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Salpullido por Calor en Bebés: Sudamina

Salpullidos por calor o sudaminas en bebésSalpullidos en los bebés pueden aparecer por muchas causas. Una de las más frecuentes es el Calor, cuando sudan más de lo habitual los poros se irritan. Es lo que llamamos sudamina.

La piel de los bebés es más delicada que la nuestra. Durante el embarazo ha estado sometida a unas condiciones muy estables de color y humedad y no habías sustancias agresivas.

Pero cuando un bebé nace todo eso cambia. Tiene un contacto constante con todo lo que le rodea en este nuevo mundo. Y es un mundo cambiante. La humedad y la temperatura varían con el paso de las horas y cada día es diferente.

Como no están acostumbrados a esos cambios suelen reaccionar a ellos de forma bastante exagerada:

  • Cuando notan frío, aunque sea leve, su piel se asemeja a la nuestra cuando estamos helados.
  • Cuando notan calor sudan con más intensidad.
  • Cuando algo irrita mínimamente su piel reaccionan con salpullidos evidentes.

Son muchas las causas que pueden hacer que aparezcan salpullidos, erupciones o granitos en la piel de un bebé. Uno de los más comunes es el calor.

Cómo es el Salpullido por Calor en los Bebés

sudamina en bebé
Sudamina en bebé
Brote de dermatitis atópica por sudor
Brote de dermatitis atópica por sudor

Es una irritación de la piel del bebé:

  • Es un salpullido en forma de muchos granitos pequeños. Ya que es la irritación de cada uno de los poros del sudor de la zona irritada.
  • Este salpullido afecta a zonas de la piel donde la temperatura de la piel sube con más facilidad: Habitualmente en los pliegues de los codos y en la zona superior del tronco. Más en la zona posterior si el bebé tiene algo de pelo largo o aparece tras estar un rato pasando calor tumbado boca arriba.
  • El salpullido parece tras pasar más calor de lo habitual. Surge cuando suda más de lo normal por un calor que supera a lo que está acostumbrado.
  • Es un salpullido que mejora con facilidad si refrescamos inmediatamente al bebé. Si le quitamos ropa, limpiamos su sudor y refrescamos su piel con un baño suele mejorar.
  • En algunos casos, cuando el bebé tiene piel atópica o la sudoración es excesiva durante mucho tiempo la piel se deteriora facilitando que cualquier irritante cause mayor reacción apareciendo una dermatitis más permanente en esa zona y que no cede con sólo refrescar al bebé.

Qué hacer para evitar los Salpullidos por Calor en los Bebés.

Cuando es posible reducir el calor al que se somete al bebé. 

Esto depende de varias cosas: 

  • La ropa que ponemos al bebé. Tendemos a veces a abrigar demasiado a los bebés y eso los lleva a sudar más para compensar el exceso de temperatura.
  • La regulación de la temperatura que hay en el ambiente. Podemos hacerlo ventilando adecuadamente la habitación, bajando persianas durante las horas de más calor y permitiendo que se ventile abriendo las ventanas en las horas de menos calor. O usando el aire acondicionado.

Por lo tanto, para que un bebé sude menos y evitar los salpullidos por calor debes evitar abrigarlo en exceso y mantener una temperatura razonable en la habitación.

Normalmente las sudaminas o salpullidos por sudor aparecen con facilidad en verano. En muchos casos durante esta estación son inevitables. Pero cuando aparecen en invierno es un signo claro de que tenemos la calefacción demasiado fuerte o al bebé muy abrigado.

Como en todo, hay niños que sudan más y lo hacen con más facilidad ante excesos mínimos de calor o simplemente con moverse un poco. Y eso hace que en las mismas condiciones algunos bebés necesiten que los abriguemos mucho menos.

Una vez que la sudamina ha aparecido podemos hacer que el salpullido desaparezca. Para eso hay medidas desde lo más simple a medios más potentes:

  • El paso básico es reducir la temperatura a la que está sometido el bebé, refrescando el ambiente o quitándole ropa.
  • Si con eso no mejora, refresca su piel dándole un baño.
  • Si tras el baño no cede puedes usar cremas hidratantes para pieles irritadas. 
  • Cuando no mejora ni aún así y ha desarrollado ya una dermatitis más persistente pueden ser necesarias cremas con antiinflamatorios como los corticoides. Lo ideal es que no tengamos que llegar a esto. Pero si hace falta es mejor usarlos pronto, porque tratar con corticoides cuando hace poco que ha aparecido la dermatitis hace que ceda en pocos días, mientras que si la dermatitis lleva ya muchos días o semanas podemos necesitar el tratamiento mucho más tiempo.

