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¿Por qué mi Bebé Recién Nacido Puja mucho?

Por qué mi bebé recién nacido puja mucho

¿😖Puja mucho tu 👶🏻 Bebé recién nacido? 👨🏼‍⚕️Te explico porqué lo hace y cuándo tiene sentido hacer algo 🤔 o cuándo realmente es un problema.😰

Pujar, apretar la tripa, empujar o hacer ruido intentando hacer caca y expulsar gases…. Hay muchas formas de llamarlo.

Hay bebés que están todo el día haciéndolo. Especialmente a partir de la 2ª-4ª semana de vida. Aunque algunos lo pueden hacer antes o después, como en todo.

Un bebé puja mucho cuando necesita vaciar su barriga. Y como las primeras semanas comen mucho y con frecuencia necesitan vaciar también con frecuencia.

Lo que pasa es que las primeras semanas no suele haber problema para lograrlo, porque el cierre del ano carece de fuerza y en cuanto come y se mueve el intestino sale sin problema todo lo que tenga que salir.

No es raro que mientras alimentas a un bebé notes cómo se mueve su tripa y que haga caca al mismo tiempo que come. Como su intestino tiene por ahora poca capacidad, tiene un reflejo que hace que en cuanto empieza a llenarse, intente vaciar los restos de comidas anteriores. Viene comida nueva con más nutrientes, fuera la que ya está casi agotada.

Como ves, no hay nada anormal en que un bebé en las primeras semanas de vida puje mucho.

Sin embargo es muy frecuente que cuando ocurre se piense que hay un problema de gases. Lo que es cierto sólo si causa llanto inconsolable. 

¿Puja mucho porque tiene un problema con los gases?

La capacidad del intestino no es ilimitada. Y alrededor de él hay unas capas con sensibilidad que producen dolor cuando se estiran con fuerza.

Cuando un bebé retiene caca y gases, enseguida aparece el movimiento del intestino que intenta expulsarlos para aliviar presión.

Si no lo logra y la presión sigue aumentando puede producir sensación de dolor, que irá aumentando a ratos conforme sube la presión.

Este dolor es de tipo cólico, lo que significa que hay momentos en los que aumenta mucho y otros en los que cede casi por completo. Son lo que llamamos “retortijones”.

La subida y bajada del dolor se produce porque hay mementos en que la tripa se mueve intentando vaciarse. Esas compresiones del intestino hacen que aumente la presión, lo que desencadena el dolor. Antes o después esos movimientos ceden y entonces el dolor se reduce, para empezar de nuevo un rato más tarde.

Todos tenemos gases

Los gases entran en la tripa al alimentarse y se producen también por la fermentación de los alimentos.

Esto no es un problema, es constante. El intestino está preparado para gestionarlos de forma que salgan con facilidad, sea por arriba en forma de eructo o por abajo en forma de pedo o acompañando a la caca.

Que un niño dé unos cuantos pujos, se ponga colorado al hacerlo, se queje un poco y acabe expulsando el gas, tras lo que se queda a gusto es lo más normal del mundo. Y que vuelva a empezar la tarea dos minutos después también.

Si esto ocurre no consideramos que haya un problema de gases.

A veces sí que acaba siendo un problema que el bebé puje mucho

En algunos casos la presión es tan alta en el interior de la barriga que causa un dolor inconsolable.

El bebé empieza pujando y acaba llorando.

Pero hay que distinguir aquí llanto consolable e inconsolable.

Cuando un bebé llora, en la mayoría de los casos se debe a que tiene una necesidad sin cubrir (estímulos o comida).

Si un bebé llora y al tomarlo en brazos deja de llorar es que necesitaba estímulos: Dáselos. Tómalo en brazos. No es un capricho. No le estás acostumbrando a brazos. Estás cubriendo una necesidad que su cerebro usa para desarrollarse, consume estímulos.

Si no se calma al tomarlo en brazos ofrécele leche. Si al hacerlo el bebé come y se calla, necesitaba comer: De nuevo, dásela. No hay un horario fijo de comidas que sea adecuado. Cuando un bebé tiene hambre debemos alimentarlo y debe comer hasta saciarse. Cualquier orientación que te den en plan “cada x horas y x tiempo o cantidad” es falsa. Tu bebé es un ser vivo que se adapta a circunstancias cambiantes y es totalmente normal que cambie el ritmo y cantidad de las tomas constantemente.

Si lo tomas en brazos, le ofreces comida y sigue llorando sin parar es cuando hablamos de llanto inconsolable. Y es cuando consideramos que hay un problema.

Este aumento de presión y los pujos constantes en algunos bebés pueden producir hernias umbilicales, hidroceles o hernias inguinales. En la mayoría de los casos son reversibles cuando la presión se reduce, no te preocupes.

Qué hacer cuando un bebé puja mucho y no para de llorar

Si esto ocurre, la barriga suele estar hinchada, y la causa del llanto es que la presión en su interior es demasiada.

La causa más frecuente de que esto ocurra en un bebé de pocas semanas no es estreñimiento. Porque verás que cuando por fin hace caca no suele ser dura. Si la caca es dura y está tomando leche adaptada la solución puede ser cambiar la leche por una Antiestreñimiento.

Pero esto es muy poco frecuente.

Lo más habitual es que al salir la caca sea blanda.

¿Por qué entonces no conseguía expulsarla pese a pujar tanto?

Cuando van pasando las semanas el ano del bebé tiene cada vez más fuerza. Llega un momento en que está totalmente cerrado si el bebé no lo relaja. Y como es una habilidad nueva (abrir y cerrar la puerta), hasta que la domina puede pasar varias semanas, en las que si cuando hay movimiento de tripa no abre, hace pujos constantemente, pero no consigue vaciar.

Y si en algún momento abre, pero no hay movimiento de tripa, pues tampoco sale nada.

Hasta que aprende a coordinar y logra abrir justo cuando puja puede pasar semanas en las que a veces la presión es tan alta que causa un dolor insoportable con llanto que no podemos consolar.

En este momento la clave para que desparezca el problema es abrir el ano para que vacíe y la presión y el dolor desaparezcan

La forma que os recomiendo de hacerlo es un microenema de glicerina líquida. 

Es una mezcla entre la sonda rectal y el supositorio de glicerina de toda la vida. Y es mejor opción que el termómetro, el bastoncillo o la ramita de geranio….

Claves para usarlo:

– Sólo cuando hay una crisis de llanto inconsolable pujando mucho con la barriga hinchada.

– Da igual si hace 1 hora que hizo caca o 15 días. Si no hay llanto no se pone. Si hay llanto con la barriga hinchada dando pujos ponlo.

– Se introduce la cánula en el ano, se presiona el microenema para que entre la glicerina y así lubrique, hacemos movimiento circular con la sonda dentro del ano para que lo relaje y se abra, hasta que expulse gases y caca suficiente para que el llanto ceda y un poco más.

– Tras usarlo y que se alivie el dolor ofrécele leche inmediatamente, porque en muchos casos el niño lleva rato queriendo comer y no podía por el dolor. Si lo dejas sin comer es muy probable que al rato coma con ansiedad, trague más gases y volvamos a empezar.

– Por mucho que puje, si no llega a generar llanto, no está justificado usar el enema.

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100 Cólicos del Lactante resueltos

Os presento un estudio realizado por mí en el que se resolvieron 100 casos de Cólicos del Lactante en 3 años. Sirve como ejemplo de mi forma de trabajar este problema. La clave es entender que no es una sola patología, sino la superposición de varias.

