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Alimentación complementaria en bebés

Los objetivos en la alimentación complementaria del bebé

Cómo pasar en los bebés de la leche como único alimento a una alimentación completa. ¿Cuáles son los límites reales a tener en cuenta?

Posiblemente si sois unos padres de un bebé de 4-6 meses estéis un poco perdidos. Lleváis unos meses en los que habréis lidiado a lo mejor con algunos problemas con la alimentación. ¿Cuándo tenía que comer y qué cantidad eran vuestras dudas esenciales desde que nació vuestro hijo.

Pero a estas alturas posiblemente os estén «bombardeando»: ¿Cuándo vas a empezar a darle otras cosas? Yo con su edad ya le daba… La leche ya no le alimenta…

La cuestión es que cuando os decidís a buscar información encuentras muchas contradictorias.

De hecho, en esta misma web hay mucha información sobre el tema, y ahora me he decidido a añadir esto porque pienso que ni siquiera yo he sido lo bastante claro hasta ahora.

Intentaré que este artículo lo sea. Y sobre todo desterrar mitos y centrarnos en lo que de verdad está justificado.

Ideas claras para empezar la alimentación complementaria:

  1. Se llama complementaria porque hasta el año la leche sigue siendo lo esencial. De hecho hay niños que siguen tomando sólo leche hasta casi el año y sin problemas. Eso significa que es importante que lo toméis con naturalidad. Si un bebé con menos de un año no acepta muy bien una toma de comida, le ofrecemos leche y «santaspascuas». Para que un niño esté bien alimentado necesita Macronutrientes (hidratos de carbono, grasas y proteínas), que en la leche están en cantidad y proporción suficiente. Por eso un bebé puede estar meses tomando sólo leche. Pero también están los Micronutrientes (vitaminas, minerales, oligoelementos, aminoácidos y ácidos grasos esenciales…. son cientos diferentes). Aquí lo más difícil es tener una dieta lo suficientemente variada para tenerlos todos. La cantidad es muy pequeña y es fácil de alcanzar, pero para tenerlos todos tiene que tener una dieta muy variada. Si logramos una dieta tan variada que aporte todos los Macronutrientes (leche a demanda) y Micronutrientes (de todo lo demás aunque sea en cantidades muy pequeñas), el niño estará Bien Nutrido.
  2. Otro objetivo es evitar las Alergias Alimentarias. Claramente hemos fallado en esto con la estrategia clásica. Se pensó que retrasar la introducción de los alimentos más difíciles de digerir y alergénicos hasta que el intestino madurase era la estrategia adecuada. Pero ha fallado estrepitosamente. No sólo no han bajado, sino que se han disparado las alergias. Puedes leer aquí el porqué.
  3. El otro objetivo es que la relación del bebé con la comida sea buena. La forma en la que el bebé empieza a relacionarse con la comida en estos primeros años puede marcar mucho tiempo su actitud ante la alimentación. Pelear, por ejemplo, para que «se acabe la comida» es la mejor forma de que la próxima vez que te vea aparecer con ella te ponga mala cara antes de empezar. Entretenerlo para que coma más es hacerlo un comedor pasivo, y luego te quejarás de que tienes que darle de comer con 5-6 años. Cuando el niño está preparado desde que muestra interés por la comida para alimentarse por sí solo.

Cuándo empezar con la alimentación complementaria

Las recomendaciones en las que hay consenso decían (y yo también) que si no hay una causa real para hacerlo en otro momento, se consigue reducir la incidencia de alergias alimentarias si hasta los 6 meses toma sólo leche y desde esa edad no tardamos en introducir una alimentación completa.

Cada vez está más claro que en realidad introducir los alimentos tarde favorece la aparición de alergias alimentarias.

Motivos NO JUSTIFICADOS pero muy frecuentes para iniciar pronto la Alimentación Complementaria:

  • Empezar con zumos de fruta porque está estreñido. Para empezar, la mayoría de los casos de estreñimiento en lactantes no lo son. Son lo que se llama pseudo-estreñimiento del lactante. Y en el estreñimiento, el zumo no es solución, sino la fruta completa con su fibra. Además de que los zumos no me gustan un pelo.
  • Darle cereales en la cena para que duerma mejor. Es muy frecuente que empiecen a plantearse esto los padres cuando entre los 5 y 7 meses cambia el patrón de sueño de los niños. Pero el hecho de que empiecen a despertarse más no tiene nada que ver con el hambre. Si fuese cuestión de eso bastaría con darle más cantidad de leche.
  • Porque a los familiares se les ocurre que ya toca. Pues eso. Que entre las múltiples formas que algunos tienen de inmiscuirse en la forma en la que criáis a vuestro hijo está el decirte cuándo hacer qué. Ya te darás cuenta de que hay quien siempre te dirá que lo hacéis mal. Si lo haces porque no debías y si no lo haces porque ya es hora…

Motivos JUSTIFICADOS para no demorar el inicio de la Alimentación Complementaria:

  • Confianza en los Instintos del bebé. Soy un convencido del método BLW. Este método surgió tras décadas de normas en la introducción de la alimentación que complicaban mucho el proceso y al final se ha demostrado que generaban problemas. Se planteó entonces un ejercicio de humildad: Esto lleva miles de generaciones funcionando si que haya expertos que definan cómo hacerlo. Y lo ha hecho porque el desarrollo normal de los bebés incluye una serie de habilidades y conductas instintivas que van sucediéndose de forma espontánea y funcionan. La clave es que los bebés, en general hacen lo que hacen, “Cuando lo necesitan y están preparados para hacerlo”.  La mejor opción es permitir el desarrollo del bebé tal como manifiesta sus instintos a no ser que tengamos un motivo justificado para interferir.
  • Alergias Alimentarias. Ya se ha demostrado que retrasar la introducción de alimentos no previene las alergias, sino que hace coincidir con más facilidad esa introducción con infecciones en las que el sistema defensivo está activado, buscando al culpable, y es más fácil que cometa un error y culpe al alimento del daño generado por la infección. Así aparecen las Alergias Alimentarias. Cualquier retraso de la introducción de alimentos debe estar muy justificado, porque tiene un coste en forma de aumento de las Alergias Alimentarias. 
  • Complementar con Micronutrientes su dieta. Cuando un niño nace ha recibido durante el embarazo una reserva de micronutrientes (minerales, vitaminas, aminoácidos y ácidos grasos esenciales…) que va a usar durante los primeros meses de vida. Muchos de estos micronutrientes son escasos en la Leche. Los Macronutrientes no son un problema. Proteínas, grasas e hidratos de carbono están en la leche en cantidad y proporción más que adecuadas. Pero antes o después (influyen muchos factores, como la prematuridad, la eficiencia de la placenta, la situación nutricional de la madre durante el embarazo) empieza a tener una carencia de algunos de esos micronutrientes. Surge entonces el instinto de echárselo todo a la boca. Recuerda, el bebé hace las cosas cuando está preparado y lo necesita. Pero a pesar de que lo prueba todo, comer come muy poco. Lo que está buscando ese instinto no es cubrir los Macronutrientes, sino una cantidad muy pequeña pero de una gran variedad de micronutrientes. Para eso sirve que se lo eche todo a la boca, a pesar de que lo expulsa con el reflejo extrusivo. Está coleccionando micronutrientes: Cantidades pequeñas de todo lo que pilla.

El momento que ahora recomiendo para introducir la alimentación complementaria es aquel en que al bebé le llama claramente la atención nuestra comida.

Eso hay niños en los que ocurre a los 4 meses y otros en los que a los 7…

Poner una fecha exacta (6 meses) para el BLW es absurdo: “Hasta los 6 meses menos un día no puede probar nada ¿y al día siguiente puede probar de todo?”.

Algunos lo hacen porque dicen que haciéndolo se defiende la Lactancia Materna Exclusiva. 

Si introduces purés y en un mes tu bebé está tomando 4 papillas al día, claro que te has cargado la lactancia materna. De repente has cubierto el 80% de las necesidades de comida de tu hijo con Alimentación Complementaria. La producción de leche va a bajar en picado. 

Pero si lo haces con BLW, va a probar de todo, pero la cantidad de comida que va a tomar no cubrirá ni el 10% de sus necesidades. Tardará muchos meses, en un proceso gradual, en cubrir una parte significativa de sus necesidades. 

¿En qué orden introducir los alimentos en la dieta de un bebé? Otra alternativa.

Hay tantas guías como pediatras. A modo de ejemplo, para los que prefieran tener una de esas guías en esta web tenéis dos: Una para los niños que hacen lactancia materna y otra para los que hacen lactancia artificial.

Pero os aclaro que aunque presentan un orden «justificado», en realidad hay muy pocos límites reales a lo que debe y cuándo debe introducirse en la alimentación.

Ya no uso listas, porque son un error que genera problemas frecuentes.

Así que os voy a exponer un planteamiento alternativo a esas dos listas para los que escojáis que va más con vuestra forma de ser y especialmente con la del bebé.

Teniendo claro que el objetivo es que nuestro hijo acabe teniendo una alimentación lo más variada posible y que su relación con la comida sea buena, ¿te gustaría que…?

  • ¿…Descubrir alimentos nuevos no sea una lucha sino algo incentivado por su propia curiosidad?
  • ¿…Respetar el ritmo al que él mismo se interesa por los alimentos mientras no haya una causa real para hacer otra cosa?
  • ¿…Que acabe comiendo de forma autónoma y al mismo tiempo tenga una dieta variada y disfrute de las comidas?

Eso es lo que pretende una forma de alimentación llamada Baby Led Weaning. El problema es que la mayoría lo asocia simplemente con la «excentricidad» de alimentar a los bebés sin purés dejando que jueguen con la comida y lo pongan todo pringado para acabar por no comer casi nada.

En realidad consiste en hacer del niño el principal actor de la introducción de la alimentación, aprovechando dos cualidades propias de su edad: La curiosidad y la imitación.

Casi todos los padres que dan sus tomas regladas descubren antes o después que su hijo, que antes tomaba genial los potitos, pasa cada vez más de ellos y sin embargo empieza a pirrarse por nuestra comida. El Baby Led Weaning lo que propone es: ¿Qué problema hay si empezamos por ahí, que es en realidad a donde queremos llegar? Pues eso, no parece muy absurdo. Especialmente cuando no hay un motivo para no hacerlo.

Para que esto funcione es esencial entender que mientras no tengamos un motivo claro para hacerlo de otro modo:

  • La cantidad de comida la marca el niño.
  • En cuanto a la variedad, nosotros ofrecemos variedad y el niño por curiosidad empieza a probar. La única forma en la que inducimos que pruebe alimentos nuevos es ofreciéndolos con más frecuencia.

