Categorías
Alimentación Complementaria del Bebé Alimentación del Bebé y el Niño Bebé de 14 meses Blog Crecimiento y Percentiles Herramientas de Salud Infantil Lactancia Materna Maternidad Otros temas de Salud Infantil

Rituales para dormir en niños

Los Rituales de sueño en niños y bebés son la clave de muchos problemas. Te explico cómo se generan y cómo cambiarlos.

¿Qué es un ritual de sueño?

Pues lo que hacemos por costumbre como forma para dormirnos. Todos tenemos un grupo de rituales de sueño.

Hay adultos para las que estos rituales son más sencillos (necesitan tener sueño y poco más) y otros que los tienen más complejos (con más condicionantes y pasos que una receta de alta cocina).

La mayoría de las veces no somos conscientes de cómo hemos llegado a tener el ritual de sueño que realizamos cada noche. Y es porque lo hemos ido elaborando a lo largo de nuestra vida sin pensar en él de forma consciente.

Cuando hablamos de niños y problemas de sueño, los padres no entendemos muchas veces que nuestro hijo tiende a repetir el mismo ritual cada vez que se despierta.

¿Cómo se establece ese ritual en los niños?

Los bebés ya desde que nacen tienen algunas tendencias naturales que influyen en el ritual de sueño que se va afianzando conforme crecen:

Necesidad de alimentarse. De hecho, los bebés en las primeras semanas salen de su sueño poco más que para alimentarse. Se despiertan en muchos casos por hambre, y tienden a dormirse en cuanto son saciados. Como no pueden alimentarse sólos, es normal que en esas primeras semanas los niños empiecen durmiéndose en brazos. Ya que es en brazos como comen.

Necesidad de afecto y seguridad. Aparte de por hambre y porque pueda estar incómodo por frío, calor, necesidad de cambio de pañal, algún ruido intenso… los bebés, buscan el contacto con sus cuidadores. Y sienten seguridad y bienestar con ese contacto. Por lo que además de dormirse en brazos cuando comen, lo hacen también en brazos cuando lo único que necesitan en ese momento es seguridad y afecto.

Por eso lo más habitual en niños pequeños es que se duerman con facilidad en contacto con su cuidador (habitualmente la madre si se toma el pecho).

Pero ese ritual inicial va cambiando después. Siempre se ve influenciado por lo que hay a nuestro alrededor. Y más tarde o más temprano acabamos desarrollando un ritual en el que somos capaces de conciliar el sueño de forma más independiente, sin necesidad de alimentarnos, sin contar con la colaboración de nadie que nos proporcione afecto o seguridad… Esto lo acaban alcanzando todos los niños más tarde o más temprano. La mayoría entre los 2 y los 5-7 años.

Cuando se habla de escoger formas de dormir a los niños, lo que estamos hablando es sobre si preferimos que esa evolución del sueño en brazos al sueño independiente se haga más rápido o menos y de las formas en las que escogemos que se haga esa transición.

Opciones

Y es aquí donde aparecen las discrepancias o tal como me gusta a mí verlo, las opciones. Porque no creo que sea cuestión de llegar a definir la forma correcta (aunque para mí sí las hay incorrectas –mi opinión sobre el método Estivill-), sino de que cada familia escoja la que mejor se adapte a sus preferencias y sus necesidades:

– Hay familias que pueden permitirse que el ritmo lo marque el niño con su evolución natural y prefieren respetar al máximo su evolución. Pero esto es a veces un lujo y cuando lo defendemos como única opción podemos hacer mucho daño.

– Otras familias tienen la necesidad de que la evolución sea más rápida para adaptarse a unas condiciones de organización que son menos flexibles (trabajo, necesidad de escolarización…) y no pueden escoger como querrían (lo que por desgracia es muy frecuente hoy en día) o simplemente por una elección personal prefieren no hacer colecho.

Situaciones de conflicto

En muchos casos los problemas surgen cuando el ritual que usa el niño tiene un ritual que precisa la colaboración de los padres, pero hemos escogido una forma de dormir que dificulta esa colaboración. Y ante eso hay dos opciones, facilitamos la colaboración o facilitamos al niño un ritual alternativo para que sea capaz de dormir sin ella.

El niño cuyo ritual incluye el contacto con los padres pero duerme separado de ellos. Es decir, lo dormimos en brazos pero queremos que duerma en su cuna. Cada vez que se despierte va a pedir que lo vuelvan a coger. Y si los padres deciden no hacerlo surgen las disputas. Es lo que llamo colecho no aceptado.

El niño cuyo ritual incluye el contacto con los padres y duerme con ellos, pero no es compatible con el sueño de alguno de los padres. Hay personas que no son capaces de dormir con su hijo a su lado. Sea por miedo a hacerle daño, porque tienen un sueño muy ligero y se despiertan con cualquier ruido o movimiento del niño o por lo que sea. Pero en algunos casos es una realidad.

En ambos casos el problema es que estamos escogiendo una opción que no se adapta a las necesidades de todos los implicados.

