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Incontinencia Urinaria durante el Embarazo

Incontinencia Urinaria en el EmbarazoIncontinencia urinaria en el embarazo. ¿Por qué son tan frecuentes los escapes de orina en embarazadas? ¿Qué puedes hacer para evitarlos?

Laura Rojas, Fisioterapeuta, Ensuelofirme.comEste artículo es una colaboración de Laura Rojas Escudero, Fisioterapeuta del Blog Ensuelofirme.com

Una de cada cuatro mujeres en estado de gestación experimenta pérdidas de orina, de forma involuntaria, ante situaciones como toser, estornudar, reír o coger peso.

Este fenómeno, más habitual durante el último trimestre de embarazo, cuando el volumen abdominal aumenta por el crecimiento del feto y la placenta, se conoce como incontinencia urinaria y a menudo se relaciona con una debilidad de los músculos del suelo pélvico, encargados –entre otras importantes funciones- del cierre del esfínter de la uretra, conducto por el que la orina sale al exterior.

Aunque la incontinencia urinaria en el embarazo es un hecho frecuente, no debe pasarse por alto.

Cada embarazo y cada mujer son diferentes, como lo es cada suelo pélvico, por ello debe estudiarse de forma personalizada cada caso acudiendo a una valoración preparto del suelo pélvico en la que un fisioterapeuta especializado nos indique qué debemos hacer para evitar futuras complicaciones.

¿Por qué aumentan las ganas de hacer pis y aparecen escapes durante el embarazo?

La vejiga es un órgano hueco formado por musculatura lisa involuntaria que se estira para almacenar la orina. Esta distensión muscular desencadena un reflejo que se manifiesta a través de la necesidad o ganas de orinar.

La orina sale de la vejiga por medio de un conducto llamado uretra, en el que existe una zona muscular de control voluntario, el esfínter, que permite o impide la salida de orina mediante su relajación (para orinar) o su contracción (para aguantar la orina, si no tenemos un baño cerca).

Durante el embarazo se produce un aumento de la frecuencia miccional debido a la presión que el útero ejerce sobre la vejiga, disminuyendo su capacidad para distenderse y almacenar la orina y provocando un deseo de orinar más frecuente y con menores volúmenes en su interior.

De cara al último trimestre de embarazo, cuando la presión sobre la vejiga es cada vez mayor, es frecuente que las mujeres sientan ganas repentinas de orinar y que, en algunos casos, esta presión supere la fuerza del esfínter uretral y se produzca la salida de orina de forma involuntaria.

Las pérdidas de orina se asocian a menudo con acciones como toser, reír, estornudar, levantar peso, saltar, etc., situaciones hiperpresivas para la vejiga y para nuestro suelo pélvico, que aumentan la presión sobre la vejiga (ya de por sí “agobiada” por el peso del útero que contiene al bebé y la placenta) y suponen un exceso de tensión sobre los músculos del suelo pélvico, distendiéndolos y debilitándolos.

¿Cómo pueden evitarse los escapes de orina?

Existen distintas herramientas para gestionar con éxito la incontinencia urinaria, tanto durante el embarazo como en el postparto, aunque lo ideal es acudir, a partir del segundo trimestre, a una valoración de la musculatura perineal y abdominal, por parte de un fisioterapeuta especialista en suelo pélvico.

Estos consejos genéricos te ayudarán a tener un mayor control de la musculatura perineal y hacer frente a los escapes de orina:

  1. Entrena tu musculatura perineal: Al igual que cualquier otro músculo del cuerpo, los músculos del suelo pélvico necesitan ser ejercitados para conseguir y mantener una fuerza, tono y elasticidad adecuados, y garantizar así la correcta ejecución de sus funciones, entre ellas la función de continencia de orina, gases y heces. Realizando correctamente y con constancia un plan de ejercicios de suelo pélvico, mejorarás el estado de tu musculatura perineal y ganarás control sobre la misma (relajándola y contrayéndola a voluntad), algo de lo que te beneficiarás tanto a la hora de evitar escapes como de cara al día del parto. RECUERDA: Una contracción del suelo pélvico consiste en cerrar y elevar los orificios perineales (uretra, vagina y ano) hacia el interior de nuestra pelvis, como si quisiéramos evitar que se escapara un gas, o imaginando que cortamos el chorro de orina. Cuando contraigas tu suelo pélvico, no tienes que aguantar la respiración, al contrario: acompaña la contracción de la exhalación del aire por la boca.
  2. Evita las prácticas hiperpresivas sobre el suelo pélvico: Ya que no podemos evitar toser, estornudar o reír, pues, aunque sean hiperpresivas, son situaciones naturales y fisiológicas de nuestro cuerpo, trataremos de evitar el resto de situaciones que suponen un aumento de presión sobre la vejiga y el suelo pélvico como por ejemplo: saltar, correr, gritar o cargar y transportar peso.
  3. Modifica los hábitos que estimulan en exceso tu vejiga: aunque la mayoría de las embarazadas reducen o eliminan totalmente la cafeína de su dieta, has de saber que las bebidas con cafeína o teína (café, bebidas de cola, té), hiperestimulan la vejiga y aumentan su actividad, lo que se traduce en un mayor deseo de orinar y frecuencia de las micciones. Además, se debe evitar el consumo de alimentos picantes, alcohol y bebidas carbonatadas (con gas), que también estimulan la actividad de la vejiga.
  4. Hidrátate correctamente: Nunca hay que caer en el error de reducir el consumo de agua para evitar los escapes de orina. La embarazada debe beber al menos 2 litros de agua al día, distribuidos de forma regular durante la jornada en pequeñas tomas. Con ello conseguirás, además de mantener una hidratación adecuada de cara a evitar el estreñimiento, disminuir el riesgo de sufrir infecciones de orina.
  5. Protégete antes de los esfuerzos: Cada vez que necesites toser, estornudar o cargar algún peso, acuérdate de contraer previamente tu suelo pélvico (imaginando que cierras y elevas los orificios perineales; uretra, vagina y ano). Y recuerda: para hacer una correcta contracción de los músculos del suelo pélvico NO debes contraer los glúteos, ni la musculatura de la cara interna de las piernas (aductores) ni los rectos del abdomen.
  6. Controla el aumento de peso: En general se recomienda que el aumento de peso durante el embarazo no supere los 11-12 kilos. Tanto para evitar la incontinencia urinaria gestacional y postparto, como para sentirte más ágil y evitar otras complicaciones para ti y para tu bebé, es importante cuidar este aspecto ya que, si al aumento de volumen que conlleva el crecimiento uterino, le sumamos un sobrepeso en forma de grasa, los músculos y estructuras del suelo pélvico sufrirán todavía más el aumento de presión y se debilitarán.
  7. Conoce tu patrón miccional con un diario vesical: Una de las herramientas más útiles y sencillas que puedes utilizar para mejorar el control urinario es anotar durante 24 horas el número de veces que haces pis (tanto de día como de noche), el volumen orinado y el número de escapes que se producen así como las situaciones en las que tuvieron lugar. Esto es lo que llamamos diario miccional o vesical, y con él conocerás qué patrón sigue tu vejiga y proporcionarás información de calidad a tu fisioterapeuta si acudes a la valoración prenatal o postparto.
  8. Evita el estreñimiento: Pasar varios días sin ir al WC o realizar importantes esfuerzos cada vez que tenemos que evacuar es una de las prácticas más dañinas para nuestro suelo pélvico. Al debilitamiento que el estreñimiento produce sobre esta musculatura se suma, además, el hecho de que un recto ocupado por heces va a suponer más presión en la zona genitourinaria, empeorando las urgencias y haciendo más difícil controlar la continencia. Una correcta hidratación, la ingesta diaria de fibra y mantenerte lo más activa posible son tres aspectos claves para luchar contra el estreñimiento.
  9. Tonifica tu musculatura abdominal profunda: La práctica de abdominales clásicos perjudica seriamente la musculatura perineal, así que descártalos completamente al en las primeras etapas del embarazo (al final del mismo será imposible que los hagas por el aumento de tamaño de tu abdomen), y olvídate de ellos en el postparto. Lo que sí debes activar y ejercitar es tu musculatura abdominal profunda, el famoso músculo transverso del abdomen, pues se encarga de dar estabilidad al core, al centro de nuestro cuerpo y, además, protege nuestro suelo pélvico. Un movimiento muy sencillo para entrenarlo es el de llevar tu ombligo hacia dentro y hacia arriba, como si quisieras abrazar al bebé con tu tripita, mientras sueltas aire suavemente por la boca.
  10. Mantén una higiene genital adecuada: Las infecciones de orina pueden asociarse a pérdidas involuntarias, por ello es muy importante cuidar la higiene genital en cualquier etapa de la vida, pero especialmente durante el embarazo. Se debe realizar el lavado y secado del área perineal de adelante hacia atrás; evitar la ropa ajustada, usar ropa interior de algodón y evitar baños de espuma, sales olorosas y otros productos que puedan irritar la mucosa vaginal.

Laura Rojas Escudero es fisioterapeuta especialista en suelo pélvico, periodista y coautora del blog En Suelo Firme (www.ensuelofirme.com)