Desde 2010 llevo aplicando un nuevo planteamiento sobre el cólico del lactante que parte de tres premisas:

  1. No hay una entidad única que explique los Cólicos del Lactante.
  2. Pero con un diagnóstico diferencial adecuado debemos poder resolver cualquier Cólico del Lactante identificando sus causas.
  3. Reducir lo más posible el tiempo y las pruebas complementarias necesarias para lograr la mejora de los síntomas y el diagnóstico de las causas.

En primer lugar debemos definir qué entendemos por Cólicos del Lactante:

Deben cumplir todo lo siguiente:
1. Inicio y fin de los síntomas en los primeros 4 meses de vida.
2. Episodios repetidos de llanto inconsolable, referidos por los padres, sin causa aparente y saben ser prevenir ni resolver.
3. Con buena ganancia de peso, sin fiebre ni otros signos de enfermedad evidentes.

Para fines de investigación, debe cumplir los criterios diagnósticos previos y además incluir los dos siguientes:
1. Los padres estiman una duración de llanto de tres o más horas diarias durante tres o más días a la semana.
2. Duración confirmada de 3 horas o más cuando se registra en un diario de la conducta del bebé de 24 horas.

En mi consulta en el Hospital Inmaculada de Granada (España) he atendido, entre 2014 y 2017, 100 casos de bebés que cumplen estos criterios, y que se han resuelto mediante diagnóstico diferencial con intervenciones definidas en función de su causa.

100 casos de Cólicos del Lactante resueltos

Planteamiento teórico:

Los Cólicos del Lactante son una agrupación artificial de casos en los que lo único común es el llanto del bebé y una falta de diagnóstico sobre su causa.

Llevamos años buscando una causa.

Asumo que son muchas las causas, que en cada niño puede haber varias simultáneas y que debemos tener un protocolo de diagnóstico diferencial y tratamiento que nos permita actuar para corregir las causas.

En mi experiencia he encontrado una serie definida de problemas que se repiten una y otra vez en casos catalogados como Cólicos del Lactante y que pueden agruparse en 4 categorías:

  1. Crianza. Prácticas que favorecen la irritabilidad del Lacante por no cubrir adecuadamente sus necesidades en:
    1. Estímulos.
    2. Alimentación.
  2. Flora intestinal que genera una fermentación con gases excesivos.
  3. Alergias / Intolerancias alimentarias:
    1. En los bebés alimentados con Lactancia Artificial, problemas con:
      1. Proteínas de la Leche de Vaca.
      2. Lactosa.
    2. En los alimentados con Leche Materna:
      1. Proteínas de la Leche de Vaca.
      2. Otros alimentos de la dieta Materna.
  4. Trastornos evolutivos. Llamo así a cambios normales en los primeros meses de vida de cualquier bebé, pero que en los Cólico del Lactante han tenido fallos que generan un problema:
    1. Estreñimiento. Por una Pauta incorrecta de alimentación o una digestión inadecuada que da lugar a heces duras.
    2. Pseudoestreñimiento del lactante. Por una falta de coordinación en la relajación del ano para permitir el vaciado intestinal una vez que el esfinter anal ha adquirido fuerza.
    3. Reflujo Ácido: Por un exceso de producción de ácido gástrico.

Estos problemas no sólo pueden coexistir. Lo normal es que lo hagan y que se potencien entre sí.

Vamos a abordarlos uno por uno.

Pauta de Estímulos Inadecuada

Los niños necesitan estímulos para desarrollar su cerebro.

Hay estilos de crianza que limitan claramente estos estímulos:

– Limitando el contacto con los padres.

– Dejando a los niños en una postura constante durante más tiempo del tolerado por el niño.

– Limitando la variedad de estímulos a los que el niño tiene acceso.

Dejar un niño en la cuna sin contacto con sus padres, en una postura que el bebé no puede cambiar y con acceso a unos estímulos escasos y sin variación es normal que genere ansiedad y malestar al bebé.

Hay niños en los que esta necesidad de estímulos es más marcada que en otros. Son los llamados niños de Alta Demanda. Existen y tienen unas características claras:

  • Duermen muy poco durante el día. Si lo hacen es mientras siguen recibiendo estímulos (sobre los padres o en ambientes muy saturados de estímulos como celebraciones o calles bulliciosas).
  • Piden de forma muy intensa lo que necesitan, cediendo el llanto cuando se les proporciona.
  • Para comer manifiestan mucha ansiedad pero pierden el interés enseguida, distraídos con cualquier otro estímulo.

Criterio de Inclusión:

La Clave para incluir esto en el cóctel de causas es que algunas de las crisis de llanto del bebé ceden cuando se le dan estímulos cambiantes.

Recomendación:

Pauta de crianza que aporte al bebé los estímulos que necesita de la forma más llevadera para los padres. La solución que más ayuda es el Porteo.

Pauta de alimentación Inadecuada

Todo niño que se queda con hambre llora mientras tenga fuerzas para hacerlo.

Hay estilos de crianza que limitan el acceso del lactante a la leche:

– Estableciendo horarios rígidos de alimentación.

– Limitando la cantidad que puede tomar en biberón o el tiempo que puede estar al pecho.

– Sustituyendo la leche por infusiones o chupe.

Si como resultado de ellas el bebé tiene una sensación subjetiva de hambre no satisfecha, llorará por hambre.

Pero además, al comer con ansiedad tendremos un aumento de los gases intestinales.

Criterio de Inclusión:

La Clave para incluir esto en el cóctel de causas es que algunas de las crisis de llanto del bebé ceden cuando se le da de comer sin limitación temporal ni de cantidad.

Recomendación:

Pauta de alimentación que aporte al bebé alimento siempre que lo pida, y sin límite de cantidad. 

Si durante el día espacia más las tomas que en la tarde-noche recomiendo despertarle durante el día para ofrecerle de comer con la frecuencia que el bebé pide en su momento de máxima demanda.

Esto es importante especialmente en lactancia materna.

Muchos niños tienen un desajuste entre las horas en las que el pecho produce más leche y las horas en las que el niño pide más alimento.

Esto impide un aumento adecuado de la producción de leche materna para cubrir las necesidades del bebé y que coma con ansiedad cuando menos leche hay.

Mejora si:

– Mantenemos una pauta de iluminación definida en la que haya mucha más luz de día y la mínima posible de noche.

– Despertamos al bebé con más frecuencia para tomar en las horas en las que más leche materna se produce: Mañana, Inicio de la tarde.

Dando más alimento y estímulos durante el día, el bebé llega a las horas críticas del cólico con sus necesidades cubiertas y más sueño.

Flora Intestinal Inadecuada

Cuando un niño nace empieza a ser colonizado por los gérmenes de su entorno.

Hay circunstancias que pueden favorecer la colonización por gérmenes inadecuados:

– Nacimiento por Cesárea.

– Tratamientos antibióticos por Riesgo Infeccioso Neonatal.

– Medio Hospitalario.

– Exceso de Higiene.

Durante los primeros meses de vida esa flora va a ir cambiando constantemente.

Hay momentos en los que puede haber una parte importante de esa flora que:

– Fermente produciendo más gases. Lo que genera dolor abdominal por exceso de presión.

– Produce irritantes que agreden a la mucosa intestinal, produciendo dolor y una motilidad intestinal inadecuada, con la consiguiente retención de gases y heces que genera dolor, de nuevo, por presión excesiva.

