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Calendario Vacunal 2020 en España

Recomendaciones de vacunación en España de la Asociación Española de Pediatría en 2019

El Calendario Vacunal 2020 es el aplicable en toda España a los nacidos a partir del 1 de Enero de 2020. Te lo explicamos con sus novedades.

El Calendario Vacunal 2020 es común a todas las comunidades autónomas

Hace ya unos años que se llegó al acuerdo de que los calendarios vacunales de las distintas comunidades autónomas fuesen similares en toda España. Esto fue un paso importante ya que hasta entonces cada Comunidad establecía un calendario según sus propios criterios. Esta unificación facilita el cumplimiento especialmente en aquellos pacientes que se desplazan con frecuencia. Ya que antes de esta unificación era un poco desquiciante.

De hecho este calendario es ya muy similar en la mayoría de países desarrollados. Ya que el consenso científico es ya global.

Los cambios más llamativos para los nacidos a partir del 1 de Enero de 2019 en el Calendario Vacunal:

Este año no hay muchos cambios. Para los que no se enterasen en los años previos:

  • Aparece una vacuna nueva ya incluida en calendario con el Nombre de MenACWY. Es la vacuna del Meningococo para 4 serotipos diferentes: A, C, W, Y. Esta vacuna se comercializa en España con el nombre de Nimenrix y el objetivo es sustituir a una que ya estaba en el calendario y cubría sólo contra el Meningococo C. Al no tratarse de una vacuna más a añadir, sino de una más completa que sustituye a una ya incluida, es fácil que la sustitución se vaya haciendo en poco tiempo en todas las Comunidades Autónomas. Muchas comunidades la han incorporado ya a los 12 meses y 12 años.

En la práctica y reduciendo, a un niño normal le corresponden vacunas a los:

2 meses, 4 meses, 11 meses, 12 meses, 15 meses, 3 años, 6 años, 12 años y 14 años.

Basta con que acudas al Centro de Salud más cercano a casa y pidas cita para que lo vacunen. El personal sanitario encargado del programa de vacunación sabrá qué corresponde ponerle en cada una de esas edades. No te preocupes por eso.

El Calendario Vacunal 2020 es gratuito para todos los niños que residen en España. Da igual si tu cobertura sanitaria es Pública o te la da un Seguro Privado.

Estas vacunas no pueden ser compradas por particulares. Se distribuyen gratuitamente y en exclusiva por las Consejerías de Salud.

Sólo quedan fuera del Calendario Vacunal 2020 tres vacunas que puedes poner a tu hijo:

Pulsa sobre el enlace de cada una y te llevará a un artículo específico en el que te hablo de ellas si deseas más información.

Consideraciones sobre las vacunas de Meningitis en niños

Como habréis notado en los últimos años han ido saliendo varias vacunas nuevas para la Meningitis.

La Meningitis es una de las infecciones más graves que pueden sufrirse. Aún hoy en día con tratamientos potentes y medios modernos el 10-20% de los pacientes que tienen una meningitis bacteriana mueren y en torno a un 30% quedan con secuelas.

Pero durante las últimas dos décadas su frecuencia ha bajado claramente. Cuando yo empecé la especialidad de Pediatría hace ya más de 20 años, veíamos meningitis con frecuencia. Había épocas en las que en nuestro hospital había ingresadas varias meningitis a la vez.

Ahora se pasan los meses sin ver ninguna.

Y esto es gracias a las vacunas.

Son varios los gérmenes que pueden causar meningitis. Pero poco a poco han ido saliendo vacunas que cubrían a cada tipo (hemófilus, neumococo, Meningococo C, Meningococo B, Meningococos ACWY).

Sigue habiendo casos. Pero ya se reducen a pocos cientos al año, cuando antes eran miles.

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Vacuna del Virus del Papiloma Humano

Mi opinión sobre la vacuna del Papiloma humano

La primera vacuna que nos promete combatir uno de los tipos de cáncer más frecuentes de la mujer: El de cuello de útero.

