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El recorrido del agua en el cuerpo de un niño o bebé

El agua es el principal componente del cuerpo del bebé. Es importante mantenerlo hidratado y hacerlo con agua de buena calidad.

El agua es el principal nutriente del organismo. Este vídeo explica fácilmente el camino que sigue en el organismo de un niño o bebé.

El agua es el nutriente más importante de los seres vivos. Para los seres humanos no es una excepción.

Y los niños tienen una mayor proporción de su cuerpo en forma de agua.

El vídeo nos muestra de forma esquemática algunos detalles importantes:

  • El agua entra en forma de líquido o con los alimentos.
  • En el intestino la absorbemos y pasa a la sangre.
  • La circulación la lleva a todos los puntos del organismo. Sirve de base de transporte, pasa a los tejidos ocupando espacio entre las células y en su interior.
  • Arrastra además los desechos del organismo que son purificados en el riñón y expulsados en la orina.
  • Pero no todo el agua que ingerimos es absorbida. Una parte debe quedar en las heces. Cuando esa cantidad es muy baja nos estreñimos. Cuando es demasiada aparece la diarrea.
  • La perdemos además a través de la respiración, en la mucosidad y con el sudor…

El cuerpo debe mantener una cantidad casi constante de este elemento. Y está muy bien preparado para hacerlo. Pero cuando hay pérdidas extraordinarias puede necesitar un aporte de agua por encima de lo normal.

Las situaciones que pueden hacer perder agua con más facilidad a un bebé o un niño son:

  • Diarrea. Cuando hay una irritación en el intestino que impide que absorba el agua que el cuerpo necesita. Aunque estemos tomándola en cantidad adecuada, se pierde.
  • Vómitos. Una irritación del estómago hace que lo que entra en él no pase hacia el intestino, sino que se retenga y sea expulsado por arriba. Suele ocurrir cuando el estómago detecta algo que le daña y se activan mecanismos para expulsarlo en lugar de permitir que pase hacia el intestino y lo dañe.
  • Fiebre. Cuando el cuerpo sube su temperatura puede perder agua por dos vías: Sudando y con la respiración, ya que cuanto más sube la fiebre más se acelera la respiración y más agua sale en ella.
  • Exceso de calor en el ambiente. Por ejemplo si dejamos a un bebé en la playa en las horas centrales del día. Aunque esté bajo una sombrilla puede estar a temperaturas muy superiores a 40º C. Y en esas condiciones la única vía para mantener la temperatura del cuerpo es sudar.

Aporte adecuado de agua

En todas estas situaciones es especialmente importante aportar cantidad suficiente a niños y bebés para evitar la deshidratación. Y será mucho más acuciante cuanto menor sea la edad del bebé. Ya que en los más pequeños la capacidad de adaptación es menor.

Cuando falta en el organismo hablamos de deshidratación. En un bebé suele notarse porque la boca está seca, la piel pálida y las ojeras marcadas.

Lo ideal para evitarlo es aportar cantidades pequeñas pero frecuentemente. Así suele ser mejor tolerada que si damos mucha cantidad de golpe. Especialmente será recomendable fraccionar las tomas cuando el bebé presente vómitos o diarrea. Porque cuando toma cantidades más pequeñas es más fácil que se retenga y asimile. Cuando toma cantidades mayores es más probable que se desencadene el vómito o el retortijón que acabe en diarrea.

En el cuerpo hay un equilibrio importante entre minerales y agua. Cuando aportamos un exceso de minerales deben ser eliminados por el riñón. Es parte de su trabajo. Entre las cualidades a destacar de un agua buena para niños y bebés está el hecho de que tenga una mineralización baja. Ya que si no es así, para el riñón supone una sobrecarga tener que eliminar constantemente una cantidad mayor de minerales que el cuerpo no necesita.

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La importancia de una correcta hidratación en los niños

Hidratación en Bebés y Niños.

Hidratación adecuada en niños. Calidad del agua. Una de las bases de una dieta sana, porque el agua es en porcentaje nuestro nutriente más abundante.

El agua es el componente más abundante del ser humano. Supone una parte importante de nuestro peso.

