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¿Es un problema que se chupe el dedo para dormir con 3-6 meses?

Qué es mejor, que un bebé se chupe un dedo o que use el chupe?

Muchos dicen que es malo que un bebé se chupe el dedo para dormir y pretenden sustituirlo por el chupe. Te explico mi opinión sobre este tema.

Escribo este artículo a petición de Verónica como Peketema en nuestra comunidad de Facebook.

“Chuparse el dedo para dormir en bebes de entre 3 y 6 meses… Qué hacer para que conciliar el sueño sino sabe usar el chupete. Cómo hacer para evitar por la noche que se lo meta y no morir de sueño en el intento….. ¡Gracias!”

Sé que esta respuesta va a descolocar a Verónica. Pero ¿Por qué quieres que no haga lo que describes?

¿Por qué no dejarle que se duerma chupando su dedo?

¿Por qué morir en el intento de evitar algo natural que da al niño autonomía para dormirse?

Ahora voy a explicarlo:

¿Es malo que un bebé se duerma chupándose el dedo con 3-6 meses?

Mi respuesta es clara: ¡Por supuesto que no!

Un chupe no es otra cosa que un dedo de plástico. Antes de la invención de los chupes, la mayoría de los niños se chupaban el dedo.

Un chupe es un material inerte, sin capacidad de defenderse. Un dedo es un material vivo que se defiende para evitar é que en su superficie (como la del resto de la piel) crezcan gérmenes agresivos.

Chuparse el dedo puede deformar la encía. Pero es una deformidad reversible hasta cierta edad. Lo que pasa es que con el chupe ocurre exactamente lo mismo. Para evitar deformidades permanentes de la boca la clave es eliminar el chupe o el dedo antes de cierta edad. En esto hay quien es más restrictivo y quien menos. Mi opinión es que podemos hacerlo desde el momento en que el bebé tiene su arcada dentaría completa, en torno a los 2 años. Para esa edad tendrá ya 16 dientes. Le faltarán por salir únicamente los molares de atrás, que suelen aparecer en torno a los 3 años. Y a los que ni el chupe ni el dedo llegan ya para ayudar a aliviar la molestia.

Cuando llegue ese momento de retirar dedo o chupe hay trucos. En el caso que nos ocupa, el dedo, lo que suelo recomendar es poner un esparadrapo en ambos pulgares (si son los que usa) y mantenerlos tanto de día como de noche durante un par de semanas. Lo cambiamos las veces que haga falta según se deteriore el esparadrapo.

Haciéndolo así podemos conseguir fácilmente que deje de chuparse el dedo cuando está justificado que lo haga. Pero hasta entonces:

La autonomía para la que el bebé está preparado gracias a su dedo (ese chupe de carne que nunca se pierde).

Esto es algo en lo que no se piensa. Verónica preguntaba cómo lograr que su bebé no se durmiese con el dedo. Y mi pregunta es ¿para qué?

En la edad en la que consulta, entre los 3 y 6 meses, es precisamente el periodo en el que los bebés configuran su ritual de sueño. Os voy a aclarar lo importante que es esto.

La mayoría de los bebés durante los 3-4 primeros meses de vida duermen cada vez más de noche reduciendo el número de despertares.

Pero a partir de esa edad los ciclos de sueño se hacen más claros y se definen los rituales de sueño. El resultado es que cada vez que un bebé sale de un ciclo de sueño y quiere entrar en el siguiente aparece una pregunta: ¿sabe hacerlo sin que nosotros hagamos nada o no?

Rituales de sueño dependientes e independientes.

Y aquí surge una diferencia importante que va a definir el descanso de toda la familia durante muchos meses o años:

  1. Ritual dependiente. Cuando un niño sólo sabe dormirse con un ritual que precisa la ayuda de sus cuidadores va a pedir esa ayuda cada vez que se despierte, aunque lo único que necesite sea volver a dormirse. En el caso del que hablábamos, con el chupe, va a pedir que se lo pongas. Y ahí estarás, de ponedor oficial de chupe a las 3 de la mañana, a las 4, a las 5….
  2. Ritual independiente. Si por el contrario su ritual de sueño es algo que puede hacer sin ayuda, como chuparse el dedo, se despertará con la misma frecuencia que el niño anterior. Pero si su única necesidad es volver a dormirse, introducirá su dedo en su boca, chupará su dedo y se dormirá. Así en todos los ciclos de sueño en los que no haya ninguna otra necesidad.

No pretendamos que los bebés prescindan de nosotros, pero dejemos que adquieran la autonomía que su desarrollo les permite

Claro que tener un bebé supone asumir sacrificios. Nadie duda eso. Y para un defensor de la crianza con apego como yo  dar esa atención con el máximo agrado es muy importante.

Pero los niños van creciendo y se van haciendo cada vez más autónomos a una gran velocidad. Tanto, que en muchos casos los padres sentimos miedo o no vemos que el bebé tiene ya esa capacidad.

El que trato hoy es un ejemplo. Cuando un bebé se lleva su mano a la boca y después su dedo no está más que cubriendo etapas de su desarrollo normal.

Llevarse las manos a la boca es una forma de conseguir estímulos, y un paso previo a la autoalimentación.

Pero como todo en la naturaleza, cada nuevo paso tiene implicaciones en otros aspectos: Jugar con el dedo en la boca y chuparlo va a dar a la lengua una agilidad y fortaleza necesaria para el proceso de masticar y deglutir adecuadamente.

Y en el aspecto en el que tratamos, chuparse el dedo, da a bebé la capacidad de calmarse sin ayuda, no porque no queramos dársela. Sino porque llega el momento en que puede elegir entre perdírnosla o cubrirla por sí mismo. Es su primera técnica de autorelajación.

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Niños, móviles y tablets

Móviles, tablets y niños

Reflexiones como Pediatra y Padre sobre el papel de Móviles y Tablets en la vida de los Niños. Problemas más comunes de salud. Aunque no todo es negativo.

Lo que voy a exponer aquí es una mezcla de mi experiencia como padre, como pediatra y una reflexión desde el sentido común más que desde la base de estudios científicos al respecto. Por tanto tan discutible como lo que más. De hecho lo que espero es generar debate.