Hay muchos tipos de virus del papiloma, desde los que producen las típicas verrugas en manos y pies hasta las que pretende prevenir esta vacuna: Las verrugas genitales. Es una infección que se contrae por medio de relaciones sexuales.

Evidentemente es una infección que también pueden sufrir los hombres. Por lo que una de las polémicas en torno a la vacuna es porqué solo vacunar a las mujeres. Está claro que el criterio es económico. El cáncer de pene es menos frecuente que el de cuello de útero y es mucho más evidente y visible en fases iniciales, por lo que se trata con más facilidad y en fases en las que es más fácil de controlar.

Pero si aspiramos a reducir la frecuencia de este problema lo lógico sería vacunar a ambos sexos.

Virus del Papiloma y Cáncer

Muchos tipos de cáncer tienen un origen desconocido, pero en el cáncer de cuello de útero (uno de los más frecuentes en mujeres) el Virus del Papiloma Humano es el factor desencadenante claro. Siempre puede haber mayor o menor predisposición genética. Pero el factor que al final en las mujeres predispuestas genera el cáncer, parece ser en la gran mayoría de los casos, padecer esta infección.

De ahí surgió la idea: «¿Y si pudiésemos evitar la infección?»

Y para eso se han desarrollado las vacunas para este virus.

¿Cuándo se debería poner esta vacuna?

Se recomienda entre los 11 y los 12 años. Antes de la introducción del calendario vacunal único en España había comunidades autónomas con fechas diferentes.

Desde la introducción del Calendario Único se ha decidido que se ponga a los 12 años.

La edad ideal es en realidad algo que depende de cada persona. Lo recomendable es vacunarse antes de empezar los primeros contactos sexuales. Pero no es algo que esté siempre planificado ni que se “anuncie a los padres con antelación…”

¿Cuántas dosis se ponen?

Son 2 dosis:

Una primera dosis y la segunda a los 6 meses de la primera.

En España es una vacuna gratuita incluida en el Calendario Vacunal. Es optativa, pero con la información disponible en este momento os la recomiendo.

Se está hablando de la necesidad de vacunar también a varones y mi recomendación es hacerlo.

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Baby Led Weaning

BLW, Intrucucción de la alimentación guiada por el bebé, Baby Led Weaning

Hay niños que no toman purés. Pasan del pecho al sólido. Lo llaman «Baby Led Weaning» (BLW) y te explico en lo que consiste.

Básicamente puede definirse como alimentar a los bebés sin puré. Es una de las corrientes actuales en introducción de la alimentación complementaria.

Como todo tiene sus ventajas y sus inconvenientes. Hay quien lo defiende a capa y espada, porque para ellos ha sido una gran solución. Y hay quien no le ve el sentido. Como siempre, lo que escribiré a continuación no es más que mi opinión, que espero enriquecer con la vuestra.

Las principales dudas que aparecen por mi experiencia cuando se habla sobre este tema son:

¿Cuándo puede un niño empezar a tomar sólidos?

Y la respuesta, como no puede ser de otro modo, es que en cada niño es diferente. En los defensores del Baby Led Weaning suele plantearse en torno a los 6 meses. La mayoría de los padres que escogen este método, eligieron también el pecho como alimentación única de su bebé hasta esta edad. Es el momento en el que se suele recomendar que se inicie la introducción de la alimentación complementaria al pecho. Pero también puede ser la forma escogida en niños que han tomado leche artificial hasta ese momento.

Pero si no tiene dientes, ¿cómo va el niño a masticar la comida?

De hecho, los purés no son ni tan siquiera un invento humano. Hay muchos animales que mastican la comida antes de dársela a sus crías. Masticar es algo que hacemos con las muelas. Con los dientes se corta, con las muelas se muele o mastica. Y de hecho masticar es un paso importante en el proceso de la digestión.

