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Dificultad respiratoria en recién nacidos

La dificultad respiratoria es uno de los problemas que pueden aparecer en un recién nacido durante las primeras horas de vida. Voy a explicar cuales son las principales causas y su evolución.

En el momento del nacimiento se producen muchos cambios drásticos para el recién nacido.

Uno de ellos es que pasa de obtener su oxígeno y eliminar su dióxido de carbono (es decir, respirar) a través de la placenta, a hacerlo en los pulmones.

Para eso son necesarios cuatro cambios fundamentales:

  1. El riego de sangre debe dirigirse hacia los pulmones en lugar de hacia la placenta. Eso se consigue cerrando una serie de agujeros que hay en el corazón y entre las dos principales arterias que salen del corazón, al tiempo que unos vasos se comprimen y otros se relajan. Cuando hay un fallo en estos cambios (cardiopatía) el niño no puede oxigenarse bien aunque todo lo demás funcione.
  2. El líquido que hay en las vías respiratorias debe eliminarse. Muchos niños tienen en las primeras horas de vida una dificultad respiratoria que suele evolucionar a mejor en menos de 24-48 horas. Es lo que se llama Distrés transitorio del recién nacido. A veces parte de ese líquido parece que atragantase al niño. Es lo que suelen llamar las flemas, que desaparecen en menos de dos o tres días.
  3. Para que los alveolos (Bolsitas donde se intercambia el aire en los pulmones) puedan abrirse y cerrarse adecuadamente, necesitan que haya una sustancia llamada surfactante. Esta sustancia se produce en las últimas semanas del embarazo. Al ser más escasa cuanto más prematuro es un bebé, es la causa de que la complicación más frecuente de un prematuro sea la dificultad respiratoria.
  4. Por último, para respirar, hace falta que el recién nacido «se acuerde» de hacerlo. La zona del cerebro que se encarga de controlar la respiración, madura también en las últimas semanas del embarazo. Y en prematuros puede «olvidarse» a veces de respirar, haciendo «apneas» (pausas sin respirar).

Cuando aparece la dificultad respiratoria podemos ayudar al recién nacido:

  1. Aportando un aire más rico en oxígeno. Eso puede hacerse con una especie de campana que ponemos sobre la cabeza del recién nacido. También puede hacerse por medio de unas gafas. En ella introducimos la concentración de oxígeno que necesitamos para que el bebé se oxigene bien. Si van bajando la concentración, es que el recién nacido va mejorando.
  2. Dando además presión continua para intentar mantener los alveolos abiertos. Esto es útil cuando hay líquido en los pulmones o falta surfactante por ser prematuro. Esto suele hacerse por medio de unas gafas nasales.
  3. Por último, podemos introducir el aire a presión marcando el ritmo de la respiración. Esto es especialmente útil en niños que no se acuerdan de respirar por sí solo o se cansan de hacerlo. Especialmente suele usarse en prematuros. Para hacer esto es necesario introducir un tubo en la vía respiratoria. Es lo que llamamos «intubar». Es la medida más agresiva, pero a veces imprescindible.

Cuanta menos ayuda necesite y menos tiempo la precise, mejor es la evolución posterior del niño.

Si se va pasando de las formas más agresivas a las menos, es que el bebé va mejorando.

 

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Riesgo de infección en el recién nacido.

La infección en el recién nacido es uno de los peligros que puede correr en los primeros días de vida.

Hay varias situaciones en las que es más frecuente que pueda ocurrir. Como son en su mayoría conocidas, están protocolizadas.

Las situaciones en las que es más habitual que pueda aparecer una infección en un recién nacido son:

  1. Recién nacido prematuro. Los niños que nacen antes de tiempo, tiene varios factores que favorecen la infección: Un sistema inmunitario menos desarrollado y más probabilidades de presentar problemas respiratorios por inmadurez, que pueden complicarse con infección.
  2. Cuando la bolsa se rompe muchas horas antes del parto. Hay protocolos diferentes, pero habitualmente se considera que hay riesgo por encima de las 16-18 horas de bolsa rota antes de la salida del bebé.
  3. Cuando la madre tiene fiebre antes o durante el parto. Es un signo de que la madres sufre una infección. En algunos casos la infección es en la placenta o en el líquido amniótico. También son frecuentes las infecciones de orina de la madre.
  4. Cuando es un parto por vía vaginal (normal) pero la madre tiene en su flora vaginal una bacteria: SGB+. Este germen no produce síntomas en la madre, pero es uno de los causantes más frecuentes de infección en el recién nacido.

