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Síntomas «Imaginarios» en niños

Síntomas imaginarios en niños

Los síntomas que un niño dice tener no siempre corresponden a la realidad. A veces porque no conoce su significado, a veces porque miente. ¿Cómo actuar?

Estoy escribiendo este artículo y acabo de ver a una de mis pacientes de 6 años que acude por un dolor de muñeca después de que su hermano ayer jugando le hiciese daño.

La situación es que ella no tiene signos de inflamación y mueve perfectamente la muñeca. De hecho no para de moverla gesticulando mientras me explica cómo su hermano le hizo daño.

Al preguntarle dónde le duele se señala una veces en un punto y al instante en otro. Al preguntarle 5 segundos más tarde por el punto en que dijo que sí dolía, ahora no es ahí, sino allá…

Su madre la mira, me mira, y acaba diciendo «si yo sé que no tiene nada», pero estábamos ya para entrar al colegio cuando me ha dicho que le sigue doliendo desde ayer y he pensado » a ver si me voy a pasar de lista y la niña va a tener algo de verdad».

Resultado: La niña no ha ido al colegio y a la madre le toca buscar alternativas a toda prisa para organizar la mañana.

Esto es algo bastante frecuente en cuanto un niño tiene la capacidad de hablar y decirnos lo que siente. Lo que se agradece, después de varios años en los que no podía expresarlo y teníamos que adivinarlo. Pero no siempre podemos aceptarlo sin más.

¿Es simplemente mentira? ¿Es algo «imaginario»? ¿Exagera? Hay varias posibilidades. Las más habituales:

  • Está mintiendo. Desde que podemos hablar, podemos mentir. Y decir que sientes algo que no es real es una posibilidad. Pero incluso las mentiras tiene siempre algo real, y es el motivo por el que se miente. Siempre lo hay, búscalo. Lo más frecuente son llamadas de atención buscando el afecto o que le dediquemos un instante. Otras es una mentira que le permite lograr lo que cree que no puede pedir: No ir al colegio, por ejemplo.
  • Está simplemente diciendo algo que siente, pero no sabe la importancia que tiene. Todos tenemos dolores o pequeñas molestias a lo largo del día, todos los días. Pero ya tenemos la experiencia suficiente para desechar la mayoría de esas sensaciones como no importantes. Los niños, cuando adquieren la capacidad de expresarse pueden no dar importancia a esas sensaciones o comunicarlas. Depende de su forma de ser y del resultado cuando lo hace. Si haciéndolo logra algo positivo para él, como que mostremos nuestro afecto, el niño puede hacerlo cada vez más en cuanto se nota cualquier cosa. Esto en sí no es negativo, refuerza la sensación de seguridad del niño y su confianza en nosotros. Pero debemos tener claro que es simplemente eso. Si ya nos preocupa y distorsiona nuestro día a día pasa a ser algo negativo.
  • Está expresando algo que siente pero no sabe cómo llamarlo. Para mí el ejemplo típico de esto es el mareo. Vemos con frecuencia niños que acuden porque dicen estar mareados. Se queja de otras muchas cosas, como dolor de cabeza, que está cansado… Pero cuando dice que está mareado los padres interpretan que tiene «vértigo», una alteración del equilibrio. Y eso habitualmente se asocia a causas reales. Por lo que los padres suelen explicar que lo han traído porque ya el «mareo» les ha preocupado. Pero mayoritariamente, cuando les pregunto qué es el mareo para ellos o no saben definirlo o no lo tienen.

Cómo diferenciar los síntomas importantes de los que no lo son tanto

Yo creo que en todos los casos debemos dedicar un instante a plantearnos porqué aparecen esos síntomas. Incluso en los que veamos como falsos o exagerados. Cuando un niño expresa que algo no va bien, suele ser cierto. Pero muchas veces el problema real está oculto.

¿Le impide el síntoma hacer su vida normal?

Los dolores «imaginarios», «exagerados» o «falsos» más frecuentes son de cabeza, barriga o piernas.

Estas son algunas de las preguntas típicas cuando un niño dice que le duele algo, para valorar lo importante que es:

  • ¿Le despierta de noche el dolor?
  • ¿Le impide hacer cosas que le gustan, como jugar, ver la televisión…?

Si la respuesta es que no, el dolor no suele ser importante y en algunos casos ni es real.

En otras ocasiones como decimos es real, pero aunque es leve el niño está expresándolo de forma tan repetitiva que acaba preocupándonos o directamente lo está exagerando de forma intencional para lograr algo.

¿Hay signos evidentes del dolor?

A parte de lo que nos dice seguimos teniendo los signos visibles que usábamos para darnos cuenta de que el niño no estaba bien antes de que fuese capaz de expresarlo.

Me refiero a que un dolor importante suele ir acompañado de otras cosas que son objetivas y pueden verse si uno las busca:

  • En un dolor de cabeza o barriga importante es normal que se tenga mala cara, palidez de piel, las ojeras más marcadas.
  • Un dolor tras un golpe que sea relevante es habitual que se acompañe de inflamación.

¿Qué hacer cuando el síntoma es falso o exagerado?

Hay quien pensará que simplemente debemos ignorarlo. Pero no lo veo así.

A todos nos duele algo

En los casos más simples no hay intencionalidad alguna. Simplemente, el desarrollo del lenguaje le hace posible expresar molestias leves.

Muchas veces basta con explicarle que todos tenemos molestias leves que vienen y van sin mayor importancia. Y que los demás no lo decimos porque sabemos que van a ceder y no son graves.

Qué hay detrás del síntoma imaginario

Pero en otros casos el niño expresa estas molestias con intencionalidad.

Lo más habitual es que sea una simple llamada de atención para lograr que de dediquemos un momento.

Pero en otros casos expresa un problema oculto:

  • Un niño que muestra los dolores siempre que va al colegio nos está diciendo que tiene problemas allí. De acoso, de mala relación con un profesor, de falta de amigos, de aburrimiento…
  • Un niño que expresa molestia cuando llevamos un rato atendiendo a un hermano está expresando celos.
  • Un dolor de barriga antes de comer puede ser su forma de evitar que le obliguemos a comer algo que no le gusta.

En resumen: Si tu hijo expresa un problema en su salud siempre hay una causa real, a veces es la evidente, pero otras hay que descartar lo que dice y pensar un poco más allá. Ante la duda por supuesto el pediatra puede ayudarte a comprobar si hay un problema físico o de otro tipo.

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Síntomas del Cólico del Lactante

Síntomas del Cólico del Lactante

¿Cuáles son los síntomas del Cólico del Lactante? Si tu bebé llora mucho y te han dicho que tiene Cólico del Lactante te explico los síntomas que tiene.

Hablamos de Cólico del Lactante en bebés de menos de cuatro meses de edad que presentan episodios de irritabilidad, nerviosismo o llanto, que se inician sin causa aparente, que duran tres horas o más al día por lo menos tres días a la semana, por un periodo de al menos una semana con una ganancia de peso y talla normal.

Si reúne estos criterios, según el consenso de Roma III, tiene Cólico del Lactante.

