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Aire Acondicionado y Salud en Bebés y Niños

Aire Acondicionado y Salud en bebés y niños

¿Es malo el aire acondicionado para la salud de niños y bebés? Esta es una duda en verano, cuando llegamos a 40ºC de día y más de 30ºC de noche.

Lo repito cada verano: ¡Qué feliz soy en invierno!

No es que no me guste un ratito de playa o de piscina. No es que no aprecie una tarde en la que dé tiempo de pasear y que la noche llegue cuando ya tienes sueño.

Pero llevo muy mal el calor. Lo reconozco. Y no soy el único.

El calor extremo es mucho más difícil de compensar que el frío. Uno puede añorar lo confortable que puede resultar un sofá en invierno con una buena mantita por encima.

Cuando llega el verano donde de verdad lo hay, es otra cosa. Yo sabéis que vivo en Andalucía. La tierra del Sol en el sur de España. Y aquí cuando hace calor, es Calor con Mayúsculas. Todos los años superamos los 40º y muchas noches, aunque Granada para eso es más benévola que otras ciudades como Sevilla o Córdoba, las temperaturas no bajan de 28-30º.

Con estas temperaturas de día no se está bien. Pero de noche es desesperante. No hay quien descanse.

Suele decirse que por encima de los 25º nocturnos cuesta dormir, y se despierta cualquiera con más frecuencia.

Surge la pregunta ¿Y si ponemos el aire acondicionado un rato?

La cuestión que muchos se plantean inmediatamente es ¿pero no será malo para el niño?

Pues vamos al tema.

El aire acondicionado ha mejorado mucho en los últimos años. Antes un aire acondicionado era un recurso que aliviaba el calor, pero a costa de poner en riesgo la salud por muchas cuestiones:

– Ionización del aire. Los aires modernos reducen la ionización del aire, que se ha relacionado con sensaciones de malestar y molestias en la vía respiratoria. Los antiguos para esto eran un desastre.

– Aire contaminado de gérmenes, polvo y contaminación. Hoy en día tienen filtros. Pero hay que cambiarlos. Y la mayoría de la gente se olvida del tema hasta que notan una molestia, como por ejemplo un mal olor del aire que sale del aparato. Pero esto es un signo tardío. Mi consejo con niños en casa es que si quieres usar el aire acondicionado debes cambiar los filtros del aire cuando recomiende el fabricante o en su defecto una vez al año, al principio del verano.

– Cambios bruscos de temperatura. Esto es lo que caracterizaba a los aires acondicionados antiguos. Básicamente eran aparatos que disparaban un chorro de aire frío siempre con la misma potencia y regulaban su funcionamiento con un termostato que le hacía apagarse cuando la temperatura bajaba al límite que marcabas en el mando y volvía a funcionar cuando subía de nuevo. Pero generaba oscilaciones de la temperatura. Podías pasar de 40 grados a 20 varias veces en una hora. Eso es malísimo. Los aires acondicionados modernos tienen sistemas capaces de mantener la temperatura mucho más estable.

Nunca podremos decir que un aire que sale de un aparato de aire acondicionado es mejor que el que entra por una ventana (si no vivies en una ciudad con tal contaminación que mejor si no la abres). Pero con un buen aire acondicionado bien usado un bebé no tiene porqué ver afectada su salud.

Y en ciertas circunstancias puede ser necesario para evitar problemas. Algunas casas tienen temperaturas tan altas que pueden favorecer la deshidratación de los bebés, especialmente cuanto más pequeños son. En estos casos es preferible el aire acondicionado a un golpe de calor.

¿Cómo usar bien el aire acondicionado con un bebé en casa?

Hay varias normas para lograrlo:

– Temperatura no muy baja. 23-24º C es una temperatura muy aceptable. No os recomiendo que bajéis mucho más. Especialmente en bebés muy pequeños.

– Temperatura estable. No enciendas y apagues constantemente el aire. Pon una temperatura cómoda y deja el aire acondicionado conectado durante las horas de más calor del día.

– Mantén el aire acondicionado en buenas condiciones. Limpieza y filtros de la maquinaria deben estar al día para poder usarlo sin riesgos añadidos.

¿Dormir con el aire acondicionado encendido?

Si de verdad es un aire acondicionado de buena calidad, ponéis una temperatura no mucho más baja de 24-25º y dirigís el chorro de aire para que no os dé a vosotros ni al niño puede ser aceptable. Especialmente cuando las temperaturas nocturnas están por encima de los 30º C.

¿Y los ventiladores?

De entrada son muchos los que piensan que son mejor que un aire acondicionado. Pero no suelen serlo. La mayoría dirigen el ventilador hacia quien duerme para que le refresque. Lo consigue porque evapora el sudor. Pero eso favorece la deshidratación. Y cuando se ponen sistemas basculantes hace que pases calor cuando no te da el chorro de aire, sudes y te enfríe deshidratándote cuando te da el chorro.

Esto con cambios de temperatura intermitentes, que como os decía es una de las peores opciones.

Pero ¿Qué puede pasar cuando se usa el aire acondicionado con estos cambios bruscos?

La infección típica del verano, las amigdalitis. Son infecciones bacterianas de garganta que suelen causar fiebre alta, dolor y a veces voz gangosa y mal aliento. Las bacterianas precisan tratamiento antibiótico.

Vemos más Amigdalitis en verano que en invierno. Esto ocurre porque aspirar aire frío y caliente de forma intermitente altera el riego de sangre en la mucosa. Esto reduce la llegada de células defensivas y la capacidad de la mucosa para defenderse, lo que favorece que los gérmenes asienten.

Para evitarlo, reduce lo más posible los cambios bruscos de temperatura.

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Niños con Mal Aliento

5 Causas más frecuentes del Mal Aliento en los Niños

Que un Niño tenga Mal Aliento no es habitual, pero ocurre en algunas situaciones muy concretas. Descubre las 5 causas más comunes y cómo solucionarlas.

