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Cómo saber si mi hijo tiene Intolerancia a la lactosa

Intolerancia a la Lactosa: Comprende fácilmente en qué consiste este problema para digerir el azúcar de la leche y cómo puede resolverse en tu bebé.

¿Qué es la Intolerancia a la Lactosa?

Es la incapacidad para digerir la Lactosa.

¿Qué es la Lactosa?

La lactosa es el azúcar de la leche. Es lo que llamamos un disacárido. Es decir, que su molécula está formada en realidad por dos azúcares unidos: Una molécula de glucosa y otra de galactosa.

El intestino no puede absorber la molécula completa. Debemos partirla para que puedan entrar por separado glucosa y galactosa.

¿Qué es la Lactasa?

El encargado de romper la lactosa para que pueda ser asimilada es un enzima llamado Lactasa. 

Es algo que todas las crías de mamíferos deben tener capacidad de producir en su intestino.

Cuando no se produce suficiente Lactasa y tomamos Lactosa, aparece la intolerancia. 

En realidad la intolerancia a la Lactosa es la norma y no la excepción. Pero depende de la Genética.

En condiciones normales, llegada cierta edad, los mamíferos pierden la capacidad de producir lactasa. Esa edad en los seres humanos estaba entre los dos y los seis años.

Antes de que existiese la ganadería, los niños dejaban de consumir leche en ese rango de edad y por tanto dejaba de tener sentido la presencia de ese enzima en el intestino. La capacidad de seguir produciendo Lactasa tras la edad natural de lactancia es algo que apareció hace unos 10.000 años en las zonas donde los humanos realizaban ganadería de especies cuya leche era rica en lactosa. Por eso en las zonas de tradicional ganadería de vaca, como el norte de Europa o algunas razas ganaderas de vaca en África la intolerancia a la lactosa es algo muy raro. 

Sin embargo, la intolerancia a la lactosa es uno de los trastornos alimentarios más frecuentes, fuera de las zonas tradicionalmente ganaderas de vaca. En la zona mediterránea de Europa, donde está España, la leche consumida tradicionalmente fue de cabra y oveja, dos especies que liberan lactasa en su leche, por lo que aunque la persona no produzca lactasa suelen ser bien toleradas. Por eso en esta zona la intolerancia a la Lactosa puede llegar al 20-25 %. De hecho, yo mismo soy intolerante a la lactosa.

Hay razas en las que es raro y otras en las que es casi la norma.

Es casi normal por encima de los 4-6 años. Pero a veces ocurre incluso en bebés.

Si quieres saber si tú o tu bebé tenéis estos genes que predisponen a la intolerancia a la lactosa junto a otros muchos de otras patologías tienes a tu disposición análisis genéticos.

Síntomas de la Intolerancia a la Lactosa

Cuando alguien pierde la capacidad de digerir la lactosa y la toma aparecen una serie de reacciones poco agradables:

       Al no poder absorber la lactosa esta queda en el intestino sirviendo para que demasiadas bacterias se alimenten. Aumenta su número, lo que produce irritación en el intestino. Es lo que llamamos una Disbacteriosis.

       Estas bacterias fermentan la lactosa produciendo muchos gases. Lo que da a su vez más dolor abdominal.

       La fermentación de la lactosa produce ácido láctico, que vuelve las heces más irritantes al salir.

       Acaba produciendo una diarrea verdosa con dolor intenso e irritación de la piel en torno al ano.

Nada agradable. Cuando los mamíferos dejan de producir lactasa acaban rechazando la leche porque les sienta fatal.

Hace miles de años algunos seres humanos sufrieron mutaciones que les hicieron que siguieran produciendo lactasa más allá de la edad normal. En las razas ganaderas esto era una ventaja y la mutación fue extendiéndose hasta ser mayoría los adultos que toleran la lactosa en esas civilizaciones ganaderas.

Intolerancia a la Lactosa y Cólico del Lactante

Esta intolerancia es uno de los problemas que puede originar Cólico del Lactante en algunos bebés. Si deseas conocer los demás te recomiendo que visites nuestro Proyecto «Bebé sin Cólico».

Intolerancia Secundaria a la Lactosa

No todas las intolerancias a la lactosa son genéticas y definitivas.

La Lactasa se produce en la parte más superficial de la mucosa del intestino.

Si esta zona se pierde, la capacidad de digerir la lactosa puede alterarse de forma temporal. Cuando la pared intestinal se regenera recuperamos esa capacidad.

Las causas que con más frecuencia pueden llevar a una Intolerancia Secundaria a la Lactosa son:

  • Una infección del intestino. Cuando una gastroenteritis produce una diarrea intensa puede deteriorar la pared intestinal tanto que nos volvamos intolerantes a la lactosa. Una vez que incluso la infección ha cedido, la diarrea puede seguir porque si tomamos leche esta no pueda ser digerida y la intolerancia haga un círculo vicioso: Intolerancia-diarrea-intolerancia…
  • Otra intolerancia o alergia alimentaria. Cualquier intolerancia o alergia que afecte al intestino puede hacer que se pierda la capacidad de digerir la lactosa. Ya que al inflamar la pared puede causar que la zona donde se produce lactasa se pierda. Debemos sospechar que esto ocurre cuando tras retirar la lactosa hay una mejoría, pero sólo parcial. Suele significar que hay otro problema de base que no hemos resuelto.
  • Falta de hierro. Muchos bebés en torno a los 4-6 meses presentan una carencia de hierro. El hierro es necesario para regenerar la pared del intestino. Cuando éste falta podemos tener dificultades para que la zona más superficial, donde se produce la Lactasa se regenere adecuadamente. Puede aparecer una Intolerancia que mejora no eliminando la lactosa, sino aportando un suplemento de hierro.
  • Alteraciones de la Flora Intestinal. Ciertos gérmenes, como la Cándida Albicans pueden asentar en nuestro intestino y producen sustancias que irritan y dificultan el bienestar de la mucosa intestinal. Como consecuencia podemos desarrollar una intolerancia secundaria. Esto es fácil que ocurra tras una gastroenteritis agresiva, en la que la Flora intestinal se ha dañado mucho o tras tomar antibióticos, ya que los antibióticos eliminan la mayoría de los gérmenes del intestino, pero no a la Candida que es un hongo y resiste al efecto del antibiótico.

Si tienes alguna duda puedo resolvértela por WhatsApp en menos de 24 horas.

Qué hacer si sospechas que tu hijo tiene intolerancia a la lactosa

Depende de la edad y de qué se alimenta:

Lactancia Materna exclusiva.

En los niños que toman lactancia materna exclusiva sólo puede haber signos de intolerancia a la lactosa si el pecho se vacía mal.

En la leche que sale al principio hay mucha lactosa y poca lactasa.

Por lo que si se interrumpen las tomas, habitualmente por una indicación errónea de que la toma de cada pecho debe tener una duración limitada, puede haber una carencia de lactasa.

La solución es dejar que vacíe cada pecho hasta que no quiera más.

Cuando toma ya Lactancia artificial o Leche de vaca entera

Si toma leche artificial, ésta tiene lactosa. Pero no Lactasa.

Si el niño no la produce aparece la Intolerancia a la Lactosa.

La solución es darle una leche sin lactosa adecuada para su edad:

– Leche adaptada de inicio sin lactosa en los 6 primeros meses de vida.

– Leche adaptada de continuación sin lactosa entre los 6 meses y el año de vida.

– Leche entera de vaca sin lactosa por encima del año de vida.

Puede tomar yogur normal o queso normal. Debe evitar aquellos con lactosa añadida tras acabar la fermentación.

Además de retirar la Lactosa es importante…

Cuando retiramos la lactosa, si hay una clara mejora de los síntomas es que el niño tenía intolerancia a la lactosa.

Pero muchas de estas intolerancias son transitorias.

Por eso, yo recomiendo durante la fase sin lactosa (unas 2 semanas) ofrecer al niño:

– Un suplemento de hierro. Es necesario para reparar la pared del intestino.

Probióticos: Cuando eliminamos el recurso extra de lactosa que está manteniendo a una población excesiva e inadecuada de gérmenes en el intestino, debemos restablecer el equilibrio de la flora intestinal. Debemos añadir dos tipos de probióticos diferentes:

– Levaduras.

– Bifidobacterias y Lactobacilos.

Tras esas dos semanas sin lactosa y tomando hierro y probióticos, la mayoría de las intolerancias transitorias a la lactosa se han corregido y al reintroducir la lactosa ya es bien tolerada.

Estas intolerancias transitorias son más frecuentes en algunas personas. Por lo que siempre que veamos aparecer los síntomas típicos (diarrea ácida con gases y dolor abdominal) podemos repetir esta pauta para recuperar la tolerancia.

Intolerancia a la lactosa en niños y bebés

Diagnóstico de la intolerancia a la Lactosa.

