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Lactancia Mixta

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Lactancia mixta: Cuándo está indicado y cómo adecuadamente sin que perdamos la lactancia materna pero garantizando que el bebé se alimente bien.

Qué es Lactancia Mixta

En los primeros meses de vida un lactante se alimenta sólo de leche.

Pero tenemos varias opciones:

  • Lactancia Materna. Supongo que ya conocéis todas sus ventajas. Es alimentar al bebé con la leche que produce su madre.
  • Lactancia Artificial. Es alimentar al bebé con leches que se fabrican intentando que se parezcan lo más posible a la leche materna. Para alimentar a aquellos bebés que no reciben lactancia materna.
  • Lactancia Mixta. Es cuando usamos ambas opciones. Son bebés que toman leche materna, pero por alguna razón reciben además leche artificial.

Situaciones más frecuentes que llevan a una Lactancia Mixta

Podemos llegar de muchas formas a la Lactancia Mixta, pero yo destacaría dos:

  • Escogida.
  • Porque lo precisa el bebé.

Lactancia Mixta Escogida

Cada familia tiene unas circunstancias diferentes.

Si alguien escoge hacer Lactancia Mixta es porque tiene sus motivos. De entrada significa que han escogido la Lactancia Materna y quieren mantenerla. Pero que hay condicionantes que les llevan a escoger que esta sea complementada con Leche Artificial.

De todas esas situaciones, sí hay una que me gustaría que desapareciese: inseguridad con la Lactancia Materna o problemas con ella que la dificulten. Cuando esto realmente lleva a una lactancia mixta las posibilidades de que suponga el final de la Lactancia Materna son muy altas. Y además se trata de una Lactancia Materna deseada, que se pierde por falta de apoyo adecuado. Si es tu situación busca el asesoramiento de alguien que te ayude a resolver tus dudas y problemas para lograr que la Lactancia Materna cubra las necesidades de tu bebé y la disfrutéis. Me ofrezco para ayudarte si lo deseas a través de mi Consulta Online.

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Lactancia Mixta que el bebé necesita

Hay situaciones en las que el bebé no se alimenta suficientemente con la Lactancia Materna. Pasar a Lactancia Mixta aquí es una necesidad en la que se juega su salud. Voy a tratar los casos más frecuentes y cómo afrontarlos:

Recién Nacido que no toma bien el Pecho y necesita Lactancia Mixta

Una de las situaciones más importantes a entender. Cuando un bebé nace su madre debe producir en poco tiempo todo lo que él necesita para alimentarse. Entendámoslo bien, no pasa de 0 a 100. Es más gradual, y todo está preparado para que ocurra de forma natural en la gran mayoría de los casos.

Cuando un bebé nace su madre ya produce leche. Durante el tercer trimestre del embarazo el pecho de la madre ya produce calostro. Pero no se extrae y la placenta produce hormonas que frenan esa producción. Lo que se acumula es calostro, que seguirá siéndolo mientras ambos frenos sigan actuando.

Cuando el bebé nace la placenta desaparece y con ella las hormonas que frenaban la producción de leche. Este cambio es casi inmediato.

Si a eso sumamos que el bebé empieza a extraer la leche desaparecen todos los frenos para que el pecho haga lo que se ha estado preparando para cumplir durante todo el embarazo. Producir leche.

Evolución de la lactancia los primeros días de vida

Los primeros días de vida los bebés están agotados. Son muchos los cambios a los que tiene que adaptarse. Y eso hace que su necesidad esencial sea descansar. Es tomar lo justo y se duerme. Pero eso permite que el pecho empiece de forma gradual a producir más leche.

Tras los 2-3 primeros días de vida el niño ya está bastante más activo y toma con más frecuencia. Como el pecho produce más cuanto más lo vacían el aumento de producción se acelera. Es lo que suele llamarse «Subida o Bajada de La Leche». En unos casos será más evidente y en otros menos. Y no es su intensidad lo que nos dice si el pecho está produciendo suficiente leche. Es el peso y la actividad del bebé. 

Cuando un bebé se alimenta bien: Su peso puede haber bajado en los primeros días, pero no más de un 10-12% del peso que tenía al nacer. Y a partir del 2º-3º día debe estar bastante más activo que al principio.

Cuando un bebé se alimenta mal: Su peso habrá bajado más de ese 10-12% que consideramos normal. Tras pasar esos primeros días de vida veremos que está a ratos muy irritable y no se calma cuando come y a ratos muy dormido resultando imposible despertarle.

Lactancia mixta en los primeros días de vida

En esta segunda situación lo que hay que hacer es:

  1. Observar cómo se produce la lactancia y resolver los problemas que hacen que no esté supliendo las necesidades del bebé. Lo más frecuente suele ser:
    1. Dejamos demasiado tiempo al bebé sin ofrecerle el pecho. Hay quien interpreta que el pecho a demanda significa dárselo cuando llore. No es así. El llanto a veces no aparece o lo hace cuando el bebé ya está desesperado. En los primeros días de vida, si un bebé pensamos que no está alimentándose bien con pecho, debemos ofrecérselo con mucha más frecuencia. Yo suelo recomendar en estos casos no dejar más de 2 horas sin ofrecer el pecho durante el día ni más de 4 horas durante la noche. Estas horas se contarían desde el principio de una toma al principio de la siguiente. Al ofrecer con más frecuencia el pecho y vaciarlo más a menudo aumenta la producción de leche.
    2. Problemas de agarre o posición para dar el pecho. Si un bebé no se alimenta suficientemente con el pecho conviene que sea observado mientras se alimenta por alguien con experiencia suficiente en lactancia para ayudar a la madre a corregir estos problemas.
    3. Hipogalactia transitoria. Puede deberse a medicación que la madre esté tomando (por ejemplo antihistamínicos para la alergia) o a problemas del postparto, como una retención de placenta.
  2. Cuando el estado nutricional del bebé no alcanza los límites razonables y está cada vez menos activo tomando el pecho con menos efectividad, una vez resueltos los problemas que llevan a esto o mientras se resuelven, puede ser necesaria la Lactancia Mixta.

Si seguimos en la misma situación el bebé estará cada vez más débil. Lo que, sumado a los problemas que llevaron a esta situación, no va a mejorar, sino a empeorar. Si está tan débil que no es capaz ni de vaciar el poco pecho que se produce, se reducirá progresivamente la producción y la situación irá a peor. Si no actuamos adecuadamente podemos llegar a una situación de: deshidratación, bajada de azúcar y tal debilidad del bebé que le lleve a alimentarse por sonda o incluso por vía intravenosa.

