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La leche de vaca

Leche de vaca en la dieta infantil.

Leche de vaca y salud infantil. Mi opinión sobre las leyendas urbanas que la ensalzan y la hunden.

Cuando uno navega por internet y busca información sobre la leche de vaca, encuentra de todo:

  • Desde opiniones diciendo que es el alimento esencial de los niños durante su crecimiento. Y que podríamos vivir toda la vida sólo tomando leche de vaca.
  • Hasta otras que la consideran poco menos que el principal «culpable de los males de salud de la humanidad».

Como casi todo en esta vida, se tiende a exagerar en todas las direcciones:

Hay gente que dice que podemos alimentarnos sólo de leche. Y otros que una buena mañana descubren que puede generar problemas (lo que es cierto) y acaban construyendo toda una teoría de la conspiración en torno a la leche de vaca acusándola de cualquier cosa… Les falta decir que es un invento alienígena para dominarnos.

La Leche en la dieta de los niños

Los lactantes tienen como base de su alimentación la leche, hasta los 4-6 meses aproximadamente, de forma exclusiva. Pero a partir de esa edad y especialmente a partir del año, necesitan muchos micronutrientes que no están en la leche. A partir de los 4-6 años aproximadamente la mayoría de los seres humanos no necesitan ya tomar leche.

Hasta que apareció la ganadería no fuimos nunca consumidores de otra leche que la materna, y no más allá de estas edades.

Pero también es cierto que la especie humana ha cambiado mucho, y que hay alimentos que contribuyen a una longevidad mayor y unas mejores condiciones en esas edades avanzadas que nunca disfrutamos hasta ahora. Y que la ganadería, como la agricultura han logrado un bienestar que era impensable para nuestros ancestros.

Podemos entender por ejemplo que con una esperanza media de vida de 35 años la osteoporosis no era en absoluto algo que limitase la calidad de vida. Pero que con edades cercanas a los 100 o por encima en la actualidad sí lo son. Sin olvidar, claro está, que la leche es un alimento para crías y que si queremos sus beneficios fuera de esa edad, se acompañará de otros perjuicios que podemos reducir adaptándola a la edad del que la toma.

La leche es Esencial en los primeros años de vida

Durante los años en los que la lactancia es normal, la leche es esencial en la dieta de los niños. Y lo es porque en un alimento fácil de tomar y digerir aporta:

  • Cantidades suficientes y equilibradas de los macronutrientes: Hidratos de carbono, Grasas y Proteínas. En un equilibrio que no tiene ningún otro alimento.
  • Cantidades difíciles de cubrir con otros alimentos de micronutrientes esenciales: Calcio, Vitamina D y Vitaminas del grupo B y algunas grasas y proteínas importantes.

Necesitamos otras cosas que no están en la leche, pero eliminar este alimento de la dieta totalmente genera carencias difíciles de cubrir con otros.

Entendiendo esto, lo mejor es mantener la leche materna como alimento esencial.

Pero cuando no es posible debemos suplirla con los productos más similares que podamos. Y estos son otros lácteos animales, como la leche de vaca, cabra, oveja.

Sin embargo, hay diferencias importantes entre estas leches y la humana. Lo que justifica que las modifiquemos para hacerlas más parecidas al patrón oro: la materna.

Hay controversia sobre si hay que tomar leche para evitar la osteoporosis.

Hay muchas culturas en las que no se consume leche (entre otras cosas porque no son ganaderas o porque no la toleran más allá de la lactancia) y no por ello tienen tasas mayores de osteoporosis. Se puede vivir sin leche fuera de la lactancia.

Pero debemos entender que en esas culturas la base fundamental de su alimentación son fuentes ricas en calcio, como el arroz. Y que estas dietas tan basadas en un sólo producto tampoco están exentas de problemas. Por ejemplo en el Sudeste asiático el nivel de contaminación por arsénico del arroz no es nada despreciable. Esto son en realidad opciones culturales. Y en el mundo occidental la fuente de calcio fundamental durante milenios ha sido la leche.

Las leches especiales para niños. No dar leche de vaca entera antes de los 18 meses.

La introducción de la leche se hace con precauciones. Y es así porque a un porcentaje no despreciable de gente no les sienta bien. Sea por intolerancias (no pueden digerirla bien) o alergias (su sistema defensivo reconoce a algunas proteínas de la leche como extrañas y se defiende contra ellas). Ese es el motivo por el cual, en aquellos niños que no pueden tomar leche materna (la idónea para el ser humano), se sustituye por otras leches adaptadas.

Como ninguna leche natural que no sea la humana es adecuada para alimentar a los lactantes la adaptamos artificialmente. Como materia prima se usa la de vaca simplemente porque es la más accesible. Pero podría hacerse igualmente a partir de otras leches animales (las hay).

La edad en la que un niño puede tomar leche de vaca sin problemas varía. Algunos no lo podrán hacer nunca por intolerancias o alergias. Otros pueden hacerlo sin probolemas importantes con menos de un año. No se puede definir una edad. Lo adecuado a mi parecer, si queremos que nuestro hijo tome leche de vaca, es introducirla gradualmente. Y serían necesarios más pasos (tipos de lacteos más especiales) cuanto antes se haga esa introducción.

Pero mi experiencia me dice que la mayoría de los niños que no han tenido problemas con la leche antes, son capaces de tomar leche entera sin problemas a partir del año o año y medio aproximadamente.

Cuando hablamos de leches adaptadas por encima del año hay un problema. Y es que se mete todo en el mismo saco. Habiendo productos en los que los beneficios que aporta no compensan los riesgos que les acompañan.

