiere la autonomía para desplazarse: Se vuelve selectivo con la comida

Tras esa primera fase de probarlo todo, antes o después el bebé adquiere la capacidad de desplazarse sólo. Cuando un bebé empieza a gatear o caminar todos los padres saben que hay que andarse con mil ojos. Porque el niño sigue teniendo mucha curiosidad por explorar y probarlo todo.

Pero con la autonomía suele desarrollarse poco a poco la precaución. Sea de forma innata y/o porque nosotros lo fomentamos (diciéndole por ejemplo que no se meta una pelusa que ha encontrado en la boca), el niño se va volviendo precavido.

Respecto a la comida, pensemos. Si cuando vivíamos como nómadas, una vez que el bebé era capaz de desplazarse sólo se nos iba un momento de nuestro lado y seguía echándoselo todo a la boca, es fácil que muriese intoxicado. Hay bayas, setas y animales venenosos que pueden resultar atractivos a un niño para probarlos.

Hoy en día puedes añadir a eso los productos químicos de limpieza o los medicamentos.

Que un niño cuando ya es capaz de llegar a todos estos «alimentos» peligrosos se vuelva selectivo con la comida y no quiera probarlos porque sus padres no se los ofrecieron en la etapa previa es bueno. Puede salvarle la vida. Y de hecho es un instinto que ha ido creciendo generación tras generación por pura selección natural.

Pero pensemos qué implica esto con la comida:

Si durante la etapa inicial, en la que el bebé quiere probarlo todo, nosotros ofrecemos al niño una dieta pobre, en sabores, texturas, formas y colores, lo normal es que luego en la segunda etapa, cuando se vuelva selectivo, perpetúe esa dieta pobre hasta el momento en que los instintos son superados por el pensamiento racional.

Esto significa que si por ejemplo tu hijo no toma tomate o pimiento en los primeros 15-18 meses es muy probable que los rechace de forma tajante (como si le fuese la vida en ello) hasta que puedas razonar con él. Se ha recomendando durante mucho tiempo evitar estos dos alimentos hasta los 2 años de vida. Por eso son tantos los niños que luego, con varios años, se niegan a tomar una comida si le ven mijitas de tomate o pimiento. O se las quitas, o no se las come.

Retrasar la introducción de alimentos no es buena idea si no hay una clara justificación para hacerlo.

Estaremos favoreciendo una dieta pobre durante los primeros años de vida si lo hacemos.

Es mejore dejarle probar de casi todo antes de que se vuelva selectivo con la comida.

Y además, retrasar la introducción de alimentos, en lugar de reducir el riesgo de alergias alimentarias como se pensaba, lo aumenta.

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Pelear con tu hijo para que coma: 5 motivos para NO hacerlo Nunca, Nunca, Nunca…

5 Motivos para no pelear con tu hijo para que coma nunca. Pelear con un niño para que coma es mala idea por muchos motivos. Pero es algo muy frecuente. Ojalá te convenza para que no lo hagas nunca más.

Tal vez sea una guerra perdida, pero quiero seguir luchándola.

Por desgracia, para muchas familias, los peores momentos del día con su hijo son las comidas.

Pero no tendría porqué ser así. Y no depende del niño, sino de ciertas ideas muy extendidas y que son totalmente falsas.

Voy a intentarlo. Voy a ver si soy capaz de convencerte de que nunca más vuelvas a pelear con tu hijo para que coma.

«Si no lo hiciese no comería»

Primera razón que se argumenta para hacerlo. Pero…

De verdad, siendo sinceros… ¿Tú realmente te crees eso? ¿Tú crees que tu hijo es el único ser vivo de este planeta que no trae el hambre de serie? ¿Has probado a no pelear con él, a no ofrecerle comida y ver qué pasa? Porque estoy 100% seguro de que lo que pasaría es que él te pediría la comida. Lloraría por ella, si es necesario.

De verdad, deja de repetirte como argumento algo imposible. Tooooooodos los seres vivos sienten hambre si no comen. Si no fuese su caso y sigue vivo habría que patentarlo. Sería la solución para la sostenibilidad del planeta. Pero es que no existe algo así.

Aunque jamás insistas a un niño para que coma, ninguno se muere de hambre si se le ofrece comida 5 veces al día. Puede morirse de otras cosas, ¡pero de hambre no!

«Pero es que él come poquísimo si yo no le insisto»

El mayor error relacionado con la comida en niños es pensar que él no es capaz de decidir la cantidad de comida que necesita tomar.

La mayoría de problemas que vemos en este sentido son por exceso, no por defecto.

Hay circunstancias que hacen que usemos la comida como sustituto de otras necesidades, lo que favorece la obesidad. Pero son muy pocos los casos contrarios, en los que sustituimos la comida por otros recursos a largo plazo.

Un niño puede renunciar a comer, por ejemplo, si a cambio de eso recibe algo más importante para él, como es la atención. Pero si esto ocurre tal vez deberíamos pensar que:

– Debemos aportarle más atención sin que tenga que forzarnos a ello.

– No debemos hacerlo reforzando conductas negativas para su salud. Es decir, si no come, no debemos dar importancia a ese no comer. O el niño establecerá una relación basada en ese canje: Conseguir la atención que de otro modo no recibe portándose mal, entre otras formas de hacerlo, no comiendo.