Esto no tendría porqué llevar necesariamente a la pérdida de la Lactancia Materna, ya que si el bebé no puede vaciar el pecho podemos hacerlo con un Extractor. Pero debemos entender que la afinidad de una madre por la lactancia materna en una situación así no pasa por sus mejores momentos. Aún así debemos explicarle cómo hacerlo adecuadamente para mantener el pecho mientras el bebé se recupera. Lo recomendable es usar el extractor para vaciar lo que no vacíe el bebé por sí mismo. Esa leche extraída puede ser la que usemos para suplementar, si es suficiente.

Opciones de leche en lactancia mixta

Cuando no es suficiente con lo que el bebé extrae más lo que podemos obtener con un extractor es cuando nos plantearemos la suplementación:

  • Con leche materna de donante. Sea de forma directa lactando de otra madre que tenga leche suficiente, como se hizo con las nodrizas en la antigüedad, o de un banco de leche. El problema de los bancos de leche es que hay pocos y tienen pocas reservas. Con lo que suele guardarse para los niños que más lo necesitan: los prematuros.
  • Con leche artificial. Cuando no es posible la suplementación con leche materna hay una segunda opción: La leche artificial. Se comete muchas veces el error desde algunos grupos de apoyo a la lactancia de demonizar esta opción. A mi entender es un error porque esta opción puede salvar vidas. Es una pena que se dé cuando una madre quisiera dar pecho pero tiene problemas que no se resuelven por falta de información o apoyo adecuados. Pero defender la Lactancia Materna no es atacar a la Leche Artificial. Es una opción que puede ser muy útil cuando hace falta. Y en esos casos lo que aporta es positivo claramente.

Niños con especial riesgo de no alimentarse suficientemente bien en los primeros días de vida sólo con Lactancia Materna

Los prematuros y los niños de peso muy alto al nacer (macrosomas) son los que con más facilidad van a necesitar suplementación.

Los Prematuros pueden tener una inmadurez que les impida alimentarse directamente al pecho. Y si hay una pérdida excesiva de peso en los primeros días son especialmente vulnerables a la malnutrición.

Los Macrosomas tienen unas necesidades mayores. No consume lo mismo un camión que un cochecito. Y la cantidad que el pecho debe empezar a producir en pocos días para suplir sus necesidades será mayor en estos niños. Estos Bebés Grandes tienen más facilidad para hacer hipoglucemias (azúcar baja). Lo que les lleva a estar más inactivos si no se alimentan bien.

Pero a parte de estos dos grupos, la falta de leche suficiente puede aparecer en cualquier bebé.

Os recuerdo que la falta de leche materna no es, ni mucho menos lo normal. Y que si tu bebé no ha perdido más del 10-12% de su peso al nacimiento en los primeros días, lo recupera antes de una semana de vida y está activo y come con frecuencia quedando saciado tras tomar el pecho, es que va bien.

Cómo dar Lactancia Mixta para evitar problemas indeseados

Una vez que decidimos dar Lactancia Mixta, hay algunos problemas que pueden surgir. Os explico cómo afrontar los más frecuentes:

  • Miedo a que rechace el pecho y acabe perdiéndose la Lactancia Materna.
  • Miedo a que tomar unas cuantas tomas de leche artificial favorezca la aparición posterior de Alergia a las Proteínas de la Leche de Vaca.

Rechazo del pecho y Lactancia Mixta

Cuando ofrecemos alimentación artificial a un bebé corremos el riesgo de que éste pierda interés por el pecho. O que ante ambas opciones de alimentación aparezcan problemas nuevos, como una confusión en la forma de alimentarse con ambos sistemas.

Puede ocurrir cualquier de las dos cosas o incluso ambas.

En mi experiencia, es más fácil que aparezca el rechazo del pecho cuanto más demoramos la Lactancia Mixta. Si un bebé toma el pecho de forma claramente ineficaz y persistimos, llega un momento en que el bebé empieza a rechazarlo, porque no encuentra en él el alimento necesitado. Lo que le genera frustración. No deberíamos llegar a la situación en la que aparezca el rechazo del pecho incluso sin ofrecer otras opciones. O es muy fácil que en cuanto reciba una alternativa efectiva abandone el pecho.

En cuanto a la Confusión de Succión: Lo que debemos hacer es usar biberones cuya forma de tomar se asemeja más a la que usa en el pecho. O no usar biberón y dar el suplemento con vasito, jeringuilla o relactador.

Consejos para evitar el rechazo del pecho en lactancia mixta

Para evitar este rechazo es importante además cómo dar la Lactancia Mixta. Me refiero a cuándo y cuánto dar de lactancia artificial y de materna:

  1. Debemos ofrecer siempre primero el pecho. Si queremos mantenerlo lo ideal es que antes de recurrir a la lactancia artificial saque del pecho toda la leche que pueda.
  2. Ofrecer el pecho con mucha frecuencia. No dejar más de 2 horas sin ofrecerlo durante el día, ni más de 4 horas durante la noche.
  3. Dar Suplemento sólo si sigue con hambre inmediatamente tras haber vaciado ambos pechos. Si no es inmediato, si con el pecho se duerme pero pide de nuevo al poco rato, volvemos a ofrecer el pecho. Si cada vez que se lo damos el bebé se queda saciado, aunque dure poco tiempo, daremos el pecho. Hacerlo así aumentará rápidamente la producción de leche haciendo que el bebé se alimente mejor.
  4. Si damos suplemento hay que preparar el biberón con cantidad suficiente para que sobre. Si un bebé tiene carencia de alimento dando el pecho con tanta frecuencia como es posible, debemos suplementar para garantizar que mejore su estado nutricional. Como no sabemos cuanta leche saca del pecho, debemos preparar leche para que sobre, de modo que si no toma más no sea porque no hay. Al hacerlo así el bebé se fortalece antes recuperando la capacidad de vaciar mejor el pecho y así mejorar la producción de leche Materna para llegar a prescindir del suplemento.
  5. ¿Qué biberón usar? Si el estado nutricional del niño es muy malo deberemos alimentarlo de la forma en que logremos hacerlo de forma más efectiva:
    1. Si toma por sonda y es posible, con la propia leche materna o leche de banco.
    2. Si toma con biberón, usaremos uno de los que tiene succión más similar al pecho.
    3. Pero si con estos biberones no se recupera el peso y la actividad del niño o si su situación es muy mala debemos darle con el biberón con el que le resulte más fácil alimentarse, habitualmente biberones anticólico.
  6. Cuando el bebé recupere su peso y esté mucho más activo, pasaríamos a usar biberones cuya succión es más trabajosa que el pecho para que empiece a preferirlo, e iríamos espaciando las tomas de suplemento hasta eliminarlas. 