Por eso, cuando se escoge el BLW, yo no recomiendo dar cualquier cosa al bebé. Mientras no tenga dientes con los que masticar debemos ofrecerle sólo alimentos que puedan desacerse con facilidad. Yo suelo decir a los padres que si puedes deshacerlo con dos dedos sin esfuerzo, tu hijo puede «masticarlo» con la encía.

No deberíamos darle alimentos que precisen de masticación (no puedes deshacerlos con facilidad con dos dedos), hasta que no tenga muelas con las que hacerlo. Y en la mayoría de los niños esto ocurre entre los 6 y los 15 meses.

Pero en la práctica, ¿cómo se hace el Baby Led Weaning?

Se empieza en algunas tomas del día a ofrecer al niño alimentos que puedan «masticarse» con la encía o deshacerse con la lengua, antes o después del pecho. Cuando mejor lo acepte el niño. Si lo hacemos antes del pecho, siempre después podemos ofrecerlo (y es lo mejor si queremos mantener el pecho). Las tomas en las que empecemos a ofrecerlo serán en las que veamos que el bebé lo acepta mejor. Siempre que sea posible es preferible que sea coincidiendo con nuestra comida. De modo que sentemos al niño a comer con nosotros y pongamos la comida que hemos escogido para él a su alcance.

La idea es dejarlo que juegue con ella. La habremos preparado en trozos que el niño pueda manejar con facilidad. Pero es evidente que mucha de la comida acabará en sitios diferentes a su boca. Limpio, lo que se dice limpio este método no es al principio.

La curiosidad innata de los niños hace que tiendan a llevárselo todo a la boca. Vernos comer a nosotros (si es posible, alimentos similares) hace por imitación otra parte del trabajo.

¿Qué alimentos ofrecer en cada edad con el Baby Led Weaning?

Igual que con otras formas de introducción de la alimentación complementaria aquí no hay una norma universal con una pauta fija indiscutible. Yo mismo aconsejo a veces a los padres pautas para introducir la alimentación complementaria en plan «esta semana fruta, en dos semanas verdura, dos semanas después la carne…». Pero esta claro que son arbitrarias y simplificaciones no necesariamente ideales.

Lo que me parece más interesante es:

Tener claro cuando hemos introducido por primera vez cada alimento o familia de alimentos. Eso facilita que se detecten alergias o intolerancias si las hay.

Saber qué alimentos no deberían darse antes de qué edad. Simplificando, prefiero decirlo en orden inverso:

A partir de los 4 años puede comer de todo.

Frutos secos no antes de los cuatro años (peligro de atragantamiento).

Desde los 2 años pescado azul grande (atún, bonito, caballa). Antes no por su contenido en metales pesados.

Desde los 2 años Chocolate: Rico en histaminas, favorece la aparición de alergias y la mayoría cuando lo prueban les gusta y pasan a tomarlo con frecuencia.

También desde los dos años Marisco: Puede causar alergias intensas.

Desde el año: Verduras de hoja verde (acelgas y espinacas son ricas en nitratos y en menores de un año pueden producir intoxicaciones).

Desde el año: Miel (antes del año es causa a veces de intoxicación botulínica).

Desde el año: Pescado azul pequeño como el boquerón o la sardina (más alergénico que el blanco y más difícil de digerir).

Desde el año: Leche de vaca entera si previamente ha tomado otros lácteos procedentes de la vaca sin problemas.

El resto de alimentos pueden empezar a darse prácticamente desde los 6 meses. Habría posibles matizaciones sobre cómo hacerlo, si antes uno u otro en concreto. Pero en realidad no hay un motivo para no darlos a priori.

¿Cuál es el objetivo del Baby Led Weaning?

El objetivo y gran ventaja de este método es conseguir que el niño sea un comedor activo: Que desde muy pequeño sea capaz de comer por sí mismo. Y que su relación con la comida sea de curiosidad e integración en la conducta de los demás.