Hay que entender además que el crecimiento durante los primeros meses de vida es más rápido de lo que lo será nunca más en su vida y eso consume muchísimos recursos. Por eso, la mayoría de los niños come con 6-8 meses claramente más que con 1 año. Es algo que hace pensar a muchos padres que su hijo come peor conforme crece. Simplemente está reduciendo su alimentación porque ya no la necesita.

La prueba definitiva para saber si un niño come o no la cantidad necesaria es ver cómo está:

Si tu hijo come la cantidad que él quiere, está sano y activo (muy activo, de hecho), no come más porque no lo necesita. ¡De Verdad!

Empeora la relación de tu hijo con la comida

Esto es algo en lo que parece que no se piensa. Nos centramos demasiado en el corto plazo: «Ha comido poco y me preocupa que pueda pasarle algo si se acuesta sin comer»….

¿Sabes cuántos niños se acuestan sin comer en el mundo porque no tienen comida? Pues aguantan, y mucho.

Pero ¿qué pasa a largo plazo con la relación con la comida de un niño con el que peleamos en cada comida para que se alimente «un poco más»?

Pues algo evidente, que la comida se convierte en algo desagradable.

¿Realmente crees que un niño va a comer más a largo plazo si cada vez que ve llegar la comida sabe que toca pelea? Si lo crees, te equivocas. Seguramente si lo haces es porque no te lo has planteado en serio.

Empeora la relación de tu hijo contigo innecesariamente

Si tienes claro todo lo anterior deberías entender ya que pelear con un niño para que coma es innecesario y contraproducente. Pero es que además tiene un efecto negativo que deberíamos evitar siempre que sea posible: Va a empeorar la relación que os une.

Y para mí esa relación es sagrada. Porque es de verdad la única herramienta educativa válida. Habrá otras conductas en el futuro que sí será necesario modificar por el bien de tu hijo. Apelar a una buena relación es mucho más efectivo que cualquier coacción. Y hacerlo así construye, no destruye.

Por eso, empeorar la relación con tu hijo en este tema es algo que puede tener repercusiones importantes en otros muchos aspectos de su conducta en el futuro.

Cuida tu relación con él no forzándole a hacer algo que ya se encarga de conseguir uno de los Cuatro Jinetes del Apocalipsis: El Hambre.

Favoreces que tu hijo sea obeso en el futuro

A pesar de que nos empeñemos en pensar que nuestro hijo viene escacharrado y no es capaz de regular la cantidad de comida que necesita, es una «máquina bien diseñada».

A lo largo de la historia de la humanidad como especie hemos superado situaciones muy diferentes en cuanto a disponibilidad de comida.

Hemos ido acumulando genes que nos permiten adaptarnos a un amplio repertorio de circunstancias.

Durante los primeros dos años de vida se produce un ajuste en el que el cuerpo va descartando algunos genes y afianzando el uso de otros. Es lo que permite que un ser humano pueda sobrevivir en ambientes tan diferentes como lo hace.

Hoy en día, desde el punto de vista nutricional, si tuviésemos que decidir cuál es el ambiente en el que vivimos y qué lo diferencia de otras épocas de nuestra historia es: La Inmensa Abundancia de AZÚCAR de absorción fácil.

Por desgracia en nuestra sociedad alimento infantil es el mismo que el de los adultos, pero con azúcar añadida.

Durante la mayor parte de la historia de la humanidad el azúcar era algo muy escaso. ¿Sabes la cantidad de comida que debía consumir un hombre hace 100,000 años para conseguir la cantidad de azúcar refinada que consumimos nosotros hoy en día en una sola comida?

Cuando no éramos agricultores ni ganaderos, es decir la mayor parte de la historia humana, había que recorrer grandes distancias y recolectar una cantidad de comida muy superior a la actual para conseguir una cantidad muy pequeña de nutrientes ricos.

Con la agricultura y la ganadería hemos hecho crecer a nuestro alrededor fuentes de nutrientes que hemos seleccionado porque son especialmente ricas.

Para hacerte una idea, vete un día al campo sin comida y come sólo de lo que encuentres. Me refiero a irte al monte, no a unos campos cultivados. Si lo haces prepárate. Incluso si sabes dónde encontrar esos nutrientes, cosa que no sabemos hoy en día la mayoría, vas a pasar HAMBRE, con mayúsculas.

En muchos niños se produce una reducción importante de la cantidad que comen coincidiendo con la introducción de la alimentación complementaria. Lo hacen porque sus genes, al tener acceso a una cantidad importante de azúcares de absorción fácil en la dieta asumen que estamos creciendo en una zona de hiperabundancia. Y se adaptan, de forma correcta reduciendo la cantidad de comida de forma importante.

Pero nosotros nos empeñamos en contradecir esa sabiduría genética y forzamos a los niños a comer más.

Si insistimos estamos haciendo algo con lo que no contamos. Estamos forzando al cuerpo a desechar unos genes que son los escogidos de forma natural para esta situación y a usar otros pensados para gestionar ese exceso de azúcares.

Lo único que puede hacer con ese exceso de azúcar es almacenarlo. Y prepara los almacenes aumentando el número de células grasas. Ahí seguirán toda la vida y harán su trabajo. Estamos sembrando Obesidad.

Para mí está claro que esta es la base fundamental de la epidemia de obesidad infantil que sufrimos. Y la solución:

– Eliminar los azúcares de absorción fácil de la dieta, especialmente en los 2 primeros años de vida.

