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Gastroenteritis en niños

Gastroenteritis en niños y bebés

La gastroenteritis es una de las infecciones más frecuentes en niños. Te explico en qué consiste y cómo actuar para resolverla sin complicaciones.

La

¿Qué es una gastroenteritis?

Es una infección que afecta al estómago y al intestino.

Los síntomas más llamativos que suele presentar un niño con gastroenteritis son:

– Vómitos o náuseas.

– Diarrea.

– Dolor de barriga.

– A veces fiebre.

– Irritación de la piel alrededor del ano.

Tipos de gastroenteritis en niños según su causa

La mayoría son causadas por virus, pero algunas lo son por bacterias. Una tercera posibilidad es que esté causada por una alergia o intolerancia alimentaria. Esta distinción es la que marca las diferentes opciones de tratamiento.

Cuando la causa es una infección viral el tratamiento consiste en aliviar los síntomas hasta que los niños se recuperan de la infección evitando la complicación más frecuente: La deshidratación.

Sospechamos que puede tratarse de una infección bacteriana cuando la fiebre es muy alta, aparece sangre o moco en la caca o la gastroenteritis no mejora tras 3 días de tratamiento adecuado. Para confirmar que es bacteriana, cuál es el causante y a qué antibiótico es sensible debe hacerse un coprocultivo (examinar una muestra de caca de la que se hace un cultivo en el que crecen los gérmenes que causan la infección y comprobamos su resistencia a diferentes antibióticos). El problema del coprocultivo es que puede tardar bastantes días en dar resultados, por lo que ante la sospecha de que sea bacteriana, cuanto antes lo pidamos mejor.

En las infecciones bacterianas el tratamiento es un antibiótico adecuado junto a lo mismo del caso anterior: Aliviar síntomas y evitar la deshidatación.

Pensamos en intolerancias o alergias alimentarias cuando hay síntomas de gastroenteritis, pero sin fiebre, que han aparecido a partir de la introducción de un alimento en la dieta y que no acaban de mejorar tras más de una semana de tratamiento adecuado.

Es frecuente que tras una gastroenteritis infecciosa (sean virus o bacterias) pueda quedar una intolerancia transitoria a la lactosa. Cuando esto ocurre vemos que los vómitos y la fiebre cedieron hace días pero sigue teniendo una diarrea ácida que no cede mientras siga tomando lactosa.

Tratamiento de los síntomas de la gastroenteritis en niños y  bebés

Muchas gastroenteritis acaban cediendo sólas. Pero podemos hacer cosas para aliviar los síntomas del niño y de ese modo conseguir que le resulte más llevadera.

Vómitos o náuseas

Las infecciones que causan una gastroenteritis suelen hacer un camino de arriba hacia abajo. Cuando entran afectan antes al estómago produciendo vómitos o náuseas y después, al llegar al intestino, pueden dar diarrea.

El vómito es un intento del estómago de expulsar aquello que produce daño. Aunque puede parecer que es algo positivo, un mecanismo de defensa, tiene el problema de que es fácil deshidratarse con los vómitos. Cuando todo lo que entra es expulsado y nada llega al intestino donde debe absorberse…

Cuando un niño vomita lo recomendable es:

  • No dar nada de alimento o bebida inmediatamente tras el vómito. Uno de los errores que suelen llevar a los niños a urgencias es este. Tras vomitar casi todos los niños vuelven a pedir líquido. Pero si con el estómago irritado vuelve a beber mucho es fácil que encadene un vómito con otro. Si esto ocurre el estómago se irrita cada vez más hasta que llega el momento que no tolera nada. Por eso suelo recomendar que tras un vómito dejes al menos 30-60 minutos sin que tome nada.
  • Cuando pase ese tiempo es bueno que empiece tomando pequeñas cantidades. Si no lleva demasiados vómitos puede ser con cantidades pequeñas del líquido o comida que desee. Sí conviene evitar las cosas ácidas o grasas, porque pueden irritar más el estómago.
  • Si aún así vuelve a vomitar nos planteamos usar antieméticos. Son medicamentos que reducen la tendencia a vomitar. Pueden administrarse en una inyección, intravenosos, en jarabe o en supositorio.
  • Si son muy frecuentes y abundantes puede ser necesario rehidratatar con suero intravenoso o hacer una analítica para comprobar si hay alteraciones importantes de las sales o la acidez de la sangre. Está analítica de sangre puede orientarnos también para saber si la infección causante de la gastroenteritis es un virus o una bacteria.

Diarrea

Cuando la infección pasa del estómago al intestino se sustituyen los vómitos por la diarrea.

Diarrea es hacer caca muchas veces, mucha cantidad y abundante. Suele ser blanda o líquida. Puede ser irritante o no. A veces con moco o sangre.

Pero cuando aparece la diarrea los vómitos suelen ser menos intensos. Es más fácil echar por abajo que por arriba.

La deshidratación es más fácil con los vómitos. En la diarrea, lo que comemos hace al menos el camino completo y algo permite que se absorba.

