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¿Debo evitar que la gente toque a mi bebé?

Gérmenes y bebés. Microbios, infecciones y miedo al contagio

Una de las preocupaciones más extendidas entre muchas familias: El miedo al contagio de gérmenes a su bebé. Te explico algo muy importante y con lo que pocos cuentan.

Entre las causas del increíble descenso de la mortalidad infantil en los países desarrollados, una de las más importantes es la mejora en la salubridad, en las condiciones de higiene.

Pero como en otras muchas cuestiones corremos el riesgo de pasarnos de un extremo al otro y pagar las consecuencias.

Evidentemente, crecer en una ciudad sin alcantarillado, donde es difícil conseguir agua no contaminada de los gérmenes de todo el mundo y sin una higiene básica, favorece el contagio de enfermedades infecciosas, parasitosis y todo lo que se nos ocurra.

Pero podemos dar por hecho que ese nivel básico de salubridad pública está garantizado en nuestra sociedad.

De lo que quiero hablar aquí es de algo muy común en esta “sociedad limpia”: El miedo casi obsesivo de muchas familias a que su bebé sea contagiado de una infección por cualquiera.

Costumbres como no salir a la calle en las primeras semanas, evitar los lugares bulliciosos con el bebé, limpiar constantemente las manos del bebé durante los primeros meses para que no se meta las manos sucias en la boca, hacer de “Guardia Pretoriana” para que nadie se le acerque….

Para que entandáis esto voy a aclarar un par de conceptos que no suelen explicarse.

¿Está indefenso un bebé durante los primeros meses de vida?

La especie humana ha sobrevivido durante cientos de miles de años sin jabón, sin antibióticos, sin toallitas esterilizantes….

El sistema defensivo del bebé está preparado desde que nace para defenderse de las infecciones. De hecho está mejor preparado durante los primeros meses. Y es así porque durante el embarazo, de la sangre de la madre, pasan al bebé los anticuerpos contra todas las infecciones que la madre ha pasado en toda su vida. Es lo que llamamos Inmunización Pasiva. 

En los primeros 6-8 meses, cuando un bebé tiene contacto con cualquier infección que su madre ha pasado, es bloqueada por los anticuerpos que su madre le pasó en el embarazo.

Sin que sufra fiebre, ni mocos, ni tos, ni vómitos, ni diarrea… Sin desarrollar síntomas, los anticuerpo de mamá frenan al germen y avisan al sistema defensivo del bebé.

Le dicen: “Míra, sistema defensivo del bebé, este bicho es malo, liquídalo… Y a partir de ahora, cuando vuelvas a verlo por aquí, a por él.”

Este proceso se repite con un germen tras otro durante los primeros meses. Lo normal es que si el niño vive en el mismo entorno en el que lo ha hecho su madre, en esta etapa identifique y frene en estos primeros meses un amplio porcentaje de los gérmenes con los que va a tener que vivir el resto de su vida. 

De indefenso nada.

¿Qué ocurre cuando evitamos el contacto del bebé con gérmenes durante los primeros meses de vida?

Evitar este contacto al 100% es imposible. Porque en este mundo hay bichos por todas partes.

Pero podemos reducir mucho el contacto con gérmenes que pueden crecer en nuestro cuerpo si limitamos el contacto con otros seres humanos. ¿Debemos hacerlo o no?

Si limitamos el contacto con otras personas para evitar contagios:

  1. Estamos impidiendo que el bebé tenga esos primeros contactos cuando cuenta con la ayuda de los anticuerpos de mamá. Antes o después acabará recibiéndolos. Evitarlo en la primera etapa sólo le retrasará el trabajo para que se le venga todo encima cuando ya no cuente con la ayuda de la Inmunización Pasiva. Pasará con fiebre, tos, mocos, vómitos y/o diarrea infecciones que pudo superar sin síntomas en los primeros meses. 
  2. El sistema defensivo debe aprender a reaccionar de forma adecuada. Para regularse debe trabajar. Cuando tiene contacto con muchos gérmenes diferentes, aprende a reaccionar de forma más intensa con los más agresivos y a ser más tolerante con los que no lo son. Cuando no se le deja una carga mínima de trabajo, va acumulando capacidad defensiva y en cuanto puede, tiende a reaccionar con más intensidad de la adecuada. Por eso muchos niños que viven en su burbuja antiinfecciosa, en cuanto pillan un virus que irrite un poco la vía respiratoria, desarrollan bronquiolitis.
  3. Las medidas de higiene permiten fundamentalmente evitar bacterias, hongos y parásitos. Pero son muy poco efectivas frente a virus. Es por eso que en la actualidad generan más ingresos hospitalarios las infecciones virales que las bacterianas. Cuando siempre fue al revés. El problema es un sistema defensivo infrautilizado que concentra toda su capacidad en reaccionar frente al único estímulo que no logramos evitar: Los virus. Por eso la mayoría de los niños pequeños, cuando se les hace una analítica y vemos sus células defensivas tiene Linfocitosis: Entre las células defensivas hay Linfocitos (que luchan fundamentalmente contra virus) y Neutrófilos (que luchan especialmente contra las bacterias). Los niños suelen tener un porcentaje de neutrófilos bajo y de Linfocitos alto. Esto acaba generando hiperreactividad frente a esas infecciones virales. Algo responsable de las bronquitis de repetición que si no se soluciona acaba generando asma.

Por lo tanto:

Es razonable que tu bebé no gatee por un urinario de un bar.

No lo bañes en una alcantarilla.

Es adecuado que limpiemos las hortalizas que han sido regadas con aguas residuales…

Pero evitar de forma obsesiva que nadie se acerque a él es claramente contraproducente.

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Lunares en niños

Lunares o Melanoma. ABCDE

Los lunares son zonas de la piel que tienen más melanocitos que el resto dándole una coloración oscura. Pueden aparecer en cualquier edad. Te explico cuándo debe verlos el médico.

¿Qué es un lunar?

Un lunar es una zona de la piel que tiene una coloración diferente al resto. Habitualmente de forma redondeada y color marrón más oscuro que el resto de la piel.

Es algo frecuentísimo. Casi todo el mundo tiene algún lunar.

Los niños pueden tenerlos incluso desde el nacimiento. Y pueden ir apareciendo a lo largo de la vida.

Pero es algo que a veces preocupa porque hay un cáncer de piel que parece un lunar: El Melanoma.

¿Qué es un melanoma?

Un melanoma es un cáncer maligno de piel que puede aparecer en cualquier momento de la vida. Aunque en los niños es algo excepcional.

El desencadenante son las quemaduras solares repetidas.

Cuando aparece tiene un aspecto similar a un lunar, pero luego cambia dándonos pistas de que no es normal.

Para diagnosticar lunares desde hace unos años se ha difundido una guía. El ABCDE del melanoma.

Diferenciar un lunar de un melanoma en niños

En cualquier momento puedes encontrar en la piel de tu hijo un lunar que antes no estaba. Y puedes sentir preocupación por si será un lunar “bueno o malo”.

Un Melanoma cumple antes o después las 5 características que ves en la imagen:

Asimétrico. Es decir, que tiene una forma irregular con una mitad diferente a la otra. Un lunar “bueno” suele ser redondeado u ovalado.