– Confiar en la capacidad de nuestra genética para escoger los genes adecuados para adaptarnos a nuestra situación actual y respetar su gestión de la cantidad de alimento que consume espontáneamente.

No es algo secundario. Nos estamos jugando el futuro metabolismo de nuestros hijos.

Te puedo asegurar que para mí, entender esto es uno de los temas más importantes de salud infantil.

Si por mí fuese, éste debería ser uno de los Artículos Esenciales de mi blog para todas las familias.

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Estímulos: La 3ª Necesidad del Bebé

La 3º necesidad del bebé: EstímulosEstímulos para que se desarrolle su cerebro. Esa necesidad básica del bebé con la que nadie cuenta. Junto a Comer y Dormir lo más necesario para crecer.

Cuando se habla de las necesidades de un bebé casi todo el mundo espera que un «buen Bebé» sea «comer y dormir».

Efectivamente el bebé necesita comer para obtener nutrientes que usa en su actividad y en su crecimiento. Necesita dormir, para regenerarse y descansar.

Pero mucha gente olvida una tercera necesidad que no es sólo importante en los bebés, también en nosotros. Esta necesidad esencial son los Estímulos.

Evolución de las 3 necesidades básicas del bebé en los primeros días de vida.

Voy a hacer una pequeña descripción de cómo evolucionan las tres necesidades básicas del bebé durante los primeros días de vida para que lo entendáis y lleguemos a comprender la importancia de los Estímulos. Sus 3 necesidades básicas se mueven en un equilibrio constante en el que el bebé actúa atendiendo o pidiendo en cada momento aquella de la que tiene más necesidad.

Cuando un bebé nace, tras unos minutos de adaptación inicial, tiene una necesidad imperiosa de dormir. El parto es un proceso duro para la madre y también para el bebé. Ha hecho un gran esfuerzo, primero soportando la expulsión del útero e inmediatamente adaptándose a controlar la temperatura, respirar, cambiar la circulación para llevar la sangre a los pulmones en vez de hacerlo hacia la placenta….

Hasta ese momento se ha estado alimentando de forma constante a través de la placenta y si lo logramos habrá tomado el pecho justo al nacer. Tras eso estará agotado y habrá recibido una gran carga de estímulos en poco tiempo. Va a dormirse y durante los primeros 2-3 días de vida esta va a ser su prioridad, descansar.

En estos primeros días recibe estímulos sin que hagamos nada a un ritmo muy superior al que estaba acostumbrado. La luz, el tacto, el ruido, el olfato y los sabores, son mucho más intensos de lo que nunca ha sentido y sin que hagamos nada recibe un torrente de estímulos que cubre su necesidad de sobra.

Dormirá muchas horas al día, despertando cuando tenga hambre para saciarla lo justo y volver a dormir enseguida.

Tras descansar lo suficiente, para el 3º o 4º día hacen su aparición de verdad la necesidad de comer y la de estímulos.

Es como si hubiésemos «despertado al monstruo». Empieza a llorar si nos retrasamos un instante en alimentarlo. Ésta ha pasado a ser la necesidad esencial y puede demandarla cada pocos minutos, dejando en muchos casos no más de 2 horas sin pedir comida en ningún momento.

Si, como es lo adecuado, le damos de comer cada vez que pida, sueño y comida irán equilibrando su balance y comerá cada vez más tranquilo, espaciando poco a poco las tomas.

Es entonces cuando empezamos a notar que el bebé empieza a llorar por el tercer motivo.

Ha dormido, acaba de comer, lo dejamos en la cuna o a nuestro lado en la cama… y llora. Lo tomamos en brazos y se calla. Volvemos a soltarlo y de nuevo llanto… Vuelves a tomarlo, lo paseas y se calma…

Ha aparecido la necesidad de estímulos.

Los distintos tipos de Estímulos para el Bebé

Todo intento de esquematizar cualquier cosa es una simplificación. Pero a veces pueden ser útiles. Podríamos distinguir tres tipos básicos de estímulos que el bebé consume:

  • Afectivos. Contacto, seguridad, comunicación son estímulos necesarios para cualquier ser humano. Se puede vivir sin ellos, pero empeorando mucho la calidad de vida si faltan.
  • Posturales. Todos necesitamos cambiar de postura con cierta frecuencia. Pero un bebé tiene muy limitada su capacidad de hacerlo, de modo que cuando tras mantener un rato la misma postura necesita hacerlo, muestra su incomodidad y si no se le ayuda a moverse, llora.
  • Sensoriales. Estímulos visuales nuevos (cambio del ambiente o del punto de vista desde el que se observa), sonidos nuevos, olores cambiantes… Nuestro cerebro consume estos estímulos como la comida o el oxígeno. Si agota la novedad de los que recibe y no hay cambios, llora.

Para qué usa el bebé los Estímulos y por qué pide tantos

Un bebé es un ser humano en rápido desarrollo en muchos aspectos. Uno de los más importantes es el desarrollo cerebral. Un cerebro de bebé es un gran mar lleno de conexiones posibles, de las que tendrá que eliminar aquellas inútiles en su adaptación al entorno y reforzará las que le sirvan para hacerlo.

