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Peritonitis en niños

Peritonitis en niños

Si tu hijo tiene Peritonitis, aclara tus dudas. ¿Qué es? ¿Porqué ocurre? ¿Cómo se diagnostica y se trata una peritonitis?

Este artículo pretende aclarar las dudas más frecuentes que tienen los padres de un niño con Peritonitis.

Pero son el Pediatra y el Cirujano los que tienen los conocimientos necesarios para decidir cómo diagnosticar y tratar a vuestro hijo.

¿Qué es la Peritonitis?

El Peritoneo es una membrana que envuelve a las vísceras del abdomen.

En su interior hay un espacio (el peritoneal) en el que habitualmente hay muy poco líquido.

Cuando una infección llega a esas membranas y anida en ellas, las inflama estimulando la secreción de líquido.

Esa inflamación es la Peritonitis.

¿Cuáles son las causas más frecuentes?

Lo más habitual es por perforación del intestino. En su interior hay muchos gérmenes. Y si se perfora permitiendo que pasen al espacio que hay dentro de la membrana crecen en ese lugar.

Las principales enfermedades que pueden acabar en Peritonitis en un niño son:

– Apendicitis.

– Heridas que atraviesan la pared del abdomen.

– Invaginación intestinal.

– Hernias.

– Infecciones de orina graves.

¿Qué siente un niño con peritonitis?

Suele dar un dolor de barriga muy intenso y constante.

No hay ratos que duele mucho y ratos que se pasa. Cuando la barriga duele mucho, pero de forma intermitente son espasmos del intestino.

El dolor es insoportable, continuo y en aumento. No hay momentos en los que el dolor parece desaparecer.

Al tocar la barriga, está dura y el niño reacciona inmediatamente con dolor.

En un principio puede acompañarse de diarrea. Pero a veces, después se paraliza el intestino, estriñéndose.

Casi siempre la fiebre es alta, y hay muy mal estado general. Si cuando pasa el dolor el niño está bien, no es una peritonitis.

¿Cómo se diagnostica la Peritonitis?

Se puede sospechar por los síntomas que la acompañan y hay pruebas que la pueden confirmar:

– La Ecografía o el TAC abdominal pueden usarse para localizar Líquido en el espacio peritoneal.

– Junto a una analítica que nos indique que hay una infección grave. En la analítica suele haber un aumento de los leucocitos (es peor si están bajos porque puede indicar que el sistema defensivo no tiene ya capacidad de respuesta), con muchos neutrófilos, que son los que luchan contra las infecciones bacterianas. Hay también marcadores de infección como la PCR o la Procalcitonina, que en la peritonitis están muy elevadas.

Tratamiento de la Peritonitis

El tratamiento suele precisar de antibióticos a dosis altas por vena y de cirugía para resolver el foco desde el que apareció la infección. Por supuesto esta infección siempre se trata ingresando al niño en el hospital.

Secuelas más frecuentes de la peritonitis en niños

En muchos casos las peritonitis se resuelven sin dejar secuelas. Pero a veces sí pueden quedar algunas:

  • Bridas intestinales. Cuando la infección produce cicatrices en el peritoneo estas pueden estrecharse con el tiempo y dar problemas al comprimir alguna zona del intestino. Por eso en cualquier niño que haya sufrido una peritonitis conviene que sea seguido con más atención. Especialmente debemos vigilar si aparecen dolores de barriga persistentes o vómitos sin causa clara.
  • Recaídas. A veces se consigue eliminar la infección casi por completo, pero queda alguna zona en la que la infección o acaba de limpiarse pudiendo volver a desarrollarse. Por eso en las semanas siguientes a una peritonitis, si aparece fiebre y no hay un foco evidente que la ocasione o no sigue la evolución habitual hay que descartar una recaída de la peritonitis.

Ante cualquier duda, tras una peritonitis, si aparece dolor persistente de barriga o fiebre de origen desconocido, lo mejor es que consultes de nuevo en el hospital donde le operaron.

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Mastoiditis en niños

mastoiditis en niños

La Mastoiditis es una complicación que aparece a veces en infecciones de oído. Puede ser grave y suele necesitar tratamiento hospitalario.

