Una de las cosas que más preocupan a los padres en los primeros días de vida es si el bebé recién nacido come bien.
Como orientación, suelo decirles que es fácil de saber:
Si un recién nacido está activo, llora, lo coges y no se calla, lo alimentas y se calla, es porque en principio come bien.
¿Porqué pongo el añadido de «está activo»?
Hay recién nacidos que comen poco, tienen algún problema, y están débiles. Son niños que vemos poco activos. Esto es normal el primer día. Porque después del nacimiento tienen que adaptarse a muchos cambios y están agotados. El segundo día empiezan a espabilar. Y para el tercer día, ya son bastante activos. Si un niño con más de 3 días y menos de dos semanas, pasa horas y horas sin pedir comida (más de 5) debemos hacer por despertarlo. Y si nos cuesta mucho trabajo hay que comprobar que esté bien.
Esto no es aplicable a mayores de 2 semanas. Por encima de esta edad hay niños que están muy bien alimentados y son muy dormilones. Y ya con dos semanas tienen reservas suficientes en el hígado para soportar esas horas sin que les baje el azúcar.
¿Cuál es la prueba definitiva que nos dice si se está alimentando bien un recién nacido?
Pues el peso. Cuando un niño nace, ha estado unos 9 meses sumergido en agua. Fuera el ambiente es más seco. Es como sacar una esponja escurriendo agua de un cubo. Lo normal es que pierda peso. Lo habitual es que en los 3-5 primeros días pierda en torno a un 10% de su peso al nacer. Es decir, que si un niño pesa 3kg al nacer, puede estar a los 5 días en torno a 2,7kg y no pasa nada.
A partir de ese momento lo normal es que empiece a ganar entre 150 y 200 gramos cada semana. Con lo que antes de los 14 días de vida suelen haber recuperado lo que pesaban al nacer.
Por tanto, sospechamos que un recién nacido no se está alimentando bien si:
- Está demasiado adormilado.
- Come con mucha ansiedad.
- Pierde en los primeros días más de un 10% de su peso al nacer.
- No recupera el peso del nacimiento antes de los 14 días de vida.