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Alimentación industrial

Problemas de nutrición en niños debidos al consumo de alimentos procesados industrialmente. Conócelos y escoge.

 

Cada vez tenemos menos tiempo para elaborar nuestra propia comida, con lo que dárnosla hecha es un buen negocio.

Esto en sí no tiene porqué ser negativo.

Pero entonces llegan las otras consideraciones:

  • Como empresa mi objetivo es vender más que la competencia.
  • La mayoría de la gente a la hora de comprar comida no se deja guiar por lo que es más sano (hay una parte de la población que sí, y hay productos para ellos), sino por sabores, colores, presentación y precio fundamentalmente.
  • Si se vende más un alimento menos soso, añado sal, si más dulce, azúcar, si con colores más llamativos, colorantes, si con sabores más intensos, grasas saturadas…
  • Si el alimento tiene una vida corta, se recurre a conservantes.
  • No sobrepasando los límites legales. 

Esos límites se establecen para que un consumo razonable del producto no genere problemas serios.

Pero ¿desde cuando consumo y razonable han ido de la mano?

Una persona que se alimenta mal no come productos de una sola marca, por lo que es difícil que sea achacable a una en concreto el efecto de consumir esos alimentos.

Y si alguien lo hace la empresa siempre puede argumentar que cualquier cosa en cantidad excesiva es perjudicial y que ellos no obligan a nadie a consumir sus productos y mucho menos como fuente exclusiva de su dieta.

El problema es que en el caso del comprador priman razones poco sanas y para escoger. Y en el caso del productor, excepto casos especiales que defienden su producto como dieta sana, los objetivos son amoldarse al gusto del consumidor, sea sano o no, que el producto se conserve el mayor tiempo posible (lo que lo hace más barato) y que su composición y elaboración sea lo más barata y con el mayor margen posible.

Eso no son, evidentemente, criterios nutricionales que vayan destinados a mejorar la salud a largo plazo de nuestros hijos.

Los niños son especialmente sensibles a la acumulación de sustancias químicas, como conservantes o colorantes. Que no están en la alimentación industrial porque aporten ninguna ventaja nutricional, sino como un «mal menor inevitable» para hacer rentable el alimento industrial.

Por lo que suele ser un buen consejo nutricional reducir el consumo de productos elaborados industrialmente para el consumo masivo, especialmente en niños.

Es preferible, desde el punto de vista de salud, en casi todos los casos tomar un alimento natural procesado en casa que un alimento procesado industrialmente.

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Importancia de la alimentación en la salud

Descubre la importancia de lo que comen nuestros hijos en su salud.

Alimentarnos es la forma en que nuestro cuerpo coge de nuestro entorno aquello que necesita para construir, transformar y mantener su funcionamiento.

La frase “Somos lo que comemos”, lo expresa muy bien.

Todo nuestro cuerpo está formado de las sustancias que adquirimos por medio de lo que comemos.

Como en un edificio, se necesitan cantidades concretas de cada una de esas sustancias para que la construcción se realice de forma adecuada y para que funcione bien.

Por suerte la mayoría de los seres vivos han tenido que sobrevivir durante su evolución a situaciones mucho más adversas que las actuales, lo que ha hecho que dispongan de mecanismos para compensar cierto grado de carencia o exceso de algunas partes de nuestra alimentación.

Cuando aparecen los problemas de salud derivados de una mala alimentación, es porque la capacidad del organismo de adaptarse a una alimentación inadecuada se ha superado ampliamente.

Lo que nos lleva a dos conclusiones:

  1. No es necesario pesar de forma obsesiva los gramos que comemos al día de cada alimento, y no tiene sentido describir una dieta rígida, como la única que garantice la salud, porque nuestro cuerpo tiene una buena capacidad de adaptación, absorbiendo lo que necesita y desechando lo que no, hasta cierto grado.
  2. No hay que subestimar los problemas de salud que provienen de una dieta inadecuada, porque si el problema ha aparecido es porque la capacidad de nuestro cuerpo de adaptarse ha sido superada ampliamente. Luego nuestra dieta no es nada adecuada y si no la cambiamos, generará nuevos problemas con el tiempo.