Si estás leyendo este artículo es porque tienes conexión a Internet. Posiblemente en tu mano en este momento. Según mis estadísticas más del 70% de las visitas a esta página llegan a través de móvil o tablet. Y si has decidido leerlo es porque posiblemente en tu caso lo tienes. Y además es muy probable que también tengas uno o varios hijos.

Es decir, que la combinación Niños, Tablet y Móvil está presente en tu casa.

¿Y bien, qué hacemos? ¿Nos deshacemos del niño, de móvil y tablet? ¿O nos vamos nosotros, que mientras tengan móvil y tablet no se van a enterar?

¿Te acuerdas de la Televisión? ¡Yo casi que no! La realidad es que en mi vida ya casi no hay tiempo para ella.

Pero hubo una época en la que no me imaginaba mi vida sin «la tele».

Los que ahora somos padres pertenecemos a la primera generación de niños que se criaron con televisión en casa.

¿Recordáis lo que nos decían a nosotros cuando éramos pequeños respecto a la tele?

Os hago un resumen de lo que yo puedo rememorar:

– Os vais a quedar ciegos de ver tanto la tele.

– Ese cacharro emite radiaciones, vais a acabar todos fatal (cáncer, se te va a caer el pelo…)

– Os vais a volver idiotas de estar todo el día mirando la «caja tonta».

– Cuando seáis mayores no vais a poder levantaros de la silla.

¿Y recordáis quién era más beligerante en estas afirmaciones? En mi caso, mis abuelos.

¿Qué deduzco de esto?

Todo cambio es difícil de asimilar por la generación que lo vive como tal. Igual que en su momento nuestros abuelos estaban sinceramente preocupados por el efecto negativo que la tele podía ejercer sobre nuestra salud física y mental, hoy en día son nuestros padres los más preocupados por el efecto que móviles y tablets pueden tener en la salud de sus nietos.

Pero ¿y los padres?

Nuestros padres con la tele y nosotros con móviles y tablets tenemos una postura doble. Por una parte no es que nos sintamos totalmente cómodos viendo cómo nuestros hijos pasarían horas y horas enganchados a los «cacharros».

Pero siendo realistas, son un método muy efectivo a veces…

Todo niño supera antes o después con su necesidad de estímulos la capacidad de sus padres para proporcionárselos. Ha pasado y pasará siempre. Los niños tienen su vida. Los padres la de sus hijos y la propia. Y ni que decir tiene que vivir dos vidas en una es muy complicado.

Tener un recurso tan a mano que proporciona estímulos es una «tentación insuperable».

Seguro que conocéis el «Momento Móvil»:

Reunión familiar, todos los niños armando follón, como es su obligación y en un momento dado están ya entre agotados, cabreados, aburridos… ¡Insoportables! Los padres se miran, echan mano a sus bolsillos y susurran con complicidad. «¿Momento móvil?».

Todos asienten, sacan sus móviles, los encienden, buscan el juego o el vídeo preferido de su vástago y se los entregan a sus respectivos hijos.

Un minuto después se ha hecho un silencio sepulcral. ¡Calma absoluta!

Móviles y Tablets son algo a integrar en nuestras vidas desde Niños

A parte de esta parte más o menos criticable pero real como la vida misma: Los dispositivos digitales van a seguir tan presentes en la vida de nuestros hijos como lo ha estado la televisión en la nuestra. Mirados de forma aséptica son una fuente más de estímulos e información. Nada más y nada menos.

Como con cualquier otra cosa en esta vida que supla una necesidad del ser humano, cada persona juega y acaba definiendo un equilibrio en el que da mayor o menor importancia a ese elemento respecto a todos los demás presentes en su vida.

Toda fuente de satisfacción de una necesidad es en sí misma una solución y un peligro. Porque los seres humanos tenemos tendencia a movernos a veces de forma muy extrema.

Como en cualquier otro aspecto de la educación, el objetivo debería ser darle un sitio que sea compatible con el resto de elementos de una vida equilibrada. Y ahí entra el sentido común. Un rato de móvil o tablet no tiene porqué ser un problema si no limita en exceso a otras actividades también necesarias, como el juego no virtual, la creatividad, las relaciones interpersonales directas, la actividad física, el estudio…

En situaciones extremas puede interferir con todas ellas y es entonces cuando debemos plantearnos en serio que hay un problema y hay que poner solución. Estaríamos hablando entonces de adicción. Pero aquí lo complicado, como en toda adicción es limitar el acceso a lo que lo genera. El niño va a usar todos los recursos a su alcance para lograr «su dosis» e incrementarla paulatinamente. Como en cualquier otro aspecto de la educación los padres actuamos como reguladores de aquellas tendencias que el niño no consigue modular con éxito.

En otro enfoque, hay que tener claro que van a seguir en la vida de nuestros hijos con casi total seguridad. Y que de hecho van a ser una herramienta básica el resto de su vida. Nuestros hijos los usan de forma casi innata. Basta con ver la soltura con la que lo hacen desde muy pequeños. Que sepan usarlos y aprendan a hacerlo de forma equilibrada va a ser muy importante para su futuro. Por lo que no darles acceso… ¿hasta qué edad?

Pero lo que más preocupa ¿es verdad que los Móviles y Tablets pueden dañar a los Niños?

Radiaciones

Cualquier dispositivo digital conectado lo hace por medio de radiaciones. Pero según el tipo de ondas se pueden clasificar las radiaciones en «ionizantes» y «no ionizantes». ¿Esto que significa? Una radiación ionizante es la que puede alterar la estructura de la materia con la que se cruza produciendo iones. Estas radiaciones son las que pueden alterar por ejemplo el ADN de nuestras células haciendo de actúen de forma incorrecta (por ejemplo provocando un cáncer). Las radiaciones usadas para conectar dispositivos digitales son «no ionizantes». Es decir, que en teoría no son capaces de producir algo así.

Pero digo en teoría. Porque no existen los emisores puros de radiación. Ningún objeto o aparato electrónico emite radiaciones en una frecuencia pura. Aunque entre las frecuencias que se quieren usar y las ionizantes hay un margen suficiente para que sea algo muy poco probable que un dispositivo conectado emita radiaciones ionizantes, ocasionalmente, ¿quién puede asegurarlo? En teoría cuanto más tiempo se usa más probable es que uno sea sometido de vez en cuando a una radiación no tan inofensiva.