Bordes irregulares. Un melanoma tiene bordes irregulares porque invade el tejido que le rodea, mientras un lunar “bueno” tiene unos bordes claramente definidos.

Color. Un Melanoma tiene diferencias de color evidentes en su interior, mientras que un lunar “bueno” tiene una coloración uniforme.

Diámetro de 6 mm. Que mida más de 6 mm no quiere decir en absoluto que tenga que ser un melanoma. De echo ninguno de los anteriores puntos por sí solo nos hace pensar en un melanoma.

Evoluciona. Esto es lo más característico de un melanoma. Que lo vemos cambiar poco a poco. Evidentemente cualquier lunar nuevo cambia. Ha pasado de no estar a estar. Pero la aparición de un lunar “bueno” es tan rápida que lo descubrimos de repente. La diferencia es que el melanoma lo descubrimos y en las semanas o meses posteriores vemos cómo va cambiando de aspecto.

Cualquier lunar que cumpla algunos o varios de los puntos anteriores debe ser valorado por el dermatólogo. No hay ninguna seguridad de que sea un melanoma. Pero debe verlo. Y lo que debes hacer no es agobiarte, sino llevarlo al dermatólogo.

¿Tengo que hacer algo si a mi hijo le salen muchos lunares?

El estímulo para la aparición de lunares es La Luz Solar. Hay quien tiene mucha facilidad para que le salgan y quien no. Que a alguien le salgan muchos es un indicativo de que tiene una piel muy sensible o de que se está exponiendo demasiado al sol.

Sin pasarnos, debemos evitar las quemaduras solares. Pero el sol en realidad es bueno y necesario para la salud.

Como en tantas cosas la virtud está en el término medio. Y respecto al sol el término medio es que:

– Expongas a tu hijo al sol tanto como sea posible sin que se queme.

– Si prevés que puede llegar a quemarse limita la exposición.

– Si no puedes limitar la exposición y sabes que vas a superar lo que aguanta sin quemarse, aplica crema de protección solar. Pero no es lo ideal. Lo ideal es que limitemos la exposición a la que puede tolerar sin quemarse.

– Has una exposición gradual de forma que llegue con un moreno uniforme al verano. Se quemará menos cuanto más moreno esté.

Todas estas medidas son útiles para que no aparezcan lunares nuevos, aunque sean “buenos” y para evitar el melanoma.

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Bebé de 15 meses Blog Conducta del Bebé y el Niño Edad del Bebé o Niño

Sexualidad temprana en niños

Sexualidad precoz en niños.

El descubrimiento de la sexualidad temprana por los niños y las dudas que generan sobre lo adecuado frente a su conducta. Qué hacer cuando los niños se tocan los genitales con frecuencia y parece que disfrutan haciéndolo.

Este artículo lo he hecho en respuesta a la pregunta de Laura Llivina en nuestra comunidad de Facebook: “De cuando los niños se descubren las partes intimas y empiezan a “jugar” con ellas”.

No hay una fecha exacta para esto. Hay niños que en los que esta etapa casi no es apreciable y otros en los que resulta más llamativo.

No representa en absoluto un desarrollo sexual precoz ni anticipa una conducta sexual futura de ningún tipo. 

Lo que vemos con mucha frecuencia en niños y niñas alrededor de los 2 años es un descubrimiento fortuito de placer al manipular sus genitales. Nada más.

Los niños son curiosos por naturaleza. Lo exploran todo.

Los genitales son una parte más del cuerpo. Para ellos no hay ningún tabú cultural establecido aún.

Juego con los genitales propios en niños

Cuando, por ejemplo, una niña va en un carro y la cinta central del cinturón roza sus genitales, puede producir una estimulación de los receptores nerviosos de esa zona.

Es relativamente frecuente que cuando ocurre la niña note una sensación placentera y siga haciendo movimientos de balanceo.

En varias ocasiones en la consulta han venido padres con preocupación por lo que les parece una especie de convulsión: “La niña hace movimientos de balanceo repetitivo, con la mirada fija y sudoración, tras lo que se queda hipotónica.”

Pero estas crisis no se producen más que en el carro, la trona o la hamaca, cuando el movimiento de balanceo estimula sus genitales.

En el caso de los niños, con esta edad lo que vemos es un toqueteo constante de sus genitales. Pero es raro que lleguen a un nivel de estimulación similar al de algunas niñas.

Otro aspecto es la curiosidad por los genitales de otras personas

De nuevo, la curiosidad de los niños es ilimitada y las diferencias les resultan muy llamativas.

Pero sin las connotaciones sensuales que los adultos atribuyen a esas diferencias.

A un niño le resulta llamativos los genitales de una niña y viceversa, del mismo modo que puede resultárselo un color de pelo distinto al suyo. Es algo diferente, sin más.

¿Qué hacer ante esta conducta sexual temprana?

Lo principal es verlo con naturalidad. Porque es algo propio de la naturaleza del niño explorar y conocer tanto su propio cuerpo como todo lo que le rodea.

El problema no es de los niños, sino de la carga cultural que nosotros atribuimos a este tema:

  • La curiosidad por los propios genitales es normal y no veo sentido a que se limite.
  • La curiosidad por los genitales ajenos debe enfocarse enseñando al niño simplemente que entra dentro del campo del respeto al otro. Y que en ese campo es visto por los demás como un tema especialmente sensible.
  • Y finalmente el tema de la autoestimulación, más por prejuicios culturales que por otra cosa, va a ir limitándose finalmente, aunque no hagamos nada, al ámbito privado.

En este tema lo importante es descargarlo de dramatismo. No tiene la menor importancia y tiende a autoregularse sin grandes intervenciones.

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Alimentación Complementaria del Bebé Alimentación del Bebé y el Niño Bebé de 4 meses Blog Edad del Bebé o Niño

BLW, ¿hay que esperar a que se siente y desparezca el reflejo extrusivo?

Pasos Naturales antes de la alimentación Sólida BLW

Muchas guías de BLW hablan de que para que un bebé pueda tomar alimentos sólidos debemos esperar a que desaparezca el reflejo extrusivo y sea capaz de sentarse erguido sin ayuda. Vamos a discutirlo. Porque no estoy de acuerdo.

Simplificando mucho, mucho, los pasos necesarios en el desarrollo para alimentarse son (con fechas aproximadas):

Día 0: Sabe gestionar líquidos para no atragantarse, limpiar la vía respiratoria y alimentarse con leche.
2 meses: Se mete las manos en la boca y babea. No es como muchos dicen por los dientes. Aunque el primer diente acabe saliendo con 10 meses, con 2 meses casi todos los bebés se meten las manos en la boca (coordinación para llevar luego objetos a la boca), juegan con los dedos (ejercitando la lengua y los músculos implicados en la masticación y formación del bolo alimenticio) y salivan mucho (para ayudar a la primera digestión de los sólidos y la lubricación del bolo alimenticio.
3 meses: Mantiene la cabeza erguida. Tragar sólidos con el cuello torcido es complicado.
4 meses: Todo se lo mete en la boca. Sea comida o cualquier otra cosa que caiga en sus manos. Mucho antes de alcanzar los dos pasos siguientes..
5 meses: Desaparece el reflejo extrusivo.
6 meses: Se queda sentado.