La forma en la que se produce este proceso es reaccionando a estímulos del entorno en el que crece. Su supervivencia, su bienestar, su felicidad, dependen de que este proceso se produzca pronto y bien. Por eso no puede permitirse ralentizarlo por debajo de cierto ritmo. Cuando detecta que el flujo necesario de estímulos no está cubriéndose llora para conseguirlos.

No hay un proceso consciente en esto. Es como el hambre, es una sensación de malestar que crece conforme la necesidad va creciendo sin ser cubierta.

Dar estímulos no es malcriar, es colaborar en su desarrollo

Cuando un bebé pide estímulos y no se los damos llora. Cuando se los damos deja de llorar. Pero es una necesidad importante y variable. No la cubres y ya está para x horas.

Pretender que un  bebé pase x tiempo sin recibir estímulos nuevos por parte de sus cuidadores es tan ilusorio en esta fase como establecer una pauta fija de alimentación. No hay una pauta correcta y constante. La pauta es darle los estímulos al ritmo que su cerebro los consume.

Ante esto hay dos opciones: Dejarlo llorar o darle lo que pide.

Dejarlo llorar es absurdo, estás negando a tu hijo algo que necesita, que sabes lo que es y que no le perjudica.

La educación no consiste en negar algo así. Si lo hacemos, como para el bebé es algo que necesita para sobrevivir y desarrollarse, va a luchar por conseguirlo. La única pregunta es ¿hasta dónde quieres empeorar su relación contigo haciendo que te vea como alguien que le niega lo que necesita?

Educar es ayudarle a entender cuándo lo que pide no debe tenerlo porque le perjudica. Pero es algo que no ocurrirá hasta bastantes meses más adelante. Al principio el bebé sólo demanda que se cubran necesidades elementales. Y atenderlas no es malcriar es cuidar. No atenderlas no es educar, es descuidar.

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Mi bebé no duerme en todo el día

Mi Bebé no duerme en todo el día, tendrá algún problema.«Mi bebé no duerme en todo el día». Cuándo es por un problema y cuándo es parte de su carácter. Otras características en bebés que casi no duermen de día.

Mi bebé no duerme en todo el día

¿Es posible? Hablamos de bebés de pocas semanas o pocos meses. ¿Puede un bebé de esa edad estar bien sin dormir durante horas y horas?

Todas habréis leído que los bebés duermen mucho más cuanto más pequeños son. Y que conforme crecen van reduciendo el número de horas que duermen al día estando cada vez más activos, especialmente durante el día.

Esto se debe a dos motivos:

  • Conforme un bebé crece se hace cada vez más marcado el ritmo día/noche. De forma que tienden a estar más activos y alimentarse más durante el día y de noche tienden a espaciar las tomas y dormir más.
  • Al crecer las dos necesidades básicas de comer y dormir van dando espacio a la tercera esencial: Estímulos. Son necesarios para desarrollar su cerebro y conforme el bebé crece vemos que destina cada vez menos tiempo a dormir y más a buscar estímulos.

El resultado es que hay muchas estadísticas que te dicen cuánto es el tiempo normal que duermen los bebés en función de su edad. Hay que entender que estas cifras que te ofrecen son las medias. Pero que sin tener problemas hay bebés que duermen bastante más o bastante menos de las cifras que se mencionan en estas escalas.

Respecto a la pregunta ¿Hay realmente algún bebé que no duerme en todo el día? Puede que lo haya. Pero no conozco a ninguno. Me refiero en este caso a bebés menores de un año. Lo que sí que hay son bastantes que pueden estar activos durante 10, 12, 14 horas al día con muy breves siestas. A veces son siestas de no más de 10 minutos. Pero casi siempre estas siestas están ahí. Ahora después hablaremos de estos casos.

Por tanto la realidad en casi todos los casos es:

Mi bebé no duerme en todo el día. Bueno, sí que duerme algo, pero muy poco y está mucho más activo que la mayoría de bebés de su edad.

La clave cuando esto ocurre es diferenciar dos situaciones:

  • Mi bebé no duerme en todo el día más, porque tiene un problema. Si no duerme más y notamos que el bebé no está bien, si tiene fiebre o llanto inconsolable, si come mal, si vemos signos de que algo no va bien como una piel irritada, mucosidad, tos…. debemos descartar que el bebé no duerma bien porque tenga algún problema. Cuando esto ocurre, la situación de no dormir en todo el día es algo nuevo. Son bebés que siempre han dormido más y de repente dejan de hacerlo con signos de que algo no va bien. Si esto ocurre mi recomendación es que lo lleves al Pediatra para que lo explore e identifique la causa.
  • Mi bebé no duerme en todo el día más, porque él es así y está sano siendo así. Pero hay bebés que desde siempre han sido así, en los que dormir poco o casi nada durante el día es la norma desde hace tiempo y sin embargo el bebé parece estar bien. Se alimenta bien, no tienen signos de dolor ni un llanto inconsolable. Estos bebés suelen llorar con frecuencia, pero suelen calmarse cuando le damos estímulos: Si lo tomas en brazos, si te levantas con él y le das un paseo, si cambias de ambiente, si sales a la calle… Cuando un bebé ya desde los primeros días o semanas de vida se comporta así solemos hablar de Bebés de Alta Demanda.

Mi bebé no duerme en todo el día, o casi ¿Será un Bebé de Alta Demanda? ¿Qué significa esto?

No todos los bebé son iguales. Podemos simplificar diciendo que un bebé tiene tres necesidades básicas: Comer, Dormir y Estímulos.