Si lo hacemos bien podemos acabar llegando a la situación deseada, un bebé bien alimentado y que lo haga sólo con Lactancia Materna si es nuestro objetivo.


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Probióticos en el tratamiento del Cólico del Lactante

Probióticos en el tratamiento del Cólico del Lactante

Probióticos: esos suplementos a base de gérmenes buenos. ¿Cuál es su papel en el tratamiento del Cólico del Lactante? ¿Son la solución o una parte de ella?

Creo que ya conocéis mi planteamiento sobre el cólico del lactante, pero por si no es así os hago un resumen muy breve:

  • El Cólico del Lactante no existe.
  • Es sólo una etiqueta con la que agrupamos bebés que lloran mucho. 
  • Si un bebé llora siempre es por algo. 
  • Hay una serie de causas identificables que por sí solas o con más frecuencia combinadas entre sí producen el llanto en cada bebé concreto.
  • Son identificables y tratables. 
  • No existe un remedio único para el cólico. 
  • Sí un Protocolo de actuación para resolverlo. Es lo que aplicamos en el Proyecto Bebé sin Cólico.

Uno de los elementos que siempre uso en el Protocolo de Bebé sin Cólico es un Probiótico. Pero es importante entender su papel, que no es el de protagonista, sino el de un colaborador necesario.

El Probiótico por sí sólo no puede curar el Cólico del Lactante

La idea con la que se prescriben Probióticos en el Cólico es que suele identificarse con Gases. Y los gases pueden estar en el intestino por tres motivos:

  • Entran muchos. Esencialmente por comer con ansiedad.
  • Salen pocos. Estreñimiento y Pseudo-estreñimientos del lactante.
  • Se producen muchos en su interior. Por intolerancias alimentarias y/o alteración de la flora intestinal. Sólo en este último caso el Probiótico es la solución.

Pero es que hay otras causas que no tienen que ver con los gases.

Por eso, pretender que un Probiótico sea la solución para cualquier Bebé con Cólico del Lactante no es realista.

Y sin embargo recomiendo dar un Probiótico a todos los bebés con Cólico del Lactante

El motivo es el siguiente. Sea cual sea la causa o causas del Cólico del Lactante, para tratarlo hago a los padres unas recomendaciones que tienen algo en común. Todas influyen en las condiciones que hay en el intestino y eso va a modificar la Flora Intestinal. Digamos que abrimos el «Casting para elegir Flora Intestinal nueva».

Esto es un poco lotería. Dar un Probiótico durante todo el proceso en el que resolvemos el Cólico del Lactante es trucar la lotería garantizando que al final de todos esos cambios lo que quede sea una flora intestinal amigable.

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Síntomas del Cólico del Lactante

Síntomas del Cólico del Lactante

¿Cuáles son los síntomas del Cólico del Lactante? Si tu bebé llora mucho y te han dicho que tiene Cólico del Lactante te explico los síntomas que tiene.

Hablamos de Cólico del Lactante en bebés de menos de cuatro meses de edad que presentan episodios de irritabilidad, nerviosismo o llanto, que se inician sin causa aparente, que duran tres horas o más al día por lo menos tres días a la semana, por un periodo de al menos una semana con una ganancia de peso y talla normal.

Si reúne estos criterios, según el consenso de Roma III, tiene Cólico del Lactante.

Los Síntomas que suele tener el bebé con Cólico del Lactante:

  • Son episodios limitados en el tiempo. El bebé tiene momentos en el día en los que parece estar perfectamente y otros en los que llora de forma inconsolable.
  • Esos episodios no parecen tener una causa común. En algunos bebés aparecen por la tarde-noche, otros tras la comida… Y ceden lo mismo que aparecen sin que haya una forma concreta de lograrlo.
  • El llanto es muy intenso. No es una inquietud o llanto leve. Llora con signos evidentes de dolor.
  • Suele acompañarse de movimientos bruscos que acompañan al llanto: Lo más frecuente son compresiones de las piernas sobre el abdomen, pero a veces puede estirarse con dolor.
  • Inconsolable: No deja de llorar con facilidad. No se calma simplemente con alimentarlo o entretenerlo.

Otros síntomas que suelen acompañar aunque no siempre:

  • Suele comer con ansiedad. Especialmente en la tarde-noche.
  • A veces la barriga está hinchada. No siempre ocurre.
  • Es frecuente que se calme cuando tras horas de llanto acude a urgencias. Esto parece que fuese de chiste, pero es muy habitual.
  • Suelen ganar peso al ritmo normal o incluso más.

Síntomas que descarta que sea un Cólico del Lactante (si aparecen debería ser visto por el pediatra):

  • El llanto es constante. No hay ratos en los que el bebé esté bien tras muchas horas de llanto.
  • Fiebre. La fiebre es un signo de infección habitualmente, luego si aparece, no es Cólico. Hay algo más.
  • Vómitos. Vomitar es expulsar contenido del abdomen hacia arriba, pero a diferencia de las bocanadas se precede de dolor en el momento que expulsa y mala cara evidente.
  • Rechazo constante del alimento. Cuando tiene una crisis de Cólico del Lactante un bebé puede rechazar momentáneamente que le alimenten. Pero cuando cede el dolor come con ganas. Si no come en todo el día hay que verlo.

Ante la duda, si un bebé llora mucho, conviene que el pediatra lo valore antes de asumir sin más que puede ser Cólico del Lactante.

No hay ninguna prueba diagnóstica que nos diga que lo que tiene es Cólico del lactante.

Como veis, hay mucha variabilidad en los síntomas que aparecen. Y es así porque en realidad el Cólico del Lactante no corresponde a un problema concreto.

Agrupar a los bebés de menos de 4 meses que lloran mucho sin que sepamos porqué ni cómo calmarlos es algo que hacemos nosotros, pero no implica en absoluto que todos los bebés que están en esa situación tengan una causa común.

De hecho, mi experiencia es precisamente que el error está en buscar una sola causa. Cuando en la mayoría de los casos hay varios desencadenantes simultáneos.

Otro error es creer que de verdad existen los bebés que lloran sin motivo de forma intensa. Ningún bebé llora durante horas desesperado sin que le pase nada.

Cuando he visto bebés con Cólico del Lactante, si algo tengo claro al igual que los padres, es que tiene dolor. Y ese dolor tiene siempre causa.

Pero pueden ser diferentes motivos. Y en muchos bebés el dolor proviene de varias causas a la vez. Sólo cuando logramos identificarlas podemos tratarlas.

Sólo entonces desaparece el Cólico del Lactante. Cuando desentrañamos la razón que genera los síntomas del Cólico de cada bebé concreto. Y tratamos simultáneamente todos los factores implicados.

