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Lunares en niños

Lunares o Melanoma. ABCDE

Los lunares son zonas de la piel que tienen más melanocitos que el resto dándole una coloración oscura. Pueden aparecer en cualquier edad. Te explico cuándo debe verlos el médico.

¿Qué es un lunar?

Un lunar es una zona de la piel que tiene una coloración diferente al resto. Habitualmente de forma redondeada y color marrón más oscuro que el resto de la piel.

Es algo frecuentísimo. Casi todo el mundo tiene algún lunar.

Los niños pueden tenerlos incluso desde el nacimiento. Y pueden ir apareciendo a lo largo de la vida.

Pero es algo que a veces preocupa porque hay un cáncer de piel que parece un lunar: El Melanoma.

¿Qué es un melanoma?

Un melanoma es un cáncer maligno de piel que puede aparecer en cualquier momento de la vida. Aunque en los niños es algo excepcional.

El desencadenante son las quemaduras solares repetidas.

Cuando aparece tiene un aspecto similar a un lunar, pero luego cambia dándonos pistas de que no es normal.

Para diagnosticar lunares desde hace unos años se ha difundido una guía. El ABCDE del melanoma.

Diferenciar un lunar de un melanoma en niños

En cualquier momento puedes encontrar en la piel de tu hijo un lunar que antes no estaba. Y puedes sentir preocupación por si será un lunar “bueno o malo”.

Un Melanoma cumple antes o después las 5 características que ves en la imagen:

Asimétrico. Es decir, que tiene una forma irregular con una mitad diferente a la otra. Un lunar “bueno” suele ser redondeado u ovalado.

Bordes irregulares. Un melanoma tiene bordes irregulares porque invade el tejido que le rodea, mientras un lunar “bueno” tiene unos bordes claramente definidos.

Color. Un Melanoma tiene diferencias de color evidentes en su interior, mientras que un lunar “bueno” tiene una coloración uniforme.

Diámetro de 6 mm. Que mida más de 6 mm no quiere decir en absoluto que tenga que ser un melanoma. De echo ninguno de los anteriores puntos por sí solo nos hace pensar en un melanoma.

Evoluciona. Esto es lo más característico de un melanoma. Que lo vemos cambiar poco a poco. Evidentemente cualquier lunar nuevo cambia. Ha pasado de no estar a estar. Pero la aparición de un lunar “bueno” es tan rápida que lo descubrimos de repente. La diferencia es que el melanoma lo descubrimos y en las semanas o meses posteriores vemos cómo va cambiando de aspecto.

Cualquier lunar que cumpla algunos o varios de los puntos anteriores debe ser valorado por el dermatólogo. No hay ninguna seguridad de que sea un melanoma. Pero debe verlo. Y lo que debes hacer no es agobiarte, sino llevarlo al dermatólogo.

¿Tengo que hacer algo si a mi hijo le salen muchos lunares?

El estímulo para la aparición de lunares es La Luz Solar. Hay quien tiene mucha facilidad para que le salgan y quien no. Que a alguien le salgan muchos es un indicativo de que tiene una piel muy sensible o de que se está exponiendo demasiado al sol.

Sin pasarnos, debemos evitar las quemaduras solares. Pero el sol en realidad es bueno y necesario para la salud.

Como en tantas cosas la virtud está en el término medio. Y respecto al sol el término medio es que:

– Expongas a tu hijo al sol tanto como sea posible sin que se queme.

– Si prevés que puede llegar a quemarse limita la exposición.

– Si no puedes limitar la exposición y sabes que vas a superar lo que aguanta sin quemarse, aplica crema de protección solar. Pero no es lo ideal. Lo ideal es que limitemos la exposición a la que puede tolerar sin quemarse.

– Has una exposición gradual de forma que llegue con un moreno uniforme al verano. Se quemará menos cuanto más moreno esté.

Todas estas medidas son útiles para que no aparezcan lunares nuevos, aunque sean “buenos” y para evitar el melanoma.

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Niños y bebés con la piel amarilla

 Piel amarilla en bebés. Será ictericia, problemas de hígado, bilirrubina o simplemente carotenos.

¿Sabes por qué muchos niños y bebés tienen la piel amarilla? ¿Será por un problema de hígado? ¿O tiene una razón más benigna? Te lo explico…

Este artículo responde a la duda de Cynthia en nuestra comunidad de Facebook:

«¿Puede afectar el consumo frecuente de zanahoria a una bebé de menos de un año? Mi hija tiene las manos y plantas de los pies en un tono no común si no como amarillento llegando poco al naranja.»

La respuesta es sencilla: Sí, la causa más frecuente de piel amarilla en niños y bebés una vez que pasan los primeros meses de vida es el exceso de carotenos en la dieta. Y lo más frecuente es que sea por exceso de zanahoria y calabaza.

Con frecuencia cuando veo bebés en la consulta con menos de dos años que ya están con alimentación complementaria se ve la piel amarillenta. A veces los padres no lo han notado. En otras ocasiones sí. Y de hecho algunos vienen preocupados por si ese color amarillento es por tener un problema en el hígado.

Bebés con la piel amarilla: ¿Ictericia del recién nacido, problemas de hígado o exceso de carotenos en la dieta?

Para que un bebé tenga la piel amarilla hay 3 causas fundamentales:

Ictericia del recién nacido

Cuando un bebé nace rompe su sangre (especial para el embarazo) y forma sangre nueva. Algunos acumulan mucha bilirrubina y se ponen amarillentos. Pero no sólo en la piel, también se pone amarillo el blanco de los ojos.

Este color amarillo no suele seguir más allá del mes de vida. Si lo hace conviene que lo valore el pediatra.

Problemas de hígado o de sangre

La bilirrubina de la que hablábamos en el bebé recién nacido puede tardar más de un mes en bajar o puede subir de nuevo pasado ese primer mes de vida si hay un problema en el hígado o se rompen mucha sangre.

La bilirrubina se elimina a través del hígado, que la segrega en la bilis. Constantemente en nuestro cuerpo se rompen glóbulos rojos, liberando bilirrubina. Pero es en cifras que no llegan a producir una piel amarilla.

Si la sangre se destruye más rápido de lo normal (hay personas con problemas genéticos como la talasemia o el fabismo que pueden hacerlo con frecuencia), o se elimina mal a través del hígado, puede subir la bilirrubina y acumularse en los tejidos.