Los Síntomas que suele tener el bebé con Cólico del Lactante:

  • Son episodios limitados en el tiempo. El bebé tiene momentos en el día en los que parece estar perfectamente y otros en los que llora de forma inconsolable.
  • Esos episodios no parecen tener una causa común. En algunos bebés aparecen por la tarde-noche, otros tras la comida… Y ceden lo mismo que aparecen sin que haya una forma concreta de lograrlo.
  • El llanto es muy intenso. No es una inquietud o llanto leve. Llora con signos evidentes de dolor.
  • Suele acompañarse de movimientos bruscos que acompañan al llanto: Lo más frecuente son compresiones de las piernas sobre el abdomen, pero a veces puede estirarse con dolor.
  • Inconsolable: No deja de llorar con facilidad. No se calma simplemente con alimentarlo o entretenerlo.

Otros síntomas que suelen acompañar aunque no siempre:

  • Suele comer con ansiedad. Especialmente en la tarde-noche.
  • A veces la barriga está hinchada. No siempre ocurre.
  • Es frecuente que se calme cuando tras horas de llanto acude a urgencias. Esto parece que fuese de chiste, pero es muy habitual.
  • Suelen ganar peso al ritmo normal o incluso más.

Síntomas que descarta que sea un Cólico del Lactante (si aparecen debería ser visto por el pediatra):

  • El llanto es constante. No hay ratos en los que el bebé esté bien tras muchas horas de llanto.
  • Fiebre. La fiebre es un signo de infección habitualmente, luego si aparece, no es Cólico. Hay algo más.
  • Vómitos. Vomitar es expulsar contenido del abdomen hacia arriba, pero a diferencia de las bocanadas se precede de dolor en el momento que expulsa y mala cara evidente.
  • Rechazo constante del alimento. Cuando tiene una crisis de Cólico del Lactante un bebé puede rechazar momentáneamente que le alimenten. Pero cuando cede el dolor come con ganas. Si no come en todo el día hay que verlo.

Ante la duda, si un bebé llora mucho, conviene que el pediatra lo valore antes de asumir sin más que puede ser Cólico del Lactante.

No hay ninguna prueba diagnóstica que nos diga que lo que tiene es Cólico del lactante.

Como veis, hay mucha variabilidad en los síntomas que aparecen. Y es así porque en realidad el Cólico del Lactante no corresponde a un problema concreto.

Agrupar a los bebés de menos de 4 meses que lloran mucho sin que sepamos porqué ni cómo calmarlos es algo que hacemos nosotros, pero no implica en absoluto que todos los bebés que están en esa situación tengan una causa común.

De hecho, mi experiencia es precisamente que el error está en buscar una sola causa. Cuando en la mayoría de los casos hay varios desencadenantes simultáneos.

Otro error es creer que de verdad existen los bebés que lloran sin motivo de forma intensa. Ningún bebé llora durante horas desesperado sin que le pase nada.

Cuando he visto bebés con Cólico del Lactante, si algo tengo claro al igual que los padres, es que tiene dolor. Y ese dolor tiene siempre causa.

Pero pueden ser diferentes motivos. Y en muchos bebés el dolor proviene de varias causas a la vez. Sólo cuando logramos identificarlas podemos tratarlas.

Sólo entonces desaparece el Cólico del Lactante. Cuando desentrañamos la razón que genera los síntomas del Cólico de cada bebé concreto. Y tratamos simultáneamente todos los factores implicados.

Hacer esto es posible, con un porcentaje de éxito muy elevado y en un tiempo breve.

He intentado sistematizar mi experiencia haciéndolo en el Programa Bebé sin Cólico.

Si tu hijo lo sufre podemos ayudarte.

Bebé sin Cólico

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Por qué el Cólico del Lactante ocurre en menores de 3 meses

Motivos por los que el Cólico del Lactante suele aparecer en menores de 3 meses

El Cólico del Lactante parece un misterio, pero si empezamos a comprenderlo deja de serlo. Empecemos viendo porque es más frecuente en menores de 3 meses.

El Cólico del Lactante es un tema que me apasiona. Y lo hace porque me ha ayudado a cambiar radicalmente mi concepto de la Pediatría.

Buscar explicaciones para todo entendiendo mejor la realidad del bebé y los motivos por los que actúa como lo hace.

Se suele definir el Cólico del Lactante con la Regla de los 3 de Wessel:

Bebé de entre 3 semanas y 3 meses que sin estar enfermo llora más de 3 horas al día, más de 3 días por semana.

Me encanta, ya hasta le he pillado cariño a la frasecita. Pero la verdad es que es un juego da palabras y nada más.

Lo triste es que tras ella hay una realidad que puede marcar la experiencia de crianza de muchas familias.

La sensación general de los padres y madres cuyo hijo tiene Cólicos del Lactante es que no saben cuidar de su hijo. Intentan hacerlo tan bien como pueden y como el bebé no para de llorar son bombardeados con consejos constantes. Intentan ponerlos en práctica. Pero en la mayoría de los casos sin mejoría.

Para colmo está quien dice que el Cólico del Lactante se debe a que padres inexpertos se ponen muy nerviosos y transmiten esa ansiedad a sus bebés. «¡Solucionado! Le echamos la culpa a los padres y listo». ¡Qué solución más imaginativa! Y más patética…

Es cierto que el Cólico del lactante es más frecuente en lo primeros meses de vida y que lo es en hijos de padres novatos. Pero voy a intentar explicaros el porqué según mi experiencia:

  • Todo niño que llora lo hace por algo. Esta es la premisa que me planteé cuando empecé a buscar respuestas al Cólico del Lactante.
  • Si un bebé llora más de lo habitual, me da igual si son 3 horas, 2,5 o 5…. asumo que es porque tiene algo que le causa dolor o incomodidad o una de sus necesidades no está siendo cubierta. 
  • Esto ocurre con más frecuencia en hijos de padres novatos y durante los primeros meses de vida, porque la falta de experiencia hace que no identifiquen con facilidad los signos de problemas que pueden causar dolor al bebé y que no interpreten adecuadamente sus necesidades.
  • Las indicaciones que se siguen dando en muchos casos a los padres sobre cómo cubrir las necesidades del bebé siguen siendo antinaturales en muchos casos. Se les sigue diciendo:
    • Que les aguanten el hambre para pautarles un ritmo de alimentación fijo.
    • Que restrinjan el contacto con el bebé.
    • Que mantengan al bebé separado de ellos.
    • ….
  • Estas indicaciones sólo tienen un efecto: Las necesidades de estímulos (posturales, sensoriales y afectivos) y alimento del bebé están siendo descubiertas sistemáticamente. Eso produce un efecto de ansiedad en el bebé infinitamente mayor que cual se la situación anímica de los padres, que cierto, también empeora. Pero la base del problema son unas malas recomendaciones a los padres. Suele mejorar con el tiempo, simplemente porque cuando va pasando los padres dejan de aplicar reglas que entienden que no ayudan a su hijo, dejan de escuchar los consejos de quienes les rodean y empiezan a observar a su bebé y a atender sus necesidades cuando se las expresa. Esta es la razón por la que muchos mejoran con el tiempo.
  • Pero además hay causas físicas que producen malestar en los bebés: Intolerancias alimentarias, reflujo gastroesofágico, alteraciones de la flora intestinal, problemas en el tránsito intestinal y en la relajación del ano pueden generar dolor. Ese dolor es real y sólo cede si se identifican y tratan las causas que lo generan. La inexperiencia dificulta la identificación de los signos que nos llevan a diagnosticar estas causas. Porque al preguntar a los padres por esos signos les resulta difícil apreciarlos. Con el paso del tiempo esto mejora y poco a poco estos problemas son diagnosticados y tratados, lo que hace que los Cólicos del Lactante vayan desapareciendo.