Y he dejado fuera la dentición efectiva porque esto ya lo expliqué en una entrada previa.

¿En qué momento empezar con la alimentación sólida en el bebé?

Esta es la pregunta clave que quiero que respondamos en este artículo.

Cuando los padres me preguntan el momento de empezar con alimentación sólida suelo responderles que “Cuando el bebé se lo lleve todo a la boca”.

Esto es algo que la mayoría hacen meses antes de que desparezca el reflejo extrusivo y sean capaces de mantenerse sentados.

Cada vez el Baby Led Weanning tiene más seguidores. Y cuando explico esta forma de alimentación son muchos los padres que me dicen que no han empezado aún porque el bebé no es capaz de sentarse y porque aún tiene reflejo extrusivo. A lo que les respondo que si esperamos a esos dos hitos ya llegamos tarde.

¿De verdad seguimos pensando que la Naturaleza se ha equivocado en un proceso evolutivo que ha durado muchos cientos de miles de años?

Como toda teoría, el BLW tiene sus teóricos. Gente pionera que vio una forma diferente de hacer las cosas y empezó a definir sus premisas.

Hicieron un gran trabajo, poniendo en tela de juicio lo que se en ese momento se tomaba por verdad indiscutible. Pero su trabajo, como cualquiera sigue en evolución. Y para avanzar es necesario seguir poniendo en cuestión todo lo que se da por sabido.

Dos de las premisas defendidas por muchos difusores del BLW son que podemos empezar a alimentar con sólidos a un bebé cuando:

– Desaparezca el reflejo extrusivo.

– Sea capaz de mantenerse sentado erguido.

Pero eso supone un retraso evidente de varios meses sobre el momento en que la Naturaleza dota al bebé de la capacidad de echárselo todo a la boca. ¿De verdad tiene sentido?

¿Qué es el reflejo extrusivo?

Cuando los bebés empiezan a llevarse objetos a la boca, raramente se los tragan. Lo que hacen es moverlos por la parte anterior de la boca y acaban echándolos.

Esto es casi una constante. La mayoría de los bebés lo hacen durante semanas a partir del momento en que se les deja introducirse objetos sólidos (comida preferentemente).

No son pocos los padres que se desesperan pensando que así el niño poco o nada va a comer.

Cuanto mayor es la edad con la que el niño empieza a comer sólidos menor es habitualmente el tiempo que tarda en vencer el reflejo extrusivo y empieza a tragar. Pero lo habitual es que todos lo tengan inicialmente, empiecen antes o después.

Algunos parecen no tenerlo, porque en realidad lo han vencido ya con otros objetos distintos de la alimentación. Como el chupe, una manta, un muñeco de plástico o un zapato…

Pero no le veo el sentido a retrasar la alimentación. Ya que el niño puede aprender a vencer ese reflejo extrusivo con la comida como lo hace con cualquiera de los otros objetos.

¿Para qué está ahí el reflejo extrusivo? Y ¿por qué debe vencerlo?

Lo que hace un niño mientras tiene el reflejo extrusivo es manejar los sólidos en la boca sólo en la parte anterior de la misma.

Ese reflejo reduce el riesgo de atragantamiento, porque hace que el bebé tenga un periodo de aprendizaje y de mejora de la movilidad de todos los músculos implicados en la masticación y formación del bolo alimenticio antes de intentar tragarlo.

No tiene sentido privar al niño de ese aprendizaje, ni que lo haga con algo que no sea comida.

Se vencerá el reflejo cuando haya mejorado la movilidad de la lengua y del resto de músculos de la boca y la garganta, permitiendo una deglución adecuada. Pero mientras va teniendo un contacto con los alimentos que reduce la incidencia de alergias si es precoz.

Sentarse erguido para comer

Para que traguemos bien, sin atragantarnos, es bueno que uno esté erguido. Tumbado o con la espalda y el cuello torcidos es más difícil tragar.

No parece entonces absurdo pensar que para comer sólidos sea necesario que un bebé sea ya capaz de mantenerse sólo erguido.

Pero entonces, ¿por qué la Naturaleza ha permitido que los niños tengan capacidad y tendencia a metérselo todo en la boca meses antes de quedarse sentados?

¿Cómo selecciona la naturaleza el orden de estos hitos del desarrollo?

Por supervivencia. Si como algunos dicen comer sólidos antes de ser capaz de sentarse sólo fuese algo que favorece el atragantamiento, los niños que lo hacían hubiesen tenido una tasa de mortalidad mayor. Y tras miles de generaciones sólo hubiesen quedado los que tienen tendencia a echarse los alimentos a la boca sólo cuando ya se mantenían sentados.

Pero no es así. La mayoría tienden a echarse los alimentos sólidos a la boca antes de quedarse sentados. ¡Qué raro!

Pues no lo es si pensamos lo que implica.

Que un niño muestre interés por tomar los alimentos sólidos antes de sentarse por sí mismo, implica que los pide a sus padres, pero sólo pueden dárselos mientras lo tienen sujeto en su regazo.

Esto obliga a que la fase inicial de alimentación sólida se produzca sí o sí bajo la supervisión de los padres. Nadie dejaría comiendo sólidos sin supervisión a un bebé que no es capaz de quedarse sentado sin sostenerlo.

Planteamiento de fondo

El BLW es revolucionario porque supone un ejercicio de humildad.

En lugar de dedicarnos a poner “puertas al campo”, hemos reconocido que nos equivocamos limitando la tendencia natural de los niños a tomar alimentos sólidos en un momento determinado. Asumiendo que cuando el proceso de selección natural ha llegado a lo que hay, nuestro esfuerzo no debe ir en la difección de cambiarlo, sino primero de entenderlo.

Por eso, cuando pensando en reducir el riesgo de atragantamiento se recomienda no introducir el BLW antes de que desparezca el reflejo extrusivo y sean capaces de sentarse, nos volvemos a equivocar.

Entendamos primero porqué la evolución ha dejado los hitos de la alimentación en el orden que están. Y comprenderemos entonces que un nuevo retraso está injustificado.

Especialmente cuando ese retraso se paga en Alergias alimentarias que son evitables.

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¿Tiene mi hijo las Defensas…. ⬆️ALTAS?⁉️?

Defensas altas en niños, hiperreactividad

Lo sé, esperabas que pusiera Bajas. Pero ¿sabes que en realidad la mayoría de los niños las tienen Altas? Es fundamental que lo entiendas.

Con mucha frecuencia los padres me pedís en la consulta algo para mejorar las defensas de vuestro hijo, porque no para de ponerse malo.

Y casi nunca recomiendo dar algo para eso.

Es importante que entiendas lo que voy a explicarte, porque puede cambiar radicalmente tu visión de la situación.

Cuando un niño tiene las defensas bajas

Siempre hago una misma pregunta:

– “¿Cuántas veces han tenido que ingresarlo en el hospital para tratar una infección?”.

La respuesta suele ser:

– “Ninguna”.

– ”Pues entonces, no tiene las defensas bajas”.

– “¡Pero está siempre malo!”