En todos estos casos, en cuanto se conocen se inician una serie de acciones que están protocolizadas en casi todos los hospitales:

  1. A veces se administra antibióticos a la madre en las horas previas al parto.
  2. En algunos casos hay que hacer analíticas y administras antibióticos al recién nacido en las primeras horas de vida.

¿Es muy grave el riesgo si diagnostican que mi recién nacido tiene una infección?

En la mayoría de los casos no. Especialmente si se diagnostica por que le han aplicado el protocolo y antes de que el bebé manifestase ningún síntoma. En esos casos, hemos llegado habitualmente antes de que la infección se desarrolle y responden muy bien al tratamiento.

Pero cuando la infección se diagnostica porque el bebé ya está mal, la evolución puede ser a veces muy rápida y tener consecuencias graves. Si es vuestro caso, tened claro que cuantas más horas pasen sin que empeore, mejor es el pronóstico. Cuando las infecciones van mal en niños pequeños, suelen hacerlo muy rápidamente. Si no hay signos de empeoramiento conforme pasan las primeras 12 ó 24 horas, lo habitual es que todo acabe bien.

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¿Se alimenta bien mi bebé recién nacido?

Un bebé recién nacido se alimenta bien si come con frecuencia, no llora por hambre y la evolución de su peso es la normal en los primeros días.

En los primeros días de vida casi todos los padres se preocupan porque no están seguros de si su bebé come suficiente.

En realidad, los primeros días de vida, casi cualquier cosa es causa de preocupación. No conocemos aún a esa «criaturita» que ahora es nuestra responsabilidad.

Para aclarar lo más posible, como decía al principio, está bien alimentado si:

  1. Come con frecuencia. Hay bebés que desde el principio duermen demasiado. El peligro que esto tiene es que si pasa demasiadas horas sin comer, puede bajar el azúcar. Si eso pasa, el recién nacido está más adormilado. Y eso dificulta que se alimente. Para evitarlo, recomiendo a los padres que no dejen sin comer a los recién nacidos sin comer más de 3 horas durante el día ni más de 5 horas durante la noche. En los bebés con peso más bajo (menos de 3 kg) y en los de peso muy alto (cercano o por encima de los 4 kg) conviene darles incluso con más frecuencia (2 horas de día y 4 de noche).
  2. No llora por hambre. Cuando un bebé llega a llorar por hambre y no se sacia al darle, es que lo que le damos está por debajo de lo que necesita. Cuando lo que toma es pecho, la solución suele estar en dar con más frecuencia. Ya que el pecho funciona de forma que cuanto más lo vaciamos más produce, darle con más frecuencia es la forma de aumentar la producción de leche. Cuando lo que toma es biberón, es más simple, prepara un biberón con más cantidad o si al hacerlo echa más bocanadas, dale con más frecuencia.
  3. La evolución de su peso es la normal en los primeros días. Los primeros días de vida de un bebé suelen perder peso. El recién nacido ha estado sumergido en agua durante 9 meses. Es como una esponja recién sacada de un cubo. Chorrea agua. La pérdida de peso no se debe a que no se alimenten bien, sino a la pérdida de agua. Es normal que puedan perder hasta una décima parte de su peso inicial. Es decir, que es normal que en los 5-7 primeros días de vida un niño de 3 kg pierda hasta 300 gramos. Si pierde más del 10% de su peso al nacer, posiblemente no se está alimentando bien.

Resumiendo: Si llora, come y se calla y el peso va normal, en principio el recién nacido está comiendo bien.

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El chupe en recién nacidos

Ese artilugio que todos asociamos con los bebés. Muy criticado por la mayoría de los defensores de la lactancia materna.

La mayoría de los que critican al chupe, lo hacen especialmente en su uso durante las primeras semanas de vida. Yo estoy entre ellos.

Utilidades atribuidas al chupe:

Para entretenerle el hambre: Hay quien defiende que hay que establecer un ritmo de tomas fijo a los recién nacidos. Esas personas recomiendan el uso del chupe cuando el niño parece estar inquieto «antes de que le toque». Para aguantarlo un poco hasta la siguiente toma. Mi pregunta es: ¿Qué ganamos aguantándole el hambre? Si toma pecho, el niño tiene hambre, pero el pecho no se entera, con lo que le costará llegar a producir lo que el niño necesita. Tome pecho o biberón, cuanto más rato espere el bebé a que se sacie su hambre, con más ansiedad comerá, lo que favorece que trague gases, eche bocanadas, le duela la barriga… Dicho sea de paso, es el mismo problema que causa usar biberones de manzanilla para «aguantarlo hasta la próxima toma».