Hay quien dice que cuando un Niño tiene Mal Aliento es que tiene el estómago sucio y otras cosas por el estilo. Pero la realidad es que hay 5 causas habitualmente en los niños que pueden hacer que tenga mal aliento. Y todas se originan en la boca y la parte alta de la garganta.

El mal aliento es el resultado de la fermentación producida por gérmenes que habitualmente no están en la boca. Y aparecen en 5 situaciones concretas.

Mal Aliento por Restos de Comida

Cuando los niños no tienen una adecuada higiene dental y quedan restos de comida es frecuente que proliferen gérmenes que fermentan esos restos de comida produciendo Mal Aliento. Aquí la solución es clara: Una adecuada Higiene Dental.

También ocurre cuando hay una caries profunda y se quedan restos de comida en su interior. La solución es sellar todas las caries que tenga.

Y un tercer caso son los niños que tienen las anginas grandes. Cuando esto ocurre las anginas suelen tener huecos en los que se acumulan restos de comida, que se pudren dando el Mal Aliento. Puede mejorar haciendo gárgaras. Pero es bastante complicado conseguir esto en niños pequeños.

Mal aliento por Amigdalitis

En algunos casos atiendo niños en la consulta que acuden por fiebre. Es frecuente que no tengan ningún otro síntoma. Sólo la fiebre y el dolor de garganta. Pero en cuanto te acercas para explorarlos notas el Mal Aliento. En la mayoría de los casos sé que en cuanto mire su garganta voy a ver placas de pus. El olor suele ser muy característico.

La solución es tratar la amigdalitis. Tu pediatra te recomendará como hacerlo.

Mal Aliento por Hipertrofia de Adenoides (Vegetaciones)

Al final del invierno, tras pasar una infección seguida de otra, y otra, y otra… es bastante frecuente que las vegetaciones o adenoides crezcan.

Están en la parte posterior de la nariz, por encima de la garganta. Uno de los síntomas que notamos a veces es el Mal Aliento. Se debe a la acumulación de moco espeso y restos de comida en los huecos de las Adenoides.

Pueden mejorar haciendo gárgaras (difícil de conseguir en los más pequeños) o con tratamientos que reduzcan el tamaño de las Vegetaciones.

Mal Aliento por Hongos en la boca.

El último caso y posiblemente el que peor Aliento provoca es la proliferación de Hongos en la Boca del niño.

Lo que solemos encontrar es una capa blanquecina que cubre la lengua o las mejillas y que no se retira con facilidad si intentamos limpiarla.

Los hongos suelen aparecer en situaciones en las que las defensas de las mucosas es insuficiente.

Esto puede ocurrir en:

  1. Bebés pequeños. Suelen infectarse a partir de la presencia de hongos en tetinas (chupe o biberón) y aparece como un punteado blanco en el interior de las mejillas. Se puede tratar aplicando antifúngicos y esterilizando las tetinas con agua hervida y bicarbonato.
  2. Tratamiento con Corticoides inhalados. En niños con bronquitis, una de las opciones de tratamiento son los aerosoles. Uno de los medicamentos que administramos por esta vía son los corticoides. Son útiles, pero al depositarse sobre la mucosa de la boca pueden reducir su capacidad para defenderse de los hongos. Para evitarlo conviene enjuagar la boca tras usara corticoides inhalados. Si ya han aparecido pueden aplicarse antifúngicos.
  3. Estomatitis herpética. Hay una infección producida por el virus herpes simple que a algunos niños y produce aftas abundantes con dolor y fiebre. Los virus de la familia del Herpes captan mucho la atención del sistema inmunitario, lo que facilita el crecimiento de otros gérmenes como los hongos. Puede tratarse, como en los casos anteriores con Antifúngicos que se aplican directamente en la boca.

Mal Aliento por Cetosis

Hay casos en los que el cuerpo libera cuerpos cetónicos porque no dispone del azúcar necesario.

Esto podemos verlo en niños que pasan demasiadas horas sin comer por vómitos o cualquier otro motivo y también en niños diabéticos.

Ambos casos justifican que el niño sea valorado por un médico. Especialmente cuando se acompaña de mal estado general.

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Escarlatina en niños

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La Fiebre Escarlatina en NiñosLa escarlatina es una infección de garganta que sigue con nosotros, pero que a muchos padres cuando se la diagnosticamos a su hijo les suena a «antiguo».

Si hacemos memoria, a casi todos la escarlatina nos recuerda a «Mujercitas». Recordaréis que una de las hermanas la sufre.

Hace años, antes de que existieran los antibióticos la escarlatina era un problema serio. Pero desde que disponemos de antibióticos se habla muy poco de ella. Lo que hace que mucha gente piense que es algo que ya no existe. Pero no es así. El Estreptococo pyogenes sigue con nosotros, lo que pasa es que hoy en día da síntomas mucho menos llamativos gracias a que disponemos de tratamiento contra él.

¿Qué es la escarlatina?

Es una infección producida por el Estreptococo Pyógenes. Una bacteria que alguna gente puede tener como parte de su flora en la garganta. Se puede sufrir escarlatina varias veces. Porque los anticuerpos que produce el cuerpo a veces no son suficiente para evitar su crecimiento.

Algunas personas la tienen sin que a ellos les afecte, pero pueden contagiarla. Al respirar, toser o estornudar expulsan a la bacteria que así contagia otros que respiran a su lado.

Lo que suele producir es una infección de garganta, habitualmente con fiebre alta. Pero es una bacteria que da anginas con o sin placas. Por lo que a veces puede confundirse con infecciones virales.

Cuando hay una infección de garganta con placas, asumimos que es bacteriano, pero cuando no las hay suele ser viral. Hay dos excepciones claras a esto:

  • Mononucleosis: Es una infección viral que puede generar placas en la garganta.
  • Escarlatina: Es una infección bacteriana que puede no tener placas en la garganta.

