Categorías
Blog

Ejemplos prácticos y conclusión

Ejemplos de conductas en niños que generan problemas y como responder a ellas.

Ejemplos de conductas en niños que generan problemas y como responder a ellas.

Ejemplos prácticos

El alimento como ansiolítico.

Situación.

Un lactante llora por cualquier motivo que no tiene nada que ver con el hambre: Se ha asustado, quiere que lo cojamos en brazos, que le demos cariño…

Respuesta errónea:

Le damos un alimento rico en azúcar. (P. e.: Pan)

Consecuencias:

Ante una situación de ansiedad, al darle un alimento rico en azúcar, estimulamos la liberación de endorfinas que tranquilizan.

Esquema asimilado:

La ansiedad se calma comiendo.

Trastornos derivados:

Obesidad.

Anorexia-bulimia.

Respuesta adecuada:

No se debe vincular la alimentación con la afectividad.

La comida debe darse únicamente para calmar el hambre.

El cariño para calmar la ansiedad.

El alimento como premio.

Situación.

Un niño pequeño hace algo bien.

Respuesta errónea:

Le damos un alimento rico en azúcar. (Chuches).

Consecuencias:

Los niños ven la aprobación como una muestra de cariño. Cuando damos un alimento como premio estamos sustituyendo ese cariño por el alimento.

Esquema asimilado:

La comida es un sustituto del cariño.

Trastornos derivados:

Obesidad.

Anorexia-bulimia.

Respuesta adecuada:

No se debe vincular la alimentación con la afectividad.

La comida debe darse únicamente para calmar el hambre.

El premio adecuado es una demostración de cariño sin más.

Y reforzar los lazos afectivos apuntándonos que le debemos otra muestra de cariño espontánea por nuestra parte en otro momento.

El rechazo al alimento.

Situación.

Hay padres para los que alimentar a sus hijos les genera ansiedad porque no saben si lo hacen bien.

Respuesta errónea:

Al ponerlos nerviosos transmitimos esa ansiedad al niño haciendo de la alimentación algo desagradable.

Consecuencias:

Se da una connotación negativa al alimento que favorece que lo rechace, cosa que genera más ansiedad en los padres dando lugar a un círculo vicioso que se retroalimenta.

Esquema asimilado:

La comida es desagradable.

Trastornos derivados:

Anorexia-bulimia.

Respuesta adecuada:

No se debe vincular la alimentación con la afectividad.

Debes guiarte por datos objetivos en cuanto a si está o no bien alimentado (el peso y la variedad adecuada de alimentos).

Y si para ti es imposible darle de comer tranquilo que lo haga alguien que si pueda.

La incapacidad de parar de comer.

Situación.

Un niño que ya ha comido, ve comer a sus padres.

Respuesta errónea:

Le damos para que pruebe nuestra comida.

Consecuencias:

Creamos el impulso de que coma mientras vea comida delante.

Son alimentos que pueden generarle alergias.

Tienen sabores más llamativos que los suyos: rechazará su alimento para picotear del nuestro.

No puede comer bien 10 veces al día.

Esquema asimilado:

No se puede ver comida y no comer.

Trastornos derivados:

Obesidad.

Alergias.

Selección inadecuada de alimentos.

Respuesta adecuada:

Si ha comido no tiene hambre y si nuestros alimentos no son aún adecuados para él puede vernos comer perfectamente sin comer él. Del mismo modo que puede verte tomar un vaso de Ron sin probarlo.

Debe comer en sus comidas y de su comida.

Los miedos.

Situación.

Niño que empieza a andar, saltar o cualquier otra cosa que supone un avance en su desarrollo pero entraña sus peligros.

Respuesta errónea:

Padres continuamente encima del niño cogiéndolo al primer indicio de que pueda perder el equilibrio y advirtiendo una y otra vez: “Cuidado, no hagas… espera… yo te cojo… no… no… no…”

Consecuencias:

Dificultáis su desarrollo normal.

Generáis inseguridad en el niño.

Esquema asimilado: (según el carácter del niño)

Todo es peligroso, mejor no me arriesgo a hacer nada.

O

Mis padres son unos pesados,

a ver si me escabullo y hago lo que me de la gana.

Trastornos derivados:

Fobias y otros trastornos de ansiedad.

Respuesta adecuada:

En sus primeros pasos en algo que puede ser peligroso debéis vigilar, pero calladitos (no transmitir nuestra ansiedad) interviniendo lo mínimo posible. De vez en cuando viene bien que se haga un poco de daño para que empiece a desarrollar su propio sentido del peligro.

La mamitis (o papitis).

Situación.

El niño hace algo mal.

Se le regaña y acude llorando a su madre (o padre).

Respuesta errónea:

Su madre (o padre) lo coge en sus brazos y lo calma justificando lo que ha hecho.

Consecuencias:

Destrucción de la autoridad del otro progenitor.

Dependencia excesiva del protector/a.

Tendencia a la manipulación.

Desadaptación a las normas.

Esquema asimilado:

Puedo hacer lo que me de la gana

si tengo a mamá (o papá) cerca.

Trastornos derivados:

Intolerancia al dolor o la frustración (este rasgo es el mejor predisponente a las drogas).

Dependencia excesiva.

Falta de madurez.