Por otro lado, no todos los edificios son iguales.

Y del mismo modo tampoco lo son las personas.

Existen multitud de circunstancias que pueden modificar lo que será una alimentación sana para cada individuo.

Una de ellas es su genética.

Ejemplo:

Hay personas que padecen un exceso de colesterol que es hereditario, lo que modifica el tipo de alimentos que pueden consumir sin que aparezcan problemas de salud.

Otra de ellas es la intensidad y el tipo de actividad que realizamos.

Ejemplo:

Dos hermanos gemelos, con los mismos genes incluso, pueden realizar diferentes actividades al día que hagan totalmente diferentes sus necesidades alimenticias.

Si uno lleva una vida sedentaria y el otro es un nadador de élite, por hablar sólo de un aspecto como las calorías, el segundo puede consumir 5 veces más calorías que el primero.

Nuestro entorno.

Ejemplo: La humanidad se ha desarrollado en ambientes muy diferentes y ha sobrevivido en todos ellos, con dietas muy distintas.

Hasta la globalización, la dieta de las diferentes áreas geográficas era uno de sus principales rasgos diferenciales. Y las enfermedades que aparecían en cada cultura, relacionadas con sus carencias y excesos también.

La cultura en sí.

Ejemplo: Creencias religiosas o filosóficas, como no comer carne de cerdo o ser vegetariano, usar mantequilla o aceite de oliva, de girasol o de soja para cocinar, son cuestiones que se definen por factores meramente culturales.

Hay otros muchos factores que, como los descritos, influyen en distintas formas de dieta, que en su variedad pueden ser todas adecuadas para mantener un cuerpo sano.

No hay por tanto una dieta sana ideal para todo el mundo.

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Problemas con la comida en niños

INTRODUCCIÓN A LOS PROBLEMAS RELACIONADOS CON LA COMIDA EN NIÑOS

Los problemas de los niños con la comida: No come, estreñimiento, obesidad. Aprende a evitarlos y solucionarlos.

 

Manual para evitar Problemas con la Comida

 

Las dudas sobre alimentación en los niños son uno de los temas de consulta más frecuente al pediatra. Y no es para menos.


Hay tres pilares fundamentales para la salud:

Nuestros genes, nuestra alimentación y nuestras costumbres.


El primero es como la lotería, te toca lo que toque. Los otros dos podemos modificarlos.

Voy a centrarme aquí en los principales aspectos que en la alimentación de un niño pueden marcar diferencias importantes para su vida.

La preocupación por dar a los niños una alimentación sana, suele tener un efecto extraño en la familia: Cuando ponemos las bases para que nuestro hijo coma bien, en muchos casos aprendemos nosotros mismos a comer mejor.

Trataremos primero la teoría que conviene conocer para entender el tema y después nos centraremos en las dos alteraciones más frecuentes (no come y sobrepeso), que sorprendentemente, no son más que dos caras del mismo problema.

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El Lactante estreñido

El lactante estreñido

Para padres: Lactante Estreñido no no es el que no hace caca todos los días. Sino el que la hace dura y con dolor. Soluciones sencillas. Hay distintas situaciones que hay que diferenciar.

Hay que distinguir lo que es «Estreñimiento real» del «Pseudo estreñimiento del lactante«. Diferencia estas dos situaciones con soluciones diferentes.

El «Pseudo estreñimiento del lactante»

Cuando un niño nace, hace caca con cada toma o incluso más de una vez por toma. La causa es el reflejo gastrocólico: En cuanto comen y el estómago empieza a llenarse manda órdenes al intestino para que empiece a hacer sitio. Su barriga tiene poca capacidad y al entrar comida nueva tiene que decidir entre hacer sitio a la nueva (que trae más alimento) o quedarse con la vieja (que tiene menos alimento).