Hay bebés comilines, dormilones y De Alta Demanda. Dependiendo de cuál de las tres necesidades es la prioritaria para ellos.

El Bebé de Alta Demanda muestra que lo es ya desde los primeros días de vida. Habitualmente a partir del 2º o 3º días de vida, en cuanto supera la primera fase de agotamiento tras nacer.

Son llamativos porque demandan muchos estímulos y además cambiantes y eso se refleja en su relación con la comida y con el sueño.

Cómo come un bebé de alta demanda

Habitualmente hacen muchas tomas de poca cantidad. Como todos los bebés necesita comer. Pero como su necesidad prioritaria es buscar estímulos nuevos aguanta lo que puede mientras está distraído. Cuando por fin el hambre es ineludible parece que de repente lo estuvieses matando sin comer desde hace días. Pide comer desesperado. Pero en cuanto se sacia un poco se distrae con cualquier estímulo nuevo.

Por tanto son bebés que comen con ansiedad, pero hacen tomas muy numerosas y cortas.

Cómo duerme un bebé de alta demanda

Pueden pasar casi todo el día activos. Es llamativo que algunos de estos bebés, con pocas semanas, sean capaces de estar activos durante más de 10,12,14 horas, interrumpiendo esa actividad sólo con siestas cortas y a las que se resisten cuanto pueden. Su necesidad prioritaria es buscar estímulos y aunque estén reventados intentan aguantar despiertos.

Una cosa característica es que estas siestas sólo llegan si lo tomas en brazos cuando está agotado. Y que la siesta puede durar algo más si lo mantienes en brazos. Pero si lo separas de ti la siesta se acabó en 10-15 minutos. Dejándolo en brazos puede prolongarse hasta 1 hora o más. Pero como lo sueltes ya se ha acabado.

Esto se debe a que mientras lo tienes en brazos está recibiendo estímulos, con lo que puede prolongar la siesta ya que su necesidad primordial no está desatendida. Pero si lo dejas separado cesan los estímulos que recibía y si ha superado el agotamiento inaplazable que le llevó a dormir vuelve a la carga a por más estímulos.

Qué implica ser un bebé de alta demanda

Son bebés cuyo desarrollo neurológico es más rápido y el cerebro para desarrollarse necesita estímulos. Los consume para este proceso. Cuanto más rápido es el desarrollo cerebral de un bebé más estímulos consume. Por lo tanto ser bebé de alta demanda no es una mala noticia pero tiene su precio: Son agotadores.

Pero para su salud, dormir menos de lo que lo hacen los demás bebés de su edad no supone un problema. Y además es imposible conseguir que duerman mucho más.

Lo único que puede lograrlo es el porteo. Como el contacto le ofrece unos estímulos afectivos constantes si lo llevas mucho en mochila, fular o en tus brazos es más fácil que cuando necesite dormir lo haga. Mi recomendación en estos niños es que busques una buena mochila ergonómica y la uses tanto tiempo como veas que el bebé la acepta. Permite darle esos estímulos de forma más cómoda y dejando tus manos libres.

Si quieres saber más sobre los bebés de alta demanda puedes leer en estos artículos:

¿Cómo son los niños de alta demanda al ir creciendo?

Niños de alta demanda o Hipereactivos con déficit de atención

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Porqué evitar el castigo en la educación de los niños

Porqué el castigo no es una buena herramienta para educar.

Utilizar el castigo para educar a los niños es un gran error. Y por desgracia, un error muy común entre las familias de hoy en día. Descubre alternativas.

Hoy tenemos como invitada a Tania García, Fundadora de Edurespeta, Experta en Educación Respetuosa y Asesora Familiar, nos explica por qué el castigo se debe evitar en la educación de los hijos.

A veces nos equivocamos. El castigo es algo que la mayoría vivimos en nuestra infancia como una «técnica» normal en nuestra educación. Pero no hace otra cosa que alejarnos de nuestros hijos y fomentar la desconfianza en nuestro hogar.

Si, por ejemplo, amenazas a tu hijo con dejarlo sin móvil si no saca buenas notas, tu hija pega a su hermana y le das un cachete y la dejas sin ir al parque, tu hijo ha roto el reloj de su padre y le castigas sin ordenador, etc. No haces otra cosa que  dejar patente que no tienes las herramientas correctas y necesarias para educar a tus hijos como verdaderamente merecen, como merecéis todos los miembros de tu familia.

Existen dos grandes tipos de castigos: los físicos y los psicológicos.

Los primeros, son los relacionados con “el cachete”, “la torta”, “el empujón”, etc. Que, por supuesto, deben ser totalmente desechados y apartados de la vida de los hijos. Si no se lo harías ni a tu pareja ni a tu madre ¿por qué a tus hijos sí? .

Por otro lado, los psicológicos, abarcan a un gran número de actitudes que se tienen diariamente con los niños y que parece que pasen desapercibidas ante la sociedad, o que estén totalmente normalizadas. Tales como: amenazar, chantajear, ignorar, mentir, asustar, gritar, etc.

Esto, sólo indica que hay que cambiar, avanzar, mejorar…Porque los niños necesitan a unos padres comprensivos, que les atiendan, en los que poder confiar y aprender de la vida, tanto en los buenos como en los malos momentos.

