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Orden de introducción de alimentos y alergias en bebés

Alergias a alimentos en Bebés

¿Debemos establecer el orden en que introducimos los alimentos en la dieta de un bebé en función de su capacidad de generar alergias? ¿Cuándo puedo dar…?

Yo soy de cerebro inquieto. A lo que me refiero es que si día a día tengo que explicar a los padres un mismo tema, conforme me plantean dudas nuevas voy matizando. Y cada vez lo que recomiendo se parece menos a lo que me dieron como pauta en la Especialidad de Pediatría hace ya más de 15 años.

Lo que a mí me dijeron para justificar la lista de introducción de la alimentación complementaria que me dieron (como si me hubiesen entregado las Tablas de los Diez Mandamientos en el Monte Sinaí) es que había algunos alimentos que generaban alergias con más frecuencia que otros y que se ordenaban para evitar esas alergias.

Desde entonces no he visto nada más que argumentos que siguiendo ese mismo planteamiento desmontarían la lista que me dieron.

Según esa lista, se empieza sólo con Leche: Pecho y/o biberón.

Baste decir para empezar, que los que toman biberón toman leche elaborada en su mayoría a partir de Leche de vaca. Y que este es el alimento al que con más frecuencia se detectan alergias con diferencia. O sea que de hay en adelante teoría desmontada.

Cualquiera de nosotros puede desarrollar una alergia a las fresas, el marisco, el melocotón… con la edad que sea al tomarlos por primera vez.

Entre introducir las berenjenas a los 8 meses o a los 14 no hay diferencia.

Objetivos en el proceso de introducción de la alimentación complementaria

Desde hace ya un tiempo la forma en la que explico a los padres la introducción de la alimentación complementaria es muy diferente a una lista.

El objetivo es:

  • Descargar a los padres de la preocupación innecesaria de atenerse a algo que es totalmente arbitrario.
  • Convertir la introducción de la alimentación complementaria en algo más normalizado. Un proceso en el que el protagonista sea la curiosidad del bebé que le lleve a descubrir nuevos sabores y texturas de la forma más natural para él.
  • Llegar a los dos años con una alimentación igual a la del resto de la familia. Lo más variada posible. Y si no lo era, que en ese proceso la dieta de la familia se transforme en sana.
  • Que todo este proceso se haga conservando una buena relación del bebé con la comida en la que sea un placer comer y algo en lo que el protagonista es el propio niño.

Para que esto sea así es mejor introducir los alimentos siguiendo la curiosidad del niño que una lista arbitraria. Las únicas excepciones justificadas son ciertos alimentos que tienen un riesgo real de producir problemas si se toman con frecuencia antes de cierta edad.

Alimentos que en la actualidad recomiendo dejar para más tarde: «La lista negra».

Entre los alimentos a los que pongo «límite» no hay ninguno que lo sea por su capacidad de generar alergia.

Lo son por ser difícil de digerir : La leche entera no antes del año.

Por ser foco de infecciones graves: Miel Cruda no antes del año (intoxicación botulínica) y Huevo crudo no antes de los dos años (salmonelosis).

Por ser origen de intoxicaciones: Verduras de hoja verde no antes del año (Nitritos), pescado azul grande y marisco no  antes de los dos años(Metales pesados).

Por ser causa de accidentes:  Frutos secos en niños que aún se atragantan con facilidad, suelo decir que no antes de los 3-4 años. Los frutos secos son la causa más frecuente de muerte por atragantamiento.

¿Cómo aparecen las Alergias en los bebés cuando introducimos alimentos nuevos?

Como decía al principio algunos de los alimentos que introducimos antes son precisamente de los que generan alergias con más frecuencia. ¿Quiere eso decir que deberían introducirse más tarde? Pues parece que no.

Un ejemplo es el gluten. La alergia al gluten o Celiaquía no aparece en cualquier persona. Son personas predispuestas genéticamente. En las que si se dan ciertas condiciones la alergia puede aparecer. No está aún totalmente definido cómo.

Pero para poder entenderse sería algo así:

La tendencia a generar alergias es algo que se hereda en nuestros genes. Por tanto lo primero es tener la predisposición.

Un día, un bebé que la tiene sufre una infección intestinal. En realidad nuestro intestino está constantemente sufriéndolas. Lo que ocurre es que la mayoría son abortadas antes de que generen problemas llamativos. Pero el intento de los gérmenes por entrar en el organismo atravesando la pared del intestino es constante.

Cuando se detecta una agresión se activa el sistema defensivo y empieza a buscar al culpable. Cuando cree encontrarlo lo procesa y busca cuál de sus moléculas es más fácil de diferenciar para generar anticuerpos contra él que le permitan reconocerlo y destruirlo.

El problema es que a veces el sistema defensivo se equivoca y piensa que el causante es quien no lo es.

En el caso del gluten. Si tiene la predisposición a ser celiaco y da la casualidad de que en una de esas agresiones aparece el gluten por primera vez por ahí, es una proteína grande y que el sistema defensivo reconoce como extraña con facilidad, lo que lo convierte en sospechoso automático.

En la actualidad, y digo en la actualidad porque en los últimos 15 años he visto ya muchas recomendaciones contradictorias en este tema, se recomienda no empezar con el gluten antes de los 6 meses, pero tampoco mucho más tarde. Porque a partir de los 4-6 meses y especialmente si un bebé se escolariza pronto las infecciones se hacen más frecuentes. Si ya toma le gluten de forma habitual para entonces, el cuerpo cuando busque culpables lo ignorará. Pero si hasta ese momento no lo había tomado las probabilidades de que lo reconozca como extraño y culpable de la agresión aumentan.

¿Cómo identificar una alergia a un alimento?

Lo malo de las alergias es que hay muchos grados. Hay bebés que la primera vez que toman leche de vaca la vomitan de forma inmediata y el cuerpo se les llena de erupciones muy intensas.

Diagnosticar que es alérgico a la leche en casos así es, digamos, para que no te presentes al premio Nobel.

Si al tomar cualquier alimento nuevo aparecen claramente vómitos, diarrea o erupciones en la piel, lo prudente es retirar ese alimento de su dieta y consultar.

Pero hay alergias que no son tan evidentes. Muchos alérgicos lo que sufren tras desencadenarse una alergia es una leve inflamación de la piel o las mucosas que puede verse como una Dermatitis atópica leve, como molestias intestinales intermitentes o como un estancamiento en la ganancia de peso. Muchas veces es tan leve y tarda en ser detectada que identificar el causante es mucho menos evidente.

Para evitar las alergias no hay una lista, pero deberías tener «la lista de tu hijo» para poder detectarlas.

En introduccion de la alimentación complementaria, cuando pensamos en alergias hay una única lista que me resulta útil. Y es la que registra cuándo le has empezado a dar cada alimento en su dieta.

No hay una lista correcta que ordene cuándo debería darse por primera vez el tomate, el huevo, el pescado… Pero saber cuando lo has hecho de verdad en cada niño puede ayudar mucho a detectar alergias. Especialmente en esos casos en los que no son evidentes.

Cuando un bebé presenta signos crónicos de alergia en forma de dermatitis, dolor abdominal o escasa ganacia de peso, la pregunta inmediata es:

¿Desde cuándo?

Y la segunda es ¿Tienes una lista del orden en el que has introducido los alimentos en su dieta?

Lo que hacemos cuando disponemos de esos dos datos es ver la lista, cuáles son los alimentos que se introdujeron poco antes de que apareciesen los síntomas, y entre ellos ver si hay alguno de los sospechosos habituales.