Muchos padres se quejan de que su hijo puede estar una hora con el plato delante sin comer. Que si no le dieran el niño se moriría de hambre. Y eso es frecuente en niños muy mayores. Iniciar de forma precoz esta forma de alimentación evita muchos de estos problemas. Especialmente si lo hacemos bien.

Y bien significa entendiendo desde el principio que la cantidad de comida que el niño debe comer es variable y que si le dejamos escogerla se auto-regula mejor de lo que lo haríamos nosotros calculando.

Que no debemos pelear con el niño ni presionarlo para que coma más. Y que la variedad es la que nosotros debemos controlar para escoger los alimentos que le ofrecemos y los que no, buscando que tenga una dieta sana y cada vez más variada.

¿Os recomiendo escoger el Baby Led Weaning o la pauta clásica?

Pues depende del niño. Son dos vías posibles. Y del puré se puede pasar al BLW en cualquier momento. Del mismo modo que si van pasando los meses sin que el niño vaya aumentando la variedad de la alimentación con el BLG, podemos probar los purés. La mayoría de niños diría que hacen un sistema mixto en el que damos purés y ofrecemos trozos. Como en otras muchas cosas, depende de las circunstancias de cada familia, de la preferencia de los padres, y de lo que el niño acepte mejor.

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Vacuna meningococo C en niños

Es una vacuna que ha reducido mucho la frecuencia de Meningitis en España y está incluida en calendario vacunal.

El Meningococo C era uno de los microbios que con más frecuencia causaban meningitis y sepsis antes de que se introdujese la vacuna en el calendario vacunal. Los otros gérmenes causantes de meningitis que tienen vacuna son el neumococo, el hemófilus tipo b y el meningococo B. Algunas de estas infecciones son potencialmente mortales. Desde su introducción en el calendario vacunal su frecuencia ha caido de forma muy importante.

Es por tanto una vacuna en la que la relación entre riesgo y beneficio es clara a favor de la salud de los niños. Y por tanto se la recomiendo a todos los padres, al igual que yo en su día se la puse a mi hijo.

La pauta para ponerla no es inamovible:

En el calendario vacunal unificado del Ministerio aparecen 3 dosis: A los 2 meses, 12 meses y 12 años.

No debemos vacunar a un niño si está enfermo con una infección. Que acabe primero con la infección que tiene y ya le enseñaremos después a defenderse de las otras. Cuando eso ocurre, retrasamos la dosis hasta que mejora. Como la separación entre las dosis es amplia, si se produce un retraso de una dosis en unas cuantas semanas, no afecta a las fechas en las que pondremos las otras dosis.

En cuanto a reacciones adversas de esta vacuna, lo más frecuente es que no pase nada o que se inflame un poco el lugar donde se pinchó.

Si se hincha podemos poner frío los primeros días y dar un analgésico (Apiretal o Dalsy) al niño si duele mucho o tiene fiebre.

No hay que dar apiretal ni ningún otro analgésico antes de las vacunas como prevención.

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Vacuna de la hepatitis B en niños

 

La hepatitis B es una enfermedad que se transmite a través de la sangre o de relaciones sexuales y es prevenible con la vacunación.

La hepatitis B es una enfermedad causada por un virus que se transmite a través de sangre o relaciones sexuales. Produce una inflamación del hígado que varía de intensidad según el paciente. Hay muchas personas que son portadores de este virus sin saberlo y sin que afecte a su salud, pudiendo contagiarlo fundamentalmente por contacto con su sangre o por relaciones sexuales. Pero también, si una madre es portadora del virus, puede contagiar a su hijo en el parto.

La pauta para ponerla no es inamovible:

El calendario vacunal que se aplica en España a partir de 2014 incluye 3 dosis: nacimiento, 2 meses y 6 meses.

Cuando una madre es portadora se vacuna al niño al nacimiento, al mes y a los 6 meses de vida. Y al nacimiento se le administra también anticuerpos para protegerlo hasta que la vacuna empieza a actuar.