En los niños más que en los adultos. Conforme crecemos y envejecemos aumenta poco a poco la proporción de grasas y calcio, por ejemplo, reduciéndose la de agua.

Mantenerse bien hidratado es fundamental en todas las etapas de la vida, y se habla mucho de los beneficios que un consumo suficiente de agua aporta para la salud y las funciones vitales del organismo.

Aparte de ser una parte fundamental de nuestro cuerpo, gastamos agua con la respiración, con el sudor y debemos eliminar agua en las heces y en la orina. Por lo tanto hay una parte importante de agua que sale cada día de nuestro cuerpo y debemos reponer.

Lo que entra en el cuerpo con el agua

Disponer de un agua de calidad es importante. Es una de las partes esenciales de una dieta sana.

Un agua contaminada puede contener cantidades importantes de sustancias tóxicas para el organismo.

Por ejemplo en las Islas Canarias hay una alta concentración de metales pesados que hace desaconsejado el uso del agua del grifo para consumo humano.

Y muchas zonas del mundo no reúnen las condiciones mínimas de salubridad para evitar que el agua corriente sea una vía de contagio de infecciones.

¿Cuánta agua debe beber un bebé para mantener su correcta hidratación?

Sabéis que yo soy de pocas cifras exactas. Establecer una cantidad concreta de agua a beber es irreal. Ya que cada día es diferente y cada niño también:

  • Un día de calor, sudando puede necesitarse más agua. Un día de frío puede necesitarse menos.
  • Una diarrea, vómitos o fiebre pueden aumentar la pérdida de agua necesitando aumentar su aporte.

En este sentido, las recomendaciones generales en adultos aconsejan un consumo mínimo de 2 litros de líquidos diarios (unos 8-10 vasos), de los cuales, un 80 % deben ser de agua y el 20 % restante se puede completar con alimentos u otras bebidas como infusiones, frutas, caldos, verduras, etc.

Además, se debe prestar especial atención a aquellos colectivos en los que el riesgo de deshidratación es mayor. Entre ellos, se encuentran los lactantes, los bebés y los niños por el contenido en agua en relación a su peso.

Debemos tener en cuenta que los bebés menores de 6 meses toman sólo líquido (leche). Y que esta leche aporta una cantidad de líquido suficiente. Un bebé bien alimentado con leche a demanda no se deshidrata.

Aunque en esta edad tampoco podamos decir que darles agua sea perjudicial, es innecesario.

Es a partir de la introducción de la alimentación complementarias cuando debemos plantearnos qué va a beber nuestro hijo.

Y en esto soy muy claro: Bebida sana para quitar la sed, sólo una, el agua.

Calidad del agua que toma tu hijo

Por otro lado, no sólo hay que tener en cuenta la cantidad sino también la calidad del agua de bebida. Aguas aptas para el consumo humano hay muchas, desde la del grifo, según localización, tal y como explico más detalladamente en este artículo: http://www.mipediatraonline.com/agua-de-grifo-embotellada/, hasta infinidad de aguas minerales embotelladas.

La diferencia entre la gran oferta de estas últimas depende, principalmente, de su contenido en minerales. La mayor o menor concentración de estos en el agua embotellada varía en función del origen, y queda reflejado en el etiquetado de las botellas bajo el nombre de residuo seco.

En este sentido, las aguas de mineralización muy débil son las que menor contenido en minerales tienen ya que su residuo seco es menor de 50 mg/l. Un exceso de sales en el agua puede causar una sobrecarga de los riñones. Por lo que es recomendable especialmente en niño dar aguas con una mineralización débil o muy débil.

Además, son una buena opción para preparar biberones y alimentos infantiles ya que su baja mineralización ayuda a preservar el sabor original de los alimentos.

Por todo esto, elegir un agua que se adapte a las necesidades y permita facilitar el alcance de las cantidades recomendadas para cada etapa es de vital importancia en la edad infantil.

Crear unos buenos hábitos de hidratación, junto a una dieta variada y equilibrada, un buen descanso, bienestar emocional y la práctica de ejercicio físico regular son los pilares que marcarán una vida saludable en un futuro.