Os concreto esto: Hay leches que aportan Hierro, Omega 3, Fibra… Cosas que cuando estudiamos a la población infantil general vemos que es difícil que alcancen con la dieta real que toman. Estas modificaciones son positivas. Como también lo es que reduzcamos la carga de proteínas de la leche de vaca normal. Porque es excesiva para los niños y puede favorecer el problema nutricional por excelencia: Obesidad.

Las leches que claramente son un problema son aquellas que añaden una cantidad injustificada de azúcar. Ya que incrementan el riesgo de esa Obesidad que he comentado. En este sentido me alegra ver que hay empresas lácteas que están haciendo un esfuerzo claro en eliminar este azúcar añadido. O que cada vez dejan más clara la diferencia entre un alimento funcional y uno de placer.

Aclaro esta diferencia: A mí me preocupa el exceso de azúcar que consumimos. Pero lo hacemos porque es placentero. ¿Puede un niño tomarse un trozo de tarta en su cumpleaños? Claro. Y eso no va a dañar su salud. Pasa lo mismo si de vez en cuando toma un batido de chocolate.

Son excepciones que nuestro cuerpo puede gestionar sin problema.

Pero si introducimos ese azúcar en uno de sus alimentos clave, como es la leche que toma a diario hablamos de otra cosa.

Toca por tanto informarse para entender cuales son las marcas que están haciéndolo bien y cuáles no.

Hay una leyenda urbana que dice que la leche provoca mocos en los niños.

Esto es un poco absurdo en niños que no tengan alergia a las proteínas de la leche de vaca.

Si los mocos de los niños fuesen por la leche los tendrían igual en invierno que en verano. Y no es así.

En niños alérgicos a las proteínas de la leche de vaca si es cierto que retirar la leche mejora las patologías respiratorias crónicas. Y que tener una analítica que no muestra alergia no excluye que el niño mejore al retirar la leche en algunos casos. Pero por desgracia no es tan simple y en la mayoría de los niños no influye.

Flora intestinal y alergias. Cómo conservar una flora adecuada que evite las alergias.

Se dice que la leche contiene bacterias, sangre animal, hormonas, antibióticos…

Separemos: La sangre animal está en la carne y el pescado en una proporción mucho mayor. Y la leche de hecho es en parte un filtrado de la sangre. Esto no es un problema en sí mismo.

Hormonas, antibióticos y antifúngicos están de forma natural en todo lo que comemos. Lo que no es justificable es que esté en proporciones artificiales. Y esto está regulado y controlado por ley. Cuando una vaca tiene problemas que deban tratarse su leche no puede ser usada para consumo humano y se elimina.

Y todos los alimentos contienen bacterias. Hasta el aire y el agua los contienen…

De hecho esas bacterias son necesarias para formar una flora intestinal sana que colabore con nosotros. Y la que recibimos en los lácteos, en ese aspecto, es de las mejores.

También aquí hay diferencias. Una cosa son las bacterias patógenas y otra las que pueden y deben formar parte de nuestra flora y resultan beneficiosas.

Cuando se envasa leche en España, por ley debe ser procesada para evitar posibles bacterias patógenas. Para eso se somete a altas temperaturas. Una vez abierto el envase se empiezan a crecer bacterias que se alimentan de la leche. Pero son Bacterias beneficiosas en nuestra flora intestinal como los Lactobacilos. Mientras se consuma en las fechas que se recomienda en el envase no hay riesgo de infección por gérmenes perjudiciales.

¿Hay contaminantes en la Leche de Vaca?

Respecto a la contaminación. Mira tu ciudad de lejos, y si tras ver la nube marrón que la cubre no te preocupas de la contaminación es que eres un inconsciente. Debemos preocuparnos de la contaminación y tomar medidas para corregirlas. Pero la leche no es la vía por la que estamos recibiendo esos contaminantes de forma significativa. La principal es el aire.

Se asocia a muchas enfermedades y alergias.

Es cierto que la alergia a la leche de vaca es una de las más frecuentes y puede asociarse en algunos casos a dermatitis, bronquitis… Pero la clave no está en eliminar la leche, sino en diagnosticar adecuadamente y tratar a quienes muestran estos problemas.

Una de las razones que está haciendo aumentar la alergia a la leche de vaca es precisamente la introducción tardía de ésta. Os recomiendo que leáis mi artículo: Por qué las alergias alimentarias son cada vez más frecuentes.

Evitar los lácteos de vaca durante los primeros meses de vida, puede incrementar la frecuencia de alergias a la leche.

Hay quien piensa que es mejor dar a los niños leches vegetales (soja, arroz, almendras, avena o coco…) que leche de vaca

La leche de soja, de arroz, almendras, avena o coco son aguas blancas con calcio y algunas otras coincidencias con la leche animal.

Pero como alimento similar a la leche humana o sustitutivo de la misma son de risa:

– Tienen un alto contenido en azúcar.

– Pero sobre todo, no tienen unas grasas y proteínas de alta calidad que los niños necesitan, ni más ni menos, que para formar su cerebro.

En niños menores de 4-6 años (más o menos lo que dura la lactancia de forma natural), no recomiendo sustituir la leche humana (es lo mejor). Pero si no puede tomarla, el sustituto adecuado no es una leche vegetal, sino una animal como la de vaca o cabra. La que mejor se tolere en cada caso.

¿La leche estriñe?

Si se toman lácteos en exceso sí. Los minerales que no necesita nuestro organismo, no los absorbe y quedan en la caca endureciéndola. Pero alcanzar este exceso es complicado con leche. Más fácil si se toman lácteos concentrados como el yogur.