No debemos vacunar a un niño si está enfermo con una infección. Que acabe primero con la infección que tiene y ya le enseñaremos después a defenderse de las otras. Cuando eso ocurre, retrasamos la dosis hasta que mejora y las demás se retrasan en el mismo tiempo que ha sido necesario.

Si se hincha podemos poner frío los primeros días y dar un analgésico (Apiretal o Dalsy) al niño si duele mucho o tiene fiebre.

La vacuna que se usa en España no es capaz de causar la enfermedad. Antes de que se considerase erradicada la polio de España, se usaba una que se daba por boca, era más potente y podía causar en algunos niños una Poliomielitis.

No hay que dar apiretal ni ningún otro analgésico antes de las vacunas como prevención.

Tres dosis, nacimiento, 2 meses y 6 meses.

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Vacuna de la Poliomielitis en niños

Esta vacuna es uno de los mayores logros en medicina preventiva de la historia, junto a la de la viruela y el tétanos.

La poliomielitis es una enfermedad causada por un virus que ataca el sistema nervioso pudiendo producir la muerte o secuelas graves que reducen la movilidad del paciente de por vida.

En gran parte del mundo se considera ya una enfermedad erradicada. Pero quedan algunas zonas del mundo donde aún persiste precisamente porque no se ha conseguido vacunar adecuadamente a la población.

La pauta para ponerla no es inamovible:

El calendario vacunal que se aplica en España a partir de 2014 incluye 4 dosis: 2, 4, 6 y 18 meses.

No debemos vacunar a un niño si está enfermo con una infección. Que acabe primero con la infección que tiene y ya le enseñaremos después a defenderse de las otras. Cuando eso ocurre, retrasamos la dosis hasta que mejora y las demás se retrasan en el mismo tiempo que ha sido necesario.

Si se hincha podemos poner frío los primeros días y dar un analgésico (Apiretal o Dalsy) al niño si duele mucho o tiene fiebre.

La vacuna que se usa en España no es capaz de causar la enfermedad. Antes de que se considerase erradicada la polio de España, se usaba una que se daba por boca, era más potente y podía causar en algunos niños una Poliomielitis. Pero en los países en los que se considera erradicada la vacuna que usamos no contiene virus vivos y no es por tanto capaz de causar la enfermedad en ningún niño.

No hay que dar apiretal ni ningún otro analgésico antes de las vacunas como prevención.

Respecto a la imagen superior: Tenemos mala memoria. Hoy en día muchos padres se plantean no vacunar a sus hijos. Como si fuese una decisión sabia que puede salvarles de grandes males. La foto superior es de 1955. No hace tanto tiempo, ni un siglo. Es una unidad de atención a pacientes de polio en una epidemia. Decenas de pulmones de acero (hoy sustituidos por los respiradores artificiales) para conseguir que los pacientes no muriesen ahogados. Muchos de esos pacientes siguieron el resto de su vida dependiendo de esos pulmones artificiales. Hoy nos parece algo «irreal» gracias a la vacuna. Aún quedan muchos pacientes que en su día sobrevivieron pero perdiendo la capacidad de andar sin ayuda para el resto de sus vidas.

Y en otros países del mundo donde la Polio no está controlada, sigue ocurriendo.

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Vacuna de Difteria, Tétanos y Tosferina en niños

En una sola vacuna va la inmunización contra 3 gérmenes asesinos: Difteria, tétanos y tosferina.

Difteria: Producida por una bacteria, causa, entre otros síntomas, ardor en la garganta al pasar la comida, dificultad al respirar y shock. Puede ser mortal.

Tétanos: También causado por una bacteria, fue la primer vacuna de la historia, descubierta por Pateur. Supuso un gran avance en medicina preventiva. Esta infección puede causar la muerte, porque el germen produce una toxina que altera el movimiento de los músculos contrayéndolos, lo que entre otras cosas impide que el enfermo respire.

Tosferina: Otra bacteria. Especialmente en los niños más pequeños produce una tos persistente que llega a producir ahogo a los niños. Como consecuencia de ese ahogo pueden llegar a morir o quedar con secuelas cerebrales por la falta de oxígeno.