La intolerancia a la lactosa, tanto si es definitiva como en las transitorias tiene una base genética que puede estudiarse mediante análisis.

Hay también analíticas como el test del hidrógeno espirado que pueden decirnos si en este momento el niño digiere o no la lactosa. Pero no diferencia entre la intolerancia transitoria y la definitiva.

También podemos retirar y reintroducir la lactosa cada vez que el niño tiene síntomas sugerentes (gases, ardores, diarrea ácida…).

Hay muchos casos en los que niños que han sufrido intolerancia transitoria tienen una limitación en su dieta que era innecesaria. Otros en los que arrastran los síntomas durante años, porque son leves o moderados, pero empeoran la calidad de vida del niño.

Lo único capaz de darnos un diagnóstico definitivo que nos dice si el bebé debe o no eliminar la lactosa de su dieta de forma definitiva es el test genético. Estamos en el siglo XXI y este recurso está disponible.

Por tanto, si tu hijo tiene síntomas sugerentes de intolerancia a la lactosa te recomiendo que pruebes a retirarla de su dieta. Si mejora claramente es que en este momento tiene esa intolerancia, puedes intentar recuperar la tolerancia con un suplemento de hierro y probióticos durante las dos semanas de dieta sin lactosa. Pero si quieres una respuesta definitiva sobre si la lactosa puede estar en su dieta sin problema o debes retirarla de por vida, la genética puede dártela.

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Leches Animales y Bebidas Vegetales en Alimentación Infantil

Diferencia entre leches animales y bebidas vegetales

Leches Animales y Bebidas Vegetales en Alimentación Infantil

No toda bebida blanca es leche. Hoy en día podemos escoger entre muchas opciones en nuestra alimentación. ¿Por qué las “leches vegetales” no son Leche?

Todos los bebés tienen una etapa inicial de su vida en la que se alimentan sólo con leche. Tras esa etapa de Lactancia Exclusiva se introduce la alimentación complementaria, pero la leche sigue representando un papel esencial en su alimentación al menos en los primeros años de vida.

¿Qué es la leche?

Según la Wikipedia: “La leche (en latín: lac, ‘leche’) es una secreción nutritiva de color blanquecino opaco producida por las células secretoras de las glándulas mamarias o mamas de las hembras de los mamíferos.

¿Existen las leches vegetales?

Según la misma Wikipedia:

”Las leches vegetales son suspensiones de material vegetal disuelto y desintegrado en agua, que tienen un aspecto similar a la leche de origen animal, pero no son productos lácteos.​ Se elaboran a partir de ciertas variedades de frutos secos, cereales, legumbres y otras semillas, extrayendo el material vegetal en agua, separando el líquido y formulando el producto final, generalmente con adición de ingredientes para permitir su conservación y mejorar su sabor y sus propiedades nutricionales. Aunque se publicitan como saludables y sanas, a fecha de 2018 no se han realizado suficientes investigaciones para comprender las implicaciones nutricionales de su consumo a corto y largo plazo. La mayoría de estas bebidas carecen del equilibrio nutricional de las leches animales, son bajas en proteínas, grasas, calorías, hierro, y algunas tienen contenidos de proteínas y calcio extremadamente bajos. 

Las leches vegetales no son un adecuado sustituto de la leche materna, de las fórmulas infantiles ni de la leche animal en los primeros dos años de vida.

Con el objetivo de no confundir al consumidor, en los países de la Unión Europea desde 2013 la legislación prohíbe el uso de la palabra «leche» para designar las bebidas vegetales. (Reglamento (UE) Nº 1308/2013 del Parlamento Europeo y del Consejo de 17 de diciembre de 2013. L 347/814)”

La mejor leche es la Materna.

Cada especie animal produce leche optimizada durante todo su proceso evolutivo para el desarrollo de sus crías. De modo que la mejor leche para los bebés es la Leche de su Madre.

Esta leche materna suple las necesidades del bebé durante los primeros meses de vida. Y cuando necesite una alimentación más variada seguirá siendo la mejor leche que puede tomar mientras la madre y el niño quieran prolongar esa lactancia.

Cuando no se dispone de leche materna.

Como mamíferos necesitamos la leche en la alimentación de nuestros bebés. Cuando la mejor posible, que es la materna, no está disponible el bebé necesita un sustituto que cubra sus necesidades nutricionales lo mejor posible, aunque nunca lo hará tan bien como la original.

La primera aproximación lógica es buscar productos naturales “parecidos” a la leche humana.

Aquí aparecen las leches de otros mamíferos, que están diseñadas para sus crías, no para las humanas, pero reúnen algunas características comunes. Como la leche de cada especie tiene variaciones importantes, cuando tenemos que alimentar a un bebé con una leche no humana hay que modificarla para adaptarla lo más posible a la composición de la leche materna.

Otra limitación es la tolerancia. Los bebés no tienen capacidad para digerir la leche de otros animales si no modificamos su composición, pudiendo aparecer intolerancias y alergias importantes si las tomasen en su forma original. Hasta tal punto que la alergia a proteínas de la leche animal es una de las más frecuentes en los bebés. Por lo que debemos comprobar cuál es la forma en la que deben presentarse esas proteínas para ser toleradas por los niños.

Así se hacen las Fórmulas Infantiles. Adaptando la leche de otros mamíferos a la tolerancia y nutrición adecuada para los bebés.

Esta tarea es más importante cuanto menor sea la edad, ya que si va a constituir su única fuente de nutrientes es mucho más delicado que cuando sea un alimento esencial pero parte de una dieta completa. Por eso son más estrictas en los primeros meses de vida donde sólo toma leche, algo menores hasta los 12-18 meses cuando sigue siendo un elemento muy importante de la alimentación y por encima de esta edad pueden tomar los productos alternativos incluso sin modificación.

Para que un producto sea comercializado en Europa destinado a bebés menores de 12-18 meses debe demostrar que puede cubrir las necesidades mínimas del bebé y ser adecuadamente tolerado. Esto lo comprueba la EFSA (Agencia Europea de Seguridad Alimentaria).

En la actualidad la EFSA acepta que sirvan de base para Fórmulas Infantiles la leche de vaca y la de cabra. Son dos leches animales que han demostrado que cumplen los requerimientos: Aportan nutrientes que cubran las necesidades del bebé y pueden ser adaptadas para que se toleren bien.

Ante la frecuencia de las alergias a las proteínas de la leche animal se pensó en ofrecer alternativas diferentes como las Bebidas Vegetales. Su problema es que no eliminan el problema de la alergia, ya que también se pueden generar alergias a las proteínas vegetales (la alergia a la soja puede ser mucho peor que a las proteínas de la leche), y su composición no se parece en prácticamente nada a la Leche. Se puede hacer un esfuerzo de diseño para adaptarlas en muchos de sus parámetros, de forma que en bebés que no pueden tomar leche materna y tienen alergia a las proteínas de la leche animal, se dispone de Sustitutos diseñados desde el arroz o la soja.

Comparativa de las opciones para bebés en los primeros 12-18 meses.

Si tienes que ofrecer un sustituto de algo en nutrición, lo ideal es buscar otro producto natural, lo menos modificado posible que se adapte a esa función, ya que toda modificación desvirtúa al producto natural, pudiendo degradar nutrientes que conviene mantener.

Nuestra capacidad técnica cada vez es mayor y podemos hacer modificaciones de todo aquello que conozcamos que debe cambiarse. En esto el avance es constante, pero cuantas menos modificaciones necesite el producto original para cumplir su función mejor, porque será más natural.

De entrada, que un producto necesite más cambios conocidos, implica que posiblemente tenga más diferencias desconocidas y que por lo tanto está más lejos de la solución óptima (que sería la leche materna).