El primer sitio donde se aprecia de forma clara un aumento de bilirrubina es la conjuntiva (blanco del ojo). Para que sea visible en la piel tiene que subir bastante más.

Por lo tanto si la piel está amarilla por una subida de bilirrubina, la conjuntiva debe estar claramente amarilla.

Si hay piel amarilla y conjuntiva blanca es por la causa siguiente:

Exceso de carotenos en la dieta

Cuando los bebés empiezan con alimentación complementaria y empiezan a tomar verdura, llegan a la dieta la zanahoria y la calabaza.

Son dos verduras muy usadas porque endulzan las comidas y su color suele gustar a los bebés.

Se usan tanto que no es raro ver bebés con la piel amarillenta en los primeros años de vida.

Los betacarotenos son un pigmento natural presente en muchas frutas y verduras de color amarillento, naranja o rojo. Se les conoce especialmente por ser muy buenos para la vista.

Pero en exceso pueden ser también perjudiciales. Aunque si os soy sincero no es esto lo que me preocupa cuando veo un niño con la piel amarilla por exceso de carotenos en la dieta. Porque la realidad es que nunca he visto un niño con intoxicación por carotenos.

Lo que me preocupa es que es un signo de que el bebé tiene una dieta pobre.

Significa que está tomando con mucha frecuencia lo mismo. Suelo preguntar por esto y la respuesta habitual es que:

– Toma potitos y los que le gustan son todos naranjas.

– Le preparan la comida en casa y añaden casi siempre zanahoria o calabaza porque le gusta más así.

En ambos casos son una señal de dieta pobre. Y el motivo que hay detrás es una preocupación por que el bebé coma más. Lo que considero siempre un error en una sociedad que tiene tendencia a la obesidad, como la nuestra.

Donde más se nota la piel amarilla por exceso de carotenos es en las palmas de las manos y las plantas de los pies. Y no se nota nada en el blanco de los ojos. Lo que lo diferencia claramente de los otros casos que he nombrado antes.

Mi consejo si tu hijo tiene la piel amarillenta por exceso de carotenos es que reduzcas la cantidad de zanahoria y calabaza de su dieta.

¿Y cuánto sería lo razonable?

Es sencillo, ¿tú tienes la piel amarilla?

Si la respuesta es que no, dale a tu hijo zanahoria o calabaza cuando tú tomes zanahoria o calabaza.

Y es que, si tienes una dieta sana y variada, éste es un ejemplo de que al ofrecerle a tu hijo comida especial para él, sólo estás dándole una dieta más pobre que la tuya.

 

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Punto blanco en el Pezón de un Bebé

Punto blanco en el pezón de un bebé.

Punto blanco en el pezón del bebé. Algo bastante frecuente. Te muestro una foto para que lo compares por si tu hijo lo tiene y te explico qué hacer.

En el pecho de los niños y niñas hay varias partes que pueden producir secreción:

  • Glándula productora de leche. La glándula mamaria está ahí. Tanto en niños como en niñas. Cuando nacen hay un aumento importante de hormonas en la madre que pasan a través de la placenta a la sangre del bebé. No son pocos los bebés de ambos sexos que presentan un crecimiento del pecho en las primeras semanas de vida. Como ellos no producen hormona propia y no vaciamos el pecho, esa producción incipiente desaparece. A veces puede quedar una pequeña cantidad de leche retenida que puede acabar saliendo. Pero como los canales eran mínimos en calibre pueden taponarse formando una perla de leche. Igual que en las madres que dan pecho cuando un canal se tapona. Si esto ocurre el punto blanco está en el centro del pezón.
  • En la areola hay también glándulas que producen grasa. La areola es la zona que rodea al pezón, de un color más oscuro que el resto de piel del bebé. Estas glándulas tienen a veces cerrado el poro por el que saldrá la grasa que producen. Cuando esto ocurre se forman quistes de grasa que antes o después se abren al exterior eliminando la grasa que contienen. Lo que vemos en ese caso son puntos blancos en la areola.

Ese punto blanco en el pezón del bebé ¿Es una infección? ¿Debo preocuparme por él?

Ambos casos son secreciones retenidas. Y pueden en teoría infectarse. Pero en la práctica no suele pasar. Antes o después la retención se abre al exterior y libera su contenido sin mayor problema.

En los pocos casos en los que se infecta: 

  • Veremos el punto blanco con inflamación de la piel que lo rodea.
  • El bebé mostrará dolor al tocarle. 
  • Puede tratarse con cremas antibióticas como la Mupirocina. Lo normal es que aplicando la crema la irritación desaparezca en pocos días.

Cómo se eliminan los puntos blancos del pezón de un bebé

Hay muchas manías. Está quien se muerde las uñas, quien se arranca el pelo, quien…

Y están los que no pueden resistirse a reventar cualquier colección de secreciones de la piel. Sí, hablo de quienes no pueden ver una espinilla y resistirse a estrujarla hasta que revienta…

No lo hagas en este caso, por favor.

Estos puntos blancos del pezón del bebé acaban desapareciendo solos sin hacer nada. 

La piel y las mucosas tienen su propio proceso de regeneración que va expulsándolo todo hacia fuera. Puede tardar más o menos, pero al fin acabará desprendiéndose seco o abriendo y vaciando su contenido de forma espontánea.

Si lo aprietas para que se rompa puedes dañar la zona y favorecer que se infecte.

Así que si tu hijo lo tiene, resístete y deja que su puntito se acabe abriendo sólo.

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Vitíligo en niños y adolescentes

Vitíligo en Niños y Adolescentes

La principal cuestión que se plantea ante un caso de Vitíligo en niños es si debe ser tratado o no, y qué edad es la más propicia para empezar con el tratamiento.

Para dar respuesta a esta cuestión hay que tener en cuenta algunos datos:

  • Por una parte, cuanto antes empecemos a tratar el Vitíligo, antes conseguiremos evitar que avance y mejorar.
  • Por otra parte y como ya hemos dicho en otras ocasiones, esta enfermedad no tiene consecuencias para el organismo, su efecto es solo estético. Esto quiere decir que debe ser el paciente quien valora si se encuentra o no condicionado psicológicamente por tener Vitíligo y en función de ello, decidir si quiere comenzar un tratamiento. Según nuestros datos, aproximadamente el 50% de los menores de 14 años no están condicionados por la enfermedad, y sin embargo el 96% de los pacientes adolescentes con Vitíligo sí lo están.