Algunas de las consecuencias reales de utilizar el castigo, son:

  • Los niños actúan por sumisión: es decir, hacen las cosas movidos por un interés externo. Por temor a que se les niegue aquello que desean. Esto hace que, durante su infancia, adolescencia y, más tarde, en su vida adulta; sean personas sumisas, que viven con el objetivo de gustar a los demás, de realizar lo que otros quieren y no seguir libremente, su propio camino y sus propias decisiones.
  • Genera frustración y ansiedad: el ver que no confían en ti, que constantemente te cortan las alas, que no te dejan acertar o errar, que no valoran tus estados de ánimo sean cuales sean…te hunde, te frustra, te genera desazón. Y así crecerán, con frustración y tarde o temprano, con rabia.
  • Rebaja la autoestima y dificulta el conocimiento de uno mismo: cualquiera que no es tratado como se merece, se siente mal consigo mismo e incluso se acaba culpabilizando y sintiendo fuera de lugar. Esto, hará muy difícil el libre reconocimiento de sus habilidades físicas y psicológicas.
  • Dificultades sociales: estas frustraciones y baja autoestima, generan, a su vez, problemas para relacionarse. Problemas que perdurarán, si no se busca ayuda, probablemente, durante toda la vida adulta.

Ninguna madre/padre queremos esto para nuestros hijos. Y por ello, debemos ponernos a trabajar para conseguir tratar a los hijos con: empatía, reflexión, afecto, acompañamiento, igualdad, confianza, libertad, calma, coherencia, etc.

Si quieres aprender más, y sumergirte  en un nuevo camino, en donde aprenderás a educar con técnicas positivas y respetuosas y con las que nunca más te dejarás llevar por tu ira e incomprensión….

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Espero verte en este viaje 🙂

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Sal y especias en la comida de niños y bebés

Sal y especias en la comida de niños y bebés. Usarlas de forma sana.Sal y especias: Una de las razones por las que muchas familias hacen comida especial para sus bebés en lugar de darles la misma que comen todos.

Hasta yo lo he escrito: Sin especias y sin sal.

Pero….

Efectos perjudiciales de la sal y las especias en la salud de los bebés y niños

La sal en una dieta sana.

La sal es parte de todos nosotros. Es Cloruro Sódico. Cloro y sodio son junto al potasio los elementos salinos más importantes de nuestro organismo. Están en todos los líquidos de nuestro cuerpo. Así que los necesitamos.

Pueden perderse a través del sudor, la orina, las heces y las mucosidades que segregamos. Por lo que tenemos que reponer esa pérdida.

Pero no sólo están en nuestro cuerpo, sino en el de todos los seres vivos que constituyen nuestra alimentación. De modo que si no hay pérdidas importantes podemos obtener el sodio, el potasio y el cloro que necesitamos de los alimentos. Sin necesidad de añadirles sal.

Pero la sal nos gusta. De los sabores básicos, el dulce y el salado son los dos más llamativos y que más nos atraen. Lo que hace que mucha gente ingiera cantidades de sal añadida a la comida muy superiores a lo recomendable.

Cuando esto ocurre, el exceso de sal retiene líquido, especialmente fuera de las células, produciendo:
  • Deshidratación intracelular. La sal fundamental de las células es el potasio, la de los tejidos que las rodean el sodio. Cuando hay demasiado sodio atrae agua al exterior de las células dejándolas más secas de lo recomendable. Lo que dificulta su funcionamiento correcto.
  • Hipertensión. Uno de los sitios donde el sodio es la sal predominante es la sangre. Si hay mucho sodio aumenta el volumen de sangre que hay circulando lo que aumenta la tensión arterial. La hipertensión es llamada «asesino silencioso». Porque puede no dar síntomas llamativos, pero va deteriorando nuestro cuerpo hasta ser capaz de producir la muerte por infarto, hemorragia interna…
  • Sobrecarga de los riñones. Nuestros riñones son los encargados de mantener entre otras cosas un nivel de sales adecuado. Cuando hay mucha sal (sodio), tienen que eliminarla, lo que arrastra agua. Hacer esto de forma mantenida hace que tenga que trabajar a un ritmo muy superior al normal.

Así que está claro, mucha sal no es buena. Pero ni para el niño ni para nosotros. Lo primero que deberíamos pensar es «no añadir sal en la comida del bebé».

Pero lo ideal no es esto, sino usar la sal de forma razonable en la alimentación de toda la familia

Si en una familia cocinan con mucha sal, aunque al bebé no le añadan sal en su comida, acabará comiendo lo que los demás. Y al final tendrá una dieta con exceso de sal sufriendo sus consecuencias. Lo ideal no es que el bebé no la tenga en su comida, sino que la familia cocine con poca sal para siempre.

El problema añadido es que la restricción para evitar que salemos la comida del bebé hace que muchas familias cocinen a parte para él. Lo que no sólo es innecesario, sino contraproducente.

Uno de los objetivos en introducción de la alimentación complementaria es que acabe teniendo una dieta variada cuanto antes. Para lograrlo, lo mejor y más efectivo es que ofrezcamos al bebé nuestra misma comida al ritmo que le vaya apeteciendo. Con las únicas restricciones que estén realmente justificadas.

En el tema de la sal la clave buscando su salud no es que no la pruebe, sino que esté presente en su alimentación de forma razonable. Ahora y en el futuro. Es decir, que si en casa cocinamos de forma sana el bebé puede comer nuestra comida.

