Hay distintas situaciones en las que un niño puede tener el azúcar baja. Las principales diferencias se establecen según su edad. Algunas pueden ser graves.
Nuestro cuerpo consume energía para funcionar. Y la fuente básica que usan nuestras células para obtenerla es la glucosa. Es como nuestra gasolina.
En realidad estamos preparados para usar otras fuentes de energía alternativas, como las grasas, las proteínas o los cuerpos cetónicos. Pero hay algunos de nuestros órganos que son más selectivos. El principal de ellos es el cerebro, que consume casi en exclusiva glucosa.
Eso hace que cuando no hay cantidad suficiente de glucosa en la sangre los primero síntomas que aparecen suelen afectar al funcionamiento del cerebro. El primer síntoma que aparece es el hambre.
Las situaciones que llevan al azúcar baja y la forma en la que se manifiesta depende de la edad. Podemos hablar de dos grupos esenciales: Los recién nacidos y los escolares.
Azúcar baja en recién nacidos
Cuando un bebé nace, ha estado durante meses recibiendo de forma constante azúcar a través de la placenta. Eso hace que no necesite almacenarla para períodos prolongados de ayuno.
Pero tras salir del útero empieza a alimentarse en las tomas. Al principio suelen ser tomas muy frecuentes de pequeña cantidad. Es lo más parecido a ese paso constante que tenía durante el embarazo.
Aún así aparecen intervalos en los que el bebé no recibe nuevos aportes y el azúcar tiene subidas y bajadas a lo largo del día. Suele subir tras la toma alcanzando un máximo entre la hora y dos horas después de comer y a partir de ahí empieza a bajar.
Lo normal es que la bajada de azúcar desencadene el hambre. El bebé se active, empiece a mostras incomodidad y se le dé una nueva toma.
Pero en ocasiones, algunos bebés tienen bajadas muy rápidas y pasan a una situación en la que están más dormidos. Cuesta despertarles para que coman y eso hace que el azúcar baje aún más. Si la situación se prolonga pueden aparecer otros síntomas de mal funcionamiento del cerebro. El más llamativo son las convulsiones.
Os añado el enlace a un vídeo en el que puede verse una. Si os fijáis el bebé hace sacudidas con la pierna izquierda. Y coincidiendo con eso la concentración de Oxígeno (que mide el aparato con la pantalla) baja. Cuando cede la convulsión la concentración de Oxígeno sube de nuevo.
El azúcar baja en bebés es más frecuente en recién nacidos:
– Con peso elevado. Es frecuente que los hijos de madre diabética lo sean. Son bebés que han recibido mucha azúcar durante el embarazo y como consecuencia han crecido más de lo normal y la consumen con facilidad. En estos bebés es fácil que durante los primeros días se queden con una falta de alimentación que favorezca la bajada de azúcar. Se les suelen hacer controles de azúcar las primeras horas para comprobar que la controlan bien y es recomendable darles de comer con mucha frecuencia.
– Con bajo peso. También los niños que nacen con un peso muy bajo tienen facilidad para tener el azúcar baja. En este caso disponen de muy pocas reservas de energía y al tener una menor capa de grasa en la piel necesitan gastar más para mantener su temperatura que un bebé de peso normal. Igual que en los más grandes lo recomendable es controla el nivel de azúcar y alimentarlos con frecuencia.
Habitualmente en torno a las dos semanas de vida los bebés han ido acumulando azúcar en el hígado. De forma que cuando baja tienen reservas a las que recurrir y las bajadas de azúcar se hacen menos frecuentes.
El niño mayor con bajadas de azúcar
Las bajadas de azúcar son menos frecuentes entre las dos semanas y los 6-7 años. Habitualmente con esta edad los niños se alimentan de forma regular y sus mecanismos de regulación del azúcar suelen funcionar bien.
Pero cuando empiezan a dar el «estirón», unos antes y otros después y especialmente cuando los niños empiezan a definir su conducta alimentaria, es frecuente que reaparezcan.
El caso típico de azúcar baja en niños sanos es el preadolescente que no desayuna bien y se marea en el colegio.
Suele ser un niño o niña que está creciendo rápidamente y que suele desayunar poco o nada. Con las prisas para llegar al colegio muchas veces sale de casa casi en ayunas. Y en el colegio su cerebro consume azúcar a un ritmo superior al habitual. Como la merienda de media mañana llega tras horas de clase, es frecuente que acudan a urgencias por un mareo antes del recreo.
La solución es evidente: Debe desayunar.
En algunos casos los padres dicen que el niño en realidad sí desayuna y que además lo ha hecho con alimentos ricos en azúcar. Ese es a veces el problema. Cuando tomamos alimentos ricos en azúcar sin fibra la absorción es muy rápida. Tanto que el cuerpo libera insulina para bajarla y a veces la bajada viene como respuesta al subidón de azúcar previo.
Para evitarlo lo que debe tomar son alimentos ricos en azúcar CON FIBRA. Es decir, Fruta (no zumos en los que eliminamos la fibra) y cereales integrales (con su fibra). La fibra hace que la absorción de azúcar sea lenta y mantenida, consiguiendo niveles adecuados de azúcar en sangre durante las horas necesarias hasta la merienda de media mañana.
Azúcar baja por alteraciones en la insulina
Hasta ahora hemos hablado de situaciones en las que el azúcar baja en niños sanos. Pero hay casos en los que la bajada corresponde a un problema en las regulaciones de nuestro cuerpo. La hormona principal encargada de regular esto es la insulina (también los corticoides influyen y algunas otras).
Lo más conocido en este tema es la diabetes. Consiste en un aumento de la glucosa en sangre porque la cantidad de insulina que produce el cuerpo es escasa (tipo I) o porque no tiene suficiente efecto (tipo II).
Los diabéticos necesitan medicamentos o insulina externa que les ayuden a regular el azúcar. Pero a veces, si se come mal, se consume mucha más azúcar de lo habitual (ejercicio, fiebre…) o nos pasamos con la dosis de medicación, el azúcar puede bajar.
Cuando pensamos en diabetes solemos centrarnos en los efectos perjudiciales de tener el azúcar alta. Pero sus problemas suelen ser más a largo plazo. Tiene que subir mucho para dar problemas agudos. Es la cetoacidosis diabética, que suele verse sólo cuando la diagnosticamos.
En el diabético diagnosticado y con tratamiento la situación de emergencia más frecuente no es una nueva cetoacidosis por exceso de azúcar. Lo más habitual que lleva a urgencias a un diabético es el azúcar baja. Como en los bebés puede llegar a provocar convulsiones.
Otra situación mucho menos frecuente que la diabetes es el Hiperinsulinismo. Es una situación en la que el cuerpo produce demasiada insulina haciendo que el niño tolere muy mal el ayuno. Genera mareos o convulsiones muy repetitivas. Debe ser siempre estudiado en niños que a pesar de tener una dieta adecuada tienen bajadas de azúcar frecuentes.