Para calmar la molestia de los dientes cuando salgan: Sí, es útil. Y de hecho los que no tiene chupe, es frecuente que acaben teniendo dedo. Suele decirse (yo lo he dicho) que es más fácil, llegado el momento retirar el chupe que el dedo (y es cierto). Pero desde que nace, hasta que el chupe pueda ser útil para calmar la molestia de los dientes, quedan muchos meses. Y que deje de chuparse el dedo, llegado el momento, no es tan complicado como parece.

Para ayudarle a dormirse: El ritual de sueño de un niño son las cosas que el niño necesita para conciliar el sueño, (sitio, condiciones, objetos, colaboración de una forma concreta de cierta persona). Se evitan muchos problemas de sueño si ese ritual es lo más simple posible. Incluir el chupe en el ritual para dormirse supone un problema hasta la edad en la que el niño es capaz de encontrar el chupe, cogerlo y ponérselo. Ya que si lo necesita y no sabe hacerlo, solicitará tu colaboración cada vez que se despierte y quiera volver a dormirse. Aún así, siempre hay que valorar si usarlo es más útil que otras opciones en cada niño concreto. Pero si conseguís que vuestro hijo se duerma con facilidad sin el chupe, mejor.

En resumen: Que si al final queréis usar el chupe, tiempo habrá. Pero claramente os recomiendo que no esté en las primeras semanas o meses de vida del niño. Hasta que se establezca un buen ritmo de alimentación. Especialmente si toma pecho o el niño tiene tendencia a comer con ansiedad (sea el pecho o el biberón). Cuando un niño come con ansiedad, la mejor opción es darle de comer cada vez que lo necesita (sea pecho o biberón lo que tome).

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Lactancia artificial, las primeras tomas

Consejos para empezar la lactancia artificial en un recién nacido.

Cuando un niño nace, una de las primeras dudas que surge en cuanto sabemos que el niño y la madre está bien es la alimentación.

Si la opción elegida es lactancia artificial, hay algunas ideas que es importante saber:

  1. El recién nacido puede tomar el biberón desde el momento en que nace. Si está bien y no ha necesitado ayuda del pediatra, conviene que el bebé esté en contacto con la madre piel con piel. Disfrutad el momento.
  2. En las primeras horas, madre e hijo necesitan tranquilidad. Es frecuente que haya demasiada gente en la habitación. Es recomendable que cuando se vayan a dar las tomas de biberón haya el menor número de gente posible.
  3. Cada vez que veas activo al bebé, ofrécele el biberón. No esperes a que llore. Y no te desesperes si cuesta que lo coja. Aunque tienen el instinto necesario, a veces, tras el parto, están muy agotados y pueden pasar horas sin reaccionar.
  4. Si durante el primer día pasa más de 2-3 horas sin pedir, intenta despertarlo. No conviene que un recién nacido pase demasiadas horas sin comer. El problema es que si pasa demasiado tiempo, puede bajar el azúcar. Y si eso pasa, cuesta despertarlo.

Dudas que suelen surgir:

  • ¿Cómo sé si toma suficiente? Es simple: Si llora, chupa y se calla, es que toma bastante.
  • ¿Y si le doy demasiado? Puede que eche un poco y que tome menos en las siguientes tomas, pero ya está.
  • ¿Y si le doy poco? Se quedará con hambre, es decir, llorando. En la toma siguiente comerá con más ansiedad, lo que favorece que trague gases. Entonces le dolería la barriga, comería mal y a la siguiente toma a peor. Estaríamos empezando un cólico del lactante. 
  • Me han dicho que le de una cantidad fija y con horario fijo: Pues se siente, no. Cada niño es diferente. No existe una norma fija para todos. Los habrá que no toman esa cantidad fija ni aunque intentemos metérsela con embudo y otros que con esa cantidad se quedan con hambre.
  • Y entonces, ¿Cuánto le doy? Pues la cantidad que quiera. Es decir, prepara los biberones con la cantidad suficiente para que siempre sobre. Que coma hasta que se quede sin hambre, pero sin insistir.
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Lactancia materna, las primeras tomas

Consejos para empezar la lactancia materna en un recién nacido.

Cuando un niño nace, una de las primeras dudas que surge en cuanto sabemos que el niño y la madre está bien es la alimentación.