Otras patologías implicadas en el Cólico del Lactante y las intervenciones que hacemos para resolverlas (como un cambio de leche) pueden cambiar esa flora dando entrada a gérmenes perjudiciales.

Criterios de Inclusión y Recomendación:

Yo añado el tratamiento con Probióticos en todos los casos del estudio. Concretamente se han tratado con Lactobacilo Reuterii. 

Le sienta mal la leche de vaca

Algunos bebés tienen problemas para digerir la Leche Adaptada de Inicio.

Proteínas de la Leche de Vaca

Criterios de Inclusión:

– Bebés con dermatitis atópica llamativa.

– Vómitos tras las tomas.

– Malestar tras las tomas.

– Dermatitis del pañal frecuente.

Recomendaciones:

La analítica para detectar anticuerpos sólo identifica los casos con Alergia mediada por IgE. Pero no los de Alergia no mediada y los de Intolerancia.

Por tanto la prueba más fiable es la eliminación de la leche de vaca de la dieta.

Si mejor y empeora al reintroducirla mantendremos la leche fuera de la dieta del bebé.

En los casos en los que el vevé toma sólo leche materna debemos eliminar la leche de vaca de la dieta de la madre durante 2 semanas. Suele apreciarse la mejoría entre 3 y 10 días después de la eliminación total.

Si mejora y al reintroducir la leche en la dieta materna hay un empeoramiento claro de los síntomas en menos de 48 horas mantendremos una dieta exenta de leche de vaca en la dieta materna.

Intolerancia a la Lactosa

Criterios de Inclusión:

– Dermatitis del Pañal frecuente.

– Diarrea ácida.

– Malestar tras las tomas.

– Gases abundantes.

Recomendaciones:

En la lactancia materna exclusiva es muy raro que haya síntomas de Intolerancia a la Lactosa. Se puede producir en algunos casos en los que no se permite al bebé vaciar un pecho antes de pasar al siguiente. La única medida en los que toman pecho es por tanto que se permita al bebé tomar el pecho sin cambiarlo hasta que no muestre rechazo por él.

En lactancia artificial probaremos a sustituir la leche de inicio normal por una fórmula sin lactosa. Si hay una mejora clara en 2-5 días. Reintroducimos la leche con lactosa y si empeora claramente, mantendremos la Fórmula Sin Lactosa.

Estreñimiento

Criterios de Inclusión:

Entendemos por estreñimiento hacer las heces duras y con dolor. 

El estreñimiento real puede generar dolor al intentar defecar y dolor abdominal por retención de heces y gases.

Suele ser un dolor que aumenta a lo largo del día de forma intermitente, llegando a su máximo en la tarde-noche o durante la defecación.

Mejora tras hacer caca, una vez calmado el dolor de expulsión.

Recomendaciones:

Es algo casi inexistente en lactancia materna.

En lactancia artificial podemos recurrir a Fórmulas Antiestreñimiento. Puntualmente puede ayudarse a defecar con Sonda Rectal lubricada.

Pseudoestreñimiento del Lactante

En las primeras semanas de vida el tono del esfinter anal voluntario va aumentando hasta ser capaz de retener completamente las heces si no se relaja.

El bebé pasa así de hacer deposiciones casi con cada toma, a hacerlas sólo cuando relaja el ano.

Si no lo hace con frecuencia puede generar dolor por distensión abdominal al dificultar la eliminación de heces y gases.

Criterios de Inclusión:

Dificultad para expulsar las heces, pese a que cuando salen no son duras.

– Es un fallo de coordinación entre el movimiento intestinal y la relajación del ano.

– Acaba superándose en cuestión de días o semanas, cuando el bebé aprende a coordinar la relajación anal con el movimiento intestinal.

– Aprieta intentando hacer caca tras cada toma. Los pujos son cada vez más intensos y dolorosos conforme acumula tomas sin evacuar.

Recomendaciones:

  • En las crisis de llanto inconsolable en las que intenta hacer caca sin poder: Estimulación con Sonda Rectal Lubricada.
  • Si pasa días sin hacer deposiciones pero no hay crisis de llanto inconsolable ni distensión abdominal: NO hacer nada. Se trata de Pseudoestreñimiento por Absorción Completa. Algo muy frecuente en Lactancia Materna.

Reflujo Ácido

Criterios de Inclusión:

En las primeras semanas de vida va aumentando la producción de ácido del estómago.

El bebé pasa de echar bocanadas de leche blanca-amarillenta a echar bocanadas de leche cortada. Con líquido transparente y grumos blancos.

Las bocanadas van aumentando en volumen conforme el bebé toma cada vez cantidades mayores y se mueve más. Pero mientras no haya dolor y gane peso, las bocanadas no son un problema.

Si la producción de ácido es excesiva, aparece pirosis. Lo que notaremos será una interrupción de la toma con llanto intenso de dolor arqueándose hacia atrás. Seguido de varios intentos de volver a tomar, ya que sigue con hambre. Pero en cada nuevo intento el bebé vuelve a llorar.

Otros síntomas que suelen acompañar en el Reflujo Ácido son:

  • Lengua saburral blanca, marrón o verdosa. Se produce por efecto del ácido sobre la zona dorsal posterior de la lengua.
  • Un aumento del Hipo. Se hace más frecuente y persistente.
  • Mucosidad en la garganta por irritación de la mucosa faríngea, con una tos irritativa en aumento.
  • Aliento ácido.
  • Muecas de asco frecuentes.
  • Despertares frecuentes con llanto cuando está tumbado.
  • Las crisis mejoran con el niño en vertical.

Importancia del tratamiento del reflujo ácido:

Además del dolor que sufre el niño, que ya es motivo suficiente para tratarlo, un reflujo no tratado puede dar lugar a una mala relación con la comida y el sueño que puede persistir durante años.

Recomendaciones:

Podemos tratar el reflujo ácido con:

  1. Medidas posturales:
    1. Colchón antireflujo.
    2. Porteo.
    3. Tomas en posturas más verticales.
  2. Antiácidos:
    1. En este estudio se usó el Omeprazol. Se evidenció una mejora clara de los síntomas entre 3 y 5 días después del inicio del tratamiento.
    2. Tras 2 semanas sin síntomas se baja paulatinamente la dosis para averiguar la dosis mínima efectiva. Este proceso se repite cada 2 semanas hasta llegar a suprimir el tratamiento. Haciéndolo así evitamos la anemia y el raquitismo que una dosis innecesaria de antiácido pueden ocasionar.
  3. Evitar agravantes: La mayoría de los niños con Reflujo Ácido empeoran cuando toman Vitamina D, por lo que recomiendo suprimirla en estos casos. Y muchos casos tienen una recaída evidente cuando se vacunan contra el Rotavirus, por lo que en niños con Reflujo intenso recomiendo no poner esta vacuna.
  4. Alergia en la base: No es raro ver Reflujos persistentes en los que hay como base una alergia a las proteínas de la leche de vaca. Debemos considerarla cuando no acaban de mejorar con el tratamiento del reflujo o este se prolonga.

Como decía anteriormente es frecuente que muchos niños presente simultáneamente diversos problemas con llanto que ceden cuando se tratan todas las causas implicadas de forma simultánea.

Desde que aplico este protocolo realmente no he visto un sólo caso de Cólico del Lactante detrás del cual no haya uno o varios problemas identificables y tratables.