Otro factor que afecta al estreñimiento es la grasa. El ácido palmítico de la leche de vaca es más difícil de digerir que el de la leche materna porque es una molécula diferente. Si el niño aún no puede digerir bien esa variante puede generar estreñimiento porque la grasa se combina con el calcio generando jabones que precipitan endureciendo la caca.

En este sentido puede adaptarse la leche reduciendo su carga de esta grasa y mejora el estreñimiento.

¿La leche da diarrea?

En las personas que no la digieren bien sí. En la mayoría de los caucásicos no. En la mayoría de las demás razas salvo alguna excepción, por encima de los 3-4 años sí puede generar diarrea, ardores y gases, por intolerancia a la lactosa.

En resumen:

  1. La leche es esencial en la alimentación de los niños en los primeros años de vida.
  2. La mejor es la leche materna.
  3. Cuando esta opción no está disponible debe sustituirse con un alimento lo más similar posible.
  4. En esta sustitución la leche animal supera claramente a las vegetales.
  5. Pero es recomendable hacer una introducción teniendo en cuenta la edad del niño para hacer modificaciones que son importantes.

 

Para mí, la leche de vaca es un alimento importante en nuestra cultura, que casi todos los niños acaban incorporando a su dieta.

La clave está en que ocupe el lugar que le corresponde en una dieta equilibrada y busquemos aquellas formas de dar leche a nuestros hijos que aportan ventajas claras para su salud.

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Masajes para el bebé con cólicos del lactante

Masajes para el cólico del lactante

La Fisioterapeuta Lorena Gutiérrez Fernández, autora de FisioByM.com nos explica cómo dar masajes a los bebés con cólico del lactante.

Los cólicos del lactante son, sin duda, uno de los procesos más temidos por padres y madres de bebés desde su nacimiento. Lo más frecuente es que aparezcan en los primeros meses de vida del bebé, disminuyendo la probabilidad de padecerlos a partir de los 4 meses. Se caracterizan por el llanto intenso e inconsolable del bebé sobre todo a última hora del día y, diría yo también, por la impotencia y frustración de sus padres al no saber cómo consolarle.

Para entender el cólico del lactante lo primero que necesitamos es una dosis de asertividad, es decir, pongámonos en la piel de nuestros bebés. Los adultos sabemos lo difícil que es definir un dolor. Cualquier sensación subjetiva es muy personal, y el ponerle adjetivos puede ser una tarea ardua. Si nos han preguntado alguna vez “en una escala del 1 al 10, puntúa tu dolor” o “¿qué tipo de dolor sientes?: punzante, quemante, etc.”, sabremos lo difícil que es puntuar o describir una sensación dolorosa. Como Fisioterapeuta, estoy muy familiarizada con el dolor (ajeno en este caso) y con la dificultad que supone para el paciente definir algo tan personal como es el dolor, y para mí llegar a entender lo que la otra persona está sintiendo.

Volvamos a nuestros bebés, y pongámonos en el lugar de un ser que acaba de llegar al mundo (hace días o semanas), con un sistema digestivo inmaduro y que se ve expuesto a una cantidad de estímulos que a veces no es capaz de asimilar. Imaginemos por un momento que sentimos un dolor de tripa intenso, al final del día que es cuando más cansados estamos, y que no pudiésemos comunicar lo que nos está pasando con palabras. ¿Qué haríamos para comunicarnos?: ¡llorar!. Y si a nuestro alrededor percibo que cuando más lloro y más me duele, se genera más nerviosismo y ansiedad ¡llorar aún más!. Lógicamente, un papá o mamá que ve a su bebé llorar no puede quedar impasible, pero sí observar su reacción y tratar de mantener la calma sabiendo que su bebé se está sano y lo que le está pasando es una etapa más de su maduración.

Como papás nos preguntaremos “¿y podemos hacer algo para ayudarle?”. La respuesta es “¡claro que podemos!”. Cómo os decía más arriba, lo primero es la asertividad, ponernos en la piel de nuestro bebé, y trasmitirles que estamos ahí y que les vamos a ayudar. El masaje nos puede ayudar tanto desde el punto de vista físico como desde el punto de vista emocional. Ayudará a nuestros bebés a relajarse, a sentirnos cerca y estar menos irritables. Pero no sólo tiene beneficios para nuestro bebé, sino que también nosotros disfrutaremos de sentir la calidez de nuestros pequeños. Y por supuesto, será muy reconfortante saber que está en nuestras manos poder ayudarle. Mi recomendación personal y profesional es acudir a cursos o talleres específicos de Masaje Infantil, donde un profesional pueda enseñarnos toda la rutina de masaje para todo el cuerpo, no sólo la del abdomen.

El masaje siempre deber realizarse en un momento del día en el que el bebé esté tranquilo (nunca en plena crisis). Siempre empezamos por la maniobra llamada “manos que reposan”, que consiste en simplemente (o no tan simplemente) en colocar nuestras manos sobre el abdomen de nuestro bebé. Muy probablemente, si el bebé ha padecido cólicos recientemente, rechace el contacto o flexione brazos y piernas manifestando su incomodidad. Debemos ser receptivos y saber que el bebé necesita tiempo para relajarse y entender que le vamos a ayudar. Puede ser que durante varios días sólo podamos poner las manos sobre su abdomen y nada más.

El masaje realizado por los papás es un perfecto complemento para el tratamiento de Fisioterapia u Osteopatía que haga el profesional. Los bebés tienen una gran capacidad de recuperación, por lo que suele ser suficiente con 2-3 sesiones de tratamiento. En estas sesiones se identifican las zonas que están en tensión y se aplican maniobras específicas para relajarlas. El terapeuta nos indicará en qué puntos debemos incidir a lo largo de la semana para seguir ayudando a nuestro bebé.