Cuando un niño tiene las defensas mal, lo notamos porque se complican, necesitando tratamiento antibiótico intravenoso. Es lo que ocurre en Neumonías, Mastoiditis, Meningitis, Sepsis…

Si un niño tiene pocas infecciones, pero acaban así, tiene las defensas bajas.

En estos niños puede haber carencias que podemos compensar. Pero es muy poco frecuente.

Lo más habitual es lo contrario…

Cuando un niño tiene las defensas altas

Todos los niños de una comunidad, como una clase de la guardería, acaban compartiendo sus gérmenes. Lo habitual es que todos acaben teniendo contacto con la colección completa.

Pero hay niños que pasan una infección con 37,2º, un poco de moco durante un par de días y dos estornudos…

Y otros que ante esa misma infección responden con 40º, tal cantidad de moco que deja de comer y duerme fatal, tos persistente, vómitos…

El primero es muy eficiente. Con una respuesta mínima y en tiempo record elimina la infección. En muchas de ellas no llegamos ni a notarle síntomas.

El segundo actúa de forma exagerada. La infección no era para tanto, podía haberla resuelto con una respuesta mucho menos intensa. Pero tiene las defensas altas, y responde de forma excesiva a infecciones que no lo merecen. Y bicho con el que contacta, lía el Apocalipsis.

Estas defensas altas son lo que llamamos Hiperreactividad.

Es algo cada vez más frecuente. Y la diferencia es evidente con los que tienen las defensas bajas en el tratamiento con el que mejoran:

  • Los niños con las defensas bajas necesitan con frecuencia Antibióticos.
  • Los niños con las defensas altas necesitan con frecuencia Corticoides y Antihistamínico.

¿Por qué tiene las Defensas Altas?

Hoy en día los niños viven durante los primeros meses de vida en una burbuja de esterilidad. Y eso es malo, muy malo, para el sistema defensivo.

En toda la evolución de la especie humana, desde el nacimiento, hemos vivido en la “sucia Naturaleza”. Un ambiente lleno de gérmenes, de los que la mayoría no pueden atacarnos.

Hay una gran cantidad de gérmenes con los que convivimos sin problemas. Algunos incluso nos ayudan. Son nuestra Flora. Nuestro sistema defensivo se regula interactuando con esa flora. Pero desde hace unas pocas décadas esto ha cambiado mucho. Es un cambio tan rápido que nuestro organismo no puede asimilarlo. En evolución son necesarios miles de años para que una adaptación se produzca.

En la actualidad:

Cada vez más niños nacen de Cesárea

Lo que implica que la primera flora que contacta con nuestro cuerpo no es la de la vagina de la madre (lo normal), sino flora hospitalaria y de la piel. Es una flora más pobre y más agresiva.

Lo que favorece que desde el principio el sistema defensivo tienda a actuar de forma más intensa para defenderse.

Los gérmenes normales no solo no agreden al cuerpo, sino que conviven con el sistema defensivo sin ser atacados porque:

  1. Ellos no atacan.
  2. Producen sustancias que tranquilizan al sistema defensivo.

Los gérmenes agresivos atacan y no producen esas sustancias inmunomoduladoras.

Desaprovechamos la Inmunización Pasiva

Claro que los bebés nacen con un sistema defensivo novato. Pero también lo hacen llevando en su sangre los anticuerpos que su madre tienen contra todos los gérmenes que ha combatido en su vida.

Es lo que llamamos Inmunización Pasiva.

Durante los 6 primeros meses de vida, más o menos, siguen ahí.

Si un germen que la madre conoce ataca al bebé, enseguida es bloqueado por los anticuerpos maternos, que avisan al sistema defensivo del bebé para que acabe con él. Y de paso el bebé aprende a reconocerlo para la próxima vez que venga.

Durante esos 6 primeros meses lo normal ha sido siempre que el bebé interactuara con un porcentaje importante de los gérmenes de su entorno. Al hacerlo con la ayuda de los anticuerpo maternos detecta y elimina a estos gérmenes con más facilidad, con una respuesta más razonable.

Pero hoy en día estamos obsesionados por la limpieza. 

Se ha reducido muchísimo el número de infecciones con las que contacta el bebé en sus primeros 6 meses de vida.

Pero esos gérmenes siguen ahí, esperando fuera de la burbuja de esterilidad donde encerramos a los niños.

Y llegará a tener contacto con ellos, pero ya sin la ayuda de los anticuerpos de mamá.

Cuando esto ocurra, los gérmenes harán un daño mayor antes de que el sistema defensivo del bebé responda. De modo que la respuesta necesitará ser mucho más intensa. A fuerza de responder así, el niño desarrollará Hiperreactividad. Teniendo más tendencia a sufrir Bronquitis, Dermatitis atópica, Asma, Hipertrofia de amígdalas y adenoides…. Cosas cada vez más frecuentes.

Cómo evitar que tu hijo tenga las defensas altas

Hay cosas que podemos hacer para evitar que llegue a tenerlas:

– Si no es imprescindible, evita la cesárea.

– Si no ha sido posible evitarla, aporta probióticos desde el primer día de vida.

– No tengas a tu hijo en una burbuja de esterilidad. Una cosa es salubridad y otra esterilidad. Puede tener contacto con la naturaleza, con animales y con otras personas, desde el primer día de vida.

Y cosas que podemos hacer para atenuarlas cuando ya las tiene:

– Medicamentos que reducen la respuesta excesiva cuando aparece, como antihistamínicos y corticoides.

– Medicamentos que previenen esa respuesta excesiva haciendo que la Hiperreactividad acabe desapareciendo. Como los inhibidores de los leucotrienos (Montelukast), o los suplementos de Omega 3.

Lo que no sirve cuando tienes las defensas altas

Evidentemente son inútiles aquí los suplementos para subir las defensas. Son complementos nutricionales que en áreas en las que la alimentación es pobre tienen sentido. Pero que ningún niño necesita si tiene una dieta variada.

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Anafilaxia Alimentaria en Niños

Anafilaxia Alimentaria en Niños

La Anafilaxia Alimentaria es la reacción más intensa del sistema defensivo que puede desencadenarse cuando un niño toma un alimento. Puede ser muy grave.

Este artículo ha sido escrito en respuesta a la duda de Yaira en nuestra Comunidad de Facebook:

Alergias alimentarias con anafilaxis. Cacahuate, frutos secos. Por qué de estas alergias cuando los padres no lo son. ¿Se superan? ¿Cuál es la diferencia entre los exámenes de sangre y el examen de la piel? ¿Por qué en sangre sale positivos a muchos alergenos y en piel solo a uno o varios?

¿Qué es la Anafilaxia Alimentaria?

La Anafilaxia es una reacción alérgia, pero la más severa que puede ocurrir. Porque afecta al sistema circulatorio en general y al sistema respiratorio, lo que puede llegar a generar una situación de riesgo para la vida y muy rápida. Y es Alimentaria cuando el desencadenante es el contacto con un alimento.

Las preguntas de Yaira son algunas de las que pueden surgir. Os aclaro estas dudas y otros conceptos que son importantes para entender y manejar este problema.

¿Qué es una alergia alimentaria y por qué aparecen cada vez más?

La Alergia Alimentaria es un error del sistema defensivo. Ocurre cuando hay algo que daña al cuerpo, el sistema defensivo busca al culpable, y por casualidad, ese día el niño tiene contacto con un alimento que no toma habitualmente.

El sistema defensivo comete un error y atribuye ese daño al alimento. Esto hace que allá donde lo encuentre a partir de entonces el sistema defensivo genere una reacción inflamatoria para eliminarlo.

Es algo que ocurre cada vez con más frecuencia. Hay muchas teorías para explicar porqué. Yo os explico lo que en mi opinión más influye en el aumento de las alergias alimentarias en este artículo.

Frutos secos y Anafilaxia

Yaira menciona en su pregunta específicamente a los frutos secos. No es raro hablando de anafilaxia que sean precisamente los frutos secos los culpables en muchos casos.

Si habéis leído el artículo que menciono sobre la razón por la que cada vez son más frecuentes las alergias puede entenderse porqué.

Los frutos secos son uno de los últimos alimentos que tradicionalmente se introducen en la dieta. La razón es el miedo al atragantamiento y a las alergias.

Cuanto más tarde se introduce un alimento en la dieta más fácil es que coincida con una infección. Ya que en los primeros meses de vida las infecciones son muy escasas. Se hacen más frecuentes a partir de los 6-8 meses y suben a su máximo en torno a los 18-36 meses. Etapa en la que suelen tomar los niños frutos secos por primera vez.

Esto hace que las alergias a este alimento sean muy frecuentes e intensas.

¿Acaban desapareciendo estas Alergias Alimentarias?

La mayoría de las alergias alimentarias son leves y desaparecen antes de los 4 años de edad. Pero a veces pueden permanecer de por vida.

Hoy en día disponemos de protocolos de desensibilización para reducir y llegar a veces a eliminar estas alergias cuando no desparecen antes de los 4 años y suponen una limitación importante en la vida del niño.

Diagnóstico de la Anafilaxia

Cuando sospechamos que un niño sufre alergia a un alimento podemos confirmarlo con dos pruebas diferentes:

En sangre.

Es una analítica en la que detectamos anticuerpos IgE contra el alimento sospechoso. Cuando son positivos hablamos de sensibilización alérgica. No de alergia. La razón es que tener anticuerpos no hace que siempre se genere reacción frente al alimento. Hay niños con sensibilidad a montones de alimentos, pero que sólo reaccionan frente a unos pocos.

En piel.

La prueba consiste en hacer un arañazo sobre la piel y aplicar una gota de líquido en el que va disuelto el alimento que sospechamos que genera alergia. Lo que se valora es la inflamación que aparece en la piel.

Si no hay inflamación pero los IgE en la analítica de sangre eran positivos, tiene sensibilidad al alimento, pero no alergia.

Si hay inflamación, aunque en la analítica de sangre no se detectaran IgE contra el alimento, es alérgico.

Por tanto la prueba de piel es más fiable. Pero también más peligrosa. Ya que ponemos al niño en contacto con el alimento que puede generarle alergia. Y en algunos casos la reacción puede ser tan intensa que genere la Anafilaxia alimentaria de la que hablamos en este artículo. Por eso estas pruebas deben hacerse siempre en un centro médico con los medios necesarios para atender de forma inmediata una anafilaxia, si se desencadena.

Tratamiento de la Anafilaxia

La mayoría de las alergias son mucho más leves y no llegan nunca a desarrollar una reacción tan intensa como la Anafilaxia.

En los casos en los que en la analítica de sangre se detectan niveles muy altos de IgE o cuando un niño ha sufrido ya una reacción anafiláctica en alguna ocasión, debemos estar preparados por si sufre una anafilaxia.

Adrenalina

Lo que hacemos es recetar Adrenalina subcutánea a los padres. Se trata de una jeringuilla en la que viene ya cargada la adrenalina para que sin perder tiempo podamos inyectársela al niño si empieza una reacción alérgica intensa.

La Adrenalina es un medicamento cuyo efecto es poner al cuerpo en situación de alerta máxima. Reduce el riego de sangre a los órganos no vitales, para garantizar que llega a lo esencial.

Precísamente en la Anafilaxia el problema es que hay una reacción inflamatoria generalizada. Y eso significa que todo el cuerpo pide sangre y líquidos a la vez. La tensión puede bajar y falta riego de sangre en lo esencial (corazón, cerebro, riñones). La adrenalina lo que hace es reducir el riego de sangre a piel, intestinos, mucosas… y dirigirlo hacia los órganos principales.

Puede salvarle la vida a un alérgico. Porque la reacción anafiláctica puede ser tan intensa que no de tiempo a que los servicios de emergencias lleguen a tiempo.

Por eso, en todo alérgico que haya sufrido una anafilaxia o tenga cifras de anticuerpos que pueden llegar a generarla si contacta con el alimento al que tiene alergia, la adrenalina debe ir siempre con él y conviene que esté acompañado por personas que sepan cómo administrarla.

Si tu hijo reúne esas condiciones tu médico te prescribirá la Adrenalina y te enseñará a usarla.

Siempre debe haber Adrenalina donde haya un niño que pueda sufrir Anafilaxia

Debes tener siempre un par de dosis. Por si una falla.

Y esas dosis deben estar donde esté el niño.

Debes llevarlas a donde vayas con él y deberían tenerlas en el colegio, conocer el problema del niño, evitar el contacto con el alimento que le genera alergia y saber cómo administrar la adrenalina si hay un contacto accidental.

Tras administrar la adrenalina hay que llamar siempre a los servicios de emergencia para que sea atendido cuanto antes y trasladado a un Hospital.

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Autonomía Bebé de 3 meses Bebé de 6 meses Blog Conducta del Bebé y el Niño Cuidados del Bebé y el Niño Edad del Bebé o Niño Higiene del Bebé y del Niño Ocio para Bebés y Niños

¿Es un problema que se chupe el dedo para dormir con 3-6 meses?

Qué es mejor, que un bebé se chupe un dedo o que use el chupe?

Muchos dicen que es malo que un bebé se chupe el dedo para dormir y pretenden sustituirlo por el chupe. Te explico mi opinión sobre este tema.

Escribo este artículo a petición de Verónica como Peketema en nuestra comunidad de Facebook.

“Chuparse el dedo para dormir en bebes de entre 3 y 6 meses… Qué hacer para que conciliar el sueño sino sabe usar el chupete. Cómo hacer para evitar por la noche que se lo meta y no morir de sueño en el intento….. ¡Gracias!”

Sé que esta respuesta va a descolocar a Verónica. Pero ¿Por qué quieres que no haga lo que describes?

¿Por qué no dejarle que se duerma chupando su dedo?

¿Por qué morir en el intento de evitar algo natural que da al niño autonomía para dormirse?

Ahora voy a explicarlo:

¿Es malo que un bebé se duerma chupándose el dedo con 3-6 meses?

Mi respuesta es clara: ¡Por supuesto que no!

Un chupe no es otra cosa que un dedo de plástico. Antes de la invención de los chupes, la mayoría de los niños se chupaban el dedo.

Un chupe es un material inerte, sin capacidad de defenderse. Un dedo es un material vivo que se defiende para evitar é que en su superficie (como la del resto de la piel) crezcan gérmenes agresivos.

Chuparse el dedo puede deformar la encía. Pero es una deformidad reversible hasta cierta edad. Lo que pasa es que con el chupe ocurre exactamente lo mismo. Para evitar deformidades permanentes de la boca la clave es eliminar el chupe o el dedo antes de cierta edad. En esto hay quien es más restrictivo y quien menos. Mi opinión es que podemos hacerlo desde el momento en que el bebé tiene su arcada dentaría completa, en torno a los 2 años. Para esa edad tendrá ya 16 dientes. Le faltarán por salir únicamente los molares de atrás, que suelen aparecer en torno a los 3 años. Y a los que ni el chupe ni el dedo llegan ya para ayudar a aliviar la molestia.

Cuando llegue ese momento de retirar dedo o chupe hay trucos. En el caso que nos ocupa, el dedo, lo que suelo recomendar es poner un esparadrapo en ambos pulgares (si son los que usa) y mantenerlos tanto de día como de noche durante un par de semanas. Lo cambiamos las veces que haga falta según se deteriore el esparadrapo.

Haciéndolo así podemos conseguir fácilmente que deje de chuparse el dedo cuando está justificado que lo haga. Pero hasta entonces:

La autonomía para la que el bebé está preparado gracias a su dedo (ese chupe de carne que nunca se pierde).

Esto es algo en lo que no se piensa. Verónica preguntaba cómo lograr que su bebé no se durmiese con el dedo. Y mi pregunta es ¿para qué?

En la edad en la que consulta, entre los 3 y 6 meses, es precisamente el periodo en el que los bebés configuran su ritual de sueño. Os voy a aclarar lo importante que es esto.

La mayoría de los bebés durante los 3-4 primeros meses de vida duermen cada vez más de noche reduciendo el número de despertares.

Pero a partir de esa edad los ciclos de sueño se hacen más claros y se definen los rituales de sueño. El resultado es que cada vez que un bebé sale de un ciclo de sueño y quiere entrar en el siguiente aparece una pregunta: ¿sabe hacerlo sin que nosotros hagamos nada o no?

Rituales de sueño dependientes e independientes.

Y aquí surge una diferencia importante que va a definir el descanso de toda la familia durante muchos meses o años:

  1. Ritual dependiente. Cuando un niño sólo sabe dormirse con un ritual que precisa la ayuda de sus cuidadores va a pedir esa ayuda cada vez que se despierte, aunque lo único que necesite sea volver a dormirse. En el caso del que hablábamos, con el chupe, va a pedir que se lo pongas. Y ahí estarás, de ponedor oficial de chupe a las 3 de la mañana, a las 4, a las 5….
  2. Ritual independiente. Si por el contrario su ritual de sueño es algo que puede hacer sin ayuda, como chuparse el dedo, se despertará con la misma frecuencia que el niño anterior. Pero si su única necesidad es volver a dormirse, introducirá su dedo en su boca, chupará su dedo y se dormirá. Así en todos los ciclos de sueño en los que no haya ninguna otra necesidad.

No pretendamos que los bebés prescindan de nosotros, pero dejemos que adquieran la autonomía que su desarrollo les permite

Claro que tener un bebé supone asumir sacrificios. Nadie duda eso. Y para un defensor de la crianza con apego como yo  dar esa atención con el máximo agrado es muy importante.

Pero los niños van creciendo y se van haciendo cada vez más autónomos a una gran velocidad. Tanto, que en muchos casos los padres sentimos miedo o no vemos que el bebé tiene ya esa capacidad.

El que trato hoy es un ejemplo. Cuando un bebé se lleva su mano a la boca y después su dedo no está más que cubriendo etapas de su desarrollo normal.

Llevarse las manos a la boca es una forma de conseguir estímulos, y un paso previo a la autoalimentación.

Pero como todo en la naturaleza, cada nuevo paso tiene implicaciones en otros aspectos: Jugar con el dedo en la boca y chuparlo va a dar a la lengua una agilidad y fortaleza necesaria para el proceso de masticar y deglutir adecuadamente.

Y en el aspecto en el que tratamos, chuparse el dedo, da a bebé la capacidad de calmarse sin ayuda, no porque no queramos dársela. Sino porque llega el momento en que puede elegir entre perdírnosla o cubrirla por sí mismo. Es su primera técnica de autorelajación.

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Niños y bebés con la piel amarilla

 Piel amarilla en bebés. Será ictericia, problemas de hígado, bilirrubina o simplemente carotenos.

¿Sabes por qué muchos niños y bebés tienen la piel amarilla? ¿Será por un problema de hígado? ¿O tiene una razón más benigna? Te lo explico…

Este artículo responde a la duda de Cynthia en nuestra comunidad de Facebook:

«¿Puede afectar el consumo frecuente de zanahoria a una bebé de menos de un año? Mi hija tiene las manos y plantas de los pies en un tono no común si no como amarillento llegando poco al naranja.»

La respuesta es sencilla: Sí, la causa más frecuente de piel amarilla en niños y bebés una vez que pasan los primeros meses de vida es el exceso de carotenos en la dieta. Y lo más frecuente es que sea por exceso de zanahoria y calabaza.

Con frecuencia cuando veo bebés en la consulta con menos de dos años que ya están con alimentación complementaria se ve la piel amarillenta. A veces los padres no lo han notado. En otras ocasiones sí. Y de hecho algunos vienen preocupados por si ese color amarillento es por tener un problema en el hígado.

Bebés con la piel amarilla: ¿Ictericia del recién nacido, problemas de hígado o exceso de carotenos en la dieta?

Para que un bebé tenga la piel amarilla hay 3 causas fundamentales:

Ictericia del recién nacido

Cuando un bebé nace rompe su sangre (especial para el embarazo) y forma sangre nueva. Algunos acumulan mucha bilirrubina y se ponen amarillentos. Pero no sólo en la piel, también se pone amarillo el blanco de los ojos.

Este color amarillo no suele seguir más allá del mes de vida. Si lo hace conviene que lo valore el pediatra.

Problemas de hígado o de sangre

La bilirrubina de la que hablábamos en el bebé recién nacido puede tardar más de un mes en bajar o puede subir de nuevo pasado ese primer mes de vida si hay un problema en el hígado o se rompen mucha sangre.

La bilirrubina se elimina a través del hígado, que la segrega en la bilis. Constantemente en nuestro cuerpo se rompen glóbulos rojos, liberando bilirrubina. Pero es en cifras que no llegan a producir una piel amarilla.

Si la sangre se destruye más rápido de lo normal (hay personas con problemas genéticos como la talasemia o el fabismo que pueden hacerlo con frecuencia), o se elimina mal a través del hígado, puede subir la bilirrubina y acumularse en los tejidos.

El primer sitio donde se aprecia de forma clara un aumento de bilirrubina es la conjuntiva (blanco del ojo). Para que sea visible en la piel tiene que subir bastante más.

Por lo tanto si la piel está amarilla por una subida de bilirrubina, la conjuntiva debe estar claramente amarilla.

Si hay piel amarilla y conjuntiva blanca es por la causa siguiente:

Exceso de carotenos en la dieta

Cuando los bebés empiezan con alimentación complementaria y empiezan a tomar verdura, llegan a la dieta la zanahoria y la calabaza.

Son dos verduras muy usadas porque endulzan las comidas y su color suele gustar a los bebés.

Se usan tanto que no es raro ver bebés con la piel amarillenta en los primeros años de vida.

Los betacarotenos son un pigmento natural presente en muchas frutas y verduras de color amarillento, naranja o rojo. Se les conoce especialmente por ser muy buenos para la vista.

Pero en exceso pueden ser también perjudiciales. Aunque si os soy sincero no es esto lo que me preocupa cuando veo un niño con la piel amarilla por exceso de carotenos en la dieta. Porque la realidad es que nunca he visto un niño con intoxicación por carotenos.

Lo que me preocupa es que es un signo de que el bebé tiene una dieta pobre.

Significa que está tomando con mucha frecuencia lo mismo. Suelo preguntar por esto y la respuesta habitual es que:

– Toma potitos y los que le gustan son todos naranjas.

– Le preparan la comida en casa y añaden casi siempre zanahoria o calabaza porque le gusta más así.

En ambos casos son una señal de dieta pobre. Y el motivo que hay detrás es una preocupación por que el bebé coma más. Lo que considero siempre un error en una sociedad que tiene tendencia a la obesidad, como la nuestra.

Donde más se nota la piel amarilla por exceso de carotenos es en las palmas de las manos y las plantas de los pies. Y no se nota nada en el blanco de los ojos. Lo que lo diferencia claramente de los otros casos que he nombrado antes.

Mi consejo si tu hijo tiene la piel amarillenta por exceso de carotenos es que reduzcas la cantidad de zanahoria y calabaza de su dieta.

¿Y cuánto sería lo razonable?

Es sencillo, ¿tú tienes la piel amarilla?

Si la respuesta es que no, dale a tu hijo zanahoria o calabaza cuando tú tomes zanahoria o calabaza.

Y es que, si tienes una dieta sana y variada, éste es un ejemplo de que al ofrecerle a tu hijo comida especial para él, sólo estás dándole una dieta más pobre que la tuya.

 

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¿Qué hacer si mi bebé recién nacido tiene Hidrocele?

Hidrocele en bebé recién nacido. ¿Hay que operar o no? Complicaciones y hernias.

Tu bebé ha nacido con un hidrocele. ¿Qué es eso? ¿Qué importancia tiene? ¿Hay que hacer algo, o se resuelve sólo?

En los recién nacidos varones, una de las cosas que pueden resultar llamativas cuando nacen, es el tamaño de los genitales.

Muchos al nacer tiene un escroto (la bolsa en la que están los testículos) que parece «bastante grande para tan poco niño».

En realidad no es que tengan unos testículos más grandes de lo normal. Sino que alrededor de ellos hay acumulada una cantidad mayor de líquido.

En esa acumulación de líquido hay dos componentes:

  1. Por un lado, el niño ha estado sumergido en líquido durante nueve meses. Muchos niños nacen hinchados, con los párpados edematizados… Un sitio donde la piel da de si con facilidad es el escroto, y ahí también se acumula líquido con facilidad. Esa parte se resuelve sóla en la semana posterior al nacimiento. De forma que muchos recien nacidos con los genitales «de toro», en una semana «se han quedado en nada».
  2. Luego está lo que es el hidrocele de verdad. Y este puede envolver a ambos testículos, o sólo a uno de ellos. Es lo que queda tras esa primera semana de pérdida de líquidos, o incluso va creciendo a partir de ese momento.

¿Qué es un hidrocele y porqué aparece en algunos recién nacidos y no en otros?

Los testículos se forman dentro del abdomen. Y están cubiertos por una capa que también cubre a los intestinos (peritoneo). Cuando los testículos bajan hacia los genitales, lo hacen envueltos por esa capa, pasando por las ingles (canal inguinal). Por ese canal llegan al testículo los vasos sanguíneos que lo alimentan y sale el conducto por el que el testículo expulsa a los espermatozoides y las secreciones que los acompañan.

A veces ese canal inguinal es más amplio de lo normal y permite el paso de líquido desde el abdomen. Como el escroto es una piel que da de si con facilidad y tiene menos presión que la pared del abdomen, en algunos niños se va acumulando líquido poco a poco en esa zona. Eso es un hidrocele.

¿Qué importancia tiene que un recién nacido tenga un hidrocele?

El hidrocele tiene tres problemas fundamentales:

  1. Estético. Cuando el hidrocele va creciendo, tiene tendencia a seguir haciéndolo. Con lo que más tarde o más temprano tiene un tamaño que «no queda bien». Aparte de que molesta.
  2. Fertilidad. El testículo está en el escroto, porque para funcionar bien necesita una temperatura más baja que la que hay en el interior del abdomen. Cuando los testículos no bajan pierden fertilidad y poco a poco van produciendo menos espermatozoides y de peor calidad. El hidrocele, tiene el problema de que hace una manta líquida alrededor del testículo que aumenta su temperatura. Y eso, si no se soluciona, con el tiempo produce pérdida de fertilidad.
  3. Hernias. Cuando un bebé tiene un hidrocele, quiere decir que el canal inguinal es más amplio de lo que debería. Eso hace más fácil, que con un esfuerzo, pueda escapar por ese canal parte del intestino. Eso es una hernia inguinal.

¿Hay que hacer algo con los hidroceles en bebés, o se resuelven solos?

En muchos casos, los hidroceles empiezan a reducirse sólos, y acaban por desaparecer. Pero cuando esta evolución no es clara o lo que se aprecia es justo lo contrario (van creciendo), la solución es la operación.

Es una operación bastante sencilla y que da muy buenos resultados.

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Pelear con tu hijo para que coma: 5 motivos para NO hacerlo Nunca, Nunca, Nunca…

5 Motivos para no pelear con tu hijo para que coma nunca. Pelear con un niño para que coma es mala idea por muchos motivos. Pero es algo muy frecuente. Ojalá te convenza para que no lo hagas nunca más.

Tal vez sea una guerra perdida, pero quiero seguir luchándola.

Por desgracia, para muchas familias, los peores momentos del día con su hijo son las comidas.

Pero no tendría porqué ser así. Y no depende del niño, sino de ciertas ideas muy extendidas y que son totalmente falsas.

Voy a intentarlo. Voy a ver si soy capaz de convencerte de que nunca más vuelvas a pelear con tu hijo para que coma.

«Si no lo hiciese no comería»

Primera razón que se argumenta para hacerlo. Pero…

De verdad, siendo sinceros… ¿Tú realmente te crees eso? ¿Tú crees que tu hijo es el único ser vivo de este planeta que no trae el hambre de serie? ¿Has probado a no pelear con él, a no ofrecerle comida y ver qué pasa? Porque estoy 100% seguro de que lo que pasaría es que él te pediría la comida. Lloraría por ella, si es necesario.

De verdad, deja de repetirte como argumento algo imposible. Tooooooodos los seres vivos sienten hambre si no comen. Si no fuese su caso y sigue vivo habría que patentarlo. Sería la solución para la sostenibilidad del planeta. Pero es que no existe algo así.

