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¿Se despiertan más los niños que toman pecho?

¿Se despiertan más los bebés que toman pecho?

Respuesta a una Peketema propuesto por una madre en Facebook: La lactancia y el sueño. ¿Despiertan más cuando toman pecho? ¿O no esta relacionado?

Uno de los motivos por los que muchas madres se plantean ofrecer a su hijo un biberón por primera vez es porque se despierta mucho de noche. Pero la duda que surge es: ¿Realmente los niños que toman biberón duermen mejor que los que toman pecho? ¿Es la solución dar un biberón?

A partir de esta pregunta surgen varias situaciones a tratar:

El bebé recién nacido que llora por la noche a pesar de ofrecerle el pecho a demanda y se duerme al tomar un biberón

Esta situación es muy frecuente. Bebés de pocos días de vida que por la tarde-noche empiezan a pedir con mucha más frecuencia el pecho y acaban desesperando a los padres.

En muchos casos los padres estaban motivados para dar el pecho como alimentación exclusiva y creían que sabían lo necesario para hacerlo. Pero el bebé no para de llorar y tras horas de tomas frustrantes y mucha desilusión, deciden ofrecer el biberón al bebé. En la mayoría de los casos el bebé toma el biberón con ansiedad y por fin se relaja quedando dormido durante horas.

¿Qué le pasaba a este bebé? No es difícil suponer que tenía hambre. Y no nos equivocaríamos.

Hay que entender algo: El pecho debe pasar de no producir nada a generar toda la leche que un bebé necesita en cuestión de horas. En la mayoría de los casos tras el parto el bebé está muy cansado. Han sido muchos cambios y tiene que adaptarse a muchas necesidades nuevas. Eso hace que en las primeras horas de vida el bebé pida alimentarse con poca cantidad y en seguida se queda dormido. ¡Genial! Porque al principio es poca cantidad lo que hay.

En los días siguientes irá tomando cada vez con más frecuencia y cantidades mayores. Habitualmente al ritmo que va necesitándolo va estimulando al pecho a que produzca cantidades suficientes.

El problema surge cuando esta coordinación no es buena y el bebé no estimula suficiente aumento en la producción de leche. Las causas más frecuentes son:

Aguantar el hambre al bebé para que cumpla un horario. Si tiene hambre y lo ponemos a tomar pecho enseguida, el bebé va comunicando al pecho el ritmo al que necesita el alimento. Pero cuando no le dejamos tomarlo cada vez que lo haría empieza a comer con más ansiedad llevando a la situación que describíamos arriba. Muchos padres no reconocen la necesidad del niño para alimentarse y tratan de calmarlo por otros medios.

Entretener el hambre del bebé con chupe, biberón (de leche o manzanilla) o intentar calmarlo con balanceo cuando tiene hambre. Hacer esto provoca que cuando por fin come lo haga con ansiedad y que mientras el pecho no se haya enterado de que hacía falta más.

– Otras veces el problema es una mala postura del bebé al pecho que impide que se alimente bien y vacíe el pecho en lo que realmente necesitaría. El resultado es que las tomas dejan al bebé con hambre y empieza a comer con más ansiedad.

– Una última puede ser un frenillo lingual corto. Cuando lo hay y dificulta la lactancia resulta muy frustrante. Aparecen grietas en el pezón y el niño se cansa sin lograr sacar la cantidad que necesita.

Puede haber alguna más. Pero el resultado, sea cual sea la causa es el mismo. El bebé no duerme por hambre. Y si en ese momento se le ofrece un biberón suele tomarlo y quedarse dormido, agotado tras el esfuerzo.

¿Cómo evitar llegar a ese punto? Pues ofreciendo al bebé el pecho cada vez que está activo, e incluso haciendo por despertarlo si tras 2-3 horas durante el día sigue dormido.

Y si no lo hemos resuelto antes y ya estamos en la situación ¿qué hacemos, le damos el biberón o no?

Depende. Fundamentalmente del grado de desesperación del bebé y de las preferencias de los padres. Pero en algunos casos la solución es dárselo. Y corregir a partir de ese momento los errores que nos han llevado a tener que hacerlo para que no sea necesario en adelante.

Otra situación diferente: El bebé que a partir de los 4-6 meses empieza a despertarse con más frecuencia pidiendo el pecho

Aquí el problema no está directamente relacionado con el pecho. Es algo que ocurre exactamente igual con bebés que suelen dormirse en brazos tomando el biberón.

Y no es un problema de falta de alimento, sino de rituales de sueño.

Conforme un niño crece su sueño cambia. Y llega un momento en que le resulta fácil despertarse, pero para dormirse de nuevo necesita hacer un ritual de sueño. El que se le ha enseñado a hacer desde que nació. Sea tomando pecho o biberón, el ritual del bebé necesita la colaboración de sus padres para volver a dormirse y el resultado empieza a ser un aumento del número de despertares.

Se suele plantear a los padres si el bebé toma pecho que el problema se resolvería dándole un biberón para dormir.

Pero es que a los que se duermen tomando el biberón en brazos les recomiendan que empiecen a darles cereales.

Raramente se resuelve con ninguna de las dos opciones. El bebé no se está despertando por hambre, lo hace porque su patrón de sueño a partir de cierta edad incluye despertares que pueden ser cada 45-90 minutos. Pero sólo sabe volver a dormirse haciendo su ritual, y este incluye la colaboración de los padres (sea para dar el pecho o el biberón).

La solución no es un cambio de alimentación, sino un cambio de ritual de sueño.

En resumen, los niños que toman biberón suelen despertarse menos que los que toman pecho.

Pero no es debido habitualmente a un problema del pecho, sino a que no lo estamos dando de forma adecuada o a factores que tiene más que ver con la forma en la que dormimos al niño que con el hecho de si es tomando pecho o biberón.

La solución a los problemas de sueño no es en ningún caso dejar el pecho. Algunas madres hacen destete nocturno sustituyéndolo por biberón en la esperanza de resolver esto. Pero no mejora más que si cambiamos el ritual de sueño por uno que el bebé pueda realizar sin colaboración.