Decide hacer sitio a la nueva y la vieja la echa sin que haya acabado la digestión (por eso salen grumos blancos que es leche sin digerir). Al principio el cierre del culete (el ano) no tiene capacidad de cerrarse. Por eso es moverse la tripa y hacer caca, cada vez que come.

Llega un momento (entre las 2 y las 8 semanas habitualmente) en que el ano empieza a tener fuerza suficiente para contener la caca. El niño puede relajarlo o apretarlo, pero no sabe cuando hacer una cosa o la otra. El resultado es que después de cada comida sigue teniendo el reflejo gastrocólico. Empieza a apretar la barriga (lo que muchos padres interpretan de forma equivocada como que tiene gases) y pueden estar un rato molestos y haciendo ruidos de queja hasta que se pasa el reflejo gastrocólico.

Eso le pasa tras cada toma en la que no consigue hacer caca. En las que hace se queda a gusto en seguida. Hace caca si relaja el ano mientras tiene el movimiento de tripa: Si relaja cuando la tripa no se mueve o mueve la tripa y no relaja el ano, pueden pasar días sin hacer. La clave para saber que no es estreñimiento real es:

Cuando por fin hace, a veces varios días después, la caca es BLANDA y hace sin dolor.

¿Por qué no hizo caca antes?

Porque no dio la casualidad de relajar el ano mientras la tripa se movía.

El tratamiento:

Si van pasando los días sin hacer deposiciones y está cada vez más molesto (llora más, come peor), podemos ayudarle para que haga. Pero si está bien, come bien y no tiene dolor no es necesario hacer nada aunque pasen bastantes más días.

Para los casos en los que la molestia es evidente lo que recomiendo son enemas de glicerina líquida. Si leéis el prospecto veréis que pone «no recomendable para menores de 2 años». En los menores de dos años puede usarse, pero introduciendo sólo 1 centímetro o centímetro y medio la cánula y entonces se comprime el enema para que entre su contenido.

La clave para que sea efectivo está en el momento que lo estimulamos:

El momento más adecuado para usarlo es cuando notamos que el niño está encogiendo las piernas, con la barriga dura y haciendo gruñidos. En ese momento se están produciendo movimientos en el intestino con la intención de expulsar las heces, pero no consigue relajar el ano. La introducción de la cánula del enema estimula su relajación, y al introducir la glicerina favorecemos la expulsión de las heces.

Si lo hacemos de este modo conseguimos con más facilidad que el niño entienda que cuando note los apretones de la barriga al relajar el ano, se alivian las molestias.

Hay niños que esto lo entienden en dos días y otros que tardan dos meses.

No recomiendo los supositorios de glicerina (miden más de 1,5 cm) ya que hacen más daño al entrar y suelen echarlos enteros con lo que también hacen daño al salir.

No deben usarse tampoco el bastoncillo con aceite, la cerilla, la ramita de geranio ni el termómetro… Porque ninguno de éstos está esterilizado y si le hacemos una herida puede infectarse con facilidad.

Los enemas de glicerina líquida tampoco podemos estar usándolo continuamente. La clave para saber cuando usarlo es:

Si pasa días sin hacer nada y está muy molesto le toca, cuando tenga el apretón.

A veces en un mismo día puede necesitar que lo usemos más de una vez si sigue muy molesto.

Pero hay niños que pueden hacer cada 4-5 días o incluso más sin molestias, comiendo bien y que cuando hacen es blando. En estos bebés no es necesario hacer nada.

El Lactante Estreñido de verdad

Está realmente estreñido si las heces son duras y con dolor.

Suele estreñir más la leche artificial que el pecho. Por lo que algunos se estriñen al introducir la leche artificial.

Los hay también que se estriñen por falta de líquido, generalmente por preparar mal la leche (muy concentrada).

Y los hay que son estreñidos porque tienen un intestino que se mueve menos de lo normal o absorbe demasiado líquido de las heces.