Pistas que pueden hacerte pensar que tu hijo necesita tomar más agua por falta de hidratación

Más que contar la cantidad de agua que un niño toma para intentar que se ajuste a una cifra, lo que os recomiendo es que estéis atentos a algunos signos de falta de agua:

  • Boca seca.
  • Orina oscura.
  • Heces duras.
  • Facilidad para que le suba la fiebre, o dificultad para que baje.
  • Pérdidas extraordinarias como sudor abundante, vómitos o diarrea.

En todos estos casos ofrece agua a tu hijo con más frecuencia de lo habitual.

No puedes pelear con él para que la tome. Pero ofrécela con frecuencia.

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Agua de grifo o embotellada para niños

Agua del grifo o embotellada en niños

¿A partir de que edad pueden los niños tomar agua del grifo? ¿Es mejor que tomen siempre embotellada? Depende de la calidad del agua del grifo.

El agua es uno de los componentes esenciales de nuestro cuerpo, por lo que la consumimos todos los días sin excepción.

Cuando nos preocupa la calidad de lo que tomamos, preocuparse por el agua que bebemos no es ninguna tontería.

Ante esto cuando hablamos de los bebés hay varias dudas:

¿Influye la calidad del agua que toma la madre en la salud del bebé?

Por supuesto. Lo más evidente ocurre en países donde no se dispone de agua potable de calidad. En esas regiones en las que directamente está contaminada pueden aparecer enfermedades importantes en los niños (y en las madres).

Hoy en día las aguas puras, puras son escasas. Lo que se consume en la mayoría de las casas cumplen con los criterios de salubridad exigidos. Pero estos establecen unos niveles de seguridad «aceptables».

Centrándonos en el caso de España, hay ciudades en las que se puede beber del grifo con una seguridad más que buena.

Y otras en las que las propias autoridades locales recomiendan evitar su uso para bebida y elaboración de alimentos porque se sabe que existen riesgos claros para la salud si se consume de forma habitual.

Un ejemplo conocido es en las Islas Canarias, donde la proporción de metales pesados desaconseja su uso para consumo humano. Pero hay otras muchas zonas, especialmente costeras donde la calidad no es apta para consumo humano.

¿Puede prepararse la comida del bebé con agua de grifo?

Pues está claro que depende de la calidad que tenga en la zona en la que vivimos. Cuando es de buena calidad y es la consumida habitualmente por los adultos de la casa no tiene mucho sentido comprar embotellada.

En este sentido, una de las cosas que se aconseja es que sea de baja mineralización. Pero para valorar esto las empresas suministradoras deberían facilitar a los consumidores en su recibo cual es la mineralización aproximada del agua que se les proporciona. Ese dato debería ser obligatorio junto con los demás parámetros de calidad, como concentración de partículas biológicas y de metales pesados… Y debería estar detallado por zonas de suministro. Pero ya sabemos que nada es perfecto.

Otra de las cosas que suele hacerse en bebés es hervir el agua para preparar los biberones o la comida. ¿Es necesario? En regiones en las que no es potable o puede dudarse de que lo sea, por supuesto. Pero en zonas donde tiene garantizada su potabilidad, no es necesario.

Hay quien aún así lo prefiere hervir incluso la embotellada. No es que sea malo, pero a partir de los 2-3 meses, cuando el bebé no para de tocar en todas partes y de meterse las manos en la boca ¿qué sentido tiene la esterilización? ¿Vas a hervirle las manos?

¿A partir de qué edad puede beber agua del grifo un niño?

Pues la respuesta es similar. Si la calidad del agua del grifo es buena no tiene sentido que demos embotellada. Si no lo es, no tiene sentido que demos agua del grifo si podemos evitarlo.

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Pekemitos: «No hacer dando el pecho»

Grietas en el pezón durante la Lactancia MaternaSeguimos debatiendo sobre mitos infundados sobre crianza de bebés: «No bebas agua mientras le das el pecho, que te agua la leche y no le alimenta».

La gente parece tener unas ideas extrañas sobre cómo funciona la lactancia materna, y el cuerpo en general. No se explica de otro modo que se digan ciertas cosas.

Es evidente que todo lo que toma la madre puede influir sobre la composición del pecho. Pero la forma en que lo hace no es tan inmediata ni tan indiscriminada.