Teniendo en cuenta estos datos, los padres deben decidir si tratar o no el Vitíligo de sus hijos aunque éste no les afecte psicológicamente, a fin de evitar que en un futuro sí lo haga, o bien retrasar el comienzo de un tratamiento hasta el momento en que los hijos manifiesten su preocupación.

Cuando atiendo a padres interesados en tratar el Vitíligo de su hija/o, considero que previamente hay que tener en cuenta varios aspectos:

  1. Participación del niño. El tratamiento requiere una participación activa consciente del niño, ya que es muy importante que tenga los ojos cerrados, de manera fiable, mientras recibe Fototerapia en la zona facial. Es por ello que la edad mínima que considero necesaria para poder tratar a un niño es 5 o 6 años, aproximadamente y previa valoración conjunta con los padres.
  1. Motivación: El tratamiento requiere, para su eficacia, una constancia diaria, razón por la cual el niño debe estar motivado a realizarlo, sin sentirse obligado o forzado a ello diariamente.
  1. Posibilidad de repigmentación espontánea: En un 12 % de los casos de Vitíligo en niños, éste desaparece espontáneamente, sin causa aparente alguna. Por ello, yo siempre recomiendo esperar al transcurso de un año desde que aparece la lesión, a fin de descartar esta posibilidad.
  1. Impacto psicosocial en la vida de niños y adolescentes: Según mi experiencia, hasta los 8 – 10 años de edad, el Vitíligo no tiene repercusión en la vida de los niños afectados, desde un punto de vista estético. En estos casos la preocupación principal procede de los padres. Sin embargo, no podemos perder de vista posibles sucesos en la vida de los niños como el acoso escolar, lo cual puede adelantar el impacto psicológico de esta enfermedad. Aproximadamente el 50% de los niños con Vitíligo que están condicionados por la enfermedad, han sido diagnosticados de problemas psicológicos.

¿Qué tratamientos ofrece Lumiderm?

  1. Fototerapia

En general, la línea de tratamiento en niños es la misma que en los adultos, dosificada en menor medida. La piel de pacientes jóvenes suele reaccionar mejor, lo que significa que con menor dosis se puede conseguir más efecto.

Como principio básico y prioritario aplicable a todos los pacientes, considero que ningún tratamiento para remediar el Vitíligo debe tener repercusión negativa alguna en la salud de los afectados. Por tanto, la dosificación de la terapia en menores debe fijarse acorde a sus características y circunstancias personales, tal como se hace en el resto de pacientes.

¿Quieres saber más sobre Fototerapia y sus límites? Click aquí

  1. Microinjerto de Melanocitos

El Microinjerto es una técnica poco invasiva puesto que afecta a la capa más superficial de la piel y se realiza bajo anestesia local. Además es un procedimiento ambulatorio, que no requiere una estancia en la clínica. Según la extensión de la zona afectada, el procedimiento puede durar varias horas, motivo por el cual se requiere cierta edad mínima para contar con la colaboración de paciente tanto en la intervención como en la Fotoestimulación posterior a ella.

A mi juicio y en virtud de mi experiencia, podría fijarse esta edad mínima en torno a los 12-14 años, si bien, como siempre, cada caso tiene que valorarse de forma individual, y esa valoración tiene que ser consensuada entre padres, médico y el propio paciente.

El Microinjerto de Melanocitos está indicado en los siguientes casos:

Vitíligo Segmentario

Piebaldismo

-Determinados casos de Vitíligo Simétrico estable

-Otros desórdenes de la pigmentación (hipopigmentación, cicatrices)

¿Quieres saber más sobre el Microinjerto de Melanocitos? Click aquí

Nuestra experiencia con niños y adolescentes con Vitíligo

Siguiendo los principios y pautas mencionadas anteriormente, he tratado a muchos niños y adolescentes con Vitíligo que a día de hoy, son adultos felices por haberse quitado su problema en aquel momento.

La decisión de tratar o no un caso de Vitíligo en niños como hemos comentado, corresponde en última instancia a los padres y al propio paciente. Por nuestra parte, en base a nuestra experiencia y a los datos reales, tratamos orientar a las familias a fin de tomar la mejor decisión para la persona afectada. En caso de decidir realizar el tratamiento, lo que sí garantizamos es la existencia de un alto porcentaje de éxito que hemos conseguido tras 12 años de dedicación exclusiva a los pacientes con Vitíligo, muchos de ellos niñas/os y adolescentes.

Uno de los casos más severos que he tratado es el de Sonia, una pre-adolescente que se negaba a ir al colegio y a la piscina debido al gran impacto psicológico que tenía en su vida el Vitíligo. En las siguientes imágenes pueden ver su situación antes y después del tratamiento. En 8 meses conseguimos eliminar prácticamente la totalidad de sus lesiones y con ello todos los problemas psicológicos que se desencadenaron con la enfermedad:

Vitíligo antes del tratamientoVitíligo después del tratamiento

Vitíligo antes del tratamientovitíligo después del tratamiento

Actualmente, Sonia es una persona sin problemas de autoestima. Recientemente ha publicado su testimonio en nuestra página para animar a otras personas en su misma situación (Si quiere leer la historia de Sonia: click aquí)

En la siguiente imagen vemos a una niña de 12 años también con excelentes resultados, en esta ocasión en 12 meses de terapia

Vitíligo tratamiento

Por último, os hablaremos de un caso contrario, el de April Star, una niña de 10 años que en lugar de decidir tratar o camuflar su Vitíligo, ha optado por integrarlo en su vida y considerarlo como una característica personal en lugar de un problema. April se ha convertido en la primera niña modelo con Vitíligo:

Vitíligo en niños

Para leer la historia de April, click aquí.

En resumen, cuando una niña/o es aun pequeño para tomar la decisión de tratar su Vitíligo y esta decisión tiene que ser tomada por otras personas, nunca se sabrá a ciencia cierta si la opción tomada es la correcta, puesto que desconocemos lo que hubiese pasado en caso de optar por el camino contrario. Por tanto, en mi opinión ha de prestarse mucha atención y cuidar el nivel de autoestima del menor en todo momento, y tomar las decisiones que mejor se adapten a sus necesidades presentes y futuras.