Respuesta adecuada:

Si se quiere, se le calma, no haciendo comentarios que incentiven la prolongación de la escenita (“pobrecito, ven con mami, que es la única que te entiende….”).

Y en cuanto se calma aclararle que estamos de acuerdo en que le hayan regañado porque lo ha hecho mal.

Agresividad

Situación.

Niño que responde a cualquier negativa pegando o rompiendo cosas.

Respuesta errónea:

Ceden y se le da lo que pide, o le pegan al niño.

Consecuencias:

Violencia en el colegio y de adulto.

Esquema asimilado:

Si cedes:

La violencia es la llave para conseguirlo todo.

Si le pegas:

La violencia es la llave para conseguirlo todo.

El argumento de mis padres es la violencia y les funciona.

Trastornos derivados:

Personalidad antisocial.

Robo, violación, asesinato.

Respuesta adecuada:

La más adecuada es haber criado al niño con cariño y respeto.

Es la mejor forma de que trate de igual modo a los demás.

La mayoría de los niños que recurre a la violencia es porque se ha usado con ellos. Pero son la mayoría, no todos.

Para las excepciones:

Contención. Es decir inmovilizarlo hasta que cese la en su agresión. No soltarlo hasta que se comprometa a no agredir de nuevo. Y si empieza de nuevo inmovilización más prolongada.

Y le aclaráis que aquello que quería no se lo damos y que por ese medio no lo va a conseguir.

Y evidentemente no debe vernos usar ese método a nosotros.

No quiere decir que no nos pille.

Sino que no usemos la violencia.

Manipulación.

Situación.

Cuando se le lleva la contraria, rabieta.

Respuesta errónea:

Se cede y le damos lo que pedía.

Consecuencias:

Le funciona perfectamente el método.

Domina a los padres.

Esquema asimilado:

Si me contradicen, hacemos “la escenita”, especialmente si hay público.

Trastornos derivados:

Marginación social.

Fracaso en las relaciones afectivas.

Respuesta adecuada:

En plena crisis no atiende a razones, pero la rabieta cede sola en poco tiempo.

Ignorar la crisis, haya el público que haya.

Cuando ceda en intensidad y ya atienda a lo que le decimos, aclararle que sigue siendo que no.

Y mientras dura la crisis, ni un comentario, y mucho menos gritos por nuestra parte.

Para los que no lo han entendido.

Esto no es lo que recomiendo si llora.

Si el llanto está justificado hay que atender al niño.

Es lo que os recomiendo si tiene una rabieta (creo que es fácil de diferenciar).

Buenismo.

Situación.

Niño que intenta dar una muestra de afecto a otro que se niega, o no consigue que el otro niño juegue con él de un modo concreto, rompe a llorar y corre hacia su madre. Hay niños que cuando están con otros de su edad lo hacen 20 veces en dos horas.

Respuesta errónea:

“Pobre de mi niño, que es muy tierno y no lo entienden. Ea, ea, ea.”

Consecuencias:

Problemas para relacionarse con los demás.

Esquema asimilado:

No entiendo porqué a los demás no les gusta lo que a mí.

No entiendo porqué los demás no hacen lo que yo necesito.

Trastornos derivados:

Fáciles de manipular.

Dependientes.

Respuesta adecuada:

Hacerle comprender que los demás tienen gustos distintos a él y no se preocupan de cuales son sus deseos o necesidades.

Tiene que ceder también a veces a los gustos de los otros y no puede estar continuamente acudiendo a nosotros si no ceden ellos:

“Que despabiles y te las apañes, vamos.”

 

Todos estos ejemplos tienen una serie de puntos comunes, que ya he enumerado a lo largo del resto del libro y que son a mi entender la base de una educación adecuada:

  • Hay que pensar a largo plazo. Determinadas formas de hacer las cosas a las que no le damos la importancia debida, son las que a largo plazo forman el carácter de nuestros hijos.
  • Es complicado ser padre. No podemos actuar para salir del paso día a día, porque las soluciones fáciles a corto plazo suelen ser desastrosas a la larga. Un buen padre tiene que aguantar muchos malos ratos cuando su hijo es pequeño para evitar que el niño lo pase muy mal el resto de su vida.
  • Hay que pensar antes de actuar. Los padres a los que les preocupa educar bien a sus hijos deben controlar sus propios impulsos y actuar de forma razonada.
  • Debemos educar para el mundo real. Por ley de vida tu hijo deberá vivir sin ti antes o después. No puedes educarlo para que siempre dependa de ti. Porque no siempre estarás ahí. Y cuando se quede solo le conviene tener unas expectativas realistas del mundo.
  • Es fundamental la tranquilidad. El simple hecho de tratar siempre a un niño de ese modo, lo hace más tranquilo y cuando llegue el momento, razonable.
  • La autoridad es necesaria en las primeras etapas. Mientras el niño no puede entender la diferencia entre lo que desea y lo que le conviene es necesario que alguien tenga esa capacidad y pueda aplicarla.
  • Las conductas negativas nunca deben premiarse. Y aunque eso suponga que pase un mal rato es una de las mayores demostraciones de que queréis a vuestro hijo.

Quered y respetad mucho a vuestros hijos, y decídselo.

Tranquilidad.

Mucho sentido común.

Pensad a largo plazo.

Ante el vicio de pedir, está la virtud de no dar.