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Cómo saber si un ??bebé tiene frío? o calor?

Evitar que un bebé pase frío o calor orientándonos por sus mecanismos de adaptación

Creo que no hay familia en la que se esté de acuerdo sobre cuánta ropa necesita un bebé. Para unos tendrá frío, para otros calor. ¿Y si miramos al bebé?

La típica discusión:

“ Creo que está muy abrigado, estará el pobre agobiado…”

”Pues yo creo que todo es poco, ¡que se va a resfriar!”

”A mí me han dicho que una capa más de ropa que los que hay a su alrededor”

”¿Pero una capa más que quién? Porque con lo friolera que tú eres vas a cocer al niño…”

Como tantas veces, las respuestas las da el bebé si sabemos mirarlo.

Mecanismos de los bebés para regular su temperatura

Como en muchas otras cosas los bebés están mejor preparados de lo que pensamos. Son capaces de adaptarse a ambientes cambiantes. Porque en ello les va la vida.

Como sabéis me gusta desdramatizar. Nos preocupamos demasiado por cualquier aspecto que afecte a un bebé. Así que empecemos desterrando mitos:

– Como cualquier ser humano un bebé acepta sin problema cambios de temperatura dentro de lo razonable.

– No se va a resfriar por pasar un poco de frío.

– No le da un golpe de calor con pasar un poco de calor.

– Antes de que una temperatura del entorno genere un problema en la salud del niño con exceso o falta de calor el bebé activa mecanismos muy evidentes para intentar adaptarse. 

Y son esos mecanismos los que nos permiten saber de verdad si un bebé está o no bien abrigado.

Estos mecanismos son fundamentalmente dos:

La postura. Si nos encogemos reducimos la superficie en contacto con el entorno. Si nos estiramos y abrimos las extremidades aumentamos esa superficie.

– El riego de sangre en la piel. Si aumentamos el riego de sangre en la piel se elimina más calor. Si queremos ahorrar calor, reducimos el riego de sangre en la piel.

Si ves a un bebé con la piel muy roja y las extremidades extendidas, está intentando liberar calor. Ayúdale quitando ropa.

Si ves a un bebé con la piel moteada, entre pálida y azulada, encogido en un ovillo, está intentando no perder calor. Ayúdale poniendo ropa.

Así de simple. Olvida la opinión de los demás y ayuda al bebé a hacer lo que intenta.

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Salpullido por Calor en Bebés: Sudamina

Salpullidos por calor o sudaminas en bebésSalpullidos en los bebés pueden aparecer por muchas causas. Una de las más frecuentes es el Calor, cuando sudan más de lo habitual los poros se irritan. Es lo que llamamos sudamina.

La piel de los bebés es más delicada que la nuestra. Durante el embarazo ha estado sometida a unas condiciones muy estables de color y humedad y no habías sustancias agresivas.

Pero cuando un bebé nace todo eso cambia. Tiene un contacto constante con todo lo que le rodea en este nuevo mundo. Y es un mundo cambiante. La humedad y la temperatura varían con el paso de las horas y cada día es diferente.

Como no están acostumbrados a esos cambios suelen reaccionar a ellos de forma bastante exagerada:

  • Cuando notan frío, aunque sea leve, su piel se asemeja a la nuestra cuando estamos helados.
  • Cuando notan calor sudan con más intensidad.
  • Cuando algo irrita mínimamente su piel reaccionan con salpullidos evidentes.

Son muchas las causas que pueden hacer que aparezcan salpullidos, erupciones o granitos en la piel de un bebé. Uno de los más comunes es el calor.

Cómo es el Salpullido por Calor en los Bebés

sudamina en bebé
Sudamina en bebé
Brote de dermatitis atópica por sudor
Brote de dermatitis atópica por sudor

Es una irritación de la piel del bebé:

  • Es un salpullido en forma de muchos granitos pequeños. Ya que es la irritación de cada uno de los poros del sudor de la zona irritada.
  • Este salpullido afecta a zonas de la piel donde la temperatura de la piel sube con más facilidad: Habitualmente en los pliegues de los codos y en la zona superior del tronco. Más en la zona posterior si el bebé tiene algo de pelo largo o aparece tras estar un rato pasando calor tumbado boca arriba.
  • El salpullido parece tras pasar más calor de lo habitual. Surge cuando suda más de lo normal por un calor que supera a lo que está acostumbrado.
  • Es un salpullido que mejora con facilidad si refrescamos inmediatamente al bebé. Si le quitamos ropa, limpiamos su sudor y refrescamos su piel con un baño suele mejorar.
  • En algunos casos, cuando el bebé tiene piel atópica o la sudoración es excesiva durante mucho tiempo la piel se deteriora facilitando que cualquier irritante cause mayor reacción apareciendo una dermatitis más permanente en esa zona y que no cede con sólo refrescar al bebé.