Si la opción elegida es lactancia materna, hay algunas ideas que es importante saber:

  1. El recién nacido puede tomar el pecho desde el momento en que nace. Si está bien y no ha necesitado ayuda del pediatra, conviene que el bebé esté en contacto con la madre piel con piel. Disfrutad el momento. Si ves que el recién nacido se aproxima al pecho, puedes darle la oportunidad de que empiece a tomarlo. Pero sin agobiarse. No pasa nada si no lo hace en los primeros minutos de vida.
  2. En las primeras horas, madre e hijo necesitan tranquilidad. Es frecuente que haya demasiada gente en la habitación. Eso favorece que la madre se sienta incómoda a la hora de dar el pecho.
  3. Cada vez que veas activo al bebé, ofrécele el pecho. No esperes a que llore. Y no te desesperes si cuesta que lo coja. Aunque tienen el instinto necesario, a veces, tras el parto, están muy agotados y pueden pasar horas sin reaccionar.
  4. Si durante el primer día pasa más de 2-3 horas sin pedir, intenta despertarlo. No conviene que un recién nacido pase demasiadas horas sin comer. El problema es que si pasa demasiado tiempo, puede bajar el azúcar. Y si eso pasa, cuesta despertarlo.

Dudas que suelen surgir:

¿Cuándo me subirá el pecho? Esa no es la pregunta correcta. Las preguntas correctas son:

  • ¿Cómo sé si saca suficiente? Es simple: Si llora, chupa y se calla, es que saca.
  • ¿Qué pasa cuando no saca suficiente? Que llora, chupa, chupa, chupa, se enfada, chupa, se enfada, se enfada, se enfada.
  • ¿Qué tengo que hacer para tener más leche? Que vacíe más el pecho. El pecho funciona de modo que cuanto más lo vaciamos, más leche produce. Si el niño no es capaz de sacar, a veces es necesario usar un saca-leches. Pero siempre es más efectivo vaciando el pecho el niño que cualquier saca-leches.

 

 

 

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Enuresis nocturna primaria

Concepto de enuresis nocturna primaria: Niño que ha cumplido los 5 años y no ha llegado a controlar la orina mientras duerme.

Enuresis: Incapacidad para controlar la orina.

Nocturna: Durante el día no tiene problema para controlarla.

No tiene molestias al orinar.

Orina dormido casi todas las noches.

Primaria: Nunca ha llegado a controlarla.

Causa de la enuresis nocturna primaria:

La hormona que regula la cantidad de orina que se filtra es la vasopresina o ADH.

En el desarrollo hay dos pasos biológicos imprescindibles para que un niño no orine mientras duerme:

  • Tiene que tener receptores para la ADH.
  • Tiene que producir una dosis alta de ADH al dormirse.

Hay niños que no realizan esos pasos hasta los 10-15 años de forma espontánea. Con lo que pueden seguir sin controlar la orina de noche hasta esa edad. Suelen ser además niños con el sueño profundo, por lo que por mucho que se les insista no se enteran de noche.

Motivo para tratar la enuresis nocturna primaria:

La autoestima.

Aunque sea normal que algunos niños no controlen la orina de noche hasta bastante mayores, las expectativas sociales hacen que el niño acabe tomando conciencia de que los demás ven como extraño y no aprueban que se orine mientras duerme. Se recomienda empezar el tratamiento por encima de los 5 años y antes de que tome conciencia del problema. De hecho en niños que no se tratan o se intenta “educarlos” para que controlen, sólo se consigue machacar su autoestima. Hasta el punto de que no es raro asociar antidepresivos al tratamiento de la enuresis.

Tratamiento de la enuresis nocturna primaria:

Dar una dosis nocturna de ADH (Minurín® bucodispersable) hasta que el niño la produzca por sí solo.

Forma de administración:

Lo primero a tener en cuenta y que muchas veces se olvida es si el niño tiene ya receptores para la ADH o no.

No tener ésto en cuenta provoca muchos supuestos fracasos del tratamiento.

Yo recomiendo que durante 7 días hay que poner el pañal al niño por la noche y pesarlo a la mañana siguiente, anotando los pesos cada día.

Durante esas noches debemos indicar al niño que haga la misma rutina que después le indicaremos con el tratamiento. Solo que sin dárselo.

La rutina sin tratamiento

Una hora antes de acostarse ya no se puede beber nada.

Justo antes de acostarse hay que orinar.

Cuando tengamos los datos de pesada de los pañales esos 7 días, empezamos el tratamiento y seguimos poniéndole el pañal y pesándolo a la mañana siguiente durante 7 días más.