Modificación fórmula infantil cabra vaca

En ese sentido podemos establecer una escala clara. Por orden de más simple a más complejo, el proceso de adaptación que necesitamos para generar un producto para bebés que cumpla mínimamente su función según el punto de partida es:

  • Leche Materna. Tal cual, directa al bebé desde su envase natural. Sin modificación alguna. La mejor e inigualable.
  • Leche de Vaca. Es la más usada por ser la más accesible. Su proceso de adaptación es más complejo que con la leche de cabra, pero mucho menor que con las de origen vegetal. Precisa separar el suero de la leche, procesar las proteínas para hacerlas más digeribles y menos alergénicas; equilibrar otros componentes para adecuar las proporciones a las de la leche materna y cambiar el ácido palmítico en su forma original por otra más digerible.
  • Leche de Cabra. Por su modo de secreción y su composición es la más parecida de las 3 siguientes a la leche materna. Por lo que el proceso de modificación para ofrecerla a un bebé es muy simple: Se deshidrata para convertirla en leche en polvo y se añaden algunos nutrientes deficitarios. Esta adaptación es más simple porque los principales problemas de tolerancia que pueden surgir con esta leche son menores que con otras opciones:
    • Alergia a proteínas. La proteína presente en la leche animal que más alergias causa es la S1 Caseína. La leche de cabra contiene 20 veces menos que la de vaca.
    • Intolerancia a la lactosa. La leche de cabra contiene lactasa, como la humana. Lo que implica que aunque un niño no produzca lactasa no aparecen síntomas de intolerancia, ya que la lactosa va digerida por un encima que está presente en la propia leche. La leche de vaca tiene lactosa, pero no lactasa, por lo que si el niño no la produce no puede digerirla y aparecen los síntomas de intolerancia.
    • La grasa de la leche de cabra es más digerible evitando problemas como estreñimiento y reflujo más frecuente con la de vaca.
  • Productos vegetales como Arroz o Soja. No tienen nada que ver con la Leche. Por ello el proceso de adaptación es mucho más complejo. Son la opción que implica una labor de diseño más artificial. Puede ser la alternativa para aquellos en que no hay leche materna y las de origen animal no son toleradas.

Por encima de los 12-18 meses.

Son niños de edad superior en los que la leche ya es uno más de los productos de la dieta y su madurez digestiva se considera completa.

Ésta supera en duración los 12-18 meses, porque la leche sigue aportando elementos esenciales a la dieta del niño como:

– Calcio y Vitamina D necesarias para la formación del esqueleto.

– Proteínas de alta calidad para el crecimiento.

– Grasas de alta calidad para la formación de masa cerebral.

Las bebidas vegetales pueden aportar el Calcio y la Vitamina D, pero las proteínas y grasas de alta calidad no están en esta alternativa. Por eso la leche materna o en su defecto leches animales son recomendables durante los primeros años de vida, pero las bebidas vegetales claramente son insuficientes para cubrir las necesidades de un niño en crecimiento.

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¿Por qué mi ?? Bebé Recién Nacido No Duerme??

Por qué mi bebé recién nacido no duerme de noche

No es que no duerme, sino que algunos Bebés Recién Nacidos pueden hacerlo de día y durante la noche no paran de llorar. Te explico porqué y cómo resolverlo.

Cuando un bebé nace no tiene aún definido un Ciclo claro de Día / Noche.

Es lo que llamamos ritmo circadiano.

 

Hay ciertos patrones que durante todo el embarazo han influido para que empiece a tenerlo. Su madre durante el día estaba más activa y de noche descansaba. Sustancias como la Melatonina materna pasan a través de la placenta y actúan en el feto antes de su nacimiento.

Pero cuando nace son factores externos los que influyen de forma mucho más directa para definir este ritmo. Especialmente dos:

– Cobertura de sus necesidades.

– Iluminación.

Necesidades del bebé recién nacido y llanto

¿Recordáis los Tamagochis? Esos juguetes electrónicos de hace unos años que se quejaban constantemente y sólo dejaban de hacerlo cuando cubrías sus necesidades. Pues seguro que el que los inventó tuvo un bebé. Porque la similitud es altísima.

Un bebé recién nacido tiene un cerebro muy básico. Llora cuando algo le daña o hay una necesidad que no está cubierta.

Las tres necesidades básicas del bebé son:

– Comer.

– Dormir.

– Estímulos para desarrollar su cerebro.

De forma sencilla, un bebé recién nacido duerme si sus necesidades de comida y estímulos están cubiertas.

Si está agotado, necesita dormir, pero tiene hambre o su cupo de estímulos no está cubierto, llora. Hay una pelea entre las áreas del cerebro que piden que se cubra cada una de estas necesidades, y hasta que no se restablece el equilibrio el niño no deja de llorar.

Lo ideal es que durante el día reciba una cantidad importante de alimento y estímulos. Cuando esto ocurre el bebé tiende a dormir cada vez más de noche.

Cuando dejamos a un recién nacido dormir durante el día siestas largas de más de 2-3 horas, estamos sembrando noches tempestuosas.

Si tu bebé es de los que de día duerme 3-4 horas y de noche no para de llorar y pedir comida cada media hora…. Imagina que cambiásemos el ritmo y durante el día no parase de comer, pero de noche durmiese 3-4 horas seguidas entre toma y toma. Seguiría siendo agotador, pero mucho más llevadero. Porque estaría adaptado a tu ciclo de actividad.

Nuestro objetivo debe ser precisamente cambiar ese ciclo para ajustarlo.

Si toma pecho aún más

La producción de pecho de las madres también sigue un ciclo circadiano:

Durante la mañana, medio día y tarde el pecho produce leche de forma estable. Cuando anochece la melatonina nos induce a dormir y la producción de leche del pecho tiene un bache. Se reduce la producción entre las 21:00 y las 1-2 de la madrugada. En torno a las 1-2 hay una gran subida y luego sigue alta durante la madrugada.

El motivo es que nuestro sueño tiene un primer ciclo de sueño profundo de entre 3 y 5 horas, que luego se sigue de sueño superficial el resto de la noche. El pecho tiene una producción que prevé que vamos a descansar en esas primeras horas de la noche y luego durante el resto el bebé va a demandar con más frecuencia.

El problema es que hay bebés que tienen el ritmo cambiado. Si durante el día está muy dormido, deja pasar las horas sin vaciar el pecho, en las horas en las que el pecho tiene una producción estable.

Si ha dormido mucho de día, es fácil que se active y tenga hambre en la tarde noche, y si lo hace coincidiendo con las horas en las que baja la producción de leche del pecho, tenemos un gran problema. Problema que se manifiesta en forma de crisis de llanto inconsolable, que algunos achacan a los gases.

Podemos ajustar este fallo si durante el día ofrecemos pecho al bebé en cuanto lo notamos activo, y despertándolo para ofrecerle si pasa en algún momento más de 2 horas seguidas sin comer durante el día. Cuando hacemos esto logramos:

– Que vacíe más el pecho aumentando su producción.

– Que coma más tranquilo, lo que reduce gases y bocanadas.

– Que llegue al bache de producción de las primeras horas de la noche con menos hambre y más sueño.

La Iluminación y el bebé que no duerme

El segundo factor que influye en el ritmo de sueño de un bebé es el ritmo de luz.

Nuestro cuerpo produce Melatonina. Es la que se encarga de marcar el horario de forma que el bebé tiende a comer y buscar más estímulos de día y a dormir más de noche.

El problema viene cuando en la tarde noche el bebé está en un ambiente más iluminado que durante el día.

En los casos que os he comentado antes, en los que el bebé duerme mucho de día y se activa en la tarde noche el problema es que encendemos la luz artificial en esas horas para atenderlo. Al hacerlo el cerebro del bebé interpreta que las 10 de la noche son las 10 de la mañana.

Esto es aún más marcado si estamos en invierno, cuando la luz artificial es mucho más potente que la que entra por la ventana durante el día.

Y puede agravarse aún más si tenemos una luz encendida toda la noche en el dormitorio para vigilar al bebé.

La solución

Por eso es clave que durante el día haya el máximo de iluminación posible, y que de noche haya el mínimo de iluminación cuando atendamos al bebé (luz cálida, naranja, no blanca ni azul) y oscuridad absoluta mientras dormimos.

Si respetamos este ritmo de luz y ofrecemos tomas muy frecuentes al bebé durante el día en menos de una semana el bebé suele seguir un ciclo circadiano adaptado al nuestro en el que pedirá alimento y estímulos de día con alguna siesta, pero dormirá la mayor parte de la noche con algunas tomas.

Lograr esto es fundamental para el bienestar de toda la familia, incluido el bebé.

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¿Qué puedo hacer si mi bebé echa muchas bocanadas? ?

Qué hacer si tu bebé echa bocanadas.

Prácticamente todos los bebés echan bocanadas. En la mayoría de los casos no son nada serio. Pero te explico las causas más habituales y qué hacer cuando ocurren.

En la etapa en la que el bebé toma sólo leche, la expulsión de esa leche es algo muy, muy habitual. No lo hacen el 100% a diario, pero casi.

Bocanadas normales en el bebé

Cuando esto ocurre la causa más frecuente es simple. El estómago del bebé no tiene un cierre efectivo en su parte superior. Es como una bolsa de agua caliente sin tapón. Si la llenas de leche y presionas, rebosa.

A veces la presión la hace el propio bebé al moverse apretando la barriga o moviendo las piernas… Otras veces lo hacemos nosotros al cambiarle de postura. Pero no te preocupes, es algo muy normal y no le has hecho ningún daño.

Muchos piensan que conforme crece irá echando menos. Pero lo normal es lo contrario. Cuanto más crece, más come y más se mueve. Y si esto ocurre las bocanadas suelen ir a más.

