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Alergia o catarro en niños: Peketip 10

Diferenciar catarro y alergia al polen en niños sin hacer pruebas:

El catarro dura días. / La alergia lo que la polinización (meses).

El catarro empeora durante unos días y después mejora.

La alergia tiene un horario claro:

Empeora un poco a primera hora, mejora a medio día y empeora mucho al atardecer.

En primavera un niño puede resfriarse, pero también puede ser alergia, por lo que es habitual que surja la duda. De hecho una alergia no es más que un error de nuestro sistema defensivo, que hace que nos defendamos de un polen (por ejemplo) como si un virus nos atacase. De hecho, pueden tratarse con los mismos medicamentos.

Hay varias pistas que pueden orientarnos en los niños para diferenciar catarro de alergia:

  1. Duración: Un catarro suele durar en torno a una semana. Pasamos 2 ó 3 días en los que los síntomas van en aumento. Y luego otros 2 ó 3 días de mejoría. En la alergia sin embargo hay días mejores y días peores (dependiendo de la intensidad de la polinización, de si la lluvia limpia el ambiente o el viento libera más polen…), pero no desaparece del todo en los meses en los que sigue habiendo polen.
  2. Horario: En el catarro, el único horario que podemos ver es que habitualmente el moco es más claro durante el día y se espesa a lo largo de la noche. Pero en la alergia a pólenes, vemos que el niño empeora cuando sale a un ambiente donde hay más polen. Y que no es igual hacerlo a cualquier hora. Cuando el sol sale, por la mañana, las flores se abren y empiezan a liberar polen. Pero en cuanto empieza el calor, se forman corrientes de aire que suben desde el suelo caliente arrastrando el polen a las capas altas de la atmósfera. Durante las horas de más calor el polen que hay a nuestra altura se reduce. Por último, cuando al atardecer empieza a refrescar, las corrientes de aire ascendente desaparecen, y el polen que habían mantenido en capas altas de la atmósfera cae de golpe. Esto se repite cada día, de modo que hay más polen en el aire a primera hora de la mañana, se reduce por la tarde y aumenta mucho al atardecer. Y los síntomas del alérgico siguen claramente este ritmo.
  3. Fiebre: Por último, la alergia no produce fiebre, un catarro puede hacerlo o no. Por tanto si la congestión se acompaña de fiebre, suele ser un catarro. Si no lo hace, puede ser alergia o catarro.

La importancia de diferenciar el catarro de la alergia en niños es importante porque en la alergia el tratamiento es de mayor duración y en algunos casos conviene hacer tratamientos de prevención cada primavera. A veces, antes de que empiecen los síntomas.

Las pruebas de alergia, que pueden darnos el diagnóstico definitivo suelen realizarse en otoño (cuando no se está tomando medicación para la alergia, y con tiempo para iniciar la vacunación anti-alérgica cuando está indicado).

Peketip 9
Peketip 11

 

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Los seis síntomas del niño enfermo

Niño enfermo
Niño enfermo

Fiebre, tos mocos, vómitos, diarrea y dolor.

Los principales motivos por los que los niños son llevados al pediatra, son en realidad, mecanismos que el cuerpo usa para defenderse.

Puede surgir entonces la idea de: «Si son formas del cuerpo para defenderse, dejémoslas actuar libremente. ¿Para qué interferir con un mecanismo que el cuerpo usa para sanar?»

Lo que sucede, es que cuando aparecen, interpretamos que algo marcha mal y suelen ir relacionados con malestar y sensaciones desagradables.

Cuando las detectamos, son un signo de que hay una causa que está desencadenando el proceso. Y es importante averiguar la causa, para plantearse si hay algo que podamos hacer para mejorar la evolución normal de la enfermedad.

Además, el problema es que la reacción, que en sí misma está diseñada para curar, a veces puede empeorar mucho la evolución de una enfermedad.

En muchos casos es útil combatir esos mecanismos, para evitar el agotamiento que producen y para reducir el sufrimiento que llevan asociado.

He escrito un Ebook llamado «Los seis síntomas del niño enfermo» en el que explico en qué consisten estos mecanismos, porqué están ahí, cómo ayudan al cuerpo a sanar y como funcionan. Es la falta de entendimiento de esto lo que genera inseguridad en muchos padres.

Además, intento explicar cuándo considero que el mecanismo funciona bien y ayuda al cuerpo a curar. En esos casos, posiblemente, no será necesario que hagamos nada.

Pero también aclaro, cuáles son los criterios que me hacen recomendar a los padres que, en ocasiones, tomen medidas para contrarrestar estos síntomas. Detallando los que considero mejores métodos para conseguirlo.

Este manual, «Los seis síntomas del niño enfermo«, es un regalo que puedes conseguir gratis, suscribiéndote a esta web.

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Bronquiolitis y lactancia

¿Porqué en algunos casos, la secuela de una bronquiolitis es el abandono de la lactancia materna?

Como todos los años, llegaron las bronquiolitis con el invierno. Pero me doy cuenta de que algo ha cambiado en mí. Nunca había caído en la cuenta hasta ahora de un detalle. Supongo que se debe a que mi formación en lactancia ha mejorado, y ahora presto más atención al tema.
He visto varios casos de bronquiolitis este año, en los que después del episodio han aparecido problemas con la lactancia materna.

¿Cuál es la relación entre bronquiolitis y pérdida de la lactancia materna?

Para entenderlo, voy a explicar el proceso.
La bronquiolitis es una infección producida por un virus. Esos mismos virus, en niños mayores o adultos, suelen causar un simple resfriado. Pero en niños menores de 6 meses, es frecuente que ataquen al bronquiolo (el canal más fino de paso de aire en los pulmones). El resultado es tos y ahogo. Lo que impide que el niño se alimente bien.
Las bronquiolitis suelen durar desde unos días, hasta varias semanas. En ese tiempo el niño come mal. En los bebés que están con lactancia materna, el resultado es que el pecho no se vacía con la frecuencia habitual. Algunas madres lo notan porque se les llena demasiado los primeros días de enfermedad de su hijo. Otras no lo notan tanto.
Pero el resultado es que al vaciar menos el pecho, disminuye su producción de leche.
Si a eso juntamos que la madre suele estar bastante preocupada por la situación del bebé y no piensa en el pecho como algo prioritario, los días van pasando y la producción de leche va reduciéndose.
Cuando por fin el bebé mejora de la bronquiolitis, y empieza a comer más, se empieza a recuperar el pecho. Pero a veces esa recuperación en la cantidad de leche, tarda más que el bebé en pedirla.
Entonces el bebé empieza a comer con ansiedad, traga más gases, llora más. Y la madre interpreta, con razón, que el niño se está quedando con hambre y el pecho no llega.
En muchos casos recurren al biberón y puede suponer el fin de la lactancia.

¿Cómo evitar que una bronquiolitis acabe con una lactancia que funcionaba?

Se me ha ocurrido escribir este artículo, porque he visto varios casos este año en los que ha ocurrido. La bronquiolitis pasó, pero se llevó con ella una lactancia que funcionaba hasta entonces.
Para evitarlo, si tu bebé toma pecho, y empieza con bronquiolitis, prepárate.
Es normal que coma menos durante unos días.
Lo que te aconsejo, es que durante esos días, tras darle al bebé el pecho, te saques la leche sobrante con un saca-leches.
Si lo haces por sistema, mantendrás la producción de leche. Y aunque se redujese un poco, cuando el niño se mejore de la bronquiolitis y empiece a demandar más, podrás recurrir a las reservas que has guardado para completarle hasta que el pecho produzca de nuevo lo que él necesita.
Puede ser la diferencia entre salvar la lactancia o perderla.

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El niño que respira mal mientras duerme

Niños que no respiran bien durante el sueño,cuáles son causas y cómo solucionarlas.

 

Hay niños que duermen mal porque respiran mal de noche.

Roncan como personas mayores interrumpiendo en algunos casos la respiración durante períodos de 10 segundos o más.

Es lo que se llama Apnéa del Sueño.

Aquellos que la sufren, tienen una mala calidad de sueño, ya que cuando hacen esas pausas sin respirar, baja la concentración de oxígeno en sangre, provocando que el cerebro se mantenga en situación de alerta.

Suelen ser personas que durante el día están más cansados, irritables y con dificultad para concentrarse.

En los niños sus dos causas más frecuentes son el sobrepeso y las vegetaciones.

La primera causa es evidente. Son niños con un sobrepeso bastante claro y mejoran adelgazando.