Además del masaje, tenemos más recursos para que nuestro bebé nos sienta cerca, minimizando su estrés o sobrestimulación. El portear a nuestro bebé, en un portabebé ergonómico que respete la posición fisiológica del bebé y reparta el peso adecuadamente en nuestra espalda. De hecho, hay estudios que demuestran los beneficios del piel con piel, y por otra parte se ha sugerido que los bebés porteados sufren menos cólicos del lactante ya que la posición vertical favorece la expulsión de gases, y el calor que les trasmitimos con nuestro cuerpo les calma a nivel digestivo. Al igual que con el masaje, hay que ser observadores y buscar el momento más adecuado ya que, si nunca hemos porteado a nuestro bebé, tendremos que empezar progresivamente y siempre fuera de las crisis de llanto-dolor.

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Bebé con gases

Los gases en un bebé son una de las típicas preocupaciones de los padres. Una de las cosas que suele decirse es que el niño tiene que echar los gases después de cada toma. Y en cuanto el bebé gruñe un poco, suele achacarse a los gases.

Cuando los padres me dicen que su bebé tiene gases y que no los echa después de cada toma, suelo explicarles lo siguiente:

Mirando al bebé, le digo: «¿Tú has firmado el contrato de echar los gases después de cada toma? ¡Vaya, el pobre no se había enterado de que tenía que hacerlo! Aparte de respirar siempre y comer de vez en cuando, hay pocas cosas que tenga que hacer siempre.»

En cuanto a lo de que tiene muchos gases, mi pregunta es: «¿Llora mucho?» En la mayoría de los casos la respuesta es que no, pero que aprieta mucho la tripa y gruñe con frecuencia tras las tomas. Pero eso es normal. Los bebés tienen un reflejo (gastro-cólico), que hace que cuando comen, empiece a moverse el intestino intentando hacer caca. Suele durar hasta que hace caca, o hasta que se pasa, a los 10 ó 20 minutos.

Los bebés que de verdad tienen problemas de gases, son bebés que lloran con fuerza durante horas. Y además con la barriga hinchada y suelen echar muchos gases.

En algunos que sólo gruñen y en los que tienen gases de verdad, no es raro que a estén tomando algo para echar los gases. Pero en su mayoría, medicamentos, infusiones… son poco efectivos.

Hace algún tiempo me planteé el tema de los gases desde otro punto de vista: ¿Porqué hay bebés que tienen más gases que otros?

La respuesta es triple: O entran más de la cuenta, o se producen en la barriga más de lo normal o se expulsan menos de lo normal.

  1. Entran más de la cuenta. Son bebés que tienen gases porque comen con ansiedad. Es una de las causas más frecuentes. Y la más fácil de solucionar. Hay que dar de comer al bebé con más frecuenta y tanta cantidad como quiera. Cuando hacemos esto, el bebé se sacia y llega un momento que empieza a comer con más tranquilidad. Habitualmente en menos de una semana se nota una clara mejoría. En estos bebés suelo recomendar que les den de comer cada vez que pidan y la cantidad que quieran (sea pecho o bibierón lo que tomen) y que si no piden antes, durante el día le ofrezcan comida al bebé cada dos horas.
  2. Los que producen más gases en su barriga de lo normal pueden hacerlo a su vez por dos motivos: Una mala digestión de la leche o una flora intestinal que produce muchos gases. El primer caso es más frecuente en bebés con lactancia artificial (por intolerancia a la lactosa o por intolerancia a proteínas de la leche de vaca). El segundo es una lotería. Cuando un bebé nace, no hay gérmenes en su intestino. Poco a poco van entrando y lo colonizan. Los que acabe habiendo, dependen del orden en el que entren. Tomar el pecho favorece que los que entran sean los adecuados (lactobacilos). Pero si los que entran y dominan la flora intestinal son otros gérmenes, fermentan produciendo más gases de lo normal. Eso puede cambiarse sembrando lactobacilos (hay muchos preparados de probióticos hoy en día para eso). En los lactantes que toman pecho esto ocurre a veces cuando no se deja al bebé que acabe de vaciar el pecho. Incorrectamente a algunas madres se recomienda limitar la duración de la tetada. Cuando eso se hace y el pecho no se vacía por completo, la leche tomada es más rica en lactosa (el azúcar de la leche) y más pobre en proteínas y grasas. Hay una proteína en la leche (la lactasa) que ayuda al bebé a digerir la lactosa (el azúcar de la leche). Muchos niños la producen en cantidad suficiente en su intestino, pero otros no (son los que tienen intolerancia a la lactosa). En esos niños la lactosa que no pueden digerir es consumida y fermentada por los gérmenes de su intestino, aumentando la cantidad de gases. En esos casos la solución es sencilla e instintiva: deja al bebé al pecho hasta que acabe y no quiera más.
  3. Por último, hay bebés en los que el problema es la expulsión de gases. Hay niños que nunca eructan, pero que echan los gases por abajo con facilidad. Sin embargo, algunos tienen el problema de que están estreñidos. Cuando un lactante está estreñido, suele retener tanto heces como gases. Y además altera la flora intestinal aumentando el número de gérmenes que fermentan haciendo  más gases. En estos bebés, la solución es tratar el estreñimiento.
  4. Otra cosa que influye en la explusión de gases es la postura. Los bebés que pasan muchas horas tumbados tienen más gases. Los bebés que hacen porteo hacen menos gases. Por loq que en bebés que lloran por gases puede ayudar mucho ser portados durante las horas que sea posible.