Mejoran sin hacer nada cuando el bebé empieza a comer alimentos sólidos, más fáciles de retener y se acaba formando un pliegue en la salida superior de sus estómago que actúa como válvula (el cardias).

Si nos preocupan y queremos que haya menos bocanadas la solución no es espaciar las tomas. Cuanto más las separemos mayor cantidad tomará en cada toma, y si llenas mucho el estómago hay más bocanadas. Lo que te recomiendo es precisamente lo contrario: Dale con más frecuencia. Al hacerlo el bebé irá tomando cantidades menores que caben mejor en su estómago y las bocanadas se reducirán.

La duda más frecuente es ¿Lo ha echado todo con la bocanada?

Si esto nos preocupa es en parte porque pensamos que si echa la leche no va a alimentarse bien. Pero es que con las bocanadas se echa sólo una parte. Son muchas las familias que me dicen que ellos creen que no le ha quedado nada dentro.

Hay una forma fácil de saberlo: ¿Gana peso? ¿Llora por hambre?

Si gana peso y cuando llora le damos de comer y se calma aunque eche, está quedando suficiente en su interior para alimentarle.

Si las bocanadas se acompañan de un llanto inconsolable o de pérdida de peso, entonces hay que buscar la causa, porque hablamos de otra cosa…

Cuando el bebé echa Leche y Sí es un Problema (algo más que bocanadas)

Si la expulsión se acompaña de llanto o malestar evidente en el bebé o el peso va ma hay que descartar varios problemas:

  1. Gastroenteritis. Cualquiera puede sufrir una infección que afecte al tubo digestivo. No son muy frecuentes en los primeros meses de vida porque el bebé cuenta con los anticuerpos de su madre en su sangre y es inmune a todas las infecciones que ella haya superado en su vida. Pero a veces algún virus nuevo se presenta y desarrolla una gastroenteritis. Suelen presentar algo de moco, fiebre y empiezan con vómitos. En alguna ocasión después viene la diarrea y otras no. Lo más característico de la infección es la fiebre. Siempre que la hay debemos pensar en infección. El tratamiento en bebés suele ser dar un probiótico, fraccionar las tomas de leche, dándole cantidades más pequeñas más veces y tratando la fiebre si sube con antitérmicos. Si los vómitos son frecuentes puede darse un medicamento para cortarlos y en los casos más intensos puede necesitar un suero para rehidratarlo.
  2. Infección de Orina. Otra infección que puede acompañarse de vómitos con facilidad es la de Orina. Debemos pensar en ella cuando un bebé está irritable, con fiebre, orina que huele más fuerte o más oscura y rechazo del alimento con vómito fácil. La forma de saber si hay infección de orina es analizar la orina y si se confirma infección daremos tratamiento con antibióticos.
  3. Algunas Infecciones Respiratorias. En Catarros, Bronquitis y otras infecciones en las que hay mucho moco, algunos bebés tienen facilidad para vomitar con la tos. Los vómitos suelen mejorar al tratar la mucosidad.
  4. Alergias alimentarias. Cuando un bebé toma algo en la leche que no tolera puede vomitar tras tomarla. El vómito no se diferencia de la bocanada por la cantidad o la fuerza con que expulsa, sino porque antes de echar está molesto y cuando echa la cara se pone pálida y sudorosa. Si no tiene fiebre, en lugar de pensar en infecciones (aunque las puede haber sin fiebre) solemos pensar en alergias. La más frecuente en la leche es a las proteínas de la leche de vaca. Cuando toma biberón suele mejorar al cambiar la leche adaptada normal por una hidrolizada. Y si toma pecho hay casos en los que el problema es uno de los alimentos que toma la madre y pasa a través del pecho.
  5. Estenosis Hipertrófica de Píloro. Mucho menos frecuente que los casos anteriores, pero se ve a veces. Es un problema más frecuente en bebés varones y consiste en que el cierre inferior del estómago (píloro) tiene tanta fuerza que impide que el contenido del estómago pase al intestino. Lo que vemos es que de repente un niño que comía perfectamente echando alguna bocanada, sigue queriendo comer, pero al poco de acabar expulsa cada vez más cantidad de leche hasta que llega el momento que lo hace en todas las tomas y el peso empieza a bajar. Puede diagnosticarse mediante una Ecografía.

Como siempre la información general orienta, pero en muchos casos hay que hacer una valoración más individualizada para ver la causa y la solución.

Recuerda que puedes consultar a tu pediatra y que yo estoy a tu disposición Online.

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Tipos de Leche Adaptada para bebés y cuándo se usan

Cuál es la mejor leche artificial o adaptada para mi bebé?

Hay muchos tipos de leche artificial o adaptada para bebés. Cada una de esas leches tiene una indicación y puede resultarte muy confuso. Intento aclarártelo.

La mejor leche que puede tomar un bebé es la de su madre.

Pero hay casos en los que esto no es posible. Nadie mejor que su familia (con la ayuda de los profesionales en los que confíe), según sus circunstancias puede tomar esta decisión.

En aquellos casos en los que el bebé toma leche artificial o adaptada, una de las dudas más frecuentes es cuál. No me refiero a marcas. Sino a que cada día tenemos más tipos diferentes de leche adaptada. Y puede resultar muy confuso. Por supuesto puedes consultarlo con tu profesional de confianza, pero sé que muchos preferís entender por vosotros mismos las razones por las que como profesionales hacemos unas recomendaciones u otras.

Niño normal: Leche normal

Todas las marcas de leche infantil tienen una línea básica con 2-3 variantes que responden a la edad del bebé:

  1. Leche de Inicio o Leche 1. Es la recomendada en niños normales que han nacido tras un embarazo completo que acaba por encima de las 38 semanas de gestación. Y cubre las necesidades del bebé hasta los 6 meses.
  2. Leche de Continuación o Leche 2. El la diseñada para alimentar a bebés entre los 6 meses y los 12 meses.
  3. Leche 3. Hay marcas que la tienen y otras que no. Se hace para bebés por encima del año de vida hasta los 2-3 años.

La recomendación oficial es que un bebé sano que tome leche adaptada debe tomar la “1” desde el nacimiento hasta los 6 meses, la “2” de los 6 a los 12 meses, y la “3” puede usarse hasta que pase a tomar leche entera. Lo que puede hacerse a partir de los 12 meses.

Como en todo, las fechas exactas son siempre orientativas y depende de las características de cada bebé.

Otros tipos de leche adaptada para situaciones especiales

Voy a centrarme en los principales tipos de leche especial, en qué se diferencian y cuándo suelen recomendarse:

  • Leche para Prematuros.
  • Leche antiestreñimiento.
  • Leche anticólico.
  • Leche antireflujo.
  • Leche sin lactosa.
  • Leche hidrolizada.
  • Leche vegetal.

Leche Adaptada para Prematuros

Es la que se recomienda para bebés que nacen antes de las 38 semanas de embarazo y hasta que superan los 3.000 g de peso.

Están diseñadas para ser mejor digeridas por un intestino inmaduro y cubrir el aporte de nutrientes que el bebé recibiría dentro de su madre en la fase final del embarazo.

Leche Adaptada Antiestreñimiento

Recomendable cuando el bebé hace caca dura y con dolor. No sirven en los casos de Pseudoestreñimiento del Lactante en los que no hace caca todos los días, pero la caca es blanda.

Modifican la composición de la leche para favorecer el movimiento del intestino y que la caca sea blanda.

Leche Adaptada Anticólico

Mi planteamiento sobre el cólico del lactante es que no existe. Se tiende a diagnosticar como cólico todo llanto de un lactante en el que no sabemos identificar su causa. Cada vez se van identificando más posibles causas entre las que algunas son atribuibles a una mala tolerancia de la leche (intolerancia leve a lactosa, alergia leve a proteínas de la leche de vaca, alteración de la flora intestinal). Las leches para Cólicos tienen menor cantidad de lactosa, proteínas más pequeñas, probióticos y prebióticos. Pueden ayudar a veces. Pero lo importante de verdad es hacer un diagnóstico previo. Porque el cólico sólo desaparece si tratamos todas sus causas. Y es posible hacerlo.

Leche Adaptada Antireflujo

Son leches que se espesan al llegar al estómago reduciendo la regurgitación, las bocanadas.

Pero si un niño tiene Reflujo Ácido no son suficiente. El tratamiento de elección en el reflujo ácido es un antiácido.

Que un bebé eche bocanadas no es problema si no hay dolor y gana peso y no tiene un problema que le haga tener más tendencia al atragantamiento. Sí pueden ayudar si no gana peso por un exceso de expulsión o tiene problemas de atragantamiento especiales.

En algunos bebés pueden generar estreñimiento. Conviene tenerlo en cuenta.

Leche Adaptada Sin Lactosa

Algunos bebés no son capaces de digerir el Azúcar de la leche (intolerancia a la lactosa). Esto puede ser algo transitorio o permanente.