Las vegetaciones grandes pueden diagnosticarse con facilidad simplemente observando ciertas cosas en el niño:

  • Respira peor en cuanto se tumba, pero de día respira mal, con la boca abierta, como si tuviera siempre mocos.
  • Al respirar o cuando tose se oye moco, pero no lo echa.
  • Si le hacemos un lavado de nariz, o no sale nada, o aunque salga, sigue respirando mal.
  • Tose con más frecuente de noche y al levantarse por la mañana.
  • Cuando tose notamos que mueve moco, es muy aparatoso, pero cede tras unos pocos golpes de tos, cuando ha quitado el moco de en medio, a veces vomitando.

Si cumple esta descripción y durante la noche se despierta con frecuencia por la tos o hace pausas sin respiración de 10 segundos o más, conviene que lo vea el Otorrinolaringólogo, que valorará si es necesario extirpar las vegetaciones.

Hasta que se valore si se opera, suelen dormir mejor algo más incorporados (echados sobre una almohada alta, o incluso recostados en una hamaca).

 

Siguiente Capítulo: Dolor de oídos…

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Problemas concretos del sueño en niños

Los problemas más frecuentes del sueño en niños

Causas más frecuentes de problemas durante el sueño en niños. Cuáles son y cómo resolverlos.

 

Hasta aquí me he centrado en entender como funciona el sueño normal y como iniciar un correcto hábito de sueño desde el principio.

A partir de ahora nos centraremos en los problemas más frecuentes para que sirvan como ejemplo y los entendamos mejor.

 

 

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Neumonía en niños

Neumonía en niños

Neumonía en niños.  Las dudas más frecuentes que explico a los padres de niños con pulmonía. Diagnóstico, Tratamiento y un vídeo que lo aclara todo.

¿Qué es una Neumonía?

La neumonía es una infección que afecta al pulmón.

No es mi intención con este artículo que aprendáis a tratar o diagnosticar una neumonía. Eso es función de los Pediatras, no de los Padres. Mi idea es que si vuestro hijo es diagnosticado de Neumonía tengáis algo más claros algunos conceptos que suelen causar dudas a los padres.

También hay quien la llama pulmonía.
Es una enfermedad entre moderada y grave. En la mayoría de los casos puede tratarse en el domicilio del niño.

Pero en algunos casos puede ser necesario tratarlo en un hospital:

  • Cuando el niño no es capaz de hacer el tratamiento en casa (vomita la medicación…)
  • Si tiene muy mal estado general.
  • Si tiene una dificultad respiratoria importante.
  • Si tras iniciar tratamiento en casa empeora.

¿Cómo empieza una neumonía?

Puede empezar como un resfriado normal (casi siempre empieza con un virus). No es posible saber cuando empieza si acabará en neumonía o no. En algunos niños el catarro empieza a irritar los bronquios, que producen moco. Y si éste no se puede expulsar bien puede empezar a acumularse. Este moco acumulado es a veces aprovechado por una bacteria para empezar a crecer y producir la neumonía.

Evolución habitual de una neumonía

Empieza con un catarro con tos y mocos, que en algunos casos tiene fiebre durante unos días.

Lo más frecuente es que cuando ya empezaba a mejorar, se produzca un empeoramiento repentino con fiebre y tos más intensos. En otros casos el catarro va simplemente a peor (cada vez más tos y fiebre en ascenso con estado general empeorando) o no experimenta mejoría tras 3-4 días de fiebre.

El diagnóstico de la Neumonía

Cuando se produce la evolución descrita antes se debe acudir al pediatra que llega al diagnóstico por medio de:

  • Historia: La evolución descrita.
  • Exploración: Niño con estado general malo (mal color de piel, decaimiento…), dificultad respiratoria (respira más rápido de lo normal y se nota que le cuesta trabajo…) y al escuchar el pecho con el fonendo se oyen crepitantes (ruido como de pisar nieve en alguna zona del pulmón -no siempre se oye-).
  • Radiografía: Hay dos tipos de neumonías según la radiografía:
    • Lobar: Afecta sobretodo a una zona del pulmón que se ve en la placa como una mancha blanca.
Son las más agresivas y que se suelen complicar más.