Por supuesto, antes de aplicar corticoides debería valorarlo el pediatra por si lo que tú crees que es un salpullido por sudor no lo es y precisa un tratamiento diferente.

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Dermatitis peribucal por la saliva en niños

Dermatitis Perioral por Saliva en Niños y Bebés

La saliva puede «quemar» la piel alrededor de la boca. Es la causa de un enrojecimiento muy típico de algunos preescolares. Veamos cómo solucionarla.

Como podéis apreciar en la fotografía que encabeza el artículo, este niño presenta un enrojecimiento de la piel bajo el labio inferior.

Para los que puedan suponer que es por el chupe, este niño ni tiene chupe ni se chupa el dedo.

La erupción llega hasta un límite muy claro, donde él es capaz de extender la saliva con su lengua o con los dientes superiores.

Este niño hace con frecuencia un movimiento que parece un tic. Es como si mordiese su labio inferior una y otra vez y frota continuamente la zona con la lengua. El resultado final es que aplica saliva constantemente sobre la piel de esa zona. Hasta donde llega con la lengua o los dientes.

La saliva tiene componentes que están ahí para ayudar a digerir los alimentos. Las mucosas del interior de la boca y los labios (aunque algo menos) están preparados para resistir su efecto. Pero la piel no. Es como si sobre ella aplicásemos un ácido suave, pero de forma repetitiva.

Esto empeora en invierno, porque la piel con el frío reduce su riego sanguíneo y con ello su capacidad de repararse y resistir las agresiones.

La pregunta del millón: ¿Qué crema le echo para que se cure?

Las hay, y bastante efectivas. El problema es que echas la crema, se cura. Dejas de echar la crema, él sigue con la costumbre de aplicar saliva sobre la zona y la irritación vuelve a aparecer.

Y además es la pescadilla que se muerde la cola, porque la razón por la que se aplica la saliva una y otra vez es que nota la piel irritada y aplicar saliva, en el momento alivia.

Para que se entienda suelo explicarlo así:

Imagina que te aplicas todos los días una gota de ácido sulfúrico sobre el dorso de la mano y me preguntas qué crema aplicarte para que se cure. Evidentemente lo esencial no es la crema, puede ayudar, pero lo más importante es que dejes de echarte el ácido sulfúrico.

Por eso resolver la dermatitis por saliva tiene dos actuaciones que deben hacerse a la vez y son igualmente importantes:

  • Insistir al niño en que no se aplique constantemente saliva. 
  • Aplicar una crema que tenga las siguientes funciones:
    • Calmante. Para aliviar la irritación y que así el niño no sienta la necesidad de aplicarse continuamente la saliva.
    • Regeneradora de la piel: Para facilitar que la piel dañada se recupere lo antes posible.
    • Reconstrucción del manto graso de la piel. Aquí son útiles las grasas ricas en Omegas como la Manteca de Karité. 
    • Antiirritante o antiinflamatorio. Para esto lo típico son los corticoides. Pero en zonas de piel delicadas como la de alrededor de la boca es mejor evitarlos y hoy en día hay sustancias de origen vegetal, menos agresivas, que pueden lograr efectos similares.

Yo suelo recomendar que a parte de insistir «una y otra vez» en que no se dé con saliva se apliquen una crema de este tipo antes de dormir cada día y en los niños un poco mayores, tengan algo que aplicarse del mismo tipo cuando se noten labios o piel irritada. Para eso hay productos similares en forma de Stick (protector labial) o Bálsamo como los botecitos de vaselina de toda la vida.

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Granitos en la cara del bebé

Granitos en la cara de los bebés. Hay varios tipos. Te explico la diferencia entre unos y otros, qué los causa y sin necesitan tratamiento o no.

Hay muchas cosas que son normales en los bebés pero pueden resultar llamativas. Entre ellas, las lesiones de la piel son una de las más evidentes.

En las primeras semanas de vida es muy frecuente que aparezcan lesiones como la que ves en esta imagen. Son granitos en la cara del bebé.

Si te fijas, en el surco de la nariz se ven unos puntitos blancos sin inflamación. Y en la mejilla son más evidentes otros que a cualquiera le recuerdan a las espinillas del acné.

Exactamente eso son los granitos. Acné «juvenil».

Tiene nombres muy diferentes dependiendo de la zona geográfica.

Los puntos blancos que se ven el el surco de la nariz son glándulas de producción de grasa que tienen el poro cerrado. Conforme pasan los días desde el nacimiento se van haciendo más evidentes. La mayoría acaban abriéndose y desapareciendo y otros siguen creciendo.

Las hormonas sexuales de la madre han pasado durante el embarazo a través de la placenta. Uno de los efectos que hacen en el bebé es aumentar la secreción de grasa en la piel de la cara, el cuero cabelludo y la mitad superior del tronco. Da lugar a Dermatitis Seborreica.