En mi opinión el diagnóstico de Cólico del Lactante debe ser suprimido de las Guías Clínicas de Pediatría y sustituido por un proceso de Diagnóstico Diferencial.

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Empacho en bebés de 1 mes

Empacho en bebés de un mes.

Empacho en bebés es cuando comen más de lo ideal. Muchos padres lo temen, pero a veces por evitarlo se generan problemas mayores.

Hay quien dice que un bebé puede seguir comiendo mientras tenga comida disponible. No es cierto.

Si ofreces a cualquier bebé una cantidad ilimitada de leche llega un momento en que no quiere más.

Esa cantidad no es la misma en dos bebés diferentes. Ni es la misma siempre en un bebé concreto.

Al tratarse de seres vivos que se adaptan a un ambiente cambiante sus necesidades de alimento se modifican constantemente.

Yo siempre defiendo que la alimentación de los lactantes debe hacerse a demanda. Lo que significa ofrecer alimento ilimitado siempre que el bebé lo pida.

En ciertas situaciones incluso recomiendo ofrecer antes de que lo pida:

Cuando un bebé come con más frecuencia de día que de noche. En estos casos recomiendo ofrecer durante el día con tanta frecuencia como pide de noche. Así lograremos que de día coma más y duerma menos, haciendo lo contrario de noche.

Cuando un bebé come con ansiedad. En estos casos es que estamos ofreciendo al bebé una cantidad escasa para él o con una frecuencia insuficiente. Sea porque sólo le damos de comer cuando llora o porque sea dormilón y cuando por fin se despierta está ya desesperado por comer. En ambos casos la solución para que coma más tranquilo es ofrecerle antes.

Cuando un bebé echa muchas bocanadas. A pesar de lo que muchos piensan, si espacias las tomas lo normal es que las bocanadas aumenten, ya que al comer con más hambre tomará más cantidad de golpe que si hace más tomas. Cuando hace tomas más frecuentes acaba convenciéndose de que no le vamos a «matar de hambre» y acaba tomando más tranquilo cantidades menores que retiene con más facilidad.

Pero cuando recomiendo esto, lo habitual es que los padres manifiesten «miedo al Empacho».

¿Qué es un empacho?

Un empacho es cuando dejamos acceso libre a la comida, y la cantidad que se toma es claramente superior a lo ideal. Entendiendo por ideal aquella cantidad que no genera problemas.

Está claro que la barriga de un bebé es un espacio limitado. Es flexible, pero limitado.

Cuando el estómago o el intestino se llenan demasiado pueden aparecer molestias.

Es un dolor intermitente. A ratos muy fuerte, a ratos más pasable.

Pero los momentos en los que es intenso puede ser Muy Intenso.

Cuando ocurre el bebé reacciona en primer lugar moviendo el intestino para intentar vaciar la barriga. Lo que vemos es que el bebé da apretones o pujos y se encoge, intentando hacer presión para que el contenido del intestino salga.
Si no lo consigue es cuando aparece el dolor cuando la presión es excesiva.

Decimos que el bebé está empachado cuando esto ocurre. Cuando ha comido tanto que le genera molestias.

Ante esto surge la pregunta ¿qué debo hacer para que no se empache?

Y la respuesta es «nada». Aún teniendo esto claro mi recomendación sigue siendo que no le dejes con hambre, que si te pide le des y que lo hagas hasta que no quiera más.

Os explico porqué.

Si por miedo al empacho limitamos la cantidad de comida que damos a un niño por debajo de lo que su cuerpo le pide, tenemos garantizado que cuando coma lo hará con ansiedad.

Al comer con ansiedad se tragan más gases. Y esos gases en exceso producen las mismas molestias que el temido empacho.

Esta opción es peor que la de dejarle que se empache.

Lo es porque cuando un niño se empacha, llega la siguiente toma y suele comer menos. Pasan unas cuantas tomas y vuelve a comer con alegría. Tal vez se vuelva a empachar. Pero finalmente, a fuerza de que le siente mal cuando se pasa, acaba aprendiendo a no hacerlo.

Esto significa que dejándole acceso libre a la comida acaba autoregulándose.

Pero ¿qué pasa cuando por miedo al empacho limitamos su acceso a la comida?

Pues que lo que aprende es que la comida es algo escaso que necesita y cuando la consigue la tomará con ansiedad. El hambre no es algo a lo que uno pueda acostumbrarse. Puedes, dentro de ciertos límites aguantarte con ella. Pero en cuanto puedes saciarla lo haces.

Con lo que el llanto en los niños a los que se limita el acceso al alimento para evitar el empacho acaban llorando mucho más: Unas veces lloran por hambre, otras porque tras comer cuando por fin se les permite siguen con hambre. Y por fin, con gases por haber comido con desesperación.

Por tanto, confía en la capacidad de tu hijo de autoregularse y aprender. Dale la oportunidad de que se empache. Tras hacerlo varias veces aprenderá a evitarlo y los llantos desaparecerán.

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El recorrido del agua en el cuerpo de un niño o bebé

El agua es el principal componente del cuerpo del bebé. Es importante mantenerlo hidratado y hacerlo con agua de buena calidad.

El agua es el principal nutriente del organismo. Este vídeo explica fácilmente el camino que sigue en el organismo de un niño o bebé.

El agua es el nutriente más importante de los seres vivos. Para los seres humanos no es una excepción.

Y los niños tienen una mayor proporción de su cuerpo en forma de agua.

El vídeo nos muestra de forma esquemática algunos detalles importantes:

  • El agua entra en forma de líquido o con los alimentos.
  • En el intestino la absorbemos y pasa a la sangre.
  • La circulación la lleva a todos los puntos del organismo. Sirve de base de transporte, pasa a los tejidos ocupando espacio entre las células y en su interior.
  • Arrastra además los desechos del organismo que son purificados en el riñón y expulsados en la orina.
  • Pero no todo el agua que ingerimos es absorbida. Una parte debe quedar en las heces. Cuando esa cantidad es muy baja nos estreñimos. Cuando es demasiada aparece la diarrea.
  • La perdemos además a través de la respiración, en la mucosidad y con el sudor…

El cuerpo debe mantener una cantidad casi constante de este elemento. Y está muy bien preparado para hacerlo. Pero cuando hay pérdidas extraordinarias puede necesitar un aporte de agua por encima de lo normal.

Las situaciones que pueden hacer perder agua con más facilidad a un bebé o un niño son:

  • Diarrea. Cuando hay una irritación en el intestino que impide que absorba el agua que el cuerpo necesita. Aunque estemos tomándola en cantidad adecuada, se pierde.
  • Vómitos. Una irritación del estómago hace que lo que entra en él no pase hacia el intestino, sino que se retenga y sea expulsado por arriba. Suele ocurrir cuando el estómago detecta algo que le daña y se activan mecanismos para expulsarlo en lugar de permitir que pase hacia el intestino y lo dañe.
  • Fiebre. Cuando el cuerpo sube su temperatura puede perder agua por dos vías: Sudando y con la respiración, ya que cuanto más sube la fiebre más se acelera la respiración y más agua sale en ella.
  • Exceso de calor en el ambiente. Por ejemplo si dejamos a un bebé en la playa en las horas centrales del día. Aunque esté bajo una sombrilla puede estar a temperaturas muy superiores a 40º C. Y en esas condiciones la única vía para mantener la temperatura del cuerpo es sudar.