Hacer esto es posible, con un porcentaje de éxito muy elevado y en un tiempo breve.

He intentado sistematizar mi experiencia haciéndolo en el Programa Bebé sin Cólico.

Si tu hijo lo sufre podemos ayudarte.

Bebé sin Cólico

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Por qué el Cólico del Lactante ocurre en menores de 3 meses

Motivos por los que el Cólico del Lactante suele aparecer en menores de 3 meses

El Cólico del Lactante parece un misterio, pero si empezamos a comprenderlo deja de serlo. Empecemos viendo porque es más frecuente en menores de 3 meses.

El Cólico del Lactante es un tema que me apasiona. Y lo hace porque me ha ayudado a cambiar radicalmente mi concepto de la Pediatría.

Buscar explicaciones para todo entendiendo mejor la realidad del bebé y los motivos por los que actúa como lo hace.

Se suele definir el Cólico del Lactante con la Regla de los 3 de Wessel:

Bebé de entre 3 semanas y 3 meses que sin estar enfermo llora más de 3 horas al día, más de 3 días por semana.

Me encanta, ya hasta le he pillado cariño a la frasecita. Pero la verdad es que es un juego da palabras y nada más.

Lo triste es que tras ella hay una realidad que puede marcar la experiencia de crianza de muchas familias.

La sensación general de los padres y madres cuyo hijo tiene Cólicos del Lactante es que no saben cuidar de su hijo. Intentan hacerlo tan bien como pueden y como el bebé no para de llorar son bombardeados con consejos constantes. Intentan ponerlos en práctica. Pero en la mayoría de los casos sin mejoría.

Para colmo está quien dice que el Cólico del Lactante se debe a que padres inexpertos se ponen muy nerviosos y transmiten esa ansiedad a sus bebés. «¡Solucionado! Le echamos la culpa a los padres y listo». ¡Qué solución más imaginativa! Y más patética…

Es cierto que el Cólico del lactante es más frecuente en lo primeros meses de vida y que lo es en hijos de padres novatos. Pero voy a intentar explicaros el porqué según mi experiencia:

  • Todo niño que llora lo hace por algo. Esta es la premisa que me planteé cuando empecé a buscar respuestas al Cólico del Lactante.
  • Si un bebé llora más de lo habitual, me da igual si son 3 horas, 2,5 o 5…. asumo que es porque tiene algo que le causa dolor o incomodidad o una de sus necesidades no está siendo cubierta. 
  • Esto ocurre con más frecuencia en hijos de padres novatos y durante los primeros meses de vida, porque la falta de experiencia hace que no identifiquen con facilidad los signos de problemas que pueden causar dolor al bebé y que no interpreten adecuadamente sus necesidades.
  • Las indicaciones que se siguen dando en muchos casos a los padres sobre cómo cubrir las necesidades del bebé siguen siendo antinaturales en muchos casos. Se les sigue diciendo:
    • Que les aguanten el hambre para pautarles un ritmo de alimentación fijo.
    • Que restrinjan el contacto con el bebé.
    • Que mantengan al bebé separado de ellos.
    • ….
  • Estas indicaciones sólo tienen un efecto: Las necesidades de estímulos (posturales, sensoriales y afectivos) y alimento del bebé están siendo descubiertas sistemáticamente. Eso produce un efecto de ansiedad en el bebé infinitamente mayor que cual se la situación anímica de los padres, que cierto, también empeora. Pero la base del problema son unas malas recomendaciones a los padres. Suele mejorar con el tiempo, simplemente porque cuando va pasando los padres dejan de aplicar reglas que entienden que no ayudan a su hijo, dejan de escuchar los consejos de quienes les rodean y empiezan a observar a su bebé y a atender sus necesidades cuando se las expresa. Esta es la razón por la que muchos mejoran con el tiempo.
  • Pero además hay causas físicas que producen malestar en los bebés: Intolerancias alimentarias, reflujo gastroesofágico, alteraciones de la flora intestinal, problemas en el tránsito intestinal y en la relajación del ano pueden generar dolor. Ese dolor es real y sólo cede si se identifican y tratan las causas que lo generan. La inexperiencia dificulta la identificación de los signos que nos llevan a diagnosticar estas causas. Porque al preguntar a los padres por esos signos les resulta difícil apreciarlos. Con el paso del tiempo esto mejora y poco a poco estos problemas son diagnosticados y tratados, lo que hace que los Cólicos del Lactante vayan desapareciendo.

Resumiendo, algo que no me harto de decir:

El Cólico del Lactante es un Cajón de Sastre en el que están muchos niños cuyo único punto común no es un montón de «treses», sino que son niños que lloran más porque tienen dolor o una necesidad sin cubrir. Pueden curarse, porque sí, siempre tienen un problema (o varios) que tratar, pero para lograrlo hay que identificar y resolver las causas que en cada bebé dan lugar al Cólico del Lactante.

No te resignes y busca respuestas. Las hay.

Para intentar darlas estoy desarrollando Bebé sin Cólico.

Programa Bebé Sin Cólico

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Cólico del Lactante ¿Sirve algún medicamento?

Medicamentos que no funcionan en el cólico del lactante

En el cólico del lactante una de las cosas más llamativas es la larga lista de medicamentos que se proponen para tratarlo. ¿Sirve alguno?

Una de las cosas que más me hizo desconfiar sobre la efectividad de las medicinas para el cólico del lactante cuando empecé a estudiarlo fue la gran cantidad de soluciones diferentes.

Si tu hijo tiene Cólico del Lactante posiblemente ya has probado varios de ellos con escaso o nulo resultado. Puede que tu caso sea la excepción y le haya servido alguno de ellos.

Empecemos por el principio ¿Qué es el Cólico del Lactante?

Por definición decimos que un bebé sufre cólico del lactante si:

Llora más de 3 horas al día de forma inconsolable (no se calma si lo tomas en brazos o le ofreces alimento).

Más de 3 días por semana (un día malo lo tiene cualquiera).

Sin que se haya detectado ninguna enfermedad que lo justifique (debe haberlo explorado un pediatra para descartar que la haya).

Suelen ser bebés entre 3 semanas y 3 meses (¡Cuánto 3! ¡Qué llamativo!)