Resumiendo, algo que no me harto de decir:

El Cólico del Lactante es un Cajón de Sastre en el que están muchos niños cuyo único punto común no es un montón de «treses», sino que son niños que lloran más porque tienen dolor o una necesidad sin cubrir. Pueden curarse, porque sí, siempre tienen un problema (o varios) que tratar, pero para lograrlo hay que identificar y resolver las causas que en cada bebé dan lugar al Cólico del Lactante.

No te resignes y busca respuestas. Las hay.

Para intentar darlas estoy desarrollando Bebé sin Cólico.

Programa Bebé Sin Cólico

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Cólico del Lactante ¿Sirve algún medicamento?

Medicamentos que no funcionan en el cólico del lactante

En el cólico del lactante una de las cosas más llamativas es la larga lista de medicamentos que se proponen para tratarlo. ¿Sirve alguno?

Una de las cosas que más me hizo desconfiar sobre la efectividad de las medicinas para el cólico del lactante cuando empecé a estudiarlo fue la gran cantidad de soluciones diferentes.

Si tu hijo tiene Cólico del Lactante posiblemente ya has probado varios de ellos con escaso o nulo resultado. Puede que tu caso sea la excepción y le haya servido alguno de ellos.

Empecemos por el principio ¿Qué es el Cólico del Lactante?

Por definición decimos que un bebé sufre cólico del lactante si:

Llora más de 3 horas al día de forma inconsolable (no se calma si lo tomas en brazos o le ofreces alimento).

Más de 3 días por semana (un día malo lo tiene cualquiera).

Sin que se haya detectado ninguna enfermedad que lo justifique (debe haberlo explorado un pediatra para descartar que la haya).

Suelen ser bebés entre 3 semanas y 3 meses (¡Cuánto 3! ¡Qué llamativo!)

Ahora algo que nunca me canso de decir:

  • Esto es un cajón de sastre en el que se meten muchos niños por motivos diferentes.
  • Ningún bebé llora sin motivo:
    • O tiene dolor o una necesidad sin cubrir:
      • Si cubrimos sus necesidades (estímulos tomándolo en brazos y alimento ofreciéndole comida) y no para de llorar, es que algo le duele.
      • Y por tanto llego a la conclusión de que el 3º punto de la definición es siempre falso. Si estamos ante un cólico real y el bebé no se calma al darle estímulos ni alimento, es que algo le duele. Por tantos, sí que tiene una enfermedad que lo justifica.
  • El problema es que son varias las causas que pueden llevar a un bebé a llorar más de 3 horas al día, más de 3 días por semana. Algunas son típicas de estos 3 primeros meses de vida en los que el bebé está adaptándose a su vida fuera del útero.
  • Para complicarlo más pueden combinarse entre sí, de modo que si detectamos sólo una de ellas y la tratamos, el bebé no mejora. Y no lo hace, porque sigue teniendo otros problemas que mantienen el dolor.

¿Porqué la mayoría de los medicamentos para el Cólico del Lactante no funcionan?

No es que los medicamentos que dicen servir para el Cólico sean un fraude.

Es simplemente que cada uno trata un problema concreto. Y como os he dicho el Cólico del Lactante puede, y suele, tener varias causas simultáneas.

Lo raro es el Cólico con una sola causa. Más raro aún es que de la larga lista usemos exactamente el medicamento que necesita para esa causa única.

Hay medicamentos que mejoran la motilidad intestinal, que reducen los espasmos, que mejoran la flora intestinal, que calman el dolor…. Hay infusiones, medicamentos farmacológicos, homeopáticos, naturistas…. Hay biberones y leches anticólico. Cada una de estas soluciones va destinada a un síntoma o una causa concreta y en general están bien diseñadas para su objetivo.

El problema es aplicarlos de forma aislada y sin haber averiguado antes las causas por las que un bebé concreto sufre el Cólico del Lactante. Están por tanto destinados a fracasar.

La experiencia de algunos padres es que tomando tal o cual medicamento, su hijo sí que mejoró. Pero cada caso defiende el suyo según su resultado. El medicamento que ayudó a un 10% de los casos no ayuda al otro 90%.

Un caso especial, que desaconsejo especialmente: La fórmula de Marfan

La Fórmula de Marfan no es una novedad. Tiene muchos años. Tantos que ya se llama Fórmula de Marfan a cualquier cosa.

Los hay que le añaden hinojo, anís estrellado…. Pero la base esencial es la Belladona y en algunos casos el Fenobarbital.

Atención: Funciona en un alto porcentaje de bebés. 

Aún más atención: A mi parecer es una barbaridad.

¿A qué se debe que funcione? Básicamente a que Belladona y Fenobarbital dejan al bebé «planchado en los mundos de Yupi».

«O sea ¿que el bebé deja de llorar? ¡¿Dónde lo compro?!» Si me haces caso, en ninguna parte. No uses la Fórmula de Marfan. Te explico porqué no la recomiendo en absoluto.

El problema es triple:

  1. Es peligrosa. En bebés más sensibles o a una dosis inadecuada puede dar lugar a intoxicación grave. Por eso no se comercializa y menos aún Sanidad aceptaría una fórmula así con indicación para el cólico del lactante.
  2. En la mayoría de los casos no resuelve nada, sólo oculta el problema hasta que se resuelva, si es de los que se resuelven con el tiempo. Que es el caso en algunas de las causas del cólico.
  3. Interfiere en el desarrollo del bebé. Si dejas «sopa» a tu bebé no llora, vale. Pero si las causas que le hacen llorar tardan meses en resolverse de forma espontánea, vas a seguir dándole la Fórmula de Marfan durante meses. Meses en los cuales el desarrollo neurológico de tu bebé va a ser «el de una maceta de geranios».

Por tanto soy muy claro: No uses la Fórmula de Marfan.

¿Y entonces qué solución tiene el Cólico del Lactante?

Algo más complejo, pero es que un problema complejo no tiene soluciones simples.

Yo lo que hago es:

  1. Identificar las causas por las que cada bebé concreto tiene Cólico del Lactante.
  2. Y tratar todas las causas implicadas a la vez.

Cuando lo hacemos, mi experiencia es una clara mejora del bebé en menos de 2 semanas en la gran mayoría de los casos y en menos de un mes en la casi totalidad.

Pero más importante aún que la mejoría, que por definición en el cólico llega sola antes o después, es que haciéndolo así hemos detectado y resuelto problemas reales que el bebé tenía y que en algunos casos persisten si no se tratan más allá de los 3 meses que suelen marcarse como final del cólico.