Lo que sí está claro es que, al menos en las ciudades vivimos inundados en un mar de radiaciones «no ionizantes» que usamos para comunicarnos. Desde ondas de radio y televisión a señales de telefonía móvil pasando por redes Wifi y Bluetooth. Con lo que en la práctica la diferencia entre que uno las use o no es bastante limitada.

Son muchos los estudios que intentan ver hasta qué punto esto puede afectar la salud humana. Y por ahora no hay una conclusión clara. Con lo cual que cada uno se lo tome como prefiera.

Vista

El problema aquí es la acomodación. Nuestros ojos están diseñados para trabajar en un entorno en el que los objetos están a distancias variadas. Con lo que para su día a día lo normal es cambiar constantemente de enfoque. Pero cuando usamos un buen rato una pantalla enfocamos a una distancia fija.

Ese es el motivo por el que cuando estamos mucho tiempo mirando una pantalla y la dejamos perdemos agudeza visual de lejos durante un rato.

Hacerlo con asiduidad puede, en teoría, favorecer la aparición de la vista cansada. Algo propio de personas de más de 40-50 años que puede aparecer antes si se usan dispositivos de pantalla durante demasiadas horas al día. Consiste en una pérdida de elasticidad del cristalino que hace más difícil enfocar a distancias cortas.

Postura

Este es uno de los aspectos en los que realmente vemos efectos perjudiciales de móviles y tablets en los niños.

Para usar uno de estos dispositivos es necesario sostenerlos delante del campo visual. Esto significa mantener los brazos y las manos en una postura fija durante el tiempo que los estamos utilizando.

Cada vez veo más:

Dolores de espalda en niños que usan mucho los tablets. Más que en los móviles porque pesan más. La causa es una contractura de los músculos que fijan el hombro en la postura necesaria para tenerlo delante de nuestra cara.

Dolores de mano. En la mayoría de la mano izquierda, que es la que se usa para sostener el teléfono móvil mientras pulsamos la pantalla con la derecha.

Dolores de cabeza. Cuando se abusa de estas posturas la contracción constante de los músculos del cuello dificulta la llegada de sangre a través de las arterias del cuello, de lo que la cabeza se queja doliendo.

Contenidos dañinos

Evidentemente una fuente de información tan accesible como un dispositivo conectado a Internet puede facilitar contenidos de muchos tipos. Y no todos son adecuados para cualquier edad. Por lo que algo importante es vigilar a qué pueden acceder los niños a través de Internet. Casi todos estos aparatos tienen en su configuración la opción de «control parental». Pero son filtros automáticos que no pueden garantizar al 100% que los contenidos sean adecuados. Es lo mínimo que deberías usar. Pero hacerlo no te exime de que controles a qué accede tu hijo con ellos.

Si quisiera hacer un resumen sería el siguiente:

Como todo en la vida los móviles y tablets son objetos que bien usados pueden resultar muy útiles. Pero no están exentos de riesgos. Por lo que, sabiendo que no es realista evitar totalmente el contacto de los niños con ellos, y que incluso manejarlos con soltura puede ser una habilidad básica en su futuro, lo que sí debemos hacer es restringirlo a una forma de uso adecuada. Esto implica limitar el tiempo que los usan y para qué, estando atentos a las alertas que nos hagan pensar que está siendo inadecuado.

Dar un móvil o un tablet a nuestro hijo no debería ser un motivo para relajar nuestra atención, sino para acentuarla.

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Actividades al Aire Libre con Niños

Actividades al Aire Libre con niños

La importancia de realizar Actividades al Aire Libre con Niños, pero con Seguridad. Una de las cosas más importantes para su desarrollo físico y emocional.

Mi hijo ha ido creciendo con este blog. Y yo he ido creciendo como padre con ambos.

Muchas de las cosas que yo aprendí en mi formación como pediatra han cambiado. Pero sobre todo ha cambiado lo que como padre cobra más importancia o menos. Y eso va evolucionando conforme los hijos crecen.

Tocaré madera, pero hace muchos meses que no ha enfermado, come razonablemente bien (es de poco comer, pero variado), duerme bien, y empiezan a ser prioritarias otras cuestiones.

Como todos los niños de su edad (7 años) es muy activo, pero el tipo de ocio al que está acostumbrado es muy sedentario. Le encanta ver sus series favoritas de dibujos animados, o explorar en Youtube, jugar con el iPad o el móvil. Hasta está empezando a pillarle el gusto a la lectura como entretenimiento.

Pero es hijo único y aunque con frecuencia juega con amigos (visitas) y lo hace a diario en el colegio, los padres tenemos demasiada tendencia a planificar el ocio de forma poco activa.

Actividades sin salir de la ciudad, y cuando lo hacemos al campo solemos plantearlo como si nos llevásemos la ciudad con nosotros. Zonas de campo, pero especialmente adaptadas como áreas de recreo… Comer y comer moviéndonos en torno a la comida…

Muchos niños desconocen lo que es una auténtica excursión por el campo. Andar y andar sin más equipaje que una mochila con agua y algo de comer (bocadillo y fruta). Simplemente para disfrutar espacios abiertos y moverse a un ritmo diferente.

Lo normal cuando haces esto por primera vez es que tu hijo se queje: «¡Me aburro!»

Puedes empezar a explorar y rastrear, empezar a explicar detalles sobre la naturaleza que te rodea. Pero seguramente al principio esto, comparado con el aluvión de estímulos al que están acostumbrados, le resulte demasiado lento.

Puede ser buena idea compaginarlo con algo que les llame la atención. Nosotros llevamos unas semanas visitando Castillos de nuestra zona. Hay muchos, la mayoría derruidos casi totalmente, pero están en parajes que con la primavera son auténticas maravillas. Yo estoy descubriendo muchos que no sabía ni que existían.

Castillo de Aldeire, Granada, España

Las ruinas son algo que gusta a la mayoría de los niños. Son como un campo de aventura. Estimulan su imaginación y a explorar.

Y andar hasta llegar a ellas permite algo extraordinario. Tiempo en el que no hacemos nada más que andar y Hablar. Piénsalo un poco. ¿Cuánto hace que no dispones de varias horas seguidas para hablar con tu hijo? Esto, en niños por encima de los 6 años, es una de las mayores carencias que tienen. La oportunidad de Hablar hasta no tener más temas que tocar, desahogarse, vaciarse de preocupaciones, compartir ilusiones… Hablar.