Ahora algo que nunca me canso de decir:

  • Esto es un cajón de sastre en el que se meten muchos niños por motivos diferentes.
  • Ningún bebé llora sin motivo:
    • O tiene dolor o una necesidad sin cubrir:
      • Si cubrimos sus necesidades (estímulos tomándolo en brazos y alimento ofreciéndole comida) y no para de llorar, es que algo le duele.
      • Y por tanto llego a la conclusión de que el 3º punto de la definición es siempre falso. Si estamos ante un cólico real y el bebé no se calma al darle estímulos ni alimento, es que algo le duele. Por tantos, sí que tiene una enfermedad que lo justifica.
  • El problema es que son varias las causas que pueden llevar a un bebé a llorar más de 3 horas al día, más de 3 días por semana. Algunas son típicas de estos 3 primeros meses de vida en los que el bebé está adaptándose a su vida fuera del útero.
  • Para complicarlo más pueden combinarse entre sí, de modo que si detectamos sólo una de ellas y la tratamos, el bebé no mejora. Y no lo hace, porque sigue teniendo otros problemas que mantienen el dolor.

¿Porqué la mayoría de los medicamentos para el Cólico del Lactante no funcionan?

No es que los medicamentos que dicen servir para el Cólico sean un fraude.

Es simplemente que cada uno trata un problema concreto. Y como os he dicho el Cólico del Lactante puede, y suele, tener varias causas simultáneas.

Lo raro es el Cólico con una sola causa. Más raro aún es que de la larga lista usemos exactamente el medicamento que necesita para esa causa única.

Hay medicamentos que mejoran la motilidad intestinal, que reducen los espasmos, que mejoran la flora intestinal, que calman el dolor…. Hay infusiones, medicamentos farmacológicos, homeopáticos, naturistas…. Hay biberones y leches anticólico. Cada una de estas soluciones va destinada a un síntoma o una causa concreta y en general están bien diseñadas para su objetivo.

El problema es aplicarlos de forma aislada y sin haber averiguado antes las causas por las que un bebé concreto sufre el Cólico del Lactante. Están por tanto destinados a fracasar.

La experiencia de algunos padres es que tomando tal o cual medicamento, su hijo sí que mejoró. Pero cada caso defiende el suyo según su resultado. El medicamento que ayudó a un 10% de los casos no ayuda al otro 90%.

Un caso especial, que desaconsejo especialmente: La fórmula de Marfan

La Fórmula de Marfan no es una novedad. Tiene muchos años. Tantos que ya se llama Fórmula de Marfan a cualquier cosa.

Los hay que le añaden hinojo, anís estrellado…. Pero la base esencial es la Belladona y en algunos casos el Fenobarbital.

Atención: Funciona en un alto porcentaje de bebés. 

Aún más atención: A mi parecer es una barbaridad.

¿A qué se debe que funcione? Básicamente a que Belladona y Fenobarbital dejan al bebé «planchado en los mundos de Yupi».

«O sea ¿que el bebé deja de llorar? ¡¿Dónde lo compro?!» Si me haces caso, en ninguna parte. No uses la Fórmula de Marfan. Te explico porqué no la recomiendo en absoluto.

El problema es triple:

  1. Es peligrosa. En bebés más sensibles o a una dosis inadecuada puede dar lugar a intoxicación grave. Por eso no se comercializa y menos aún Sanidad aceptaría una fórmula así con indicación para el cólico del lactante.
  2. En la mayoría de los casos no resuelve nada, sólo oculta el problema hasta que se resuelva, si es de los que se resuelven con el tiempo. Que es el caso en algunas de las causas del cólico.
  3. Interfiere en el desarrollo del bebé. Si dejas «sopa» a tu bebé no llora, vale. Pero si las causas que le hacen llorar tardan meses en resolverse de forma espontánea, vas a seguir dándole la Fórmula de Marfan durante meses. Meses en los cuales el desarrollo neurológico de tu bebé va a ser «el de una maceta de geranios».

Por tanto soy muy claro: No uses la Fórmula de Marfan.

¿Y entonces qué solución tiene el Cólico del Lactante?

Algo más complejo, pero es que un problema complejo no tiene soluciones simples.

Yo lo que hago es:

  1. Identificar las causas por las que cada bebé concreto tiene Cólico del Lactante.
  2. Y tratar todas las causas implicadas a la vez.

Cuando lo hacemos, mi experiencia es una clara mejora del bebé en menos de 2 semanas en la gran mayoría de los casos y en menos de un mes en la casi totalidad.

Pero más importante aún que la mejoría, que por definición en el cólico llega sola antes o después, es que haciéndolo así hemos detectado y resuelto problemas reales que el bebé tenía y que en algunos casos persisten si no se tratan más allá de los 3 meses que suelen marcarse como final del cólico.

Para ofrecer este abordaje he creado el Programa Bebé Sin Cólico.

Bebé sin Cólico

 

 

 

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Pseudo estreñimiento del lactante

Pseudo estreñimiento del lactante

Hay dos tipos de Pseudo estreñimiento del lactante: Dos situaciones que pueden hacer que un bebé pase días sin hacer caca. Y en cuál aconsejo hacer algo.


Es muy frecuente que los lactantes puedan pasar días sin hacer caca sin que haya ningún problema. Esto suele ocurrir especialmente a partir de las 2-4 primeras semanas de vida y no es raro que preocupe a los padres, aunque como os decía es muy normal.

Hay dos procesos en el desarrollo del niño que lo explican. A veces lo que vemos es una mezcla de ambos. Pero es útil entenderlos para poder distinguirlos y saber si merece la pena hacer algo o no.

Primer tipo de Pseudo estreñimiento. El «intestino eficiente».

Cuando un niño nace, su intestino debe pasar de no trabajar a hacerlo de forma constante. Eso significa que al principio tiene que adaptarse.

Una de las cosas que tiene es lo que llamamos reflejo gastrocólico. Como la capacidad de su tripa es limitada, en cuanto llega comida nueva al estómago, se mandan órdenes al intestino para que se vacíe y haga sitio al nuevo alimento. El resultado es que pueden hacer caca casi con cada toma. Y no es diarrea. Es lo normal.

Pero poco a poco el intestino va mejorando su capacidad de digerir alimentos y lo que está tomando (leche) no deja casi residuos. Por lo que en algunos casos pueden llegar a absorber casi la totalidad de lo que come. ¿Qué queda entonces para expulsar en las heces? Pues muy poco. Y eso hace que pueda pasar días y días sin necesidad de vaciar. Y que veamos que el niño está perfectamente. Tiene su reflejo gastrocólico justo después de las tomas (notamos que gruñe un poco) pero come bien y no está molesto.

En este caso no hay que hacer nada. Aunque pase días o a veces semanas sin hacer caca el bebé está bien y no le supone ningún problema.

Segundo tipo de Pseudo estreñimiento. El «cierre que no sabe cuándo abrir».