Qué hacer para evitar los Salpullidos por Calor en los Bebés.

Cuando es posible reducir el calor al que se somete al bebé. 

Esto depende de varias cosas: 

  • La ropa que ponemos al bebé. Tendemos a veces a abrigar demasiado a los bebés y eso los lleva a sudar más para compensar el exceso de temperatura.
  • La regulación de la temperatura que hay en el ambiente. Podemos hacerlo ventilando adecuadamente la habitación, bajando persianas durante las horas de más calor y permitiendo que se ventile abriendo las ventanas en las horas de menos calor. O usando el aire acondicionado.

Por lo tanto, para que un bebé sude menos y evitar los salpullidos por calor debes evitar abrigarlo en exceso y mantener una temperatura razonable en la habitación.

Normalmente las sudaminas o salpullidos por sudor aparecen con facilidad en verano. En muchos casos durante esta estación son inevitables. Pero cuando aparecen en invierno es un signo claro de que tenemos la calefacción demasiado fuerte o al bebé muy abrigado.

Como en todo, hay niños que sudan más y lo hacen con más facilidad ante excesos mínimos de calor o simplemente con moverse un poco. Y eso hace que en las mismas condiciones algunos bebés necesiten que los abriguemos mucho menos.

Una vez que la sudamina ha aparecido podemos hacer que el salpullido desaparezca. Para eso hay medidas desde lo más simple a medios más potentes:

  • El paso básico es reducir la temperatura a la que está sometido el bebé, refrescando el ambiente o quitándole ropa.
  • Si con eso no mejora, refresca su piel dándole un baño.
  • Si tras el baño no cede puedes usar cremas hidratantes para pieles irritadas. 
  • Cuando no mejora ni aún así y ha desarrollado ya una dermatitis más persistente pueden ser necesarias cremas con antiinflamatorios como los corticoides. Lo ideal es que no tengamos que llegar a esto. Pero si hace falta es mejor usarlos pronto, porque tratar con corticoides cuando hace poco que ha aparecido la dermatitis hace que ceda en pocos días, mientras que si la dermatitis lleva ya muchos días o semanas podemos necesitar el tratamiento mucho más tiempo.

Por supuesto, antes de aplicar corticoides debería valorarlo el pediatra por si lo que tú crees que es un salpullido por sudor no lo es y precisa un tratamiento diferente.

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Qué Ropa necesita un Bebé

Qué ropa necesita un bebé para no pasar frío ni calor

Una de las dudas más frecuentes y de esas en las que se suelen aplicar reglas simplistas y absurdas: «¿Qué ropa necesita un bebé para no pasar frío o calor?»

Vamos a empezar con lo que muchas veces he oído: «Para que un bebé tenga la ropa adecuada, hasta los 3 meses dos capas más que los adultos que hay a su alrededor, desde los 3 meses a los 6 una más que los que hay a su alrededor y desde los 6 meses las mismas capas que los que hay a su alrededor.»

Primera cuestión: 1, 2 capas más ¿que quién? Que la madre, que el padre, que la abuela… Porque a su alrededor puede haber gente más friolera y más calurosa.

Lo único real de esta típica recomendación es que los bebés cuanto más pequeños, menos capacidad tienen para controlar su temperatura. Y eso hace que en ambientes fríos puedan necesitar más abrigo que los adultos. Pero ahí se acaba lo útil que puede sacar de ella.

El problema es que no es raro que tienda a abrigarse demasiado a los niños incluidos por esa idea.
¿Conocéis la definición de «Abrigo»? Es lo que se pone al niño cuando la madre tiene frío.

Ya en serio:

Mira a tu hijo y olvida las reglas simplistas.

Al principio los padres novatos no conocen casi nada de su hijo. Por eso preguntas como la del título tienen sentido.

Ante la inseguridad y la falta de conocimiento se tiende a dar a los padres reglas sencillas que les sirvan de guía. Pero suelen ser entre absurdas y claramente prescindibles.

Pero la respuesta suele estar en observar al bebé y tener algunas ideas claras. Voy a intentar transmitirlas.

Los bebés reaccionan de forma mucho más evidente que nosotros a los cambios de temperatura.