La rutina con tratamiento

Una hora antes de acostarse le damos 2 comprimidos juntos de Minurín.

Desde ese momento ya no puede beber nada.

Justo antes de acostarse hay que orinar.

Si el peso de los pañales al dar el tratamiento no tiene un claro descenso (al menos la mitad) que antes de empezar el tratamiento asumimos que aún no tiene receptores suficientes para que sea efectivo, con lo que se suprime para intentarlo de nuevo 6 meses después, o antes si apreciamos que espontáneamente los pañales empiezan a pesar menos.Durante ese tiempo ponemos al niño el pañal durante la noche y no le damos la más mínima importancia al tema.

Si el peso se reduce a menos de la mitad que antes, mantenemos el tratamiento anotando en un calendario los días que el pañal está seco por la mañana.

Si pasan 15 días sin mojar el pañal, reducimos el tratamiento en media pastilla (pasamos de dos a una y media).

Si pasan 15 días sin mojar el pañal, reducimos el tratamiento en media pastilla (pasamos de una y media a una).

Si pasan 15 días sin mojar el pañal, reducimos el tratamiento en media pastilla (pasamos de una a media).

Si pasan 15 días sin mojar el pañal, reducimos el tratamiento en media pastilla (pasamos de media a cero, hemos acabado).

En cualquiera de estos pasos si tras llevar menos de 15 días se orina hay que empezar a contar de nuevo (aunque llevara 14). No bajéis la dosis hasta que haga los 15 días consecutivos sin mojar.

Hay niños que siguen orinándose una vez cada menos de 15 días durante un tiempo muy prolongado lo que establece una dosis desde la que no podemos bajar en bastante tiempo.

Conseguimos con ello reducir al mínimo el problema que para el niño supone la enuresis.

Además si por ejemplo hemos llegado a una dosis de media pastilla de la que por ahora no podemos bajar, si una noche el niño quiere quedarse a dormir en casa de un amigo sin pañal, se le puede dar puntualmente dos comprimidos completos.

Tratamientos que no funcionan:

Desde que existe este problema (desde siempre) se han intentado distintas soluciones.

Una de ellas que algunos siguen usando aún son las terapias psicológicas. Y mira que me gusta a mí la psicología.

Con todo el respeto: En la ENURESIS NOCTURNA PRIMARIA no sirven.

Es como pretender que un diabético controle su nivel de azúcar en sangre con psicoterapia.

Le falta una hormona necesaria para hacerlo y no lo va a hacer, por mucho que el niño lo intente, poniéndole alarmas, premiándolo ni castigándolo…

Le falta una hormona.

Hay que darle la hormona igual que al diabético le ponemos la insulina.

La diferencia es que el tratamiento en este caso es transitorio porque acabará produciéndola (salvo algún caso raro -diabetes insípida-).

Las terapias psicológicas en este caso son incluso contraproducentes porque hacen pensar al niño y a la familia que el niño podría controlarlo si quisiera (lo que no es cierto) y al fracasar daña su autoestima.

Influencia de las estaciones en la enuresis nocturna primaria:

El pico de hormona antidiurética se produce cuando vamos a dormir. Eso quiere decir que es la Melatonina (una sustancia que regula el ciclo día noche guiándose por la luz ambiental) la que controla esa liberación.

Como durante la época del año en la que los días son más largos y la luz solar más intensa la Melatonina define mejor su ciclo, el pico de hormona antidiurética es más potente en esta estación. Y lo es menos cuando los días son más cortos y con más frecuencia está nublado y por tanto con menos luz.

El resultado es algo que llama la atención de muchos padres, y es que un niño que ha controlado por primera vez la orina durante el verano, pueda volver a no controlarla durante el siguiente invierno. Lo habitual es que cuando llegue de nuevo el buen tiempo empiece a controlar la orina durante la noche y sea ya de forma definitiva.

Por eso mismo, es más fácil que el tratamiento resulte efectivo, cuando empezamos a aplicarlo en primavera, que si lo hacemos en otoño.

Otra cosa son las enuresis secundarias:

Niños que controlaban perfectamente y pasan a no controlar durante la noche (y no es como decimos con el cambio de estación) En esos casos la gran mayoría tienen un origen y un tratamiento psicológico.

Aunque hay algunas causas no psicológicas que también pueden explicarlo, especialmente la vejiga hiperactiva.

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Puntos blancos en el paladar del recién nacido

Unos puntitos blancos que los recién nacidos tienen en el paladar. Las perlas de Epstein.