Algunos signos que nos orientan a que pueda ser Escarlatina:

  • Enantema en el paladar. El enantema son puntos rojos en el velo del paladar. No aparece siempre.
  • Lengua aframbuesada. Tampoco es constante. Consiste en que las papilas de la lengua están inflamadas y enrojecidas, dándole el aspecto de una frambuesa.
  • Erupción en la piel. A veces aparece y a veces no:
    • Suele aparecer poco después de la fiebre. En el primer o segundo día de la infección y suele desaparecer en menos de una semana.
    • Es una erupción con muchos puntitos rojos por todo el cuerpo.
    • Empieza habitualmente en cara y cuello, luego se extiende por todo el cuerpo.
    • Se concentran más en las mejillas, las axilas y los codos.
    • Es una erupción con relieve, suele hablarse de piel de lija.
    • Al final puede descamar y picar. La descamación y la desaparición sigue el mismo orden que la salida, desde la cara hacia abajo.
  • Descamación del la piel en los dedos. En algunos casos lo vemos al final de la infección.

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Diferencias con otras erupciones habituales con fiebre:

  • Sarampión y rubeola: No tiene relieve.
  • Exantema súbito: La erupción es parecida pero aparece cuando la fiebre cede, no con ella como en escarlatina, rubeola y sarampión.
  • Boca-mano-pie: Las lesiones de la piel son como ampollitas en la piel y se concentran como su nombre indica en boca, manos y pies (y alrededor del ano).
  • Varicela: Erupción con burbujitas de capa muy fina que se rompen con facilidad distribuidas por todo el cuerpo, incluidas zonas con pelo.

Vía de contagio de escarlatina

Se pasa de una persona a otra a través de las gotitas de saliva que «disparamos» al hablar, toser, estornudar… El contagio es bastante fácil cuando en la garganta se tienen las condiciones necesarias para que crezca. Hay quien reúne esas condiciones y quien no.

Diagnóstico de la escarlatina

Se pude llegar a la conclusión de que lo es con la simple exploración en algunos casos. Pero otra veces puede ser dudoso. Especialmente cuando no hay placas en la garganta.

En esos casos se puede hacer un frotis faríngeo con cultivo que identifica si está el Estreptococo pyógenes. El problema es que a veces tarda más en crecer el germen en el cultivo de lo que dura la infección.

Hoy en día disponemos también de test rápido que tomando una muestra de moco de la garganta puede detectar en menos de una hora si el Estreptococo Pyógenes está ahí. Lo que pasa es que no está siempre disponible en todos los servicios donde se atienden niños.

También podemos ver el ASLO, los anticuerpos contra el germen de la escarlatina, que pueden medirse en una analítica de sangre. Suben o bajan según lo frecuente y permanente que es el contacto de cada persona con él. Nos pueden orientar de la evolución a largo plazo en personas que tienen tendencia a padecerlo una y otra vez.

Tratamiento de la escarlatina

Una de las cosas por las que hoy en día no se habla tanto de la Escarlatina es porque responde muy bien al tratamiento con antibióticos.

Tu pediatra te indicará el más adecuado en su caso.

Prevención de la Escarlatina ¿Hay vacuna?

Pues no. No tenemos vacuna contra el Estreptococo Pyógenes. Con lo que no hay una prevención segura contra él.

Complicaciones de la escarlatina

Cuando no existían los antibióticos las infecciones por escarlatina podían llegar a ser graves.

Hoy en día lo que sí podemos ver a veces son efectos de las infecciones repetitivas por este germen o algunos efectos cuando está de forma habitual en la garganta aún no dando fiebre:

  • Uno de los efectos es que crezcan más de lo normal las anginas y las vegetaciones. Al tener el germen presente, estos centros de producción de defensas aumentan de tamaño y siguen grandes para mantenerlo a raya.
  • Pero además el cuerpo produce anticuerpos contra el Streptococo. Y si sigue manteniéndose el estímulo, a veces esos anticuerpos dan problemas en otras partes del organismo. Los más frecuentes en niños son inflamaciones en las articulaciones (Fiebre reumática) y los riñones (Glomérulo-nefritis).

Por eso, si el germen tiene facilidad para anidar en la garganta de un niño hay que seguir su evolución y plantearse medidas para eliminarlo antes de que genere otros problemas.

Hay varias opciones y es tu pediatra, en función de la evolución de cada niño, quien debe proponer alternativas. Pero hoy en día disponemos de muchos recursos para resolver este problema sin que genere complicaciones.

Cuándo deja de ser contagiosa la escarlatina

En cuanto empezamos con el tratamiento antibiótico el germen muere en poco tiempo. Asumimos que deja de ser contagioso cuando pasa 24 horas sin fiebre.

La mayoría de las cepas de Estreptococo pyógenes son muy sensibles a los antibióticos y esta desaparición de la fiebre suele ocurrir en uno o dos días tras iniciar el tratamiento.

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Inhaladores en bebés y niños

Inhaladores para niños y bebés

Los inhaladores son sistemas que podemos usar para dar medicamentos que queremos que alcancen su máxima concentración en los pulmones de niños y bebés.

La terapia con aerosoles es importante porque permite alcanzar altas concentraciones de fármacos en las vías aéreas logrando de esta manera efectos que sólo se podrían obtener con dosis muy elevadas por vía oral, con los consiguientes efectos secundarios.

Las principales ventajas que presenta sobre la vía oral son:
–    La medicación empieza a funcionar antes.
–    Hay un mejor acceso a las vías respiratorias.
–    Menos efectos secundarios, ya que se requiere dosis menores del medicamento, y el paso a la sangre es menor.

Pero para que los inhaladores funcionen, hay que usarlos bien.

Existen varios tipos de inhaladores, cada uno tiene un dispositivo diferente y la forma de utilizarlos es distinta.

En lactantes y niños pequeños básicamente se utilizan tres sistemas de inhalación que veremos a continuación:

–    Aerosol presurizado
–    Nebulizadores
–    Inhaladores de polvo seco

Aerosol Presurizado

Se usan en bronquitis fundamentalmente. Los hay con distintos medicamentos: Corticoides, broncodilatadores…
Un aerosol presurizado es un sistema dentro de un recipiente de aluminio, con una válvula que libera el medicamento reducido a gotas muy finas.