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La caca del recién nacido ha cambiado

Tras unos días de hacer caca negra, de repente cambia el color, la frecuencia y el olor.

Los primeros 2-4 días tras el nacimiento, la caca del recién nacido es como petróleo. Su color es negro verdoso, casi no huele y es muy pegajosa. Como petróleo.

Esa caca, el meconio, está compuesta por secreciones del intestino y del hígado, sin comida y sin gérmenes.

Cuando el niño va comiendo, parte del alimento se digiere y se absorbe. Pero quedan restos de lo que come. Son como grumos blancos, que es lo que queda sin digerir de la leche.

También van entrando gérmenes. Esos bichitos también digieren parte del alimento produciendo gases que le dan a la caca un olor que antes no tenía. Y esos mismos microbios digieren algunas de las secreciones (bilis) que daban el color negro verdoso a la caca. Eso hace que cambie de color, pasando a un tono amarillo-naranja-marrón.

También puede cambiar el ritmo. El meconio es una caca más pegajosa, y por tanto más difícil de expulsar. Cuando la caca del recién nacido cambia y deja de ser ya el meconio, es habitual que empiece a hacer con más frecuencia. Es prácticamente empezar a comer y le notamos que ya se mueve la tripa. En muchos casos pueden hacer caca incluso mientras come. Pudiendo llegar a hacer 6-8 veces al día. Esto no es diarrea.

En algún caso pasa lo contrario. Que pasa días sin hacer. Si cuando por fin hace es blanda, es lo que se llama Pseudo-estreñimiento del lactante. Si no consigue hacer o es dura, es de verdad estreñimiento del lactante.

A veces, tras un tiempo de hacer la caca entre amarillenta y marrón, puede tener alguna racha en la que el bebé hace la caca verde.

En resumen. Que el aspecto de la caca puede variar dependiendo de muchas cosas, pero en su mayoría no son un problema.

En la caca de los bebés lo importante es diferenciar la diarrea de lo que no lo es.

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Diarrea en niños: PekeTips 2

Texto del PekeTip 2: Diarrea en niños

Diarrea es hacer caca muchas veces, mucha cantidad y líquida. Si un bebé no reune las tres cosas, no es diarrea. Cuando es diarrea, además, suele comer mal, perder peso y se irrita el culete. Si no tiene la tres primeras y ninguna de las tres segundas, seguramente está bien.

Explicación del PekeTip 2: Diarrea en niños

Los bebés, especialmente en los primeros meses de vida, pueden hacer caca con mucha frecuencia. Tienen un reflejo, el gastrocólico, que hace que en cuanto comen, empiece a moverse la tripa. Y sus cacas son además muy blandas. Esto hace, que muchos padres piensen que es diarrea. O que cuando de verdad tienen diarrea, resulte difícil tener claro que lo es.

Por eso se suele decir que para que se considere diarrea en un bebé debe tener las tres cosas: Líquida, abundante y muchas veces. Porque de dos en dos puede ser normal. Que haga líquido y abundante pero una vez al día, es normal. Líquido y muchas veces, pero poca cantidad, es normal. Es cuando se juntan las tres cosas cuando deja de serlo.

Además, lo malo de la diarrea es que hace que el niño coma, peor, porque en cuanto come, empieza a doler la tripa. No permite además que se absorban bien los  alimentos, con lo que el bebé pierde peso o deja de ganarlo. Y cuando la caca es diarrea, suele ser una caca más irritante y que al salir con tanta frecuencia, irrita el culete. No siempre aparecen estas tres cosas. Pero es raro que siendo diarrea no tenga ninguna de ellas.

Clasificar si lo que hace el niño es o no diarrea, no es por ponerle un cartelito, sino para decidir cuándo merece realmente la pena tratar «la diarrea» y cuando no.

Peketip 1
Peketip  3
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El Estreñimiento en niños

Estreñimiento en niños

Cómo recuperar un movimiento normal de la tripa: Vence el estreñimiento de tu hijo.

Estreñido es aquel que hace caca dura y con dolor.

Si no hace todos los días, pero cuando sale lo hace sin dolor, y mientras está dentro no causa molestia, no es estreñido.

Hay tres grupos distintos de estreñidos:

El lactante estreñido, el niño que se estriñe al quitarle el pañal y el preescolar o escolar que no tiene unos hábitos adecuados.

Estreñimiento en el lactante:

Hay que diferenciar lo que es estreñimiento real del «Pseudo estreñimiento del lactante».

El «Pseudo estreñimiento del lactante»:

Cuando un niño nace, hace caca con cada toma o incluso más de una vez por toma.

La causa es el reflejo gastrocólico: En cuanto comen y el estómago empieza a llenarse manda órdenes al intestino para que empiece a hacer sitio.

Su barriga tiene poca capacidad y al entrar comida nueva tiene que decidir entre hacer sitio a la nueva (que trae más alimento) o quedarse con la vieja (que tiene menos alimento).

Decide hacer sitio a la nueva y la vieja la echa sin que haya acabado la digestión (por eso salen grumos blancos que es leche sin digerir).

Al principio el cierre del culete (el ano) no tiene capacidad de cerrarse.

Por eso es moverse la tripa y hacer caca, cada vez que come.

Llega un momento (entre las 2 y las 8 semanas habitualmente) en que el ano empieza a tener fuerza suficiente para contener la caca.

El niño puede relajarlo o apretarlo, pero no sabe cuando hacer una cosa o la otra.

El resultado es que después de cada comida sigue teniendo el reflejo gastrocólico.

Empieza a apretar la barriga (lo que muchos padres interpretan de forma equivocada como que tiene gases) y pueden estar un rato molestos y haciendo ruidos de queja hasta que se pasa el reflejo gastrocólico.

Eso le pasa tras cada toma en la que no consigue hacer caca.

En las que hace se queda a gusto en seguida.

Hace caca si relaja el ano mientras tiene el movimiento de tripa: Si relaja cuando la tripa no se mueve o mueve la tripa y no relaja el ano, pueden pasar días sin hacer.

La clave para saber que no es estreñimiento real es:

Cuando por fin hace,

a veces varios días después,

la caca es BLANDA.

¿Por qué no hizo antes?

Porque no dio la casualidad de relajar el ano mientras la tripa se movía.

El tratamiento:

Si lleva más de dos días sin hacer deposiciones hay que conseguir que haga.

Para eso lo que recomiendo son Verolax o Paidolax (enemas de glicerina de 4 ml).

Si leéis el prospecto veréis que pone «no recomendable para menores de 2 años».

Porque en lactantes pequeños si se introduce la cánula del enema hasta el fondo puede hacerles daño.

Por tanto en los menores de dos años puede usarse pero introduciendo sólo 1 centímetro o centímetro y medio la cánula y entonces se comprime el enema para que entre su contenido.

La clave para que sea efectivo está en el momento que lo estimulamos:

El momento más adecuado para usarlo es cuando notamos que el niño está encogiendo las piernas, con la barriga dura y haciendo gruñidos.

En ese momento se están produciendo movimientos en el intestino con la intención de expulsar las heces, pero no consigue relajar el ano.

La introducción de la cánula del enema estimula su relajación, y al introducir la glicerina favorecemos la expulsión de las heces.

Si lo hacemos de este modo conseguimos educar al niño para que entienda que cuando note los apretones de la barriga debe relajar el ano.

 

Hay niños que esto lo entienden en dos días

y otros que tardan dos meses.

No deben usarse los supositorios de glicerina (miden más de 1,5 cm) ya que hacen más daño al entrar y suelen echarlos enteros con lo que también hacen daño al salir.

No deben usarse tampoco el bastoncillo con aceite, la cerilla, la ramita de geranio ni el termómetro, porque ninguno de éstos está esterilizado y si le hacemos una herida puede infectarse con facilidad.

El Verolax o el Paidolax tampoco podemos estar usándolo continuamente.

Puede usarse durante un par de meses si es necesario pero no todos los días:

Si pasa dos días sin hacer nada,

al tercero le toca, cuando tenga el apretón.

O antes de los dos días

si en algún momento está muy molesto.

 

El estreñimiento real en el lactante:

Está realmente estreñido si las heces son duras.

Suele estreñir más la leche artificial que el pecho.

Por lo que algunos se estriñen al introducir la leche artificial.

Los hay también que se estriñen por falta de líquido, generalmente por preparar mal la leche (muy concentrada).

Y los hay que simplemente son estreñidos.

Cuando la caca es dura quiere decir que necesitan en la alimentación algo que les ayude.

Si ya toman fruta hay que evitar la manzana y el plátano maduro porque estriñen.

Le ayudan por ejemplo naranja o mandarina, ciruela, kiwi, piña…

Pero con la naranja, que suele ser lo más usado hay que evitar el error de dar el zumo.

El zumo tiene mucha vitamina C pero no aligera.

Es la pulpa que se queda en el exprimidor lo que aligera.

O sea, que al preparar la fruta hay que echar los gajos enteros (sin semillas) y batirla.

Si además toma verduras evitad la zanahoria y el arroz y no os paséis con la patata porque estriñen.

Deben darse verduras con hebras (judías verdes, puerro, apio…).

Cuando a pesar de tomar todo esto no hace si no se le estimula o si todavía no toma más que leche hay que añadir algo más: La Eupeptina es lo que yo recomiendo en los lactantes.

No uséis Eupeptina en el Pseudo estreñimiento, porque no soluciona el problema, sino que lo empeora: Hace que se mueva más la tripa (más retortijones) pero si no relaja el ano no sale nada.

La Eupeptina es un laxante que no se absorbe y no tiene dosis fija.

Hay niños que con una cucharadita hacen 7 deposiciones y los hay que con 7 cucharaditas no hacen ninguna.

Se empieza con dos cucharaditas al día mezcladas en agua, manzanilla o en el biberón con la leche y si no tiene deposiciones se aumenta una cucharadita más cada día hasta que se regule.

Si llega un momento que hace más veces al día se puede bajar la dosis de cucharada en cucharada mientras siga haciendo bien o volviendo a subirla si se vuelve a estreñir.

Y se puede mantener el tiempo que sea necesario.

Los laxantes no producen adicción como dicen algunos.

Lo que sucede es que cuando alguien se estriñe y con un laxante se regula es porque en realidad necesita más fibra en la dieta.

El laxante es un comodín, y si al retirarlo no lo sustituimos corrigiendo el defecto en la dieta pues se estreñirá de nuevo.

En el preescolar al que se va a retirar el pañal:

La forma adecuada de quitar el pañal a mi modo de ver es la siguiente:

En el primer verano que al comienzo del mismo el niño ya tiene los dos años cumplidos, hay que convencerle de que nos avise cuando tiene ganas de ir al servicio, que llegue y que sea capaz tanto de orinar como de hacer caca en el servicio o en el orinal.

