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Las Anginas, Amigdalitis

Anginas, infección de garganta en niños explicadas de forma comprensible

Todos necesitamos respirar. Y en el aire hay miles de microbios de los que algunos tienen las condiciones para crecer en el interior de nuestro cuerpo.

Muchos de ellos crecen en nuestra piel, nariz, garganta e intestino sin dar problemas, simplemente ocupando espacio (en algunos casos como en el intestino ayudándonos a digerir los alimentos).

Ya que la principal vía de entrada de estos gérmenes es la garganta, el cuerpo ha desarrollado a su alrededor un Anillo Defensivo formado por las anginas (las dos pelotitas, a veces no tan -itas, que se ven a los lados de la garganta cuando abrimos la boca) y las vegetaciones (en la parte alta de la garganta, al fondo de los huecos de la nariz, que no se ven directamente abriendo la boca, porque quedan más arriba).

Las anginas tienen una forma ovalada con más o menos irregularidades. Hay niños que tienen muchos huecos en los que se acumula comida (que se pudre haciendo que tengan mal aliento) y hace más fácil que aniden infecciones.

Su tamaño varía desde algunos en los que casi no se aprecian hasta otros en los que chocan entre sí dejando el espacio justo para que uno respire con dificultad, roncando de noche… Crecen con cada infección contra la que reaccionan y se reduce poco a poco si no tiene estímulos.

Cada vez que tenemos una infección en la garganta, se inflama la mucosa de toda la garganta y las propias amígdalas. A veces sobre las amígdalas empiezan a formarse placas (que no es otra cosa que las colonias de microbios creciendo con el exudado defensivo de la propia mucosa).

Habitualmente las placas las forman las infecciones bacterianas y las provocadas por virus no producen placas.
Pero hay alguna infección bacteriana que no genera placas y alguna infección viral capaz de producirlas.

La importancia de diferenciar entre virus y bacterias está en su diferente evolución y tratamiento:

– Los virus son resistentes a los antibióticos y su evolución es independiente del tratamiento de modo que suelen aumentar los síntomas (fiebre, dolor, mocos, tos) durante los 2-3 primeros días, hasta que el cuerpo empieza a formar defensas contra el virus que frenan su multiplicación haciendo que mejoren los síntomas poco a poco hasta desaparecer 2-3 días después.
Con lo que entre subida y bajada duran habitualmente de 4 a 6-7 días.
En estos casos el tratamiento va dirigido a combatir los síntomas más molestos para hacer la infección más llevadera mientras la vence nuestro sistema defensivo.

– Las bacterias son sensibles a los antibióticos, suelen ceder uno o dos días después de iniciar el tratamiento. Las infecciones bacterianas tienen además tendencia a producir complicaciones que pueden evitarse dando el antibiótico.

En los primeros 2-4 años de vida estas infecciones son muy frecuentes, pudiendo llegar a tener una cada semana o cada 2 semanas. El hecho de que sean frecuentes no significa que el niño tenga las defensas mal, sino que ha tenido contacto con varios gérmenes que aún no había fichado.

La mayoría de esas infecciones están producidas por virus (3 de cada 4 ó más).

Pero hay niños que tienen infecciones bacterianas con mucha frecuencia.

Entre las bacterias capaces de producir estas infecciones hay una, el estreptococo piógenes que tiene tendencia a colonizar la garganta de forma mantenida.

Cuando se mantiene mucho tiempo allí, el cuerpo empieza a reaccionar contra el germen. Esa reacción en algunos casos puede producir problemas reumáticos.

En una analítica de sangre, podemos detectar un anticuerpo, el ASLO, que puede decirnos si ha tenido contacto con ese microbio y si éste ha sido más o menos constante.

Recogiendo una muestra de la mucosidad de la garganta, podemos saber si el estreptococo sigue allí y a qué antibiótico es más sensible. Pero no siempre conseguimos que crezca en el cultivo.
 

Criterios para quitar las amígdalas

Cuando hay infecciones muy frecuentes las anginas van creciendo hasta que llega el punto que durante la noche le hace roncar, pudiendo interrumpir la respiración durante períodos de más de 10 segundos. Nunca se ahogan, pero el nivel de oxígeno puede bajar haciendo que el niño esté en situación de alerta durante el sueño, lo que hace que no descanse (esto se llama Apnea del sueño).

Cuando no conseguimos eliminar el germen (el ASLO permanece alto) o las anginas crecen tanto que aparece Apnea del sueño debe valorarse el quitar las anginas, de lo que se encarga el Otorrinolaringólogo.