Aporte adecuado de agua

En todas estas situaciones es especialmente importante aportar cantidad suficiente a niños y bebés para evitar la deshidratación. Y será mucho más acuciante cuanto menor sea la edad del bebé. Ya que en los más pequeños la capacidad de adaptación es menor.

Cuando falta en el organismo hablamos de deshidratación. En un bebé suele notarse porque la boca está seca, la piel pálida y las ojeras marcadas.

Lo ideal para evitarlo es aportar cantidades pequeñas pero frecuentemente. Así suele ser mejor tolerada que si damos mucha cantidad de golpe. Especialmente será recomendable fraccionar las tomas cuando el bebé presente vómitos o diarrea. Porque cuando toma cantidades más pequeñas es más fácil que se retenga y asimile. Cuando toma cantidades mayores es más probable que se desencadene el vómito o el retortijón que acabe en diarrea.

En el cuerpo hay un equilibrio importante entre minerales y agua. Cuando aportamos un exceso de minerales deben ser eliminados por el riñón. Es parte de su trabajo. Entre las cualidades a destacar de un agua buena para niños y bebés está el hecho de que tenga una mineralización baja. Ya que si no es así, para el riñón supone una sobrecarga tener que eliminar constantemente una cantidad mayor de minerales que el cuerpo no necesita.

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Estreñido al iniciar la alimentación complementaria

Resolver el estreñimiento en un bebé que está empezando a tomar alimentos distintos a la lactancia

Algunos bebés que hacían caca con facilidad mientras tomaban sólo leche se han estreñido al empezar la alimentación complementaria. ¿Cómo resolverlo?

 

Esto es algo que puede ocurrir con cierta frecuencia y que a algunos padres les resulta muy llamativo. Si antes tomaba sólo leche, un alimento sin resíduos practicamente, un alimento que dicen que tomado en exceso estriñe. Ahora empiezo a darle fruta y verdura (alimentos ricos en fibra, que dicen que aligera la tripa) y ¿se estriñe?

Pues sí, es posible.

Qué es el estreñimiento

Lo primero es aclarar qué es estreñimiento y qué no lo es.

Estreñido es quien hace caca dura con dolor.

No es estreñido quien no hace todos los días. Puede pasar días o semanas sin hacer, pero si cuando hace es blanda y sin dolor, no hay ningún problema.

Se puede hacer caca todos los días y ser estreñido, porque cuando sale es dura y duele.

El estreñimiento cuando empezamos con la alimentación complementaria

Se debe a que al introducir la alimentación complementaria se producen varios cambios:

– Reducimos la proporción de agua sobre el total de lo que toma. Antes tomaba sólo leche. Un alimento cuya composición es agua en su mayoría. Era fácil hacer cacas con alto contenido en agua, porque no necesitaba absorber toda la que toma.

– Empieza a tomar alimentos astringentes. Hay algunos alimentos que liberan mucha cantidad de azúcares fáciles de absorver. Especialmente frutas como el plátano maduro, la manzana calentada o la zanahoria, el arroz y la patata cocidas son de este tipo. Cuando absorben el azúcar lo hacen acompañado de agua. Y eso hace que lo que queda tenga mayor densidad. Por eso decimos que son alimentos astringentes.

– El cambio de alimentación produce un cambio en la flora intestinal que a veces favorece el estreñimiento. Hay gérmenes que nos ayudan a digerir los alimentos y otros que dificultan la digestión y generan mucho gas y toxinas que dificultan el movimiento del intestino.

Soluciones si tu hijo se estriñe al introducir la alimentación complementaria

Si entendemos el apartado anterior tenemos de forma automática la solución:

  1.  Aumentar la cantidad de líquido que toma. Esto se puede hacer de varias formas:
    1. La primera es entender que la alimentación complementaria complementa a la lactancia y que por tanto no debemos forzar al niño a tomar más cantidad de alimentación complementaria de la que desee, ni limitar su acceso a la lactancia. Así mantenemos una proporción de líquido más adecuada. El bebé nos pedirá más leche y rechazará la comida cuando su cuerpo interprete que necesita más agua.
    2. Preparar las verduras sin escurrir. Cuando hervimos la verdura y la trituramos podemos hacerlo con el agua de haber hervido o sin ella. Si un niño se estriñe lo mejor es triturarla con el caldo.
    3. Ofrecer agua. Yo en los bebés de menos de un año soy más amigo de ofrecer lactancia que agua. Lleva agua, alimento y mucho más que un simple biberón de agua.
  2. Aumentar la cantidad de fibra en la alimentación complementaria: Evitando las frutas que más estriñen (manzana, plátano maduro), y dando de las que más aligeran (naranja, mandarina, ciruela…). Reduciendo la cantidad de verduras que estriñen (patata, zanahoria, arroz…) y ofreciendo más de las que aligeran (judías verdes, puerro, apio, calabacín…). Dando cereales integrales (con la cáscara).
  3. Ayudando a seleccionar la flora adecuada. Podemos dar Probióticos que siembren bichitos de los buenos para que tenga una flora intestinal que le ayude a digerir mejor los alimentos, produzcan menos gases y no alteren la movilidad del intestino.
  4. Moviendo más al bebé. Cuando un bebé se mueve poco, también lo hace su intestino. Cuando se mueve más y se mantiene más tiempo incorporado (no tumbado) favorecemos el movimiento del intestino. Una variante de esto son los masajes de barriga si el bebé se estriñe.
  5. Cuando haciendo todo esto no mejoran pueden necesitar transitoriamente la ayuda de un laxante. Tu pediatra te dirá cuál es el mejor para su edad y cómo usarlo adecuadamente. No es malo si se usa bien.
  6. En casos muy puntuales puede ser necesario usar Enemas. Solucionan el problema rápidamente, pero su efecto es muy limitado. Siempre que se pueda es mejor «arreglar el estreñimiento por arriba que por abajo».
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Pseudo estreñimiento del lactante

Pseudo estreñimiento del lactante

Hay dos tipos de Pseudo estreñimiento del lactante: Dos situaciones que pueden hacer que un bebé pase días sin hacer caca. Y en cuál aconsejo hacer algo.


Es muy frecuente que los lactantes puedan pasar días sin hacer caca sin que haya ningún problema. Esto suele ocurrir especialmente a partir de las 2-4 primeras semanas de vida y no es raro que preocupe a los padres, aunque como os decía es muy normal.

Hay dos procesos en el desarrollo del niño que lo explican. A veces lo que vemos es una mezcla de ambos. Pero es útil entenderlos para poder distinguirlos y saber si merece la pena hacer algo o no.

Primer tipo de Pseudo estreñimiento. El «intestino eficiente».

Cuando un niño nace, su intestino debe pasar de no trabajar a hacerlo de forma constante. Eso significa que al principio tiene que adaptarse.

Una de las cosas que tiene es lo que llamamos reflejo gastrocólico. Como la capacidad de su tripa es limitada, en cuanto llega comida nueva al estómago, se mandan órdenes al intestino para que se vacíe y haga sitio al nuevo alimento. El resultado es que pueden hacer caca casi con cada toma. Y no es diarrea. Es lo normal.