Hay un segundo factor implicado. El culete tiene dos anillos que lo cierran para que no escape el contenido. Uno de ellos (el interno) es lo que llamamos esfínter involuntario. Se relaja sólo cuando se acumula caca en la parte final del intestino. Es cuando notamos el «apretón» como que va a escaparse. Pero entonces nosotros ponemos en acción el anillo externo, el «esfínter voluntario». Que apretamos hasta llegar al baño y relajamos una vez allí.

Al principio, en el lactante recién nacido el esfínter externo (el voluntario) no tiene casi fuerza. Pero en pocas semanas (2-4 habitualmente) va adquiriéndola. Y llega un momento que se relaja si nosotros lo ordenamos. Pero el bebé no sabe que tiene que hacerlo.

En ese momento lo que notamos es que tras las tomas el niño tiene su reflejo gastro-cólico y gruñe intentando hacer, pero no hace. Hasta aquí como el caso anterior. Puede pasar de hacer 5-6 veces al día a pasar varios días sin hacer.

Hay momentos en los que el bebé relaja este esfínter voluntario (sin darse cuenta), pero si no coincide con un movimiento de tripa no sale nada.

Si esto coincide con un intestino muy eficiente, que casi no acumula residuos porque absorbe la leche prácticamente entera, no hay problema.

Pero si no lo absorbe todo y deja una cantidad de residuos apreciable, se van acumulando.

En este niño veremos, a diferencia del primer caso, que la tripa va notándose más llena conforme pasan los días, empieza poco a poco a comer menos y a estar más molesto. Cuestión simple de espacio. Mientras el primer caso puede pasar días o semanas sin hacer caca y no le pasa nada, este bebé del segundo caso va estando más irritable conforme pasan los días.

En ambos casos, cuando por fin hace (lo que ocurre en este segundo caso cuando coinciden movimiento de tripa y apertura del «esfínter voluntario» por casualidad), la caca es blanda.

En este segundo caso el niño mejora tras hacer caca. Está más tranquilo, llora menos, come mejor.

Lo que yo aprendí del Pseudo estreñimiento del lactante es que si el bebé hace caca blanda, aunque tarde varios días, no hay que hacer nada. Pero ¿y si, como pasa en este segundo caso está molesto y mejora al hacer?

¿Podemos hacer algo cuando pasa varios días cada vez más molesto, con la barriga más llena y come peor? Pues mi opinión es que sí. Que podemos ayudarle a relajar el «esfínter voluntario» haciéndolo cuando tiene movimiento de tripa, que vacíe, cedan las molestias y el bebé esté mejor. Y para eso lo que recomiendo es usar microenemas de glicerina (ni supositorios, ni ramas de geranio, ni bastoncillos con aceite, ni cerillas…). Aunque a veces basta con levantarle las piernas y separar los cachetes del culete unas cuantas veces.

¿Es recomendable hacer esto con mucha frecuencia? Pues no. Sólo lo veo necesario cuando tras varios días sin hacer es evidente que el bebé lo está pasando mal. Pero en esos casos no veo justificación para no aliviarle pudiendo hacerlo.

Entonces oigo frases como:

Lo vas a acostumbrar a que sólo haga estimulándole. Mi experiencia me dice que esto no es cierto, sino que con hacerlo unas pocas veces el bebé aprende a hacerlo sólo.

Le vas a hacer daño en el culete. Si se hace adecuadamente (echando una gota de glicerina en el ano antes de empezar a manipular, introduciendo la cánula no más de 1-1,5 cm y moviendo la cánula con delicadeza), no se hace daño.

Los estreñimientos es mejor curarlos por arriba, no por abajo. Estoy de acuerdo, pero cuando es estreñimiento. Esto es un fallo de coordinación del «esfínter» que no se soluciona con laxantes. Darían más retortijones, más dolor, pero no resolverían el problema.

Como de costumbre, problemas que no son realmente enfermedades, y no tienen respuestas simples, pero las hay. Y pese a no ser enfermedades pueden producir un malestar que podemos mejorar. Ante todo, no os preocupéis, es algo que acaba resolviéndose en unas semanas y que no tiene una causa grave. Pero entenderlo nos permite ayudar al bienestar de nuestro bebé cuando podemos hacerlo.

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Masaje para el lactante estreñido

Ana Cachinero, mamaenfermera.comColaboración de mamaenfermera.com sobre los masajes para ayudar al lactante estreñido.

«Mi hijo estuvo con lactancia mixta desde el segundo día de vida. Eso me ocasionó bastantes quebraderos de cabeza, porque tiene los inconvenientes de ambas y no tiene las ventajas de ninguna. Pero en fin, era lo más parecido a lo que yo quería haber hecho (lactancia materna exclusiva) así que, con más pena que gloria, me conformé.

Uno de los inconvenientes que sufrí es que mi hijo era bastante estreñido.

Ahora que he leído mucho más sobre el tema y he comprendido los procesos fisiológicos del bebé durante sus primeros meses de vida, veo que no era un estreñimiento real, sino más bien el «Pseudoestreñimiento del lactante«.

Sus heces no eran duras, sino grumosas, pero tardaba un par de días en hacerlas y para el segundo día ya se ponía bastante penoso.

Al principio como casi todos los bebés, hacía caca en cada toma, pero las fue distanciando, y al par de meses dejó de hacerlas, llegando a pasar incluso dos días. Al llegar el segundo día se ponía bastante penoso y molesto por lo que algo me indicaba que era hora de solucionar el tema.

Lo que mejor me funcionó eran los masajes en la barriga. Procuraba empezarlos el segundo día sin hacer caca, a media tarde, antes de que se pusiera penoso del todo y sobre todo antes de que tuviera hambre, porque si no, no había manera. El resto de los días siempre había masaje, después del baño, pero de cuerpo entero para relajarlo antes de dormir.

El masaje en la barriga para los lactantes no siempre es agradable, pueden estar con la barriga muy molesta y no permitirlo, por eso hay que iniciarlos tranquilamente, con un ambiente cálido en el que podamos desnudarlos sin que pasen frío y en una posición cómoda, para nosotros y para ellos.

Puedes utilizar una crema, para mi gusto lo más agradable es el aceite. Te lo echas en las manos y lo calientas con fricción para que no de un respingo. Eso ayuda a que las manos resbalen por su piel de manera más gustosa.

Yo le hacía los masajes sin pañal, y alguna vez casi me arrepentí de ello, aunque claro, era tan feliz cuando salía la caca que merecía la pena. (Mi marido siempre decía que a él no le aplaudía tanto las cacas ni los gases).

Empieza por acariciar toda la barriga, incluso todo el tórax y los brazos y piernas, para que se sienta tranquilo y cómodo con lo que vamos a hacer.