Esto se debe a que por su inmadurez tienen unos mecanismos de regulación que no se han afinado aún lo suficiente. Todos los seres humanos regulamos nuestra temperatura por medio de una serie de reacciones que facilitan la conservación de calor o su eliminación del cuerpo. Estas reacciones en los niños son más intensas y por tanto visibles que en los adultos, y se desencadenan ante cambios de temperatura menores.

¿Cómo reacciona un bebé cuando tiene poca ropa?

Tener frío consiste en que la temperatura del exterior sea tan baja respecto a la del propio cuerpo que se pierda calor rápidamente a través de la piel. Cuando el cuerpo de un bebé nota eso hace algo evidente: Reduce el riego de sangre en la piel. Es algo muy básico. Si aplicas frío sobre una zona del cuerpo sus vasos sanguíneos se estrechan reduciendo el riego de sangre.

La sangre pasa por los órganos internos antes de ir hacia la piel. Lleva nutrientes y oxígeno, pero también lleva calor. Es un líquido que se puede calentar al pasar por el interior del cuerpo y se puede enfriar cuando pasa por la piel. Por eso reducir el riego de sangre en la piel es una forma de conservar el calor del interior del organismo.

Cuando esto ocurre notamos cambios en la coloración de la piel:

  • Las zonas en las que el riego de sangre es más superficial, como las ojeras o las uñas se amoratan.
  • La piel en general se vuelve pálida o aparece como una red en la que hay zonas rosadas y zonas blanquecinas. Es como si las distintas partes de la piel recibieran sangre por turnos. Es algo que puedes ver con facilidad cada vez que sacas al bebé del baño.

¿Cómo reacciona un bebé cuando tiene demasiada ropa?

Al revés del caso anterior, si tiene más calor en el organismo del necesario puede eliminarlo aumentando el riego de sangre en la piel. Al hacerlo la sangre se enfría más rápidamente.

Lo que apreciamos es que el bebé tiene la piel muy enrojecida.

El otro mecanismo para eliminar calor es humedecer la piel (sudar). Cuando el sudor se evapora, reduce la temperatura de la piel.

En resumen:

Independientemente del número de capas de ropa que lleven los que hay a su alrededor:

  • Si un bebé tiene la piel pálida o como una red, las uñas y las ojeras moraditas, en principio necesita que lo abriguen.

  • Si un bebé tiene la piel enrojecida y/o con sudor, necesita que le quiten ropa.

Olvida reglas simplistas y comprende mejor los signos que te da tu hijo.

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Niños que se despiertan por frío o calor

Niños que de noche se destapan. Ropa para dormir. Duerme destapado. Suda mucho de noche.

Un tema que agobia a bastantes padres es evitar que el niño pase frío de noche “para que no se resfríe” (aunque se resfriará cuando le toque, pase frío o no).

En algunas casas, por la noche se desarrolla lo que yo llamo “la guerra de las mantas”:

  • Acostamos al niño y lo arropamos.
  • Al rato el niño pasa calor, suda y se destapa. Lo que significa que estamos poniendo demasiada ropa de cama o la calefacción demasiado alta.
  • Cuando los padres se pasan a verlo, porque piensan que se va a destapar, efectivamente lo ha hecho y con el sudor se ha quedado helado.
  • Vuelven a taparlo con la misma ropa excesiva y vuelta a empezar, de nuevo pasa calor y se destapa.

Hay dos opciones:

  1. No es raro que el problema sea que le ponemos demasiadas mantas.
  2. Pero también ocurre cuando los niños son muy inquietos y no paran de moverse toda la noche (lo que es muy frecuente entre el año y los tres o cuatro años).

En los casos en que los niños son muy inquietos lo que yo recomiendo acostarlo sobre la cama sin mantas, con el número de pijamas que creamos que necesita para no pasar frío, y una temperatura de la habitación adecuada y constante durante la noche.

¿Cómo sabemos si tiene suficiente con uno, dos, tres… pijamas?

Sencillo. Míralo un par de veces en la noche: Si suda mucho, le sobra ropa. Si lo notas frío y encojido, le falta.

Es la única forma de que no estén continuamente entre “el pollo cocido y el pollo helado”.

Lo malo no es que pase calor o frío. Lo peor es el cambio intermitente de temperatura que sufre el niño por la «guerra de las sábanas».

En algunos casos son estos cambios en la temperatura del niño los que hacen que duerma mal, como en situación de alerta, favoreciendo que despierte con más frecuencia y que al día siguiente esté más nervioso e irritable.