Para ofrecer este abordaje he creado el Programa Bebé Sin Cólico.

Bebé sin Cólico

 

 

 

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Mononucleosis en niños

Mononucleosis

Mononucleosis o Enfermedad del Beso en niños. Una infección que empieza en la garganta pero puede afectar ganglios, hígado… Explicada a los padres.

Cuando un niño tiene una infección en la garganta puede ser producida por virus o por bacterias. Esta distinción es importante porque en las infecciones provocadas por virus no sirven los antibióticos, mientras que en las bacterianas es el tratamiento recomendable.

Una de las cosas que orienta sobre si es de un tipo u otro es la presencia de placas en la garganta.

Solemos pensar que es bacteriana cuando hay placas y que es viral cuando no las hay.

Pero esta sencilla regla tiene sus excepciones:

  • Algunas infecciones bacterianas, como la Escarlatina, pueden no producir placas en la garganta.
  • También hay infecciones virales que pueden generar placas: La típica es la Mononucleosis. La que nos ocupa hoy.

Por eso es frecuente que algunas Mononucleosis aparezcan como una amigdalitis con sus placas, que ha empezado a tratarse con antibióticos, pero no mejora tras varios días.

¿Qué es una Mononucleosis?

Es el aumento de células Mononucleares o Monocitos. Me explico. Cuando hacemos una analítica de sangre básica para ver la composición en células de la sangre hay glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas.

Los Glóbulos Blancos son los que se encargan de defender al organismo. Entre ellos hay varios tipos: Neutrófilos (que suelen aumentar en número cuando hay una infección bacteriana), Linfocitos (que aumentan cuando hay virus), Eosinófilos (en alergias y parasitosis) y Monocitos.

Los Monocitos aumentan en las infecciones virales, pero en algunas concretas lo hacen de forma más llamativa. Estas son las que llamamos Mononucleosis.

Los 3 microorganismos con los que ocurre esto de forma típica son: Virus de Epstein-Barr (el que causa la llamada enfermedad del beso), Citomegalovirus y Toxoplasma.

La enfermedad del beso

Es la Mononucleosis a la que se refiere este artículo. Es causada por el Virus de Epstein-Barr. 

La llaman Enfermedad del Beso porque lo típico es que se transmita por saliva y suele aparecer en niños por encima de los 10-12 años. A diferencia de otras infecciones virales que es típico pasar mucho antes. Este contacto íntimo de saliva ocurre habitualmente en las guarderías o en adolescentes.

Hay muchas personas que tienen este virus activo sin que les genere ya molestias, ya que lo pasaron en su momento. Son lo que llamamos «portadores sanos». Sin tener síntomas de enfermedad pueden transmitir a través de su saliva el virus a otras personas.

Se estima que el 95% de los seres humanos lo ha pasado en algún momento de su vida.

Hay infecciones típicas de ciertas estaciones. No es el caso de la Mononucleosis por Virus de Epstein-Barr. Puede aparecer en cualquier época del año.

Síntomas de la Mononucleosis por Virus de Epstein-Barr

El periodo de incubación de la Mononucleosis por virus de Epstein-Barr es muy variable. Puede ir de 1 a 4 semanas. Lo más frecuente es en torno a 10 días.

En niños pequeños y bebés los síntomas suelen ser poco llamativos. Fiebre, decaimiento, mucosidad… Como cualquier otro virus.

Es en niños más mayores y adolescentes donde vemos la forma típica:

  • Fiebre alta de más de 39º que puede prolongarse entre 5 días y dos semanas.
  • Decaimiento intenso que a veces tarda más de un mes en superarse.
  • Inflamación llamativa de la garganta con placas evidentes de color blanco-gris.
  • Inflamación llamativa de los ganglios, especialmente de los que hay alrededor de la garganta. En algún caso muy llamativos.
  • Inflamación del hígado. En la analítica puede verse que aumentan las transaminasas. Son un indicativo de que hay inflamación en el hígado. Pero es raro que esto genere problemas a parte de dolor de barriga y a veces algún vómito.
  • Inflamación del bazo. No es de las infecciones que más lo hacen crecer. Pero puede aparecer.
  • Edema en párpados. Aparece en un tercio de los casos y no es debido a problemas de riñón, sino a la inflamación de los ganglios que dificultan el drenaje de líquido.
  • Erupción en la piel. Aparece en muy pocos casos. Son muchos puntitos por todo el cuerpo. A veces a partir de haber tomado un antibiótico, lo que hace que se pueda confundir con alergia a ese medicamento.

Diagnóstico de Mononucleosis

Cuando por la evolución y los síntomas sospechamos la Mononucleosis, podemos confirmarla con una analítica de sangre en la que vemos un aumento llamativo del número de Monocitos en sangre.

Para confirmar cuál de los microbios posibles es su causante podemos hacer otra analítica que detecta anticuerpos frente a ellos.

En la analítica es frecuente que veamos también un aumento de las transaminasas debido a inflamación del hígado.

Tratamiento de la Mononucleosis

Al ser una infección producida por un virus los antibióticos no sirven para tratarla. A pesar de la fiebre y las llamativas placas en la garganta.

Sólo hay tratamiento para los síntomas:

  • Antitérmicos para la fiebre y el malestar.

A veces las placas de la Mononucleosis pueden servir de base para que asiente alguna bacteria y entonces aparece un empeoramiento con aumento de la fiebre. Sólo en esos casos puede ser útil el uso de antibióticos. Pero en realidad no es para tratar la Mononucleosis, sino otra infección diferente que ha aprovechado la ocasión.

Cuándo puede volver al colegio tras pasar una Mononucleosis.

La infección está activa mientras siga teniendo picos de fiebre. Cuando pasa 24 horas sin nuevas subidas de la temperatura consideramos que el niño ha superado la Mononucleosis y el virus ya no está activo.

Pero a veces el decaimiento dura más tiempo y el niño puede necesitar unos días más para recuperarse y estar en condiciones de hacer vida normal.

Mononucleosis y Tumores

Uno de los aspectos que resulta más alarmante respecto a la Mononucleosis es que puede favorecer el desarrollo de tumores como el Linfoma.

Pero pensad algo. Si hemos dicho que el 95% de los humanos acaba pasando la Mononucleosis antes o después… Todos tenemos ese riesgo, ¿no?

Os lo digo porque como sabéis mirar en Internet es muchas veces causa para el pánico.

A lo que se refieren con la relación entre estos tumores y el virus de Epstein-Barr es al hecho de que cuando detectamos algunos tumores es frecuente que se haya pasado este virus poco tiempo antes. Pero la inmensa mayoría de los que lo pasan (casi toda la Humanidad), no lo ha desarrollado ni lo hará.

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Problemas en el parto: la lesión del plexo braquial en recién nacidos

Lesión del plexo braquial en el parto

Causas de la falta de movilidad de un brazo en bebés, la lesión del plexo braquial. Cómo detectarla, tratamientos disponibles y recuperación.

¿Has tenido un parto complicado y han tenido que usar instrumental (fórceps, espátulas, ventosas, etc.) o tirar fuertemente de tu bebé para ayudarle a nacer?