Se dice muchas cosas sobre alimentos o conductas de la madre que pueden generar problemas en la lactancia.

Los más frecuentes que suelen comentarme son:

No bebas agua dando el pecho

A lo que se refiere el aviso no es evidentemente a que no se beba mientras dure la lactancia materna, sino a no hacerlo mientras el bebé está mamando.

Y el motivo que suele darse es que si se hace aguará la leche materna haciendo que el bebé no se alimente suficientemente.

Pues no.

Cuando la madre bebe líquido, pasa a su estómago y después a su intestino. Es al final del intestino donde se produce la máxima absorción de líquido, en el colon. Desde que se bebe hasta que se absorbe pasa un buen rato. Y esa absorción es gradual.

Pero es que además la leche materna la produce la glándula mamaria con más o menos cantidad de agua en función de otros muchos factores que nada tiene que ver con lo que se esté absorbiendo en el intestino. Salvo condiciones de deshidratación importante, la leche tiene una composición estable de agua.

Así que no te preocupes, si tienes sed mientras tu hijo está mamando, bebe agua sin problema.

No comas cosas que den gases dando el pecho o el bebé tendrá gases

La razón por la que las legumbres producen gases es la fermentación que sufren en el intestino. La razón por la que lo hacen las bebidas gaseosas es porque contienen directamente gas en la bebida.

No hay manera posible por la que esas burbujas pasen a través de la sangre de la madre hasta el pecho y aparezcan en la leche materna.

Así que puedes comer legumbres y beber gaseosa con la única preocupación del dolor por gases que pueda provocarte a ti. Pero de ningún modo eso producirá gases al bebé. Las causas de los gases en un bebé nada tienen que ver con eso.

No tomes el «alimento x» dando el pecho porque el bebé rechazará tu pecho

Hay alimentos que pueden cambiar el sabor de la leche materna. Del mismo modo que pueden cambiar el olor de la orina. El ejemplo más conocido son los espárragos.

Pero de ahí a que eso genere un rechazo de la leche materna por parte del niño hay un abismo. Las madres tienen que tener una dieta variada. Muchos de los alimentos que tomen pueden afectar a la composición de la leche, e incluso a su sabor, porqué no. Pero no conozco casos de niños que por eso dejen de tomar el pecho.

Estos tres ejemplos que podrían completarse con muchos más son una muestra de las muchas cosas que se dice a las madres y que no sirven más que para generarles inseguridad y estar constantemente agobiadas por detalles absurdos.

Si tienes sed bebe agua, en la comida procura tener una dieta variada y ya se encargará el pecho de fabricar el mejor alimento para tu hijo.

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¿Cuándo empieza un bebé a beber agua?

Con qué edad necesita beber agua un bebé

«¿Cuándo tiene un bebé que empezar a beber agua?» Respuesta a Peketema propuesto por una Madre en Facebook. Las dudas aumentan con la alimentación complementaria.

Hay dos formas de responder, como siempre. La sencilla, mitad broma, mitad en serio y la que tiene matices y es más seria:

Pues desde que nace. Esta es la mitad broma, mitad en serio. Y es que realmente el bebé necesita tomar agua desde que nace. Pero es que lo hace en la leche. No es casualidad que la leche sea líquido. Es la forma que ha diseñado la naturaleza para simplificar las cosas. En un sólo producto va todo lo que el bebé necesita durante los primeros meses de vida.

Evidentemente la pregunta de esta madre no lleva esa orientación. Lo que realmente quiere que explique es ¿Cuándo es necesario que un bebé tome agua sola? Y aquí empiezan las explicaciones y matizaciones. No una respuesta en forma de fecha y cifras (absurdas) sino algo levemente más complejo pero que nos ayuda a entender cada vez mejor a nuestro bebé.

¿De dónde saca agua un bebé?

El agua está en todos los alimentos que tomamos. Los hay con más o con menos agua, pero todos la tienen.

Cuando un bebé nace lo único que necesita es leche. Durante los primeros 6 meses de vida cualquier bebé puede estar perfectamente sin que le entre otra cosa en la boca que la leche. Muchos incluso podrían seguir más tiempo así.