Aunque jamás insistas a un niño para que coma, ninguno se muere de hambre si se le ofrece comida 5 veces al día. Puede morirse de otras cosas, ¡pero de hambre no!

«Pero es que él come poquísimo si yo no le insisto»

El mayor error relacionado con la comida en niños es pensar que él no es capaz de decidir la cantidad de comida que necesita tomar.

La mayoría de problemas que vemos en este sentido son por exceso, no por defecto.

Hay circunstancias que hacen que usemos la comida como sustituto de otras necesidades, lo que favorece la obesidad. Pero son muy pocos los casos contrarios, en los que sustituimos la comida por otros recursos a largo plazo.

Un niño puede renunciar a comer, por ejemplo, si a cambio de eso recibe algo más importante para él, como es la atención. Pero si esto ocurre tal vez deberíamos pensar que:

– Debemos aportarle más atención sin que tenga que forzarnos a ello.

– No debemos hacerlo reforzando conductas negativas para su salud. Es decir, si no come, no debemos dar importancia a ese no comer. O el niño establecerá una relación basada en ese canje: Conseguir la atención que de otro modo no recibe portándose mal, entre otras formas de hacerlo, no comiendo.

Hay que entender además que el crecimiento durante los primeros meses de vida es más rápido de lo que lo será nunca más en su vida y eso consume muchísimos recursos. Por eso, la mayoría de los niños come con 6-8 meses claramente más que con 1 año. Es algo que hace pensar a muchos padres que su hijo come peor conforme crece. Simplemente está reduciendo su alimentación porque ya no la necesita.

La prueba definitiva para saber si un niño come o no la cantidad necesaria es ver cómo está:

Si tu hijo come la cantidad que él quiere, está sano y activo (muy activo, de hecho), no come más porque no lo necesita. ¡De Verdad!

Empeora la relación de tu hijo con la comida

Esto es algo en lo que parece que no se piensa. Nos centramos demasiado en el corto plazo: «Ha comido poco y me preocupa que pueda pasarle algo si se acuesta sin comer»….

¿Sabes cuántos niños se acuestan sin comer en el mundo porque no tienen comida? Pues aguantan, y mucho.

Pero ¿qué pasa a largo plazo con la relación con la comida de un niño con el que peleamos en cada comida para que se alimente «un poco más»?

Pues algo evidente, que la comida se convierte en algo desagradable.

¿Realmente crees que un niño va a comer más a largo plazo si cada vez que ve llegar la comida sabe que toca pelea? Si lo crees, te equivocas. Seguramente si lo haces es porque no te lo has planteado en serio.

Empeora la relación de tu hijo contigo innecesariamente

Si tienes claro todo lo anterior deberías entender ya que pelear con un niño para que coma es innecesario y contraproducente. Pero es que además tiene un efecto negativo que deberíamos evitar siempre que sea posible: Va a empeorar la relación que os une.

Y para mí esa relación es sagrada. Porque es de verdad la única herramienta educativa válida. Habrá otras conductas en el futuro que sí será necesario modificar por el bien de tu hijo. Apelar a una buena relación es mucho más efectivo que cualquier coacción. Y hacerlo así construye, no destruye.

Por eso, empeorar la relación con tu hijo en este tema es algo que puede tener repercusiones importantes en otros muchos aspectos de su conducta en el futuro.

Cuida tu relación con él no forzándole a hacer algo que ya se encarga de conseguir uno de los Cuatro Jinetes del Apocalipsis: El Hambre.

Favoreces que tu hijo sea obeso en el futuro

A pesar de que nos empeñemos en pensar que nuestro hijo viene escacharrado y no es capaz de regular la cantidad de comida que necesita, es una «máquina bien diseñada».

A lo largo de la historia de la humanidad como especie hemos superado situaciones muy diferentes en cuanto a disponibilidad de comida.

Hemos ido acumulando genes que nos permiten adaptarnos a un amplio repertorio de circunstancias.

Durante los primeros dos años de vida se produce un ajuste en el que el cuerpo va descartando algunos genes y afianzando el uso de otros. Es lo que permite que un ser humano pueda sobrevivir en ambientes tan diferentes como lo hace.

Hoy en día, desde el punto de vista nutricional, si tuviésemos que decidir cuál es el ambiente en el que vivimos y qué lo diferencia de otras épocas de nuestra historia es: La Inmensa Abundancia de AZÚCAR de absorción fácil.

Por desgracia en nuestra sociedad alimento infantil es el mismo que el de los adultos, pero con azúcar añadida.

Durante la mayor parte de la historia de la humanidad el azúcar era algo muy escaso. ¿Sabes la cantidad de comida que debía consumir un hombre hace 100,000 años para conseguir la cantidad de azúcar refinada que consumimos nosotros hoy en día en una sola comida?

Cuando no éramos agricultores ni ganaderos, es decir la mayor parte de la historia humana, había que recorrer grandes distancias y recolectar una cantidad de comida muy superior a la actual para conseguir una cantidad muy pequeña de nutrientes ricos.

Con la agricultura y la ganadería hemos hecho crecer a nuestro alrededor fuentes de nutrientes que hemos seleccionado porque son especialmente ricas.

Para hacerte una idea, vete un día al campo sin comida y come sólo de lo que encuentres. Me refiero a irte al monte, no a unos campos cultivados. Si lo haces prepárate. Incluso si sabes dónde encontrar esos nutrientes, cosa que no sabemos hoy en día la mayoría, vas a pasar HAMBRE, con mayúsculas.

En muchos niños se produce una reducción importante de la cantidad que comen coincidiendo con la introducción de la alimentación complementaria. Lo hacen porque sus genes, al tener acceso a una cantidad importante de azúcares de absorción fácil en la dieta asumen que estamos creciendo en una zona de hiperabundancia. Y se adaptan, de forma correcta reduciendo la cantidad de comida de forma importante.

Pero nosotros nos empeñamos en contradecir esa sabiduría genética y forzamos a los niños a comer más.

Si insistimos estamos haciendo algo con lo que no contamos. Estamos forzando al cuerpo a desechar unos genes que son los escogidos de forma natural para esta situación y a usar otros pensados para gestionar ese exceso de azúcares.

Lo único que puede hacer con ese exceso de azúcar es almacenarlo. Y prepara los almacenes aumentando el número de células grasas. Ahí seguirán toda la vida y harán su trabajo. Estamos sembrando Obesidad.

Para mí está claro que esta es la base fundamental de la epidemia de obesidad infantil que sufrimos. Y la solución:

– Eliminar los azúcares de absorción fácil de la dieta, especialmente en los 2 primeros años de vida.

– Confiar en la capacidad de nuestra genética para escoger los genes adecuados para adaptarnos a nuestra situación actual y respetar su gestión de la cantidad de alimento que consume espontáneamente.

No es algo secundario. Nos estamos jugando el futuro metabolismo de nuestros hijos.

Te puedo asegurar que para mí, entender esto es uno de los temas más importantes de salud infantil.

Si por mí fuese, éste debería ser uno de los Artículos Esenciales de mi blog para todas las familias.