Cuando no digerimos la lactosa alimenta a gérmenes en exceso en nuestro intestino, lo que aumenta los gases y permite a veces el desarrollo de algunos que no deberían estar ahí y pueden ser agresivos. Pueden aparecer molestias con diarrea, caca ácida, maloliente, con muchos gases y que irrita la piel alrededor del ano al salir. Mejoran habitualmente en cuestión de pocos días al cambiar la leche por una sin lactosa.

Leche Adaptada Hidrolizada

También hay bebés cuyo problema es una alergia (se defiende contra) o intolerancia (no puede digerir) a las Proteínas de la Leche de Vaca. 

Cuando esto ocurre suele aparecer malestar, con dolor de barriga, a veces dermatitis y vómitos.

La solución es evitar la presencia de estas proteínas de la leche de vaca en la fórmula. Puede hacerse rompiéndolas tanto que sean digeribles e irreconocibles por el sistema defensivo, o haciendo la leche a partir de una composición que no incluya la leche de vaca.

La mayoría de las leches adaptadas se hacen modificando la leche de vaca. Pero pueden hacerse también a partir de otras leches animales como la de cabra o partiendo de componentes vegetales.

Las Leches Vegetales

No es lo mismo hablar de leches vegetales (para adultos) y de Leches Adaptadas Vegetales.

La leche de coco, avena, arroz, soja… son en realidad jugos de esos vegetales que llamamos leche por su riqueza en calcio, pero que poco más tienen en común con la leche que especialmente los niños necesitan durante los primeros años de vida.

Una Leche Adaptada Vegetal es una leche que busca imitar la composición de la leche materna, pero partiendo de compuestos vegetales y no desde leche animal.

Son útiles en niños que presentan alergias muy intensas a las proteínas de las leches animales.

Suelen tener mejor sabor que las leches hidrolizadas y por eso se usan con frecuencia en las alergias a proteínas de la leche de vaca.

Suelen hacerse de soja (no recomendada antes de los 6 meses) o de arroz (yo la prefiero).

 

Hay otras muchas variedades de leche. Pero creo que no resultaría útil extender tanto esto que os perdáis aún más.

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Empezar con buen pie la Lactancia Artificial

Ideas para empezar bien la lactancia artificial.

La Lactancia Artificial es la opción cuando un bebé no puede recibir Lactancia Materna. Os doy algunas claves para inicarla con buen pie y que entendáis los problemas más frecuentes que pueden aparecer en las primeras semanas.

Si me preguntas cuál es la mejor alimentación para un bebé desde su primer día de vida te diré sin dudarlo que la Leche Materna.

Pero hay muchos motivos por los que esta opción puede no ser la escogida. Desde preferencias personales, circunstancias vitales hasta el hecho de que no se logre que funcione.

En este último caso es una pena que queriendo dar lactancia materna no se logre. En muchas ocasiones por no disponer de la ayuda necesaria para resolver los problemas que pueden hacer que la Lactancia Materna no sea esa opción positiva para la madre y el bebé que queremos que sea.

Sea como sea, dar Lactancia Artificial no es pecado, ni te expulsa del club de buenas madres…. Es una opción disponible que permite criar a un bebé.

Como defendemos la Lactancia Materna como la mejor opción, se tiende a no hablar de la alternativa, como si explicar a una familia que opta por la Leche Artificial cómo hacerlo mejor fuese un ataque a la Lactancia Materna. En mi opinión no lo es. Es ayudar a unos padres a dar a su hijo la opción escogida de la forma más beneficiosa para él. Ni más, ni menos.

Nuevas tendencias en Lactancia Artificial

En este vídeo me centro en dar las claves para que un bebé se alimente lo mejor posible con Leche Adaptada.

Durante mucho tiempo se han dado pautas rígidas de alimentación y crianza que generan problemas.

Cada vez más optamos por no poner esas normas, sino entender las necesidades del bebé y cómo cubrirlas. Es una forma mucho más flexible y natural de suplir su demanda de alimento. Haciéndolo bien evitaremos llantos por hambre, exceso de gases, bocanadas….

Y también es importante detectar cuándo la leche que está tomando no le sienta bien. Hablaremos por eso de los síntomas más habituales cuando un bebé tiene Alergia a las Proteínas de la Leche de Vaca o Intolerancia a la Lactosa.

Son poco más de 8 minutos que espero que os ayuden en estos primeros días en los que todo son dudas:

Si te ayuda dale un “me gusta y compártelo”.

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Lactancia Artificial: Primeros Pasos.

Lactancia artificial. Primeros días de vida.

La mejor opción para alimentar a un bebé desde el primer día de vida es la Lactancia Materna.

Pero la Leche Adaptada o Artificial es usada por muchas familias.

Si escoges alimentar a tu hijo con Leche Artificial te explico cómo hacerlo.

Antes de empezar: Si tenías intención de dar Leche Materna, pero estás teniendo problemas para hacerlo, lo primero que debes hacer es buscar el consejo de un Asesor de Lactancia. Porque la mayoría de los problemas en Lactancia Materna tienen solución.

Que las familias dispongan de la ayuda necesaria para resolver esos problemas es la manera más efectiva de promover la Lactancia Materna.

Si no tienes a nadie que pueda asesorarte puedes acceder aquí a todos los artículos sobre Lactancia Materna de esta web. 

Y si necesitas una ayuda más personalizada puedes hacerme una consulta y te responderé en menos de 24 horas.

Pulsa aquí para hacerme una consulta.

Lactancia Artificial

Pero hay muchas familias en las que se recurre a la Lactancia Artificial. Y parece que fuese tabú darles consejos a ellos también. Para mí son familias que quieren lo mejor para sus hijos, y si han llegado a la conclusión de que en su caso la Lactancia Artificial es la opción más beneficiosa, yo no soy nadie para juzgarles o generarles sentimientos de culpa.

Mi labor es dar consejos que mejoren la Salud de los Niños, tomen pecho o biberón.

Si eso hace que alguien piense que soy enemigo de la Lactancia Materna, lo siento por esa persona. Pero seguiré aconsejando a quienes lo necesiten, sin juzgar a nadie…. y asumiendo que quien quiera, me juzgue a mí.

En este vídeo te explico las dudas más habituales que resuelvo a los padres que empiezan a alimentar a su bebé con leche artificial:

  • Dudas sobre la cantidad o frecuencia de las tomas. Te explico porqué es importante dar a demanda, cada vez que pida y hasta que no quiera más. Y si es necesario despertarlo para comer o no durante el día y la noche.
  • Cómo detectar cuándo a tu hijo no le sienta bien la leche, cuál es el problema y qué leche es la adecuada para resolverlo. Síntomas de Intolerancia a la lactosa y cómo tratarlos. ¿Qué ocurre a los bebés cuando tiene alergia a las proteínas de la leche de vaca y qué alternativa usar?

Aquí te dejo el vídeo. Espero que te ayude.

 

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Destete Respetuoso: No ofrecer, no negar

Destete respetuoso. No ofrecer, no negar.

Hay muchas situaciones en las que se puede decidir finalizar la lactancia materna: ¿Cómo hacerlo de forma respetuosa?

Hablar de destete respetuoso tiene tres vertientes:

Respetar la decisión de las dos únicas personas implicadas en ello: La madre y el lactante.

Hoy en día se hace mucha divulgación de apoyo a la lactancia. Tanta que a veces olvidamos que hay casos en los cuales una madre escoge o necesita no darla. No debe sentirse culpable por ello, y nadie tiene derecho a juzgarla. También hay casos en que los niños no van bien con lactancia materna. Muchos de esos casos son solucionables, pero otros no. Por eso el momento del destete es cuando la madre o el niño lo deciden o hay un problema que no somos capaces de solucionar y afecta seriamente al bienestar de ambos. La opinión de los demás sobra. No hay una edad definida para el destete. Decir que por encima de cierta edad la lactancia es perjudicial o inútil es Mentira.

Respetar el ritmo de destete que cada niño necesite.

Cuando la decisión de no tomar más el pecho surge del niño la cosa es más fácil y es lo ideal. Puede ocurrir de forma progresiva (lo más habitual) o de golpe (mucho más raro). Si ocurre de golpe el problema suele ser para la madre (¿qué hago ahora con esa leche y cómo reduzco la producción sin molestias?). Pero hay casos en los que aunque el niño no quiera dejar el pecho la madre necesita que ocurra (no voy a entrar en concretar cuales, de nuevo respeto, es la madre la única cualificada para decidirlo). En estos casos hay dos opciones: El tratamiento hormonal para detener la producción de forma radical o la retirada paulatina. Yo recomiendo la segunda siempre que sea posible (a veces por motivos de salud de la madre es necesario una eliminación rápida). Al final hablaré de esa retirada paulatina: No ofrecer, no negar.