Sé que la descripción de las enfermedades contra las que esta vacuna protege parecería alarmante. Como si fuese mi intención incentivar la vacunación generando miedo. No es esa mi intención en absoluto. Pero es que estas enfermedades existen, han matado a millones de personas a lo largo de la historia y gracias a la vacunación no las sufrimos. Hasta el punto de que corremos el riesgo de olvidar que sin la vacunación volverán y frivolizar sobre el tema. Las vacunas tienen efectos secundarios. Debería trabajarse para reducirlos, pero sin duda alguna si un día dejamos de vacunar de verdad, no tardaríamos una generación en volver a usarlas. A no ser que descubramos una forma de defendernos de estas enfermedades mejor. Y hasta ahora, esa forma no existe.

La pauta para ponerla no es inamovible:

El calendario vacunal que se aplica en España a partir de 2014 incluye 6 dosis en la infancia: 2,4,6 y 18 meses. 6 y 14 años.

No debemos vacunar a un niño si está enfermo con una infección. Que acabe primero con la infección que tiene y ya le enseñaremos después a defenderse de las otras. Cuando eso ocurre, retrasamos la dosis hasta que mejora y las demás se retrasan en el mismo tiempo que ha sido necesario.

En cuanto a reacciones adversas de esta vacuna, lo más frecuente es que no pase nada o que se inflame un poco el lugar donde se pinchó. De hecho la vacuna del tetanos es la que con más frecuencia causa inflamación local.

Si se hincha podemos poner frío los primeros días y dar un analgésico (Apiretal o Dalsy) al niño si duele mucho o tiene fiebre.

En los niños con problemas neurológicos no se recomendaba administrar esta vacuna porque podía empeorar su cuadro, pero ya se usa la forma «acelular» de la vacuna, precisamente para evitar ese problema.

No hay que dar apiretal ni ningún otro analgésico antes de las vacunas como prevención.

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Vacuna triple vírica en niños: Sarampión, paperas y rubeola

Vacuna triple vírica, sarampión, rubeola, paperas.

La triple vírica (paperas, sarampión y rubeola) es la vacuna más polémica del calendario vacunal por el temor a efectos secundarios.

Esta vacuna protege contra tres virus:

Sarampión: Antes de la aparición de esta vacuna, en Estados Unidos (es donde hay estadísticas fiables) producia decenas de miles de muertes. En la actualidad no llegan a unas decenas. Es una de las enfermedades productoras de erupciones en la piel con fiebres altas, pero que además puede dar como decimos complicaciones graves y muertes.

Rubeola: Es otra enfermedad parecida al sarampión aunque más leve. Su inclusión en el calendario vacunal es más por los riesgos de malformaciones fetales que puede producir si afecta a una mujer embarazada.

Parotiditis: En niños produce una inflamación de las parótidas (glándulas que producen saliva a los lados de la boca). Pero en hombres adultos puede producir una inflamación de los testículos y esterilidad.

El mayor problema era que uno de sus componentes era una sal de mercurio (Thiomersal) que algunos relacionan con la aparición de problemas neurológicos en niños (como el autismo). En EEUU y la Unión Europea se ha eliminado de la composición de la vacuna, ya que se sabe que genera rechazo en muchos padres y al ser dosis individuales no es necesario usarlo como antiséptico.

Hace pocos años en Granada tuvimos un brote de sarampión en una zona en la que el porcentaje de niños no vacunados era más alto de lo normal. Y no estaban vacunados por elección de los padres.

La pauta para ponerla no es inamovible:

En el calendario vacunal unificado de España se pautan dos dosis: al año y a los 3-4 años.

No es por nada, pero puestos a hacer un calendario vacunal único, no les hubiese costado tanto poner una sola fecha. eso de 3-4 años es algo que va a generar confusión y que muchos niños acaben no poniéndose la segunda dosis.