Si te preocupan las repercusiones que esto puede tener en la salud de tu hijo y quieres saber cuál es el tratamiento a seguir, no dejes de leer este artículo del traumatólogo Eugenio Ferrer, autor de la web Traumatología y más.

En un artículo anterior te hablé de las fracturas en los recién nacidos durante el parto. Así que en este post te quiero comentar los aspectos más importantes de otra lesión algo menos frecuente, pero que aún así sucede con cierta frecuencia durante el parto; es la parálisis del plexo braquial.

La parálisis del plexo braquial es la lesión de un conjunto de nervios situados en la base del cuello y el hombro. Es una de las lesiones típicas en bebés nacidos de partos laboriosos o en los que se ha tenido que usar instrumental para ayudar a su alumbramiento.

Pero no quiero asustarte pues con el tiempo la mayoría de bebés se recuperan completamente. Así que voy a comenzar a explicarte en qué consiste la lesión del plexo braquial en bebés y cuál es su tratamiento.

¿Qué es el plexo braquial?

Primero empezaré aclarándote lo que es el plexo braquial, ya que puede que sea la primera vez que oigas hablar de él.

Un plexo es un conjunto de interconexiones entre varias raíces nerviosas a su salida de la columna vertebral. Forman como una red por la que circulan tanto la sensibilidad como los impulsos que le dan movimiento a los brazos (plexo braquial) o las piernas (plexo lumbosacro). En concreto, el plexo braquial se encuentra entre la base y el lateral del cuello.

¿Cuándo se puede lesionar el plexo braquial?

Hay 2 perfiles de personas que pueden sufrir esta lesión:

  • En personas adultas sucede por haber recibido un impacto violento en miembros superiores. Por ejemplo en accidentes de moto, bici, traumatismos penetrantes (apuñalamientos y armas de fuego) o en accidentes laborales (construcción, etc.)
  • Y en recién nacidos en los que se ha ejercido una tracción excesiva en el brazo por diversas razones. En estos casos se denomina parálisis braquial obstétrica, y éste es el perfil de lesión de la que te voy a hablar en este artículo.

¿Es muy frecuente la lesión del plexo braquial en recién nacidos?

Los registros indican que ocurre en 2 de cada 1000 nacimientos aunque el riesgo no es igual para todos los bebés, ya que hay circunstancias que aumentan el riesgo de que se produzca, como:

  • Bebés de embarazo múltiple
  • Bebés de gran tamaño
  • Bebés de partos laboriosos o instrumentados

¿Cómo puedes detectar si tu bebé tiene parálisis del plexo braquial?

Si tu bebé recién nacido ha sufrido una lesión del plexo braquial, tendrá una movilidad bastante limitada del brazo afectado.

Los primeros signos aparecen ya a la primera exploración que se le hace al bebé al detectar que mueve peor un brazo que otro. Pero también conviene descartar que no se deba a otros problemas como puede ser una fractura de clavícula o de húmero en ese mismo brazo.

La parálisis puede afectar al hombro, al codo o la mano según la parte del plexo braquial que haya resultado afectada.

La lesión puede ser:

  • Únicamente una inflamación de los nervios del bebé debido a las maniobras a las que se le ha sometido durante el parto, y se recuperará casi completamente.
  • O una lesión más grave que lamentablemente tendrá peor recuperación.

¿Cómo se trata la lesión del plexo braquial en bebés? ¿Hace falta operar?

La actitud inicial es la de observar al recién nacido y explorarlo periódicamente para vigilar estrechamente su recuperación.

Aquellos bebés que antes de los 6 meses ya pueden flexionar el codo con normalidad o que antes de los 9 meses son capaces de asir un objeto a media altura, presentan mejor pronóstico de recuperación.

El 90% de los bebés recuperan toda la movilidad de forma espontánea sin necesidad de ningún tratamiento especial. Pero decirte que la recuperación completa puede tardar hasta 18 meses.

Por otra parte, en bebés a los que se les detecta mediante un electromiograma (prueba para comprobar el funcionamiento de los nervios) que tienen una mala función del bíceps (músculo encargado de la flexión del codo), se recomienda operarlos cuando tengan 6 meses de edad.

Las operaciones que se realizan para tratar la parálisis braquial obstétrica pueden consistir en:

  • Suturar los nervios dañados.
  • Realizar injertos nerviosos: se cogen nervios menos necesarios de otra zona del cuerpo para reparar los del plexo braquial.
  • Transferencias tendinosas: desinsertar un músculo de la zona e insertarlo en los tendones de los músculos afectados para que recuperen fuerza.
  • Osteotomías: son cortes en los huesos necesarios en personas con lesiones muy graves y que han llegado a provocar luxaciones en el codo o el hombro del brazo afectado (cuando una articulación se desencaja).

Si tu bebé necesita un tratamiento quirúrgico para tratar una lesión del plexo braquial, la operación debe realizarla un equipo con la suficiente experiencia ya que no son intervenciones que se hagan de manera muy habitual.

La recuperación de cada bebé tras la operación es difícil de predecir, pues dependerá mucho del grado de lesión que tuviera inicialmente. Y la recuperación de la movilidad del miembro afectado que alcance el niño se irá viendo con el tiempo.

SOBRE EL AUTOR DE ESTE POST:
Eugenio Ferrer TraumatólogoEugenio Ferrer es Traumatólogo y autor de la web Traumatología y más, donde se ofrece como traumatólogo online para quienes necesiten una segunda opinión médica, ampliar información o aclarar dudas. ¡Prueba la consulta online por 1ª vez de forma gratuita!

También publica un blog de traumatología en el que encontrarás información médica explicada de forma sencilla y clara con respuestas sobre tratamientos, consejos y recomendaciones a seguir.

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Muguet: Hongos en la Boca del Bebé.

Muguet: Hongos en la boca del bebé.

En los primeros meses de vida puede ser frecuente la aparición de Hongos en la Boca del Bebé. Es lo que llamamos Muguet, aunque tiene otros muchos nombres.

Los hongos son uno de los microbios que intentan ocupar el espacio en el que estamos nosotros. Habitualmente no consiguen atravesar las defensas, pero pueden ocupar espacio en su superficie, tanto interna (Boca, garganta, tubo digestivo) como externa (piel, pelo, uñas…).

La mayoría de los gérmenes que conviven con nosotros son incapaces de producir problemas. Algunos incluso nos ayudan.

Pero los hay que pueden estar ahí y no dar problema hasta que se dan las condiciones adecuadas.

La Cándida Albicans es uno de esos hongos. Habitualmente está en nuestra boca, la garganta, el intestino y algunas zonas de la piel especialmente húmedas. Y mientras forma pequeñas colonias no da problemas. Pero cuando las condiciones le permiten crecer más sí que puede darlos.

Es el caso de la capa blanca que puedes ver en la lengua del bebé de la Foto.

Situaciones más frecuentes en las que aparece el Muguet en el Bebé

Suele verse en bebés de menos de 3-6 meses. Podríamos pensar que se debe a su escasa capacidad de defenderse. Pero más bien es debido a una alteración del equilibrio de gérmenes que ocupaban el espacio en el que aparece la Candidiasis.