Aerosol Presurizado para Inhalación

Para que estos fármacos sean eficaces, los padres deben aprender a utilizar adecuadamente el inhalador, porque aún haciéndolo bien, sólo un tercio del medicamento llega a los pulmones, por lo que si no sabemos cómo usar bien el inhalador, probablemente muy poco del producto terminará en donde queremos.

El principal inconveniente de estos inhaladores es que precisan que el niño aspire justo cuando sale la medicación. Y eso no lo hacen bien ni los adultos. Para evitar este problema en lactantes y niños pequeños, se utilizan  espaciadores o cámaras de inhalación.  Lo que hacen es retener el medicamento en una cámara de aire para que el niño lo arrastre hacia sus pulmones al ritmo que quiera respirar.

Una cámara de inhalación es una especie de botella que se pone entre la boca y el inhalador. Al presionar el inhalador se libera el medicamento en la cámara de inhalación y permiten que el niño, respirando de forma normal, tome la dosis necesaria de medicamento.

Dependiendo de la edad del niño, las cámaras de inhalación se van a usar con mascarilla o con boquilla. La respiración en bebés y niños pequeños se lleva a cabo fundamentalmente por la nariz. La nariz sin embargo, actúa como un filtro y retiene gran parte del aerosol. La respiración con la mascarilla debe hacerse por la boca. En este sentido, no es fácil obtener la colaboración del niño, recordemos que cuando el bebé llora, respira por la boca, lo que facilita la inhalación del aerosol. Entre los 4 y 6 años se debería utilizar la boquilla en vez de la mascarilla para evitar la respiración nasal  que se produce con la mascarilla.

Como usar el inhalador y la cámara de inhalación con mascarilla (menores de 5 años)

En los lactantes y niños pequeños se aconsejan cámaras con mascarilla como Aerochamber, Babyhaler y Optichamber.

La secuencia de pasos para su correcto empleo es sencilla:

–    Quitar la tapa del inhalador, poner el inhalador en posición vertical (forma de L) y agitar.
–    Acoplar el inhalador al orificio de la cámara en posición vertical y mantener la cámara horizontal.
–    Colocar la mascarilla  sobre la cara de manera que la nariz y la boca están cubiertas. Debemos asegurarnos de que la mascarilla está bien apretada contra la cara. Pero no se debe cubrir los ojos del niño con la mascarilla.
–    Apretar el inhalador y disparar una sola dosis. Mantener la cámara ligeramente inclinada hacia arriba.
–    Dejar al niño respirar unas 10 veces y apartar la mascarilla de la cara del niño.
–    Lavar la cara del niño para eliminar los residuos del medicamento y evitar que se irrite la piel.
–    Es conveniente limpiar la boca del niño. Especialmente si lo que hemos administrado son corticoides, para evitar que se produzca una infección por hongos en la boca. En lactantes basta con ofrecerles un poco de agua o leche materna. Si es lo suficientemente mayor para usar cepillo de dientes mejor, sino con pasar una gasita húmeda por el interior de la boca es suficiente.

Como usar el inhalador y la cámara de inhalación con boquilla (sin mascarilla)

En niños más mayores se utilizaran cámaras de mayor tamaño y con boquilla como Volumatic, Fisonair y Aerochamber.

La técnica de inhalación es muy similar a la de mascarilla pero como el niño es más mayor podremos obtener una mayor colaboración:
–    Agitar el inhalador y acoplarlo a la cámara.
–    El niño tiene que estar sentado con la espalda recta o de pie.
–    Espirar suavemente. Nosotros cuando hacemos el entrenamiento en la farmacia les decimos que echen el aire como si fuesen a soplar una tarta. Los niños suelen entenderlo muy bien.
–    Colocar la boquilla de la cámara en la boca y mantener los labios cerrados.
–    La cámara debe estar horizontal.
–    Apretar el pulsador UNA sola vez.
–    Inspirar lenta y profundamente durante unas 4-5 segundos. En este paso les decimos que chupen de la pajita como si estuviesen bebiendo un zumo. En los más peques sirve respirar por la boca de forma normal unas 5-7 veces.
–    Retirar la cámara de la boca, mantener el aire unos segundos y expulsar el aire lentamente.
–    Deben enjuagarse la boca y lavarse los dientes.

Nebulizadores

Pueden ser útiles en bronquitis, laringitis, bronquiolitis, hipertrofia adenoide… Y podemos usarlo con corticoides, broncodilatadores, mucolíticos, suero salino hipertónico…

Un nebulizador es una pequeña máquina que convierte el medicamento líquido en una fina niebla de forma que pueda ser inhalado a través de una mascarilla o boquilla inhaladora.

Existen varios tipos de sistemas:
–    Nebulizadores a pistón (tipo jet).
–    Nebulizadores ultrasónicos.

Nebulizadores para niños y bebés

El medicamento es inhalado por el niño mientras respira normalmente, a través de una mascarilla o de una boquilla.  Tienen la ventaja de que no requiere coordinación con la respiración del niño.

Muy útiles en crisis asmáticas graves, además permiten administrar conjuntamente varios medicamentos.

La elección entre un inhalador o un nebulizador va a depender del tipo de medicación que necesita el niño, por lo que la elección la hará el pediatra.

La secuencia de pasos para su correcto empleo:

–    El nebulizador está compuesto por un compresor, un tubo flexible, un recipiente donde se incorporan los medicamentos y la mascarilla o boquilla.
–    Colocar en la salida del nebulizador la mascarilla y conectar un extremo del tubo flexible al compresor y el otro a la toma de aire del nebulizador.
–    Lavarse las manos con agua y jabón antes de manipular los medicamentos.
–    Incorporar la medicación pautada por el pediatra en el recipiente del nebulizador.

  • Nebulización en bebés:
    • El modo más sencillo es coger al bebé en brazos, tiene que estar ligeramente recostado.
    • Colocar la mascarilla cubriendo totalmente la nariz y la boca (nunca cubrir los ojos con la mascarilla)
    • Mantener la nebulización hasta que se termina la dosis o durante 10 o 15 minutos.
    • Se debe ofrecer agua o leche materna al bebe para eliminar los restos del medicamento que quedan en la boca o pasar una gasa humedecida con agua por todo el interior de la boca.
    • Lavar la cara del bebé para eliminar los residuos del medicamento y evitar que se irrite la piel.
  • Nebulización en niños:
    • Sentar al niño en posición vertical
    • Animar al niño a hacer lentas y profundas por la boca. Se debe evitar en la medida de lo posible que hable.
    • Mantener la nebulización hasta que se termina la dosis o durante 10 o 15 minutos.
    • Los niños mayores deben enjuagarse la boca haciendo gárgaras con agua y cepillarse los dientes.

Inhaladores de polvo seco

Son útiles en bronquitis y en algunas presentaciones llevan varios medicamentos en una sola aplicación.

No precisan de una coordinación entre el momento en que pulsamos y la aspiración del niño para que funcione (se activan por la inhalación del niño). El principal inconveniente que presentan es que el niño aspire con una fuerza que puede ser difícil de alcanzar por los niños pequeños menores de 5-6 años. Es útil en niños de más de 6-7 años.

Carecen de propelentes (un gas utilizado para impulsar las sustancias contenidas en los aerosoles).

Existen diversos sistemas de inhaladores de polvo seco pero los más utilizados son:

  • Turbuhaler :

La secuencia de pasos para su correcto empleo:

•    Desenroscar y sacar la tapa.
•    Girar la rosca inferior, primero hacia la derecha, hasta notar un tope, luego hacia la izquierda hasta oir un “clic”.
•    El niño debe sacar todo el aire de los pulmones (soplar la tarta).
•    Colocar los labios en la boquilla y cerrarlos.
•    Inspirar suave y profundamente, tanto como pueda, unos 10 segundos. (chupar de la pajita).
•    Sacar el aire.
•    Lavar o enjuagar la boca con agua.
•    La parte externa de la boquilla se limpia con un paño seco (no utilizar agua).
•    El inhalador tiene un indicador de dosis, una marca roja indica la última dosis del inhalador.

Inhalador Turbuhaler

  • Accuhaler:

La secuencia de pasos para su correcto empleo:
•    Para abrir el dispositivo hay que deslizar la carcasa con un dedo.
•    Para cargar la dosis del medicamento hay que deslizar la palanca hasta oír un “clic”.
•    El niño debe sacar todo el aire de los pulmones (soplar la tarta)
•    Colocar los labios en la boquilla y cerrarlos.
•    Inspirar suave y profundamente, tanto como pueda (chupar de la pajita).
•    Retener el aire todo lo que pueda el niño, unos 10 segundos.
•    Sacar el aire.
•    Lavar o enjuagar la boca con agua.
•     La parte externa de la boquilla se limpia con un paño seco (no utilizar agua).
•    Cerrar el dispositivo hasta oír un “clic”

Inhalador Accuhaler

  • Novolizer:

La secuencia de pasos para su correcto empleo:
•    Retirar el capuchón de la boquilla (ventana de color rojo).
•    Cargar la dosis apretando el botón del dispositivo (ventana verde).
•    Sacar todo el aire de los pulmones (soplar la tarta).
•    Ajustar los labios a la boquilla y coger aire profundamente hasta que se oiga un “clic”. (chupar de la pajita)
•    Retener el aire todo lo que pueda el niño, unos 10 segundos.
•    Expulsar el aire.
•    Enjuagar la boca con agua haciendo gárgaras y lavar los dientes.
•    Lavar la parte externa de la boquilla con un trapo seco, no utilizar agua.
•    El inhalador tiene un contador que indica las dosis restantes.

Inhalador NovolizerLa farmacia del bebé, inhaladores para niños y bebés.

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Gripe en niños y bebés

La gripe en niños y bebés.

Los síntomas de la gripe en niños y cómo tratarlos, explicado a los padres.

Desde hace un par de semanas han ido aumentando los casos de gripe en Granada.

Este año parece que toca otra vez campaña de «acongojamiento general».

Según los informes de epidemiología, la mayoría de los casos de este año están siendo de Gripe A. Lo que en la práctica no tiene demasiada importancia.

La gripe es una enfermedad causada por un virus que cambia con facilidad, de modo que cada año se produce una epidemia que afecta a una parte importante de la población durante el invierno.

La única prevención real es la vacunación, que es recomendable en personas con enfermedades que pueden agravarse si se contrae la gripe. En el caso de niños, se recomienda vacunar a niños con bronquitis crónica o con problemas de corazón.

Los síntomas más habituales de la gripe en niños son:

  • Fiebre. Varía según los casos, pero puede alcanzar con facilidad más de 39 y mantenerse cerca de una semana.
  • Dolores musculares. Duelen brazos, piernas y espalda como si se tuvieran agujetas.
  • Cansancio.
  • Malestar genaral. En niños pequeños: muy llorones.
  • Congestión nasal y de ojos.
  • Tos irritativa. No es raro que tras ceder la fiebre puedan estar semanas con una tos muy persistente.
  • A veces, vómitos.

Tratamiento de la gripe en niños:

  • Los antibióticos no sirven.
  • La gripe se cura sola cuando nuestro cuerpo produce anticuerpos contra el virus, en lo que tarda entre 3 y 7 días habitualmente.
  • A los enfermos de gripe se les trata aliviando los síntomas y evitando las complicaciones.
  • Por tanto se tratan la fiebre y el dolor, la congestión y la tos.

Complicaciones más frecuentes de la gripe en niños:

  • En menores de 1 año, sobre todo por debajo de los 6 meses: Bronquiolitis. Se caracteriza por una tos muy persistente, con dificultad para respirar y comer.
  • En mayores: Las más habituales son la Bronquitis y la Neumonía. Su aparición suele coindicir con un aumento de la fiebre cuando ya estaba bajando con empeoramiento de la tos.

Signos de alerta de la gripe en niños:

  • Muy mal estado general.
  • Decaimiento intenso.
  • Dificultad para respirar importante (no congestión).
  • Picos de fiebre que no empiezan a bajar de altura y frecuencia tras 3-5 días. O que cuando ya habían empezado a bajar, suben de nuevo de forma clara.

En todos estos casos es recomendable volver a llevar al niño al pediatra.

Vacunación antigripal en niños

La vacunación contra la gripe no es recomendable en todos los niños. Se indica en niños que tienen enfermedades en las que una gripe puede suponer un desafío importante. Las más habituales son las cardiopatías y las bronquitis crónicas.

Cuando se vacuna por primera vez en niños pequeños suele hacerse partiendo la vacuna en dos medias dosis.

Si tienes dudas al respecto consulta a tu pediatra, que te dará la indicación más adecuada en el caso de tu hijo.

 

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Mi hijo está malo desde que empezó el curso

«Mi hijo siempre está malo » Algo muy frecuente el primer año de guardería. No busques respuestas milagrosas sino entender cuándo preocuparte o verlo normal.

¿Tienes un hijo menor de tres años que acude por primera vez a la guardería este año?

Si es así, seguro que el título te ha llamado la atención. Debes llevar dándole vueltas desde hace meses.

Es frecuente que el primer año de guardería pagues para que se ponga malo. Va dos días, una semana sin ir. Vuelve otros dos días, otra semana malo…

Suelo decir que si uno calcula lo que se paga de guardería y el número de días que va de verdad, sale más caro que enviarlo a estudiar a EEUU.

Como habréis deducido, es bastante normal. Vuestro hijo no es una excepción. No tiene las defensas mal.

Y no es que no acabe de curarse ni que tenga un «resfriado mal curado». La causa real es que no han acabado con una infección cuando ya están incubando la siguiente.

¿Porqué está malo constantemente?

Cuando un niño se escolariza por primera vez empieza a tener relación con muchos niños que provienen de familias difrerentes. Sin que un niño se relacione con otros también puede enfermar. Los adultos lo hacemos con menor frecuencia porque ya hemos pasado y formado defensas contra la mayoría de los gérmenes que nos rodean.

Para que se entienda voy a poner un ejemplo conocido: La varicela.

La mayoría la hemos pasado en nuestra infancia. Las personas que han pasado la varicela, si en un momento determinado tienen una bajada de sus defensas pueden reactivar ese virus, que está como hivernando en nuestro interior. Aparece lo que llamamos una «Culebrina» o herpes zoster.

Cuando un adulto tiene una culebrina libera vírus de la varicela. Si un niño está cerca y aún no la ha pasado, puede desarrollarla. El período de incubación es de 7-10 días habitualmente. Y en ese tiempo el niño ya está liberando virus que pueden contagiar a otros.

Si un niño no está escolarizado las posibilidades de que un adulto de su entorno desarrolle una culebrina son bajas.

Pero si está escolarizado las posibilidades de que alguno de sus compañeros tenga contacto con un adulto con culebrina se multiplican.

Por eso enferman más si van a la escuela.

¿Deberíamos evitarlo no llevándolo a la escuela hasta que sea mayor?

El sistema defensivo es un elemento que como todos los demás en los niños está en construcción. Pero es uno de los que maduran más rápidamente hasta el máximo de capacidad. Nos va en ello la supervivencia.

Los primeros 3-4 meses contamos con la ayuda de los anticuerpos que pasa la madre a su hijo a través de la placenta.

Tras el nacimiento la ayuda puede mantenerse a través de la lactancia, pero de forma más limitada que en la primera fase.

A partir de ahí los niños deberían haber desarrollado su propia capacidad de defenderse.

Suele considerarse que las infecciones en menores de 3-6 meses son más graves que en niños mayores de los 6 meses. Porque antes de esa edad consideramos inmaduro al sistema defensivo.
Y eso nos lleva a algo: Que la escolarización antes de los 6 meses debería estar contraindicada. Pero para eso sería necesario que la baja tras el nacimiento durase ese período como mínimo.

A partir de esa edad las probabilidades de un niño de enfermar cuando se escolarice son las mismas, lo haga a los 6 meses o a los 6 años.

La diferencia está en que se hará de forma más condensada si se escolariza pronto. Si lo hace tarde irá pasando infecciones a un ritmo menor. Pero el resultado final, si hiciésemos un recuento del número de infecciones sufridas sería casi el mismo.

Pero algunos niños están malos con más frecuencia que otros

Eso es algo que cualquiera puede apreciar. Los propios trabajadores de las escuelas infantiles lo notan y cuando los padres hablan entre sí también.

¿Qué ocurre? ¿Es que hay niños que sufren todas las infecciones y otros que no? Pues en realidad está ahí la diferencia. Lo que marca la diferencia entre las veces que enferman los niños no es que los gérmenes no afecten a unos y si a otros. Sino la forma en la que lo hacen.

Hay niños que cuando contactan con un virus, por ejemplo, desarrollan algo de moqueo y en un par de días están bien. Otros ante ese mismo virus se defienden haciendo fiebre alta, una bronquitis, vómitos, diarrea… Síntomas mucho más llamativos. Y en realidad el segundo, el que parece enfermar más no es que tenga una falta de defensas, sino que responde de forma mucho más exagerada.

Luego hay niños que tienen una mayor tendencia a que ciertos gérmenes aniden en su cuerpo. Es el caso de los niños con amigdalitis (anginas) o infecciones de orina de repetición.

En estos niños hay cosas que podemos hacer para reducir su tendencia a reaccionar de forma exagerada frente a las infecciones o a evitar esas infecciones de repetición. Es labor del pediatra ir un poco más allá de tratar cuadros agudos uno tras otro y plantear estrategias de prevención. Especialemente cuando el cuadro que sufre el niño es repetitivo y casi siempre con el mismo patrón.

No podemos evitar que el siguiente germen con el que tenga contacto le infecte. Pero sí podemos modular o prevenir ciertas formas de enfermar que vuelven una y otra vez.

El problema para hacer ese planteamiento es que se necesita tiempo. Muchos pediatras no disponen de ese tiempo por masificación y el resultado es que se pierde la oportunidad de conocer adecuadamente a un paciente hasta el punto de poder controlar bien sus particularidades y prevenir problemas posteriores. Lo que reduciría la demanda.

Otro problema es la continuidad. Ante la masificación de muchas consultas algunos padrs se ven obligados a acudir una y otra vez a urgencias y eso hace que su hijo sea atendido como cuadro agudo una y otra vez sin que ningún pediatra de urgencias pueda establecer una estrategia de prevención estable y que pueda seguir para adaptar a la evolución del niño.

Por eso, cuando un niño empieza la escolarización, mi consejo a los padres es que tengáis un pediatra de referencia al que acudáis cada vez que vuestro hijo enferme y recurráis a urgencias sólo cuando no podáis hacerlo a vuestro pediatra «de cabecera».

Pero ante todo, y a pesar de lo desesperante que pueden ser estos primeros años, asume que es normal que mañana pueda tener una nueva infección y da gracias si pasa una tras otra sin necesitar ser hospitalizado. Porque eso significa que en realidad está superando este reto de forma adecuada y debe hacerlo.

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El niño con mocos, vídeo en MedicinaTV

Canal de Pediatría en MedicinaTV

El niño con mocos. Nuevo vídeo en el canal de Pediatría de MedicinaTV en el que explicamos los distintos tipos de moco y cuando merece la pena hacer algo.

En este vídeo pretendemos ayudar a padres y madres a comprender algo tan frecuente en niños como la presencia de mocos.

Intentamos aclarar de forma sencilla las principales dudas de los padres cuando sus hijos sufren este problema:

Porqué todos los niños tienen moco y pretender eliminarlos es imposible, especialmente en los primeros años de escolarización.

Para qué sirven los mocos en los niños.

Los distintos tipos de moco, claro, espeso, de la nariz, en la garganta…

Cuándo merece la pena tratar los mocos con lavados o medicación.

Cuándo son inútiles o poco recomendables los lavados nasales.

 

Este vídeo es el tercero de una serie que iremos publicando todas las semanas en el canal de Pediatría de MedicinaTV en Youtube.

Cada martes un nuevo vídeo en el que trataremos un problema frecuente de salud infantil.

Con un lenguaje claro y con el objetivo de que aprendáis a comprender y manejar los cambios más habituales en la salud de vuestros hijos.

Puedes accecer a los vídeos anteriores sobre la fiebre y sobre la tos.

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La tos en niños, nuevo vídeo en Medicina TV

Canal de Pediatría en MedicinaTV

Nuevo vídeo en el Canal de Pediatría de MedicinaTV: Esta semana la tos. Qué es, para qué sirve, tipos de tos. ¿La tratamos o no?

La semana pasada os presenté este nuevo canal en el que cada semana os presentaremos un vídeo sobre salud infantil.

Para los que os perdiéseis el vídeo de la semana pasada, sobre la Fiebre en niños podéis visitarlo aquí.

Aprende sobre el desarrollo de tu hijo, comprende los cambios que va a sufrir a lo largo de su crecimiento y disfruta de él con la tranquilidad que da el conocimiento.

Segundo vídeo de este Canal de Pediatría: La Tos en niños y bebés.

Para empezar, os presento el vídeo sobre la fiebre. Es el síntoma más frecuente en urgencias de pediatría.

En este vídeo os explicaré qué es la tos, cómo aparece, para qué la usa el cuerpo, los distintos tipos de tos y cómo podemos los padres actuar ante ella.

Espero que os guste. Si no os queréis perder ninguno de los que vayamos publicando, no olvidéis suscribiros a este canal.

Y si crees que puede ayudar a algún conocido ayúdanos a difundirlos.

Espero de verdad que os gusten y os ayuden.

 

La tos es un mecanismo defensivo del cuerpo para limpiar la vía respiratoria. Es por tanto algo beneficioso en principio.

Pero hay diferentes tipos de tos en los niños. Hay toses que ayudan a limpiar la vía respiratoria y otras que producen una irritación innecesaria. Y a veces aparece cuando no es adecuada o causada por algo que no debería, como ocurre en las alergias.

Hay casos en los que la tos impide descansar o alimentarse, veces que llega a producir el vómito. En algunas de esas situaciones podemos hacer cosas que moderan esa tos.

Este vídeo pretende explicaros esas diferencias para que cuando vuestro hijo sufra la tos, tengáis unas ideas claras que os ayuden a actuar del modo en que podáis ayudar a vuestro hijo.

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Probióticos y antibióticos en niños

Probióticos frente a antibióticos en niños

Respuesta a una consulta en Facebook: ¿Qué probióticos dar a los niños tras un antibiótico? Los probióticos son gérmenes que fortalecen nuestra flora intestinal.

Los antibióticos son medicamentos que matan bacterias. Los utilizamos cuando una bacteria produce una infección para ayudar al cuerpo a eliminarla.

Anti- Antibióticos.

Hay gente que está en contra del uso de los antibióticos.

Se dicen cosas como que:

«Son sustancias químicas que interfieren con la capacidad del organismo de defenderse por sí mismo»

Para empezar, los antibióticos son sustancias que obtenemos de la naturaleza. Lo que hacemos es observar cómo ciertas sustancias (presentes en la naturaleza) dificultan el crecimiento de microbios que causan infecciones en el ser humano. Cuando identificamos una de ellas, se estudia cual es el efecto de esa sustancia en nuestro organismo. Le los miles de sustancias presentes en la naturaleza que pueden atacar a los microbios que nos infectan se escogen aquellas que siendo más potente contra microbios más peligrosos, tienen menos efectos indeseables en el ser humano. Han salvado millones de vidas y evitado secuelas que antes del descubrimiento de los antibióticos eran frecuentes.

«Cuando toma antibiótico el niño come peor»

Es cierto. Pero es debido a que cuando toma antibióticos es porque el niño está enfermo.

«Destroza la flora intestinal»

Hay antibióticos más agresivos en esto que otros. Pero es cierto. Los antibióticos actúan sobre mecanismos que afectan no sólo a gérmenes perjudiciales. Toda nuestra piel y mucosas están cubiertos por gérmenes que no nos dañan. Es lo que llamamos nuestra «flora saprofita». El sitio donde es más rica es el intestino y de hecho lo que hay en el intestino acaba definiendo en gran medida lo que acaba colonizando el resto de nuestra piel y mucosas.

Los antibióticos pueden también matar una parte importante de los gérmenes no perjudiciales (o algunos incluso beneficiosos) que conviven con nosotros. Y eso sí es perjudicial porque el espacio que no ocupan ellos puede ser conquistado por otros perjudiciales.

Para evitarlo, cuando tomamos antibiótico podemos acompañarlo de probióticos. Son gérmenes de los beneficiosos que queremos que ocupen el espacio libre tras el efecto de los antibióticos.

Es recomendable tomarlos siempre que tenemos que tomar antibiótico hasta acabar el tratamiento y  unos días más. Haciéndolo podemos obtener el beneficio de los antibióticos para vencer infecciones que pueden ser graves evitando los efectos perjudiciales de una flora pobre.

Por tanto, la solución no es no usar los antibióticos. Es escoger el adecuado, usarlo sólo cuando es necesario y recuperar de forma adecuada la flora intestinal.

Para mí la mejor opción sería que los antibióticos se vendiesen de forma conjunta con el probiótico más adecuado para reparar la flora tras su uso (idea de marketing para laboratorios).

Cuál es el mejor probiótico con los antibióticos

En los últimos años se han comercializado montones de probióticos. Están de moda. Y evidentemente todos los laboratorios tienen estudios que defienden al suyo.

La realidad es que posiblemente a cada persona le va mejor uno concreto, porque se adapte mejor a las características de su organismo.

Pero yo los que más recomiendo son Lactobacillus fermentum Lc40, Lactobacillus reuteri y una levadura, Sacaromices Boulardii.

Especialmente Sacaromices Boulardii es útil en reparación de la flora intestinal con tratamientos antibióticos. Ya que al ser una levadura y no una bacteria los antibióticos no le hacen daño. Eso permite empezar a reparar incluso durante el tratamiento antibiótico.

Hay muchos antibióticos y no todos afectan igual a la flora intestinal. Si tuviese que nombrar a «la bestia negra de la flora» en niños sería sin duda la Amoxicilina con ácido clavulánico. Pero es un gran antibiótico en cuanto a efectividad contra las infecciones. Esto significa que no debe usarse a la ligera. Que si la infección creemos que puede combatirse con otros antibióticos menos agresivos, optemos por otros. Pero que si es una infección grave y necesitamos este antibiótico debemos usarlo.

Pero eso sí, siempre con probióticos. Y en este caso mi recomendación es empezar al mismo tiempo que el antibiótico a tomar Sacaromices boulardii y seguir tomándo el probiótico hasta unos días después de acabar el tratamiento antibiótico.

Los probióticos como tratamiento preventivo de infecciones

Otro uso posible de los probióticos es que en algunos casos de infecciones de repetición los probióticos pueden actuar reduciendo la tendencia de algunos niños a desarrollar algunas infecciones concretas.

Algunas mastitis, orzuelos, enterocolitis, amigdalitis, otitis de repetición pueden reducir su frecuencia o desaparecer cuando reforzamos la flora con probióticos.

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Rinitis seca del lactante

Rinitis seca del lactante: Nariz congestionada sin moco en bebés.

¿Porqué algunos bebés recién nacidos tienen la nariz atascada, pero no se les cae el moco? Y porqué no es recomendable lavarles ni aspirarles cuando ocurre.

La primera vez que los padres piensan que su bebé recién nacido está resfriado suele ser muy pronto. La mayoría, ya desde el primer día de vida y durante las primeras semanas:

  1. Notan que el bebé no puede respirar bien.
  2. Hace ruido como si tuviese la nariz taponada.
  3. Pero el moco no cae de la nariz y si le hacen un lavado nasal suele salir poca cosa.
  4. El bebé come bien aunque haciendo ruido y estornuda más que tose.
  5. No tiene fiebre y por lo demás el bebé está bien.

Ese bebé no está resfriado, lo único que le sucede es que durante el embarazo la nariz estaba siempre mojada (estaba sumergido en líquido) y desde que ha nacido está en un ambiente más seco y al resecarse la mucosa de la nariz se congestiona, se hincha dificultando el paso de aire, pero con poco moco.

En este caso lo único que hay que hacer es humedecer la mucosa con frecuencia echándole un par de gotas de suero fisiológico en la nariz de vez en cuando y aspirándolo a los pocos segundos, sólo si vemos el moco asomar.

Si no vemos moco, no se aspira.

Porque si aspiramos con frecuencia le da más congestión.

Por lo tanto:

Si tu bebé tiene la nariz atascada, hace ruido al respirar, pero no se le cae el moco, lo único que hay que hacer es echarle un par de gotas de suero fisiológico en la nariz cuando lo veamos más atascado.

Verás que a los cinco minutos respira mejor.

La idea no es lavarle la nariz, sino mojarla.

Sirva esto de ejemplo para que entendamos algo importante.

Los bebés están cambiando constantemente, y muchos de esos cambios que nos pueden parecer preocupantes son en realidad parte de su desarrollo normal.

No os preocupéis tanto y tened la tranquilidad de que muchas «molestias» aparentes son en realidad procesos para los que el propio bebé tiene su solución en su momento. Si no le produce una molestia intensa, no le impide comer ni descansar, en la mayoría de los casos es que no es nada importante en lo que tengamos que interferir.