Los únicos límites temporales en cuanto a variedad realmente justificados son:

  1. No dar antes del año:
    1. Leche de vaca entera. Se suele asumir que a partir del año es cuando la mayoría de los bebés tienen un intestino suficientemente maduro para tomar leche entera. Darla antes puede generar intolerancias con más facilidad. Sí pueden tomar leche adaptada, yogur o queso desde el momento que muestre interés por probarlos.
    2. Miel cruda. En la miel hay con frecuencia esporas de Clostridium botulini. Un germen que en niños pequeños es capaz de producir una intoxicación grave. Es más fácil cuando la flora intestinal no está aún muy madura y cualquier germen como éste tiene más facilidad de crecer. Y mientras la barrera que filtra todo lo que entra en el cerebro es más inmadura. Se considera que el límite a partir del que es seguro darla es en torno al año.
    3. Verduras de hoja verde. Son muy ricas en nitritos y pueden producir una intoxicación. También se recomienda que no tomen mucha cantidad ni con mucha frecuencia durante el primer año de vida..
  2. No dar antes de los dos años:
    1. Cantidades Importantes ni frecuentes de Pescado azul grande y marisco. Son animales que filtran mucha agua y su cuerpo es muy rico en grasa. En esa grasa se acumulan impurezas que por culpa de la contaminación de los mares pueden ser peligrosas. Especialmente los metales pesados son más peligrosos en los niños durante la primera fase del desarrollo cerebral. Se considera seguro darlos por encima de los 2 años. Pueden tomar cantidades esporádicas y pequeñas.
    2. Nada de Huevo crudo. En el huevo puede haber salmonela. Pero en la mayoría de los casos está en escasa cantidad para producir una infección. Nuestro estómago es capaz de destruirla con su secreción ácida mientras no sean muchas las bacterias. Pero los niños pequeños producen menos ácido en su estómago, por lo que una cantidad menor de germen es capaz de producir la infección. De nuevo se habla de los 2 años como la edad segura para tomar merengue, pan mojado en la yema de un huevo frito, o en un huevo semi-cocido (pasado por agua), mayonesa, crema pastelera…
  3. No antes de los 4 años:
    1. Frutos secos si no están triturados y humedecidos. Triturados y humedecidos no hay problema. Aquí el peligro es el atragantamiento. Los frutos secos son la causa más frecuente de muerte por atragantamiento en niños. Y lo son porque cuando nos atragantamos con otras cosas, como pan, galleta, patata frita (otros objetos sólidos que se trituran en fragmentos y pueden aspirarse hacia la vía respiratoria)… son alimentos que en medio húmedo se deshacen. Mientras que los fragmentos de frutos secos se hinchan, de modo que un trocito de 1 mm en el bronquio puede multiplicar su tamaño por 5 y hacer que el niño se ahogue. Pero en cuanto a las alergias, se ha visto que tomar los frutos secos tarde favorece la aparición de alergias. ¿Cómo combinar ambas realidades? Podemos dar frutos secos triturados y humedecidos. Es decir, un bizcocho que en la masa lleve almendra, nuez, cacahuete, avellana… muy molidas no tiene ese problema de atragantamiento. Porque esos frutos secos en la masa han cocido y se han humedecido dilatándose ya. Pasa igual con las salsas que lleven esos frutos secos muy picados y cuezan un buen rato. En estas formas sí es bueno dar frutos secos y cuanto antes.

Quitando estos alimentos, no hay ninguna justificación real para que cualquiera de los demás alimentos no pueda tomarlos un niño de más de 6 meses. Y de hecho se recomienda que para evitar alergias el huevo, o los frutos secos se introduzcan pronto.

Lo que sí es recomendable es que aunque el orden sea marcado por las preferencias del niño, anotemos en algún lugar cuando empezó a tomar cada alimento nuevo. Porque estos datos pueden ayudarnos a identificar alergias si aparecen.

Sólido o puré en la alimentación complementaria

Una de las bases del BLW es dar al bebé alimentos no triturados. 

Lo que el niño muestra interés por hacer es coger todos los objetos (comida incluida) y llevárselos a la boca. 

Siempre cuando sale este tema se plantea el riesgo de atragantamiento. 

Tal como lo explico a los padres:

Antes o después tu hijo gateará y caminará. Dejarás de poder controlarlo constantemente. Y tendrá dientes. 

Si llega a esa situación sin saber manejar los sólidos en su boca el riesgo de ahogamiento sube y mucho.

La pregunta clave es: ¿Prefieres que tu hijo aprenda a manejar los sólidos en la boca contigo delante, o sin ti?

Yo claramente preferiría que fuese con un adulto presente.

Por tanto debemos hacer esa tarea cuando el niño aún no tiene autonomía para desplaces sin control. 

Si queremos además reducir el riesgo de ahogamiento mientras aprende establecemos 3 grupos de alimentos:

  1. Tan duro que no puede partirlo y tan grande que no le cabe en la boca. Con estos alimentos, no teniendo dientes el riesgo de ahogamiento es 0, ya que no puede introducirlos realmente en la boca. Sólo puede chuparlos. Ejemplos: Una manzana pelada entera, una pera pelada entera, Melocotón pelado entero, Ciruela pelada entera…. Trozo grande de pan duro. Filete grande y grueso de carne…. Media naranja cortada y sin pepitas….
  2. Alimentos tan blandos que se deshacen con sólo frotarlos suavemente. Son alimentos que no pueden llegar a la garganta formando un bloque sólido que la bloquee. Puedes atragantarte con ellos como puedes hacerlo con leche, pero no puedes ahogarte. Ejemplos: Sopa de fideos finos bien cocidos, arroz blando bien cocinado, patata cocida muy blanda, zanahoria cocida muy blanda, lentejas tan cocidas que se deshacen fácilmente….
  3. Por último, a evitar al principio: Alimentos que pueda partir, pero cuesta deshacer. Cuando veo como imagen típica de BLW los “fingers de manzana” (tira de manzana en forma de dedo), la verdad. Una tira de manzana puede partirse. Y si ese trozo está duro y se va hacia la garganta puede ahogar a un niño. De hecho la manzana es el alimento con el que hay más atragantamiento haciendo BLW. 

Lo normal es empezar con los alimentos del grupo 1 y 2. Y dejar los del grupo 3 para cuando el bebé lleva ya semanas practicando con los dos anteriores. El grupo 1 y 2 pueden iniciarse cuando aún tiene reflejo extrusivo. El 3º grupo sí tiene sentido que se haga cuando desparezca ese reflejo extrusivo, ya que su desparación indica que el bebé se considera preparado para tragar sólidos.

Lo mejor es que sea capaz de manejar todos los sólidos antes de que tenga dientes y autonomía para explorar por su cuenta.

Evitar malos hábitos alimenticios

  • Evita los alimentos «de consumo». Llamo así a aquellos alimentos que no existían hace 100 años y todos ricos en azúcar: Zumos con leche, yogur de sabores, bios, petit, yogures líquidos para subir las defensas, chuches en general, gusanitos en particular, ketchup….
  • No entretener a los niños (televisión, móvil, tablet…) para que coman. Que coma si tiene hambre, y si no, lo hará en la comida siguiente. Pero no lo conviertas en un comedor pasivo: Zombi embobado que engulle porque le das mientas está distraído en otra cosa.
  • No uses la comida como forma de entretenerlo. No le des el trozo de pan o la galleta cuando está aburrido, no quiere ir en el carro o llora sin más. Las necesidades afectivas se alivian con afecto, no con comida. Si sustituyes afecto por comida acabará teniendo un circuito inconsciente que le dirá: «La ansiedad se quita comiendo» = Obesidad.
  • No pelees con tu hijo para que coma un poco más. Sólo conseguirás hacer desagradable la comida y transformar la comida en lo que no es: Un elemento de juego, disputa o pieza de cambio para otros problemas.

Con esto creo que podéis abordar esta aventura. Todo lo demás que suele decirse es complicar lo que no tiene más ciencia. Hay mucho de tradición pasada de persona a persona en cuanto a cómo hacerlo que no tiene ninguna justificación. Os animo a que en nuestra comunidad de Facebook comentéis vuestra experiencia y las recomendaciones que os han hecho en vuestro caso.

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Problemas en el Habla de un Niño

problemas del habla en niños

«Estimulación correcta del habla. Qué hacer y qué no hacer. Desde qué edad. Cómo detectar problemas como la dislexia y cómo actuar si aparece».

Esta pregunta de una madre, propuesta como Peketema a través de nuestra comunidad de Facebook, es la que intentaré responder con el artículo que lees.

Cuando tratamos del habla o el lenguaje en niños estamos en uno de los temas clave del desarrollo. Los seres humanos nos caracterizamos entre otras cosas porque podemos comunicarnos de forma más elaborada que el resto de animales. Y el modo básico de hacerlo es el lenguaje hablado.

En la actualidad hemos desarrollado otras muchas alternativas, desde el lenguaje escrito hasta la lengua de signos…. La forma en que estás leyendo este artículo es una muestra más de lo importante que es para nosotros la comunicación y hasta qué punto hemos desarrollado soluciones que la faciliten.

Valorar si el desarrollo del habla es normal en un niño

Como en otras adquisiciones del desarrollo, el habla no es algo que se logre un día determinado. Por eso preguntas del tipo «¿Con qué edad debería preocuparme si mi hijo no habla?» no tienen sentido. Es todo un proceso con muchos escalones. Y cada niño sube esos escalones a un ritmo que es totalmente personal, porque son muchas las causas que pueden influir en el proceso.

Para evaluar de forma algo más objetiva esta evolución del habla se han diseñado muchas escalas. Son formas gráficas de ver el resultado de una estadística. Tomamos los pasos más significativos del desarrollo del lenguaje y vemos a qué edad lo desarrolla un volumen importante de niños.

En función de los resultados, establecemos cuál es la edad en la que han alcanzado ese punto el 25% de los niños, el 50%, el 75% y el 90% de ellos.

Escala de hitos precoces de desarrollo del lenguaje

Esta que os muestro aquí, en Inglés es la de la Sociedad India de Desarrollo Pediátrico. Como veis tiene arriba y abajo una escala que corresponde a los meses de vida del niño.

Y divide los hitos del Lenguaje en tres escalas: Expresión sonora, Recepción sonora y Visual.

Cada uno de esos hitos como veis tiene una franja de tres colores. La franja blanca comienza en la edad en la que el 25% de los niños ya lo ha alcanzado. La franja gris va de la edad en la que lo ha alcanzado un 50% de los niños hasta que lo hace el 75% de ellos. Y la franja negra va hasta que lo consiguen el 90% de los niños.

Hay que entender esto bien. Hay un 10% de niños sanos (sin problemas y que acabarán desarrollando bien el lenguaje) que por encima de la edad en la que acaba la franja negra no han cumplido con ese hito concreto.

Por lo tanto, que se supere esa edad sin alcanzarlo no implica que tenga un problema necesariamente. Pero sí que debería ser valorado por un especialista. Especialmente si no es uno sólo de los hitos, sino varios.

Una duda frecuente ¿Si hay varios idiomas en el entorno del niño, retrasa el inicio del habla?

No tiene porqué. Que un niño se relacione de forma precoz con cualquier idioma favorece su comprensión, porque desde una etapa precoz se van adecuando sus estructuras nerviosas a la comprensión de esa lengua.

La capacidad de asimilara simultáneamente varios de esos esquemas es muy alta.

En mi opinión, ni debe obsesionarnos buscar el bi o trilingüismo en un bebé. Ni debemos limitarlo. Si en su entorno de forma natural hay familiares con diferentes lenguas veo absurdo evitarlo. Y si no los hay también resulta un poco absurdo forzarlo.

Hay niños con un sólo idioma en su entorno que hablan tarde y niños bi o trilingües precoces en el habla. Sin que una cosa o la otra nos tenga que preocupar especialmente.

Estimulación correcta del habla en un niño ¿Qué hacer y qué no hacer?

Hay dos situaciones diferentes:

  • Corregir un problema cuando ya lo hemos diagnosticado.
  • Estimular en un niño normal sin problemas el desarrollo del lenguaje.

Y a mi parecer el planteamiento es totalmente diferente.

Corregir un problema cuando ya lo hemos diagnosticado.

Una vez que un especialista valora que realmente un niño puede tener problemas con el desarrollo del lenguaje suelen seguirse una serie de pasos:

  • Valoración por el neurólogo infantil para estimar si la alteración del lenguaje es algo aislado o va acompañado de otros problemas.
  • Valoración por el ORL para ver si hay algún problema de audición. Este es el paso previo imprescindible. Porque desarrollar el lenguaje sin escucharlo es complicado.
  • Valoración y tratamiento por el Logopeda. Es el profesional que trata los problemas del lenguaje.

Estimular el desarrollo del habla en un niño normal sin problemas.

Vuelvo a aclarar aquí mi planteamiento frente a la estimulación precoz en niños sanos:

Un niño sano no necesita medidas especiales que estimulen su desarrollo. El desarrollo cuando no hay problemas se produces de forma espontánea en condiciones normales sin hacer nada especial.

Ejemplo de cosas que suelen decirse cuando un niño parece tener un habla menos desarrollada que la de otros niños de su edad:

«Si tu hijo no habla, no le des lo que pida cuando señala algo, dile el nombre del objeto y no se lo des hasta que lo repita él».

Me parece absurdo por lo siguiente. Veo dos opciones:

  • El niño tiene capacidad de hacerlo. Si la tiene, ¿qué interés tenemos en obligarle a hacerlo «ahora»? Acabará haciéndolo de forma espontánea. Y obligarle a hacerlo en este preciso momento sólo genera un conflicto innecesario.
  • El niño no puede hacerlo aún. Cuando no tiene aún capacidad de hablar, esa actitud sólo puede generar frustración en niño.

Lo que tiene sentido es hacer una valoración adecuada de la situación del niño, detectar si existe realmente un problema o no y una vez identificado, si el problema existe, poner las medidas adecuadas.

La «dislexia» como ejemplo más frecuente de problema del habla en niños.

Dislexia es en realidad «dificultad para leer». Pero mucha gente lo usa para referirse a los problemas que algunas personas tienen para pronunciar ciertos sonidos. Y a eso se refería la consulta realizada por la madre en Facebook.

En realidad son dislalias, o alteraciones en la pronunciación de fonemas. Posiblemente en español la dislalia más frecuente sea la dificultad para pronunciar la r.

En la mayoría de los casos hay un problema anatómico que ha llevado a esta situación:

  • Frenillo.
  • Hipertrofia adenoide o amigdalar.
  • Una alteración dentaría.
  • Paladar ojival.
  • Falta de fuerza o agilidad en la lengua y labios.
  • Problemas de audición que hace que no pueda reproducir un sonido porque no se escucha adecuadamente.

Ante esta situación se actúa en primer lugar resolviendo la causa orgánica que tenga solución y tras resolver lo solucionable hay que hacer ejercicios que recuperen la movilidad y la fuerza de lengua, labios y musculatura de la boca.

Son problemas que tratados adecuadamente tienen solución. Por lo que como en otros casos, no es cuestión de «preocuparse» sino de consultar al profesional que pueda valorarlo adecuadamente y os recomiende la mejor forma de actuar en cada caso.

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Escolarización, apego, socialización y circunstancias familiares

Escolarización, crianza con apego y circunstancias

Consideraciones antes de decidir el momento de escolarización de un niño. Porque hay muchísimos matices a tener en cuenta en cada caso y mucho dogmatismo.

Todos los que ya habéis leído artículos sobre crianza en esta web tendréis claro que soy muy defensor del Apego. Pero también que soy muy pragmático y me gusta derribar dogmatismos.

Cuando leo a algunos defensores del Apego en la Crianza diciendo que un niño debería tener contacto constante con su madre durante los 2-3 primeros años de vida y que hacer lo contrario le perjudica claramente, pienso: «¿En qué mundo vivirá esta gente? ¿Saben lo que decir eso significa en la práctica?»

Sabéis que no me importa pisar callos cuando surge la ocasión y voy allá. Me pondré el chubasquero, porque sé que me va a llover de todo. Podría ahorrármelo no escribiendo este artículo. Pero esta semana una madre me confesaba lo que no era capaz de decir en público. Que quería mucho a su hijo, había decidido criarlo de un modo concreto, pero cada vez más se sentía frustrada como persona y había momentos en los que el pánico se adueñaba de ella si pensaba en su futuro profesional. Hay que hablar de estas cosas y hacerlo con el realismo por delante.

La relación madre hijo

La relación madre-hijo debería estar presidida por el afecto. En esa relación toda madre que se precie de serlo pone en primer lugar las necesidades de su hijo y después las suyas. PERO:

Establecer una relación basada en el afecto hace que tu hijo no pueda estar bien si tú no lo estás. Y esto muchas veces se olvida o se simplifica demasiado.

La mentalidad de las mujeres hoy en día no es la de hace 100 años. Una mujer hoy en día es una persona con aspiraciones de realización personal y profesional.

Cuando se dice tal cual que para hacer Crianza Natural o con Apego hay que asumir que el niño debe mantener un contacto constante con la madre los primeros 3 años de vida y que no hacerlo, escolarizándolo o dejándolo al cuidado de otra persona le hace daño, lo que no se dice, pero va de fondo es: «El sitio de la madre está en la casa con sus hijos».

Esto es muy fuerte. No conozco a ningún defensor de la Crianza Natural que lo diga tal cual, pero lo están diciendo de forma subliminal.

A alguno cuando se le ha planteado de forma directa ha tenido «los santos Coj… » de soltarle a esa madre: «Tú sabrás qué es más importante para ti, si tu hijo o tu trabajo.»

¿Qué significa para una mujer dedicar a su hijo todo su tiempo durante los 3 primeros años de vida?

¿Qué implica si tiene 2 ó 3 hijos? ¿En el mundo actual? ¿Con la realidad laboral que tenemos? Con todas sus letras y de forma cruda: Su muerte profesional.

Ante eso muchas mujeres que intentan compatibilizarlo buscan opciones:

  • Un trabajo en casa que le permita seguir activa mientras cuida de su hijo. Con un horario flexible y sin tener que separarse de él. Pero la realidad es que no todas las profesiones permiten hacer esto. Y que muchos hijos mientras tengan a su madre a su lado demandan una atención constante que hace muy difícil la ejecución de cualquier trabajo.
  • «Sacrificarse por el bien de su hijo». Pero ¿cómo puede no afectar al bienestar de su hijo que se sienta frustrada? ¿Por qué cargar al niño con la responsabilidad de que su madre abandonase una profesión que le gustaba y le ayudaba a sentirse realizada como persona? ¿Cómo puede ese sacrificio no afectar al niño? La relación madre hijo es tan fuerte que una renuncia siempre afecta a ambos.
  • Volver al trabajo dedicando a su hijo todo el tiempo que puede fuera de él. Se plantee como se plantee es la opción mayoritaria. Pero para muchas mujeres va acompañado de una carga de culpabilidad que no tendría por qué estar implícita.

Circunstancias en cada caso

Hay familias donde ni se plantea la elección. ¿Qué pasa cuando los únicos ingresos provienen de la madre? ¿O cuando son tan escasos los generados por padre y madre que necesitan trabajar ambos?

¿Qué pasa cuando una madre lleva muchos años intentando desarrollar un proyecto profesional? ¿Es lógico que no tenga hijos? ¿Que si los tiene tire todos esos años de esfuerzo por la borda? ¿O que intente compatibilizar ambas facetas de su vida que la hacen una persona completa?

¿Quién tiene derecho a juzgar esas circunstancias estableciendo formas correctas o incorrectas de hacer las cosas? ¿Quién tiene derecho a revestir de culpabilidad una decisión u otra?

Escolarización

Una vez leí un libro en el que se explicaba desde la óptica de la Crianza con Apego lo que significa para un bebé «ser abandonado por su madre en la guardería». Tal como se describía era algo así como «ser una hija de pu.. egoísta que ha decidido que es más importante su realización personal que el bienestar de su hijo». ¡Ya vale!

Quien plantea como elección «¿Quieres a tu hijo o a tu trabajo?» está planteando una dicotomía que es falsa. Y o lo hace de forma consciente o es tan inconsciente que lo hace sin plantearse el daño que puede causar.

Podemos despotricar sobre lo absurdo de una baja maternal de sólo 4 meses, o sobre la discriminación que se quiera o no causa a nivel laboral el hecho de que la baja no sea obligatoria para el padre como lo es para la madre. Vamos camino de solucionar esto por fin…

Pero plantear como elección trabajo o amor a tu hijo. ¿Y si quitamos el sesgo hacia la madre y planteamos que ambos deberían dejar de trabajar si de verdad quieren a su hijo?

¿Y de qué vivimos?

Está claro que si ambos padres tienen necesidad de trabajar en un horario ampliado para sobrevivir lo razonable sería no tener hijos. Porque ¿quién los va a criar? Pero no es la situación habitual. Lo normal es un trabajo en el que tienes parte de tu tiempo al día trabajando (7-8 horas) y el resto en casa con tu hijo.

Pero para hacerlo compatible hace falta que alguien cuide del niño durante esas horas de trabajo. Porque la mayoría de los empleos no permiten tener al niño contigo.

Ante eso se puede tirar de familiares, generalmente los abuelos. Pero muchos para lograr ese trabajo han tenido que alejarse de su familia y no disponen de nadie que lo haga.

La opción real en muchas familias es trabajar y niño a la escuela infantil o no trabajar.

Ante esta disyuntiva muchos parecen plantear la escolarización como una especie de campo de concentración en el que los niños son abandonados llorando a su suerte durante las horas que están allí. Pero conozco muchos trabajadores de estos establecimientos. Son personas que están ahí por vocación, que no cuidarían mejor de su propio hijo de lo que lo hacen con los de los demás. Esto no tiene porqué ser algo negativo en absoluto. Implica que escojas y busques una guardería en la que te convenza su profesionalidad, su carácter y de verdad sientas que quien va a cuidar de tu hijo lo hace más por su vocación y compromiso que simplemente por cobrar un sueldo. Hoy en día diría que son mayoría.

Parece que no tener constantemente a su madre atendiendo sus necesidades fuese un problema y que una cuidadora que debe entender a varios niños no puede suplir eso de forma adecuada. Pero es que entonces yo debí acabar fatal. A mí me crió mi madre hasta los 3 años en casa. Pero con 6 hermanos más. ¿Qué tiempo podía dedicarme a mí en exclusiva? Muy poco. Pero yo jamás me he sentido poco amado o atendido por ella. El resto del tiempo interactuaba con mi padre y mis 6 hermanos. Lo mismo que esa interacción me enriqueció, una buena escuela infantil puede enriquecer la vida de tu hijo. Tener más personas a las que querer y que te quieran no resta, sino que suma.

Como en otros muchos aspectos, también aquí tendemos a sobre proteger a nuestros hijos mucho más de lo que se ha hecho nunca y de lo que necesitan. Incluso hasta el punto de perjudicarlos.

Tenemos miedo a que pillen infecciones en el Colegio, sin pensar que el sistema defensivo de nuestro hijo está totalmente preparado y que nunca hemos tenido más medios para combatir las infecciones si es necesario que en la actualidad. Al final ese miedo hace que el sistema defensivo en lugar de actuar contra las infecciones genere alergias. Piensa lo siguiente: Las infecciones se van, las alergias se quedan.

Algo similar pasa con las emociones. Vemos al niño como alguien totalmente indefenso y sin recursos emocionales. Pero lo normal nunca ha sido que los niños se criasen como reyes de la casa con dos o más adultos pendientes en exclusiva de sus necesidades. Ya te he contado lo que es una familia numerosa, que antes era lo normal. Pero ¿qué era una tribu? Papá y mamá no estaban permanentemente con el niño. Papá cazaba, mamá recolectaba y mucho tiempo los niños estaban todos juntos cuidados por los ancianos de la tribu.

Una pieza esencial en la maduración emocional es la interacción entre iguales de forma libre y no supervisada de forma estricta por “superiores”.

Nos preocupa pensar cómo lo pasará nuestro “Rey” cuando llegue al Colegio.

La realidad es que cuando entran 15 “Reyes” en una habitación, se proclama la República. Y eso no es nada negativo.

Con 7500 millones de habitantes en este planeta crecer creyendo que eres el centro del Universo es un “regalo envenenado”, del que algunos no se recuperan nunca. Tu hijo está preparado para seguir siendo especial, pero uno más….

Otro aspecto importante: Estímulos cambiantes

Muchas madres en la consulta que están las 24 horas del día con sus hijos de 2-3 años me dicen que están agotadas. Un niño necesita estímulos para desarrollar su cerebro. Es un necesidad tan básica como comer o dormir.

Y la clave es que tienen que ser cambiantes. No vale siempre lo mismo. Con 2-3 años los niños tienen su casa tan trillada que la única forma de recibir esos estímulos es que su madre o padre esté las 24 horas del día generándolos o pasar todo el día en la calle explorando. Si nos quedamos en casa un día porque llueve, por ejemplo, está irritable y lo pasa fatal…. Lo que te está diciendo tu hijo es que tu capacidad de darle estímulos está al límite y a él no le cubre su necesidad. Muchos de estos niños no sólo no lloran cuando van al Colegio, sino que les encanta y lo piden los fines de semana….

Así que dejemos de ver necesidades inexistentes y apreciemos lo que de positivo tiene salir de la zona de confort.

Valora tus propias circunstancias.

Si puedes cambiar un trabajo que no deja nada de tiempo por otro que te libera, puede ser una opción.

Intentar que el tiempo que estás con tu hijo se lo dediques realmente a él es positivo.

Pero no caigas en la trampa de plantear el amor a tu hijo como un altar en el que inmolarte como persona. Porque no es una carga que tu hijo tenga por qué soportar ni algo que vaya en favor de su bienestar. Simplemente te empobrecerá como persona y dañará a tu hijo a través de ti.

Si realmente dedicar toda tu vida a él es lo que te hace sentir plena, adelante, pero que no sea así no te hace peor madre.

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¿Necesita un niño aprender a dormir?… Entre el Colecho y Dejarlo Llorar…

Alternativas para descansar.

Es uno de los puntos clave de conflicto entre modelos de crianza de las últimas décadas. ¿Enseñar a dormir o dejar que evolucione sólo? En esta guerra hay muchos heridos, entre los cuidadores y los niños… Como tantas veces es cuestión de matices y de ir más allá de ideas simplistas.

Hay tantos modelos de crianza como familias. Incluso dentro de cada familia hay tantos modelos como cuidadores. Es más, una misma persona no cría a su segundo hijo igual que al primero…

Pero hay tendencias, y las personas que buscan información sobre cómo criar a sus hijos se ven influidas por esas tendencias.

Cuando hablamos de sueño infantil en los primeros años de vida hay dos modelos que son los más difundidos:

– Crianza con Apego.

– Crianza Conductista.

Crianza con Apego

¿Pero, es que hay Crianza sin Apego? El contacto, el afecto, la seguridad, son necesidades básicas de cualquier persona. Y especialmente en la infancia. Criar sin Apego es como criar sin comida… El Apego es el alimento emocional, tan necesario o más que el físico.

La Crianza con Apego puede enmarcarse como la parte emocional de la Crianza Respetuosa.

¿Y qué es la Crianza Respetuosa?

Cuando la Pediatría empezó como especialidad intentó hacerlo lo mejor posible. Pero estaba empezando, y como todo novato, los primeros pediatras tenían una seguridad basada en la ignorancia. 

Su trabajo fue tan bueno como era posible…. Si por ejemplo vemos cómo ha bajado la mortalidad infantil en un siglo, es algo increíble.

Pero se empezaron a poner normas a diestro y siniestro cuando aún no se comprendía lo que había. Se regulaba todo sin entender antes qué era lo que ocurría sin intervención del “experto” de forma espontánea tras un proceso de selección natural de miles de generaciones.

Para argumentar se usaban estadísticas. Porque se pensaba que “todo lo que no puede convertirse en matemáticas, no es ciencia”.

Si por ejemplo, el promedio de horas de sueño de un bebé es de x horas con x meses, debías forzar a tu bebé a dormir ese número de horas. Cuando en realidad ni uno sólo de los niños de esa muestra dormía todos los días el mismo número de horas.

Esta forma de entender las cosas genera una ansiedad en los padres que convierte en patológicos a todos los niños. Porque el que se ajusta más o menos en las horas de sueño a la media no lo hace en la comida, y el que lo hace en lo anterior no lo hace en las adquisiciones motoras. No hay niños de media en todo. De hecho no los hay de media en nada. Porque somos seres vivos con capacidad de adaptación en un ambiente cambiante. 

Tras décadas de aplicación de esas normas ha surgido una nueva tendencia en Puericultura muy crítica con la anterior que se basa en comprender primero y si acaso mejorar después.

Hay quien se queda sólo en comprender primero y aceptar como fatalistas que nada podemos hacer.

Así, en el tema del sueño hay libros que te explican genial la Antropología del Sueño Infantil, lo que es sin duda el primer paso necesario.

Te resumo:

Es normal que un bebé en las primeras semanas de vida coma y duerma a un ritmo uniforme durante el día y la noche.

En los primeros meses, la melatonina va marcando un ciclo circadiano que hace que poco a poco se espacien las tomas en la noche, descansando más.

Durante el día el bebé busca mucha comida, muchos estímulos y algo de descanso cuando no puede más. Por la noche descansa mucho y pide algo de comida y estímulos cuando el nivel de estos ya está demasiado bajo.

De modo que en torno a los 4 meses la mayoría de los bebés duerme con 1-3 tomas en la noche.

Pero de repente sucede un cambio radical entre los 4 y 7 meses: Bebés que dormían toda la noche con 1-3 despertares pasan a despertarse 5-10 o incluso más veces.

Y lo hacen con un patrón muy definido: Un ciclo de sueño algo más largo de entre 3 y 5 horas en la primera parte de la noche, y ciclos cortos de en torno a una hora o menos durante la segunda parte de la noche.

¿Por qué ocurre esto?

El cerebro va madurando. Y lo hace siguiendo un esquema que es resultado de la evolución de nuestra especie.

Cuando el bebé crece llega un momento que sus conductas se van haciendo más complejas:

– Un bebé pequeño de menos de 3 meses generalmente necesita para dormir que su necesidad de comida y estímulos esté cubierta. Cuando lo está se duerme sin más.

– Cuando el cerebro madura va formando circuitos cada vez más definidos. En la etapa anterior, día tras día se ha dormido mientras recibía estímulos y alimento hasta saciarse de ambos. Lo que ocurría en brazos de quien le cuidaba. Ese circuito se va afianzando hasta llegar un momento en que pasa a ser el mecanismo de elección para dormir.

– Al Crecer, el sueño también se va haciendo más complejo, las fases de sueño y sus funciones van definiéndose y especializándose. Y en torno a los 4-7 meses ya hay un ciclo de sueño más profundo y reparador, y tras completarlo, ciclos cortos más superficiales.

– Si juntas ambos conceptos, cada vez que sale de un ciclo de sueño, necesita entrar al siguiente. Pero su forma de volver a dormirse es un ritual definido: Recibir Estímulos y/o Comida de quien le cuida. Por lo que pide ayuda para completar ese ritual. Es un Ritual de Sueño Dependiente. 

No necesita la comida porque tenga hambre, sino porque es parte de su ritual de sueño.

Rituales de Sueño Independientes

Todos antes o después desarrollamos Rituales de Sueño que podemos realizar sin ayuda de nadie.

Hay bebés que con esos 4-7 meses siguen durmiendo la noche con menos de 3 tomas. Incluso con ninguna.

Esto es porque ya tienen un Ritual de Sueño Independiente que le permite volver a dormirse entre ciclo y ciclo de sueño. Esos ciclos los tiene como el que se despierta 10 veces, pero cada vez que se despierta vuelve a dormirse sin pedir ayuda.

Y pasa igual en niños que toman pecho o biberón. Hay quien dice que ese ritmo tan intensivo de tomas es necesario para mantener la lactancia materna. No es cierto. Hay niños que toman pecho durante años tomando 1-2 veces por noche. El pecho ajusta su cantidad y ritmo de producción a la pauta con la que es vaciado.

Y aquí es donde llegan las discrepancias en los modelos de crianza:

– Hay quienes defienden Esperar a que esos Rituales de Sueño Independiente aparezcan de forma espontánea. Y mientras tanto, para facilitar el paso entre ciclos de sueño facilitemos al niño el acceso al alimento y los estímulos metiéndolo en la cama de los padres: Colecho.

– Y quienes creen que es necesario Acelerar la adquisición de esos Rituales de Sueño Independiente para mejorar el descanso de la familia.

Unos preconizan el respeto a los ritmos del bebé, otros el descanso de los padres…

¿Cuál de los dos creo que se equivoca? Creo que los dos y ninguno.

¿Qué te recomiendo yo? Que primero respondas a una pregunta….

Sin tener en cuenta tus preferencias “filosóficas”

ni la idea preconcebida de cómo te gustaría resolver esta situación,

cuando ya estás frente a ella,

en esa edad en la que cambia el patrón de sueño (4-7 meses),

¿DESCANSÁIS TODOS BIEN?

Por un lado está el sueño del bebé

Un bebé que se despierta 10 veces en la noche y recibe los estímulos y alimento necesarios para completar su Ritual de Sueño Dependiente, descansa bien. Aunque se despierte 10 veces.

Evidentemente si cada vez que se despierta los padres se resisten a colaborar en su ritual y lo tienen un rato llorando hasta que ceden, su calidad de sueño y de vida, ya no es buena….

Por otro lado está el sueño de sus cuidadores

Cuando unos cuidadores deciden probar el Colecho para facilitar esa labor hay varias posibilidades:

  1. Que funcione. Hay cuidadores que escogen el Colecho y además lo disfrutan. Muchas madres me han dicho a lo largo de mi vida profesional que cuando notaron este cambio pasaron al bebé a la cama a su lado, empezaron a dormir a pecho descubierto y que el bebé se agarra al pecho y mama cada vez que lo desea. Que ella ni se entera y todos duermen genial.
  2. Que ni se intente. Hay cuidadores que rechazan de entrada el Colecho. Les da miedo, no lo desean, están convencidos de que es contraproducente…. No son pocas las familias en las que una diferencia de criterio respecto a esto genera conflictos de pareja muy serios.
  3. Que se intente, y no funcione. No todos tenemos la misma facilidad para dormirnos. Hay cuidadores con el sueño ligero, que ante cualquier ruido o movimiento del bebé se despiertan. Y a los que cuesta mucho dormirse de nuevo. Descansar bien con un bebé al lado cuando esto ocurre es labor imposible.

Las familias del primer grupo asumen que el bebé acabará desarrollando un Ritual de Sueño Independiente cuando esté preparado para ello y mientras tanto hacen Colecho.

Pero ¿Qué le toca a los del 2º o 3º grupo?

Para muchos defensores de la Crianza con Apego, la prioridad es la necesidad del bebé y toca convencer a los cuidadores del 2º grupo de que se equivocan y prueben el Colecho.

Pero ¿y si los convencemos de que no hay nada perjudicial en el Colecho, lo prueban y son del 3º grupo?

¿Qué hacemos con las familias que descansan fatal haciendo Colecho?

Para algunos, de nuevo el Apego manda. Es una necesidad básica del bebé y toca que los cuidadores “se sacrifiquen”.

Y aquí llega el matiz.

Si defendemos el Apego, ¿no debemos defender la Calidad del Apego?

¿Es lo mismo para un bebé recibir estímulos emocionales de unos cuidadores descansados y de buen humor, que de unos zombis cabreados? Claramente no….

Cuando la mala calidad de sueño durante meses o años pone en serio peligro la convivencia familiar, ¿no estamos perjudicando de forma evidente el desarrollo emocional del bebé? 

Podemos dar todos los argumentos Antropológicos que queramos para justificar que el Colecho es la solución, pero si el resultado en una familia es una mala calidad de sueño, no dejan de ser Disertaciones Bizantinas…

La realidad es que si el Colecho no funciona debemos ofrecer alternativas, o todos saldrán perjudicados. Incluido el bebé. De hecho, especialmente el bebé, que es el que más puede verse afectado en su futuro desarrollo emocional. 

Y aquí entran en escena los “métodos para Aprender a Dormir Sólo”

Que sí, que queda muy guay un eslogan en plan “tu bebé no necesita que le enseñes a dormir, como no necesita que le enseñes a respirar”. ¡Qué ocurrente! ¡Qué bueno! Está genial si te dedicas a Publicidad o eres Humorista… Pero ¡es que no duermen!

¡Que hay familias que llevan meses con noches desastrosas!

Que lo último que necesitan es un chiste o que les digas que el problema es suyo y no descansan por culpa de sus prejuicios contra el Colecho.

Parece que los profesionales, cuando no somos capaces de ofrecer alternativas a los cuidadores, en lugar de ampliar nuestro conocimiento y flexibilizar nuestras ideas, tendemos a culpabilizarles a ellos. Y nos quedamos tan a gusto…

Es que es muy gratificante estar en el lado ganador. Cuando se ve esta discusión como una cuestión de Dialéctica, de lucha de ideas, de a ver qué tendencia gana, las medias tintas no venden.

A mí me han dicho a veces que lo mismo piso un charco que el contrario. Sería más fácil decantarse por uno sólo de los bandos, coger la bandera y a aplastar a los contrarios. Se siente uno tan bien portando una bandera con miles de seguidores incondicionales detrás apoyándote….

Pero es que “en todos los charcos” hay familias que necesitan ayuda, y los “contrarios”, a los que pretendemos aplastar, son familias que tienen tanto interés en criar bien a sus hijos como tú. Y que no lo están consiguiendo con tu método.

Yo no tengo ningún interés en alzarme con el trofeo de “hemos aplastado al contrario”. Porque ese contrario son familias y sus bebés.

Así que sí. Lo natural es el Colecho.

Si no lo has probado, te recomiendo que lo hagas.

Pero si no te funciona hay Alternativas.

Y son mejores que un Colecho que no funciona, porque todos necesitamos descansar. Y si no descansas vas a perjudicar a tu hijo, por mucho espíritu de sacrificio que tengas.

Lo que pasa es que hay “alternativas” y Alternativas.

¿Has oído hablar del método Estivill?

Pues no lo apliques. Se puede conseguir lo mismo sin dejar llorar a tu hijo.

El problema no es modificar el Ritual de Sueño. Como has leído ya, creo que es algo muy necesario a veces.

La cuestión es que no hace falta dejar llorar a un niño para hacerlo. Se puede hacer un Cambio de Ritual sin llorar.

De hecho el propio Estivill está revisando su propio método (¡ya era hora!).

Ya publiqué en Junio de 2013 este artículo expicándote “Cómo enseñar a un bebé a domir sin dejarle llorar”.

O si prefieres ver una visión de conjunto más completa y en papel puedes hacerlo en mi libro:

Crianza Respetuosa.

Gracias por leer más de 2200 palabras para entender mi visión sobre este tema. Sé que la mayoría de la gente prefiere una explicación sencilla y breve.

Pero la verdad está en los matices.

Te agradecería que compartas este artículo, porque las visiones simplistas en este tema están haciendo mucho daño.

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Berrinches a la hora de comer a los 2-3-4 años

Rabietas o berrinches con la comida 2 3 4 años

Si cada comida es una pelea con tu hijo preescolar (2, 3, 4 años) te explico lo que está fallando y cómo solucionarlo sin que vuelvas a pelear y mejorando la alimentación de tu hijo.

Respuesta a la petición de Peketema de esta semana de Gandy en nuestra comunidad de Facebook: “Cómo lidiar con los berrinches de nuestros “adolescentes” de dos años a la hora del almuerzo.”

Los terribles dos años, la época de los berrinches, las rabietas… es un gran desafío para las familias. De repente descubres que tu bebé tiene carácter. Y ¡vaya si lo tiene!

Cuando un bebé es pequeño y se habla de educación, suelo decir a los padres que:

Al bebé se le atiende, al niño se le educa además de atenderlo.

Os lo explico:

Los bebés tienen un cerebro muy básico con capacidad de expresar necesidades biológicas. Si está incómodo, tiene hambre, frío, dolor, falta de estímulos, afecto…. Llora. Y en cuanto suples su necesidad o alivias su molestia deja de llorar.

Un niño ha desarrollado su cerebro y es más complicado. Se parece más a nosotros: Tiene preferencias, deseos y herramientas más elaboradas para lograrlos.

Cuando un niño que ya tiene capacidad para pensar, prever y elegir quiere algo, lo pide. Y si se encuentra una negativa, pone en marcha una serie de estrategias para alcanzar su objetivo.

Empieza haciéndolo con lenguaje, a veces hablado y a veces con gestos.

Pero si hay una negativa reiterada se frustra y manifiesta esa frustración mediante lo que llamamos rabieta, berrinche…

Es cuando empieza esta etapa cuando tiene sentido plantearse la educación de nuestro hijo.

Educar es:

Evitar que tenga acceso a aquello que le perjudica.

Promover conductas que le permitan adaptarse mejor a la sociedad, evitando aquellas que dificultan la adaptación.

Que un niño haga rabietas con estas edades no es un signo de que esté mal educado.

Simplemente está probando conductas innatas para ver las que le permiten adaptarse mejor a su entorno.

La rabieta y la violencia son conductas innatas. Hubo épocas en las que mejoraban la supervivencia de los niños:

El niño violento o que hacía rabietas sobrevivía frente a que no lo era si había 10 niños y comida para 4….

Pero hoy en día preferimos que usen herramientas diferentes, como la inventiva, la oratoria, la colaboración, el pacto, ser zalamero… Son conductas mejor aceptadas y que permiten conseguir los objetivos de forma “correcta” en nuestra sociedad.

Desde esta idea, ahora vamos con la comida.

Hay una serie de ideas erróneas que suelen generar peleas con la comida:

– Come poco.

– Si no le insisto no come.

– Tiene que sentarse a comer.

Voy comentarlas una por una.

Mi hijo come poco

¿Tiene tu hijo actividad para agotarte a ti y todo el vecindario?

Si es así, ¿de dónde crees que saca tanta energía?

La etapa preescolar, comparada con la de lactante es una fase de crecimiento lento, tanto en peso como en talla:

En el primer año de vida se sube alrededor de un 50% la talla y un 200% de peso.

En los 3 años siguientes se gana en torno a un 10% de talla y un 25% de peso cada año.

Como veis hay una diferencia muy evidente. Esto significa muchos menos recursos necesarios para crecer. Por lo que muchos preescolares comen menos que cuando eran bebés.

Si esto no se entiende empezamos a hacer cosas para aumentar a costa de lo que sea la cantidad de lo que come.

Pueden pasar dos cosas:

Que el niño pelee para no comer más y lo consiga, en cuyo caso tu sigues con la pelea, generando una relación cada vez peor con la comida.

Haciendo berrinches cada vez que toca comer.

O que ganes tú y generes sobrepeso.

Ambas opciones son malas.

Pasamos entonces a la segunda, ¿nos creemos de verdad “Es que…?

“…Si no le insisto, no come.”

Yo suelo poner un ejemplo aquí: ¿Habéis tenido mascota alguna vez?

Yo perro durante 13 años. Y no murió de hambre, a pesar de que nunca le di de comer. Mi labor respecto a su comida consistía en ponerle comida en su cuenco. Él venía a comer cuando quería y cuando no le apetecía no lo hacía.

Tengo claro que mi niño no es menos inteligente que mi perro… No tiene estropeado el instinto de supervivencia, y cuando tiene hambre, teniendo comida a su alcance, no va a pasar hambre pudiendo evitarlo.

Luego, si está sano, no hay niño que pase hambre teniendo acceso a la comida, a no ser……

A no ser que haya cosas que distorsionen su conducta alimentaria. 

Si un niño hace un berrinche con la comida es porque:

– Le estás obligando a comer cuando no tiene hambre.

– Le estás obligando a comer cuando tiene más interés en jugar o lograr estímulos para desarrollar su cerebro.

– Le estás obligando a comer cuando tiene sueño.

– Le estás obligando a comer cuando tiene una molestia que le impide comer.

– Le estás ofreciendo un alimento que no le gusta, y aunque tiene hambre, prefiere comer otra cosa.

En los 3 primeros casos, no pasa nada por que no coma si tiene otra necesidad en este momento. Simplemente, ya comerá más adelante. La próxima comida no va a ser en una semana… No se va a morir de hambre antes de que llegue.

Si hay una molestia es evidente que no es cuestión de insistirle en comer, sino de buscar la causa y tratarla.

Y por último, si es que no le gusta la comida, una comida que antes sí tomaba,  la cuestión es si estamos distorsionando la alimentación ofreciendo cosas ricas en azúcar. Cuando lo hacemos, además de producir obesidad, estamos haciendo que poco a poco rechace aquellos alimentos cuyos sabores son menos atractivos en comparación. En este caso la solución no es pelear para que coma lo que debe. Sino para no darle aquello que no debe.

Recuerda que educar era evitar aquello que perjudica al niño. 

El origen de la disputa otras veces no es sobre si come o no, es la forma en la que come…

No hay forma de que se quede sentado comiendo y voy persiguiéndole con la comida

Para los niños de estas edades, comer es una necesidad que se cubre con facilidad. Con lo que comen un poco y en seguida muestran interés por volver al juego.

Muchos adultos pretenden que un niño de 2-3 años se quede sentado mientras todos comemos y hacemos la sobremesa…. Pero para el niño eso no es un estímulo en el que pueda participar. Así que se aburre y quiere levantarse de la mesa en cuanto se siente saciado. Si es que habíamos logrado sentarle….

Tiempo habrá de que acabe portándose como un “caballerito” o una “dama” en unos años. Pero en esta edad es absurdo.

Asegurado el acceso a comida y a una dieta variada, el principal problema en esta edad con la comida son las conductas a las que llegamos para lograr algo que se consigue sólo: Que coma.

Cuando cada comida es un berrinche, quiere decir que estamos distorsionando tanto la relación del niño con ese momento que no le dejamos otra alternativa.

La solución, especialmente en los peores casos pasa por cambios drásticos. Debemos desvincular de la comida todos esos aspectos emocionales.

Para eso, en niños con autonomía para desplazarse y cuyo interés por la comida es secundario lo mejor es ponerles de comer, no darles de comer. Y nunca pelear por ellos para que coman.

Os lo concreto.

Si a partir de ahora en cada una de las 5 comidas del día (desayuno, media mañana, comida, merienda y cena) tu pones el plato de comida para el niño en una mesa baja a la que pueda llegar cuando el quiera.

El plato del desayuno está a su alcance para que venga y coma cuando quiera. A media mañana lo cambias por lo que tú vayas a comer a media mañana. A medio día lo cambias por los que vayas a comer a medio día…

Y te olvidas de la comida.

Cuando él quiera que se acerque, coma y se vaya a jugar. Al ritmo que se lo marque el hambre.

No le ofreces otra comida alternativa. Hay lo que tú vayas a comer. No hay zumos, batidos, galletas, pan…. Hay comida en el plato.

No le entretienes para que coma, no le das de comer, no peleas con él para que coma.

Es lo que hacemos con las mascotas y funciona.

¿Sabes qué ocurre en el 100% de los casos cuando haces esto?

Ninguno se muere de hambre. 

Alguno pelea para que le des aquellos alimentos ricos en azúcar que tanto le gustan en vez de lo que comes tú y debería comer él. Ante lo que debes simplemente negárselos. Y si hace una rabieta debes tener claro que eran tan malos para él que le generaban adicción. Está desenganchándose.

Haciendo esto la comida deja de ser un momento desagradable en el que me impiden jugar y me obligan a comer sin hambre. Pasa a ser algo a su alcance que busca cuando necesita y come sin tanto teatro.

Deja de ser una negociación en la que regateo un poco de buena comida para conseguir la comida de mala calidad.

Pero sé que hay familias para las que hacer esto es “superior a sus fuerzas”. Estás pensando a corto plazo, en que hoy “no se acueste sin cenar”, y empeorando su relación con la comida. No es eso lo que conviene al niño….

Pasar un mal rato y hacérselo pasar a un niño por no cubrirle una necesidad es absurdo.

Perjudicarle a él y su nutrición por no pasar un mal rato, es malo. Y lo paga el niño con su salud futura.

 

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Quitar el pañal a un niño

Evita los problemas más frecuentes al retirar el pañal a un niño.

 

Quitar el pañal a un niño: Uno de los puntos cruciales en el desarrollo de un niño es cuando dejamos de usar el pañal.

El momento para dar el paso de quitar el pañal a un niño depende de varias cuestiones:

Si el niño está preparado. Esto es fundamental. No todos los niños evolucionan a la misma velocidad. Los padres deben intentarlo con margen suficiente de tiempo y entendiendo que es posible que lo intentemos, no funcione en absoluto, lo hagamos semanas después sin éxito, y las veces que sea necesario. Pero sin agobiarnos ni presionar al niño. Todo llegará.

Escolarización: Se tiene mucha tendencia hoy en día a establecer fechas para todo en el desarrollo de los niños. En este caso el problema para muchos padres es que cuando empiezan el curso con 3 años en el colegio ya no dejan a los niños que vayan con pañal. Y eso quiere decir que en la mayoría de los casos se plantea el tema en el verano previo a ese curso. Pero hay niños que están preparados mucho antes y otros que lo estarán algo más tarde. Tanto padres como colegios deberían ser algo flexibles en esto, y en la mayoría de los casos lo son. El problema para los colegios es el número de cuidadores. Está claro que una maestra no puede encargarse de cambiar los pañales de 25 ó 30 niños.

¿En verano? Como todo en esta vida, lo normal es que al empezar a hacer algo, haya fallos. Eso quiere decir que todos tienen algún escape. Y como en verano se necesita menos ropa y si se moja el niño hay menos problemas con el frío, suele preferirse el verano como momento para intentar retirar el pañal. En muchos casos en centros infantiles se hace sin embargo a lo largo del curso en que la mayoría de niños tiene ya 2 años.

El momento escogido en la mayoría de los casos es el primer verano que el niño empieza con los dos años ya cumplidos.

¿Qué va primero, la caca o el pipí?

El pañal recoge tanto caca como pipí. Para poder quitar el pañal al niño necesitamos que controle ambas.

Lo que más problemas suele generar es la caca. Y suele hacerlo por estreñimiento.

Cuando un niño es privado de su pañal sin estar preparado para hacer caca fuera de él, pueden no hacer. Y pueden pasar los días sin que haga. Al final, llegarán lo dolores de barriga y cuando por fín haga (a veces sólo tras un enema) puede ser caca dura y voluminosa.

Al salir, puede hacer daño. Muchos niños hacen fisuras en el ano. Eso duele. El resultado es que el niño no sabe hacer caca fuera del pañal, pero es que ahora tampoco quiere hacer porque le duele. Esta situación es la peor a la que se puede llegar al quitar el pañal: Una fisura anal.

Por tanto, lo primero es conseguir que haga caca fuera del pañal.

¿Donde poner a hacer caca a un niño al que estamos retirando el pañal?

El wáter de los mayores es para la mayoría de los niños un sitio donde no les resulta cómodo sentarse. El agujero es demasiado grande para su mini-culete. Y tiene la sensación de que van a caerse dentro. Además la altura a la que está no les permite apoyar los pies. Con lo que tienen que mantenerse en equilibrio.

Concentrarse en hacer caca mientras intentan hacer equilibrios y no «caer en el abismo», no es precisamente ponerles las cosas fáciles.

Por eso la mayoría suelen empezar en un orinal, más o menos estrambótico según lo que se le ocurre a los padres que puede llamarles más la atención. Con el orinal, debemos buscar uno con el redondel de un tamaño adecuado para el culete del niño. de modo que pueda apoyarse cómodamente en él. Y que la base del orinal sea lo más estable posible.

Los hay con un sensor que al detectar el pis hacen algún ruido (desde aplausos hasta una canción). Para mí esto es totalmente prescindible. Y no es el primer niño que los padres me cuentan que al sonar el ruido se ha levantado despavorido del orinal y no ha querido acercarse más a él en semanas.

El proceso para retirar el pañal al niño

La primera primavera-verano que el niño tiene ya los dos años (o casi), el objetivo es motivarlo para que nos avise cuando tiene ganas de hacer caca o pipí, que llegue hasta el orinal, y sea capaz de hacer allí.

Con la caca distingo dos grupos de niños:

  • Si el niño tiene una hora en la que habitualmente hace caca, conviene animarlo en ese momento a que pruebre a hacer caca en el orinal, celebrando si lo consigue. Y si no lo consigue, poniendo el pañal inmediatamente, para darle la ocasión de hacer en el pañal si así lo prefiere. Una de las cosas que más ayudan a quitar el pañal es tener un horario más o menos claro.
  • En niños que tienen tendencia a estreñirse y no tiene un horario claro para hacer caca recomiendo lo siguiente: Usar un laxante desde unos días antes de intentar retirar el pañal. El laxante se daría un par de horas antes del momento del día en que deseamos que le de ganas de hacer caca. Conviene que sea una hora a la que habitualmente estemos tranquilos en casa, para que sea un ritmo que podamos mantener de forma regular. El laxante que suelo recomendar es la lactulosa. Y la dosis puede empezarse por 2ml y subir o bajar la cantidad poco a poco (medio mililitro más o menos cada día) según el efecto que le haga. Suele tardar en hacer efecto un par de horas. Cuando veamos que lleva varios días haciendo caca «como un reloj», podemos animarle a que se siente en el orinal para hacer la caca. Si lo conseguimos durante varios días seguidos, podemos ir reduciendo la cantidad de laxante poco a poco al tiempo que insistimos en más fribra en la dieta y procuramos no darle más de medio litro de lácteos al día.

Tenemos que superar 3 pasos:

  1. Detectar cuándo tiene ganas de hacer caca. En principio debemos estar atentos a su conducta para detectar cuándo tiene ganas de hacer. Podemos poner excusas: “Es mejora hacer en el baño para que no huela peste en el salón”. Hasta que llegue el momento que sea él quien nos lo pide.
  2. Que aguante a llegar al baño. Y no se le pasen las ganas.
  3. Hacer en el baño. 

Controlar el pipí durante el día.

Una vez que la caca se controla de forma regular, es cuando podemos probar a quitar el pañal también para el pipí. Para evitar los escapes de orina hay que invitar al niño a hacer pipí cada hora: Poneos la alarma en el móvil, para no olvidarlo. Si lo conseguimos y vemos que aguanta bien cada hora, pasamos a no avisarle antes de la hora y media. Si sigue controlando, lo ponemos cada dos horas… Hasta que llegue un momento que sistemáticamente nos avise.

Si en cualquier momento se ve inquieto, invitadlo a ir al baño y recordádselo como máximo cada 3 ó 4 horas durante al menos los 2 años siguientes.

En ningún caso intentéis esto antes de tener regulada la caca.

La clave en esto es recordárselo con frecuencia.

Controlar el pipí de noche no depende de él.

Aún controlando el pipí de día no debéis quitarle el pañal por las noches hasta que apreciéis que se levanta con él seco casi todas las mañanas. Se considera normal que un niño no controle de noche hasta los 5 años. A partir de ahí se considera Enuresis Nocturna Primaria.

No le quites el pañal de noche hasta que se despierte día tras día con el pañal seco.

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Violencia en la Familia

Maltrato y Violencia en la familia

Hay familias en las que alguien ejerce la violencia. Quienes la sufren a veces se plantean soportarla por los niños. Cuando no deben precisamente por ellos.

¿Qué es una familia?

Una familia existe desde que dos personas sin vínculos previos deciden compartir sus vidas voluntariamente.

A veces fruto de esa unión vienen los hijos. Nuevas personas indefensas que crecerán en esa familia. Para las que serán todo su mundo al principio y una parte de su realidad fundamental el resto de su vida. La familia será su primera escuela. El lugar donde aprenderán algo tan importante como el funcionamiento de las relaciones cercanas.

Pero por desgracia no todas las familias funcionan bien.

En una relación sana de pareja debe haber equilibrio. Un equilibrio en el que ambos aporten en plano de igualdad y reciban también por igual. Especialmente en lo no material.

Siempre que nos relacionamos con otras personas hacemos una especie de intercambio de energía. Cuando en una discusión alguien impone su opinión está absorbiendo la energía de aquél que cede. Visto así es como si fuésemos parásitos de la energía de otras personas.

Pero no es siempre así. Cualquier pareja que está enamorada, cualquier grupo de amigos que funciona, sabe que cuando están juntos hay una relación que hace sentir bien a todos sus miembros. Estas relaciones positivas son generadores de energía. Revitalizan a todos los que participan en ellas.

Existen por tanto dos formas de relacionarse con los demás:

– Generando energía de forma constante que revitaliza a todos. Esto se llama Amor.

– Robando energía al otro, con lo que uno se refuerza debilitando al otro. Esto, que algunos llaman amor, es Violencia.

¿Qué es la violencia?

La violencia no tiene porqué ser física. De hecho, para mí, la peor es la psicológica. En muchos casos se soporta porque no llega a lo físico, argumentando la persona que la sufre que no lo aguantaría ni un minuto más si la otra persona “le tocase”.

¿Porqué lo ve esa persona como “aguantar un minuto más”? Porque en realidad ya está soportando un maltrato. Y no hay justificación para que siga haciéndolo. Aunque jamás se haga física.

Violencia no es sólo si alguien te pega. Violencia es también cuando alguien:

– Controla lo que haces.

– Controla con quién hablas.

– Controla de qué hablas.

– Ignora tu opinión y toma decisiones por ti.

– Te humilla, en público o en privado haciéndote sentir inferior.

– … Te roba energía haciéndote sentir cada vez más débil.

¿Cómo es posible que nadie soporte esto?

Cuando esto se ve desde fuera solemos preguntarnos esto. ¿Porqué la persona maltratada no abandona esa relación? Con todo lo que hoy en día se habla del tema…

Y siempre hay razones:

– “Es que en realidad quien me maltrata es buena persona”.

– “En realidad esa persona que me maltrata sufre mucho”.

– “Está cambiando y necesita mi ayuda para hacerlo”.

– “Me ha prometido que no volverá a hacerlo”.

– “No puedo romper la familia por nuestro(s) hijo(s)”.

– “Todos me animan a luchar por nuestra familia”.

– “Si me separo signifiará un aislamiento social para mí (y los niños)”.

– “Ninguna familia es perfecta, y es mejor mantener una imperfecta que romperla”.

¿Cómo es posible que el maltratador haga esto a quien dice querer?

También quien maltrata tiene sus razones, razones que no para de repetirse a si mismo en su interior y que a veces expresa:

– “Lo hago por su bien”.

– “Es que me saca de mis casillas”.

– “Me obliga a actuar así. Si no hiciese… yo no tendría que…”

– “Somos la familia perfecta, pero por su culpa me veo en la obligación de hacer esas cosas”.

Y también tienen su forma de ver las cosas cuando la situación se rompe, cuando la persona maltratada no lo soporta más y se va:

– “Cómo puede haberme ocurrido esto a mí”.

– “Éramos la familia perfecta y la otra persona se ha vuelto loca tirándolo todo a la basura”.

– “Ha destrozado mi vida”.

– “Yo lo daría todo por mi familia, pero la otra persona no me da una oportunidad”.

– “Todo el mundo me da la razón y piensan que la otra persona se ha vuelto loca al dejarme”.

¿Cómo afecta esto a los niños?

Hay personas maltratadas que quieren mantener la situación “sólo por los niños”.

No entienden lo que esta situación significa para ellos.

Para empezar hablaré de un concepto que creo importante: La Resiliencia. Es la capacidad de mantener a salvo nuestras emociones en un ambiente adverso.

Hay quien tiene más capacidad de Resiliencia y quien menos. Por lo tanto criarse en una familia en la que hay violencia no tiene porqué marcarte de por vida de forma negativa. Pero siempre afecta.

Yo me crié en una familia equilibrada en la que mis padres eran un equipo y en la que sus 7 hijos crecimos viendo el respeto y Amor que se profesaban y sientiendo ese mismo respeto y amor hacia nosotros. Es el mayor regalo que creo haber recibido en la primera etapa de mi vida.

Encontrar una persona con la que compartir mi vida en una relación similar ha sido el mayor regalo que he recibido siendo adulto. Es lo que tengo en la actualidad y lo cuido como mi bien más valioso.

Los modelos de relación se heredan

No me imagino privar a unos hijos de algo así.

Hay familias en las que este regalo se hereda de generación en generación. Pero también hay familias en las que la herencia no es tan positiva.

Los niños asimilan lo que ven. Lo que les dices es importante. Pero mucho más es lo que haces.

Para los niños el lenguaje no verbal es mucho más potente que el verbal. De hecho lo es para todos. Da igual lo que dices, lo importante es cómo lo dices.

Por mucho que quien maltrata diga a su víctima que le quiere, la persona maltratada no se siente amada, sino dañada.

Y los niños viven e interiorizan eso.

Seguir manteniendo una familia “unida” a pesar de la violencia no es un sacrificio por ellos. Es sacrificarlos también a ellos.

Un niño que vive una situación de maltrato es más fácil que en el futuro crea que esa es la dinámica normal en una familia. Y que acabe maltratando o soportando el maltrato como “lo normal”.

Si vives en una familia en la que sufres maltrato: No tiene porqué ser así. No todas las personas son como quien te maltrata. No es lo normal, de hecho lo normal es lo contrario. No es culpa tuya. No le debes el aguantar, aunque le quieras. No eres egoísta si decides dejar de soportarlo y ser feliz. No está cambiando si no lo reconoce públicamente y no pide ayuda externa a la relación para solucionarlo. Si para salir de la situación necesitas ayuda, ¡pídela!

Y si tienes hijos, especialmente por ellos debes salir de esa situación.

Si eres tú quien ejerce la violencia: No lo haces por su bien. No es culpa de la otra persona. Sólo tú eres responsable de tus actos. Si de verdad no quieres perder a aquellos a quienes quieres debes aprender a amar de verdad. Porque lo que sientes, que tú llamas amor no lo es. Tal vez fue lo que viviste en tu infancia, pero eso no te justifica. Puedes cambiar, puedes llegar a sentir amor de verdad. Pero para ello debes empezar reconociendo que tienes un problema y pedir ayuda. Y no puedes imponer a los demás el acompañarte en ese camino.

Si eres amigo de alguien violento: No le justifiques. Haciéndolo únicamente garantizas que en el futuro se quedará sólo.  Para ayudarle de verdad hazle ver que el amor no es eso. Puede que entonces pierdas a tu amigo. Pero reforzar su pensamiento erróneo no es ser un buen amigo.

Si eres amigo de alguien maltratado ayúdale a salir de ahí. Ponte a su lado frente a quien le maltrata. Rompe los discursos de justificación y expresa de forma clara que jamás hay razones para maltratar.

Cada vez que oigo una noticia de maltrato pienso en las personas a las que quiero. Y que cualquiera de esas personas puede  sufrirlo. No es algo que pasa a otros. Es algo que nos afecta a todos como sociedad.

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Problemas de aprendizaje en niños

 Problemas de aprendizaje y desarrollo en niños

Los 3 sencillos y rápidos pasos con los que descubrirás por qué tu hijo tiene problemas de aprendizaje en el colegio

Este artículo está escrito por Manuel Antonio Fernández, un amigo neuropediatra autor de elneuropediatra.es

¿Sabías que uno de cada tres estudiantes de primaria o secundaria tiene problemas de aprendizaje que derivan en fracaso o abandono escolar?

El primer paso para evitar los problemas de aprendizaje es, que como padres o madre, estés atento, y puedas detectar a tiempo las dificultades de tu hijo.

Te voy a presentar la mejor manera de encontrar, en unos pocos minutos, y con unas indicaciones muy concretas, cuál es la causa más probable de esas dificultades

Los 3 momentos claves para analizar el aprendizaje de un hijo

Para orientarte con más facilidad en este proceso, voy a dividirlo en función de la edad. Así podrás tener las cosas más claras. Te recomiendo que lo leas desde el principio.

Los primeros 3 años de vida

En los primeros años de vida, todos los niños necesitan ir aprendiendo las mismas cosas más o menos. Los aspectos que los padres recuerdan mejor son también los que más interés tienen en el proceso de desarrollo.
Uno de los que más te ayudarán a valorar el proceso de aprendizaje de tu hijo es el lenguaje. O lo que es lo mismo, cuándo ha empezado a hablar.

Es muy importante tener en cuenta cuando ha empezado a hablar tu hijo

Aunque podamos pensar que el proceso de aprender a hablar es algo natural, no es nada sencillo.
Es uno de los aspectos evolutivos más avanzados de la especia humana. Es una de las metas más complejas, desde el punto de vista neurológico, a las que un niño pequeño se tiene que enfrentar al inicio de su desarrollo. Esto hace que sea un importante marcador a tener en cuenta.
Si un chico presenta dificultades en el inicio o desarrollo del lenguaje, debes estar alerta. Además de las propias dificultades que esto le producirá en su comunicación, también puede influir en el posterior desarrollo de la lectura o la escritura.

Por si no fuera poco, también es habitual que aparezcan problemas del lenguaje en los niños que posteriormente, presentan problemas de aprendizaje

De los 3 a los 6 años, al empezar la educación infantil

Una vez que llegamos a la edad de los 3 años, muchos niños empiezan la educación infantil.
En ese momento, los educadores de los centros empiezan a trabajar en grupo con ellos y es un momento en el que se pueden empezar a hacer patentes algunas dificultades que hasta la fecha no habían sido detectadas o no eran importantes.
El trabajo en grupo permite valorar diferencias más sutiles entre los chicos. Esto no tiene por qué significar que haya algún problema.
Cada niño tiene un proceso de aprendizaje y desarrollo diferente, pero puede ser de ayuda para establecer un proceso de supervisión y detectar de forma precoz los casos que se confirmen.

En esta edad empiezan a desarrollarse procesos diferentes que involucran la relación con los iguales, vínculos emocionales, temperamento… Todos estos marcadores son de utilidad

Después de los 6 años, empieza la educación primaria

Con la llegada de los 6 años llegamos al colegio y se inicia la educación primaria.
En estos años hay que proceder a desarrollar nuevas habilidades como la lectura, la escritura o los números.
Este cambio de nivel y las nuevas metas que se establecen en este ciclo son otro punto de inflexión para las capacidades de aprendizaje de los niños.
Por lo tanto, puede ser otro momento importante para valorar la situación de cada niño analizar sus capacidades.
Los niños con problemas de aprendizaje mostrarán mayores dificultades para la asimilación de estos nuevos conceptos y para desarrollar los nuevos procesos que se les pide.
Tanto los padres como los centros escolares deberían contar con instrumentos que permitieran detectar estas situaciones.

A veces no se aprecian problemas hasta más adelante

Hay casos especiales en los que no se decanta problemas importantes hasta el inicio de la educación secundaria o incluso la universitaria.

Esto ocurre principalmente en los casos en los que las dificultades son leves o cuando se presentan otros síntomas que encubren el problema:

  1. Problemas de aprendizaje unidos a problemas de conducta
  2. Problemas de aprendizaje unidos a altas capacidades

Los profesores pueden ayudarte en esta situación, pero no siempre

La verdad es que en la mayoría de los casos, la información que aportan los profesores es de gran ayuda a la hora de descubrir dificultades de aprendizaje.

Hay muchos profesores muy concienciados con el tema y que son de gran ayuda

El problema está cuando te encuentras con unos profesores poco formados o poco interesados en ayudar a sus alumnos.
En estos casos puede haber problemas porque no son o no quieren ser conscientes de las dificultades de tu hijo

Algunos piensan que tu hijo no quiere trabajar

  • Uno de los errores más habituales que veo en mi consulta son relacionar mal rendimiento escolar con falta de interés
  • La realidad es que los niños tienden por naturaleza a interesarse por mejorar su aprendizaje
  • Los problemas de aprendizaje puede provocar escasa motivación escolar cuando se reciben malos resultados
  • Hay que ser capaz de diferenciar estas dos situaciones para ayudar a los chicos que lo necesiten

Otros piensan que la culpa es tuya porque no estás pendiente de tu hijo

  • Hay una tendencia creciente creciente a culpar a los padres de los problemas de sus hijos
  • Habrá casos en los que los padres son poco colaboradores o no saben ayudar a sus hijos, pero no es lo habitual
  • No debes creerte mal padre porque tu hijo tenga problemas de aprendizaje
  • Debe formarte e informarte bien para conocer el tema y aportar lo que puedas para ayudar a tu hijo

Y otros piensan que tu hijo es poco inteligente

  • Probablemente, esta es la situación más negativa y desagradable que nos podemos encontrar
  • Por desgracia, es mucho más habitual de lo que te imaginas
  • Cualquier chico con problemas de aprendizaje tiene mucho riesgo de tener malos resultados en un test de inteligencia
  • Los profesores y los pedagogos debes ser capaces de analizar los resultados de los tests en el contexto de cada chico
  • El mayor riesgo es dar por perdido a un chico que realmente, no tiene ningún problema de inteligencia sino de aprendizaje

Es imprescindible descartar que haya alguna causa que esté provocando los problemas de aprendizaje

Otro de los problemas habituales que me llevo encontrando en mi consulta desde hace años, es que los padres no sabéis cuáles son las principales causas de los problemas de aprendizaje. Me voy a parar a contarte los datos principales que necesitas saber para orientarte en el tema.
Las principales causas son:

  1. El Trastorno por Déficit de Atención con o sin Hiperactividad o TDAH
  2. La Dislexia
  3. Las Altas Capacidades

Paso 1: Descartar El Trastorno por Déficit de Atención con o sin Hiperactividad o TDAH

El TDAH es un problema que puede conllevar diferentes consecuencias según cada caso

  • Puede haber chicos con Déficit de Atención:
    • En estos casos es habitual que aparezcan problemas porque tu hijo no es capaz de atender como sería necesario
  • Hay chicos con Hiperactividad e Impulsividad
    • Estos chicos pueden tener problemas porque tu hijo no es capaz de estar tranquilo, dejar de moverse y controlar sus impulsos
  • También hay casos en los que se suman todos
    • Las mayores dificultades ocurren cuando se suman ambas situaciones

Paso 2: Descartar la Dislexia

En los casos de Dislexia es frecuente que los chicos tengan problemas de aprendizaje por varios motivos

  • A la hora de leer, no son capaces de hacerlo de una forma fluida y cometen muchos errores. Esto dificulta el aprendizaje
  • Pasa lo mismo con la escritura. Hay más problemas para escribir correctamente, de forma fluida. Esto limita el rendimiento escolar
  • Tenemos el mismo problema con los números. Lo anterior unido a operaciones de cálculo provoca errores frecuentes

Paso 3: Descartar Las Altas Capacidades

Aunque pueda parecer paradójico, tener una inteligencia superior no siempre es sinónimo de beneficios

  • Un 30% de los chicos con altas capacidades tiene algún trastorno del aprendizaje
  • Es frecuente que los chicos con altas capacidades tengan dificultades para adaptarse al entorno escolar o social
  • También es habitual que aparezcan problemas de comportamiento y de conducta

El camino más sencillo y más corto, está explicado paso a paso, en la guía GRATIS para padres que te he preparado

Esta guía se llama Mi hijo tiene Problemas de Aprendizaje y/o de Conducta. ¿Por qué? ¿Qué hago para solucionarlo.

Puedes conseguirla de forma completamente gratuita pinchando sobre la imagen y siguiendo las indicaciones. En ella encontrarás

  1. Las Causas más Frecuentes e Importantes de los Problemas de Aprendizaje y Conducta.
  2. Actividades prácticas para averiguar si tu hijo tiene alguno de ellos
  3. Pasos a seguir para conseguir un diagnóstico y una solución.

Problemas de aprendizaje, problemas de conducta

Guía de problemas del aprendizaje

Además de la guía, también te enviaré un Curso On Line GRATUITO que he creado para ayudarte a sacarle todo el rendimiento posible a la guía
Si quieres aprender más sobre el tema, puedes encontrarme en elneuropediatra.es

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Mi hijo dormía bien sólo y ahora quiere hacer colecho

Si tu hijo antes dormía sólo y ahora no quiere, y tú sí, tal vez sea porque le transmitimos un mensaje poco claro.

Algunos niños duermen bien solos hasta llegar a cierta edad. Y entonces de repente parece que no pueden hacerlo sin nosotros. ¿Quieres entender por qué te pide ahora hacer colecho?

Tema pedido por una madre en nuestra comunidad de Facebook: Mi hijo ha dormido solo toda la noche desde el año. Hoy tiene 1 años 9 meses y despierta todas las noches casi siempre a la misma hora llorando y se va a mi pieza para dormir con nosotros y si lo quiero regresar a su cama se pone a gritar a menos que me quede con el en su pieza, hasta que se duerme nuevamente. ¿Alguien me puede orientar que es lo que pudo haber pasado? Gracias.

Los cambios en los niños suelen sorprendernos.

En este tema del sueño hay dos cambios llamativos:

– Entre los 3 y 6 meses. De este cambio hemos hablado antes. El cerebro del bebé va madurando, acaba teniendo unos ciclos de sueño bien definidos y un ritual de sueño que necesita hacer cada vez que se despierta. Hay otro artículo en el que trato este tema: Rituales de sueño en niños.

– Entre 1 y 3 años. Sigue madurando, y aparecen otros factores que definen la conducta del niño. En el caso del que habla esta madre se trata de expectativas. Hasta ahora dormía sólo es porque tenía un ritual independiente que le permitía hacerlo. Pero de repente pide hacerlo con sus padres.

Vamos a centrarnos aquí en el segundo caso. En el de los niños más grandecitos que de repente piden dormir acompañados.

El problema aquí no es de los niños, sino nuestro. Tendemos a ser poco coherentes. Y esa coherencia es necesaria si queremos definir conductas en niños.

Os pongo un ejemplo: Un niño que duerme sólo en su dormitorio sin problemas. Llegan las vacaciones, y nos alojamos en casa de unos familiares o en un hotel, donde compartimos dormitorio o incluso cama. Volvemos de las vacaciones y el niño, al que le ha gustado la experiencia pide continuarla.

Hemos generado en él una expectativa que es muy fácil de crear. Porque los niños instintivamente buscan dormir con la seguridad que les da tener a sus padres cerca.

Hay otros motivos que pueden generar esta demanda:

– Pesadillas.

– Malas experiencias en el colegio.

La clave ante esta situación es si hacer colecho o no.

– ¿No quieres hacer Colecho (compartir la cama con tu hijo)? Si es así, no lo hagas nunca. Porque generarás con mucha facilidad una expectativa razonable en él de que esto es posible y lo pedirá.

– Te da igual hacer Colecho o no. Entonces, si descansáis bien haciendo Colecho te recomiendo que no le des más vuelta y lo hagas.

– ¿Quieres hacer colecho, pero no tienes claro si será perjudicial para tu hijo? Porque hay muchos detractores del Colecho que te dicen cosas como que dificulta su autonomía y le hace dependiente…. No es cierto. Hay formas diferentes de criar. Cuando priorizamos el afecto y la seguridad en la etapa inicial, el resultado son niños más seguros de sí mismos y autónomos en el futuro.

La guerra absurda cada noche por incoherencia respecto al colecho

Lo que no deberías hacer, y os lo explico porque lo veo con mucha frecuencia es lo siguiente:

Hay familias en las que se hace colecho a veces. Generalmente porque los padres no tienen una postura clara ante el tema. Es frecuente que haya un de los padres que sí quiere o permite hacer colecho y otro que es totalmente contrario.

Cuando esto ocurre es fácil que acabemos haciendo colecho en situaciones especiales, como cuando viajamos o cuando el niño está enfermo.

Pero el niño no entiende esos matices. Si le gusta y se lo permites hoy, no entiende porqué no puede ser también mañana. Y lo lógico es que lo pida.

Ante esto algunas familias hacen lo que llamo la guerra del colecho no aceptado: Se acuestan con el niño por la noche y cuando se duerme lo dejan en su cuarto.

Cuando se despierta por la noche y ve que sus padres no están el niño los llama. Debes entender que para él, si le preguntas, estáis haciendo colecho. Él se durmió a tu lado. No es consciente de llevar 3-4 horas durmiendo sólo.

Cuando los padres no quieren hacer colecho a veces entran en una lucha de no ir, o ir pero no acostarse con él. De contarle a las 3 de la mañana todos los argumentos “legales” para que el niño entienda que debe dormir sólo….

Sé de familias que pasan en esa lucha horas cada noche.

En muchas ocasiones la cosa acaba en una rabieta. Y generalmente, agotados y cabreados, el niño acaba en la cama con los padres. O uno de los padres en la cama con el niño.

Esto es absurdo.

Y el problema es una falta de coherencia por nuestra parte: O entendemos que dormir con nosotros es una necesidad para el niño y hacemos colecho sin luchar, o si de verdad no queremos hacer colecho, hay que buscar estrategias que nos lleven a no hacerlo nunca. Pero seamos coherentes en una postura o en la otra.

Los niños agradecen la coherencia, en un sentido o en el otro.

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Pelear con tu hijo para que coma: 5 motivos para NO hacerlo Nunca, Nunca, Nunca…

5 Motivos para no pelear con tu hijo para que coma nunca. Pelear con un niño para que coma es mala idea por muchos motivos. Pero es algo muy frecuente. Ojalá te convenza para que no lo hagas nunca más.

Tal vez sea una guerra perdida, pero quiero seguir luchándola.

Por desgracia, para muchas familias, los peores momentos del día con su hijo son las comidas.

Pero no tendría porqué ser así. Y no depende del niño, sino de ciertas ideas muy extendidas y que son totalmente falsas.

Voy a intentarlo. Voy a ver si soy capaz de convencerte de que nunca más vuelvas a pelear con tu hijo para que coma.

«Si no lo hiciese no comería»

Primera razón que se argumenta para hacerlo. Pero…

De verdad, siendo sinceros… ¿Tú realmente te crees eso? ¿Tú crees que tu hijo es el único ser vivo de este planeta que no trae el hambre de serie? ¿Has probado a no pelear con él, a no ofrecerle comida y ver qué pasa? Porque estoy 100% seguro de que lo que pasaría es que él te pediría la comida. Lloraría por ella, si es necesario.

De verdad, deja de repetirte como argumento algo imposible. Tooooooodos los seres vivos sienten hambre si no comen. Si no fuese su caso y sigue vivo habría que patentarlo. Sería la solución para la sostenibilidad del planeta. Pero es que no existe algo así.

Aunque jamás insistas a un niño para que coma, ninguno se muere de hambre si se le ofrece comida 5 veces al día. Puede morirse de otras cosas, ¡pero de hambre no!

«Pero es que él come poquísimo si yo no le insisto»

El mayor error relacionado con la comida en niños es pensar que él no es capaz de decidir la cantidad de comida que necesita tomar.

La mayoría de problemas que vemos en este sentido son por exceso, no por defecto.

Hay circunstancias que hacen que usemos la comida como sustituto de otras necesidades, lo que favorece la obesidad. Pero son muy pocos los casos contrarios, en los que sustituimos la comida por otros recursos a largo plazo.

Un niño puede renunciar a comer, por ejemplo, si a cambio de eso recibe algo más importante para él, como es la atención. Pero si esto ocurre tal vez deberíamos pensar que:

– Debemos aportarle más atención sin que tenga que forzarnos a ello.

– No debemos hacerlo reforzando conductas negativas para su salud. Es decir, si no come, no debemos dar importancia a ese no comer. O el niño establecerá una relación basada en ese canje: Conseguir la atención que de otro modo no recibe portándose mal, entre otras formas de hacerlo, no comiendo.

Hay que entender además que el crecimiento durante los primeros meses de vida es más rápido de lo que lo será nunca más en su vida y eso consume muchísimos recursos. Por eso, la mayoría de los niños come con 6-8 meses claramente más que con 1 año. Es algo que hace pensar a muchos padres que su hijo come peor conforme crece. Simplemente está reduciendo su alimentación porque ya no la necesita.

La prueba definitiva para saber si un niño come o no la cantidad necesaria es ver cómo está:

Si tu hijo come la cantidad que él quiere, está sano y activo (muy activo, de hecho), no come más porque no lo necesita. ¡De Verdad!

Empeora la relación de tu hijo con la comida

Esto es algo en lo que parece que no se piensa. Nos centramos demasiado en el corto plazo: «Ha comido poco y me preocupa que pueda pasarle algo si se acuesta sin comer»….

¿Sabes cuántos niños se acuestan sin comer en el mundo porque no tienen comida? Pues aguantan, y mucho.

Pero ¿qué pasa a largo plazo con la relación con la comida de un niño con el que peleamos en cada comida para que se alimente «un poco más»?

Pues algo evidente, que la comida se convierte en algo desagradable.

¿Realmente crees que un niño va a comer más a largo plazo si cada vez que ve llegar la comida sabe que toca pelea? Si lo crees, te equivocas. Seguramente si lo haces es porque no te lo has planteado en serio.

Empeora la relación de tu hijo contigo innecesariamente

Si tienes claro todo lo anterior deberías entender ya que pelear con un niño para que coma es innecesario y contraproducente. Pero es que además tiene un efecto negativo que deberíamos evitar siempre que sea posible: Va a empeorar la relación que os une.

Y para mí esa relación es sagrada. Porque es de verdad la única herramienta educativa válida. Habrá otras conductas en el futuro que sí será necesario modificar por el bien de tu hijo. Apelar a una buena relación es mucho más efectivo que cualquier coacción. Y hacerlo así construye, no destruye.

Por eso, empeorar la relación con tu hijo en este tema es algo que puede tener repercusiones importantes en otros muchos aspectos de su conducta en el futuro.

Cuida tu relación con él no forzándole a hacer algo que ya se encarga de conseguir uno de los Cuatro Jinetes del Apocalipsis: El Hambre.

Favoreces que tu hijo sea obeso en el futuro

A pesar de que nos empeñemos en pensar que nuestro hijo viene escacharrado y no es capaz de regular la cantidad de comida que necesita, es una «máquina bien diseñada».

A lo largo de la historia de la humanidad como especie hemos superado situaciones muy diferentes en cuanto a disponibilidad de comida.

Hemos ido acumulando genes que nos permiten adaptarnos a un amplio repertorio de circunstancias.

Durante los primeros dos años de vida se produce un ajuste en el que el cuerpo va descartando algunos genes y afianzando el uso de otros. Es lo que permite que un ser humano pueda sobrevivir en ambientes tan diferentes como lo hace.

Hoy en día, desde el punto de vista nutricional, si tuviésemos que decidir cuál es el ambiente en el que vivimos y qué lo diferencia de otras épocas de nuestra historia es: La Inmensa Abundancia de AZÚCAR de absorción fácil.

Por desgracia en nuestra sociedad alimento infantil es el mismo que el de los adultos, pero con azúcar añadida.

Durante la mayor parte de la historia de la humanidad el azúcar era algo muy escaso. ¿Sabes la cantidad de comida que debía consumir un hombre hace 100,000 años para conseguir la cantidad de azúcar refinada que consumimos nosotros hoy en día en una sola comida?

Cuando no éramos agricultores ni ganaderos, es decir la mayor parte de la historia humana, había que recorrer grandes distancias y recolectar una cantidad de comida muy superior a la actual para conseguir una cantidad muy pequeña de nutrientes ricos.

Con la agricultura y la ganadería hemos hecho crecer a nuestro alrededor fuentes de nutrientes que hemos seleccionado porque son especialmente ricas.

Para hacerte una idea, vete un día al campo sin comida y come sólo de lo que encuentres. Me refiero a irte al monte, no a unos campos cultivados. Si lo haces prepárate. Incluso si sabes dónde encontrar esos nutrientes, cosa que no sabemos hoy en día la mayoría, vas a pasar HAMBRE, con mayúsculas.

En muchos niños se produce una reducción importante de la cantidad que comen coincidiendo con la introducción de la alimentación complementaria. Lo hacen porque sus genes, al tener acceso a una cantidad importante de azúcares de absorción fácil en la dieta asumen que estamos creciendo en una zona de hiperabundancia. Y se adaptan, de forma correcta reduciendo la cantidad de comida de forma importante.

Pero nosotros nos empeñamos en contradecir esa sabiduría genética y forzamos a los niños a comer más.

Si insistimos estamos haciendo algo con lo que no contamos. Estamos forzando al cuerpo a desechar unos genes que son los escogidos de forma natural para esta situación y a usar otros pensados para gestionar ese exceso de azúcares.

Lo único que puede hacer con ese exceso de azúcar es almacenarlo. Y prepara los almacenes aumentando el número de células grasas. Ahí seguirán toda la vida y harán su trabajo. Estamos sembrando Obesidad.

Para mí está claro que esta es la base fundamental de la epidemia de obesidad infantil que sufrimos. Y la solución:

– Eliminar los azúcares de absorción fácil de la dieta, especialmente en los 2 primeros años de vida.

– Confiar en la capacidad de nuestra genética para escoger los genes adecuados para adaptarnos a nuestra situación actual y respetar su gestión de la cantidad de alimento que consume espontáneamente.

No es algo secundario. Nos estamos jugando el futuro metabolismo de nuestros hijos.

Te puedo asegurar que para mí, entender esto es uno de los temas más importantes de salud infantil.

Si por mí fuese, éste debería ser uno de los Artículos Esenciales de mi blog para todas las familias.