Los bebés más pequeños tienen una flora saprofita (que vive con nosotros) poco definida aún. Y mínimos cambios pueden romper el equilibrio que guardan unos gérmenes y otros.

Las situaciones más habituales son:

Uso de Antibióticos. Antes de empezar, cuando son necesarios son una gran herramienta que salva muchas vidas y evitan muchas secuelas. Pero los antibióticos matan bacterias. Cuando esto ocurre el espacio que dejan libre puede ser ocupado por otros gérmenes. Uno de ellos son las Cándidas. No son las que crecen más rápido ni las mejor adaptadas a ocupar ese espacio. Pero si no hay otro competidor mejor, pueden aparecer y proliferar. La solución es sembrar competidores (probióticos) al mismo tiempo que tomamos el antibiótico. Entre los competidores que dan mejor resultado están hongos como el Sacaromices o bacterias como los Lactobacilos.

Antisépticos. Algo similar ocurre cuando esterilizamos utensilios que van a la boca del bebé como el chupe, una pezonera o la tetina del biberón con antisépticos que sólo afectan a las bacterias y no a los hongos (como el ácido clorhídrico). Es el motivo por el que aconsejo a los padres no usar esterilización con pastillas para esto. Prefiero hervir con un poco de bicarbonato. El calor mata a las bacterias, pero no acaba con las esporas de los hongos. El bicarbonato dificulta el crecimiento de los hongos. Con lo que hacemos una desinfección más equilibrada.

Infecciones bacterianas que favorecen la infección por hongos. Concretamente en infecciones del pezón o el pecho de una madre que da Lactancia Materna. Esto es algo más enrevesado. En el pecho de las madres que dan Lactancia pueden crecer algunas bacterias como estreptococos y estafilococos que compiten por desplazar a otros gérmenes. Para lograrlo producen sustancias que matan a otras bacterias. Estos gérmenes que pueden crecer en el pecho materno no lo hacen con facilidad en la boca del bebé (por suerte). Pero sí pueden pasar por contacto directo las sustancias que producen para eliminar a sus competidores. Estas sustancias no atacan a la Cándida. Por lo tanto, cuando una madre tiene demasiadas bacterias en su pezón puede favorecer que crezcan Hongos en la boca del bebé. En este caso el tratamiento es diferente para madre e hijo. En la Madre buscaremos bacterias que siendo inocuas planten cara a Estreptococos y Estafilococos (probióticos). En el bebé trataremos con sustancias que reducen la población de hongos (antifúngicos).

Lo que vemos es un bebé con hongos en la boca y una madre con el pezón enrojecido y doloroso. Se podría pensar que también la madre tiene hongos y que el tratamiento es el mismo para la madre. Pero la realidad es que las Cándidas tienen tan poca tendencia a crecer en el pezón como los estafilococos a hacerlo en la boca del bebé.

Si ves hongos arriba, búscalos abajo

Una vez que los hongos proliferan en la boca sus esporas son tragadas y pasan por todo el tubo digestivo hasta la zona del pañal. Crecen en el intestino pero sin llegar a dar problemas evidentes (aunque los dan). Pero donde se hace más evidente es en la zona del pañal. Especialmente en niñas tienen facilidad para crecer en vulva y pliegues de las ingles.

Se ve como una mancha roja que se extiende desde los pliegues y que suele producir quemazón al bebé.

Esto ocurre porque aquí también hay su flora normal. Pero a fuerza de sembrar esporas desde arriba pueden acabar creciendo.

Si sucede el Tratamiento es:

– Mantener seca la piel. Cambiando el pañal con frecuencia y secando bien en los pliegues.

– No irritar la zona más de lo que lo está. Para eso seca empapando, no frotando.

– Cremas con antifúngicos. Para matar a las Cándidas.

– Cremas de protección que eviten la humedad y favorezcan la cicatrización. Suelen ser cremas ricas en Zinc.

Cuando vemos que esto ocurre con frecuencia, incluso sin hongos visibles en la boca, es que la cándida se ha asentado en el intestino y suelta esporas desde allí que llegan en la caca. Para arreglar esto, de nuevo, la solución son los Probióticos.

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Golpe en los Dientes de Niños

Golpes en dientes de los niños

Golpe en los Dientes de los niños ¿Qué tipos de lesión pueden producirse? Primeros auxilios para padres ¿Es necesario acudir al dentista o al hospital?

Los golpes en los dientes pueden ocurrir por una caída accidental mientras los niños juegan, durante la práctica de diferentes deportes, o por pérdida del equilibrio. Pueden ser golpes contra objetos contundentes como balones, postes de porterías, el borde de una mesa, el pavimento… y también el codo o la cabeza de un compañero de juegos.

¿Qué lesiones pueden producirse?

  • Rotura del diente (Fractura dental): puede tratarse de fracturas de una pequeña parte o de un trozo más grande.
  • Aflojamiento del diente(Luxación): el diente se mueve o se ha desplazado lateralmente, hacia fuera (Extrusión) o hacia dentro (Intrusión).
  • Caída del diente por un golpe (Avulsión)
  • Heridas en los labios o la lengua
  • Fracturas Oseas: En accidentes graves puede afectarse el hueso que sujeta los dientes.

Puedes encontrar información profesional más detallada.

Primeros auxilios

Mantén la calma, lava suavemente la boca del niño con agua y observa qué daños se han producido.

En caso de:

  • Rotura del diente (Fractura dental)En caso de pequeñas fracturas  o astilladuras simples, no es necesario hacer nada inmediatamente. Es recomendable acudir al dentista para que pula  los bordes afilados que puedan quedar, para evitar que corten los labios o la lengua y también para reponer el trozo perdido por motivos estéticos.En caso de fracturas grandes, buscar el fragmento y guardarlo en agua o leche, evitando que se deshidrate, y acudir al dentista que pegará el trozo roto al diente con adhesivos especiales. En caso de no encontrar el fragmento acudir al dentista para ver si está alojado en el labio y proteger el nervio del diente.

Si la fractura es muy importantes el nervio situado dentro del diente puede quedar al descubiertocausando dolor con el frío (al respirar o beber líquidos fríos o calientes). Tomar un calmante si es necesario y acudir al dentista enseguida para evitar que el nervio se infecte, y que la infección progrese hacia el hueso con el tiempo.

  • Aflojamiento del diente (Luxación):Desplazamiento hacia afuera, recolocar el diente en su lugar, morder una gasa para mantenerlo en su sitio y acudir al dentista para que lo fije.

Desplazamiento lateral o hacia dentro, acudir al dentista para que lo recoloque.

  • Caída del diente por un golpe (Avulsión)

Dientes de Leche

NO intentes recolocar el diente, pues podrías dañar el diente definitivo que aún se está formando.