Un lactante estreñido con la caca dura necesita en la alimentación algo que le ayude. Si ya toman fruta hay que evitar la manzana y el plátano maduro porque estriñen. Le ayudan por ejemplo naranja o mandarina, ciruela, kiwi, piña… Pero con la naranja, que suele ser lo más usado hay que evitar el error de dar el zumo. El zumo tiene mucha vitamina C pero no aligera. Es la pulpa que se queda en el exprimidor lo que aligera. O sea, que al preparar la fruta hay que echar los gajos enteros (sin semillas) y batirla.

Si además toma verduras evitad la zanahoria y el arroz y no os paséis con la patata porque estriñen. Deben darse verduras con hebras (judías verdes, puerro, apio…).

Cuando a pesar de tomar todo esto no hace si no se le estimula o si todavía no toma más que leche hay que añadir algo más. Un laxante osmótico es lo que yo recomiendo en los lactantes.

No uséis laxantes en el Pseudo estreñimiento, porque no soluciona el problema, sino que lo empeora. Hace que se mueva más la tripa (más retortijones) pero si no relaja el ano no sale nada.

Los laxantes osmóticos no se absorben y no tiene dosis fija. Hay niños que con una cucharadita hacen 7 deposiciones y los hay que con 7 cucharaditas no hacen ninguna. Se empieza con una dosis baja y si no tiene deposiciones se aumenta gradualmente cada día hasta que se regule.

Si llega un momento que hace más veces al día se puede bajar la dosis poco a poco. Volviendo a subirla si se vuelve a estreñir. Y se puede mantener el tiempo que sea necesario. Los laxantes osmóticos no producen adicción como dicen algunos. Lo que sucede es que cuando alguien se estriñe y con un laxante se regula es porque en realidad necesita más fibra en la dieta. El laxante es un comodín, y si al retirarlo no corregimos el defecto en la dieta, se estreñirá de nuevo.

Yo prefiero arreglar siempre que sea posible el estreñimiento por arriba (dieta rica en fibra o laxante por boca) que por abajo (enemas). Si irritamos demasiado abajo la fuerza del cierre del culete aumentará, empeorando el estreñimiento.

Otras dos cosas que pueden ayudar al Lactante Estreñido:

Porteo: Cuando un niño no se mueve o permanece tumbado mucho tiempo el intestino se mueve menos. Cuando va con frecuencia en mochila, entre el movimiento y la posición vertical es más fácil que haga caca.

Tomas frecuentes: Cada vez que un bebé come empieza a moverse el intestino para hacer sitio al alimento nuevo que llega. Entre las ventajas que tiene dar de comer a un bebé con frecuencia, una de ellas es que ayuda a resolver el estreñimiento.

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Se ha estreñido al quitarle el pañal

Cómo quitar el pañal bien. No cometas el error más habitual: Generar un estreñimiento por hacer las cosas de forma inadecuada.

El momento de quitar el pañal

Hay niños que están preparados antes y que otros para dejar el pañal.

Algunas guarderías intentan hacerlo al mismo tiempo en todos los niños de una clase.

Lo hacen porque la imitación a veces ayuda.

El problema puede venir si hay niños con una edad muy diferente.

Los que en clase han nacido en diciembre no pueden, en su mayoría, hacerlo al mismo tiempo que los que nacieron a principios de año. Un año en esa edad es un abismo.

Incluso en niños de igual edad puede haber diferencias de madurez importantes.

La mayoría suelen estar preparados en torno a los dos años.

Y suele preferirse para intentar quitar el pañal el buen tiempo: a partir de la primavera.

La razón es que:

  • Llevan menos ropa que manchar y lavar.
  • Se seca con más facilidad.
  • Si se mojan accidentalmente pasan menos frío.

Así, suele intentarse la primera primavera-verano que el niño tiene ya los dos años (o casi). El objetivo es motivarlo para que nos avise cuando tiene ganas de hacer caca o pipí. Intentamos que llegue hasta el servicio o el orinal, y sea capaz de hacer allí.

Dónde puede hacer caca cuando quitamos el pañal

En principio, la mayoría de los niños no se ven seguros en un váter de tamaño normal. Por lo que en muchos casos la mejor opción es el orinal. Aunque si aceptan de entrada el váter normal, un paso menos que hay que dar después.