Al nacer, muchos bebés tienen en el paladar (el cielo de la boca) unos puntos blancos.

Es normal que los tengan. No duelen y no tienen mayor importancia.

Habitualmente desaparecen solos en las primeras semanas o meses de vida del bebé.

 

perlas de epstein

 

Como podéis ver en la imagen, son unos puntos pequeños (1-2 milímetros) de color blanco nacarado que aparecen en la parte central del paladar. Suele haber entre uno y tres de estos puntos.

A veces vemos puntos del mismo aspecto en las encias. Son del mismo tipo e igualmente normales.

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Conjuntivitis del bebé recién nacido

Aprende a distinguir la conjuntivitis de verdad de la obstrucción del conducto lacrimal de los bebés.

A los recién nacidos se les echa unas gotas en los ojos.

Su objetivo es evitar una conjuntivitis que algunos pueden coger al salir por la vagina de la madre.

Esa conjuntivitis es causa frecuente de ceguera en países subdesarrollados. Pero muy poco frecuente en los desarrollados.

A pesar de eso, muchos bebés durante los primeros meses pueden despertarse con los ojos pegados.

En esos casos hay que diferenciar distintas situaciones:

– Puede levantarse con el ojo pegado, pero sin secreción.

 

ojo cerrado bebe

 

– Puede hacerlo con el ojo pegado y secreción.

 

secrecion ojo bebe

 

Y al abrirle el ojo, tras limpiarle la secreción si la tiene, podemos ver:

– Que tenga la conjuntiva (el blanco del ojo) irritada.

 

conjuntivitis bebe

 

– O que no la tenga irritada, aunque el ojo le llore.

 

ojo bebe lagrima

 

Hay dos causas posibles:

Conjuntivitis. El ojo suele estar pegado y con secreción, y al abrirlo tiene el blanco del ojo irritado.

Obstrucción del conducto lacrimal. El ojo puede estar pegado, a veces con secreción y puede llorarle con facilidad, pero el blanco del ojo no está irritado.

Conjuntivitis

La conjuntivitis es la inflamación del blanco del ojo (conjuntiva).

Puede aparecer como parte de un catarro en el que además de producir moco en la nariz, se irrita el ojo. A veces el mismo moco del catarro sube por el conducto lacrimal hacia el ojo.

Debe valorarlo el pediatra para indicar el tratamiento.

Obstrucción del conducto lacrimal

El conducto lacrimal es muy fino, y en los bebés más.

Muchos nacen con uno o los dos taponados. El ojo le llora todos los días.

Otros no lo tienen totalmente taponado, pero es estrecho y se atasca con facilidad. El ojo le llora con frecuencia, pero no todos los días.

Suele mejorar poco a poco, y la mayoría lo tienen ya abierto antes de los 4 meses.

Pero si vemos que pasa el tiempo y para los 4-6 meses no mejora, conviene que lo vea el oftalmólogo, por si tienen que abrírselo.

Mientras tanto para intentar que se vaya abriendo solo y evitar que se infecte:

– Cuando tiene secreción al levantarse, échale un poco de suero, deja que se ablande y límpiala con una gasita húmeda. Intenta no frotar demasiado.

– Parece que dar masajes en el huequecito que hay entre el ojo y la nariz puede ayudar a que el conducto lacrimal se abra.

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Granos del bebé recién nacido

El exantema toxoalérgico.

Muchos bebés tienen granitos los primeros días de vida. Descubre la causa más frecuente.

 

Cuando un bebé nace, todo lo que le rodea es nuevo para él.

Su sistema defensivo tiene que actuar contra cualquier cosa que intente dañarle.

Pero no nace enseñado.

Al tener contacto con sustancias nuevas, tiene que empezar a clasificarlas:

¿Esto es bueno, es malo, tengo que defenderme?

El resultado es que en la piel suelen aparecer como granitos. Parece como si le hubiesen picado los mosquitos.

Es lo que llamamos Exantema Toxoalérgico.

 

exantema toxoalérgico

 

Aparecen granos por todo el cuerpo, pero a veces se concentran mucho en alguna zona concreta: Un sólo lado de la cara, una de las nalgas…

Los granos pueden salir y desaparecer rápidamente y van cambiando de sitio.

No tienen tratamiento, y habitualmente no vemos al bebé molesto por tener más o menos de esos granos.

Lo normal es que estén saliendo y quitándose hasta hacerse mucho menos intensos y desaparecer en torno a los 7 ó 10 días de vida.