Pero poco a poco el intestino va mejorando su capacidad de digerir alimentos y lo que está tomando (leche) no deja casi residuos. Por lo que en algunos casos pueden llegar a absorber casi la totalidad de lo que come. ¿Qué queda entonces para expulsar en las heces? Pues muy poco. Y eso hace que pueda pasar días y días sin necesidad de vaciar. Y que veamos que el niño está perfectamente. Tiene su reflejo gastrocólico justo después de las tomas (notamos que gruñe un poco) pero come bien y no está molesto.

En este caso no hay que hacer nada. Aunque pase días o a veces semanas sin hacer caca el bebé está bien y no le supone ningún problema.

Segundo tipo de Pseudo estreñimiento. El «cierre que no sabe cuándo abrir».

Hay un segundo factor implicado. El culete tiene dos anillos que lo cierran para que no escape el contenido. Uno de ellos (el interno) es lo que llamamos esfínter involuntario. Se relaja sólo cuando se acumula caca en la parte final del intestino. Es cuando notamos el «apretón» como que va a escaparse. Pero entonces nosotros ponemos en acción el anillo externo, el «esfínter voluntario». Que apretamos hasta llegar al baño y relajamos una vez allí.

Al principio, en el lactante recién nacido el esfínter externo (el voluntario) no tiene casi fuerza. Pero en pocas semanas (2-4 habitualmente) va adquiriéndola. Y llega un momento que se relaja si nosotros lo ordenamos. Pero el bebé no sabe que tiene que hacerlo.

En ese momento lo que notamos es que tras las tomas el niño tiene su reflejo gastro-cólico y gruñe intentando hacer, pero no hace. Hasta aquí como el caso anterior. Puede pasar de hacer 5-6 veces al día a pasar varios días sin hacer.

Hay momentos en los que el bebé relaja este esfínter voluntario (sin darse cuenta), pero si no coincide con un movimiento de tripa no sale nada.

Si esto coincide con un intestino muy eficiente, que casi no acumula residuos porque absorbe la leche prácticamente entera, no hay problema.

Pero si no lo absorbe todo y deja una cantidad de residuos apreciable, se van acumulando.

En este niño veremos, a diferencia del primer caso, que la tripa va notándose más llena conforme pasan los días, empieza poco a poco a comer menos y a estar más molesto. Cuestión simple de espacio. Mientras el primer caso puede pasar días o semanas sin hacer caca y no le pasa nada, este bebé del segundo caso va estando más irritable conforme pasan los días.

En ambos casos, cuando por fin hace (lo que ocurre en este segundo caso cuando coinciden movimiento de tripa y apertura del «esfínter voluntario» por casualidad), la caca es blanda.

En este segundo caso el niño mejora tras hacer caca. Está más tranquilo, llora menos, come mejor.

Lo que yo aprendí del Pseudo estreñimiento del lactante es que si el bebé hace caca blanda, aunque tarde varios días, no hay que hacer nada. Pero ¿y si, como pasa en este segundo caso está molesto y mejora al hacer?

¿Podemos hacer algo cuando pasa varios días cada vez más molesto, con la barriga más llena y come peor? Pues mi opinión es que sí. Que podemos ayudarle a relajar el «esfínter voluntario» haciéndolo cuando tiene movimiento de tripa, que vacíe, cedan las molestias y el bebé esté mejor. Y para eso lo que recomiendo es usar microenemas de glicerina (ni supositorios, ni ramas de geranio, ni bastoncillos con aceite, ni cerillas…). Aunque a veces basta con levantarle las piernas y separar los cachetes del culete unas cuantas veces.

¿Es recomendable hacer esto con mucha frecuencia? Pues no. Sólo lo veo necesario cuando tras varios días sin hacer es evidente que el bebé lo está pasando mal. Pero en esos casos no veo justificación para no aliviarle pudiendo hacerlo.

Entonces oigo frases como:

Lo vas a acostumbrar a que sólo haga estimulándole. Mi experiencia me dice que esto no es cierto, sino que con hacerlo unas pocas veces el bebé aprende a hacerlo sólo.

Le vas a hacer daño en el culete. Si se hace adecuadamente (echando una gota de glicerina en el ano antes de empezar a manipular, introduciendo la cánula no más de 1-1,5 cm y moviendo la cánula con delicadeza), no se hace daño.

Los estreñimientos es mejor curarlos por arriba, no por abajo. Estoy de acuerdo, pero cuando es estreñimiento. Esto es un fallo de coordinación del «esfínter» que no se soluciona con laxantes. Darían más retortijones, más dolor, pero no resolverían el problema.

Como de costumbre, problemas que no son realmente enfermedades, y no tienen respuestas simples, pero las hay. Y pese a no ser enfermedades pueden producir un malestar que podemos mejorar. Ante todo, no os preocupéis, es algo que acaba resolviéndose en unas semanas y que no tiene una causa grave. Pero entenderlo nos permite ayudar al bienestar de nuestro bebé cuando podemos hacerlo.

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El bebé ha manchado el pañal de rojo

Ha manchado el pañal de rojo

Cuando un recién nacido mancha de rojo el pañal. Cómo diferenciar las causas más frecuentes y dejar de preocurparse, porque son normales en recien nacido.

En los primeros días de vida, no es raro que un bebé manche de rojo el pañal.

Las dos causas más frecuentes son:

Regla en un bebé niña por el efecto de las hormonas de la madre.

Ácido úrico en la orina, tanto en niños como en niñas.

Ninguno de los dos casos es importante.

A través de la placenta pasan muchas cosas de la sangre de la madre a la de los bebés. Una de ellas son las hormonas.

En una niña recién nacida, esas hormonas causan tres efectos más o menos evidentes:

1.- Los genitales de la niña recién nacida están muy rojos. Es por el efecto de los estrógenos, que aumentan el riego de sangre en la zona. Algunos padres lo interpretan como que tiene la zona irritada. Pero veréis que en realidad la niña no muestra signo alguno de estar molesta.

2.- Secreción en los genitales, como si fuese gelatina blanquecina. Es un efecto también debido a los estrógenos que la madre ha pasado a la niña en las últimas horas antes del parto.

3.- A veces tras la secreción gelatinosa aparece sangre. Esa regla que viene en algunas recién nacidas suele durar pocos días. En algún caso un solo día. Raramente más de 5. No es peligrosa en absoluto y no hay que tener ningún cuidado especial. Es tan normal que hasta la compresa la tiene ya puesta…

El ácido úrico en la orina aparece porque los primeros días de vida el niño rompe muchas células viejas que son sustituidas por otras nuevas. Eso libera ácido úrico que se elimina por la orina, dándole un color rojo teja. Es normal que durante los primeros meses de vida tenga algunos días en los que de repente, y sin que el niño muestre ningún signo de estar mal, manche con esta sustancia.

Sólo debemos preocuparnos con esto cuando es algo que ocurre todos los días más allá de un par de semanas. En estos casos hay que hacer un estudio, porque algunos niños liberan demasiado ácido úrico en la orina por tener un problema metabólico.

La diferencia con la sangre es evidente, como podéis ver en las dos imágenes que siguen.

Pero es más evidente cuando pasan unas horas. Ya que el ácido úrico no cambia de color, mientras que la sangre se va oscureciendo de forma evidente por contacto con el aire.

Sangre en el pañal.

sangre en el pañal

 

Ácido úrico en el pañal.

 

 infarto úrico bebé

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Masaje para el lactante estreñido

Ana Cachinero, mamaenfermera.comColaboración de mamaenfermera.com sobre los masajes para ayudar al lactante estreñido.