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Granitos en la cara del bebé

Granitos en la cara de los bebés. Hay varios tipos. Te explico la diferencia entre unos y otros, qué los causa y sin necesitan tratamiento o no.

Hay muchas cosas que son normales en los bebés pero pueden resultar llamativas. Entre ellas, las lesiones de la piel son una de las más evidentes.

En las primeras semanas de vida es muy frecuente que aparezcan lesiones como la que ves en esta imagen. Son granitos en la cara del bebé.

Si te fijas, en el surco de la nariz se ven unos puntitos blancos sin inflamación. Y en la mejilla son más evidentes otros que a cualquiera le recuerdan a las espinillas del acné.

Exactamente eso son los granitos. Acné «juvenil».

Tiene nombres muy diferentes dependiendo de la zona geográfica.

Los puntos blancos que se ven el el surco de la nariz son glándulas de producción de grasa que tienen el poro cerrado. Conforme pasan los días desde el nacimiento se van haciendo más evidentes. La mayoría acaban abriéndose y desapareciendo y otros siguen creciendo.

Las hormonas sexuales de la madre han pasado durante el embarazo a través de la placenta. Uno de los efectos que hacen en el bebé es aumentar la secreción de grasa en la piel de la cara, el cuero cabelludo y la mitad superior del tronco. Da lugar a Dermatitis Seborreica.

Dependiendo de cada bebé en unos es más evidente y en otros menos. Podemos ver:

  • Glándulas de secreción de grasa cerradas. Por aquí suelen llamarlas «engordaderas». Lo que en realidad no hace mucho honor a la realidad, porque las tienen incluso los más delgados. Son muy habituales en las primeras semanas. Pero van desapareciendo poco a poco. A veces permanece alguna que vemos como un puntito blanco que abulta sobre la piel. Simplemente tiene la grasa retenida por una capa muy fina de piel que impide que salga. Acaba rompiéndose y saliendo antes o después.
  • Espinillas. Como las que se ven en la mejilla del bebé de la fotografía. Son como el caso anterior, pero que están infectadas por los gérmenes que viven sobre nuestra piel. Se ve el granito colorado con la punta amarillenta. Pese al aspecto que presentan los granitos, en su mayoría desaparecen solos sin hacer nada. Esto no ocurre así en la pubertad, porque los adolescentes se tocan los granos y producen un contagio de unos poros a otros. Pero el bebé no se toca y la espinilla desaparece lo mismo que llegó.
  • Costra láctea. En las zonas cubiertas de pelo, el exceso de secreción grasa hace que las células muertas de la piel se peguen unas a otras y se descamen en escamas. Es igual que la caspa del adulto. Pero toma un aspecto que es muy difícil ver fuera de la edad de lactante. A veces una costra amarillenta de varios centímetros que ocupa una parte importante de la cabeza.  Esto pasa de nuevo porque el bebé no se toca. Mientras que en niños mayores y adultos se rascan porque puede picar, y eso hace que se descame sin llegar a hacer la costra.
  • Grietas en el borde inferior de las orejas. La secreción de grasa se acumula con facilidad en le surco que separa la cara del lóbulo de la oreja. Y algunos niños tienen en este pliegue incluso una heridita que a veces duele e incluso parece supurar.

Otros granitos en la cara del bebé

A veces aparecen en las primeras semanas de vida otras formas de granitos con causas diferentes:

  • Exantema toxoalérgico. Son más grandes y más que una espinilla es como si le hubiesen picado los mosquitos.
  • Pénfigo del recién nacido. Algunos bebés lo tienen al nacer. La diferencia es que aparece ya al nacer y son como pustulitas con la superficie muy fina que se rompe con facilidad.
  • Dermatitis atópica. Se puede confundir con la dermatitis seborreica cuando descama y la piel está irritada. La diferencia fundamental es que la dermatitis atópica es un eccema seco. Mientras que la seborreica es graso. Si le pones un pañuelo de papel verás que en la atópica no se impregna de grasa, en la seborreica sí.

Tratamiento de la dermatitis seborreica del lactante

En la mayoría de los casos desaparece sola sin hacer nada. Como su causa son las hormonas de la madre, tienen un efecto limitado en el tiempo. Pueden tardar más meses o menos, pero acaban perdiendo su efecto.

Lo último que suele desaparecer es la costra láctea que en algunos bebé puede persistir por encima del año de vida.

Pero los granitos de la cara son cada vez menos frecuentes y muy poco habituales por encima de los 6 meses.

Al bebé no suelen molestarle y por eso, cuando nos planteamos tratarlo suele ser más por motivos estéticos que otra cosa. Porque, si no molestan y acaban desapareciendo solos ¿para qué tratarlos?

Pues eso, si es muy llamativo. Cuando esto ocurre hay varias opciones:

  • Cremas para dermatitis seborreica. Son cremas que favorecen la descamación de las células muertas diluyendo la grasa excesiva. Algunas también tienen algunas sustancias que calman el picor de la descamación o bajan la inflamación.
  • Cremas de corticoides. En los casos en los que es muy intensa pueden mejorar aplicando corticoides. Pero se reserva su uso para los casos realmente llamativos.
  • Corticoides con antibióticos. Cuando en una zona hay un exceso de secreción grasa y células muertas, pueden anidar algunos gérmenes y multiplicarse, dando lugar a una infección. En la dermatitis seborreica, una zona típica de que esto ocurra es el pliegue inferior de la oreja. Suele responder muy bien a las cremas con corticoides y antibióticos asociados.
  • Un error habitual. Como a veces se confunde con la dermatitis atópica, suelo ver bebés a los que están aplicándole cremas especiales para ella y empeoran. Porque la dermatitis atópica tiene una falta de secreción grasa y por tanto las cremas que usamos en ella son especialmente grasas. Es lo último que necesita una piel con dermatitis seborreica.

Ante la duda, como siempre, consulta a tu pediatra o dermatólogo. Pero tranquila, más allá de la estética no suele tener importancia.

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Angiomas y Hemangiomas en Niños y Bebés

Hemangioma evolutivo de la Infancia en la nariz de la Infanta Leonor

Los Angiomas y Hemangiomas son manchas rojas que aparecen en la piel de algunos bebés ya al nacimiento o se desarrollan en los primeros meses de vida.

Es una de las «marcas de nacimiento» más frecuentes en bebés. El caso más conocido de los últimos años fue el angioma de la nariz de la Infanta Leonor en España (Foto de encabezamiento). Era un hemangioma evolutivo de la infancia, que no tenía al nacer. Apareción a lo largo de los primeros meses y ya ha desaparecido.