Cuando esto ocurre, las noches dejan de ser la fase de descanso que todo cuerpo necesita, para ser un foco de estrés importante. La única forma de resolverlo es lograr la coherencia:

– Si escogemos que nuestro hijo se duerma con nuestra colaboración y somos capaces de dormir con el niño, el colecho (dormir juntos) es la forma más sencilla de que descansemos todos.

– Si no podemos o no deseamos dormir con nuestro hijo, hay formas y momentos de facilitar la evolución hacia el sueño independiente más respetuosas y que desde luego no precisan que le niño llore.

No creo que sea labor de los profesionales escoger por los padres o hacerles sentir culpables por elegir una opción u otra. Es decisión de cada familia.

Si necesitas mi ayuda para que te explique de forma concreta cómo conseguir un sueño de buena calidad en vuestro caso puedes hacerme una consulta por WhatsApp. Contestaré en menos de 24 horas.

Categorías
Alimentación Complementaria del Bebé Alimentación del Bebé y el Niño Bebé de 4 meses Blog Crecimiento y Percentiles Dieta Sana Herramientas de Salud Infantil Maternidad Obesidad Infantil Otros temas de Salud Infantil

Obsesión por los percentiles de niños y bebés y Obesidad

 Entender los percentiles de peso en los bebés para evitar la obesidad

Entendemos mal los percentiles de peso en bebés. Esto hace que usemos «remedios» que están produciendo un aumento de la Obesidad.

Los percentiles de peso se interpretan mal

Casi todos los días veo en la consulta niños y bebés cuyas familias están preocupadas porque tienen un percentil bajo de peso.

El problema en la mayoría de los casos no es que el bebé esté mal, sino que la interpretación de los percentiles es errónea.

Mucha gente, incluidos profesionales, ven los percentiles como una especie de calificación académica. De tal forma que un percentil de peso por debajo de la media es interpretado como un suspenso.

Y claro, los suspensos implican que hay que esforzarzarse por aprobar… 😱 Sea como sea…

El miedo a que un bebé con un percentil bajo de peso muera de desnutrición

Este concepto nace del miedo a la desnutrición heredado de nuestros antepasados inmediatos.

La generación de nuestros padres en España es la de los «niños de la postguerra». Fué una época dura en la que mucha gente pasaba penurias. Había niños que morían de hambre en España.

Para esa generación un bebé gordo era un bebé sano.

En esa época además la mortalidad infantil era muy alta, y su causa principal eran las muertes por «diarreas». En esta categoría entraban algunas infecciones, pero también muchas alergias o intolerancias alimentarias que ni se sabían diagnosticar ni se podían tratar en esa época.

Un bebé delgado en bastantes casos era un bebé que iba a morir en los primeros meses de vida.

Fue esa también la etapa en la que la Pediatría Moderna apareció como especialidad y se definieron sus estrategias iniciales respecto a la alimentación. Se buscó vencer el que en ese momento era el principal problema relacionado con el peso: La Malnutrición. Y se ha vencido. Pero hemos pasado en poco tiempo de esa situación de carencia a una de abundancia de comida.

Con esa herencia, pero en una situación radicalmente opuesta, pasa hoy en día lo que pasa: Ahora, el principal problema en nutrición es la Obesidad.

Los niños sanos con percentil de peso bajo

Cuando hacemos estadísticas de peso para clasificar los percentiles, sólo usamos niños sanos. Tan sano es el que está en el percentil 90 como el que está en el percentil 10 o en el 1….

Pero, estando sanos todos, ¿por qué hay tanta variedad de pesos?

Influyen muchas cosas. No todos los niños sanos se alimentan igual. Unos toman pecho, otros biberón y otros lactancia mixta. Cuando entramos en alimentación complementaria las diferencias son incluso mucho mayores.

Pero otras muchas cosas influyen en el peso, desde el clima a la actividad de la familia con el bebé…

Y por supuesto la genética. Somos todos diferentes. Desde el punto de vista genético, una mezcla única de los genes de nuestros padres.

Epigenética y programación metabólica en niños que les lleva a la Obesidad

En muchos aspectos de nuestro desarrollo somos el resultado de nuestra genética adaptada al ambiente en que crecemos.

Merece la pena explicar esto en detalle.

Tenemos muchos más genes de los que vamos a usar en nuestra vida. Disponemos incluso de genes que dan órdenes contrarias. ¿Cómo elige nuestro cuerpo cuáles usa y cuáles no? Lo hace adaptándose al entorno en el que vivimos.

Tenemos mecanismos muy finos que hacen que captemos cualidades de nuestro entorno que nos permiten escoger los genes más adecuados para sobrevivir en él.

Estos mecanismos son especialmente activos en los primeros 2-3 años de vida de un niño. Permiten una primer adecuación general al entorno en el que nos ha tocado nacer.

Seguiremos teniendo capacidad de bloquear ciertos genes y utilizar otros toda nuestra vida. Pero con la edad será una capacidad cada vez menor.

Podríamos hablar de que en los primeros 2-3 años de vida hacemos una programación genética que va a marcar en gran medida el resto de nuestra vida.

Uno de los aspectos en los que lo hará es el metabolismo. Por lo que suelo hablar de programación metabólica.