No son pocos los que pretenden establecer una distinción y recomiendan, da leche si tiene hambre y si tiene sed dale agua ¡¡¿¿??!!! ¿Y cómo se sabe eso? Tenga sed o hambre dale leche.

«Pero es que entonces puede estar todo el día tomando alimento, incluso si sólo tiene sed» -dirán algunos-. Y eso no es un problema, porque la lactancia es a demanda.

La introducción de la alimentación complementaria no busca en absoluto aportar más agua, ya que todos los alimentos que vamos a introducir son más pobres en agua que la propia leche. Y es por esto mismo por lo que muchos se plantean la necesidad de dar agua cuando iniciamos la alimentación complementaria.

Otra situación en la que es frecuente que se insista en que tome agua es el verano. Pero si es menor de 6 meses y se está alimentando sólo con leche, de nuevo, ningún bebé se deshidrata tomando lactancia a demanda…

¿Signos de que le hace falta más agua a un bebé?

Si nuestro bebé está activo, tiene saliva abundante, orina, y la caca no es dura, es que está bien hidratado.

Cuando el cuerpo tiene carencia de agua la busca reduciendo las pérdidas:

  1. Reduce la producción de saliva.
  2. Orina mucho menos y más espeso (orina más oscura).
  3. Las heces se vuelven más duras.

Y además estará irritable pidiendo más líquido. Se calmará cuando le damos leche «o agua».

Mi consejo sobre cuando empezar a dar agua a un bebé

  • Si tu hijo tiene menos de 6 meses y se alimenta con leche no ofrezcas agua o manzanilla. Si aparecen los signos anteriores, ofrece leche con más frecuencia. Habitualmente en los niños pequeños que presentan deshidratación suele haber una desnutrición asociada. Por lo que lo mejor no es ofrecerle agua y más agua (que no alimenta), sino leche que lleva agua y alimento. Haciéndolo así su cuerpo ya se encargará de coger lo que necesite en la proporción adecuada.
  • Si ya has empezado la alimentación complementaria y aparecen signos de falta de líquido:
    • Si su evolución de peso es también escasa, no ofrezcas agua, ofrece leche. Así se rehidratará alimentándose mejor.
    • Pero si su evolución de peso es buena puedes ofrecer agua. Él la tomará si la necesita y la rechazará si no.

Pero ¿Y si le doy demasiada agua al bebé?

Hay dos señales que pueden avisarnos de que un bebé esté tomando demasiada agua:

  • Que orine muchísima cantidad. Es decir, que se le escape sistemáticamente la orina del pañal.
  • Que empiece a rechazar la comida pidiendo cada vez cantidades mayores de agua.

En estos casos lo que os recomiendo es que ofrezcáis cantidades más pequeñas. Hay bebés que si le das el biberón lo toman sistemáticamente hasta terminarlo. Si es así, y el niño orina mucho más de lo habitual y empieza a rechazar la comida, ofreced el biberón menos lleno.

Veis que no he dicho una sola cifra. Sé que hay libros que la dan. Pero es absurdo.

Los bebés son como nosotros, se adaptan a miles de factores que varían en su entorno. Sus necesidades cambian constantemente. Si reconocéis los signos de que se encuentran en una situación especial, por exceso o por defecto de agua, entenderéis cuando ofrecer y cuando no ofrecer más líquidos.

No aprendas cifras, sino a entender cómo funciona tu hijo y cuándo y cómo atender sus necesidades.

 

 

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Los niños y el agua: Peketip 16

Los niños y el agua

Es bueno que los niños aprendan a nadar pronto:

Es la mejor forma de evitar el peligro que supone el agua

y una forma sana de diversión.

Enséñale a nadar y refuerza dos pilares de su desarrollo:

Uno físico, su espalda y otro afectivo, su confianza

en sí mismo y en ti.

Empieza el verano. Esto es algo así como los propósitos de principio de año, pero del verano y para cumplirlo ¿¡Vale!?:

Enseña a tu hijo a nadar.

El agua y los niños son una combinación peligrosa. Existe un riesgo claro. El ahogamiento.