No debemos vacunar a un niño si está enfermo con una infección. Que acabe primero con la infección que tiene y ya le enseñaremos después a defenderse de las otras. Cuando eso ocurre, retrasamos la dosis hasta que mejora y las demás se retrasan en el mismo tiempo que ha sido necesario.

En cuanto a reacciones adversas de esta vacuna, puede causar fiebre en torno a la segunda semana tras la vacunación y a veces aparecen los granitos típicos de rubeola o sarampión, pero leves. Lo más frecuente es que no pase nada o que se inflame un poco el lugar donde se pinchó.

Si se hincha podemos poner frío los primeros días y dar un analgésico (Apiretal o Dalsy) al niño si duele mucho o tiene fiebre.

No hay que dar apiretal ni ningún otro analgésico antes de las vacunas como prevención.

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Mecanismos de autorregulación en bebés frente a cifras redondas

¿Porqué ponemos tantas cifras a lo que deben hacer los bebés? Hay quien describe a los niños como ingenios mecánicos con unos ritmos fijos. Y quien entiende que cuentan con mecanismos de regulación que funcionan bastante bien.

Todos los padres han oído consejos del tipo:

  • Dale de comer cada 3 horas y la cantidad que tiene que tomarse es xxx.
  • Tiene que echar los gases después de cada toma.
  • Ponle dos capas de ropa más de las que tengan los que hay a su alrededor para que no pase frío.
  • Tiene que hacer caca todos los días.
  • La cantidad de leche que debe tomar un bebé son 150 ml por kilogramo y día.
  • Con la edad que tiene, deberías quitarle ya una toma.
  • Con su edad debería dormir xxx horas.
  • Tiene que ganar de 150 a 200 gramos cada semana.
  • Tiene que sostener la cabeza con 3 meses, sentarse con 6, ponerse en pie con 9 y andar a los 12, dejar el pañal cuando se tercia en la guardería para que lo hagan todos a la vez y lo antes posible y apilar 27 tenedores haciendo equilibrios sobre la nariz antes de los…

Pero ¿de dónde salen estas cifras?

Pues es simple, son reglas fáciles de recordar. Pero generalizaciones inútiles. A mí me dieron muchas de esas reglas. Hay manuales de pediatría llenas de ellas. Para entendernos. La pediatría fue una de las últimas especialidades en surgir. Y lo hizo en pleno positivismo. Hacer ciencia era poner cifras a todo. En el mejor de los casos, estas cifras son medias estadísticas redondeadas para que se recuerden con más facilidad.

¿Porqué es absurdo plantearse así la crianza y cuál es la alternativa?

Los seres humanos, ya desde el nacimiento contamos con mecanismos que regulan nuestras respuestas al entorno y nos permiten adaptarnos. Los niños no son una excepción. Estos mecanismos son mucho más complejos y responden de forma mucho más adecuada que cualquier cálculo consciente que deseemos hacer.

Un ejemplo: Los diabéticos por desgracia tienen una esperanza de vida menor que la población general. Y eso es así porque por muy bien que seamos capaces de cumplir las reglas sobre alimentación y calcular las dosis de insulina adecuadas, lo hacemos peor que un páncreas que funcione.

Un ejemplo más claro y en la crianza: ¿Cuándo y cuanta leche dar a un bebé?

Mientras no tengamos pruebas de que no funciona, la mejor respuesta no es un número sino dos palabras: A demanda.

Reglas del tipo «debes darle cada x horas xx cantidad» de forma fija son absurdas. Pero rara es la madre a la que nadie le dice una regla así. Y en muchos casos se aplican generando problemas. Nadie come siempre lo mismo con regularidad matemática. Lo que un niño come es el resultado de una complicada ecuación en la que influye factores como:

– Si tiene más sueño o más hambre.

– Cómo comió en la anterior toma.

– Si ha vaciado o no su intestino y en qué grado.

– La temperatura a la que ha tenido que adaptarse durante la horas anteriores.

– Si ha estado más o menos activo.