«Mi hijo estuvo con lactancia mixta desde el segundo día de vida. Eso me ocasionó bastantes quebraderos de cabeza, porque tiene los inconvenientes de ambas y no tiene las ventajas de ninguna. Pero en fin, era lo más parecido a lo que yo quería haber hecho (lactancia materna exclusiva) así que, con más pena que gloria, me conformé.

Uno de los inconvenientes que sufrí es que mi hijo era bastante estreñido.

Ahora que he leído mucho más sobre el tema y he comprendido los procesos fisiológicos del bebé durante sus primeros meses de vida, veo que no era un estreñimiento real, sino más bien el «Pseudoestreñimiento del lactante«.

Sus heces no eran duras, sino grumosas, pero tardaba un par de días en hacerlas y para el segundo día ya se ponía bastante penoso.

Al principio como casi todos los bebés, hacía caca en cada toma, pero las fue distanciando, y al par de meses dejó de hacerlas, llegando a pasar incluso dos días. Al llegar el segundo día se ponía bastante penoso y molesto por lo que algo me indicaba que era hora de solucionar el tema.

Lo que mejor me funcionó eran los masajes en la barriga. Procuraba empezarlos el segundo día sin hacer caca, a media tarde, antes de que se pusiera penoso del todo y sobre todo antes de que tuviera hambre, porque si no, no había manera. El resto de los días siempre había masaje, después del baño, pero de cuerpo entero para relajarlo antes de dormir.

El masaje en la barriga para los lactantes no siempre es agradable, pueden estar con la barriga muy molesta y no permitirlo, por eso hay que iniciarlos tranquilamente, con un ambiente cálido en el que podamos desnudarlos sin que pasen frío y en una posición cómoda, para nosotros y para ellos.

Puedes utilizar una crema, para mi gusto lo más agradable es el aceite. Te lo echas en las manos y lo calientas con fricción para que no de un respingo. Eso ayuda a que las manos resbalen por su piel de manera más gustosa.

Yo le hacía los masajes sin pañal, y alguna vez casi me arrepentí de ello, aunque claro, era tan feliz cuando salía la caca que merecía la pena. (Mi marido siempre decía que a él no le aplaudía tanto las cacas ni los gases).

Empieza por acariciar toda la barriga, incluso todo el tórax y los brazos y piernas, para que se sienta tranquilo y cómodo con lo que vamos a hacer.

Después, alternando una mano y otra, haz un barrido desde el final del esternón hasta el pubis. Como si estuvieras alisando la arena. Si la barriga estuviera muy dura porque sienta dolor, hacerlo suavemente y conforme se vaya relajando se puede ir presionando un poco más, que apenas descienda uno o dos centímetros.

Cuando notes que la barriga no ofrece resistencia empezamos con el masaje circular, siempre en el sentido de las agujas del reloj. Eso tiene su explicación anatómica, es el mismo camino que sigue la caca por el intestino y es una manera de estimular el peristaltismo del bebé. Empieza con la mano derecha desde el lateral derecho de su barriga, cuando la atravieses hasta el lado izquierdo empiezas con la otra mano el mismo camino, y vas trazando un círculo hasta que te cruces con la mano izquierda y pasas por encima para volver a empezar. Al principio puede ser una caricia y poco a poco ir haciendo un poco más de presión, siempre una cosa moderada.

Otra técnica es hacer movimientos de derecha a izquierda de su barriga con la mano plana y los dedos cerrados haciendo ondular como una ola, avanzando poco a poco con la presión desde el talón de la mano hasta los dedos y levantando para avanzar, como un gusanito. Con esta técnica mi hijo se pegaba pedos (con perdón) al ritmo de mi mano y yo disfrutaba como una enana.

Finalmente he de reconocer que yo nunca utilicé ningún enema tipo Verolax o Paidolax. Utilizaba la técnica del dedo. Cogía mi dedo meñique, lo mojaba en aceite de oliva y masajeaba su esfínter con círculos. Poco a poco se va dilatando y ya con la barriga relajada por el masaje tardaba bien poco en aparecer la tan añorada plasta.

Cuando trabajaba en la urgencia de pediatría y venían los niños con gases, yo siempre pedía unos minutos para hacerles el masaje antes de empezar a estimularlos con sondas y demás. Me cuelgo la medalla porque en muchos de los casos conseguí no llegar a necesitar más estimulación que un masaje, aunque si puedo elegir, lo prefiero tranquila en casa y no con la presión de una camilla de hospital.»

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El Cólico del Lactante

Cólico del Lactante

El bebé con gases o cólico del lactante es un tema difícil para quienes lo sufren y para muchos pediatras. Os cuento lo que he aprendido sobre él.

Qué es el Cólico del Lactante

El Cólico del Lactante es una de las mayores pesadillas para los padres los primeros meses de vida.
 Resulta desesperante.

Son niños que lloran mucho con dolor de barriga.

Definición clásica:

Niño menor de 3 meses que llora más de 3 horas al día, más de 3 días por semana.

En teoría sin que esté enfermo.

Esta definición me lleva a la primera consideración importante sobre el cólico: El cólico del lactante no existe.

Si lees esto porque tu hijo cumple la definición y te lo han diagnosticado estarás pensando: «pues empezamos bien».

A lo que me refiero es que el «Cólico del lactante» no es un problema concreto: Es un cajón de sastre en el que se mete a todos los bebés que cumplen la definición. Y ahí está el primer error.

Hay muchas teorías sobre el cólico del lactante.

Hay muchas soluciones para el mismo.

Y hay muchos bebés que tras teorías, medidas alimentarias y medicinas varias siguen con el cólico del lactante durante meses.

Las teorías que hay hablan de intolerancias alimentarias, defectos en la movilidad del intestino…

Lo que se puede ver en todo niño con cólico del lactante es:

– Niño entre los 15 días y los 3-4 meses. Hablar de cólico antes de los 15 días es mucho decir. Ya se apuntan maneras, pero es una fase en la que se está empezando a adaptar a la alimentación y no puede decirse que puntuales momentos de más dolor sean un cólico como tal. En cuanto al final, generalmente suele ceder poco a poco a partir de los 2 meses y medio o 3 meses, aunque hay alguno que sigue hasta los 6 meses.

– Son niños ansiosos para comer.

La solución que me enseñaron para el Cólico del Lactante

Lo que a mí me enseñaron en la especialidad es lo siguiente:

«Pues no la hay.
 Es decir, hay demasiadas. Y cuando algo tiene muchos remedios…
»

Desde el punto de vista de lo que podemos darle hay 3 opciones:

Medicinas que aumentan el movimiento del intestino favoreciendo que echen los gases. 
(Aerored, Carminativo Juventus, Lupidón, Enterosilicona…Colikind, Nux vomica).

Infusiones como Blevit Digest, Colimil, Alivit…

Leches especiales como Blemil AC, Almirón Omneo, Nutramigen, Novalac AC…

Como digo, los hay que después de probarlo todo no mejoran con nada.

¿Porqué no funciona y cómo me planteo el cólico en la actualidad?

Lo que he aprendido del cólico es que en realidad en cada niño es diferente. Ese llanto del niño suele ser el resultado de la combinación de varios problemas. Lo difícil es que cada niño tiene una mezcla diferente. Pero los elementos que están presentes en la mayoría son una lista corta:

  1. Una mala pauta de alimentación.
  2. Gases.
  3. Intolerancia a la lactosa.
  4. Intolerancia a las proteínas de la leche de vaca.
  5. Reflujo gastro-esofágico.
  6. Niño de alta demanda.