Un angioma es un tumor benigno. Ya empezamos usando palabras que asustan. No te preocupes. Es simplemente una zona de la piel que tiene más vasos sanguíneos de lo normal.

Hay dos tipos diferentes:

– El Angioma plano.

– Hemangioma o Angioma Cavernoso.

Angioma plano.

Angioma plano facial
Angioma plano en la cara. Esto no es un síndrome de Sturge-Weber. En el síndrome la mancha roja es mucho más intensa y tiene relieve que deforma la cara.

Angioma Plano en la Nuca

Angioma plano en la nuca de un bebé. Mancha roja.
Como puedes ver la nuca está enrojecida y también en la coronilla. Los puntos de la espalda son diferentes. Es una irritación de la piel por el sudor.

Un angioma plano es una zona de piel que no tiene relieve diferente al resto pero si una coloración algo más enrojecida que le diferencia claramente de la piel normal.

Suele aparecer con más frecuencia en los párpados, en la frente, alrededor de la nariz y en la nuca.

Lo habitual es tenerlos ya al nacer y en su mayoría desaparecen antes de los 2-3 años. Pero hay mucha variedad. Los de los párpados pueden ser ya casi inapreciables para los 6 meses. Y luego hay algunos, especialmente los de la nuca, que siguen en su sitio toda la vida. Lo que pasa es que la mayoría de la gente lo tiene oculto por el pelo.

Los que aparecen en el centro de la frente son visibles en algunas personas adultas, pero sólo cuando se enfadan o tienen cualquier otra situación en la que aumenta el riego de sangre en la piel.

En los angiomas planos no suele hacerse nada y no tienen ninguna repercusión más allá de la estética. Si llegado el momento se desea eliminar, es fácil hacerlo con láser. Busca un especialista con experiencia en tratarlos.

Angioma cavernoso o Hemangioma

Son zonas de la piel en las que la acumulación de tejido con vasos sanguíneos es tal que forma un bulto en la piel o bajo ella. Angioma cavernoso o Hemangioma en niño

Angioma cavernoso. Mancha roja en la piel del bebé
Como puedes ver los angiomas cavernosos tienen un rojo mucho más intenso y tienen relieve.

Los hay de dos tipos:

– Congénitos.

– Evolutivos de la infancia.

Hemangiomas Congénitos

Son los que presentan ya algunos bebés al nacer. Pueden aparecer en cualquier localización del cuerpo. A veces en la piel y otras en otros órganos. Hay mucha variedad en el tamaño, la localización y la evolución.

Hay niños que tiene un único hemangioma y niños que pueden tener en varias partes del cuerpo.

Al existir tanta variedad hablar de tratamiento es hablar por hablar. Lo mejor es que os busquéis un dermatólogo o un cirujano vascular (es un territorio intermedio que tratan especialistas de ambas ramas) que os oriente en el caso concreto de vuestro hijo.

Uno de los tipos especiales es lo que se llama Hemangioma hemifacial de Sturge-Weber. Es un angioma con relieve que afecta una parte importante de la cara. Su peculiaridad es que a veces se asocia con angiomas en el interior del cráneo que pueden tener alguna complicación, por lo que conviene que sean estudiados.

Hemangiomas Evolutivos de la Infancia

Son angiomas con relieve que a veces al nacimiento son muy pequeños o inapreciables y que en los primeros meses de vida van creciendo y haciéndose más evidente. Muchas veces aparecen como un bulto en la piel si un color en la piel y pueden crecer sin él, o que la mancha vaya saliendo en la piel poco a poco.

Suelen crecer hasta los 6-12 meses y en la mayoría de los casos, a partir de esa edad van reduciéndose hasta que en muchos casos desaparecen por completo o casi.

Angioma cavernoso de un bebé en la espalda que está desapareciendo.
Como puedes ver, en este angioma hay zonas más blancas en el centro. Son partes que se han coagulado haciendo que los vasos se cierren. Poco a poco se vuelve cada vez más blanco hasta desaparecer a veces por completo.

Cuando no tienen tendencia a la desaparición pueden tratarse con Láser, infiltraciones de corticoides, Propranolol tópico o por vía oral… De nuevo, según su tamaño, localización y evolución lo mejor es que un especialista os asesore sobre los pasos a seguir.

Resumen:

Los angiomas planos son totalmente benignos, con tendencia a desaparecer sin hacer nada y sin más importancia que la estética.

Los hemangiomas o angiomas cavernosos congénitos no suelen desaparecer solos y en la mayoría de los casos precisan la intervención de un médico especialista en este tipo de tumores pese a ser benignos.

Los hemangiomas evolutivos de la infancia suelen crecer los primeros meses de vida y tender después a la desaparición. En algunos casos un especialista puede ayudar en esta evolución.

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Púrpuras en niños

Púrpuras en niños

¿Porqué algunos niños empiezan a tener morados de repente sin haberse golpeado? Tiene varias causas posibles y hace falta una analítica para distinguirlas.

Llamamos púrpuras a la aparición de hematomas o morados cuando no nos hemos dado ningún golpe.

Lo primero a dejar claro aquí. No penséis en esto porque veáis un morado en vuestro hijo del que no recordéis qué golpe lo causó. Los niños se golpean continuamente. Y a veces no damos importancia a uno de esos golpes y horas o un par de días después vemos el hematoma y no podemos decir cuando ni cómo se lo hizo exactamente.

Las púrpuras no son como un morado, diferéncialos:

  • En el morado o hematoma, primero hay un golpe que lo causa, se inflama y después vemos que la piel que hay inflamada empieza a oscurecerse. Y se limita a la zona afectada por el golpe.
  • En las púrpuras, no ha habido golpe y lo que vemos es que en pocas horas empiezan a aparecer zonas amoratadas en la piel que se van extendiendo y apareciendo en otras zonas del cuerpo.

¿Qué hacer si aparece una púrpura a mi hijo?

Las púrpuras pueden tener varias causas. Las más frecuentes en niños no necesitan tratamiento y acaban desapareciendo solas, pero hay algunos casos menos frecuentes en los que es necesario poner tratamiento. Por lo que lo aconsejable siempre que vemos una púrpura en un niño es que sea valorado en el servicio de urgencias más cercano.

Allí le harán una analítica de urgencias que en pocas horas nos permite saber la causa de la púrpura y con ello saber si es más o menos importante y si necesita tratamiento.

Tipos de púrpura según el resultado de la analítica.

Cuando hacemos una analítica de urgencias a un niño con púrpura solemos solicitar tres cosas:

  1. Hemograma. Nos dice cómo están las células que forman la sangre. De ellas nos interesan sobre todo los leucocitos (glóbulos blancos o defensas) y las plaquetas (las que se encargan de detener el sangrado cuando algún vaso se rompe).
  2. PCR: Es una sustancia que sube rápidamente cuando hay una infección, y que según su nivel nos puede orientar sobre la intensidad de una infección.
  3. Pruebas de coagulación: Lo que valoran es si algunas sustancias que ayudan a las plaquetas a cortar el sangrado cuando un vaso se rompe están o no funcionando bien.

Los resultados más frecuentes que podemos encontrar son:

Púrpura con todo normal en la analítica. Es lo más frecuente en niños. Es lo que llamamos una vasculitis. Lo que ocurre es que ante una infección (habitualmente un virus) el cuerpo se defiende y a veces los anticuerpos además del virus dañan a los vasos sanguíneos más pequeños (los capilares). Afecta casi exclusivamente al extremo de las articulaciones (donde la circulación es más lenta y es más fácil que los anticuerpos se depositen dando la reacción. Es una reacción que en la mayoría de los casos dura menos de 3 días y después tarda en eliminar los morados lo que cualquier otro hematoma (1-2 semanas). A veces se acompaña de un dolor muy llamativo de tobillos, rodillas o muñecas. No suele precisar tratamiento y habitualmente el niño se va a su casa, recomendándose sólo reposo para evitar que cualquier pequeño golpe genere más hematomas. En algún caso muy intenso puede ponerse tratamiento. Es los que llamamos Síndrome de Schönlein-Henoch. Mucho nombre, pero la mejor opción en una púrpura, y por suerte, la más frecuente con diferencia.

Púrpura con plaquetas bajas. En esta todo está normal menos las plaquetas. Que han bajado claramente.

Es lo que llaman Púrpura Trombopénica Idiopática (PTI). Su causa suele ser una reacción del cuerpo. Ante una agresión (lo más frecuente es una infección causada por un virus), cuando nuestro cuerpo se defiende produce anticuerpos que buscan al virus para destruirlo. En personas predispuestas esos anticuerpos a veces confunden a las plaquetas con el virus. Cuando esto ocurre, el sistema defensivo empieza a destruir las plaquetas del propio cuerpo. El resultado es que pequeños sangrados que en condiciones normales se taponan sobre la marcha y no llegan a ser visibles, se van extendiendo. Lo más frecuente es que aparezcan en las extremidades. Pero pueden hacerlo en cualquier parte del cuerpo. Puede empezar a sangrar la nariz y vemos que el sangrado dura mucho (más de 30 minutos). A veces vemos sangre en la orina (orina oscura como Coca-cola) o en la caca. Este caso precisa tratamiento para reducir la reacción defensiva del cuerpo que está destruyendo, por error, las plaquetas.

Quedan las dos opciones más graves, y por suerte las menos frecuentes. Ni las nombro en este momento (sé que hay gente muy alarmista y no quiero contribuir a eso en esta web).

Si estás leyendo esto antes de ir a urgencias, simplemente te recomiendo que vayas a que le hagan la analítica. Y que no lo dejes para mañana. 

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Manchas Blancas en las uñas

Olvida creencias sin base y averigua por qué se producen las manchas blancas que todos hemos tenido en las uñas alguna vez.

La razón por la que a veces aparecen manchas blancas en las uñas no es una falta de calcio. Aunque es una creencia muy extendida.

mancha blanca uña

Las manchas blancas en las uñas aparecen cuando te golpeas en la raiz de la uña, o cuando se daña por una infección cuando está formándose. La infección más habitual en producir estas manchas y a veces incluso el desprendimiento de la uña es el síndrome boca mano pie.

Lo más frecuente: Cuando te pillas el dedo con una puerta o un cajón.

Lo que es mucho más habitual en preescolares.

La aparición de manchas blancas en la uña es rarísima antes de que en niño empiece a andar.

Muy frecuente en la edad preescolar.

Y menos frecuente en adultos.

Porque es raro que un lactante se pille un dedo (ya que está en un ambiente controlado en el que evitamos cosas con las que pueda pasar), es muy frecuente en los preescolares (cuando empiezan a explorar) y empieza a ser cada vez menos habitual cuando vamos creciendo y nos hacemos más hábiles y menos «locos».

La razón de la mancha blanca en la uña es la siguiente:

La uña se está formando en la raíz, bajo la piel que hay por encima de la uña.

Se forma por unas fibras de queratina que están alineadas. La uña es transparente si estas capas están paralelas.

Si en cualquier momento hay algo que desorganiza las láminas, la uña deja de ser transparente y se vuelve opaca (blanca).

En la mayoría de los casos no solemos relacionarlo con el golpe que lo causó, porque muchas veces el golpe no es muy importante. La molestia suele durar menos de un día.

Pero al ritmo que crece la uña, tarda en ser visible entre una y tres semanas. Con lo que muchas veces no nos acordamos del golpe que lo causó.

La mancha blanca siempre aparece a partir de la raiz y se va desplazando poco a podo hacia el borde de la uña. En la dirección en la que va creciendo. En muchos casos (como en la imagen de este artículo) hay una mancha blanca que es seguida de una especie de estrías que se extienden entre la mancha blanca y la raiz. Como unas líneas claras pero no tanto como la mancha.

Su motivo es que el golpe desorganiza mucho la zona de uña que se está formando en ese momento (mancha) y después va creciendo pero sin ser totalmente normal varias semanas mas, hasta que se repara por completo la raiz de la uña.

No es necesario hacer nada, la mancha blanca se acaba eliminando sóla con el crecimiento de la uña.

Ya de paso… La carencia de calcio importante en niños no es nada habitual.

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Quemaduras en niños y bebés

Las quemaduras en niños y bebés. Lo más importante es evitar que ocurran previniendo las causas más frecuentes. Y si ocurre ¿qué pueden hacer los padres?

Dentro de los accidentes en niños y bebés, por detrás de las caídas y los cortes, el tercer lugar con «honores» lo ocupan las quemaduras.

Lo bueno y lo malo de las quemaduras, es que en la mayoría de los casos son evitables.

Hay pocas cosas en el ambiente que nos rodean capaces de producir quemaduras. Y eso hace que cuando unos padres se conciencian la posibilidad de que un niño sufra una quemadura se reduce muchísimo.

Situaciones calientes

Creo que en esto lo más útil es describir las situaciones que suelen producir quemaduras en niños con más frecuencia. De ese modo cuando en vuestra vida cotidiana estéis en una de ellas vuestro cerebro de forma inmediata se activará y os hará estar alerta para evitar la quemadura a vuestro hijo.

En la cocina:

Estamos preparando la comida. Eso significa en muchos casos calentar alimentos. De las cuatro formas más habituales, hervir, freir, asar, hornear. Cada una de ellas es susceptible de producir quemaduras diferentes:

  1. Quemaduras por agua hirviendo. Lo más habitual es cuando ponemos los cazos con el asa hacia fuera y el niño tira de ella hacia abajo, volcándose el líquido hirviendo encima. Pero también cuando repartimos la comida en los platos y la dejamos para que se enfríe. Es importante si hay un niño cerca que no estén a su alcance, con las asas de los cazos haciendo algo tan simple como girarlos para que no queden hacia el exterior de la encimera. Las quemaduras por agua hirviendo no suelen ser muy profundas, pero sí muy extensas.
  2. Quemaduras por aceite caliente. Cuando freímos sea con sartén o con freidora es importante como en el caso de los cazos poner siempre las asas de forma que el niño no pueda colgarse de ella volcándosela encima. En este caso aún más, porque las quemaduras por aceite son más frecuentes. Sin embargo lo más frecuente no es esto, sino las quemaduras por salpicadura. A todos nos ha pasado que al echar algo a la sartén con el aceite caliente ha saltado. Por eso nunca eches a freir nada con el niño cerca y ten siempre preparada la tapa de la sartén para aplicarla en cuanto eches lo que vas a freir. Lo mismo al retirar la tapa de la sartén. Retira siempre la sartén del fogón antes de abrir la tapa para que la intensidad de ebullición del aceite baje un poco. Como en el caso anterior, también debes mantener los alimentos recién fritos fuera del alcance del niño hasta que se enfríen. Y recuerda que algunos alimentos cuando la superficie ya parece fría pueden mantener mucho el calor en su interior y que te quemes al morder.
  3. Quemaduras al tocar cazos, ollas, planchas de asar, vitrocerámicas, fogones. Son elementos metálicos que calentamos para calentar los alimentos. Siempre hay que mantenerlos fuera del alcance del niño hasta que se enfríen. Suelen producir quemaduras en la yema de los dedos o palma de las manos. Igual que cuando tocan los fogones o la superficie de una vitrocerámica que no se ha enfriado aún.
  4. Hornos. ¿Porqué la mayoría de los hornos están bajo la encimera? Es incómodo para introducir y sacar los alimentos. Es incómodo para limpiarlo. Y está a una altura a la que cualquier niño que ya ande puede llegar… Tocar el frontal del horno cuando está a plena temperatura produce quemaduras como las anteriores, en yemas de los dedos o en palma de las manos. Suelen ser menos intensas que en el caso 3. Pero más frecuentes por ser el horno la mayoría de las veces más accesible.

Fuera de la cocina:

Fuera de la cocina son 4 los elementos que con más frecuencia producen quemaduras:

  1. Comida o bebidas enfriándose: Especialmente la sopa y las infusiones. Son quemaduras por agua hirviendo, extensas y poco profundas habitualmente.
  2. El baño: Evidente. Prueba la temperatura del agua siempre antes de bañar a tu hijo y no lo dejes sólo con alcancen para abrir el agua caliente si no tienes claro que entiende el riesgo.
  3. Sistemas de calefacción: Braseros, Radiadores eléctricos, estufas, chimeneas… Siempre fuera del alcance de los niños.
  4. Cigarros: Esto es sencillo. NO FUMES. Si tienes un hijo, evitar que se queme con un cigarro es la menos importante de las razones para que dejes de fumar. La principal: Que tu hijo quiere que le acompañes muchos años y lo hagas lo más sano posible. ¿Cuánto tiempo de vida compartida con tu hijo estás dispuesto a perderte por culpa del tabaco? Sé que no es fácil. Pero no te engañes diciéndote que puedes dejar de fumar cuando quieras. Si esto no es un motivo suficiente ¿qué lo es?

Fuera de casa:

Aquí la lista es muy amplia: Tubos de escape de motocicletas (muy frecuente), fuego en fiestas que lo incluyen como tal o pirotecnia.

Y un capítulo a parte: Quemaduras solares.

Una explicación a tiempo

Cuando los niños empiezan a entender el lenguaje, un a de las mejores prevenciones que existen es avisar de los peligros.

Podemos alertar a los niños de que hay cosas que hacen daño y de las que debe alejarse. La mayoría de los focos de calor son graduables. Y especialmente en los niños que son tocudos a veces puede ser útil dejarle que toque elementos calientes pero que no lleguen a quemar para que entienda el riesgo.

¿Qué hacer si un niño o bebé se ha quemado?

Lo primero es enfriar y alejar de lo que quema:

Siempre tras una quemadura, lo mejor es agua fría.

Para seguir enfriando y mientras preparamos los siguientes pasos, podemos mantener la quemadura fría aplicando un paño con agua fría que cambiemos a los pocos minutos.

A partir de ahí, depende del grado de quemadura:

La gravedad de una quemadura depende de tres cosas: Profundidad, extensión, zona.

Profundidad:

No es lo mismo que la piel se ponga roja (primer grado) que si forma ampollas (segundo grado) o si la piel ha desaparecido dejando a la vista el tejido que hay debajo (tercer grado).

Extensión:

Una quemadura que afecte más del 30% de la superficie del cuerpo se considera grave, aunque no sea muy profunda ni afecte zonas importantes. Esto es así porque la piel tiene dos funciones que se ven comprometidas cuando una quemadura es grande: Evitar la pérdida de líquidos y evitar la infección.

Habitualmente una quemadura extensa necesita tratamiento antitbiótico, en muchos casos intravenoso para evitar una infección grave a partir de la piel. Y eso significa ingreso hospitalario en muchos casos.

