Problemas con la comida en niños debidos al consumismo de nuestra sociedad.
La comida se ha convertido en mucho más de lo que es su función natural de suministro de energía y material para el cuerpo.
Hoy en día es excepcional la reunión social que no se realiza en torno a la comida:
Comidas de negocios, familiares, de navidad, de año nuevo, de noche vieja, bodas, bautizos, comuniones, cumpleaños, despedidas de soltero…
Y cada vez son celebraciones en las que la comida resulta dentro de un ambiente general de exceso, más desproporcionada.
Mis padres no eran ricos, cuando se casaron, invitaron a sus amigos y familiares a chocolate con churros. Pero esa era la norma.
Hoy en día cualquier boda sin una comida con entrantes, dos platos, postre y barra libre es “de muertos de hambre”.
Los Bautizos y las Comuniones han alcanzado el nivel de las bodas.
Los cumpleaños son cada vez más estrambóticos en una especie de competencia por no ser menos que los padres de los amiguitos de nuestro hijo.
Parece imposible quedar simplemente para dar un paseo sin empezar o acabar comiendo. O hacer directamente rutas de tapeo en las que paramos para volver a comer cada 100 metros (especialmente en el sur: vivo en Granada, la ciudad de las tapas gratis).
“Ir de campo” se ha convertido en llegar en coche a un merendero, andar cien metros hasta la barbacoa libre más cercana e hincharnos a comer.
En realidad no puede decirse que no se haga ejercicio: tan sólo acarrear la cantidad de comida, bebida y mobiliario que se lleva a una de estas “excursiones a la naturaleza” es un ejercicio sobrehumano.
En todas estas ocasiones y otras más (cine, centro comercial…), acabamos comiendo comida de mala calidad y en cantidades innecesarias para nuestra nutrición.
Y los niños están dentro de esa forma de hacer las cosas. Les ofrecemos de forma totalmente desordenada esa comida de mala calidad en función, no de sus necesidades, sino de nuestros planes sociales.
¿La consecuencia?
Una obesidad infantil en aumento y una dieta en general difícil de mantener mínimamente sana.
¿La solución?
Actividades de ocio más sanas y activas.
Procurar tener una alimentación en la que cuidemos más de la calidad.