– Si está consumiendo energía para defenderse de una infección.

– Si su intestino absorbe mejor o peor los nutrientes.

– Su estado de ánimo…

Son sólo algunos de los factores que es fácil demostrar que pueden alterar las necesidades de alimentación de un niño en una toma respecto a la otra. Encima no son factores cuantificables y que varían de persona a persona.

Poner una cifra fija y pretender que eso cubre las necesidades del niño es «infantil», absurdo y muy perjudicial, porque los mecanismos del niño para adaptar la toma a sus necesidades van a despertarse: Va a llorar, va a comer con ansiedad…

Tener cifras fijas, pautas fijas, resulta atractivo. Especialmente en algo nuevo que genera inseguridad como ser madre. Y se pretende dar esas cifras como una forma de aportar seguridad. Pero es una falsa seguridad que genera problemas, porque no se adapta a la realidad biológica de los niños. Somos seres biológicos, no mecánicos.

La alternativa es conocer las señales que nuestro hijo nos envía constantemente y saber cómo responder para facilitar que sus mecanismos de adaptación, mucho más elaborados que nuestras teorías, funcionen lo mejor posible. Enfocado a la pediatría es lo que llamo Pediatría Respetuosa.

La Pediatría Respetuosa tiene para mí 3 vertientes:

Conocer y respetar los mecanismos de autorregulación de los niños. Porque no disponemos de teorías capaces de superarlos.

Respetar la diferencia entre distintos individuos, en su forma de adaptarse al entorno y en su forma de enfermar y curar. Porque esas diferencias pueden hacer que la terapia de elección y las pautas a usar sean muy distintas entre dos niños.

Respetar las opiniones de los padres en sus elecciones sobre la crianza de sus hijos. Porque no sabemos tanto sobre crianza y sobre cada familia y niño en particular para estar seguros de que la opción que pretendamos como mejor lo es.


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Calculadora de la cantidad de leche a dar a un bebé

Calcula la cantidad de leche que debe tomar un bebé para evitar problemas.

Este artículo es un poco peculiar. Porque casi todo el que entre se va a encontrar lo que no espera. Lo he escrito porque hay una sección de esta web en la que hay calculadoras. Y cuando en redes sociales las he presentado y he preguntado sobre qué otras cosas os resultarían útiles, un tema recurrente ha sido este: Una calculadora que me diga la cantidad de leche que debo darle a mi bebé.

Los que lo piden esperan una calculadora tipo:

 

Edad de tu hijo:

Peso de tu hijo:

La cantidad de leche que debe tomar tu hijo es:

No te pelees con ella para que funcione. Pongas la edad que pongas y el peso que quieras el resultado es el mismo.

Y es que las matemáticas y los niños no se llevan bien, a pesar de lo que muchas veces nos empeñamos en responder. No hay cifras mágicas. Y cuando damos una cifra, estamos generando problemas. Porque hay que entender que ningún ser vivo come lo mismo dos veces. Somos seres que nos adaptamos, y eso significa que tenemos la capacidad de actuar de un modo concreto en respuesta a muchos condicionantes. Somos geniales. Nuestra capacidad de adaptación deja a años luz cualquier cálculo simplificado que pueda realizarse con una calculadora como la anterior que funcionase.

Esto hay quien lo entiende y quien no. Hay quien se empeña en obtener una cifra mágica que me garantice que si la cumplo no habrá problemas. Pero los seres vivos no somos así, y cuando intentamos ajustar el comportamiento de un ser vivo a las cifras aparecen problemas. En la mayoría de los casos hacemos cosas con los niños en este aspecto que jamás se nos ocurriría aplicar a un adulto porque nos parecería absurdo. Y en niños no es menos absurdo.

Si queremos saber si nuestro hijo come lo que necesita hay esquemas que nos lo pueden aclarar. Pero se basan en tener algo más de conocimiento sobre nuestro hijo y sobre la naturaleza humana.

Aquí tenéis uno simple: