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Problemas en el parto: la lesión del plexo braquial en recién nacidos

Lesión del plexo braquial en el parto

Causas de la falta de movilidad de un brazo en bebés, la lesión del plexo braquial. Cómo detectarla, tratamientos disponibles y recuperación.

¿Has tenido un parto complicado y han tenido que usar instrumental (fórceps, espátulas, ventosas, etc.) o tirar fuertemente de tu bebé para ayudarle a nacer?

Si te preocupan las repercusiones que esto puede tener en la salud de tu hijo y quieres saber cuál es el tratamiento a seguir, no dejes de leer este artículo del traumatólogo Eugenio Ferrer, autor de la web Traumatología y más.

En un artículo anterior te hablé de las fracturas en los recién nacidos durante el parto. Así que en este post te quiero comentar los aspectos más importantes de otra lesión algo menos frecuente, pero que aún así sucede con cierta frecuencia durante el parto; es la parálisis del plexo braquial.

La parálisis del plexo braquial es la lesión de un conjunto de nervios situados en la base del cuello y el hombro. Es una de las lesiones típicas en bebés nacidos de partos laboriosos o en los que se ha tenido que usar instrumental para ayudar a su alumbramiento.

Pero no quiero asustarte pues con el tiempo la mayoría de bebés se recuperan completamente. Así que voy a comenzar a explicarte en qué consiste la lesión del plexo braquial en bebés y cuál es su tratamiento.

¿Qué es el plexo braquial?

Primero empezaré aclarándote lo que es el plexo braquial, ya que puede que sea la primera vez que oigas hablar de él.

Un plexo es un conjunto de interconexiones entre varias raíces nerviosas a su salida de la columna vertebral. Forman como una red por la que circulan tanto la sensibilidad como los impulsos que le dan movimiento a los brazos (plexo braquial) o las piernas (plexo lumbosacro). En concreto, el plexo braquial se encuentra entre la base y el lateral del cuello.

¿Cuándo se puede lesionar el plexo braquial?

Hay 2 perfiles de personas que pueden sufrir esta lesión:

  • En personas adultas sucede por haber recibido un impacto violento en miembros superiores. Por ejemplo en accidentes de moto, bici, traumatismos penetrantes (apuñalamientos y armas de fuego) o en accidentes laborales (construcción, etc.)
  • Y en recién nacidos en los que se ha ejercido una tracción excesiva en el brazo por diversas razones. En estos casos se denomina parálisis braquial obstétrica, y éste es el perfil de lesión de la que te voy a hablar en este artículo.

¿Es muy frecuente la lesión del plexo braquial en recién nacidos?

Los registros indican que ocurre en 2 de cada 1000 nacimientos aunque el riesgo no es igual para todos los bebés, ya que hay circunstancias que aumentan el riesgo de que se produzca, como:

  • Bebés de embarazo múltiple
  • Bebés de gran tamaño
  • Bebés de partos laboriosos o instrumentados

¿Cómo puedes detectar si tu bebé tiene parálisis del plexo braquial?

Si tu bebé recién nacido ha sufrido una lesión del plexo braquial, tendrá una movilidad bastante limitada del brazo afectado.

Los primeros signos aparecen ya a la primera exploración que se le hace al bebé al detectar que mueve peor un brazo que otro. Pero también conviene descartar que no se deba a otros problemas como puede ser una fractura de clavícula o de húmero en ese mismo brazo.

La parálisis puede afectar al hombro, al codo o la mano según la parte del plexo braquial que haya resultado afectada.

La lesión puede ser:

  • Únicamente una inflamación de los nervios del bebé debido a las maniobras a las que se le ha sometido durante el parto, y se recuperará casi completamente.
  • O una lesión más grave que lamentablemente tendrá peor recuperación.

¿Cómo se trata la lesión del plexo braquial en bebés? ¿Hace falta operar?

La actitud inicial es la de observar al recién nacido y explorarlo periódicamente para vigilar estrechamente su recuperación.

Aquellos bebés que antes de los 6 meses ya pueden flexionar el codo con normalidad o que antes de los 9 meses son capaces de asir un objeto a media altura, presentan mejor pronóstico de recuperación.

El 90% de los bebés recuperan toda la movilidad de forma espontánea sin necesidad de ningún tratamiento especial. Pero decirte que la recuperación completa puede tardar hasta 18 meses.

Por otra parte, en bebés a los que se les detecta mediante un electromiograma (prueba para comprobar el funcionamiento de los nervios) que tienen una mala función del bíceps (músculo encargado de la flexión del codo), se recomienda operarlos cuando tengan 6 meses de edad.

Las operaciones que se realizan para tratar la parálisis braquial obstétrica pueden consistir en:

  • Suturar los nervios dañados.
  • Realizar injertos nerviosos: se cogen nervios menos necesarios de otra zona del cuerpo para reparar los del plexo braquial.
  • Transferencias tendinosas: desinsertar un músculo de la zona e insertarlo en los tendones de los músculos afectados para que recuperen fuerza.
  • Osteotomías: son cortes en los huesos necesarios en personas con lesiones muy graves y que han llegado a provocar luxaciones en el codo o el hombro del brazo afectado (cuando una articulación se desencaja).

Si tu bebé necesita un tratamiento quirúrgico para tratar una lesión del plexo braquial, la operación debe realizarla un equipo con la suficiente experiencia ya que no son intervenciones que se hagan de manera muy habitual.

La recuperación de cada bebé tras la operación es difícil de predecir, pues dependerá mucho del grado de lesión que tuviera inicialmente. Y la recuperación de la movilidad del miembro afectado que alcance el niño se irá viendo con el tiempo.

SOBRE EL AUTOR DE ESTE POST:
Eugenio Ferrer TraumatólogoEugenio Ferrer es Traumatólogo y autor de la web Traumatología y más, donde se ofrece como traumatólogo online para quienes necesiten una segunda opinión médica, ampliar información o aclarar dudas. ¡Prueba la consulta online por 1ª vez de forma gratuita!

También publica un blog de traumatología en el que encontrarás información médica explicada de forma sencilla y clara con respuestas sobre tratamientos, consejos y recomendaciones a seguir.

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Fracturas en Bebés durante el Parto

Fracturas del bebé durante el parto¿Tu bebé ha sufrido alguna fractura durante el parto?

Si necesitas orientación sobre los tipos de tratamiento, cómo es y cuánto durará la recuperación de tu bebé, no te pierdas este artículo del traumatólogo Eugenio Ferrer, creador de la web Traumatología y más.

Hay personas a las que la vida se les plantea dura ya desde el principio. Me refiero a que ya los inicios en este mundo pueden ser difíciles si surgen complicaciones en el parto. En concreto, en aquéllos que se desarrollan por vía natural a través de lo que los médicos denominamos el canal del parto.

¿Cómo se producen las fracturas en recién nacidos durante el parto?

Está claro que el canal del parto está diseñado para que un bebé pase por él, pero en algunos casos un recién nacido puede sufrir lesiones durante este proceso debido a:

  • Los giros y maniobras realizadas por la persona que está asistiendo el parto para ayudar en la expulsión del recién nacido. Generalmente ocurren en partos laboriosos o en los que el bebé se ha situado para salir en una posición que lo hace difícil.
  • Por ser un parto instrumentado (en el que se ha empleado un fórceps, unas espátulas o una ventosa)
  • Si el bebé venía en una posición anómala como es en la presentación de nalgas, podálica o braquial.
  • Otra causa puede ser una caída del bebé al salir al exterior, pero esto es mucho menos frecuente.

Los huesos que habitualmente se fractura un recién nacido en estos casos son la clavícula, el húmero o el fémur.

¿Cómo se diagnostican las fracturas que se han producido durante el parto?

El diagnóstico de una fractura en un recién nacido puede ser inmediato, al notar la persona que ha hecho la maniobra un chasquido y tras pedir una radiografía para confirmar la sospecha de fractura.

En otras ocasiones, la fractura se diagnostica a las semanas de nacer cuando sus padres lo llevan al pediatra porque notan que al vestirlo o bañarlo el bebé no termina de mover bien el miembro afectado. Si en la radiografía aparece un callo de fractura, este hallazgo confirma que la lesión está curada y que por tanto no hay que añadir ninguna medida adicional, ya que con el tiempo el bebé recuperará la movilidad.

La mayoría de las veces el diagnóstico de la fractura lo realiza el pediatra al detectar una asimetría en la movilidad entre ambos brazos o ambas piernas del bebé durante la primera exploración que se le realiza al nacer, y entre las posibles causas está la posibilidad de una fractura.

¿Cómo se trata una fractura en un recién nacido?

Cuando un bebé se hace una fractura, el tratamiento inicial que aplico es siempre conservador por 2 razones:

  • El esqueleto de un recién nacido tiene un gran componente de cartílago y no está preparado para recibir los implantes que se usan en niños más mayores o en adultos.
  • Asimismo, tiene una gran capacidad de reparación por lo que con una inmovilización y con manejo cuidadoso, debería de ser suficiente.

Por lo tanto, si la fractura es en una extremidad superior recomiendo colocar el brazo afectado por dentro de la camiseta que se le pone al niño para que haga de cabestrillo provisional. Es importante que los padres tengan mucho cuidado a la hora de asearle, empleando una esponja y sin separarle mucho el brazo del torso.

En el caso de una fractura en una extremidad inferior, en concreto una fractura de fémur, resulta algo más incómodo:

  • De inicio se le coloca al bebé un yeso que abarca la pelvis y la pierna afectada si la fractura no está muy desplazada o deformada.
  • Y si tuviese mucho desplazamiento, habría que tener al niño con un peso tirando de la pierna durante unos 10 días para luego pasarle a un yeso u otro tipo de inmovilización.

¿Cuánto tarda en consolidar una fractura en un bebé?

Las fracturas en los bebés consolidan rapidísimo por la gran capacidad biológica que tienen al ser un organismo en crecimiento.

Ya se pueden apreciar signos de consolidación de la fractura a las 2 semanas de producirse. Las inmovilizaciones no se suelen dejar más de 20 días o a lo sumo un mes, cuando ya se aprecia una consolidación más firme en las radiografías de seguimiento.

¿Supone una fractura en un bebé un problema para su crecimiento o algún tipo de invalidez en el futuro?

La repercusión en el crecimiento es escasa ya que al bebé le queda mucho desarrollo por delante y es capaz de corregir si ha quedado alguna deformidad.

Las fracturas que repercuten más en el crecimiento son las que se producen en las articulaciones o cerca de ellas y las fracturas en el parto no suelen afectar estas localizaciones.

Una pregunta muy clásica que me suelen hacer los padres en la consulta respecto a la fractura de fémur, es si el niño se puede quedar cojo. Decirte que el riesgo es bajísimo por lo que te he comentado sobre la capacidad de reparación que tienen los tejidos de un bebé. Las fracturas a esta temprana edad tienen un resultado muy bueno en cuanto a consolidación.

Reseña sobre el Autor:

Eugenio Ferrer TraumatólogoEugenio Ferrer es Traumatólogo y autor de la web Traumatología y más, donde publica un blog sobre lesiones en traumatología en el que puedes encontrar información médica de interés con respuestas e información sobre tratamientos, consejos y recomendaciones.

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Golpe en los Dientes de Niños

Golpes en dientes de los niños

Golpe en los Dientes de los niños ¿Qué tipos de lesión pueden producirse? Primeros auxilios para padres ¿Es necesario acudir al dentista o al hospital?

Los golpes en los dientes pueden ocurrir por una caída accidental mientras los niños juegan, durante la práctica de diferentes deportes, o por pérdida del equilibrio. Pueden ser golpes contra objetos contundentes como balones, postes de porterías, el borde de una mesa, el pavimento… y también el codo o la cabeza de un compañero de juegos.

¿Qué lesiones pueden producirse?

  • Rotura del diente (Fractura dental): puede tratarse de fracturas de una pequeña parte o de un trozo más grande.
  • Aflojamiento del diente(Luxación): el diente se mueve o se ha desplazado lateralmente, hacia fuera (Extrusión) o hacia dentro (Intrusión).
  • Caída del diente por un golpe (Avulsión)
  • Heridas en los labios o la lengua
  • Fracturas Oseas: En accidentes graves puede afectarse el hueso que sujeta los dientes.

Puedes encontrar información profesional más detallada.

Primeros auxilios

Mantén la calma, lava suavemente la boca del niño con agua y observa qué daños se han producido.

En caso de:

  • Rotura del diente (Fractura dental)En caso de pequeñas fracturas  o astilladuras simples, no es necesario hacer nada inmediatamente. Es recomendable acudir al dentista para que pula  los bordes afilados que puedan quedar, para evitar que corten los labios o la lengua y también para reponer el trozo perdido por motivos estéticos.En caso de fracturas grandes, buscar el fragmento y guardarlo en agua o leche, evitando que se deshidrate, y acudir al dentista que pegará el trozo roto al diente con adhesivos especiales. En caso de no encontrar el fragmento acudir al dentista para ver si está alojado en el labio y proteger el nervio del diente.

Si la fractura es muy importantes el nervio situado dentro del diente puede quedar al descubiertocausando dolor con el frío (al respirar o beber líquidos fríos o calientes). Tomar un calmante si es necesario y acudir al dentista enseguida para evitar que el nervio se infecte, y que la infección progrese hacia el hueso con el tiempo.

  • Aflojamiento del diente (Luxación):Desplazamiento hacia afuera, recolocar el diente en su lugar, morder una gasa para mantenerlo en su sitio y acudir al dentista para que lo fije.

Desplazamiento lateral o hacia dentro, acudir al dentista para que lo recoloque.

  • Caída del diente por un golpe (Avulsión)

Dientes de Leche

NO intentes recolocar el diente, pues podrías dañar el diente definitivo que aún se está formando.

Dientes Definitivos

    1. Busca el diente.
    2. Si el diente está limpiocógelo por la parte externa sin tocar la raíz y colócalo enseguida en su lugar, de manera que quede a nivel con los otros dientes. Que el niño muerda suavemente una gasa o una bolsita de té húmeda para que se  mantenga en su sitio.
    3. Si el diente está suciolávalo suavemente con un poco de agua y recolócalo enseguida. No lo frotes porque eso dañaría las células vivas de la raíz, necesarias para la supervivencia del diente.
    4. Si no puedes recolocarlo o nadie se atreve a hacerlocoloca el diente en un vasito y cúbrelo con suero fisiológico, leche o saliva. No dejes que el diente se seque, se deshidratarían las células vivas de la raíz. No lo transportes sumergido en agua.
    5. El diente también se puede llevar entre el labio y la encía inferiores o bajo la lengua, vigilando de no tragártelo.
    6. Acude al dentista lo antes posible, mejor antes de 30 o 60 minutos, para recolocar el diente en su lugar (reimplante). Cuanto antes se recoloque, más posibilidades de que el diente se mantenga en la boca durante años.
  • Heridas en los labios o la lengua
    Limpiar y desinfectar.
    Palpar en busca de objetos extraños o fragmentos impactados.

¿Es necesario ir al dentista de urgencias?

  • Si falta un trozo de diente
  • Si los dientes se mueven
  • Si el niño no muerde igual que antes
  • Si un diente ha saltado de la boca actúa como he descrito más arriba.

Si no aprecias lesiones importantes, no es necesario que lleves al niño de urgencias, pero llévalo en los días siguientes, ya que puede haber lesiones menos apreciables en el primer momento, que pueden necesitar control y/o tratamiento.

En ocasiones los golpes en los dientes de los bebes pasan desapercibidos hasta que los padres detectan un cambio de color amarillo, gris o rosa, sobre todo de los incisivos superiores. Esto se produce como consecuencia de una inflamación o muerte del nervio del diente. En estos casos es importante que lleves a tu hijo al dentista infantil (odontopediatra),  que valorará el tratamiento más adecuado para prevenir defectos de formación en los dientes definitivos que se están formando debajo.
Estos defectos pueden consistir:

  • pequeñas manchas blancas o marrones.
  • formación incompleta de la capa externa del diente (esmalte).

¿Es necesario ir al hospital?

En caso de un accidente importante:

  • Accidente de tráfico o una caída grave (desde cierta altura, de una bicicleta)
  • Si el niño no puede cerrar bien y juntar sus dientes, puede que la mandíbula esté rota, lo que requiere de atención inmediata.
  • Si se observa pérdida de consciencia, dolor de cabeza, desorientación o vómitos es preciso acudir a un hospital para su control, así como cuando se observan deformidades faciales, lo que podría indicar fracturas mayores que las dentarias.

Cuidados posteriores en casa

  • Dieta Blandadurante 10-15 días.
  • Cepillar los dientes que han recibido el golpe después de cada comida con un cepillo suave desde el primer día.
  • Cepillar el resto de los dientes con normalidad.
  • Enjuagar  con un colutorio de Clorhexidina 0,12% 2 veces al día durante 7 días.

En niños de menos de 6 años es mejor aplicarlo con una gasa empapada para que no se lo traguen.

  • No practicar deportes de contacto.

IMPORTANTE: Los golpes dentales deben controlarse al menos durante 5 años, puesto que pueden producirse fracturas en la raíz o desplazamientos poco evidentes que pueden tener consecuencias inmediatas, durante los primeros meses, o consecuencias tardías, más importantes durante los primeros años después del golpe.
Los traumatismos a veces pueden tener consecuencias a largo plazo incluso después de muchos años.

Factores de riesgo

  • Incisivos Superiores Adelantados
    Es un tipo de maloclusión dental en la que los dientes centrales superiores quedan muy desprotegidos y pueden sufrir golpes con mucha facilidad.

Situaciones de Riesgo

  • Caídas Accidentales
  • Práctica Deportes
  • Masticación objetos o alimentos duros
  • Peleas
  • Accidentes de Tráfico

Prevención

  • Evita el uso del andador.
  • Enseña a los niños a:
    • Cuidar sus dientes y los de sus compañeros de juegos evitando golpearlos con objetos contundentes
    • No dar empujones cuando juegan
    • Evitar las riñas o peleas
    • No saltar del columpio en movimiento
    • Usar la escalera para salir de la piscina
  • Tu hijo debe usar un protector bucal para practicar cualquiera de estos deportes: hockey, karate, ciclismo, esquí, patinaje, rugby o cualquier actividad con riesgo de trauma facial.
  • Corrige la malposición de los incisivos superiores adelantados mediante ortodoncia.
  • Evita que mastiquen objetos como lápices, bolígrafos, juguetes, huesos de oliva o cereza, o abrir frutos secos con los dientes. A excepción de los mordedores diseñados para aliviar las molestias cuando están saliendo los primeros dientes.
  • Enséñales el hábito de usar casco para ir en bicicleta.
  • Utiliza siempre sillitas y elevadores homologados en el coche, con el cinturón de seguridad, incluso en trayectos cortos.

Autora: Nuria Campo – Dentista

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Golpe de Calor en Niños y Bebés

Golpe de Calor en Niños y Bebés.

Cuando llega el Calor y empezamos a disfrutar del Sol con Niños y Bebés hay que tener cuidado con los Golpes de Calor. No basta con evitar las quemaduras.

Al pensar en disfrutar del buen tiempo con niños, si nos preocupa la seguridad, tenemos asumido que es necesario prevenir las quemaduras solares.

Pero muchas veces olvidamos que ese no es el único peligro. Para evitar los problemas no basta con aplicar protector solar y hacerlo adecuadamente. Los niños y especialmente los bebés cuanto más pequeños son más fácil es que sufran un golpe de calor.

Qué es un golpe de calor

Nuestro cuerpo tiene la capacidad de mantener una temperatura estable en condiciones diferentes. Puede calentarse cuando el ambiente es frío y enfriarse cuando hace calor. Decimos que somos Homeotermos.

Pero la capacidad del organismo para amortiguar los cambios en el ambiente no es infinita. Si alguien se queda a la intemperie en condiciones de temperatura muy baja, puede morir de hipotermia. Y cuando es sometido a temperaturas demasiado altas puede sufrir un golpe de calor.

Si estás en un ambiente excesivamente caluroso, el principal mecanismo del que dispones para eliminar calor es la sudoración. Cuando el sudor cubre nuestra piel y ésta está caliente, se evapora. Esa evaporación hace que eliminemos calor.

La limitación es que no disponemos en nuestro cuerpo de agua infinita para perderla en forma de calor. Y tampoco de las sales en las que el sudor es rico. El resultado es que cuando estamos expuestos de forma prolongada o intensa a un calor excesivo, llega un momento en que nuestro cuerpo agota su capacidad de eliminar calor por esa vía. Empieza entonces a no funcionar bien:

– La tensión arterial baja, porque disponemos de poco líquido y con un volumen menor de sangre es difícil llevar suficiente riego a todos los órganos. Si falta en el cerebro aparece dolor de cabeza, puede surgir después el mareo, la alteración de la conciencia…

– La temperatura sube. Es decir, sin tener ninguna infección que lo ocasione aparece la fiebre.

Fiebre por golpe de calor

Es muy frecuente que los padres de bebés pequeños cuando deciden ir a la playa lo hagan pertrechados con sombrillas y cremas de protección solar para cubrir a su bebé. Pero en ocasiones no tienen en cuenta que en la playa, en la piscina o en el campo, en verano, no solo el sol quema, también calienta. Y si un niño o bebé es expuesto a los 40-45º que con facilidad pueden alcanzarse en verano, teníendolo bajo la sombrilla y con crema solar, tal vez evitemos las quemaduras. Pero es muy fácil que esa noche el bebé tenga fiebre.

El golpe de calor y la fiebre que causa es más fácil que aparezcan cuanto más pequeño es el bebé. No es raro ver alguno los fines de semana por las noches en urgencias.

Consejos para evitar el golpe de calor en niños y bebés

  1. Evita ambientes calurosos las horas del día en que el calor es más intenso. Este es el esencial. Hagamos lo que hagamos si un bebé está a 45º durante horas es muy probable que sufra un golpe de calor.
  2. Evita dejar al bebé en sitios donde la temperatura sube aún más. Por ejemplo dentro de un coche a pleno sol con las ventanillas cerradas y sólo.
  3. Hidrata bien a tu hijo en los días calurosos. Es bueno que tome líquido abundante y que reponga también las sales que se pierden. En el lactante puede ayudar la propia leche, en niños mayores pueden ayudar frutas, verduras, agua y en casos extremos, sueros de rehidratación oral.
  4. Refresca la piel del niño con frecuencia para eliminar calor sin perder agua ni sales por el sudor.

Acuérdate del Protector Solar, lleva la sombrilla, el gorro y ropa que proteja su piel del sol, pero no olvides evitar los horarios de más calor, hidratar a tu hijo y refrescarlo con frecuencia. Y si lo notas irritable, decaído o caliente y con la piel seca, llévalo a un sitio fresco lo antes posible.

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Quemadura por el Sol en Niños y Bebés

Quemadura por el Sol en Niños y Bebés. Evitarla y tratarla.

Las Quemaduras por el Sol siguen siendo frecuentes en Niños y Bebés. Aprende cómo tratarlas y ante todo cómo exponerlos al Sol con seguridad para evitarlas.

El Sol es una fuente de vida porque genera energía. Pero a veces puede ser excesiva.

Estamos preparados para vivir bajo su luz y la necesitamos. La usamos por ejemplo para producir Vitamina D.

Pero también genera en nuestra piel radicales libres. Son moléculas que reaccionan de forma incontrolada modificando otras como el Colágeno o el ADN. En el primero son responsables del envejecimiento de la piel, ya que los radicales libre hacen que el colágeno pierda elasticidad.

En el ADN pueden generar la muerte de algunas células y la mutación de otras, que pueden transformarse en tumorales.

Nuestra piel tiene capacidad de amortiguar radicales libres hasta un nivel determinado y cuando se agota puede regenerar esa capacidad si la dejamos un tiempo fuera de la exposición al Sol.

Podemos hacer dos cosas frente a las Quemaduras por el Sol: Evitarlas y Tratarlas. Es evidente que lo preferible sería evitarlas. Especialmente en niños pequeños.

Cuando se llega a la quemadura solar es que la capacidad de nuestra piel de inactivar radicales libres se ha agotado por ahora y la radiación ya está provocando daño en el tejido.

Esto significa que cuantas más veces se quema la piel por efecto del sol a lo largo de la vida más envejece y mayores son las probabilidades de que aparezca un tumor en la piel.

Evitar la Quemadura por el Sol

Una serie de sugerencias:

  • Evita la exposición de los niños al sol a las horas de más intensidad.
  • Protege del Sol especialmente a los más pequeños.
  • Si preveemos que un niño se exponga al sol de forma mantenida debemos protegerlo:
    • Con medios físicos siempre que sea posible (ropa adecuada, gorro…)
    • Con un Protector solar adecuado:
      • Que el Fabricante lo recomiende para la edad en la que vamos a usarlo.
      • Factor 50. Que es el máximo.
      • Aplícalo con la antelación suficiente para que se fije bien a la piel antes de exponerse al sol.
      • Vuelve a aplicarlo si algo retira el protector (baño, sudor…)
      • Vuelve a aplicarlo si la exposición al sol se prolonga. Mi recomendación es hacerlo al menos cada 2 horas.
    • Los primeros días que el niño se expone al sol el tiempo debe ser limitado. Podremos aumentarlo poco a poco conforme la piel se vaya poniendo morena.
    • Lo ideal es conseguir el moreno sin que se queme en ningún momento.
  • Si en cualquier momento la piel se enrojece es que ya se está quemando. No sirve volver a aplicar Protector solar. Debemos poner al niño a cubierto y no volver a exponerlo al sol al menos hasta que el enrojecimiento haya cedido por completo.

Tratamiento de las Quemaduras por el Sol

Todavía recuerdo el olor a vinagre de las noches de verano en la playa. Yo me crié en Guadix. Una ciudad del interior a una altura de más de 900 metros. La playa nos quedaba un poco lejos. Eso significa que las ocasiones en las que nos escapábamos era para pasar «el día de playa». Cualquiera mantenía a 7 niños (somos 7 hermanos) alejados del agua. Para empezar ni cabíamos en la sombrilla. Pero además teníamos tantas ganas de playa que sólo buscábamos refugio si estábamos ya achicharrados.

El primer día del verano que íbamos a la playa lo hacíamos para estar allí todo el día. Y eso significaba que esa noche todos nos habíamos quemado.

No recuerdo que cuando yo era pequeño me echasen Protector solar en ningún momento. Y sí recuerdo montones de noches de dolor de espalda por las quemaduras.

Esa noche los dormitorios olían a vinagre, porque es lo que mi madre nos aplicaba en las quemaduras solares para aliviar. Recuerdo el olor y la sensación de alivio cuando tras aplicar el vinagre mi madre soplaba y el vinagre se evaporada. Toda la noche durmiendo boca abajo porque no te atrevías a apoyarte sobre la espalda.

Y días después la piel se levantaba y empezaba a «pelarse». También recuerdo las sesiones de retirada de piel muerta a mis hermanos o a mí mismo.

Evidentemente mis padres permitían que llegásemos a esto porque la información sobre los peligros del sol era muy escasa en esa época.

Cómo podemos tratar las Quemaduras solares hoy en día.

Insisto en que lo mejor es evitar llegar a ellas. Pero cuando ya es tarde, toca tratar.

  1. Lo primero es retirar al niño del Sol. Si la piel se enrojece. El Sol se ha terminado por hoy. La piel necesita regenerar si capacidad de eliminar radicales libres. Mañana lo habrá hecho y podremos disfrutar un rato de nuevo.
  2. Hidrata la piel. Si se ha enrojecido puedes usar una crema hidratante normal.
  3. Pero si ya hay dolor es que necesitamos una que reduzca el efecto inflamatorio. Según la intensidad del dolor podemos recurrir a antiinflamatorios más o menos potentes.

Hay cremas para dermatitis atópica que tienen efecto antiinflamatorio pero no contienen corticoides. Esa sería la primera elección y puede aplicarse varias veces en el día hasta que el enrojecimiento desaparece.

Cuando el dolor es intenso o vemos que el enrojecimiento no cede tras un par de aplicaciones de la anterior podemos recurrir a emulsiones de corticoides. Se extienden con más facilidad que la crema para cubrir zonas extensas, como suelen ser las quemaduras solares.

Pero no todos los corticoides son iguales: Los hay que se inactivan al absorberse. Lo que es bueno cuando, como en las quemaduras del sol, debemos aplicarlo en zonas extensas para evitar efectos secundarios del corticoide.

La última parte del tratamiento es que tras un día en el que la piel se ha quemado, no debemos exponer al niño al sol hasta que la quemadura se haya curado por completo. Y en los primeros días tras la quemadura debemos extremar la limitación de tiempo y se más exhaustivos en la aplicación del  protector solar.

Quemarse una primera vez le ocurre a cualquiera. Quemarse una vez tras otra sólo le pasa a niños cuyos padres no se toman en serio el tema.

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Cómo usar bien un Protector Solar

Cómo usar bien el Protector Solar en niños

En la Playa y en la Piscina los Bebés deben usar protector solar. ¿Sábes cómo usarlo adecuadamente? Te explico cómo hacerlo y los problemas más frecuentes.

Cuando llega el buen tiempo a todos nos apetece hacer actividades fuera de casa. Y si a los adultos nos atraen, para los niños mucho más.

Tras meses de frío, días cortos y poca luz el sol es sinónimo de diversión fuera de casa, de tardes largas en las que da tiempo a disfrutar.

Pero el sol es también una fuente de problemas. Las más importantes son la deshidratación, el golpe de calor y las quemaduras solares.

Conocer porqué ocurren, cómo evitarlas y cómo aliviar sus molestias cuando ocurre es importante.

En este caso nos vamos a centrar en el uso adecuado de las cremas de Protección solar.

Consejos para el uso adecuado del Protector Solar.

Lo primero que debemos considerar es cuándo exponer al sol aunque sea con protección. En ese sentido la clave para evitar las quemaduras es evitar las horas en las que el sol es más intenso. Cuanto más pequeño es un bebé más cuidado debemos tener con esto, de forma que evitemos las horas centrales del día.

También depende de la intensidad que tenga cada día. Para eso hay incluso Aplicaciones Móviles que permiten valorar la intensidad de la luz solar y así considerar el nivel de riesgo. Las más simples te piden simplemente que orientes la cámara de tu móvil al Sol y te dice la intensidad de luz.

Pero las hay que hacen previsiones de intensidad para cada hora del día integrada con sistemas de previsión meteorológica. E incluso que te aconsejan nivel de protección recomendable. Pero debemos tener en cuenta que las indicaciones dependen de cada persona. Y que no es lo mismo para un niño independientemente de su edad. E incluso es diferente entre niños según el tono de su piel y la exposición al sol que haya tenido hasta entonces.

Los primeros días que un niño o bebé se expone al sol su capa de melanina es mínima por lo que tiene más facilidad para quemarse. Pero conforme pasan los días y la piel se pone morena, aguantan más exposición al sol.

Por eso la primera recomendación, por muchas ganas de playa o piscina que tengan los niños es empezar con una exposición corta que podemos ir aumentando conforme la piel se va poniendo morena.

Momento de aplicar la protección solar.

Debemos tener claro que ningún Protector Solar tiene efecto permanente. Lo que hacen es aumentar el tiempo que podemos exponernos al sol antes de que aparezcan problemas. Pero por potente que sea tu piel se quemará si se expone lo suficiente al sol, aún con Protector.

Cuanto antes se aplique el Protector Solar mejor. Lo ideal es que estemos protegidos desde que estemos al sol. Y para eso lo mejor es hacerlo en casa antes de ir a la playa o piscina. Además, cuando dejamos el Protector Solar aplicado un rato antes se fija mejor a la piel, de modo que si es llegar a la playa o piscina y se bañan, no se eliminará con tanta facilidad como si acabamos de aplicarlo.

Cada cuánto aplicamos el Protector Solar

Cuando ya tenemos experiencia y sabemos que un niño se quemó un número determinado de horas tras la última aplicación de Protector Solar, debemos adelantarnos a que ocurra renovando el Protector en períodos cada vez más cortos cuanto más tiempo llevemos al sol, ya que la capacidad del cuerpo de amortiguar estas radiaciones se reduce conforme pasa el tiempo de exposición.

En la mayoría de los casos lo recomendable es aplicar de nuevo el Protector antes de las dos horas.

Momento de dejar de aplicar Protector Solar y ponernos a cubierto.

Si un niño muestra ya irritación en la piel por culpa del sol, ya no es cuestión de aplicar de nuevo protección. Es un signo de que la capacidad de su piel para defenderse se ha agotado y por mucho efecto que haga el Protector Solar es muy fácil que acabe quemado. Por tanto, si ya ves piel irritada es que hace un rato debería haber terminado el Sol por hoy. El cuerpo necesita dejar de ser agredido y reponer su capacidad de defensa. Suele lograrlo con unas horas sin agresión.

Zonas de la piel especialmente vulnerables

Las quemaduras solares no aparecen en cualquier zona del cuerpo. Lo hacen con más frecuencia e intensidad en las zonas superiores en las que el sol da de forma más constante. Frente, nariz, orejas y hombros son las zonas más expuestas. Pero zonas donde habitualmente da poco el sol, como los pliegues de detrás de las rodillas, la zona superior de los muslos o las axilas son muy sensibles.

En todas estas zonas es más importante que nos aseguremos de que la capa de Protector Solar se ha aplicado para cubrir adecuadamente.

Por tanto, disfrutad del sol. El verano con niños pequeños es una de las mejores épocas, pero es importante hacerlo con seguridad para evitar que algo placentero acabe en doloroso.

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Protector Solar para Niños y Bebés

Qué Protector Solar usar en Niños y BebésQué Protector Solar usar en Niños o Bebés. Cuáles son las diferencias entre los distintos tipos que hay disponibles en el mercado y cómo escoger uno.

Desde qué Edad puede usarse el Protector Solar

En realidad no hay ningún Protector Solar recomendado en niños menores de 6 meses.

La mayoría, de hecho son para niños por encima de los 3 años . Aunque ya hay alguno en el mercado recomendable desde los 6 meses.

¿Cuáles son los motivos para esta limitación? La primera razón es que los niños menores de 6 meses no deberían exponerse voluntariamente al sol. Es decir, no es que sean vampiros y si les da el sol se transforman en polvo. Pero su piel es muy sensible a las quemaduras solares y tienen más facilidad para sufrir un golpe de calor. Por eso, la mejor recomendación para niños de menos de 6 meses respecto al sol es que lo evites en la medida de lo posible.

La limitación para usar cremas de protección solar por debajo de los 3 años se debe a que la mayoría de los Protectores Solares contiene sustancias como los Parabenos que en grandes cantidades no son recomendables. Y el propio uso de los Protectores Solares implica su uso abundante para que sean efectivos.

Datos clave a la hora de escoger un buen Protector Solar para Niños

Respeta las limitaciones para Edad del Fabricante

Si no se especifica, los Protectores Solares son para niños mayores de 3 años.

Como os decía hay alguno en el mercado para mayores de 6 meses.

En niños menores de 6 meses pueden usarse. Pero hay que tener claro que no está exento de riesgos. Siendo realista los riesgos no son realmente por la composición. No tendría sentido que algo que es perjudicial a los 5 meses y 15 días ya no lo sea a los 6 meses.

En realidad, hay que poner el límite en algún punto y lo importante es tener claro que un bebé de menos de 6 meses (y con 7, y con 8, pero más cuanto más pequeño) tiene riesgos importantes de que su piel se queme o sufrir una insolación si se expone de forma continuada al sol sin protección. Y por tanto lo único seguro es mantenerlo a cubierto durante las horas en que el sol es más intenso.

Si en algún momento va a estar al sol intenso con menos de 6 meses, porque no podemos evitarlo, hay que reducir esa exposición lo más posible, podemos usar un Protector Solar para mayores de 6 meses, pero añade protección física. Es decir, vestido y con gorro.

Qué Factor de Protección debe usarse en Niños

Lo recomendable es usar el máximo, que es Factor 5o.

Cuanto más alto es el factor de protección más tiempo protege, por lo que va a necesitar menos aplicaciones. Conociendo a los niños, a los que en su mayoría no gusta que les echen el Protector es importante.

Pero aún siendo de factor 50, es recomendable volver a aplicarlos a las 2 horas si sigue expuesto al sol o si se ha bañado, tras secarlo cuando sale del agua.

Qué tipo de Filtro Solar es más seguro

Otro componente de los Protectores solares a tener en cuenta son los Filtros. Los hay físicos y químicos.

Evidentemente todos están testados y aprobados en niños porque se consideran seguros. Pero son más seguros los físicos que los químicos. El problema es que los filtros físicos dan un color blanquecino que algunos padres y muchos niños rechazan. Cuanto más pequeño es un niño mejor es que la protección se a costa de Filtros Físicos, recurriendo a los Químicos lo menos posible.

Precisamente esa desventaja estética de dar un tono blanquecino a la piel es un añadido en seguridad. Ya que cuando se pierde ese tono blanquecino es un indicador de que debes aplicar protección de nuevo o dejar de exponer al niño al sol.

Sin embargo en los filtros químicos la primera muestra de que ya no está protegido es el enrojecimiento de la piel, que ya es una quemadura leve.

Componentes a evitar en la composición del Protector Solar de un niño

Parabenos. Se usan como conservantes. No tienen ninguna función de protección. Pero se ha visto que su uso excesivo puede ser perjudicial. Y precisamente el uso de Protectores implica su abundancia. Debe cubrirse todo el cuerpo y debe aplicarse varias veces en un mismo día si se expone de forma prolongada al sol. Por tanto: Mejor Sin Parabenos.

Perfumes. Los perfumes son innecesarios. Dan buen olor, pero a costa de poder generar alergias en algunos niños, especialmente en los que tengas pieles sensibles. Si tu hijo tiene dermatitis atópica el Protector Solar que use No debe tener Perfumes.

Componentes beneficiosos en la Protección Solar de un niño

Al igual que hay componentes a evitar, algunas marcas añaden componentes que pueden resultar beneficiosos. Así encontramos Protectores Solares con fórmulas similares a cremas especiales para Dermatitis Atópica. Pueden añadir con ese fin Aceites ricos en Omega 3, como la Manteca de Karité.

Como resumen podemos decir que lo más importante para proteger a los bebés y niños del sol es evitarlo en las horas de más intensidad, que en los más pequeños esto es lo esencial, pero que en los mayores de 6 meses que se exponen (y si lo haces con un menor de 6 meses) es aconsejable protegerles con un Protector Solar de calidad. Suelen ser Marcas Reconocidas y de venta en Farmacias. No compres cualquier cosa en un «Todo 100».

 

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Actividades al Aire Libre con Niños

Actividades al Aire Libre con niños

La importancia de realizar Actividades al Aire Libre con Niños, pero con Seguridad. Una de las cosas más importantes para su desarrollo físico y emocional.

Mi hijo ha ido creciendo con este blog. Y yo he ido creciendo como padre con ambos.

Muchas de las cosas que yo aprendí en mi formación como pediatra han cambiado. Pero sobre todo ha cambiado lo que como padre cobra más importancia o menos. Y eso va evolucionando conforme los hijos crecen.

Tocaré madera, pero hace muchos meses que no ha enfermado, come razonablemente bien (es de poco comer, pero variado), duerme bien, y empiezan a ser prioritarias otras cuestiones.

Como todos los niños de su edad (7 años) es muy activo, pero el tipo de ocio al que está acostumbrado es muy sedentario. Le encanta ver sus series favoritas de dibujos animados, o explorar en Youtube, jugar con el iPad o el móvil. Hasta está empezando a pillarle el gusto a la lectura como entretenimiento.

Pero es hijo único y aunque con frecuencia juega con amigos (visitas) y lo hace a diario en el colegio, los padres tenemos demasiada tendencia a planificar el ocio de forma poco activa.

Actividades sin salir de la ciudad, y cuando lo hacemos al campo solemos plantearlo como si nos llevásemos la ciudad con nosotros. Zonas de campo, pero especialmente adaptadas como áreas de recreo… Comer y comer moviéndonos en torno a la comida…

Muchos niños desconocen lo que es una auténtica excursión por el campo. Andar y andar sin más equipaje que una mochila con agua y algo de comer (bocadillo y fruta). Simplemente para disfrutar espacios abiertos y moverse a un ritmo diferente.

Lo normal cuando haces esto por primera vez es que tu hijo se queje: «¡Me aburro!»

Puedes empezar a explorar y rastrear, empezar a explicar detalles sobre la naturaleza que te rodea. Pero seguramente al principio esto, comparado con el aluvión de estímulos al que están acostumbrados, le resulte demasiado lento.

Puede ser buena idea compaginarlo con algo que les llame la atención. Nosotros llevamos unas semanas visitando Castillos de nuestra zona. Hay muchos, la mayoría derruidos casi totalmente, pero están en parajes que con la primavera son auténticas maravillas. Yo estoy descubriendo muchos que no sabía ni que existían.

Castillo de Aldeire, Granada, España

Las ruinas son algo que gusta a la mayoría de los niños. Son como un campo de aventura. Estimulan su imaginación y a explorar.

Y andar hasta llegar a ellas permite algo extraordinario. Tiempo en el que no hacemos nada más que andar y Hablar. Piénsalo un poco. ¿Cuánto hace que no dispones de varias horas seguidas para hablar con tu hijo? Esto, en niños por encima de los 6 años, es una de las mayores carencias que tienen. La oportunidad de Hablar hasta no tener más temas que tocar, desahogarse, vaciarse de preocupaciones, compartir ilusiones… Hablar.

Realizar Actividades al Aire Libre con Seguridad

Lo dicho hasta ahora es todo ventajas, pero conviene tener en cuenta una serie de cosas para que la actividad al aire libre resulte placentera y segura.

Pueden sufrir accidentes.

Pues sí. Y está bien que siempre vayas con un móvil con batería suficiente y compruebes de vez en cuando la cobertura. De modo que si ocurriese algo tengas claro el último punto desde el que podrías hacer una llamada.

También es bueno que escojas al principio Actividades al Aire Libre que no resulten muy arriesgadas, aumentando progresivamente la complejidad. En primavera vemos con frecuencia traumatismos en niños, porque tras meses sin casi salir al Aire Libre, están como locos, pero tienen poca práctica y los reflejos no dan mucho de sí.

El Sol en el campo y la montaña.

Si tu hijo está poco acostumbrado a hacer actividades al aire libre puede quemarse con facilidad o sufrir un golpe de calor. Planifica las actividades teniendo esto en cuenta, de modo que a las horas de más sol estéis en una zona algo más cubierta (edificio o arbolado).

Lleva siempre agua suficiente y un poco más y prepárate para el sol.

Ropa adecuada para evitar las quemaduras solares. La ropa puede ser fresca, pero si es resistente y cubre la mayor parte del cuerpo mejor. Además del sol a la mayoría de los niños no les gusta pasar entre plantas y que le rocen, con lo que suelen agradecer llevar unos pantalones largos.

Otros elementos a recordar son Gafas de sol: Deben ser de buena calidad. No hay mejor forma de tener un accidente que no ver bien. Especial cuidado a que las gafas no estén dañadas. Es mejor no usarlas que usar unas con el cristal rayado.

Otro detalle importante es la crema de protección solar. Lo mejor en cuanto al protector solar es aplicarlo antes de salir de casa si el día es soleado y vamos a estar horas expuestos a él. Solemos pensar en esto cuando vamos a playa o piscina, pero en el campo o la montaña el Sol puede ser incluso más agresivo, porque no vamos a refrescar la piel bañándonos. Llévalo por si a lo largo del día es necesario aplicarlo de nuevo.

El calzado para actividades al Aire Libre

Piensa que la idea es andar mucho y sobre superficies irregulares. Conviene llevar un calzado que:

No escurra con facilidad.

– Sea resistente, con suela gruesa y ancha y cubra si es posible el tobillo. Junto con los pantalones largos evitarán que las plantas le vayan rozando al caminar entre ellas. Pero además puede evitar heridas por accidentes leves que pueden estropear el día.

Calcetines altos y gruesos. Para proteger junto a la bota y los pantalones de «bichos» y «plantas». Pero además son esenciales para evitar la formación de rozaduras y ampollas. Recuerda que tu hijo posiblemente no está acostumbrado a recorrer distancias grandes y hacerlo con un calcetín fino con el que el pie «baila» dentro del zapato es rozadura garantizada.

Hazlo con seguridad, pero hazlo. Tu hijo necesita reducir el ritmo de estímulos y descubrir la realidad que existe fuera de las ciudades y de las pantallas. Aunque de entrada le pueda resultar aburrido, casi todos lo acaban agradeciendo.

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Playa o Piscina con un Bebé: ¿Qué hora es mejor?

Hora para ir a la playa. Atardecer en la Playa de La Barrosa de Chiclana de la Frontera (Cádiz). Mi favorita.

Cuando vamos a ir a la playa con un bebé o un niño no es lo mismo hacerlo a cualquier hora. Los problemas más frecuentes son quemaduras e insolaciones.

Con el buen tiempo aumentan las actividades al aire libre con niños y bebés. Salimos más al campo, a la playa, a la piscina. Especialmente estas dos últimas son actividades que podríamos calificar de «exposición al sol».

Salir al campo a la montaña también suponen exponerse al sol, lo que significa que también para ellas es importante tener en cuenta la protección solar. Pero son actividades que realizamos vestidos y que no necesariamente van asociadas a un día soleado.

Sin embargo para la piscina y la playa buscamos días despejados y hacemos la exposición con el mínimo de ropa. Lo que significa que son las dos actividades de mayor exposición a las radiaciones solares.

Los niños son especialmente vulnerables al sol. Y lo son por varios motivos:

  1. Porque cuando están jugando no se acuerdan de nada, incluido beber agua o ponerse a cubierto a tiempo. Ya que si están entretenidos jugando pueden ignorar molestias leves que se asocian al principio de un golpe de calor o de la aparición de quemaduras solares y pasarnos de las horas que sería recomendable.
  2. Porque su piel es más fina y especialmente en los más pequeños ha tenido tan poca exposición que su capacidad de filtrar luz solar es muy escasa. Lo que hace más fácil que se queme en menos horas.
  3. Porque los niños pequeños tienen menor capacidad de compensar las pérdidas de agua y padecen insolaciones con más facilidad.

Uno de los factores esenciales a la hora de disfrutar del sol con niños y bebés evitando estos problemas es el Horario para estar en Playa o Piscina.

La mejor hora para exponer al sol a niños y bebés.

El típico día de playa o piscina puede acabar mal si nos lo tomamos en plan Maratón (de la mañana al anochecer) con bebés o niños pequeños. Hacer algo así supone un riesgo excesivo de exposición al sol y al calor.

Para evitar los Golpes de Calor y las Quemaduras lo mejor es hacer exposiciones en franjas de no más de 2-3 horas los primeros días que podremos ir aumentando después progresivamente, conforme van estando más morenos.

Pero aún así lo recomendable es no estar más de 5-6 horas continuadas en la playa o la piscina. Lo que enlaza con la primera recomendación importante:

Evita las horas centrales del día.

Mi primera recomendación es clara: Depende de la zona geográfica en la que estés porque en cada una los usos horarios son diferentes. Pero en las 4-6 horas centrales del día (más horas en los días de más calor y más despejados) deberíamos estar a cubierto de las radiaciones solares.

Y a cubierto para un niño pequeño no significa debajo de una sombrilla a las 4 de la tarde. Es frecuentísimo atender bebés con fiebre tras un día de playa intensiva, en la que el bebé «no ha salido de debajo de la sombrilla». Pero es que en verano, debajo de una sombrilla puede haber 45º y eso de forma continuada durante horas deshidrata con facilidad a cualquier bebé.

Una forma de reducir este problema es dando líquido con frecuencia al bebé, pero aún así lo mejor es estar realmente a cubierto en esas horas. Y a cubierto es «bajo techo«.

¿Mejor por la mañana o por la tarde?

Hay mucha gente que va mañana y tarde. Pero en los primeros días de exposición al sol y en bebés lo que suelo recomendar es ir a la playa o a la piscina por la tarde. Y me refiero a una vez que han pasado las 6 horas de más intensidad del medio día.

Debemos entender que la capacidad del cuerpo para amortiguar el efecto de las radiaciones solares es limitada.

Cuando vamos a la playa o la piscina por la mañana la radiación solar se va haciendo cada vez más potente conforme nosotros vamos agotando nuestra capacidad de compensarla. Eso significa que es mucho más fácil quemarse antes de irse.

Por el contrario, cuando vamos por la tarde, nuestro cuerpo va agotando su capacidad de defenderse del sol al mismo tiempo que el sol va reduciendo su intensidad. Lo que hace mucho más fácil que podamos estar más horas en la playa sin quemarnos.

Mejor exponer al sol por la tarde que por la mañana.Además, cuando vas a la playa por la mañana el agua está helada. Si vas por la tarde el agua está en su temperatura máxima, lo que siempre resulta más agradable para bañar a niños y bebés.

Personalmente, para mí uno de los mejores momentos de cada verano son los atardeceres en la Playa de la Barrosa en Chiclana de la Frontera (Cádiz). Si no la conocéis, para ir con niños (o sin ellos) os la recomiendo con la convicción de un «enamorado». Es la imagen de cabecera de este artículo.

 

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Heridas en niños y bebés

Heridas en niños y bebés

Las heridas en niños y bebés. Aprende cómo actuar si un niño se hace una herida. Lo que cualquier padre o madre puede hacer teniéndo unas pocas ideas claras.

Dentro de los posibles percances que pueden subrir los niños las heridas son uno de los que cada vez menos tratan los padres. Y es que cuando hay sangre…

Herida es una ruptura de la piel o las mucosas. La función que hacen de barrera se pierde y quedan al descubierto cosas que suelen estar cubiertas. Y ya se sabe, el cuerpo por dentro es un misterio. Cada vez los padres se muestran más inseguros sobre cómo deben actuar frente a una herida.

Lo que vamos a prenguntar habitualmente cuando atendemos a un niño con una herida es:

  • Cómo se la ha hecho. La idea es saber ante todo si la herida puede esconder un daño interno mayor o menor. No es lo mismo una herida de medio centímetro que se ha hecho cayendo sobre suelo con piedrecitas que sobre suelos sin ellas (puede haber quedado una dentro), o si ha caído sobre un clavo o cualquier otro objeto alargado y punzante (unas tijeras, un cuchillo, la barilla de un paraguas….). Debemos pensar si la forma en la que se ha hecho la herida puede haber producido daños más o menos profundos.
  • Duele mucho o poco. Una herida poco dolorosa y que deja de molestar en un rato no suele ser grave. Pero si el dolor va en aumento conforme pasa el tiempo, especialmente en golpes en el tronco o la cabeza, merece ser valorado.
  • Tiende a abrirse o no. Una herida que no tiende a abrirse no suele necesitar que la cerremos (ni puntos ni similares). Pero si los bordes tienden a abrirse dejando la grasa que hay bajo la piel al aire es necesario cerrarla y no tardar mucho en hacerlo. Si pasan muchas horas desde que se hace la herida corremos el riesgo de que se infecte con más facilidad.
  • El sitio de la herida: Hay sitios que son más delicados como la cercanía a los ojos, el cuello, los genitales, las ingles y las axilas. Estas zonas concentran muchos vasos sanguíneos y nervios importantes y precisan ser valorados para evitar problemas.

Las heridas más habituales en niños y bebés

Rozadura superficial.

La forma típica de hacerse es con una caída y son muy frecuentes en manos, brazos, piernas, rodillas y cara, porque son las zonas de «aterrizaje» más habituales.

Suelen doler más cuando pasa un rato, ya que eliminan la capa de piel más superficial y dejan las terminaciones de los nervios al descubierto con daños superficiales, lo que hace que la zona sea muy sensible.

No tienden a abrirse ya que en realidad no se ha perdido toda la piel, sólo una capa superficial.

Su principal complicación es la infección. Ya que no podemos cerrarlas dejan una zona expuesta a las infecciones que pueden anidar con facilidad. Suelen formarse costras con aspecto de miel (Estreptococos) que se extienden si no se trata. Por lo que hay que tener más cuidado con las que ocurren en zonas que si se infectan permiten la extensión rápida de la infección (alrededor del ojo y los genitales el tejido que hay bajo la piel permite el crecimiento con más facilidad de las infecciones).

Habitualmente basta con lavarlas con agua y tratarlas con antisépticos como la clorhexidina hasta que se curen.

Si forma costras con aspecto de miel seca, se extienden o en zonas más delicadas como alrededor de los ojos o en los genitales, puede ser necesaria una crema antibiótica.

Herida por desprendimiento supeficial de la piel

Suelen producirse cuando la piel se desplaza muy pegada a una superficie que no permite que la piel escurra. Por ejemplo pillándose un dedo con un cajón.

También deja los nervios expuesto lo que hace que el dolor pueda ser mayor al rato de hacérsela. En el momento suele producirse una descarga de adrenalina que hace que se reduzca la sensación dolorosa.

Deja expuesto el tejido que hay bajo la piel y para cicatrizar necesita regenerarse una capa más gruesa de tejido que en el caso anterior por lo que suele tardar más en curarse y las infecciones que pueden aparecer a veces son más graves.

Su tratamiento es de nuevo lavar con agua, usar algún antiséptico, pero además suelen precisar cremas antibióticas y tapar la herida para permitir que cicatrice sin infectarse.

En estas heridas y las quemaduras en las que se pierde la piel es útil usar gasas impregnadas en grasa (Linitul®) entre la herida y el apósito. Evitan que el apósito se quede pegado y que dañemos el tejido de cicatrización cada vez que hacemos una cura.

Herida contusa

Es cuando por un golpe aparece un hematoma y la piel se ha roto en un pequeño punto, sangrando pero sin dejar expuesta una gran superfien en la mayoría de los casos. Es más llamativo el hematoma que la herida y suele para de sangrar si lo presionamos. Es muy frecuente en piernas y cabeza cuando un niño se cae.

Si la herida no es profunda (no llega a la grasa que hay bajo la piel) basta con lavar con agua, aplicar frío (baja el hematoma y ayuda a cortar el sangrado) y antiséptico.

Si es extensa puede ser necesarios crema antibiótica y apósito.

A veces son profundas dejando la grasa bajo la piel al descubierto. Si lo hace sin perder parte de la piel se suelen cerrar cosiendo. Si ha perdido una porción de piel que no permite cerrar los bordes se deja curar abierta, con crema antibiótica y apósito.

Corte

Es lo que ocurre cuando algo afilado (cristal, metal, cerámica…) se desliza sobre la piel abriéndola. Son las heridas que con más frecuencia necesitan ser cosidas. Aunque en algunos casos la herida es muy fina y los bordes no tienden a separarse y pueden cerrarse y mantenerse cerrados con adhesivos (tiras adhesivas o pegamento para heridas).

Si no tienen a abrirse, dejan menos cicatriz pegando los bordes que cosiéndolos. Y en niños el pegado es menos traumático, no precisando aplicar anestesia.

Siempre antes de cerrar la herida hay que lavarla y aplicar antiséptico (Clorhexidina).

Los puntos

Es necesario coser una herida cuando atraviesa la piel completa (se ve la grasa que hay bajo ella) y sus bordes tienden a abrirse y pegar la herida no nos garantiza que no se abra (especialmente en zonas donde la piel se estira más con movimientos normales).

Habitualmente se aplica anestesia local cuando hay que dar varios puntos. Es importante saber si se ha tenido alguna reacción alérgica al usar anestesias locales en otras ocasiones.

Los puntos suelen retirarse en torno a una semana después de ponerlos. Aunque hay puntos (usados especialmente cuando hay que coser los tejidos que hay bajo la piel) que se reabsorben solos y no necesitan ser retirados.

Hasta que se retiran los puntos conviene mantener la herida limpia y seca y aplicar en la superficie un antiséptico 2-3 veces al día (Clorhexidina).

¿Antibióticos por boca?

Es interesante darlos cuando la herida tiene profundidad o afecta zonas que pueden infectarse con más facilidad y que la infección se extienda siendo más grabe (genitales y alrededor de los ojos).

Vacuna antitetánica

El tétanos es una infección que puede complicar heridas con cierta profundidad. Es cada vez menos frecuente gracias a la vacunación.

Es frecuente que los padres pregunten si es necesario poner alguna dosis de vacuna al niño ante una herida fea. Pero en niños no suele ser necesario porque si están correctamente vacunados están cubiertos de Tétanos hasta más allá de los 24 años.

La vacunación se recomienda ante ciertas heridas de riesgo cuando hace más de 10 años que no se ha vacunado. Eso en niños que tienen al día su calendario vacunal no ocurre nunca.

Pruebas para descartar otros daños.

Si pensamos que una herida puede ser profunda en zonas blandas del cuerpo porque se ha hecho con un objeto alargado, podemos valorar daños más profundos usando la ecografía.

Si se ha producido por golpes sobre piel que cubre huesos y el golpe ha sido intenso a veces puede ser necesaria una radiografía.

Si una herida en el tórax se acompaña de dificultad para respirar es recomendable la radiografía para descartar escapes de aire o líquido entre el pulmón y las costillas.

Si una herida en la cabeza produce pérdida de conciencia o alteraciones nerviosas conviene realizar pruebas como la Resonancia o la Tomografía para descartar posibles hemorragias dentro del cráneo.

Al final en la mayoría de los casos se reducen a pensar un poco:

  • ¿Cuando nos hemos hecho una herida similar la hemos tratado en casa con un antiséptico y ha evolucionado bien? Trátala en casa.
  • Pero si son heridas que por experiencia propia nos han dado la lata o que directamente asustan nada más verlas, acude a tu centro médico más cercano para que hagan la primera valoración y actuación y te digan cómo seguir cuidándola después. Si es el caso evita que pasen muchas horas antes de ir porque puede complicar lo que haya que hacerle. Siempre puedes lavar con agua y si sangra mucho comprimir por el camino.

Si tenéis fotografías de heridas de vuestros hijos enviádmelas a mpediatraonline@gmail.com si me permitís que las use para ilustrar este artículo o alguno posterior.