Después, alternando una mano y otra, haz un barrido desde el final del esternón hasta el pubis. Como si estuvieras alisando la arena. Si la barriga estuviera muy dura porque sienta dolor, hacerlo suavemente y conforme se vaya relajando se puede ir presionando un poco más, que apenas descienda uno o dos centímetros.

Cuando notes que la barriga no ofrece resistencia empezamos con el masaje circular, siempre en el sentido de las agujas del reloj. Eso tiene su explicación anatómica, es el mismo camino que sigue la caca por el intestino y es una manera de estimular el peristaltismo del bebé. Empieza con la mano derecha desde el lateral derecho de su barriga, cuando la atravieses hasta el lado izquierdo empiezas con la otra mano el mismo camino, y vas trazando un círculo hasta que te cruces con la mano izquierda y pasas por encima para volver a empezar. Al principio puede ser una caricia y poco a poco ir haciendo un poco más de presión, siempre una cosa moderada.

Otra técnica es hacer movimientos de derecha a izquierda de su barriga con la mano plana y los dedos cerrados haciendo ondular como una ola, avanzando poco a poco con la presión desde el talón de la mano hasta los dedos y levantando para avanzar, como un gusanito. Con esta técnica mi hijo se pegaba pedos (con perdón) al ritmo de mi mano y yo disfrutaba como una enana.

Finalmente he de reconocer que yo nunca utilicé ningún enema tipo Verolax o Paidolax. Utilizaba la técnica del dedo. Cogía mi dedo meñique, lo mojaba en aceite de oliva y masajeaba su esfínter con círculos. Poco a poco se va dilatando y ya con la barriga relajada por el masaje tardaba bien poco en aparecer la tan añorada plasta.

Cuando trabajaba en la urgencia de pediatría y venían los niños con gases, yo siempre pedía unos minutos para hacerles el masaje antes de empezar a estimularlos con sondas y demás. Me cuelgo la medalla porque en muchos de los casos conseguí no llegar a necesitar más estimulación que un masaje, aunque si puedo elegir, lo prefiero tranquila en casa y no con la presión de una camilla de hospital.»

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El Cólico del Lactante

Cólico del Lactante

El bebé con gases o cólico del lactante es un tema difícil para quienes lo sufren y para muchos pediatras. Os cuento lo que he aprendido sobre él.

Qué es el Cólico del Lactante

El Cólico del Lactante es una de las mayores pesadillas para los padres los primeros meses de vida.
 Resulta desesperante.

Son niños que lloran mucho con dolor de barriga.

Definición clásica:

Niño menor de 3 meses que llora más de 3 horas al día, más de 3 días por semana.

En teoría sin que esté enfermo.

Esta definición me lleva a la primera consideración importante sobre el cólico: El cólico del lactante no existe.

Si lees esto porque tu hijo cumple la definición y te lo han diagnosticado estarás pensando: «pues empezamos bien».

A lo que me refiero es que el «Cólico del lactante» no es un problema concreto: Es un cajón de sastre en el que se mete a todos los bebés que cumplen la definición. Y ahí está el primer error.

Hay muchas teorías sobre el cólico del lactante.

Hay muchas soluciones para el mismo.

Y hay muchos bebés que tras teorías, medidas alimentarias y medicinas varias siguen con el cólico del lactante durante meses.

Las teorías que hay hablan de intolerancias alimentarias, defectos en la movilidad del intestino…

Lo que se puede ver en todo niño con cólico del lactante es:

– Niño entre los 15 días y los 3-4 meses. Hablar de cólico antes de los 15 días es mucho decir. Ya se apuntan maneras, pero es una fase en la que se está empezando a adaptar a la alimentación y no puede decirse que puntuales momentos de más dolor sean un cólico como tal. En cuanto al final, generalmente suele ceder poco a poco a partir de los 2 meses y medio o 3 meses, aunque hay alguno que sigue hasta los 6 meses.

– Son niños ansiosos para comer.

La solución que me enseñaron para el Cólico del Lactante

Lo que a mí me enseñaron en la especialidad es lo siguiente:

«Pues no la hay.
 Es decir, hay demasiadas. Y cuando algo tiene muchos remedios…
»

Desde el punto de vista de lo que podemos darle hay 3 opciones:

Medicinas que aumentan el movimiento del intestino favoreciendo que echen los gases. 
(Aerored, Carminativo Juventus, Lupidón, Enterosilicona…Colikind, Nux vomica).

Infusiones como Blevit Digest, Colimil, Alivit…

Leches especiales como Blemil AC, Almirón Omneo, Nutramigen, Novalac AC…

Como digo, los hay que después de probarlo todo no mejoran con nada.

¿Porqué no funciona y cómo me planteo el cólico en la actualidad?

Lo que he aprendido del cólico es que en realidad en cada niño es diferente. Ese llanto del niño suele ser el resultado de la combinación de varios problemas. Lo difícil es que cada niño tiene una mezcla diferente. Pero los elementos que están presentes en la mayoría son una lista corta:

  1. Una mala pauta de alimentación.
  2. Gases.
  3. Intolerancia a la lactosa.
  4. Intolerancia a las proteínas de la leche de vaca.
  5. Reflujo gastro-esofágico.
  6. Niño de alta demanda.

No hay tratamiento para el cólico del lactante. Pero sí que lo hay para cada una de las posibles cosas que se combinan en cada caso dando lugar a él. El problema es averiguar cual es la mezcla en un niño concreto. No es algo tan sencillo como dar una infusión o un medicamento. Pero mi experiencia es que con este abordaje es posible obtener mejorías importante en poco tiempo.

Para llegar a descubrir esas causas y cómo solucionarlas ofrezco 3 opciones:

Espero que alguna de esas opciones pueda ayudaros.

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Los bebés necesitan ir en brazos

Soy pediatra y no voy a regañar a una madre por «tener a su hijo en brazos» tanto como desee. ¿Porqué?

Una de las cosas que me resulta llamativa en mi actividad como pediatra es que para muchos padres uno es como el «policía de la crianza» o algo así.

Trabajo en un hospital donde visito a diario a los nuevos padres. Y es frecuente que me comenten como una de sus dudas: «Es dejarlo en la cuna y llora, pero se calla en cuanto lo cogemos. Pero nos han dicho que tenemos que dejarlo en la cuna, que si no se va a acostumbrar a que lo tengamos siempre en brazos.»

Entonces es cuando les explico lo siguiente:

Hay formas diferentes de criar niños.

Existe una que consiste en que los niños deben hacer las cosas que nosotros consideramos adecuadas cuando nosotros consideramos adecuado.

Pero hay otra que se basa en entender que cada niño tiene su propio ritmo. Es mucho mejor entender sus necesidades y que hay un momento adecuado en cada niño para los cambios que generar conflictos innecesarios por querer hacerlos en un momento que no está preparado.