Ante la diarrea suelo recomendar:

  • Dieta: Los niños tienen tendencia a pasar con facilidad de la diarrea al estreñimiento. Con lo que una dieta astringente a rajatabla típica, a base de arroz, zanahoria y patata cocida con pollo o pescado blanco, manzana y plátano no suelo recomendarla. Es además complicado mantener esta dieta durante varios días en un niño. En los niños pequeños que toman pecho, pueden seguir tomándolo a demanda. Y como su alimentación suele ser bastante suave basta con ofrecer cantidades pequeñas con frecuencia tanto de líquido como de comida.
  • Probióticos. Son gérmenes buenos que si los introducimos en el intestino crecen ocupando el espacio y compitiendo con los gérmenes agresivos que están causando la diarrea.

Dolor de barriga

Es habitual que los vómitos y la diarrea causen malestar o dolor. Pero incluso cuando no llega a producir expulsión, en una gastroenteritis hay espasmos del intestino y el estómago que producen dolor intermitente.

Este dolor, que empeora cuando se come o bebe, especialmente si toma cantidades moderadas-grandes suele ceder tras expulsar. Con lo que cuando da el dolor, lo más efectivo para que ceda es ir al baño y hacer caca.

A veces los dolores de retortijones pueden permanecer incluso varios días después de que ceda la diarrea. Especialmente tras comer, lo que hace que muchos niños sigan tomando cantidades pequeñas durante algún tiempo.

En ocasiones se usan espasmolíticos para aliviar este dolor. No son efectivos los analgésico. Yo no suelo usar ninguno de los dos.

A veces fiebre

Cuando la causa es una infección puede aparecer fiebre. Hay gastroenteritis en las que casi no sube y otras en las que puede dar fiebre elevada.

Como los niños están con la barriga mal, cuantos menos medicamentos demos mejor. De forma que sólo recomiendo dar antitérmicos si la fiebre supera los 38º y no podemos controlarla con medios físicos.

Si es necesario usar antitérmicos prefiero usar el paracetamol al ibuprofeno en las gastroenteritis. Especialmente evito el ibuprofeno en los vómitos, porque es un medicamento que puede irritar más el estómago.

Cuando vomitan, pero no hay diarrea está la posibilidad de administrar el paracetamol en supositorio.

Cuando hay diarrea y no vómitos, mejor el jarabe.

Si hay tanto vómitos como diarrea y jarabe o supositorio son imposibles de dar, quedan los medios físicos o poner el antitérmico en un suero intravenoso .

Irritación de la piel alrededor del ano

Algunas diarreas son más irritantes que otras. Pero no es raro que la diarrea produzca dermatitis del pañal. Es decir irritación de la piel alrededor del ano.

Cuando ocurre lo más efectivo suelen ser las pastas al agua. Son emulsiones de agua con grasa y mucho Zinc. Su efecto es hacer una capa impermeable que protege la piel para que cuando haga caca no la irrite.

Evitar la deshidratación de un niño o bebé con gastroenteritis

La complicación más importante que puede tener una gastroenteritis es la deshidratación.

Se produce cuando un niño, en su intento de defenderse contra la irritación que causa la gastroenteritis, hace tantos vómitos o diarrea, o rechaza tanto el comer y beber que pierde una cantidad de agua y sales importantes.

Cuando un niño se deshidrata se nota porque:

  • La boca está seca.
  • El niño está muy decaído. Este es el signo principal.
  • La piel está pálida.
  • Ojeras marcadas.
  • Orina poco.

Para evitarlo es necesario que beba con frecuencia cantidades pequeñas de líquido. El líquido recomendable será:

  • Si toma pecho, es el mejor suero de rehidratación oral que existe. No solo aporta agua y sales en la proporción perfecta. También tiene alimento y defensas que ayudan a combatir la infección.
  • Si vómitos y diarrea son frecuentes y abundantes (y no toma pecho) es recomendable que tome sueros de rehidratación oral especiales para su edad. El Aquarius y otras bebidas para rehidratación deportivas no son adecuadas para esto.
  • Cuando no tiene muchos vómitos ni diarrea y un niño no muestra signos de deshidratación puede tomar agua.

En las tres opciones lo mejor es darle los líquidos en cantidades frecuentes y pequeñas para que los tolere mejor.

Si la deshidratación es moderada o grave puede ser necesario rehidratarlo por vía intravenosa ingresando al niño en un hospital.

Pérdida de peso con una gastroenteritis en niños y bebés

Una de las cosas que más suele preocupar a los padres cuando un niño tiene gastroenteritis es la pérdida de peso. Especialmente en aquellos niños que tiene un peso bajo.

Pero cuando cede la gastroenteritis, y tras unos cuantos días en los que puede seguir teniendo retortijones, lo normal es que los niños vuelvan a comer y recuperen rápidamente el peso perdido.

Cuando esto no sucede debemos pensar en una intolerancia alimentaria. Como decía antes la más frecuente es la intolerancia a la lactosa.

Si les cuesta volver a la normalidad, no es raro que sea también por una carencia de hierro y una alteración de la flora intestinal tras la infección. A veces viene bien en estos casos dar un suplemento de hierro con Probióticos. 

Todas estas recomendaciones generales, es mejor siempre personalizarlas. Para ello lo mejor es que consultes a tu pediatra. Especialmente si sospechas que tu hijo está deshidratado.