Respetar al cuerpo de la madre para evitar problemas habituales.

Cuando se usa medicación para retirar la lactancia de golpe pueden surgir problemas. Evidentemente el pecho no deja de producir en 10 minutos y la adaptación rápida de un pecho productivo a uno improductivo puede llevar a veces a ingurgitaciones, mastitis… Cualquier cambio de adaptación del cuerpo es siempre mejor si se hace de forma gradual. Hay casos en los que por motivos de salud de la madre importantes no tenemos ese tiempo y entonces usamos la medicación. Pero siempre que se pueda es mejor la retirada paulatina.

¿Has pensado en dejar el pecho porque no duermes?

Sólo un apunte más: De los motivos por los que muchas madres me cuentan que quieren dejar la lactancia, el más frecuente es que el bebé pide con tanta frecuencia el pecho de noche que hace imposible el descanso. Suele ocurrir a partir de los 5-6 meses. Cuando los patrones de sueño se definen. Para muchos niños el ritual de sueño es precisamente tomar el pecho. Cuando esto ocurre existe la alternativa de cambiar el ritual de sueño y mantener el pecho con tan sólo un destete nocturno.

No ofrecer, no negar

Sea cual sea el motivo por el que finalmente hemos decidido dejar de dar el pecho a un niño que lo tomaba ya de forma estable, la mejor opción que conozco para el destete es ésta:

  1. Si tu hijo te pide el pecho dáselo. Evitas así que se sienta rechazado.
  2. Pero si no lo pide no se lo ofrezcas. Lo que en la práctica supone que las tomas se van espaciando y el pecho va a producir cada vez menos hasta que llegue un momento en que ya no dé leche.

Este proceso puede durar a veces varios meses. Lo normal es que sea de unas semanas. Será más corto cuanto más preparado estuviese el niño para prescindir del pecho, tanto desde el punto de vista afectivo como el nutricional. Y os recomiendo que no lo forcéis.

Desde el punto de vista afectivo, al tiempo que ofreces menos el pecho, aumenta tus otras muestras de afecto. E intenta cuando le das el pecho no hacerlo con quejas o mal humor. Esto es importante para que el niño no viva el destete como un rechazo.

Esta decisión es reversible en cualquier momento si el niño sigue aceptando el pecho. Basta con aumentar la frecuencia de las tomas que le ofrecemos para de nuevo volver a tener pecho suficiente.

¿Y en cuanto a lácteos alternativos al pecho? Depende de la edad del niño.

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¿Por qué las Alergias Alimentarias son cada vez más frecuentes?

Por qué las Alergias Alimentarias son cada vez más FrecuentesLas Alergias Alimentarias son cada vez más frecuentes en los niños. ¿Por qué?

Durante años como pediatra recomendé cosas que ahora contradigo. Voy a explicar en este artículo cuáles son esas diferencias y los motivos que me llevan a defender lo contrario de lo que hace pocos años defendía.

Empezaré aclarando algo: Este artículo no es una crítica a mis compañeros Pediatras. Es una autocrítica. Tal vez alguno se sienta identificado y, espero que no, atacado. Estoy abierto a seguir aprendiendo reconociendo mis errores y desde ese punto de vista, bienvenido sea el debate.

El Evidente aumento de las Alergias Alimentarias

Desde hace un tiempo, cuando llega el momento de explicar la introducción de la alimentación complementaria, pregunto a las familias:

«¿Tienen vuestros padres (los abuelos del bebé) alguna alergia alimentaria?»

La respuesta sistemáticamente, y también en mi caso, es que no.

Surge sin dudarlo la pregunta del millón:

«¿Por qué actualmente las alergias alimentarias son mucho más frecuentes que en la generación de nuestros padres?»

Hay muchas teorías que intentan explicar el porqué. Voy a enunciar la mía. Desde la humildad, pero también desde la convicción cada vez más clara de que «los tiros van por ahí».

¿Qué es una alergia alimentaria?

Es una respuesta inadecuada del sistema defensivo frente a un alimento. 

Un Alimento es algo que tomamos de nuestro entorno para nutrirnos.

Está claro que defendernos contra algo que necesitamos para nutrirnos es contraproducente.

¿Cómo se originan la alergia alimentarias?

Para que se produzca una alergia alimentaria hacen falta una serie de pasos:

  1. Predisposición genética: Es evidente que hay familias en las que las alergias son mucho más frecuentes que en otras. Hay factores que se heredan y hacen que en las circunstancias actuales en unos individuos aparezcan alergias con más facilidad que en otros.
  2. Factores ambientales: La contaminación ambiental está actuando sobre el sistema defensivo modificando sus respuestas. Hoy en día vemos una mayor tendencia a respuestas exageradas del sistema defensivo. La causa es que está sometido a una agresión química excesiva.
  3. Desencadenante: Para que la alergia aparezca es necesario que un sistema defensivo irritado que busca culpables de esa irritación se encuentre al alimento en el lugar y momento «inadecuados». Toda alergia aparece en algún momento concreto, un momento en el que se desencadena la «Tormenta Perfecta».

Voy a hacer un pequeño relato de una de esas «Tormentas Perfectas»:

Un bebé de una familia con tendencias atópicas prueba el huevo por primera vez.

Tener tendencias atópicas significa que el sistema defensivo es un guardia de seguridad de «gatillo fácil».

Puede que haya determinados contaminantes en su cuerpo que estén alterando a su sistema defensivo haciendo que no funcione demasiado bien. Es como un guardia de seguridad con los ojos irritados por el humo de un incendio.

Pero da la casualidad de que ese día que hemos dado el huevo, el bebé tenía una pequeña gastroenteritis viral. Estamos pasando constantemente infecciones de este tipo. Tan leves que casi no producen síntomas.

El sistema defensivo está en la zona irritada (el intestino), buscando al culpable.

Y de repente aparece por ahí un desconocido bastante llamativo: El huevo.

Nuestro guardia de seguridad, de «gatillo fácil» y con los ojos irritados por el humo, en plena búsqueda del culpable en una zona agredida: ¡Dispara!

Enhorabuena bebé: Ya eres alérgico al huevo.

¿Qué ha cambiado en sólo dos generaciones, para que las alergias alimentarias sean mucho más frecuentes en nuestros hijos que en nuestros padres?

Es evidente que tienen que ser factores ambientales.

Debemos buscar cuáles son esos factores ambientales que han cambiado de forma significativa y puedan influir en la generación de «Tormentas Perfectas».

Candidatos son todas las diferencias significativas entre la generación de nuestros padres y la de nuestros hijos:

  1. Contaminantes: Aquí podemos incluir químicos como conservantes, colorantes, disruptores hormonales, un exceso de omega 6 «malos», un exceso de azúcar en la dieta… La forma de evitar esto sería una Alimentación Ecológica, Biológica y Orgánica.
  2. Un exceso de Higiene: Una de las teorías que intenta explicar el aumento de las alergias es la Higienista. Se dice en ella que el sistema defensivo está preparado para una actividad mínima que no recibe en un ambiente actual excesivamente «esterilizado». Ante esa falta de estímulos adecuados empieza a responder a estímulos inadecuados. La forma de evitar esto sería exponer más a los niños a la Naturaleza y evitar la Esterilización. 
  3. Los Pediatras: He advertido al principio que este artículo no es una crítica a mis colegas. Sino una autocrítica. Pero si buscamos cosas que han cambiado entre la generación de nuestros padres y la de nuestros hijos, hay que ser claros. Nuestros abuelos no contaron con la asesoría de Pediatras. Nuestra generación sí masivamente. Algo podemos haber influido.

Los Pediatras y el aumento de alergias alimentarias

Aún a riesgo de ser pesado, no critico a mis colegas. Hago un ejercicio de autocrítica.

Desde que en este mundo hay pediatras a la disposición de la mayoría de las familias las alergias alimentarias han subido. 

También es justo decir que la mortalidad infantil ha bajado y a cifras impensables en otros tiempos. O sea, que malos, malísimos tampoco somos.

De hecho, sé que este grupo al que pertenezco está formado de personas que buscan el bienestar de los niños. Y debemos hacer autocrítica continua de todo lo que hacemos. Por si algo de todo ese balance positivo general es mejorable.

Creo que es el caso en el tema de las Alergias Alimentarias.

¿Qué hemos hecho los Pediatras, en dos generaciones, que haya cambiado significativamente la relación del Sistema Defensivo con los Alimentos?