Al hacer que un bebé suba su percentil por encima de la media estás favoreciendo la Obesidad en el futuro

Cuando en una valoración del percentil de peso y talla de un bebé decimos que está por debajo de la media, o que está delgado porque su percentil de peso es inferior al de talla, hay que ser muy cuidadosos. Porque estamos abriendo la caja de los truenos.

Ya antes de que les digamos su percentil, muchas familias ven lo evidente: que el bebé es delgado en comparación con otros de su edad.

Pero se pasa por alto la pregunta clave: ¿Está sano?

Porque si está sano siendo delgado, ¿cuál es el problema?

El problema es que con la herencia del hambre de la postguerra cuesta creer que un bebé delgado pueda estar sano.

Cuando esto ocurre se inicia una odisea de pruebas diagnósticas para encontrar la causa. Pruebas en muchos casos agresivas para el niño, que suelen acabar sin un diagnóstico.

Si el niño no tiene signos de enfermedad, está activo y feliz, ¿por qué no lo dejamos en paz?

Pero es que en muchos casos no se le deja en paz ni tras someterlo a las pruebas diagnósticas siendo normales.

Veo montones de bebés en los que se ha descartado que haya una enfermedad y se trata simplemente «la delgadez». Niños con todas sus pruebas normales a los que:

  • Se les obliga a comer más de lo que desean.
  • Modificamos su dieta empobreciéndola en variedad sólo con el objetivo de que coman más en cantidad.
  • Se les dan medicamentos para aumentar el apetito o suplementos nutricionales con el único objetivo de que ganen peso.

Y se interpreta como un éxito cuando se consigue que suban por encima de la media.

Expliquemos en qué ha consistido el éxito… Más Obesidad

Lo que hemos hecho es modificar la epigenética a martillazos. Pero veamos lo que eso implica.

Durante esta etapa en la que la elección de genes es más adaptable hemos suplantado mecanismos metabólicos que había escogido su instinto. Esos que le llevaban a ser un bebé sano y delgado, por otros que le ayudan a ser un bebé por encima de la media en peso.

Superamos la edad en la que escogemos los genes que nos acompañarán en nuestra vida y nos quedamos con aquellos que permiten tener un peso mayor.

Lo que hemos hecho es decirle al instinto del bebé que se ha equivocado. Que la prioridad no es estar sano, sino ganar peso por encima de la media.

¿Estaremos igual de contentos cuando nuestro hijo, ya adulto, tenga un peso superior a la media?

¿O preferiríamos que se hubiese quedado con su elección original y fuese un adulto sano y delgado?

Involuntariamente, y creyendo que hacían lo mejor para sus hijos, pero la generación que superó las hambrunas de la postguerra son los padres de la generación con mayor obesidad de la historia, por ahora….

Sólo podremos evitar que la siguiente generación nos supere si desterramos los esquemas que han llevado a la situación actual. 

Por supuesto influyen otros factores, como lo fácil que es alimentarse mucho y mal en la actualidad, pero ese es otro tema…

Categorías
Alergias e Intolerancias Alimentación del Bebé y el Niño Bebé de 5 meses Blog Crecimiento y Percentiles Enfermedades Crónicas en Bebés y Niños Herramientas de Salud Infantil

El Niño que No Sube de Peso

El niño que no sube de peso

Niños que a pueden pasar meses sin subir prácticamente de Peso. Porqué no hay que preocuparse en la mayoría de los casos y cuándo sí deberíamos los padres.

Es muy muy habitual que esto sea un comentario en la consulta cuando no la causa principal por la que una familia acude a mi consulta.

Pero lo llamativo es que en la mayoría de los casos todo está bien.

Evolución normal del Peso

En algunos casos el problema es que los padres no entienden que la ganancia de peso que los bebés tienen al principio debe hacerse más lenta.

Suelo poner un ejemplo: Si lo niños siguiesen ganando 200 gramos por semana con 10 años habrían subido 104 kg de peso (52 semanas x 10 años x 0,2= 104 kg).

Las curvas de crecimiento son «curvas» porque cuanto más crece un niño menos va ganando cada semana.

De modo que durante los primeros 3 meses suelen ganar 150-200g / semana.

De los 3 a los 6 meses suelen ganar 100-150 g / semana.

De los 6 meses en adelante suelen ganar 50-100 g / semana.

Pero además, la ganancia de peso no es constante. Unas semanas se puede ganar mucho más de lo habitual y otra puede no ganarse o perderse un poco de peso. Y esta irregularidad aumenta conforme el niño crece. Lo habitual en niños mayores de un año es que puedan pasar varios meses con un mismo peso y de repente ganen mucho.

Pero ¿Cómo está su peso?

En muchos de los casos en que los padres comentan que su hijo no gana peso, éste es normal.

Para comprobar si es tu caso te recomiendo que lo valores en las Tablas de la OMS.

Pero debes entender que estar por debajo de la media no es nada malo. Las tablas son estadísticas hechas con datos de Niños Sanos. La mitad de los padres están condenados por la estadística a preocuparse porque el peso de su hijo está por debajo de la media.

Lléndonos a valores más extremos, tener un peso en el percentil 10 por ejemplo sólo es algo descriptivo. Nos dice que el 10 % de los Niños Sanos de su edad pesan menos que él. Y están sanos siendo así.

Sea cual sea el percentil de peso de un niño lo importante es:

Seguir su evolución. Una alteración importante de los percentiles en los que suele moverse es lo que puede alarmar de que hay un problema.

Valorar si el niño está sano o enfermo. Esto es lo esencial. Da igual el percentil en el que esté, si está sano no hay que hacer nada.

Causas más frecuentes de un estancamiento en el peso

Cuando realmente hay un estancamiento y el peso se detiene o baja durante semanas o meses debemos plantearnos en primer lugar si nuestro hijo tiene algún síntoma de que haya un problema: Dolor abdominal, Debilidad, Vómitos frecuentes, Diarreas frecuentes, Dermatitis…

Las causas más frecuentes de una bajada o parada de la ganancia de peso suelen ser:

  • Intolerancias y alergias alimentarias.
  • Enfermedades crónicas (Bronquitis, amigdalitis, otitis, infecciones de orina de repetición).
  • La simple sucesión de enfermedades agudas en los primeros años de escolarización. Mocos, mocos y más mocos, que el niño está constantemente tragando y hacen que pierda el apetito. Hay que entender que el moco está compuesto de azúcar y proteínas y es muy nutritivo. Pero claro, es reciclaje puro. Segregando y digiriendo moco poco peso va a ganar.
  • Mala Dieta. Otra causa importante de estancamiento, especialmente a partir del 1º año de vida es lo que llamamos Anorexia del primer año.

Intolerancias y alergias alimentarias

El pediatra que le sigue debe valorar cuáles pueden ser lo causantes en función de su evolución de peso, la pauta que has seguido en la introducción de los alimentos y el momento a partir del cual el peso se estancó.

Enfermedades crónicas

Aquí la clave es ir más allá del tratamiento de cada una de las crisis y abordar tratamientos para prevenirlas.

Infecciones en los primeros años de escolarización

Sólo en contados casos responde a que el niño tienen un problema con su sistema defensivo. En la mayoría de los casos funciona perfectamente, pero hasta que se pone al día de los gérmenes con los que vamos a convivir toda nuestra vida pueden ser 2-3 años desesperantes, en los que suelen estancarse de peso en invierno y ganar peso en verano.

Mala Dieta

Cuando los niños descubren que hay una gran variedad de sabores que no habían probado en sus primeros meses de vida y son mucho más apetecibles que esos monótonos purés a los que muchos están acostumbrados, suelen empezar a rechazar su alimentación habitual.

Si eso se acompaña de un estancamiento en el peso la reacción innata de los padres es ofrecerle lo que el niño acepte. Cuando esto ocurre la dieta empieza a hacerse cada vez más limitada en lugar de ir ampliándose. Y el peso se resiente más. Entramos en un círculo vicioso en el que cuanto más se estanca el peso, más proclives son los padres a ofrecerle al niño lo que le gusta. Habitualmente lácteos azucarados.

En resumen:

En la mayoría de los casos cuando un niño acude a la consulta porque no gana peso, el niño está sano y no hay que hacer nada. Pero lo ideal es hacer una valoración personalizada de cada caso, porque hay casos en los que ese estancamiento es signo de un problema que puede resolverse.

Si quieres calcular y comparar los percentiles de peso y talla de tu bebé y que te los explique puedes usar la Calculadora de Percentiles.

 

Categorías
Alergias e Intolerancias Alimentación Complementaria del Bebé Alimentación del Bebé y el Niño Bebé de 5 meses Blog Crecimiento y Percentiles Cuidados del Bebé y el Niño Dieta Sana Enfermedades Crónicas en Bebés y Niños Herramientas de Salud Infantil Infecciones en Bebés y Niños Lactancia Artificial Lactancia Materna Prematuros Recién Nacido Urinarias

Niños de bajo peso

Hay bebés que tienen según las tablas de crecimiento y bajo peso. Pero ¿Cuáles son las causas más frecuentes?¿Qué tipos hay?¿Cual es su importancia real?

Cuando vamos siguiendo el crecimiento de un bebé o un niño, nos guiamos fundamentalmente por la evolución de su peso y talla.

Al comparar esas cifras con las tablas de crecimiento, hay tantos niños por encima de la media, como por debajo de ella. Ambos grupos son normales. Pero es difícil evitar que los padres se preocupen si su hijo pertenece al grupo de los que están por debajo de la media.

Para afinar un poco más, usamos percentiles. Un percentil 3 de peso, por ejemplo, significa que el 3% de los niños normales tienen un peso menor que ese. Y por tanto el 97% de niños normales tiene un peso mayor.

Por eso lo importante cuando un niño tiene un peso bajo, es diferenciar si es normal o consecuencia de un problema. Pero sin olvidar que en bastantes casos puede ser normal.

¿Cómo diferenciamos al niño de bajo peso enfermo del normal?

Hay varias pistas que nos permiten hacernos una idea bastante real de si un niño con bajo peso lo es por tener un problema, o es simplemente así.

El niño de bajo peso enfermo suele caracterizarse por:

– Es un niño poco activo.

– Es un niño con aspecto de enfermo.

– Es un niño en el que el peso se ha estancado o bajado en un momento determinado. Cuando antes su evolución era normal.

El niño de bajo peso normal suele:

– Ser un niño sano.

– Ser activo. En muchos casos más que la mayoría. Incluso con un desarrollo más rápido de lo normal.

– Tener un peso que siempre ha ido en un percentil bajo.

¿Cuáles son las principales causas de bajo peso en niños enfermos?

En niños y bebés que tienen un peso bajo y es por una enfermedad, las causas más frecuentes son:

– Intolerancias y alergias a alguno de los alimentos que toma. De ellos, los más frecuentes son el gluten, las proteínas de leche de vaca y la lactosa.

– Enfermedades crónicas, como problemas respiratorios, de corazón o metabólicos.

– Defectos de hormonas: Especialmente hormona de crecimiento y del tiroides.

– Anemia por falta de hierro.

– Reflujo gastro-esofágico.

– Infecciones de orina.

– ….

La lista puede ser bastante más larga, pero en lo anterior entra casi el 99% de niños que tienen bajo peso no siendo sanos.

Ante un niño con bajo peso, especialmente si cumple los criterios de enfermo que pusimos antes, hay que descartar todos estos problemas.

El niño o bebé sano de peso bajo

Pero hay casos en los que una vez investigado todo lo anterior no hay nada.

El niño tiene un peso bajo y cumple los criterios vistos arriba para un niño normal con bajo peso:

– Está sano.

– Es activo y su desarrollo es normal, exceptuando el peso.

– Su peso siempre ha ido en un percentil bajo.

En estos niños, el mayor problema es precisamente que se tiende a hacer más de lo indicado.

Voy a poner un ejemplo para que se entienda: Es muy frecuente que se recomiende a los padres de estos niños: jarabes para las ganas de comer, suplementos de vitaminas o batidos hiper-calóricos. Todo lo que se ocurra para intentar aumentar el peso de estos niños.

Pero es un grave error. Imaginemos que mañana se publicasen unas estadísticas que dijesen que el peso normal para un adulto son los 200 kg. Y que hiciésemos cuanto estuviese en nuestra mano para que toda la población adulta alcanzase ese peso.

El resultado sería que forzaríamos el metabolismo, haciendo que apareciesen problemas de colesterol, diabetes, corazón… en personas que antes estaban sanas.

Dar cosas que buscan subir artificialmente el peso de estos niños (que son normales teniendo un peso bajo), equivale a lo mismo. Es forzar su metabolismo. Y antes o después pasará factura a su salud. Y todo ¿para qué? para ajustarlos a una normalidad mal entendida.

Repito: El percentil 3 marca el peso por debajo del cual están el 3 por ciento de los niños normales y sanos de esa edad.

Si no detectamos un problema y el niño es sano sin considerar su peso, el tratamiento más adecuado es no hacer nada.

En aquellos enfermos cuyo problema se detecte, el tratamiento no es tampoco un jarabe para las ganas de comer, ni vitaminas… sino tratar la causa de su problema.

Si quieres calcular y comparar los percentiles de peso y talla de tu bebé y que te los explique puedes usar la Calculadora de Percentiles.

Categorías
Alimentación Complementaria del Bebé Alimentación del Bebé y el Niño Alta Demanda Apego Autonomía Bebé de 4 meses Blog Conciliación Conducta del Bebé y el Niño Convivencia Crecimiento y Percentiles Cuidados del Bebé y el Niño Herramientas de Salud Infantil Higiene del Bebé y del Niño Lactancia Artificial Lactancia Materna Maternidad Otros temas de Salud Infantil

Peketip: Cada bebé a su ritmo

Cada bebé a su ritmo

Todo bebé dispone de mecanismo para adaptarse a los cambios mucho más complejos de lo que somos capaces de comprender.

Todo lo que sabemos hasta ahora sobre esos mecanismos son una burda aproximación.

Por eso, intentar forzarlos es mala idea.

Mientras no tengamos una prueba clara de que la forma en la que un bebé se adapta a un cambio le perjudica (lo que a veces pasa), no deberíamos interferir.

Si dejamos que sus mecanismos adaptativos actúen irán afinando su respuesta, haciéndolo cada vez mejor.

Si en lugar de interferir, observamos como funcionan, aprenderemos a entender mejor las necesidades de nuestro hijo y responderemos de forma más adecuada la próxima vez.

Observa mucho a tu hijo, disfruta que tienes el honor de vivirlo y piensa antes de actuar.

Categorías
Bebé de 4 meses Blog Calculadoras Constantes de Salud Infantil Crecimiento y Percentiles Cuidados del Bebé y el Niño Dosis en Medicinas para Bebés y Niños eHealth en Salud Infantil Herramientas de Salud Infantil

Calculadoras Mi Pediatra Online

Calculadoras útiles para los padres y madres:

Categorías
Alimentación Complementaria del Bebé Alimentación del Bebé y el Niño Blog Botiquín para atender Bebés y Niños Conducta del Bebé y el Niño Control del Tiempo en Salud Infantil Crecimiento y Percentiles Cuidados del Bebé y el Niño Desarrollo Infantil eHealth en Salud Infantil Embarazo Herramientas de Salud Infantil Higiene del Bebé y del Niño Maternidad Ocio para Bebés y Niños Otros temas de Salud Infantil Primer Mes de vida del Bebé Ropa para Bebés y Niños Transporte de Bebés y Niños

El control del niño sano en crisis

El Control del Niño Sano es muy importante en la prevención y en la formación. Pero cada vez son más los centros de salud en los que no puede hacerse por masificación.