Con la caca:

Obserbad si el niño tiene una hora en la que habitualmente hace caca. Conviene animarlo en ese momento a que pruebre a hacer caca en el orinal, celebrando si lo consigue.

Si no lo consigue, ponedle de nuevo el pañal. Así le daremos la ocasión de hacer en el pañal si lo prefiere.

En los niños a los que cuesta entender el tema podemos dar un paso intermedio: que haga caca con el pañal, pero sentado en el váter o el orinal.

Así entienden que el sitio adecuado para hacerlo es ese. Cuando ya lo hace así es más fácil que eliminando el pañal lo siga haciendo allí.

El horario para hacer caca cuando quitamos el pañal

Una de las cosas que más ayudan a quitar el pañal es tener un horario más o menos claro.

estreñido al quitar el pañal

 

Si tu hijo tiene tendencia a hacerlo en una hora concreta y esa hora suele estar en casa tranquilo, es lo ideal.

Solucionar el estreñimiento si lo hay antes de quitar el pañal

En niños que tienen tendencia a estreñirse y no tiene un horario claro para hacer caca recomiendo lo siguiente (sólo en los que tienen esta tendencia a estreñirse):

  • Usar un laxante desde unos días antes de intentar retirar el pañal.
  • El laxante se daría un par de horas antes del momento del día en que deseamos que le de ganas de hacer caca.

Conviene que sea una hora a la que habitualmente estemos tranquilos en casa, para que sea un ritmo que podamos mantener de forma regular.

El laxante que suelo recomendar es la lactulosa. Y la dosis puede empezarse por 2ml y subir o bajar la cantidad poco a poco (medio mililitro más o menos cada día) según el efecto que le haga.

Suele tardar en hacer efecto un par de horas.

Cuando veamos que lleva varios días haciendo caca «como un reloj», podemos animarle a que se siente en el orinal para hacer la caca.

Si lo conseguimos durante varios días seguidos, podemos ir reduciendo la cantidad de laxante poco a poco al tiempo que insistimos en más fribra en la dieta y procuramos no darle más de medio litro de lácteos al día.

Controlar el pipí para quitar el pañal

Una vez que la caca se controla de forma regular, es cuando podemos probar a quitar el pañal también para el pipí.

Para evitar los escapes de orina hay que invitar al niño a hacer pipí cada hora: Poneos la alarma en el móvil, para no olvidarlo.

Si lo conseguimos y vemos que aguanta bien cada hora sin escapes, pasamos a no avisarle antes de la hora y media.

Si sigue controlando, lo ponemos cada dos horas… Hasta que llegue un momento que sistemáticamente nos avise.

Si en cualquier momento se ve inquieto, invitadlo a ir al baño y recordádselo como máximo cada 3 ó 4 horas durante al menos los 2 años siguientes.

En ningún caso intentéis esto antes de tener regulada la caca.

Aún controlando el pipí de día no debéis quitarle el pañal por las noches hasta que apreciéis que se levanta con él seco casi todas las mañanas.

Se considera normal que un niño no controle de noche hasta los 5 años. A partir de ahí se considera Enuresis Nocturna Primaria.

Si lo hemos hecho mal y se ha estreñido al quitar el pañal

Si al intentar quitar el pañal, se ha estreñido hasta el punto de hacer la caca tan dura que le ha hecho una herida al salir (fisura anal), deberemos resolver el estreñimiento.

A veces no se ve la herida, pero el niño se resiste a hacer caca por el dolor y mancha con algo de sangre en algunas ocasiones al final de la caca. Si ocurre esto es que tiene la fisura.

Yo suelo usar la Lactulosa en dosis creciente (no hay dosis fija en la lactulosa, no es tóxica y se puede subir poco a poco hasta conseguir nuestro objetivo) hasta que se suelta. Luego se mantiene la dosis necesaria para que haga todos los días, blando, durante unos 10 días. Suele ser el tiempo necesario para que le pierdan el miedo y se cure la fisura.

