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¿ Qué hacer si mi hijo me pega o me insulta cuando se enfada?

Hoy tenemos como invitada a Tania García, Fundadora de Edurespeta, Experta en Educación Respetuosa y Asesora Familiar. Nos explica qué hacer en momentos emocionales tensos con nuestros hijos.

Muchas familias se sienten desbordadas cuando ven como sus hijos, ante las negativas de sus padres, reaccionan llenos de ira, rabia y se lanzan a insultar e incluso a pegar.

La respuesta de los padres, es, normalmente, de frustración, de no entender como su hijo puede llegar a decirles ciertas cosas, o a pegarles.

Todas estas reacciones en los niños, son en su mayoría normales (en niños pequeños), casi todos pasan por esta etapa. Lo importante es cómo acompañen los padres este proceso. Cuanto mejor acompañados estén, antes superarán estos momentos y mejor los conocerán y empezarán a modificarlos.

Para ayudarte a que realices este acompañamiento de la mejor manera posible, voy a ofrecerte varios consejos los cuales voy a dividir en dos partes importantes.

  • La primera parte, a la que llamaremos “cómo comprender”, con la que precisamente nos centraremos en entender los procesos emocionales de los hijos:
  1. Empatía: esta herramienta es la más importante de todas las relaciones, y la que cobra más protagonismo si cabe, en la educación de los hijos. Empatizar es ponerse en el lugar del otro, mirar desde sus ojos. Cuando somos capaces de entender e integrar que los niños no son adultos, y que, por lo tanto, no ven el mundo desde la misma perspectiva, ni tienen que hacerlo…todo cambia, se transforma. Si tu hijo se enfada porque le dices que no puede comer una “chuche” en ese momento ya que es la hora de comer, el primer paso que tu mente y corazón deben dar, es, precisamente, el de comprender sus emociones. Lo que para ti es una “tontería”, para ellos es todo un mundo.
  2. Ejemplo: los hijos son un reflejo de lo que nosotros somos, del cómo les educamos y del cómo actuamos. Si cuando tu hijo se enfada, grita, insulta o se lanza a pegarte, tú reaccionas con menos autoncontrol todavía, ¿ cómo vas a potenciar un buen ejemplo?, ¿ cómo vas a lograr que cambie su actitud ante la frustración si haces lo mismo multiplicado por 1000?. Si damos ejemplo y nos mantenemos tranquilos, pacientes, comprensivos y amables, todo cambiará.
  3. Emoción: si como adultos somos conscientes que nuestros hijos cuando actúan así, simplemente están expresando emociones, emociones nuevas, emociones de manera primitiva, emociones que no saben cómo incorporar en sus sensaciones, emociones que necesitan experimentar, todo mejorará. Que lo único que necesitan es a su madre/padre que les ayude a reconocerlas, a entenderlas y a integrarlas para poder llevarlas mejor. Parece que si los hijos expresan emociones tales como: alegría, felicidad, tolerancia…las acompañamos y valoramos; pero si están enfadados y expresan ira, celos o rabia,  enseguida decidimos ponerles freno.

No hay emociones buenas ni malas. Todas deben ser aceptadas y acompañadas

  • La segunda parte, a la que denominaremos “cómo actuar”; con la que aprenderemos a saber qué hacer en estos momentos:
  1. Control de la ira y frustración adulta: hay que aprender a controlarse como adultos para poder ayudar a nuestros hijos. El primer paso, pues, para actuar bien en estas situaciones es, concretamente, el controlarse. Si no eres capaz de hacerlo, y la ira te domina, trabaja en ello, porque hasta que no te domines a ti mismo, difícilmente vas a poder ayudar a tus hijos a hacerlo.
  2. Acompañamiento y reflexión: cuando tu hijo te pegue o insulte, normalmente guiado por una frustración, no te dejes llevar por tu ira y por el ego adulto, y reflexiona. Piensa qué le pasa, por qué le pasa y reflexiona sobre si realmente el motivo por el que está pasando por eso está justificado y sopesado. En el caso de que fuera así, entonces sólo queda acompañar. Rebajarse a su altura, mirarle a los ojos, utilizar un buen tono y un buen gesto y decirle que comprendemos su enfado, que en su caso estaríamos igual, pero que no nos haga daño ni nos insulte, que nos pone tristes y que nos causa dolor. Poco a poco, con una buena reacción por nuestra parte, irán integrando una manera de “estallar” más pausada.

3. Guía: tú eres su guía, su apoyo, la persona en la que se fija para llegar a ser un adulto feliz, responsable y libre, que respete y sea respetado. Si guías de manera correcta, basándote en la comprensión, todo mejorará, cambiará y se transformará.

“ Para que los niños aprendan a autocontrolarse, sus padres también deben aprender a hacerlo”

Debemos entender que los niños tienen todo el derecho del mundo a experimentar, conocer y expresar sus emociones. Si cada vez que se expresan, se les coharta, increpa, amenaza…nunca van a conocer sus emociones y nunca van a saber cómo autocontrolarse.

Te animo a poner en práctica estos consejos y empezar así a cohesionarte con tus hijos y acercarte cada vez más a sus necesidades emocionales reales.

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