Si se quita el pañal por las buenas, como forma de coacción, tal vez consigamos que orinen en el váter, pero la mayoría de las veces se retienen cuando tienen ganas de hacer caca hasta que se endurecen las heces tanto que no es capaz de hacer.

O le duele y si le dan ganas se retiene por miedo al dolor.

En muchos casos es tan dura al salir que produce una fisura (herida) anal que duele cada vez más al intentar hacer caca.

El resultado es un círculo vicioso: No hace, cuando por fin lo intenta se hace una herida, le duele tanto que no hace… Y empezamos de nuevo.

Este círculo vicioso se rompe obligándolo a hacer y curando simultáneamente la fisura.

Para obligarle a hacer se le da algo que le aligere la barriga lo suficiente para que no pueda aguantarse aunque quiera: Un laxante.

Yo suelo usar la Lactulosa en dosis creciente (no hay dosis fija en los laxantes, no son tóxicos y se puede subir poco a poco hasta conseguir nuestro objetivo) hasta que se suelta y luego se mantiene la dosis necesaria para que haga todos los días blando durante unos 10 días, que suele ser el tiempo necesario pare que le pierdan el miedo y se cure la fisura.

Para que no le duela al hacer yo recomiendo que cuando notes que el niño está intentando contenerse para no hacer, le apliques un pequeño enema de «Lubricante urológico»: Es un anestésico que suele usarse para sondar la vejiga de la orina, que hace efecto en pocos segundos.

Espera un minuto y ponle un Verolax (Enema de glicerina) para que envuelva las heces y escurran al salir sin hacer daño.

Si aún así no hace podemos ponerle un Fisioenema infantil (enema de suero fisiológico de mayor tamaño).

Esta pauta se puede repetir a diario hasta que expulse heces blandas, mientras seguimos dándole Lactulosa en la dosis necesaria para que haga al menos una o dos veces al día, y más bien blanda.

Si tras los 10 días hace ya de forma regular y sin dolor la Lactulosa se reduce progresivamente dando un mililitro menos cada día hasta suspenderla del todo.

La retirada del laxante debe acompañarse de un aumento de fibra en la dieta y no hace falta que sea inmediata, de modo que si al bajar la dosis de laxante empieza a estreñirse es mejor aumentar de nuevo su dosis que llegar a hacerse una nueva fisura anal.

En preescolares-escolares:

El dolor del estreñimiento puede ser muy intenso, de hecho la gran mayoría de las supuestas «apendicitis» de los niños se «operan» en el baño.

Como dije al principio se considera estreñido todo aquel que no hace al menos una deposición diaria o quien haciéndola es siempre dura y escasa.

El segundo caso tiene los mismos problemas pero menos frecuentemente.

Se puede ser estreñido a estas edades lo mismo que en los adultos, por falta de fibra en la dieta o por falta de tiempo.

Cada persona tiene un intestino más activo o menos y necesita una cantidad determinada de fibra.

Y tiene más movimiento a una hora concreta del día.

Ese momento hay que aprovecharlo.

Es más, cuanto más nos acostumbramos más fácil se hace.

Hay niños que cuando llega ese momento se aguantan por no dejar lo que están haciendo.

Esos niños aún tomando la fibra adecuada se acaban estriñendo.

Otra causa de estreñimiento es el exceso de productos lácteos.

La mayor parte de los niños que comen mal acaban «mantenidos» con productos lácteos.

Pero si toma más de medio litro al día, contando todos los lácteos, está tomando más calcio del que necesita, y ese exceso de calcio no se absorbe, queda en la caca y la endurece.

Es tan frecuente el estreñimiento que lo primero que hay que hacer cuando un niño se queja de dolor de barriga es decirle que vaya al baño e intente hacer caca.

En la mayoría de los casos si hace se le pasa el dolor.

Mientras sea así, no tiene nada grave, gases o estreñimiento.

Si no es capaz de hacer por sí mismo se le ayuda poniéndole un enema (Fisioenema) con glicerina líquida (Verolax).

El enema lo venden por separado de la glicerina líquida.

Se compran los dos, se abre el enema, se echa un buen chorreón de glicerina, se agita y se le pone.

Debe aguantarse antes de ir al servicio tanto como pueda (generalmente no aguantan ni 5 minutos) porque si lo echa enseguida no le sirve de nada, echa sólo el enema.

Si pasa eso, se le pone otro.

Si al hacer se alivia el dolor estaba estreñido.

Si no mejora debe ser visto por un pediatra para descartar otras causas de dolor abdominal.

Si tras mejorar al hacer, no cambiamos su dieta y no se acostumbra a regular su ritmo de ir al servicio el dolor volverá más tarde o más temprano.

Y cuanto más dure el estreñimiento más vago irá haciéndose el intestino, hasta que llegue un momento que aún con toda la fibra posible no responda.

En algunos casos, un niño habitualmente estreñido, empieza a hacer deposiciones líquidas de poca cantidad y que se le escapan a veces.

Todo ello acompañado de un dolor similar al que ha tenido otras veces al estreñirse.

La mayoría de las veces acuden por pensar que lo que tienen es diarrea.

Suele ser al revés.

Está tan estreñido que la comida que va tomando ya no cave y conforme entra en la barriga va escurriendo entre las bolas duras de heces que ocupan todo el intestino y no es capaz de echar.

El resultado son pequeñas cantidades de comida a medio digerir, líquidas y que se van escapando.

¿Hay algo peor que el dolor de un estreñido?

Pues sí, por ejemplo el de un estreñido con gases.

Son dolores muy fuertes a ratos, que cuando aprieta incluso se queda pálido y puede irradiarse hacia el pecho y la espalda.