Dependiendo de cada bebé en unos es más evidente y en otros menos. Podemos ver:

  • Glándulas de secreción de grasa cerradas. Por aquí suelen llamarlas «engordaderas». Lo que en realidad no hace mucho honor a la realidad, porque las tienen incluso los más delgados. Son muy habituales en las primeras semanas. Pero van desapareciendo poco a poco. A veces permanece alguna que vemos como un puntito blanco que abulta sobre la piel. Simplemente tiene la grasa retenida por una capa muy fina de piel que impide que salga. Acaba rompiéndose y saliendo antes o después.
  • Espinillas. Como las que se ven en la mejilla del bebé de la fotografía. Son como el caso anterior, pero que están infectadas por los gérmenes que viven sobre nuestra piel. Se ve el granito colorado con la punta amarillenta. Pese al aspecto que presentan los granitos, en su mayoría desaparecen solos sin hacer nada. Esto no ocurre así en la pubertad, porque los adolescentes se tocan los granos y producen un contagio de unos poros a otros. Pero el bebé no se toca y la espinilla desaparece lo mismo que llegó.
  • Costra láctea. En las zonas cubiertas de pelo, el exceso de secreción grasa hace que las células muertas de la piel se peguen unas a otras y se descamen en escamas. Es igual que la caspa del adulto. Pero toma un aspecto que es muy difícil ver fuera de la edad de lactante. A veces una costra amarillenta de varios centímetros que ocupa una parte importante de la cabeza.  Esto pasa de nuevo porque el bebé no se toca. Mientras que en niños mayores y adultos se rascan porque puede picar, y eso hace que se descame sin llegar a hacer la costra.
  • Grietas en el borde inferior de las orejas. La secreción de grasa se acumula con facilidad en le surco que separa la cara del lóbulo de la oreja. Y algunos niños tienen en este pliegue incluso una heridita que a veces duele e incluso parece supurar.

Otros granitos en la cara del bebé

A veces aparecen en las primeras semanas de vida otras formas de granitos con causas diferentes:

  • Exantema toxoalérgico. Son más grandes y más que una espinilla es como si le hubiesen picado los mosquitos.
  • Pénfigo del recién nacido. Algunos bebés lo tienen al nacer. La diferencia es que aparece ya al nacer y son como pustulitas con la superficie muy fina que se rompe con facilidad.
  • Dermatitis atópica. Se puede confundir con la dermatitis seborreica cuando descama y la piel está irritada. La diferencia fundamental es que la dermatitis atópica es un eccema seco. Mientras que la seborreica es graso. Si le pones un pañuelo de papel verás que en la atópica no se impregna de grasa, en la seborreica sí.

Tratamiento de la dermatitis seborreica del lactante

En la mayoría de los casos desaparece sola sin hacer nada. Como su causa son las hormonas de la madre, tienen un efecto limitado en el tiempo. Pueden tardar más meses o menos, pero acaban perdiendo su efecto.

Lo último que suele desaparecer es la costra láctea que en algunos bebé puede persistir por encima del año de vida.

Pero los granitos de la cara son cada vez menos frecuentes y muy poco habituales por encima de los 6 meses.

Al bebé no suelen molestarle y por eso, cuando nos planteamos tratarlo suele ser más por motivos estéticos que otra cosa. Porque, si no molestan y acaban desapareciendo solos ¿para qué tratarlos?

Pues eso, si es muy llamativo. Cuando esto ocurre hay varias opciones:

  • Cremas para dermatitis seborreica. Son cremas que favorecen la descamación de las células muertas diluyendo la grasa excesiva. Algunas también tienen algunas sustancias que calman el picor de la descamación o bajan la inflamación.
  • Cremas de corticoides. En los casos en los que es muy intensa pueden mejorar aplicando corticoides. Pero se reserva su uso para los casos realmente llamativos.
  • Corticoides con antibióticos. Cuando en una zona hay un exceso de secreción grasa y células muertas, pueden anidar algunos gérmenes y multiplicarse, dando lugar a una infección. En la dermatitis seborreica, una zona típica de que esto ocurra es el pliegue inferior de la oreja. Suele responder muy bien a las cremas con corticoides y antibióticos asociados.
  • Un error habitual. Como a veces se confunde con la dermatitis atópica, suelo ver bebés a los que están aplicándole cremas especiales para ella y empeoran. Porque la dermatitis atópica tiene una falta de secreción grasa y por tanto las cremas que usamos en ella son especialmente grasas. Es lo último que necesita una piel con dermatitis seborreica.

Ante la duda, como siempre, consulta a tu pediatra o dermatólogo. Pero tranquila, más allá de la estética no suele tener importancia.