Pues fundamentalmente dos cosas:

  1. Promover la higiene. Hace 65 años las condiciones de higiene dejaban mucho que desear en nuestro país. Los pediatras formamos a las familias indicando como tener una higiene mejor. El objetivo era proteger a los niños frente a las infecciones. 
  2. Retrasar la introducción de alimentos. Antes de que un pediatra dijese a las familias cómo introducir la alimentación complementaria se hacía de forma espontánea. Estabas todo el día con tu hijo y cuando mostraba interés evidente por probar un alimento, simplemente se lo dabas. Como especialidad nueva la Pediatría actuó en ese «desorden» intentando ver cuál sería el mejor orden de introducción. De partió de dos premisas:
    1. Establecer un orden que facilite la detección de alergia e intolerancias.
    2. Empezar con lo más fácil de digerir y retrasar para más tarde los alimentos que son más difíciles de digerir o que generan alergia con más frecuencia.

Cuando en la actualidad reximiendo alternativas al planteamiento que me enseñaron según estas premisas, vuelven a darme los mismos argumentos que ya conozco.

No he olvidado esos argumentos y no es que no los sepa. He recomendado lo que me enseñaron durante 18 años. 18 años en los que he defendido esos argumentos que lo justifican. 18 años en los que lamento haber aconsejado a los padres algo, que actualmente creo un error.

Si en la actualidad he cambiado mis recomendaciones es porque he entendido lo suguiente:

¿Cómo puede la suma de ambos factores favorecer la aparición de alergias alimentarias?

Desarrollo Inmunitario en los primeros meses de vida

Cuando un bebé nace, tiene las defensas que su madre le ha pasado a través de la placenta. Es lo que llamamos inmunización pasiva.

Esas defensas se mantendrán en la sangre del bebé durante los primeros meses de vida.

Son la causa de que durante los primeros meses de vida los bebés no suelan sufrir infecciones. O eso parece. En realidad sí que están expuestos a ellas. Pero con ayuda de los anticuerpos maternos bloquean un gran número de ellas sin manifestar síntomas. Pero desarrollando una respuesta que elimina la infección y genera anticuerpos propios para identificar a la infección la próxima vez que venga.

Un exceso de higiene en esta primera fase es perjudicial. Con ella lo que estamos haciendo es desaprovechar una fase en la que el bebé tiene ayuda para defenderse.

Si metiésemos a los bebés en una urna de cristal que evitase el contacto con gérmenes hasta los 6 meses estaríamos haciéndole una faena. Porque cuando los anticuerpos maternos vayan desapareciendo a partir de esa edad será el bebé el que tendrá que defenderse sólo.

Si en los primeros meses, en los que cuenta con ayuda, contacta con un número de gérmenes lo más amplio posible, serán menos las infecciones que le quedarán por pasar cuando por fin tenga que enfrentarse sólo a ellas.

Sin hacer esto ya en torno a los 9-12 meses va aumentando la frecuencia de infecciones. Pero con la obsesión actual por la asepsia y la higiene a ultranza estamos haciendo que el número de infecciones que va a pasar tras quedarse sin anticuaerpos de su madre aumente.

Es algo muy llamativo, un bebé que apenas pasaba infecciones en los primeros meses de vida, de repente, parece que no tiene tregua entre una y otra.

Esto aún sin ir a guardería. Si además pasa de esa burbuja aséptica en que han convertido la casa del recién nacido, a la jungla de la guardería…

Retraso de la introducción de alimentos

Por el otro lado está la alimentación.

Los niños que toman pecho están recibiendo pequeñas porciones de los alimentos que toma la madre a través de su pecho. Eso hace que para ellos cuando aparece el alimento en sí en el intestino no sea algo nuevo del todo. Es uno de los factores por los que la lactancia materna actúa como protectora frente a la aparición de Alergias Alimentarias.

En aquellos niños que toman lactancia artificial, no tendrán contacto con ninguno de esos alimentos en su intestino hasta que inicien la Alimentación Complementaria.

Los Pediatras retrasamos la introducción de alimentación complementaria en comparación con lo que se hace si no intervenimos. No sólo en el momento de empezarla, también en el ritmo al que se hace.

Antes de que nadie explicase a los padres la «forma correcta» de introducir los alimentos, ¿cómo se hacía? ¿Y cómo se hace ahora?

El niño estaba con el resto de la familia en cada comida. Y un día de repente mostraba interés por la comida. Ante eso, como no había nadie que les dijese que hacerlo podía perjudicar a su hijo, le dejaban probar.

En torno a los 2 meses la mayoría de los bebés se mete la mano en la boca. Eso que muchos interpretan como un signo de salida de los dientes (cosa que raramente es), no es sino una búsqueda de estímulos.

Desde aquí subo el tono sarcástico. Disculpadme por ello, pero no puedo evitarlo.

Entre los 4 y los 6 meses habitualmente la mayoría de los bebés ya manipulan y se llevan a la boca todo lo que queda a su alcance. Bueno, ya todo no. Pueden llevarse lo que esté «esterilizado» y que No sea comestible…. Porque hemos convencido a los padres de que deben evitar que prueben la comida, o corren el riesgo de producir una alergia a su bebé.

Ahí vemos a los niños de 4-5-6 meses chupándose un zapato pero sin poder probar la comida. Eso sí, el zapato es limpiado con toallitas de forma compulsiva cada 5 minutos. Dan igual los productos químicos usados para curtir la piel de vaca con la que está hecho el zapato, pero no se te ocurra dejarle probar la carne de la ternera con cuya piel está hecho, porque «su intestino no está preparado para digerir algo así»….

Entonces decidimos que el bebé puede tomar alimentos porque ha cumplido los 6 meses. «Es una suerte que alguien lleve la cuenta». Porque si lo hacemos 3 días antes o 3 días después «sería el acabose».

Y empezamos a hacerlo muy, muy, muy despacito. Y siguiendo una pauta «instaurada por alguna divinidad de la Pediatría» día arriba, día abajo de los Diez Mandamientos.

El pescado a los 9 meses, el huevo a los 11, las cocochas de bacalao no recuerdo en que fecha eran…

Y despacito, muy despacito… Esta semana la patata, la semana que viene la zanahoria….

Y todo triturado, que se puede ahogar…. Me pregunto cómo sobrevivió la especie humana antes de las batidoras….

Por supuesto los alimentos que con más frecuencia generan alergia los dejamos para más adelante, para cuando el sistema digestivo del bebé sea más maduro y pueda digerirlos mejor….

Así, regañando al abuelo para que no le dé al nieto ni un trocito de nada que no diga la «Lista Sagrada», van pasando los meses.

Y aquí se acaba el tono sarcástico para volver a hablar totalmente en serio.

Hemos dejado pasar un tiempo precioso. Un tiempo en el que nuestro bebé contaba con los anticuerpos maternos y en muchos casos con lactancia materna. Un tiempo en el que durante toda la evolución de la especie humana se introdujo la alimentación a los niños sin norma alguna, porque no había pediatras que las dictaran.

Cuando los anticuerpos de la madre ya están dejando al niño desprotegido contra todas las infecciones del entorno y cuando muchos bebés ya no toman lactancia materna, llegamos al momento que la «Lista» indica para introducir los alimentos que con más frecuencia producen alergia.

Hemos creado la auténtica «Tormenta Perfecta». 

En los niños que no han seguido el «orden establecido» esos alimentos llevan presentes en el intestino del bebé desde hace meses. Cuando una infección irrita la pared del intestino despertando la respuesta del sistema defensivo, busca al culpable y ve a los alimentos como el huevo, el gluten, la fresa, la leche y pasa de ellos. Los identifica como algo que lleva meses ahí sin generar problemas.

Pero si nuestro bebé toma por primera vez uno de esos alimentos llamativos cuando tiene una irritación intestinal, las posibilidades de que el sistema defensivo lo identifique como el causante suben claramente.

Las posibilidades de que se junten infección y primer contacto con alimento potencialmente alergénico se multiplican.

Ya hace años se demostró que la introducción tardía del gluten favorecía la aparición de celiaquía. Y a estos estudios se están añadiendo otros de forma constante que demuestran que la introducción precoz de alimentos alergénicos reduce claramente la aparición de alergias a esos alimentos. Los hay sobre leche, huevo, cacahuete….

En Canadá ya hay campañas de organismos públicos con el lema «Don´t Delay, Feed Today» que recomiendan la introducción precoz de alimentos alergénicos para evitar la sensibilización.

Os añado el enlace del vídeo de esta campaña. Está en Inglés.

Pero creo que puede seros de gran utilidad.

Otros factores que han contribuido a aumentar la frecuencia de alergias en los niños

Como en casi todo, cuando algo llamativo ocurre no suele haber una sola causa.

Hay muchos indicios de que otros factores pueden haber participado en el aumento de las alergias de los niños. Los más destacados son:

  • Dieta pro-inflamatoria. Aquí destaca el desequilibrio de omegas.
  • Exposición tardía a gérmenes y flora intestinal pobre.