No hay tratamiento para el cólico del lactante. Pero sí que lo hay para cada una de las posibles cosas que se combinan en cada caso dando lugar a él. El problema es averiguar cual es la mezcla en un niño concreto. No es algo tan sencillo como dar una infusión o un medicamento. Pero mi experiencia es que con este abordaje es posible obtener mejorías importante en poco tiempo.

Para llegar a descubrir esas causas y cómo solucionarlas ofrezco 3 opciones:

Espero que alguna de esas opciones pueda ayudaros.

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Baby Led Weaning

BLW, Intrucucción de la alimentación guiada por el bebé, Baby Led Weaning

Hay niños que no toman purés. Pasan del pecho al sólido. Lo llaman «Baby Led Weaning» (BLW) y te explico en lo que consiste.

Básicamente puede definirse como alimentar a los bebés sin puré. Es una de las corrientes actuales en introducción de la alimentación complementaria.

Como todo tiene sus ventajas y sus inconvenientes. Hay quien lo defiende a capa y espada, porque para ellos ha sido una gran solución. Y hay quien no le ve el sentido. Como siempre, lo que escribiré a continuación no es más que mi opinión, que espero enriquecer con la vuestra.

Las principales dudas que aparecen por mi experiencia cuando se habla sobre este tema son:

¿Cuándo puede un niño empezar a tomar sólidos?

Y la respuesta, como no puede ser de otro modo, es que en cada niño es diferente. En los defensores del Baby Led Weaning suele plantearse en torno a los 6 meses. La mayoría de los padres que escogen este método, eligieron también el pecho como alimentación única de su bebé hasta esta edad. Es el momento en el que se suele recomendar que se inicie la introducción de la alimentación complementaria al pecho. Pero también puede ser la forma escogida en niños que han tomado leche artificial hasta ese momento.

Pero si no tiene dientes, ¿cómo va el niño a masticar la comida?

De hecho, los purés no son ni tan siquiera un invento humano. Hay muchos animales que mastican la comida antes de dársela a sus crías. Masticar es algo que hacemos con las muelas. Con los dientes se corta, con las muelas se muele o mastica. Y de hecho masticar es un paso importante en el proceso de la digestión.

Por eso, cuando se escoge el BLW, yo no recomiendo dar cualquier cosa al bebé. Mientras no tenga dientes con los que masticar debemos ofrecerle sólo alimentos que puedan desacerse con facilidad. Yo suelo decir a los padres que si puedes deshacerlo con dos dedos sin esfuerzo, tu hijo puede «masticarlo» con la encía.

No deberíamos darle alimentos que precisen de masticación (no puedes deshacerlos con facilidad con dos dedos), hasta que no tenga muelas con las que hacerlo. Y en la mayoría de los niños esto ocurre entre los 6 y los 15 meses.

Pero en la práctica, ¿cómo se hace el Baby Led Weaning?

Se empieza en algunas tomas del día a ofrecer al niño alimentos que puedan «masticarse» con la encía o deshacerse con la lengua, antes o después del pecho. Cuando mejor lo acepte el niño. Si lo hacemos antes del pecho, siempre después podemos ofrecerlo (y es lo mejor si queremos mantener el pecho). Las tomas en las que empecemos a ofrecerlo serán en las que veamos que el bebé lo acepta mejor. Siempre que sea posible es preferible que sea coincidiendo con nuestra comida. De modo que sentemos al niño a comer con nosotros y pongamos la comida que hemos escogido para él a su alcance.

La idea es dejarlo que juegue con ella. La habremos preparado en trozos que el niño pueda manejar con facilidad. Pero es evidente que mucha de la comida acabará en sitios diferentes a su boca. Limpio, lo que se dice limpio este método no es al principio.

La curiosidad innata de los niños hace que tiendan a llevárselo todo a la boca. Vernos comer a nosotros (si es posible, alimentos similares) hace por imitación otra parte del trabajo.

¿Qué alimentos ofrecer en cada edad con el Baby Led Weaning?

Igual que con otras formas de introducción de la alimentación complementaria aquí no hay una norma universal con una pauta fija indiscutible. Yo mismo aconsejo a veces a los padres pautas para introducir la alimentación complementaria en plan «esta semana fruta, en dos semanas verdura, dos semanas después la carne…». Pero esta claro que son arbitrarias y simplificaciones no necesariamente ideales.

Lo que me parece más interesante es:

Tener claro cuando hemos introducido por primera vez cada alimento o familia de alimentos. Eso facilita que se detecten alergias o intolerancias si las hay.

Saber qué alimentos no deberían darse antes de qué edad. Simplificando, prefiero decirlo en orden inverso:

A partir de los 4 años puede comer de todo.

Frutos secos no antes de los cuatro años (peligro de atragantamiento).

Desde los 2 años pescado azul grande (atún, bonito, caballa). Antes no por su contenido en metales pesados.

Desde los 2 años Chocolate: Rico en histaminas, favorece la aparición de alergias y la mayoría cuando lo prueban les gusta y pasan a tomarlo con frecuencia.

También desde los dos años Marisco: Puede causar alergias intensas.

Desde el año: Verduras de hoja verde (acelgas y espinacas son ricas en nitratos y en menores de un año pueden producir intoxicaciones).

Desde el año: Miel (antes del año es causa a veces de intoxicación botulínica).

Desde el año: Pescado azul pequeño como el boquerón o la sardina (más alergénico que el blanco y más difícil de digerir).

Desde el año: Leche de vaca entera si previamente ha tomado otros lácteos procedentes de la vaca sin problemas.

El resto de alimentos pueden empezar a darse prácticamente desde los 6 meses. Habría posibles matizaciones sobre cómo hacerlo, si antes uno u otro en concreto. Pero en realidad no hay un motivo para no darlos a priori.

¿Cuál es el objetivo del Baby Led Weaning?

El objetivo y gran ventaja de este método es conseguir que el niño sea un comedor activo: Que desde muy pequeño sea capaz de comer por sí mismo. Y que su relación con la comida sea de curiosidad e integración en la conducta de los demás.

Muchos padres se quejan de que su hijo puede estar una hora con el plato delante sin comer. Que si no le dieran el niño se moriría de hambre. Y eso es frecuente en niños muy mayores. Iniciar de forma precoz esta forma de alimentación evita muchos de estos problemas. Especialmente si lo hacemos bien.

Y bien significa entendiendo desde el principio que la cantidad de comida que el niño debe comer es variable y que si le dejamos escogerla se auto-regula mejor de lo que lo haríamos nosotros calculando.

Que no debemos pelear con el niño ni presionarlo para que coma más. Y que la variedad es la que nosotros debemos controlar para escoger los alimentos que le ofrecemos y los que no, buscando que tenga una dieta sana y cada vez más variada.

¿Os recomiendo escoger el Baby Led Weaning o la pauta clásica?

Pues depende del niño. Son dos vías posibles. Y del puré se puede pasar al BLW en cualquier momento. Del mismo modo que si van pasando los meses sin que el niño vaya aumentando la variedad de la alimentación con el BLG, podemos probar los purés. La mayoría de niños diría que hacen un sistema mixto en el que damos purés y ofrecemos trozos. Como en otras muchas cosas, depende de las circunstancias de cada familia, de la preferencia de los padres, y de lo que el niño acepte mejor.