Dientes Definitivos

    1. Busca el diente.
    2. Si el diente está limpiocógelo por la parte externa sin tocar la raíz y colócalo enseguida en su lugar, de manera que quede a nivel con los otros dientes. Que el niño muerda suavemente una gasa o una bolsita de té húmeda para que se  mantenga en su sitio.
    3. Si el diente está suciolávalo suavemente con un poco de agua y recolócalo enseguida. No lo frotes porque eso dañaría las células vivas de la raíz, necesarias para la supervivencia del diente.
    4. Si no puedes recolocarlo o nadie se atreve a hacerlocoloca el diente en un vasito y cúbrelo con suero fisiológico, leche o saliva. No dejes que el diente se seque, se deshidratarían las células vivas de la raíz. No lo transportes sumergido en agua.
    5. El diente también se puede llevar entre el labio y la encía inferiores o bajo la lengua, vigilando de no tragártelo.
    6. Acude al dentista lo antes posible, mejor antes de 30 o 60 minutos, para recolocar el diente en su lugar (reimplante). Cuanto antes se recoloque, más posibilidades de que el diente se mantenga en la boca durante años.
  • Heridas en los labios o la lengua
    Limpiar y desinfectar.
    Palpar en busca de objetos extraños o fragmentos impactados.

¿Es necesario ir al dentista de urgencias?

  • Si falta un trozo de diente
  • Si los dientes se mueven
  • Si el niño no muerde igual que antes
  • Si un diente ha saltado de la boca actúa como he descrito más arriba.

Si no aprecias lesiones importantes, no es necesario que lleves al niño de urgencias, pero llévalo en los días siguientes, ya que puede haber lesiones menos apreciables en el primer momento, que pueden necesitar control y/o tratamiento.

En ocasiones los golpes en los dientes de los bebes pasan desapercibidos hasta que los padres detectan un cambio de color amarillo, gris o rosa, sobre todo de los incisivos superiores. Esto se produce como consecuencia de una inflamación o muerte del nervio del diente. En estos casos es importante que lleves a tu hijo al dentista infantil (odontopediatra),  que valorará el tratamiento más adecuado para prevenir defectos de formación en los dientes definitivos que se están formando debajo.
Estos defectos pueden consistir:

  • pequeñas manchas blancas o marrones.
  • formación incompleta de la capa externa del diente (esmalte).

¿Es necesario ir al hospital?

En caso de un accidente importante:

  • Accidente de tráfico o una caída grave (desde cierta altura, de una bicicleta)
  • Si el niño no puede cerrar bien y juntar sus dientes, puede que la mandíbula esté rota, lo que requiere de atención inmediata.
  • Si se observa pérdida de consciencia, dolor de cabeza, desorientación o vómitos es preciso acudir a un hospital para su control, así como cuando se observan deformidades faciales, lo que podría indicar fracturas mayores que las dentarias.

Cuidados posteriores en casa

  • Dieta Blandadurante 10-15 días.
  • Cepillar los dientes que han recibido el golpe después de cada comida con un cepillo suave desde el primer día.
  • Cepillar el resto de los dientes con normalidad.
  • Enjuagar  con un colutorio de Clorhexidina 0,12% 2 veces al día durante 7 días.

En niños de menos de 6 años es mejor aplicarlo con una gasa empapada para que no se lo traguen.

  • No practicar deportes de contacto.

IMPORTANTE: Los golpes dentales deben controlarse al menos durante 5 años, puesto que pueden producirse fracturas en la raíz o desplazamientos poco evidentes que pueden tener consecuencias inmediatas, durante los primeros meses, o consecuencias tardías, más importantes durante los primeros años después del golpe.
Los traumatismos a veces pueden tener consecuencias a largo plazo incluso después de muchos años.

Factores de riesgo

  • Incisivos Superiores Adelantados
    Es un tipo de maloclusión dental en la que los dientes centrales superiores quedan muy desprotegidos y pueden sufrir golpes con mucha facilidad.

Situaciones de Riesgo

  • Caídas Accidentales
  • Práctica Deportes
  • Masticación objetos o alimentos duros
  • Peleas
  • Accidentes de Tráfico

Prevención

  • Evita el uso del andador.
  • Enseña a los niños a:
    • Cuidar sus dientes y los de sus compañeros de juegos evitando golpearlos con objetos contundentes
    • No dar empujones cuando juegan
    • Evitar las riñas o peleas
    • No saltar del columpio en movimiento
    • Usar la escalera para salir de la piscina
  • Tu hijo debe usar un protector bucal para practicar cualquiera de estos deportes: hockey, karate, ciclismo, esquí, patinaje, rugby o cualquier actividad con riesgo de trauma facial.
  • Corrige la malposición de los incisivos superiores adelantados mediante ortodoncia.
  • Evita que mastiquen objetos como lápices, bolígrafos, juguetes, huesos de oliva o cereza, o abrir frutos secos con los dientes. A excepción de los mordedores diseñados para aliviar las molestias cuando están saliendo los primeros dientes.
  • Enséñales el hábito de usar casco para ir en bicicleta.
  • Utiliza siempre sillitas y elevadores homologados en el coche, con el cinturón de seguridad, incluso en trayectos cortos.

Autora: Nuria Campo – Dentista

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Golpe de Calor en Niños y Bebés

Golpe de Calor en Niños y Bebés.

Cuando llega el Calor y empezamos a disfrutar del Sol con Niños y Bebés hay que tener cuidado con los Golpes de Calor. No basta con evitar las quemaduras.

Al pensar en disfrutar del buen tiempo con niños, si nos preocupa la seguridad, tenemos asumido que es necesario prevenir las quemaduras solares.

Pero muchas veces olvidamos que ese no es el único peligro. Para evitar los problemas no basta con aplicar protector solar y hacerlo adecuadamente. Los niños y especialmente los bebés cuanto más pequeños son más fácil es que sufran un golpe de calor.

Qué es un golpe de calor

Nuestro cuerpo tiene la capacidad de mantener una temperatura estable en condiciones diferentes. Puede calentarse cuando el ambiente es frío y enfriarse cuando hace calor. Decimos que somos Homeotermos.

Pero la capacidad del organismo para amortiguar los cambios en el ambiente no es infinita. Si alguien se queda a la intemperie en condiciones de temperatura muy baja, puede morir de hipotermia. Y cuando es sometido a temperaturas demasiado altas puede sufrir un golpe de calor.

Si estás en un ambiente excesivamente caluroso, el principal mecanismo del que dispones para eliminar calor es la sudoración. Cuando el sudor cubre nuestra piel y ésta está caliente, se evapora. Esa evaporación hace que eliminemos calor.

La limitación es que no disponemos en nuestro cuerpo de agua infinita para perderla en forma de calor. Y tampoco de las sales en las que el sudor es rico. El resultado es que cuando estamos expuestos de forma prolongada o intensa a un calor excesivo, llega un momento en que nuestro cuerpo agota su capacidad de eliminar calor por esa vía. Empieza entonces a no funcionar bien:

– La tensión arterial baja, porque disponemos de poco líquido y con un volumen menor de sangre es difícil llevar suficiente riego a todos los órganos. Si falta en el cerebro aparece dolor de cabeza, puede surgir después el mareo, la alteración de la conciencia…

– La temperatura sube. Es decir, sin tener ninguna infección que lo ocasione aparece la fiebre.