 

  • Atípica: Se ve como una imagen difusa en todo el pulmon como de vidrio deslustrado.
Suelen tener una buena evolución si se tratan de forma adecuada.
  • Analítica: En algunos casos en los que no está claro el tipo de neumonía o su intensidad la analítica puede ayudar.

Tratamiento de la neumonía

  • En casa: Antibiótico en función del tipo de neumonía, tratamiento para la fiebre y tratamiento que ayude a expulsar el moco del pecho.
  • En el hospital: Antibiótico por vía intravenosa, tratamiento para fiebre y medicación en aerosoles y oxígeno en mascarilla para ayudar a respirar si es necesario.

En la mayoría de los casos el tratamiento dura entre 10 y 14 días.

Radiografías posteriores

Es muy frecuente que tras una neumonía, la familia quiera ver una radiografía normal. Se abusa de ellas.

La radiografía no sirve para valorar la mejoría de las neumonías, ya que la imagen de la placa no mejora rápidamente. En algunos casos, a pesar de estar curado, puede seguir con imagen de neumonía semanas después.

La radiografía mejora lentamente, pero empeora rápidamente.
Está indicado hacer las placas que sea necesario cuando una neumonía empeora, pero no sirven para dar un «certificado de curación».

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Mocos espesos en niños y bebés

Los niños casi siempre tienen mocos. Lee aquí una explicación para padres sobre los mocos espesos. Porqué aparecen y cómo tratarlos.

 

Los niños y bebés, especialmente en sus 3 primeros años de vida tienen casi siempre mocos.

A veces son mocos claros y otras veces son mocos espesos.

Lo habitual es que los mocos espesos aparezcan en niños y bebés, cuando los mocos claros se espesan. Eso ocurre durante el catarro, con frecuencia por las mañanas o al final del catarro.

Por las noches el niño o bebé está tumbado, con lo que el moco se queda en la nariz (en lugar de ir cayendo) y se espesa. Luego, durante el día, como va saliendo suele aclararse.

Al final del catarro, la producción de   se hace menos abundante, no sale con tanta velocidad y le da tiempo a espesarse cada vez más.

¿Cómo podemos tratar el moco espeso en niños y bebés?

El moco claro se puede tratar con antihistamínicos.

Pero el moco espeso se puede tratar con mucolíticos (yo no suelo mandarlos porque en la mayoría de los casos lo que hacen es transformarlo en claro, ahora tomas tratamiento para el moco claro y se espesa…. Vamos, que es marear mocos).

Lo más efectivo para eliminar moco espeso de la nariz en niños y bebés es el lavado nasal y aspirar:

  1. Lavado nasal. Tumbamos al niño o bebé de lado y aplicamos por el orificio nasal que queda arriba suero fisiológico o agua marina en Spray (Prefiero los sprays a la jeringuilla, porque los sprays están clasificados por edades, de forma que para los pequeños tienen menos presión, evitando así hacer daño. Con la jeringuilla podemos pasarnos.). Luego lo tumbamos del otro lado y repetimos.
  2. Aspiración nasal. Tras el lavado, si vemos moco asomando, podemos aspirar para sacarlo. Sólo os recomiendo aspirar si veis el moco. No es bueno aspirar mucho, ya que la presión, puede producir más congestión. Por lo tanto aspira para sacar lo que ves, no lo que oyes. Ni por ver si casas algo más.

Casos en los que no recomiendo hacer lavados de nariz en niños y bebés

Cuando un niño se suena bien la nariz no tiene sentido aspirar. Echar suero si puede ayudar incluso en adultos.

En algunos casos notamos el moco cuando respira. Tiene moco en la garganta y al estornudar le sale moco espeso. Pero si hacemos un lavado no sale casi nada y sigue igual de atascado. Suelen ser las vegetaciones. Y en la vegetaciones no sirven de nada los lavados de nariz.

Otro caso en el que no sirven los lavados de nariz en niños y bebés es cuando el moco es claro. El problema en este caso es que le hacemos el lavado. El niño pasa un mal rato, y un minuto después vuelve a estar igual, pero más cabreado. Cuando el moco es claro, la producción de moco es tan rápida que el lavado no es una solución. En ese caso van mejor los antihistamínicos.

Por último, cuando a un niño o bebé le duelen los oídos no recomiendo hacerle lavados, ya que es frecuente que en ese caso les resulten especialmente molestos o hasta dolorosos.