Si tras los 10 días hace ya de forma regular y sin dolor la Lactulosa se reduce progresivamente dando un mililitro menos cada día hasta suspenderla del todo.

La retirada del laxante debe acompañarse de un aumento de fibra en la dieta.

Si al bajar la dosis de laxante empieza a estreñirse es mejor aumentar de nuevo su dosis que llegar a hacerse una nueva fisura anal.

No le tengáis miedo al laxante. A veces es necesario darlo durante meses. Es preferible eso a que el niño refuerce su miedo a hacer caca por el dolor.

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El niño estreñido

El niño estreñido

Estreñimiento en preescolares-escolares. Un niño estreñido pueden dejar de serlo. Aprende cómo. Consejos útiles tanto para adultos como para niños.

Se considera estreñido todo aquel para el que vaciar la barriga es un problema que genera dolor por la dureza de las heces.

El dolor del estreñimiento puede ser muy intenso, de hecho la gran mayoría de las supuestas «apendicitis» de los niños se «operan» en el baño.

niño estreñido

Causas del estreñimiento en niños sin pañal.

Del lactante estreñido y del niño que se estriñe en el momento de retirar el pañal podéis leer en otros dos artículos.

Hay 5 causas fundamentales y 5 medidas asociadas a ellas:

  1. Poca fibra en la dieta: Si un niño no come fruta, verdura, legumbres o cereales con fibra suficientes las heces tienden a ser duras y escasas. Lo primero que hay que hacer si un niño es estreñido es aumentar la fibra en su dieta. En frutas evita las que estriñen (manzana y plátano) y dale más de las que aligeran (naranja, mandarina, ciruela, piña, kiwi…) y lo mismo con las verduras: evita patata, zanahoria, calabaza y dale más acelgas, espinacas, espárragos, judías verdes… Los cereales que puedas darle integrales, mejor. Las legumbres con piel. Y cuanto menos pasado y más crudo mejor.
  2. Exceso de lácteos: Si un niño está estreñido y toma más de medio litro de lácteos al día, os recomiendo que reduzcáis esa cantidad. Cuando tomamos mucho más calcio del que necesitamos, no se absorbe y endurece la caca.
  3. Poco líquido: Especialmente en verano, si se toma poca agua es frecuente que se endurezca la caca porque necesitamos sacar agua de donde la haya y eso deja una heces más duras y secas. El líquido adecuado para esto es el agua. No os recomiendo dar zumos. La fruta es mejor tomada entera, al hacer zumo quitamos la fibra y tomamos agua con azúcares, lo que favorece la formación de gases. Y ser estreñido y con gases es una muy mala combinación.
  4. Mal hábito: Algunos niños no se acuerdan de ir al baño. O si cuando les da ganas de ir no les parece el momento adecuado, se aguantan. El resultado es que empiezan a pasar los momentos adecuados hasta que un día ya no puede aguantar más. Y entonces hace con dolor. Eso le lleva a que cuando vuelve a tener ganas se resista a hacer por miedo al dolor. Facilita mucho las cosas que nos acostumbremos a ir todos los días a una hora regular. Un momento en que podamos ir sin prisas y que intentemos respetar ese ritmo.
  5. Intestino vago: Hay personas que tienen de por sí un intestino que se mueve poco, o que para hacerlo bien necesita más estímulos. En algunos de estos casos, solucionados los 4 puntos anteriores el problema persiste. Es en esa situación en la que veo adecuado recurrir a los laxantes. Pero siempre empezamos por los otros cuatro puntos. El objetivo es usar la mínima dosis necesaria y el mínimo tiempo necesario de laxante. Pero si hay que usarlo se usa mientras haga falta.

Hay una sexta medida: Ayudar a vaciar desde abajo: Supositorios, enemas, vaciamiento manual… Pero es una solución puntual que no arregla el problema. A veces ya no hay otra en el momento. Pero siempre que se pueda arreglar el estreñimiento desde arriba es mejor que hacerlo por abajo.