Fiebre por golpe de calor

Es muy frecuente que los padres de bebés pequeños cuando deciden ir a la playa lo hagan pertrechados con sombrillas y cremas de protección solar para cubrir a su bebé. Pero en ocasiones no tienen en cuenta que en la playa, en la piscina o en el campo, en verano, no solo el sol quema, también calienta. Y si un niño o bebé es expuesto a los 40-45º que con facilidad pueden alcanzarse en verano, teníendolo bajo la sombrilla y con crema solar, tal vez evitemos las quemaduras. Pero es muy fácil que esa noche el bebé tenga fiebre.

El golpe de calor y la fiebre que causa es más fácil que aparezcan cuanto más pequeño es el bebé. No es raro ver alguno los fines de semana por las noches en urgencias.

Consejos para evitar el golpe de calor en niños y bebés

  1. Evita ambientes calurosos las horas del día en que el calor es más intenso. Este es el esencial. Hagamos lo que hagamos si un bebé está a 45º durante horas es muy probable que sufra un golpe de calor.
  2. Evita dejar al bebé en sitios donde la temperatura sube aún más. Por ejemplo dentro de un coche a pleno sol con las ventanillas cerradas y sólo.
  3. Hidrata bien a tu hijo en los días calurosos. Es bueno que tome líquido abundante y que reponga también las sales que se pierden. En el lactante puede ayudar la propia leche, en niños mayores pueden ayudar frutas, verduras, agua y en casos extremos, sueros de rehidratación oral.
  4. Refresca la piel del niño con frecuencia para eliminar calor sin perder agua ni sales por el sudor.

Acuérdate del Protector Solar, lleva la sombrilla, el gorro y ropa que proteja su piel del sol, pero no olvides evitar los horarios de más calor, hidratar a tu hijo y refrescarlo con frecuencia. Y si lo notas irritable, decaído o caliente y con la piel seca, llévalo a un sitio fresco lo antes posible.

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Protector Solar para Niños y Bebés

Qué Protector Solar usar en Niños y BebésQué Protector Solar usar en Niños o Bebés. Cuáles son las diferencias entre los distintos tipos que hay disponibles en el mercado y cómo escoger uno.

Desde qué Edad puede usarse el Protector Solar

En realidad no hay ningún Protector Solar recomendado en niños menores de 6 meses.

La mayoría, de hecho son para niños por encima de los 3 años . Aunque ya hay alguno en el mercado recomendable desde los 6 meses.

¿Cuáles son los motivos para esta limitación? La primera razón es que los niños menores de 6 meses no deberían exponerse voluntariamente al sol. Es decir, no es que sean vampiros y si les da el sol se transforman en polvo. Pero su piel es muy sensible a las quemaduras solares y tienen más facilidad para sufrir un golpe de calor. Por eso, la mejor recomendación para niños de menos de 6 meses respecto al sol es que lo evites en la medida de lo posible.

La limitación para usar cremas de protección solar por debajo de los 3 años se debe a que la mayoría de los Protectores Solares contiene sustancias como los Parabenos que en grandes cantidades no son recomendables. Y el propio uso de los Protectores Solares implica su uso abundante para que sean efectivos.

Datos clave a la hora de escoger un buen Protector Solar para Niños

Respeta las limitaciones para Edad del Fabricante

Si no se especifica, los Protectores Solares son para niños mayores de 3 años.

Como os decía hay alguno en el mercado para mayores de 6 meses.

En niños menores de 6 meses pueden usarse. Pero hay que tener claro que no está exento de riesgos. Siendo realista los riesgos no son realmente por la composición. No tendría sentido que algo que es perjudicial a los 5 meses y 15 días ya no lo sea a los 6 meses.

En realidad, hay que poner el límite en algún punto y lo importante es tener claro que un bebé de menos de 6 meses (y con 7, y con 8, pero más cuanto más pequeño) tiene riesgos importantes de que su piel se queme o sufrir una insolación si se expone de forma continuada al sol sin protección. Y por tanto lo único seguro es mantenerlo a cubierto durante las horas en que el sol es más intenso.

Si en algún momento va a estar al sol intenso con menos de 6 meses, porque no podemos evitarlo, hay que reducir esa exposición lo más posible, podemos usar un Protector Solar para mayores de 6 meses, pero añade protección física. Es decir, vestido y con gorro.

Qué Factor de Protección debe usarse en Niños

Lo recomendable es usar el máximo, que es Factor 5o.

Cuanto más alto es el factor de protección más tiempo protege, por lo que va a necesitar menos aplicaciones. Conociendo a los niños, a los que en su mayoría no gusta que les echen el Protector es importante.

Pero aún siendo de factor 50, es recomendable volver a aplicarlos a las 2 horas si sigue expuesto al sol o si se ha bañado, tras secarlo cuando sale del agua.

Qué tipo de Filtro Solar es más seguro

Otro componente de los Protectores solares a tener en cuenta son los Filtros. Los hay físicos y químicos.

Evidentemente todos están testados y aprobados en niños porque se consideran seguros. Pero son más seguros los físicos que los químicos. El problema es que los filtros físicos dan un color blanquecino que algunos padres y muchos niños rechazan. Cuanto más pequeño es un niño mejor es que la protección se a costa de Filtros Físicos, recurriendo a los Químicos lo menos posible.

Precisamente esa desventaja estética de dar un tono blanquecino a la piel es un añadido en seguridad. Ya que cuando se pierde ese tono blanquecino es un indicador de que debes aplicar protección de nuevo o dejar de exponer al niño al sol.

Sin embargo en los filtros químicos la primera muestra de que ya no está protegido es el enrojecimiento de la piel, que ya es una quemadura leve.

Componentes a evitar en la composición del Protector Solar de un niño

Parabenos. Se usan como conservantes. No tienen ninguna función de protección. Pero se ha visto que su uso excesivo puede ser perjudicial. Y precisamente el uso de Protectores implica su abundancia. Debe cubrirse todo el cuerpo y debe aplicarse varias veces en un mismo día si se expone de forma prolongada al sol. Por tanto: Mejor Sin Parabenos.

Perfumes. Los perfumes son innecesarios. Dan buen olor, pero a costa de poder generar alergias en algunos niños, especialmente en los que tengas pieles sensibles. Si tu hijo tiene dermatitis atópica el Protector Solar que use No debe tener Perfumes.

Componentes beneficiosos en la Protección Solar de un niño

Al igual que hay componentes a evitar, algunas marcas añaden componentes que pueden resultar beneficiosos. Así encontramos Protectores Solares con fórmulas similares a cremas especiales para Dermatitis Atópica. Pueden añadir con ese fin Aceites ricos en Omega 3, como la Manteca de Karité.

Como resumen podemos decir que lo más importante para proteger a los bebés y niños del sol es evitarlo en las horas de más intensidad, que en los más pequeños esto es lo esencial, pero que en los mayores de 6 meses que se exponen (y si lo haces con un menor de 6 meses) es aconsejable protegerles con un Protector Solar de calidad. Suelen ser Marcas Reconocidas y de venta en Farmacias. No compres cualquier cosa en un «Todo 100».