Especias y condimentos en la dieta del bebé

Pensemos en la típica carne con verduras para el bebé.

Muchos dirían que esto se prepara así:

Añades verduras (patata, zanahoria, calabaza, calabacín, judías verdes…) y carne.

Lo cueces todo al vapor.

Y ya cocido le añades un chorrito de aceite de oliva y lo trituras todo. ¡Ummmm!

¡Insulso!

No digo que no sea sanísimo.

Pero nosotros no comemos eso. Nosotros lo haríamos así:

Haces un sofrito con pimiento, tomate, ajo/cebolla.

Añades la carne parra que se sofría un poco.

Luego añadimos vino y unas hojitas de laurel, pimienta, tomillo… Dejamos que se rehogue hasta que el vino se consume.

Entonces añadimos agua y la verdura y lo dejamos cocer un buen rato.

¡Un estofado riquísimo!

Y no deja de ser sano.

En torno al año, uno de los problemas que muchos bebés tienen con la comida es que rechazan «su comida». Quieren comer «la nuestra». ¡Pues claro! ¡Tampoco tú quieres «su comida»!

Hacer una comida sin especias, cocinada de forma especial, mientras nosotros comemos diferente, es absurdo.

Las consecuencias son:
  • Doble trabajo. Tenemos que cocinar sin especias ni sal para él y condimentado para nosotros.
  • Peor relación del niño con la comida. Tiene una dieta menos variada, más pobre en texturas y sabores. Lo que puede hacer que en poco tiempo, cuando el bebé se vuelva selectivo, rechace cualquier novedad en la comida. Esto condena a muchos niños a tener una dieta pobre durante los 5-6 años siguientes.
  • Empeora nuestra relación con el niño. Tenemos que pelear con él para que no coma «lo nuestro» y coma «lo suyo».
  • Acabamos introduciendo alimentos peores que los que pretendíamos evitar. Por no darle de nuestra comida cocinada acabamos dándole muchos productos industriales «para niños». Estos productos en su mayoría incluyen colorantes, aditivos químicos y azúcar. Sustancias mucho más perjudiciales en la dieta del niño que unas especias o sal en cantidades razonables que podamos añadir a nuestra comida. Llegamos a esto porque el niño se aburre de una comida tan poco variada. Y ante su negativa a comer de nuevo el puré de verduras con carne al vapor, en lugar de darle nuestra comida de olla, mucho más sana. Y es que nadie hace publicidad de las bondades de un buen potaje o estofado y sí de los productos industriales hiperazucarados «para niños». Nos venden que estos productos aportan cosas importantes para su salud. Y naturalmente se olvidan de mencionar que para que al niño le guste añaden azúcar.

Si durante los primeros dos años no das al niño tu comida es fácil que acabe haciendo su paladar a comer otros alimentos mucho peores para su salud.

La clave no es evitar la sal y las especias en la dieta del bebé. Es usarlas de forma razonable en la dieta de toda la familia. Y si se hace así, no hay comida de mejor calidad para tu hijo que la tuya:

  1. Hecha de productos frescos que tú seleccionas por su calidad.
  2. Cocinada de forma que resulte sana, hoy con 6 meses y cuando tenga 16 años. Con una cantidad razonable de especias y sal.
  3. Más variada. Y en alimentación dieta sana = dieta variada.
  4. Sin elementos añadidos sin ninguna justificación nutricional (azúcar, colorantes, conservantes…).
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Quitar el Pañal en la Guardería

Cómo evitar los problemas al quitar el pañal a un niño

Quitar el pañal es uno de los pasos para que un bebé deje de serlo para considerarlo un niño. En la guardería o escuela infantil suele hacerse en grupo. Hablemos de ello.

Respuesta a un Peketema propuesto por una madre en nuestra comunidad de Facebook.

Por favor » quitar el pañal «: Mi bebé de 20 meses aún usa pañales y siento que se me hace difícil porque es varón, con mi hija fue fácil ya que yo iba al baño con ella para enseñarle.

Los tres pasos clave para eliminar el pañal de un bebé

Empecemos centrando las claves. A veces pensamos que quitar el pañal es simple. Se lo quitas y punto. Pero hay 3 pasos en este tema que van a marcar cuándo y cómo podemos hacerlo:

  1. Hacer caca sin el pañal. Este es el esencial. Y en el que si no lo hacemos bien aparecen los problemas más serios.
  2. Controlar la orina de día.
  3. Controlar la orina de noche. 

Hacer caca sin el pañal

Mucha gente no se plantea esto. Piensan que si le quitas el pañal a un niño, ya hará caca. Sólo se preocupan porque no avise y se manche al hacer. Pero eso es secundario. Lo realmente importante es que hacerlo mal puede generar mucho sufrimiento al niño por algo inesperado: el mayor estreñimiento que haya tenido en su vida hasta ese momento.

Os cuento como surge esto. Si quitamos a un niño el pañal antes de que haya aprendido a hacer caca sin él, lo normal no es que haga, sino que la retenga.

Los días pasan y al final llega un momento que no tiene más remedio que hacer. Lo más normal es que se le escape en un momento inoportuno. Ante lo que se le suele regañar. Para la próxima se aguanta más aún.

