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Quinto mes de embarazo (I), hipertensión crónica e hipertensión gestacional

Controlar la tensión en el embarazo es muy importante para la salud de la madre y del bebé.

Semanas 18 a 22 de embarazo.

Una de las pruebas que relacionaba cuando os hablé de las analíticas del primer trimestre, era el control de la tensión arterial, os dije que era fundamental durante el embarazo y que sería habitual que os la midiesen en todas las revisiones prenatales.

La hipertensión se define como el aumento excesivo y persistente de la presión arterial (fuerza que ejerce la sangre contra las paredes de las arterias) por encima de los valores establecidos como normales.

Presión arterial óptima: menor de 120/80 mm  Hg

Presión arterial normal: menor de 130/85 mm Hg

Presión arterial normal-alta: 130-139/85-89 mm Hg

Y uno de sus mayores peligros es que la hipertensión puede no mostrar síntomas, es una “señal de alerta silenciosa” de riesgos cardiovasculares, renales y cerebrales.

En un 90-95% de los casos hablamos de hipertensión primaria o esencial, es aquella para la que no se encuentran causas concretas aunque si que existen factores de riesgo asociados  como son la herencia genética, edad, raza, hábitos de vida, estrés, diabetes y sobrepeso, lo que nos permite tomar algunas medidas preventivas. La hipertensión secundaria es aquella que tiene su origen en una enfermedad oculta que podemos identificar y a veces curar.

La hipertensión tiene una frecuencia que aumenta con la edad, aproximadamente el 20% de los adultos de más de 40 años y el 50% de los de más de 65, pero podemos tenerla a cualquier edad, incluso (en un porcentaje inferior al 3%) en la infancia.

Al hablar de la hipertensión en niños, los límites de la normalidad son variables, dependen además de la edad y del sexo, del tamaño corporal, y van cambiando a lo largo del crecimiento y desarrollo.

Ciertamente hasta hace poco se pensaba que los niños y adolescentes solo presentaban hipertensión arterial secundaria, siendo su causa más frecuente las enfermedades del riñón, pero se ha comprobado que también hay hipertensión primaria en niños y desgraciadamente el porcentaje de afectados va creciendo en la actualidad ¿adivináis la causa?: el preocupante aumento de la obesidad infantil.

Desde aquí os vuelvo a animar a prevenirla, no dejéis de leer mi artículo “Prevención de la obesidad infantil”, os incluyo 6 normas claras para evitar la obesidad en niños y si os preocupa la nutrición de vuestros hijos, creo que encontraréis muchas respuestas en toda la serie de artículos relacionados con los problemas y consecuencias de la alimentación en niños y para los lactantes, la alimentación en bebés.

Junto con la obesidad, los principales factores de riesgo de hipertensión en niños son genéticos (padres hipertensos), alteraciones metabólicas (suelen ser responsables del bajo peso al nacer) y vida sedentaria. Cada vez resulta más rutinario hacer un seguimiento de la tensión arterial en niños, principalmente en las revisiones anuales, pero si tu hijo está incluido en uno de los grupos de factores de riesgo descritos, házselo saber al pediatra, ya que, si existe el problema, no se va a normalizar de forma espontánea.

Resumiendo, la hipertensión afecta a toda la población y es una “señal de alerta” de riesgos que pueden llegar a ser muy graves, resulta por tanto evidente, que su control durante el embarazo es muy importante para la salud de la madre y del futuro bebé, porque la hipertensión en el embarazo lleva riesgos adicionales.

Durante el embarazo se definen los siguientes tipos de hipertensión:

·      Hipertensión crónica.

Se llama así a la hipertensión que ya existía antes del embarazo.

Si eres hipertensa y quieres tener un hijo o te has quedado embarazada debes ponerlo en conocimiento de tu médico, él te dará las directrices oportunas para seguir controlándola de forma adecuada. También suele ser hipertensión crónica la que aparece antes de la semana 20 y no desaparece después del parto.

·      Hipertensión gestacional.

Es la que, salvo raras excepciones, aparece por primera vez a partir de la segunda mitad del embarazo (semana 20) y desaparece unos días después del parto.

Controlada adecuadamente no tiene por qué conllevar complicaciones graves, normalmente cuando aparece casi al final del embarazo (semana 37 o más), su principal riesgo asociado es que haya que inducir el parto o practicar cesárea. Si aparece antes, tener hipertensión gestacional aumenta el riesgo de complicaciones en el embarazo, crecimiento retardado, nacimiento prematuro, etc. y en algunos casos, puede ser el primer síntoma de un trastorno peligroso llamado preeclampsia que puede dañar tanto a la madre como al bebé.

·      Preeclampsia, eclampsia y síndrome de HELLP.

Tanto la hipertensión crónica como la hipertensión gestacional pueden complicarse y aparecer la preeclampsia, la eclampsia y el síndrome de HELLP, siendo la preeclampsia leve la menos grave, y las de mayor gravedad la eclampsia y el síndrome de HELLP. Sus consecuencias pueden llegar a ser fatales, de hecho, les dedico el siguiente artículo para informaros más ampliamente.

Para prevenir la hipertensión lo mejor es evitar fumar, no consumir alcohol, controlar el peso, mantener una alimentación sana, hacer ejercicio adecuado y en general, llevar hábitos de vida saludables. Si además realizas todos los controles del embarazo y sigues las indicaciones de tu ginecólogo, habrás tomado las principales medidas preventivas para minimizar los riesgos asociados con la hipertensión en el embarazo.