Hace ya 12 años que acabé la especialidad de Pediatría. Cuando yo la hice, no era necesario rotar durante nuestra formación por atención primaria. Yo lo hice porque lo solicité. Fui el primero de mi promoción en hacerlo. Después me imitaron otros.

La formación de los pediatras vía MIR es fundamentalmente hospitalaria. Y se centra en el tratamiento de la enfermedad.  La resolución de problemas de sueño, conducta, alimentación y los consejos sobre cómo evitarlos no suelen darse en el hospital. El seguimiento del desarrollo y crecimiento de niños normales tampoco se hace en el hospital.

Esto tiene una consecuencia. La mayoría de los pediatras no recibe formación específica para realizar el Control del Niño Sano.

En muchos casos, en los centros de salud, ni siquiera es una labor realizada por el pediatra. Se ha relegado a enfermería. No lo digo en sentido despectivo hacia enfermería. Muchas veces hacen una labor mejor que la de muchos pediatras. Lo digo porque es verdad. Ha sido relegado. En teoría el seguimiento del desarrollo infantil y la resolución de los problemas (no enfermedades) que pueden aparecer en ese crecimiento, eran parte del trabajo del pediatra. Pero en muchos centros se ha eliminado por la masificación.

Cuando los pediatras tienen demasiados pacientes, y no pueden ver adecuadamente a los niños enfermos por falta de tiempo, los gerentes han decidido que la solución es que dejen de ver al Niño Sano y se centren en el enfermo.

Esto ha empeorado aún más con los recortes en sanidad.

Pero el Control del Niño Sano y la participación del Pediatra en él, me parece esencial por varios motivos:

–        Sirve para detectar muchos problemas de salud no evidentes.

–        Establece una relación estable entre pediatra, padres y niño. Eso permite al pediatra conocer mejor las particularidades del niño y su familia. Lo que ayuda a abordar de forma individualizada los problemas que surjan y seguir mejor los problemas crónicos.

–        Crea un vínculo de confianza entre los padres y el pediatra que es esencial en el tratamiento de problemas que no tienen solución inmediata. Cuando esa confianza no existe, los padres se desesperan y empiezan a peregrinar. Eso suele significar que nadie acabe resolviéndolo: “Un médico cura, dos médicos dudas, tres médicos, muerta segura.”

–        Es el mejor modo de dar formación e información individualizada a los padres sobre Puericultura. Es decir, sobre cómo abordar los cambios que el bebé experimenta en su crecimiento.

Suele definirse la Pediatría como la Medicina del ser humano en crecimiento. Pero la estamos transformando en la Medicina del niño enfermo. Es un claro empobrecimiento.

Hay un problema añadido. Los pediatras, para realizar decentemente esta labor debemos esforzarnos para dedicarle el tiempo necesario (que muchos pediatras no tienen) y para adquirir la formación adecuada para dar este servicio. Ya que la que recibimos en el hospital es en la mayoría de los casos escasa y dada por otros pediatras que no la ejercen.

Por desgracia hay pediatras que actúan sobre los cambios de crecimiento de un niño como un elefante en una cacharrería. Hay quien “regaña y amenaza” a los padres, para al final, darle consejos basados en prejuicios que en muchos casos empeoran los problemas y generan ansiedad en los padres, pero no resuelven nada.

En otras ocasiones medicalizan cuestiones que nada tienen que ver con fármacos, sino con la forma en que hacemos las cosas con el bebé.

Hay que salvar el Control del Niño Sano, pero los pediatras necesitamos formarnos mejor para estar a la altura.

Categorías
Alimentación Complementaria del Bebé Alimentación del Bebé y el Niño Ansiedad Autonomía Bebé de 16 meses Blog Conducta del Bebé y el Niño Convivencia Crecimiento y Percentiles Cuidados del Bebé y el Niño Dieta Sana Herramientas de Salud Infantil Maternidad Otros temas de Salud Infantil

Peketema 5: Los niños que no comen

En realidad, los niños que no comen no existen. Pero la sensación de que un niño no come bien es algo muy frecuente. Cuándo tenemos que preocuparnos los padres y cómo podemos actuar es el tema de este artículo.

Esta semana vuestras sugerencias para Peketema han sido una avalancha. Entre los temas más votados había artículos sobre los que ya he escrito. Este tema también lo había tratado ya. Pero creo que es con diferencia uno de los que más afectan a la relación padres-hijos y por eso quiero ampliar el enfoque con un par de artículos más sobre él.

Como decía, los niños que no comen no existen, porque se mueren. La gran mayoría de los padres que me consultan por este motivo no traen a un niño con graves problemas de salud, ni malnutrido, ni con mal estado general. Es muy frecuente que sean niños incluso más activos de lo normal. En su mayoría delgados. Pero incluso veo algunos con un peso normal o hasta por encima de lo normal.

Por eso, el primer paso que tenemos que dar al hablar de que mi hijo no come bien es sacar las comidas de nuestro pensamiento, mirar a nuestro hijo y preguntarnos: «¿Está sano?»

Si tenemos dudas, diremos que está sano si es activo, tiene una vida similar (a parte de las comidas) a la del resto de los niños de su edad, y no necesita atención médica por otros motivos importante.

Mi experiencia me dice que en la gran mayoría de los casos el niño que no come bien está sano. Y en este artículo me centraré en esos niños. Sólo mencionar que si no está sano y come mal hay que descartar causas como infecciones de orina, intolerancias alimentarias, reflujo gastro-esofágico… Para eso, evidentemente acudid a vuestro pediatra.

Para la otra gran mayoría de niños «que no comen» pero están sanos os voy a hacer unas preguntas. Y las prefiero hacer aquí y no en directo para que os respondáis con total sinceridad:

– ¿Realmente tu hijo no come, o come sólo lo que quiere y cuando quiere? Esto es lo habitual. Si tu hijo está sano, sin duda está comiendo. Lo que los padres interpretan como que no comen es que no come las comidas.

– ¿Cuántas veces le ofreces alimento al día? Entendemos por alimento cualquier comida o bebida distinta al agua. Yo suelo recomendar que a lo largo del día, cada vez que le ofrezcas comida lo apuntes. Apuesto a que son más de 10 veces al día. Y a que suele tomar sólo una pequeña cantidad, sólo de lo que le gusta y porque vas persiguiéndole.

– En las horas de las comidas, ¿Usas cualquier sistema que se te ocurre para entretenerlo mientras le das de comer y has acabado eliminando de su menú cada vez más alimentos para adaptarse a lo poco que parece aceptar?

Prefiero que medites un momento sobre tus respuestas.

Si quieres saber lo que opino sobre como solucionarlo te recomiendo otro artículo sobre el niño que come mal y El origen de los problemas con la comida en niños.

Categorías
Alimentación Complementaria del Bebé Alimentación del Bebé y el Niño Ansiedad Autonomía Bebé de 7 meses Blog Conciliación Conducta del Bebé y el Niño Crecimiento y Percentiles Cuidados del Bebé y el Niño Dieta Sana Herramientas de Salud Infantil Maternidad Otros temas de Salud Infantil

Peketema 5 bis: El origen de los problemas con la comida en niños

La mayoría de los problemas con la comida en niños nacen de la desinformación de los padres. Las 3 claves para evitarlos.

Uno de los temas que con más frecuencia afectan a la relación entre los padres y los hijos es la alimentación. Que un niño, por lo demás sano sea llevado a la consulta de un pediatra, tiene en la mayoría de los casos un sólo motivo: No come bien y/o no gana peso.

El problema es que estando sano el niño, es con diferencia uno de los problemas que más pueden generar malestar en los padres y conductas que producen rechazo y malestar al niño. Esto es evitable si entendemos tres conceptos simples, pero que pocas veces creo que se explican y que muchos padres no ven así.

A mi parecer los tres conceptos clave para evitar problemas con la comida en niños son:

  1. Confiar en los mecanismos de autoregulación de los niños y respetarlos.
  2. Entender lo que es normal en cantidad de comida y evolución del peso.
  3. Evitar estrategias para aumentar la cantidad de comida y la ganancia de peso.

Ahora voy a explicarlos:

Confiar en los mecanismos de auto-regulación de los niños y respetarlos.

Los adultos no comemos siempre igual. Hay días y comidas en las que tenemos más hambre y otras en las que menos. Esto no nos asombra. Casi siempre podemos explicarlo si nos preguntan: Es que ayer cené demasiado, hace poco que he picado algo, no acabo de encontrarme bien, o simplemente, ahora no me apetece.

Eso no nos preocupa porque tenemos claro que acabaremos comiendo en cuanto tengamos hambre de nuevo. Nadie se empeña en contabilizar la cantidad y frecuencia de nuestras tomas. Incluso aceptamos que si mi cuerpo no me lo pide en este momento es que es mejor no empeñarme porque lo más normal es que me caiga mal.

Sin embargo, no confiamos en los mecanismos de auto-regulación de los niños. Pretendemos que coman cuando nosotros lo decidimos, y la cantidad que por alguna extraña razón hemos llegado a la conclusión de que es la adecuada para ellos. Y encima esa cantidad es siempre la misma. ¿No lo veis irracional?

Yo insisto mucho a los padres en que mientras el resultado sea bueno (y eso quiere decir que el niño esté sano) debemos respetar en cantidades y frecuencia los impulsos de comer del niño. Cuando no lo hacemos, generalmente intentando que coma más, acabamos insistiendo hasta el punto de hacer al niño desagradable la situación.

Entender lo que es normal en cantidad de comida y evolución del peso.

Para mi gusto, las indicaciones sobre cantidades de alimento que se dan a padres por parte del pediatra, las latas de leche, los potitos y algunos libros harían un gran favor a padres y niños si desapareciesen del planeta. Simplemente son inútiles y generan muchos problemas. Igual que en vuestra casa el padre y la madre no coméis lo mismo (y veis normal que sea así), los niños tienen cada uno un metabolismo muy diferente. Los hay que absorben mejor los nutrientes, los hay más activos, los hay más estreñidos, los hay más dormilones… Pretender dar una cantidad de alimento ideal en función de la edad del niño es absurdo. Pero muchos padres se empeñan en cumplir la norma que han encontrado creyendo que no hacerlo perjudica a su hijo.

La realidad es que, en cada comida, el cuerpo de su hijo pide según sus necesidades (adaptándose en los niños sanos de forma mucho más perfecta de lo que podríamos hacer nosotros con el programa informático más puntilloso).

Cuando la cifra mágica que pretendemos que coma está por debajo de lo que el cuerpo del niño pide, lo dejamos con hambre. Y eso hace que en la siguiente toma coma con más ansiedad, lo que favorece problemas de gases y mala digestión.

Si la cifra mágica está por encima de lo que el niño pide, empezamos las estrategias para que el niño coma más que trataré en el siguiente punto.

Algo parecido pasa con la evolución del peso y las tablas de «normalidad» : El percentil 3 de peso sólo significa que el 3% de los niños sanos de esa edad, tiene un peso por debajo de esa cifra. Pero en cuanto unos padres se enteran de que el peso de su hijo está por debajo de la media, empiezan a preocuparse por cómo hacer que suba. Evidentemente haciendo que coma más de lo que lo hace. Más de lo que su cuerpo le dice que necesita. Esta tontería, por definición afecta a nada menos que la mitad de la población infantil del planeta (la mitad que está por debajo de la media). O sea que es probable que casi la mitad de los padres y madres de este mundo que saben el percentil de peso de su hijo (mejor sería no saberlo y mirar si está sano y punto) desarrollen estrategias para que su hijo coma más de lo que su cuerpo le pide.

Evitar estrategias para aumentar la cantidad de comida y la ganancia de peso.

No respetar los mecanismos de auto-regulación del niño y la preocupación por creer que nuestro hijo no come suficiente o no gana bastante peso son el desencadenante de unas conductas en torno a la alimentación que generan muchos problemas. Voy a describir esas conductas y los problemas que aparecen con ellas:

  1. Pelear con el niño para que coma más. Raramente conseguimos que coma más de 2-3 cucharadas por encima de lo que le apetecía. Pero hacemos de la comida algo desagradable. ¿Crees que a la larga el niño comerá mejor o peor, si hacemos de cada comida una situación desagradable? Más valen 4 cucharadas con gusto que 6 peleando.
  2. Entretener al niño para darle de comer embobado. Poner la televisión, el móvil, el iPad o cualquier otra fuente de imágenes embobaniños, o liar el circo para que coma, no es más que una forma de hacer que el niño coma de forma pasiva. Más tarde o más temprano pretenderemos que el niño coma sólo, y entonces nos quejaremos de que tenemos que darle de comer (eso sí, seguiremos poniéndole los dibujos animados mientras come, amenazándolo cada 10 segundos con apagarlos si no come).
  3. Ofrecer sólo los alimentos que más le gustan. Cuando estamos muy preocupados por la cantidad que come nuestro hijo y vemos que hay alimentos que el niño no quiere tomar, o toma con dificultad y otros que come con más facilidad, tendemos a darle los que prefiere. El resultado es que el niño acaba teniendo una dieta pobre. Lo que es mucho más probable que le genere problemas de salud que comer algo menos.
  4. Ofrecer constantemente comida rápida (galletas, pan, gusanitos, chucherías) o bebidas azucaradas (zumos, batidos, yogur líquidos «para mejorar las defensas») para que al menos tenga algo en el cuerpo. Hacer esto es la forma más segura de que el niño, poco después, cuando le pongamos la comida no tenga las más mínimas ganas de comer.

Otros artículos en los que trato este tema son «El niño que come mal«,  «El niño delgado«, «Los niños que no comen«

 

Categorías
Alimentación Complementaria del Bebé Alimentación del Bebé y el Niño Bebé de 19 meses Blog Calculadoras Crecimiento y Percentiles Dieta Sana Herramientas de Salud Infantil Maternidad Otros temas de Salud Infantil

El niño delgado: Peketip 14

Aunque esté delgado y coma poco, si tu hijo es activo, está sano y tiene una dieta variada, no tiene un problema con la comida. No luches para que coma más: eso empeora su relación contigo y con la comida.

Muchos padres se agobian porque su hijo sea delgado. Pero lo importante es que esté sano. Y para estarlo en relación a la comida, hay dos cuestiones importantes:

  • Que tenga una dieta variada.
  • Que su relación con la comida sea buena.

Cuando los padres, preocupados por su delgadez, olvidamos que el niño está sano y empezamos a actuar intentando que coma más, es frecuente que hagamos cosas contraproducentes:

  • Insistir hasta el punto de hace de la comida algo desagradable.
  • Seleccionar la dieta adaptándonos a los gustos del niño a costa de reducir su variedad.
  • Recurrir a medicamentos innecesarios (está sano, ¿recuerdas?) para que el niño coma más.
Peketip 13
Peketip 15

 

Si te ha gustado, ¡¡compártelo en tus redes sociales!!

Conseguirás que ayude a tus amigos.