La fisura anal en el niño estreñido

Cuando un estreñimiento es intenso la expulsión de las heces puede hacer mucho daño. A veces incluso un desgarro en el ano con sangrado al hacer caca y un dolor intenso. La solución en estos casos no es aplicar cremas para que cure la fisura. No se ha demostrado que mejoren la cicatrización. Esta zona cicatriza con facilidad si no volvemos a dañarla una y otra vez. Por lo que la clave es que la caca se vuelva blanda y haga con regularidad el tiempo necesario para que la fisura cierre (entre una y dos semanas).

Como no podemos modificar todos los hábitos de un niño de la noche a la mañana, en la mayoría de los casos, tener una fisura anal es motivo para utilizar los laxantes.

Laxantes sí, laxantes no. El eterno dilema en el niño estreñido

«Me da miedo usar laxantes para el estreñimiento, me han dicho que causan dependencia.»

Esta frase es la principal causante de que no se resuelvan los estreñimientos. Me daría por satisfecho si este artículo consigue que quien lo lea pierda ese miedo.

Hay dos tipos de laxantes:

  • Los que le dicen al intestino que se mueva de forma directa. Estos sí pueden generar dependencia, pero no se usan en niños. Al menos yo no los uso nunca.
  • Los que modifican la dureza y tamaño de las heces. Son un sustituto de la fibra que no somos capaces de tomar en la alimentación. La solución a largo plazo es que no hagan falta porque la dieta nos aporte esa fibra. Pero a veces son necesarios si nuestro intestino necesita más estímulo o no somos capaces de modificar la dieta lo necesario. Cosa en niños bastante frecuente.

¿Cómo usar el laxante en un estreñido crónico?

Los laxantes que yo recomiendo en niños son los osmóticos (lactulosa por ejemplo). Y la pauta es la siguiente.

Es un tratamiento a largo plazo porque es un problema de largo plazo. No vamos a resolver un estreñimiento de dos años en una semana. Dependiendo de la historia del niño y de lo intenso del estreñimiento, la dosis y la duración del tratamiento va a cambiar.

Lo recomendable es empezar con una dosis en función de su edad y peso y subir o bajar la dosis poco a poco según el efecto que le haga. Cuando conseguimos una dosis con la que hace al menos una vez al día, blando, la mantenemos durante 10-15 días. Tiempo suficiente para que si hay una fisura se cure y el niño olvide el dolor al hacer caca.

Entonces empezamos a bajar lentamente. Si en cualquier momento vuelve a estreñirse un poco, subimos de nuevo la dosis poco a poco hasta que vuelve a ir bien.

Mantenemos unos días y repetimos el descenso… Hasta que llega un momento que suprimimos el laxante y el niño sigue bien.

Dosis de laxante en niños estreñidos.

Este proceso puede ser más largo o más corto según el niño, pero no suele ser menos de un mes. Y en ocasiones puede ser bastantes meses.

Evidentemente para resolver el problema, mientras damos el laxante debemos ir mejorando los otros puntos que causan el estreñimiento.

En la mayoría de los casos, el fracaso se debe al miedo de los padres a seguir subiendo la dosis hasta donde el niño la necesita. Estos laxantes si te pasas de dosis dan diarrea, pero cede cuando dejas de tomar o reduces la dosis. Lo mejor de todos modos es que lo siga su pediatra en este proceso.

Enemas

Como dije arriba el estreñimiento se resuelve mejor desde arriba que desde abajo. Pero a veces el estreñimiento produce un dolor intenso y al niño le cuesta horrores echar el primer tapón de heces. En esos casos es en los que puede usarse el enema. Pero cuanto más tengamos que recurrir a él es que peor estamos haciendo lo demás. Y la solución es lo otro. El enema sólo alivia momentáneamente.

Lo esencial del niño estreñido es entender que no es un tema agudo, sino una demostración de que hay algún problema de base. Podemos resolverlo, pero no es cuestión de un par de días. Sino de cambiar hábitos de forma permanente.