Autocrítica

De nuevo aclaro que todo este artículo, perdonad por lo largo que es, es un ejercicio de autocrítica. No es mi intención atacar a mis compañeros. Yo hasta hace pocos años aconsejaba seguir «La Lista». Cada día en mi consulta veo niños en los que tengo que disculparme a los padres porque en su hijo lo hice y ahora les recomiendo que con un hermano menor hagan lo contrario.

Me veo como un detective buscando al culpable de un crimen, que tras evaluar todas las pistas, llega a la conclusión de que el asesino desconocido al que buscaba, soy yo mismo.

En la actualidad la hoja de recomendaciones de introducción de la Alimentación Complementaria que doy a los padres es ÉSTA.

 

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El Aceite de Palma ? en las Leches Infantiles

Aceite de palma en las leches infantiles

Aceite de Palma en las Leches Infantiles: Hablemos de problemas cardiovasculares, cáncer, deforestación y orangutanes. Pero sin que nos tomen el pelo…

Mira que no quería escribirlo… Pero lo pedís y ahí va. Os voy a contar lo que pienso del famosísimo aceite de palma en alimentos infantiles. Concretamente en las leches adaptadas para bebés.

Esta semana, el Peketema más votado ha sido éste, pedido por María:

«Aceite de Palma en los alimentos infantiles. Consecuencias de tomarlo. Lo llevan hasta las leches de fórmula para recién nacidos…»

Hace un par de semanas, una revista de primera línea se puso en contacto conmigo para que le contase mi opinión sobre este tema que tanta polémica está generando.

Les dije que no. Porque este tema precisaba una aclaración suficientemente a fondo. Y hacerlo en una entrevista que luego pudiese no quedar clara no me parecía lo adecuado.

He ido viendo todo lo que se va contando y la verdad… Creo que se está haciendo es una campaña de manipulación de la opinión pública «de libro».

Voy a empezar por un par de aclaraciones importantes para los que lean este artículo sin conocerme:

En mi opinión:

¿Cuál es la mejor leche que puede tomar un bebé?

La de su madre. Aunque a veces son necesarias alternativas.

¿Cuál es la mejor alimentación para los niños cuando empezamos con alimentación complementaria?

Si tienes una dieta sana y variada, la tuya es la mejor. Si son alimentos ecológicos de temporada cultivados cerca de tu ciudad, aún mejor.

No la dieta que harías para un bebé. Sino la que haces para ti. Puedes ver aquí el folleto con el que yo explico a los padres la introducción de la alimentación complementaria en mi consulta.

Y ahora vamos al tema del Aceite de Palma en las leches infantiles

¿Qué es el Aceite de Palma y cómo se obtiene?

Hay muchos vegetales ricos en grasa. Para los españoles el aceite de oliva es «el rey de la dieta mediterránea».

Otros aceites conocidos son el de girasol, el de soja, el de colza, el de coco, el de maíz y cómo no… el de Palma. Que últimamente se «lleva la Palma».

Podéis verlo en la foto que encabeza este artículo. Se obtiene de los frutos de un tipo de palmera tropical.

¿Porqué tiene tan mala prensa el aceite de palma?

Las grasas pueden clasificarse según su tamaño. Son cadenas de carbono. El aceite de palma tiene muchas grasas diferentes. La más abundante es el ácido palmítico. Una grasa con 16 átomos de carbono en su molécula.

También pueden diferenciarse según  lo saturadas o no que son, en saturadas, monoinsaturadas y poliinsaturadas. Lo de saturadas se refiere a si todos los enlaces de la cadena de carbono están ocupados con átomos de hidrógeno o no.

Se suele simplificar diciendo que las saturadas son malas y las monoinsaturadas y poliinsaturadas buenas. Pero es una simplificación absurda.

En realidad necesitamos los tres tipos. Todas forman parte de nuestro organismo. El problema es que haya un desequilibrio en el que las grasas saturadas sean demasiado abundantes.

El aceite de palma es uno de los aceites vegetales que más ácido palmítico (grasa saturada) tienen en su composición:

40-48% grasas saturadas (principalmente ácido palmítico).
37-46% grasas monoinsaturadas (fundamentalmente ácido oleico).
10% grasas poliinsaturadas.

El ácido palmítico es casi el 44% de la grasa del aceite de palma.

Cuando tomamos demasiado ácido palmítico:

  • Sube el colesterol.
  • Puede causar problemas cardiovasculares.
  • Hay estudios que lo relacionan con la propagación de metástasis en algunos tipos de cáncer.

Pues entonces está claro: lo prohibimos… A partir de ahora todo alimento que contenga el ácido palmítico prohibido….

¡Bien, que guay!!!! Pero…. Ahora vamos a ver que no es tan simple.

Hablemos del alimento infantil en el que el 22% de sus grasas son Ácido Palmítico: La leche materna

En la leche materna hay grasas. Son necesarias para alimentar a los bebés. Y hay gasas saturadas, monoinsaturadas y poliinsaturadas….

Estas grasas presentes en la leche son esenciales para muchas cosas. Entre ellas el crecimiento del cerebro. Eso sí, tienen una proporción determinada que es importante.

De esas grasas presentes en la leche materna, adivina cuál es la grasa saturada más abundante….

El ácido palmítico. Ese asesino que vamos a prohibir.

Pero entonces…

La cuestión es la proporción. Un 22%, que es lo que hay en la leche materna está bien si el resto de grasas son las adecuadas. Las leches artificiales lo que hacen es imitar ese porcentaje, que es diferente en la leche de vaca. Tanto en su  porcentaje como en su tipo.

Pero tampoco todo el ácido palmítico es igual.

El ácido palmítico es una cadena grasa con 16 átomos de carbono. Pero hay variedades.

El de la leche de vaca, por ejemplo es una variante que si la toman los niños pequeños favorece el estreñimiento y dificulta la absorción de calcio.

El de la leche humana y el de la palma son en una proporción alta «ácido palmítico en posición beta«. Que es digerido con más facilidad por los bebés y favorece la absorción de calcio sin causar estreñimiento.

Por eso en las leches adaptadas sustituyen el ácido palmítico de la leche de vaca por ácido palmítico de otro origen (aceite de palma). Para evitar el estreñimiento del lactante.

No. No lo hacen porque sea el aceite más barato. Lo más barato sería dejar el que tiene la leche de vaca.

Ni por maldad. Ni para que los denunciemos…

Si yo sé que las teorías de la conspiración visten mucho. Pero si queréis una, os la voy a dar:

Principales aceites consumidos en el mundo y Guerras Comerciales.

Los dos aceites más consumidos del mundo son:

1º: Palma.

2º: Soja.

La producción de ambos está dominada por Multinacionales muy poderosas.

La soja se produce en muchas partes. Una de ellas: EEUU.

La Palma no se produce en EEUU.

Así que adivina cuál es el bueno y cuál el malo de la película.

De las cosas que habrás leído por ahí:

La producción de acéite de palma está deforestando Indonesia. Cierto. Hay multinacionales que están promoviendo esto.

– Pero… ¿No es la soja la que se está comiendo el Amazonas?

Pongamos que se prohíbe el aceite de palma en alimentos.

Efecto inmediato: Aumenta el consumo de soja.

¿Alguien interesado en ocupar el primer puesto mundial de producción de aceite?

Podríamos hablar también de la forma de producción y extracción.

¿Es lo mismo un aceite producido con pesticidas o sin ellos?

¿Piensas que es igual un aceite extraído con disolventes o calor que el obtenido sólo exprimiendo el fruto graso?

¿Da lo mismo el aceite de oliva ecológico virgen extra de primera morturación en frío, que el de orujo…?

Pues claro que no. Esto es aplicable a cualquier aceite que consumamos.

Estaría bien que las empresas que usan aceite de palma especificasen cómo se ha producido y extraído ese aceite. Porque si se ha producido con pesticidas y el aceite se ha extraído con calor o disolventes es claramente perjudicial para la salud.

Alternativas sin que nos tomen el pelo…

Lo voy a dejar en forma de preguntas:

¿Y si en lugar de tomar alimentos que incorporan en su composición aceites que hay que traer de la otra punta del mundo (lo que ya es anti-ecológico en sí mismo), consumimos lo que da nuestro campo cercano?

¿Qué pasaría si en lugar de abandonar campos en nuestra tierra para que las multinacionales deforesten los países en vías de desarrollo, pagamos a los agricultores de aquí para que puedan vivir dignamente un precio justo por unos alimentos ecológicos de calidad?

¿Qué tal si en lugar de gastar nuestro dinero en comprar cualquier «producto infantil» simplemente porque al niño le gusta (básicamente por el azúcar que lleva), tiene «dibujitos» y está «enriquecido en…», nos lo gastamos en comprar alimentos ecológicos?

Si te ha gustado compártelo. A ver si creamos un poco de cultura nutricional y somos menos manipulables.