Para evitar los gases debemos eliminar las bebidas con gas (cosa que entiende cualquiera), pero además hay que eliminar cualquier aporte de azúcares refinados, es decir chucherías, zumos, batidos, bollería y pastelería… y Chicles.

¿Y eso? Pues por algo muy simple.

El exceso de azúcar se absorbe sólo en parte, tenemos tanta azúcar en el intestino que los microbios que hay en él empiezan a reproducirse demasiado y fermentan esa azúcar, lo que libera gases.

¿Y el chicle si es sin azúcar?

Cuando masticamos chicle, tenemos saliva en la boca. Y al masticar hacemos burbujas con esa saliva, que nos tragamos.

Es decir que estamos tragando aire envuelto en saliva.

Para aquel que tiene problemas de estreñimiento o gases, un chicle es muchas veces «la gota que colma el vaso».

A veces el estreñimiento no se corrige porque se subestima su importancia.

Ser estreñido implica que su alimentación es mala, lo que además de malnutrirlo le causará problemas más graves cuando crezca:

El azúcar y las grasas se asimilan en más cantidad y más rápido cuando no hay fibra que acelere el paso del alimento por el intestino.

A la larga está comprando papeletas para que le toque tener diabetes de adulto y el colesterol alto (es decir infartos y trombosis).

Además, el cáncer más frecuente es el cáncer de colon, cuya causa principal es la dieta pobre en fibra a la que estamos acostumbrados desde pequeños.

Es decir que tres de las principales causas que acortan nuestra vida y la empeoran son debidas a una dieta mala contra la que nuestra barriga lleva toda la vida avisándonos en forma de estreñimiento y dolor y a los que no hemos hecho caso.

No escribo esto para crear una ansiedad innecesaria en unos padres que seguro que ya tienen suficientes preocupaciones.

Entre otras cosas porque la ansiedad no sirve de nada.

Lo que tenéis que tener claro es que tiene un problema que merece el esfuerzo necesario para solucionarlo, y espero que con lo anterior tengáis los conocimientos necesarios para hacerlo.

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El agua contaminada

Porqué las bebidas para niños perjudican su salud. El valor del agua. Las bebidas sustitutas del agua y sus problemas

Entre los elementos fundamentales para la vida humana el segundo de la lista por lo inmediato de su necesidad (el primero es el aire) sin duda es el agua.

Sin embargo los niños cada vez toman menos agua y más sustitutos de la misma.

Hay niños que nunca la toman. Y no es exagerar.

Los grupos de sustitutos más importantes son:

  • Derivados lácteos.
  • Zumos de fruta.
  • Bebidas para deportistas.
  • Refrescos con y sin gas.
  • Aguas con sabor, color y olor.

Todos ellos para tomar con el objetivo de calmar la sed y promocionados con los argumentos más variopintos.

Pero lo único que nuestro cuerpo necesita para quitarse la sed es agua.

Estos productos añaden a nuestro cuerpo al quitar la sed cantidades nada despreciables de azúcares, sales y aditivos químicos que no son ni mucho menos inocuos en las cantidades en que cada vez más personas los consumen.

El azúcar genera obesidad: Una bebida azucarada al día puede producir 7,5 kg de sobre-peso al año.

Y el consumo medio de este tipo de bebidas en España es de más de 300 ml al día en preescolares y más de 700 ml al día en escolares.

Hay quien no las prueba, luego hay niños que beben más de un litro al día, todos los días.

Las sales de las bebidas para deportistas están pensadas para reponer pérdidas de las mismas a través del sudor, y son adecuadas para ello.

Pero cuando las toma sistemáticamente alguien que no tiene esas pérdidas (no suda, que para eso está el aire acondicionado y haciendo deporte no le pillan) hace lo mismo que si añade más y más sal a la comida: Hipertensión.

Los aditivos químicos en niños predispuestos pueden inducir alergias, hiper actividad y trastornos con déficit de atención… entre otras muchas cosas.

Estamos pagando más por consumir agua contaminada.

Y es un negocio de muchos miles de millones de euros a nivel mundial.

Pero, ¿y lo buenas que están? No diremos que no saben hacer su trabajo.

Se amoldan perfectamente a los gustos de cada posible consumidor.

Siempre hay alguna bebida alternativa al agua para cualquiera.

Y si descubres un grupo para el que no la haya: Paténtala, que te haces de oro.

Cuando hablamos de productos dirigidos a niños el diseño que las industrias hacen se basa en lo siguiente:

  • Debe ser dulce. Son de hecho el primer componente de la dieta que yo suprimiría en un niño obeso.
  • Anuncios con personajes que despierten el interés de los niños y diseños atractivos para ellos según la edad a la que se dirigen.
  • Publicidad en la programación infantil.
  • Una campaña en la que destaquemos para los padres que aportamos algo “positivo” a la salud de sus hijos (defensas, huesos sanos, las vitaminas de la fruta que tu hijo jamás se comerá…). Da igual que sea mentira, basta con que parezca creíble y muchos padres tendrán la excusa para dárselo a sus hijos.

Es evidente que esto no son argumentos sobre nutrición, sino simplemente para vender más.

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Problemas concretos del sueño en niños

Los problemas más frecuentes del sueño en niños

Causas más frecuentes de problemas durante el sueño en niños. Cuáles son y cómo resolverlos.

 

Hasta aquí me he centrado en entender como funciona el sueño normal y como iniciar un correcto hábito de sueño desde el principio.

A partir de ahora nos centraremos en los problemas más frecuentes para que sirvan como ejemplo y los entendamos mejor.