Es la complicación más frecuente de una infección de oído. Pero aún así no es habitual.

¿Qué es una Mastoiditis y cómo se origina?

Detrás del oído hay un bulto que todos tenemos. Al tocarlo es duro. Es un bulto de hueso llamado apófisis Mastoides.

apófisis mastoides

Su interior es poroso.

A veces una infección de oído puede extenderse a su interior acumulando pus.

Eso es la Mastoiditis.

Lo que podemos apreciar es un bulto doloroso, enrojecido y caliente tras la oreja.

Para que aparezca esta complicación un niño debe tener una otitis con infección bacteriana en el oído medio. Y esto no es tan frecuente como creemos. La mayoría de las otitis medias son producidas simplemente por acumulación de moco a presión tras el tímpano.

Hay niños que tienen tendencia a sufrir otitis de este tipo simplemente porque tienen las vegetaciones grandes o la salida de ese moco hacia la garganta no se hace bien a través de la Trompa de Eustaquio.

Como consecuencia el moco tiende a acumularse. En muchos casos esto produce un dolor que aparece cuando está tumbado un rato (de noche o en la siesta) y que cede cuando lleva un rato incorporado. Ya que tumbado el moco cae hacia el oído aumentando la presión y cuando se incorpora un rato el moco vacía hacia la garganta bajando la presión.

Cuando un dolor de oído es permanente y no cede tras un rato de estar incorporado pensamos que realmente puede haber infección en el oído.

A veces puede llegar a perforar el tímpano y salir la supuración hacia fuera. Aunque pueda asustar, suele ser positivo. Ya que cuando la pus sale el dolor mejora y es más fácil que el cuerpo elimine la infección.

La mayoría de las Mastoiditis se producen precisamente porque el tímpano no se perfora, retiene la infección a presión y acaba extendiéndose a zonas próximas como la mastoides. Aunque en algunos casos puede llegar a aparecer la mastoiditis incluso tras perforarse el tímpano.

El tratamiento de la Mastoiditis

En un principio el tratamiento es antibiótico. En casos muy leves se puede dar por boca.

Pero en muchos casos es necesario administrarlos por vía intravenosa (en suero) para que el antibiótico alcance suficiente concentración en el foco de la infección. Esto significa ingreso hospitalario para administrar el tratamiento.

Tras poner el tratamiento se controla la evolución valorando al niño y haciendo analíticas:

  • Lo normal es que la fiebre empiece a bajar 24-48 horas después de iniciar el tratamiento antibiótico. Si no es así hay que pensar en que el germen causante sea resistente a este antibiótico, que haya que subir la dosis o que haya que drenar la Mastoiditis.
  • La inflamación tras la oreja y el dolor deben también empezar a reducirse claramente.
  • Hacemos analíticas en las que nos fijamos sobre todo en dos aspectos:
    • Leucocitos. Son las células del sistema defensivo en sangre. Cuando una infección bacteriana es grave pueden estar altas o bajas, pero tienen sobre todo un tipo de leucocitos, los neutrófilos. Son los que luchan contra las bacterias.
      • Si suben los leucocitos. En principio es un signo de que la infección es intensa y el cuerpo se está defendiendo. Un aumento de los leucocitos tras iniciar el tratamiento antibiótico suele indicar que el germen causante es resistente.
      • Si bajan los leucocitos. Si tras iniciar el tratamiento antibiótico los leucocitos van bajando con mejora del estado general del niño, bajada de la fiebre y reducción de la inflamación tras la oreja, es una buena señal. Pero si bajan con empeoramiento de lo demás es muy mala señal. Significa que el sistema defensivo del niño se está agotando.

Cuando a pesar del tratamiento antibiótico intravenoso la evolución no es buena, puede ser necesario operar para que salga el pus hacia fuera. Si se opera suele dejarse un drenaje para que la pus salga con más facilidad y tras unos días se cierra.

Como en todas las enfermedades infecciosas graves debemos tener claro que hay que confiar en los profesionales que atienden a nuestro hijo. Y que cuantos más días pasen sin empeorar la situación más probable es que se cure.

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