Cuando por fin no tiene más remedio que volver a hacer en muchas ocasiones es dura y de gran tamaño. Eso duele. Y es probable que haga una fisura anal. A partir de ese momento cuando tenga ganas se retiene porque no sabe hacer sin el pañal, porque le regañan cuando hace y porque además duele un montón. Lo que no hace sino garantizar que la próxima dolerá aún más…. empeorando el problema.

¿Cómo evitamos este estreñimiento?

Cuando nos planteamos quitar el pañal el primer paso es lograr que el bebé haga caca sin el pañal. Si no conseguimos esto no podemos quitárselo.

Pasos para lograrlo:
  1. No intentes quitar el pañal a un bebé estreñido. Antes de plantearnos quitar el pañal el bebé debe tener unas heces regulares y que no le cuesta hacer.
    1. En primer lugar porque si le cuesta hacer, más difícil será que lo logre de un modo nuevo y extraño para él. Es difícil que un niño se quede intentando hacer un rato sentado cuando le cuesta.
    2. Y segundo, porque tener un ritmo regular lo facilita. Si sabes las horas en las que a tu hijo le dan ganas de hacer caca será más fácil ofrecerle la posibilidad de que haga sin el pañal y que tengamos éxito.
    3. Por tanto, si tu hijo está algo estreñido es mejor que primero resuelvas este tema antes de intentar quitar el pañal.
  2. Si tiene un ritmo regular, en los momentos en los que tiene ganas anímale a probar a hacerlo en el orinal:
    1. No en el WC. A la inmensa mayoría de los niños sentarse en el WC les da miedo. Tienen que hacer equilibrios en el borde para no caerse y tienen miedo de un «abismo sin fondo» en el que a saber lo que puede haber… Es difícil concentrarse para hacer caca en esas condiciones.
    2. Cómo debe ser el orinal. Simple, no compréis de estos que hacen ruiditos o música cuando hace pipí o caca. Muchos niños cuando suena se asustan y no quieren volver a acercarse al orinal nunca más. Y base amplia para que esté estable y el niño se concentre en hacer caca, no en mantener el equilibrio.
  3. Cuando logramos que haga caca varias veces en el orinal sin problema podemos dar el paso siguiente: 

Controlar la orina durante el día.

Esto es más simple de lo que parece. En primer lugar porque lo peor que puede pasar es que se moje. No como en el caso anterior que puede ser origen de un problema serio a largo plazo.

Necesitas una alarma en el reloj o en el móvil. Ponla para que suene cada media hora. Cuando suene ofrece el niño hacer ir a hacer pipí. No va a hacer cada media hora, pero lograremos que lo haga con la frecuencia necesaria para que no se le escape. Si van pasando las medias horas sin escaparse pasas a avisarle cada hora. Después cada dos horas, luego cada 3…

Si llega un momento en que él te avisa cuando tiene ganas y no se le escapa en ningún momento, ya está. Controlada la orina de día.

Ya puede estar sin pañal todo el día. Si en algún momento vuelve a tener escapes recuérdale que haga cada 2 horas. Algunos niños se distraen mucho en sus cosas y se les pasa hasta que ya es tan urgente que no pueden evitar que se les escape antes de llegar al baño.

Controlar la orina durante la noche.

Esto no depende de la voluntad o motivación del niño. Uno de los procesos que aparecen cuando crecemos es la producción de un pico de hormona antidiurética cuando nos dormimos. Es la responsable de que de noche filtremos menos orina y necesitemos ir al baño con menos frecuencia que durante el día.

Notamos que ya lo hace cuando por las mañanas sistemáticamente el pañal está seco. Cuando esto ocurra es cuando podemos quitar el pañal de noche. Hay bebés que lo hacen antes del año y niños con más de 5 años que siguen mojando el pañal de noche.

Cuando se superan los 5 años hablamos de enuresis nocturna primaria. 

¿Todos a la vez en la guardería o escuela infantil?

Uno de los objetivos habituales que se plantean en las escuelas infantiles es la retirada del pañal en torno a los 2 años.

Es cierto que como los niños actúan mucho por imitación, hacerlo con todos a la vez en una clase puede ayudar a que les resulte más fácil. Pero podemos generar problemas:

  1. En una clase hay niños que nacen en el mismo año. Pero ahí algunos habrán nacido en enero y otros en diciembre. En esta edad casi un año de diferencia es un abismo en madurez. Lo normal es que los niños más pequeños, que nacen al final del año tengan más dificultades para lograrlo. Pero independientemente de la edad cada niño tiene un grado de madurez distinto que hace que esté listo antes o después.
  2. Hay que tener claro el esquema de pasos descrito arriba. En muchas escuelas infantiles se centran en la orina. Si un niño solía hacer caca en las horas que está en la escuela va a tener un problema de estreñimiento con más facilidad.
  3. Debemos ser flexibles. Como digo, la imitación y la actuación en grupo facilita la modificación de conductas en niños, pero hay que evitar ridiculizar al que no lo logra o ejercer tal presión que el niño se sienta frustrado o afecte su autoestima. Este es un tema en el que la presión social puede ser bastante fuerte. Porque muchos tachan de bebés a los niños que no controlan esfínteres y esto los niños luego lo repiten hacia un compañero que no lo logra.

Si tenemos todo esto en cuenta y se plantea la retirada del pañal como un proceso consensuado entre padres, escuela y la capacidad real del niño podremos lograrlo evitando problemas. Pero todos lo hemos logrado antes o después. No hagamos de este tema el Apocalipsis.

La Roche-Posay Anthelios