Cuando un niño pasa a dormir a su propio dormitorio ¿es mejor que lo haga en una cuna o en una cama?
Esto en realidad es una duda accesoria, que a veces acompaña a otras más importantes:
– Cuál es el momento para que nuestro hijo deje de dormir en nuestro dormitorio y pase a hacerlo en el suyo. Y es evidente si ya me conocéis un poco que la respuesta no va a ser una edad concreta. Por supuesto, depende de cada caso. A mi entender:
- Plantearse sacar a un niño del dormitorio de los padres si toma lactancia materna antes de los 4-6 meses es muy poco operativo. En esta edad la lactancia a demanda casi es sinónimo de colecho, al menos en el mismo dormitorio, muchas veces de forma constante o intermitente en la propia cama.
- Entre los 4 y los 7 meses suele producirse un cambio en el patrón de sueño de los niños, que suele vivirse por parte de los padres como un empeoramiento en el ritmo de sueño del bebé. Ya que lo más evidente es que pasa a despertarse con más frecuencia y a pedir la colaboración de los padres para volver a dormirse de forma más intensiva. Cuando esto ocurre, una de las posibilidades es dar el paso de que el bebé pase a dormir separado de los padres.
- Pero hay niños que duermen bien con sus padres y padres que duermen bien con sus hijos. En estos casos el colecho o compartir dormitorio puede prolongarse el tiempo que la familia (Padres e hijo) desee.
- Sólo me atrevo a proponer que saquen al bebé o niño del dormitorio en los casos en los que son los padres los que plantean de forma clara que su calidad de sueño es muy mala, va a peor, y ya les está afectando de forma importante. En estos casos les doy mi opinión: Que sacrificarse no durmiendo noche tras noche, cuando se puede buscar una alternativa que permita descansar a todos, no me parece razonable. Porque pensando en el bienestar del niño, especialmente cuando nuestro vínculo afectivo con él es muy fuerte, pasa por que los padres descansen. Ya que no descansar, quiere decir que se resiente nuestra salud, nuestro humor y la relación de pareja de los padres. Es imposible que esto, mantenido en el tiempo, no perjudique al niño.
– Cómo puedo hacer ese cambio de forma respetuosa. En eso hay varias tendencias hoy en día:
- Una, la verdad cada vez menos pujante, es la conductista pura conocida en España por el libro «Duérmete niño». Yo no es la que recomiendo, aunque pueda ser efectiva, porque creo que hay otra mejor. Os cuento mi opinión sobre duérmete niño en otro artículo.
- La que yo recomiendo. Pude lograrse lo mismo, es decir, que un niño pase a dormir en su propio dormitorio y que cuando se despierta, si lo único que desea es volver a dormirse, sea capaz de hacerlo sólo, mientras sus padres siguen descansando, de forma menos dolorosa para el niño y para los padres. La mayoría de los padres que conozco quieren a sus hijos de un modo que les hace muy difícil verlos llorar sin hacer nada. Y por tanto, usar un método como «duérmete niño» que se basa en dejarlo llorar periodos cada vez más largos hasta que el niño se acostumbra a dormir sólo, me parece un método muy mejorable. Podéis leer la alternativa en mi artículo: «Cómo enseñar a un niño a dormir sólo sin dejarlo llorar».
Y ahora el tema central de este artículo ¿cuna o cama?
Aclarado lo anterior, pasamos al título de este artículo. Y de nuevo la respuesta no es única: Depende de la edad y sobre todo de la habilidad del niño.
Es decir, lo que me hace recomendar a unos padres cuna o cama es una sola cuestión. ¿Qué importancia tiene que duerma en cuna o en cama? ¡Pues que se la pegue!
Explicándolo. Todos nos hemos caído alguna vez de la cama. Y lo que preocupa a los padres cuando se plantean si cuna o cama es precisamente eso.
Sabemos que al final el objetivo es que acaben durmiendo en una cama. Y que la cuna no es más que una cama con protección para no caer de ella. Por tanto la cuestión es si necesita o no esa protección.
Y eso depende de dos cuestiones en los niños:
- ¿Suele dormir apoyándose en los laterales de la cuna o si hacíais colecho antes del cambio solía pegarse a vosotros? En ese caso os recomiendo empezar con la cuna o con una cama con protección lateral, ya que posiblemente va a desplazarse hacia los lados buscando ese apoyo y puede costarle más dormir si no lo tiene o puede caer por los lados buscándolo.
- ¿Es capaz de bajarse de una cama con facilidad? Si un niño no sabe aún bajarse de la cama es más fácil que se caiga en un intento de hacerlo. Si es el caso os recomiendo mejor la cuna. Si por el contrario, ya se baja perfectamente de la cama, pues cama: Con barras laterales si tiene tendencia a buscar apoyo para dormir. Sin ellas si veis que suele dormir en el centro de la cama.
En la mayoría de los casos suele hacerse un cambio en 3 fases:
- Paso en cuna a su propio dormitorio. Si tenía cuna en el cuarto de los padres y sigue cabiendo en ella. Lo mejor es hacer el cambio con la misma cuna.
- Cuando el niño tiene la habilidad de bajarse de la cuna con la barandilla bajada (la mayoría de las cunas permiten esta opción), lo dejamos dormir con ella bajada. Si el colchón puede regularse también en altura, conviene que esté lo más bajo posible, para que si hay una caída no sea importante y que le resulte lo más fácil posible bajar de la cama si lo desea.
- Finalmente el paso a la cama, sin barandilla. Suele hacerse cuando el niño lleva ya un tiempo durmiendo con la barandilla bajada sin problemas. Pero en la mayoría de los casos, cuando ya empieza a no poder moverse mucho por falta de espacio y toca cambiar a una cama por tamaño.