Realizar Actividades al Aire Libre con Seguridad

Lo dicho hasta ahora es todo ventajas, pero conviene tener en cuenta una serie de cosas para que la actividad al aire libre resulte placentera y segura.

Pueden sufrir accidentes.

Pues sí. Y está bien que siempre vayas con un móvil con batería suficiente y compruebes de vez en cuando la cobertura. De modo que si ocurriese algo tengas claro el último punto desde el que podrías hacer una llamada.

También es bueno que escojas al principio Actividades al Aire Libre que no resulten muy arriesgadas, aumentando progresivamente la complejidad. En primavera vemos con frecuencia traumatismos en niños, porque tras meses sin casi salir al Aire Libre, están como locos, pero tienen poca práctica y los reflejos no dan mucho de sí.

El Sol en el campo y la montaña.

Si tu hijo está poco acostumbrado a hacer actividades al aire libre puede quemarse con facilidad o sufrir un golpe de calor. Planifica las actividades teniendo esto en cuenta, de modo que a las horas de más sol estéis en una zona algo más cubierta (edificio o arbolado).

Lleva siempre agua suficiente y un poco más y prepárate para el sol.

Ropa adecuada para evitar las quemaduras solares. La ropa puede ser fresca, pero si es resistente y cubre la mayor parte del cuerpo mejor. Además del sol a la mayoría de los niños no les gusta pasar entre plantas y que le rocen, con lo que suelen agradecer llevar unos pantalones largos.

Otros elementos a recordar son Gafas de sol: Deben ser de buena calidad. No hay mejor forma de tener un accidente que no ver bien. Especial cuidado a que las gafas no estén dañadas. Es mejor no usarlas que usar unas con el cristal rayado.

Otro detalle importante es la crema de protección solar. Lo mejor en cuanto al protector solar es aplicarlo antes de salir de casa si el día es soleado y vamos a estar horas expuestos a él. Solemos pensar en esto cuando vamos a playa o piscina, pero en el campo o la montaña el Sol puede ser incluso más agresivo, porque no vamos a refrescar la piel bañándonos. Llévalo por si a lo largo del día es necesario aplicarlo de nuevo.

El calzado para actividades al Aire Libre

Piensa que la idea es andar mucho y sobre superficies irregulares. Conviene llevar un calzado que:

No escurra con facilidad.

– Sea resistente, con suela gruesa y ancha y cubra si es posible el tobillo. Junto con los pantalones largos evitarán que las plantas le vayan rozando al caminar entre ellas. Pero además puede evitar heridas por accidentes leves que pueden estropear el día.

Calcetines altos y gruesos. Para proteger junto a la bota y los pantalones de «bichos» y «plantas». Pero además son esenciales para evitar la formación de rozaduras y ampollas. Recuerda que tu hijo posiblemente no está acostumbrado a recorrer distancias grandes y hacerlo con un calcetín fino con el que el pie «baila» dentro del zapato es rozadura garantizada.

Hazlo con seguridad, pero hazlo. Tu hijo necesita reducir el ritmo de estímulos y descubrir la realidad que existe fuera de las ciudades y de las pantallas. Aunque de entrada le pueda resultar aburrido, casi todos lo acaban agradeciendo.

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Playa o Piscina con un Bebé: ¿Qué hora es mejor?

Hora para ir a la playa. Atardecer en la Playa de La Barrosa de Chiclana de la Frontera (Cádiz). Mi favorita.

Cuando vamos a ir a la playa con un bebé o un niño no es lo mismo hacerlo a cualquier hora. Los problemas más frecuentes son quemaduras e insolaciones.

Con el buen tiempo aumentan las actividades al aire libre con niños y bebés. Salimos más al campo, a la playa, a la piscina. Especialmente estas dos últimas son actividades que podríamos calificar de «exposición al sol».

Salir al campo a la montaña también suponen exponerse al sol, lo que significa que también para ellas es importante tener en cuenta la protección solar. Pero son actividades que realizamos vestidos y que no necesariamente van asociadas a un día soleado.

Sin embargo para la piscina y la playa buscamos días despejados y hacemos la exposición con el mínimo de ropa. Lo que significa que son las dos actividades de mayor exposición a las radiaciones solares.

Los niños son especialmente vulnerables al sol. Y lo son por varios motivos:

  1. Porque cuando están jugando no se acuerdan de nada, incluido beber agua o ponerse a cubierto a tiempo. Ya que si están entretenidos jugando pueden ignorar molestias leves que se asocian al principio de un golpe de calor o de la aparición de quemaduras solares y pasarnos de las horas que sería recomendable.
  2. Porque su piel es más fina y especialmente en los más pequeños ha tenido tan poca exposición que su capacidad de filtrar luz solar es muy escasa. Lo que hace más fácil que se queme en menos horas.
  3. Porque los niños pequeños tienen menor capacidad de compensar las pérdidas de agua y padecen insolaciones con más facilidad.

Uno de los factores esenciales a la hora de disfrutar del sol con niños y bebés evitando estos problemas es el Horario para estar en Playa o Piscina.

La mejor hora para exponer al sol a niños y bebés.

El típico día de playa o piscina puede acabar mal si nos lo tomamos en plan Maratón (de la mañana al anochecer) con bebés o niños pequeños. Hacer algo así supone un riesgo excesivo de exposición al sol y al calor.

Para evitar los Golpes de Calor y las Quemaduras lo mejor es hacer exposiciones en franjas de no más de 2-3 horas los primeros días que podremos ir aumentando después progresivamente, conforme van estando más morenos.

Pero aún así lo recomendable es no estar más de 5-6 horas continuadas en la playa o la piscina. Lo que enlaza con la primera recomendación importante:

Evita las horas centrales del día.

Mi primera recomendación es clara: Depende de la zona geográfica en la que estés porque en cada una los usos horarios son diferentes. Pero en las 4-6 horas centrales del día (más horas en los días de más calor y más despejados) deberíamos estar a cubierto de las radiaciones solares.

Y a cubierto para un niño pequeño no significa debajo de una sombrilla a las 4 de la tarde. Es frecuentísimo atender bebés con fiebre tras un día de playa intensiva, en la que el bebé «no ha salido de debajo de la sombrilla». Pero es que en verano, debajo de una sombrilla puede haber 45º y eso de forma continuada durante horas deshidrata con facilidad a cualquier bebé.

Una forma de reducir este problema es dando líquido con frecuencia al bebé, pero aún así lo mejor es estar realmente a cubierto en esas horas. Y a cubierto es «bajo techo«.

¿Mejor por la mañana o por la tarde?

Hay mucha gente que va mañana y tarde. Pero en los primeros días de exposición al sol y en bebés lo que suelo recomendar es ir a la playa o a la piscina por la tarde. Y me refiero a una vez que han pasado las 6 horas de más intensidad del medio día.

Debemos entender que la capacidad del cuerpo para amortiguar el efecto de las radiaciones solares es limitada.

Cuando vamos a la playa o la piscina por la mañana la radiación solar se va haciendo cada vez más potente conforme nosotros vamos agotando nuestra capacidad de compensarla. Eso significa que es mucho más fácil quemarse antes de irse.

Por el contrario, cuando vamos por la tarde, nuestro cuerpo va agotando su capacidad de defenderse del sol al mismo tiempo que el sol va reduciendo su intensidad. Lo que hace mucho más fácil que podamos estar más horas en la playa sin quemarnos.

Mejor exponer al sol por la tarde que por la mañana.Además, cuando vas a la playa por la mañana el agua está helada. Si vas por la tarde el agua está en su temperatura máxima, lo que siempre resulta más agradable para bañar a niños y bebés.

Personalmente, para mí uno de los mejores momentos de cada verano son los atardeceres en la Playa de la Barrosa en Chiclana de la Frontera (Cádiz). Si no la conocéis, para ir con niños (o sin ellos) os la recomiendo con la convicción de un «enamorado». Es la imagen de cabecera de este artículo.

 

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¿Es malo que los bebés vean televisión?

¿Es malo que niños y bebés vean la Televisión ?

Respuesta al Peketema propuesto por una madre en Facebook: «¿Es malo que los bebés vean la televisión ?» Y ya de paso, hablamos de móvil y tablet en niños.

La tecnología y los niños. Opiniones para todos los gustos.

Me piden la mía y es lo que voy a dar.

La televisión es parte de la vida cotidiana hoy en día. Pero cada vez menos.

Lo llamativo de esto puede que sea el final de la frase. Pero la realidad es que según los estudios actuales los adolescentes ven menos televisión que hace unos años. No es que hayan descubierto el gusto por las actividades físicas, sino que su ocio se está desplazando de la televisión a otros dispositivos que acceden a internet.

Pero la televisión sigue estando ahí. ¿Se puede vivir sin ella? Pues sí. Yo conozco gente que no la tiene (¡asombroso!) y de hecho yo raramente la enciendo, habitualmente para ver noticias y poco más. Aunque lo normal no es eso.

La televisión sigue siendo el medio de comunicación más consumido en la mayoría de los hogares. Lo que significa que en casi todos los casos es algo con lo que los niños conviven desde su nacimiento. Ya que los padres no dejan de ver la televisión el día que su hijo nace.

La respuesta a «¿es malo que los bebés vean la televisión?» es que no. Siendo realistas, todos los bebés la ven. El hecho de ver una realidad distinta pero a través de una pantalla nada tiene en sí de perjudicial. Otra cosa es cómo, cuánto tiempo y qué vean los bebés o los niños en televisión.

Pueden surgir varias dudas sobre el hecho en sí de ver la televisión:

Radiaciones: Sí. La televisión emite radiaciones. Pero las anteriores de rayos catódicos las emitían más aún y la mayoría de los padres actuales las hemos consumido desde pequeños. Y hoy en día estamos inundados de radiaciones por todas partes. Se supone que son radiaciones «no ionizantes», lo que implicaría no ser capaces de producir alteraciones químicas en nuestros cuerpos, pero… La realidad es que la única forma de estar libre de todo esto sería vivir aislados. Y aún así nos llegarían ondas de radio, televisión y telefonía. Incluso muy aislados llegarían de los satélites de comunicaciones. En la práctica, es algo inherente a nuestra vida actual.

Visión: Hay quien pueden plantearse que el propio hecho de ver la televisión puede ser perjudicial para la vista. La típica frase: «No te acerques tanto a la televisión (todos los niños lo hacen), que te van a tener que poner gafas.» Como todo. Depende de cuanto tiempo vea la televisión al día. Pero haciéndolo razonablemente no hay una base científica para que eso ocurra.

Bebés que ya usan móviles y tabletas.

Los sustitutos actuales de la televisión : Móvil y Tablet

Como decía, el tiempo que los adolescentes dedican a la televisión ha descendido en los últimos años. Está siendo sustituido en parte por el uso de móvil y tablet. Y eso es bueno, en parte.

La televisión es ocio pasivo. Es decir, consiste en encenderla y ver. Ver lo que han programado en ese momento que se vea. Si tienes varios canales del tema que te gusta (dibujos animados) tienes varias elecciones. Pero siguen siendo pocas y una vez escogida tu actividad se reduce a ver.

Móvil y Tablet están desplazando esta opción porque permiten tres cosas:

Una selección infinitamente más amplia de contenidos. Hay vídeo, como la televisión, pero tu campo de elección es muchísimo mayor. Puedes escoger en cualquier momento entre millones de programas.

– Además del ocio totalmente pasivo dispones de programas con los que se interactúa (juegos fundamentalmente en los niños). Y esto es un ocio mucho menos pasivo (aunque sigue sin ser físicamente adecuado) que en algunos casos puede servir incluso para entrenar habilidades útiles. Lo que pasa es que la mayoría no orientan su uso a esto, sino al simple hecho de pasar el rato.

Comunicarse con otras personas. Cosa que no permite la televisión. Parte de la comunicación interpersonal se está desplazando a la vía electrónica. Se puede hablar mucho de los aspectos positivos y negativos de este cambio.

Problemas con la Televisión, los móviles y otros dispositivos electrónicos.

La realidad es que estos dispositivos electrónicos, y en algunos casos las videoconsolas son elementos con los que un número cada vez mayor de niños va a convivir toda su vida. Cuál es el momento idóneo para introducirlos en su vida. Dudo que nadie pueda dar una respuesta motivada que responda a eso en todos los casos.

Pero sí hay problemas que están aumentando debido a su uso. Especialmente a su mal uso:

Sedentarismo. Móvil y Tablet están sustituyendo en parte a la televisión. Pero el efecto sumado es que los niños son más sedentarios que antes de que estos existiesen. Sólo hay una solución a eso y es limitar el número de horas que permitimos a nuestros hijos acceder a ellos, pero ante todo, ofrecer actividades alternativas. No podemos tener a los niños todo el día encerrados en casa y decirles simplemente que no hay televisión ni móvil más de x horas al día. «¡Me aburro!».

Acceso a contenidos no adecuados. Esto es común a televisión y móviles o tabletas. Pero es más difícil de controlar en los últimos ya que la amplitud de contenidos accesibles es mucho mayor y permiten ver ese contenido de forma más difícil de controlar por los padres. Debéis implementar sistemas de restricción de búsqueda en los dispositivos que usan vuestros hijos y aún así controlarlos.

– En el caso de móviles y tabletas está apareciendo un problema nuevo: Contracturas y tendinitis. La sujeción de un dispositivo de este tipo durante mucho tiempo precisa mantener una postura concreta de forma fija. Y estos dispositivos tienen un peso que en algunos casos es capaz de producir molestias a adultos. En niños puede dar lugar a dolores. Los más frecuentes que vemos son: Contracturas cervicales, algunas con dolor de cabeza y tendinitis del pulgar. Especialmente del pulgar de la mano izquierda (ya que la mayoría usan la izquierda para sostener el móvil).

En resumen.

Todas estas tecnologías son propias de nuestra sociedad actual. Una parte del desarrollo y educación de nuestros hijos es que aprendan a regular el uso de cosas que tienen sus aspectos positivos y negativos.

Está claro que nuestros hijos van a necesitar en sus vidas utilizar tecnologías digitales y que aprender desde pequeños a usarlas tiene una utilidad similar a conocer otros idiomas, porque lo es. Es un nuevo idioma.

Pero su mal uso encierra también perjuicios que sólo los padres podemos limitar regulando su utilización hasta que aprendan a emplearlas de forma adecuada.

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El bebé de alta demanda afectiva

Bebés de Alta demanda

Hay bebés de alta demanda, que piden continuamente ser atendidos, alimentados, entretenidos, ¿Es así por su propio carácter o es que lo hacemos todo mal?

Son niños que se caracterizan por lo que sigue:

-Pide comida continuamente:

Suele hacer tomas muy cortas pero muy frecuentes.

– Pide afecto continuamente:

Tolera muy mal la separación de los padres. Especialmente de la madre.

– Exigente:

Tiene crisis de llanto exigente. Pide la satisfacción inmediata de sus necesidades. Calmándose momentáneamente en cuanto es atendida.

– Carácter fuerte:

Cuando quiere algo no para hasta conseguirlo.

– Muy activo:

Sus ratos de descanso son mínimos. Durante el día casi no duerme. Y en cuando una crisis de llanto cesa porque le damos lo que pide, comienza otra al poco rato.

– Agotador:

Superan la capacidad de esfuerzo de padres, abuelos y casi cualquiera que se ofrezca a echar una mano.

-Insatisfecho:

Es como si nunca tuviese suficiente. A pesar de atender todo la anterior, enseguida vuelve a llorar por otra cosa.

– Impredecible:

Cuando parece que empiezas a cogerle el tranquillo, lo que ayer ayudó, no sirve hoy.

– Muy sensible:

Nota cualquier mínimo cambio. La despierta cualquier ruido. Es muy influenciable por el estado de ánimo de los que le rodea.

En estos niños, la estrategia que parece funcionar mejor es lo que algunos llaman “Crianza Natural”.

Básicamente consiste en:

– Alimentación con pecho a demanda.

– Contacto continuo íntimo con la madre.

– Colecho (duerme en la cama de los padres).

Aunque es un método válido para cualquier familia, en los bebés de alta demanda, otras alternativas son casi insoportables. Aplicando métodos próximos a la «Crianza Natural» suelen mejorar poco a poco en el primer año de vida.

Yo no conocía la existencia de los bebés de alta demanda cuando acabé la especialidad. No me explicaron nada sobre ellos.

Mi experiencia como pediatra, es que lo más duro para los padres de un bebé de alta demanda es la sensación de frustración que les genera. El sentimiento de culpa que nace en ellos pensando que no son buenos padres. La mayoría de los padres a los que toca un bebé de este tipo no repiten. Yo los llamo a veces «niños cuco» (donde entra uno, no hay más).

En muchos casos, lo que más agradecen los padres cuando les das el diagnóstico, no es que les des una solución (que la que hay no es fácil), sino que por fin entienden que su hijo es así, y no lo es porque ellos sean malos padres. Sino que posiblemente para que su hijo progrese, van a tener que ganarse el título de PADRES con mayúsculas.

A la larga también tiene su parte buena:

– Los niños que fueron bebés de alta demanda son muy inteligentes y muy constantes. Lo que a la larga es una garantía de que conseguirán en la vida casi cualquier cosa que se propongan. La labor de los padres es que intentemos orientarlos hacia objetivos positivos.

Son grandes actores en potencia y personas con muchísimo carisma.

 

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Ahogamiento secundario en niños

El ahogamiento secundario en niños es muy raro, pero puede ser grave. ¿Qué es?

Este tema ha sido pedido porque se publicó hace unos días un artículo sobre la historia de un bebé que había muerto por él.

Esto no es nada frecuente. Puedo decir, como muestra, que en los 18 años que llevo trabajando como pediatra no he visto ni un sólo caso. Pero os explico en lo que consiste.

Lo primero que tenéis que tener claro es cuando pensar en esto y cuando no:

¿Le puede pasar a un niño por tragar agua de la piscina? NO.

¿Le puede pasar si su amiguito le hace una ahogadilla y tose un poco? NO.

¿Le puede pasar si lo han tenido que sacar inconsciente de la piscina porque se estaba ahogando? SI.

La razón se entiende explicando lo que es el ahogamiento secundario:

Para depurar el agua de las piscinas usamos sustancias químicas. De ella la más habitual es el cloro o derivados suyos.

El cloro es uno de los mayores irritantes químicos para los bronquios.

Si un niño traga agua de piscina, el cloro va a su barriga, no a los bronquios.

Si su «amiguito» le hace una ahogadilla y tose un poco la cantidad que entra de agua es mínima y la expulsa de forma casi inmediata llegando en la mayoría de los casos sólo a la tráquea. Incapaz de hacer un daño significativo.

Pero si un niño queda inconsciente bajo el agua sus pulmones se llenan de agua de la piscina, y aunque reanimándolo podemos expulsar la mayoría, algo queda y permanece haciendo un daño ante el que los bronquios se defienden produciendo inflamación. Y más al fondo en los alveolos, edema (acumulación de líquido en las bolsitas en las que nuestros pulmones intercambian el aire con los gases que hay que eliminar de la sangre).

El problema es que esto no es inmediato. Suele aparecer horas después en una persona que parecía haberse recuperado perfectamente de un «casi ahogamiento».

Eso quiere decir que tras sufrir un episodio de «casi ahogamiento» habría que mantener a los niños en observación al menos durante unas horas, controlando si aparecen signos de dificultad respiratoria, y actuando lo más precozmente posible si aparecen.

Es de hecho lo normal cuando se atiende un «casi ahogamiento» y lo que se recomienda en los protocolos de emergencias.

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Andador o tacatá para el bebé: No

Riesgos del andador o tacatá en bebés.

Porqué no es bueno usar el andador o tacatá para el bebé.

La pregunta ya tiene respuesta desde el principio: ¿Es bueno usar el tacatá, tacataca o andador para los bebés? Pues claramente, No.

Riesgos por el uso del andador o tacata

Os voy a explicar cada uno de los puntos que destacan en esta infografía:

Los perjuicios del uso de andadores o tacatás se concentran en 2 grupos:

– Accidentes.

– Alteraciones del desarrollo.

Accidentes en bebés debidos al uso de andadores o tacatás:

Todos los pediatras los hemos visto, os describo algunos de los más frecuentes:

– Caída con el andador por las escaleras. De los más frecuentes y por lo aparatoso de los que con más frecuencia se ven en el hospital.

– Se ha volcado el tacatá y ha caído quedando atrapado bajo el cacharro.

– Ha cogido impulso y ha frenado chocando con la cabeza contra el borde de la mesa (suele quedar a esa altura).

– En un momento ha llegado a la mesa, ha tirado del mantel y se ha echado encima… La sopa caliente, la cubertería, el jarrón…

Resumiendo: El tacatá o andador da al bebé una movilidad excesiva, que aún no controla y que le permite hacer cosas que no está preparado para reconocer como peligrosas. Yo suelo decir que es como regalarle una moto de alta cilindrada a un adolescente: No es seguro que se la vaya a pegar, pero las posibilidades son muy, muy altas…

Alteraciones en el desarrollo de los bebés por andadores o tacatás:

El tacatá supone poner al niño en una postura y hacer que la mantenga el tiempo que nosotros consideremos oportuno de forma artificial.

Por definición, se usa en niños que aún no andan, ya que cuando andan ya no lo necesitan.

Eso lo que hace es forzar que el bebé se mantenga en una de las tres posibles posiciones durante un tiempo artificialmente prolongado:

De pie. Cuando los niños empiezan a ponerse en pie lo hacen por períodos progresivamente más largos. Al principio aguanta pocos segundos. Conforme va haciendo más fuertes los músculos y ligamentos necesarios irá alargando ese tiempo. Pero no es bueno forzarlo. Algunos niños tienen problemas en de madurez en las caderas (tendencia a que se salgan de su sitio). Cuando es el niño el que se pone en pie por sí mismo, se echa al suelo en cuanto se nota incómodo. Pero cuando lo ponemos en el tacatá lo mantenemos en esa postura el tiempo que nosotros consideramos oportuno y eso puede superar lo adecuado para él. También puede afectar la espalda, ya que si se mantiene erguido demasiado tiempo acaba adoptando posturas perjudiciales.

Sentado con las piernas colgando. Esta postura favorece de nuevo en los niños con inmadurez en las caderas, que el propio peso de las piernas tienda a separarlas de la articulación, favoreciendo la luxación.

De puntillas. Muchos bebés empiezan a usar el andador cuando aún llegan al suelo sólo de puntillas. Hacer esto de forma repetitiva favorece que se fortalezcan demasiado los gemelos haciendo que el desarrollo de la musculatura de las piernas sea desequilibrado.

Entorpece que el bebé aprenda a andar. Con el tacatá los niños lo que hacen es impulsarse con ambas piernas o hacerlo sin usar su equilibrio. Ambas conductas son contrarias a lo que el niño necesita para aprender a andar. No ayuda a que ande antes (lo que además no tiene ninguna ventaja), sino que favorece que el niño use esquemas que son perjudiciales para andar correctamente.

A mi parecer, esto debería ser más que suficiente para que se prohibiese la venta de estos «artilugios del demonio». Lo siento por los que se dedican a fabricarlos y venderlos. Pero no tienen ninguna ventaja y son peligrosos.

Mientras las autoridades llegan a la conclusión de que deben hacerlo, no lo compres ni lo uses con tu bebé. Es mi recomendación clara.

Y sabéis que no suelo ser tan tajante.

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Estimulación precoz en bebés sanos

¿Es necesario tener conocimientos especiales para lograr que un bebé sano se desarrolle normalmente? Estimulación precoz en bebés sanos.

Los padres siempre nos hemos preocupado por nuestros hijos. Hoy en día no solemos tener muchos. Y eso hace que nos planteemos cosas que hace tiempo eran inconcebibles. Siempre hay formas mejores y peores de hacer las cosas. Lo que no creo es que exista «LA FORMA PERFECTA» de hacer las cosas.

Cuando hablamos de estimulación precoz yo pienso en las unidades de Estimulación precoz que yo he conocido durante mi formación hospitalaria. Son equipos de varios expertos en desarrollo infantil que se coordinan para ayudar a niños con problemas de desarrollo. Esto es a mi entender un gran avance.

Pero cada vez veo más como se habla de estimulación precoz para bebés normales y ahí ya encuentro salvedades.

La necesidad de expertos para todo

El objetivo principal de mi proyecto es dar a los padres la información necesaria para conseguir en el menor tiempo posible que se sientan capacitados para afrontar los principales problemas que pueden surgir en la crianza de sus hijos. Algunos son problemas de salud, otros son de educación. En ocasiones hablamos de cómo curar o aliviar, otras de cómo prevenir.

Yo soy un experto que trabaja para ser prescindible.

Intento en todo caso dar respuesta a las dudas que los padres me plantean. No generarles nuevas o hacerles sentir más inseguros.

En la actualidad el conocimiento se expande de forma explosiva. Una de las formas de generar nuevos campos es extrapolar. Es decir, conocimientos que han tenido éxito en un ámbito concreto, los sacamos de ahí y los aplicamos a una situación diferente. Y vemos si son útiles en esa nueva ubicación.

Un ejemplo es la estimulación precoz. Apareció para dar apoyo en el desarrollo a niños que tenían problemas. Pero ¿y si aplicamos lo aprendido para favorecer un mayor desarrollo de los niños sin problemas? Suena bien.

Pero hay dudas que me surgen:

  1. ¿Es el objetivo de los padres lograr un desarrollo óptimo de sus hijos?
  2. ¿No tienen ya los padres demasiados aspectos por los que preocuparse para añadir este nuevo?
  3. ¿No hemos perdido en exceso ya la espontaneidad en el día a día de los niños?
  4. ¿Significa esto que hay formas correctas e incorrectas de jugar con mi hijo?
  5. ¿Puedo hacer daño a mi hijo jugando con él guiado sólo por el sentido común?

La realidad es que un niño sano tiene una amplísima capacidad de adaptación. Que cuando yo me crié, lo hice con 6 hermanos y desde luego ni mis padres ni mucho menos mis hermanos se plantearon si para mi edad eran más o menos adecuados tales o cuales ejercicios. Y que yo tampoco he tenido que tirar de formación especial para hacerlo con mi hijo.

No considero que haya sido algo que me haya faltado ni le haya supuesto una carencia a mi hijo.

 

 

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Los bebés se calman en brazos

Los típicos tópicos sobre educación en un tema muy concreto: los niños y los brazos (de sus padres)

«No lo cojas tanto en brazos que se va a acostrumbrar.»

Seguro que os lo han dicho alguna vez. «Y si no os lo han dicho es que tenéis que cogerlo más» (es broma).

Los bebés se calman en brazos. Pues sí. Son muy raros, les gusta que les abracen y sentirse queridos. Yo soy igual de raro. Me gusta que me abracen, el contacto con las personas que me agradan. Sentirme seguro y relajado disfrutando de estar con alguien de quien sólo espero cosas buenas. No dejes que nadie te diga que hacer eso a tu hijo es malo. O pasa totalmente de quien lo haga…

«Los bebés no son capaces de regular el estrés, por lo que depende  del contacto con su figura de apego, su calor y su voz para tranquilizarse y sentirse seguro». Esto es verdad a medias. Los bebés si que son capaces de regular el estrés. Si no dispone de la figura de apego, acabará activando otros mecanismos para superarlo. Ningún niño se muere porque sus padres no puedan atenderle de forma inmediata.

El problema es que son mecanismos que precisan un esfuerzo mucho mayor por parte del niño. Forzarlo a recurrir a esos mecanismos más difíciles no tiene mucha justificación si nuestro único planteamiento es: podría cogerlo y abrazarlo en este momento, pero no se si es bueno que lo haga. Hazlo, por su puesto que es bueno. Pero tampoco te agobies si empieza a llorar justo en el momento que te das cuenta que se está quemando la comida. Puede esperar a que apagues el fuego.

«Un bebé primitivo que no llorase y reclamara los brazos de sus progenitores sería rápidamente capturado por cualquier depredador al acecho». Esto significa que los bebés han adquirido esa necesidad a lo largo de cientos de miles de años de evolución de la humanidad. Si pretendemos que eso cambie, es posible, pero va a costar. A veces las circunstancias familiares lo hacen necesario. Pero si no lo es, mi consejo es que le evites ese esfuerzo de adaptación.

Derivado de lo anterior, los bebés llevados en brazos lloran menos y durante menos tiempo. Esto no sólo se debe a los beneficios directos de la cercanía (movimiento, calor, olor) sino también a que el adulto que le lleva está más atento a los signos de incomodidad que pueda tener el bebé y, por tanto, puede atenderlos antes (por ejemplo, el hambre).

Entonces, ¿en brazos hasta los 18 años?

No. Todo tiene su momento. Yo he llevado mucho en brazos a mi hijo. Gracias a eso y a otras muchas muestras de afecto me he ganado que se preocupe por mi bienestar. Llegó un momento con unos 5 años (es bastante delgado, con lo que no me ha costado hasta ese momento cogerlo) en que ya empezaba a resultarme molesto cogerlo en brazos con mucha frecuencia (dolores de espalda). Pero lo entendió perfectamente. En cuanto le expliqué unas cuantas veces que no lo podía coger tanto como antes porque ya pesaba mucho y luego me dolía la espalda, ha ido dejando de pedirlo, y lo entiende cuando se lo digo. Es bueno, me quiere y no quiere que haga algo que me va a doler.

¿Significa eso que ya nunca lo cojo en brazos?

Pues no. Cuando llegamos a casa tarde y está muerto de sueño lo cojo. Y no sé si le gusta más a él o a mí sentirlo como deja su cabeza vencida sobre mi hombro.

A veces tras una larga caminata (larga para él) me pide que lo coja. Yo ya sé que con que lo lleve unos minutos luego va a entender perfectamente que debe seguir a pie. Es mejor hacerlo así que liarla para que siga andando a buen ritmo cuando realmente ya está cansado. Es lo que hago si tenemos prisa. Si no la hay, pues paramos un poco a descansar y seguimos.

El resumen:

Con los niños todo tiene su momento. Cuando hacemos las cosas de forma razonable, casi siempre el resultado acaba siendo igual de sensato. Se pueden conseguir las mismas cosas de formas muy diferentes. No pretendo que mi hijo sea egoísta, caprichoso ni consentido. Pero reivindico la palabra «mimado». El mío lo es, y me encanta que lo sea. Significa que se siente querido. Pero eso no le impide valerse por si mismo, ser sensato en lo que puede serlo para su edad y saber que a veces no es posible lo que le apetece.

Escoged vuestra propia forma de hacerlo. Aquella con la que os sintáis felices junto a vuestro hijo. Esa es la mejor garantía de éxito criando niños.