La mejor forma de evitar ese peligro, no es evitar el agua. El agua es algo que despierta poderosamente la curiosidad de los niños desde muy temprana edad.

La forma de reducir de verdad el riesgo de ahogamiento es enseñar al niño a nadar lo antes posible. Y eso es desde muy pronto. Se puede aprender a nadar con meses.

Si tú no sabes cómo hacerlo, apúntate a un curso de natación para niños. Y por supuesto no pierdas la oportunidad de acompañarlo.

Hazlo como un juego, no como una competición. Disfrutad de hacerlo.

Aprender a nadar tiene también ventajas muy numerosas en otros aspectos. Estas son sólo unos pocos ejemplos:

  • Es un ejercicio divertido.
  • Refuerza la espalda, que es uno de los pilares para un buen desarrollo físico de tu hijo hasta que acabe el crecimiento.
  • Favorece la coordinación.
  • Refuerza su confianza en sí mismo y su autoestima.
  • Y si eres un actor principal de ese aprendizaje, refuerza muchísimo su confianza en ti. ¡No pierdas esa oportunidad!
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El agua contaminada

Porqué las bebidas para niños perjudican su salud. El valor del agua. Las bebidas sustitutas del agua y sus problemas

Entre los elementos fundamentales para la vida humana el segundo de la lista por lo inmediato de su necesidad (el primero es el aire) sin duda es el agua.

Sin embargo los niños cada vez toman menos agua y más sustitutos de la misma.

Hay niños que nunca la toman. Y no es exagerar.

Los grupos de sustitutos más importantes son:

  • Derivados lácteos.
  • Zumos de fruta.
  • Bebidas para deportistas.
  • Refrescos con y sin gas.
  • Aguas con sabor, color y olor.

Todos ellos para tomar con el objetivo de calmar la sed y promocionados con los argumentos más variopintos.

Pero lo único que nuestro cuerpo necesita para quitarse la sed es agua.

Estos productos añaden a nuestro cuerpo al quitar la sed cantidades nada despreciables de azúcares, sales y aditivos químicos que no son ni mucho menos inocuos en las cantidades en que cada vez más personas los consumen.

El azúcar genera obesidad: Una bebida azucarada al día puede producir 7,5 kg de sobre-peso al año.

Y el consumo medio de este tipo de bebidas en España es de más de 300 ml al día en preescolares y más de 700 ml al día en escolares.

Hay quien no las prueba, luego hay niños que beben más de un litro al día, todos los días.

Las sales de las bebidas para deportistas están pensadas para reponer pérdidas de las mismas a través del sudor, y son adecuadas para ello.

Pero cuando las toma sistemáticamente alguien que no tiene esas pérdidas (no suda, que para eso está el aire acondicionado y haciendo deporte no le pillan) hace lo mismo que si añade más y más sal a la comida: Hipertensión.

Los aditivos químicos en niños predispuestos pueden inducir alergias, hiper actividad y trastornos con déficit de atención… entre otras muchas cosas.

Estamos pagando más por consumir agua contaminada.

Y es un negocio de muchos miles de millones de euros a nivel mundial.

Pero, ¿y lo buenas que están? No diremos que no saben hacer su trabajo.

Se amoldan perfectamente a los gustos de cada posible consumidor.

Siempre hay alguna bebida alternativa al agua para cualquiera.

Y si descubres un grupo para el que no la haya: Paténtala, que te haces de oro.

Cuando hablamos de productos dirigidos a niños el diseño que las industrias hacen se basa en lo siguiente:

  • Debe ser dulce. Son de hecho el primer componente de la dieta que yo suprimiría en un niño obeso.
  • Anuncios con personajes que despierten el interés de los niños y diseños atractivos para ellos según la edad a la que se dirigen.
  • Publicidad en la programación infantil.
  • Una campaña en la que destaquemos para los padres que aportamos algo “positivo” a la salud de sus hijos (defensas, huesos sanos, las vitaminas de la fruta que tu hijo jamás se comerá…). Da igual que sea mentira, basta con que parezca creíble y muchos padres tendrán la excusa para dárselo a sus hijos.

Es evidente que esto no son argumentos sobre nutrición, sino simplemente para vender más.