Si escogéis como yo la segunda opción, debemos entender que un bebé necesita que lo cojan. Al nacer ha salido de un ambiente de recogimiento que le inspira seguridad. Verse sólo en un espacio muy abierto le genera inseguridad. Si cuando lo dejas en la cuna llora y si lo coges se calla, tu instinto te dice que lo cojas, tu corazón te dice que lo cojas: ¡Pues cógelo!

Algunos dicen que si se coge a un niño demasiado se le hace inseguro y dependiente. Pero es al revés. Cuando un niño es llevado en brazos con frecuencia y recibe afecto de forma continua se cría sintiéndose querido y seguro. Poco a poco, la curiosidad le hará buscar la separación para explorar el ambiente que lo rodea.

Así que escoged vuestra forma de criar a vuestro hijo. Si lo que os sale es darle afecto constantemente, no os cortéis. Al afecto no hace daño nunca.

Y si vamos a llevar a un niño en brazos hasta que esté preparado para «independizarse» hay cosas que pueden ayudar. Como las mochilas porta bebés. Ayudan a que llevar al niño en brazos sea compatible con un mayor número de actividades y a que hacerlo resulte más cómodo. Las mochilas ergonómicas lo hacen además en la postura más adecuada para el niño.

Si queréis información sobre cual escoger según vuestras necesidades os recomiendo el siguiente enlace. En este formulario una madre experta en porteo os puede asesorar sobre la elección.

 

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Masajes para el bebé con cólicos del lactante

Masajes para el cólico del lactante

La Fisioterapeuta Lorena Gutiérrez Fernández, autora de FisioByM.com nos explica cómo dar masajes a los bebés con cólico del lactante.

Los cólicos del lactante son, sin duda, uno de los procesos más temidos por padres y madres de bebés desde su nacimiento. Lo más frecuente es que aparezcan en los primeros meses de vida del bebé, disminuyendo la probabilidad de padecerlos a partir de los 4 meses. Se caracterizan por el llanto intenso e inconsolable del bebé sobre todo a última hora del día y, diría yo también, por la impotencia y frustración de sus padres al no saber cómo consolarle.

Para entender el cólico del lactante lo primero que necesitamos es una dosis de asertividad, es decir, pongámonos en la piel de nuestros bebés. Los adultos sabemos lo difícil que es definir un dolor. Cualquier sensación subjetiva es muy personal, y el ponerle adjetivos puede ser una tarea ardua. Si nos han preguntado alguna vez “en una escala del 1 al 10, puntúa tu dolor” o “¿qué tipo de dolor sientes?: punzante, quemante, etc.”, sabremos lo difícil que es puntuar o describir una sensación dolorosa. Como Fisioterapeuta, estoy muy familiarizada con el dolor (ajeno en este caso) y con la dificultad que supone para el paciente definir algo tan personal como es el dolor, y para mí llegar a entender lo que la otra persona está sintiendo.

Volvamos a nuestros bebés, y pongámonos en el lugar de un ser que acaba de llegar al mundo (hace días o semanas), con un sistema digestivo inmaduro y que se ve expuesto a una cantidad de estímulos que a veces no es capaz de asimilar. Imaginemos por un momento que sentimos un dolor de tripa intenso, al final del día que es cuando más cansados estamos, y que no pudiésemos comunicar lo que nos está pasando con palabras. ¿Qué haríamos para comunicarnos?: ¡llorar!. Y si a nuestro alrededor percibo que cuando más lloro y más me duele, se genera más nerviosismo y ansiedad ¡llorar aún más!. Lógicamente, un papá o mamá que ve a su bebé llorar no puede quedar impasible, pero sí observar su reacción y tratar de mantener la calma sabiendo que su bebé se está sano y lo que le está pasando es una etapa más de su maduración.

Como papás nos preguntaremos “¿y podemos hacer algo para ayudarle?”. La respuesta es “¡claro que podemos!”. Cómo os decía más arriba, lo primero es la asertividad, ponernos en la piel de nuestro bebé, y trasmitirles que estamos ahí y que les vamos a ayudar. El masaje nos puede ayudar tanto desde el punto de vista físico como desde el punto de vista emocional. Ayudará a nuestros bebés a relajarse, a sentirnos cerca y estar menos irritables. Pero no sólo tiene beneficios para nuestro bebé, sino que también nosotros disfrutaremos de sentir la calidez de nuestros pequeños. Y por supuesto, será muy reconfortante saber que está en nuestras manos poder ayudarle. Mi recomendación personal y profesional es acudir a cursos o talleres específicos de Masaje Infantil, donde un profesional pueda enseñarnos toda la rutina de masaje para todo el cuerpo, no sólo la del abdomen.

El masaje siempre deber realizarse en un momento del día en el que el bebé esté tranquilo (nunca en plena crisis). Siempre empezamos por la maniobra llamada “manos que reposan”, que consiste en simplemente (o no tan simplemente) en colocar nuestras manos sobre el abdomen de nuestro bebé. Muy probablemente, si el bebé ha padecido cólicos recientemente, rechace el contacto o flexione brazos y piernas manifestando su incomodidad. Debemos ser receptivos y saber que el bebé necesita tiempo para relajarse y entender que le vamos a ayudar. Puede ser que durante varios días sólo podamos poner las manos sobre su abdomen y nada más.

El masaje realizado por los papás es un perfecto complemento para el tratamiento de Fisioterapia u Osteopatía que haga el profesional. Los bebés tienen una gran capacidad de recuperación, por lo que suele ser suficiente con 2-3 sesiones de tratamiento. En estas sesiones se identifican las zonas que están en tensión y se aplican maniobras específicas para relajarlas. El terapeuta nos indicará en qué puntos debemos incidir a lo largo de la semana para seguir ayudando a nuestro bebé.

Además del masaje, tenemos más recursos para que nuestro bebé nos sienta cerca, minimizando su estrés o sobrestimulación. El portear a nuestro bebé, en un portabebé ergonómico que respete la posición fisiológica del bebé y reparta el peso adecuadamente en nuestra espalda. De hecho, hay estudios que demuestran los beneficios del piel con piel, y por otra parte se ha sugerido que los bebés porteados sufren menos cólicos del lactante ya que la posición vertical favorece la expulsión de gases, y el calor que les trasmitimos con nuestro cuerpo les calma a nivel digestivo. Al igual que con el masaje, hay que ser observadores y buscar el momento más adecuado ya que, si nunca hemos porteado a nuestro bebé, tendremos que empezar progresivamente y siempre fuera de las crisis de llanto-dolor.