En quemaduras grandes se puede perder mucho líquido, sales y proteínas a través de la piel quemada. Y para controlarlo es necesario a veces realizar analíticas repetidas y aportar esas sustancias por vía intravenosa en los primeros días tras la quemadura. De nuevo es criterio de ingreso hospitalario frecuente.

Zona:

No es lo mismo quemarse la espalda (una zona con poca funcionalidad fina) que la cara, las manos o los genitales. Estas tres son las zonas más graves cuando se queman, por sensibilidad, por estética y porque tienen funciones finas que es fundamental preservar.

Dos opciones por tanto:

  1. Una quemadura profunda (con apollas inmediatamente) extensa (no puedes cubrirla con apósitos normales que tienes en casa) O que afecta manos, cara o genitales debería ser al menos valorada en urgencias lo antes posible. Importante el O. Con que cumpla cualquiera de las tres características, a urgencias. El transporte a urgencias hazlo cubriendo la quemadura con paños húmedos y manipulando lo menos posible las zonas quemadas. Si tienes algún analgésico en casa te recomiendo que se lo des antes de salir para que empiece a calmarle por el camino.
  2. Una quemadura poco profunda (primer grado) poco extensa (se puede cubrir con facilidad con un apósito) y que no afecte a manos, cara ni genitales, puede tratarse en casa en la mayoría de los casos. Y es esto lo que voy a explicar a continuación.

Tratamiento en casa de quemaduras leves

Si como hemos dicho es leve porque no es profunda, no es grande y no afecta manos, cara, genitales, puedes tratar la quemadura en casa siguiendo estos pasos:

  1. Enfriar con agua fría.
  2. Cuando la zona ya se ha enfriado y hemos limpiado con agua lo que le quemaba, yo suelo recomendar una sola aplicación si tienes en casa de una crema de corticoides. Se suele hablar de las típicas soluciones caseras, como la pasta de dientes…. Pero realmente una crema de corticoides es lo más adecuado. ¿Para qué? Muchas quemaduras leves no tienen ampollas (si las tiene desde el principio es una quemadura de segundo grado y como decimos ya no es leve, a urgencias) al principio, pero las forman horas después. Aparecen por la inflamación que ha generado la quemadura. Para eso las enfriamos con agua. Pero si una vez enfriada, aplicamos un corticoide podemos evitar que las ampollas aparezcan. No es bueno aplicar corticoides después en las fases en las que ya el daño está hecho, porque los corticoides disminuyen la capacidad de la piel para regenerarse y defenderse. Por eso es una sola aplicación inmediata, en los primeros minutos tras la quemadura.
  3. Si le duele puedes (debes) darle un analgésico.
  4. Si la piel está integra, ha desaparecido la inflamación y no ha salido ampolla unas horas después de la quemadura, el tratamiento ha terminado.
  5. Si finalmente sale alguna ampolla pero es pequeña y no afecta zonas especialmente sensibles (cara, manos, genitales) lo mejor es:
  6. Aplicar alguna crema antibiótica y cubrir con un apósito. Cambiarlo 1-2 veces al día, o más si se mancha. Puede quitarse el apósito y lavarse la zona normalmente mientras la piel mantenga su superficie conservada.

Respecto a las ampollas

Si una ampolla no produce un dolor intenso, lo mejor es no pincharla. Ya que es la forma natural de curar de una quemadura. Mantiene protegida la zona para que la piel se regenere por dentro a cubierto. Y sigue sirviendo como barrera para las infecciones.

Si está tan a presión que el dolor es muy intenso lo más habitual es que el niño se toque y acabe reventando. En esos casos es mejor pincharla con una aguja previamente desinfectada para permitir que alivie la presión y así se reduzca el dolor. Pero no presiones la ampolla intentando que se vacie totalmente. Va a ir haciéndolo a su ritmo, de modo que el flujo constante de líquido dificulta que los gérmenes entren. Pero además en una ampolla pinchada te recomiendo aplicar una crema antibiótica y cubrir la lesión con un apósito.

Sí te advierto que en quemaduras grandes o de zonas en las que es especialmente importante mantener la movilidad (cara interna de la mano, cara, articulaciones…) a veces los médicos pueden decidir a lo largo de la evolución de una quemadura retirar la superficie de las ampollas.

Pero en quemaduras leves que no afectan esas zonas, lo mejor es dejar que la piel que cubre la ampolla caiga sola a su ritmo una vez que ha cumplido su función y la piel se ha regenerado por debajo.

Es un tema largo, pero espero que os sea útil.

Y lo más importante: Si tienes dudas consulta a tu médico. En estética y funcionalidad tras una quemadura, cuanto antes actuamos más margen tenemos.

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Vacuna meningococo C en niños

Es una vacuna que ha reducido mucho la frecuencia de Meningitis en España y está incluida en calendario vacunal.

El Meningococo C era uno de los microbios que con más frecuencia causaban meningitis y sepsis antes de que se introdujese la vacuna en el calendario vacunal. Los otros gérmenes causantes de meningitis que tienen vacuna son el neumococo, el hemófilus tipo b y el meningococo B. Algunas de estas infecciones son potencialmente mortales. Desde su introducción en el calendario vacunal su frecuencia ha caido de forma muy importante.

Es por tanto una vacuna en la que la relación entre riesgo y beneficio es clara a favor de la salud de los niños. Y por tanto se la recomiendo a todos los padres, al igual que yo en su día se la puse a mi hijo.

La pauta para ponerla no es inamovible:

En el calendario vacunal unificado del Ministerio aparecen 3 dosis: A los 2 meses, 12 meses y 12 años.

No debemos vacunar a un niño si está enfermo con una infección. Que acabe primero con la infección que tiene y ya le enseñaremos después a defenderse de las otras. Cuando eso ocurre, retrasamos la dosis hasta que mejora. Como la separación entre las dosis es amplia, si se produce un retraso de una dosis en unas cuantas semanas, no afecta a las fechas en las que pondremos las otras dosis.

En cuanto a reacciones adversas de esta vacuna, lo más frecuente es que no pase nada o que se inflame un poco el lugar donde se pinchó.

Si se hincha podemos poner frío los primeros días y dar un analgésico (Apiretal o Dalsy) al niño si duele mucho o tiene fiebre.

No hay que dar apiretal ni ningún otro analgésico antes de las vacunas como prevención.