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Los bebés se calman en brazos

Los típicos tópicos sobre educación en un tema muy concreto: los niños y los brazos (de sus padres)

«No lo cojas tanto en brazos que se va a acostrumbrar.»

Seguro que os lo han dicho alguna vez. «Y si no os lo han dicho es que tenéis que cogerlo más» (es broma).

Los bebés se calman en brazos. Pues sí. Son muy raros, les gusta que les abracen y sentirse queridos. Yo soy igual de raro. Me gusta que me abracen, el contacto con las personas que me agradan. Sentirme seguro y relajado disfrutando de estar con alguien de quien sólo espero cosas buenas. No dejes que nadie te diga que hacer eso a tu hijo es malo. O pasa totalmente de quien lo haga…

«Los bebés no son capaces de regular el estrés, por lo que depende  del contacto con su figura de apego, su calor y su voz para tranquilizarse y sentirse seguro». Esto es verdad a medias. Los bebés si que son capaces de regular el estrés. Si no dispone de la figura de apego, acabará activando otros mecanismos para superarlo. Ningún niño se muere porque sus padres no puedan atenderle de forma inmediata.

El problema es que son mecanismos que precisan un esfuerzo mucho mayor por parte del niño. Forzarlo a recurrir a esos mecanismos más difíciles no tiene mucha justificación si nuestro único planteamiento es: podría cogerlo y abrazarlo en este momento, pero no se si es bueno que lo haga. Hazlo, por su puesto que es bueno. Pero tampoco te agobies si empieza a llorar justo en el momento que te das cuenta que se está quemando la comida. Puede esperar a que apagues el fuego.

«Un bebé primitivo que no llorase y reclamara los brazos de sus progenitores sería rápidamente capturado por cualquier depredador al acecho». Esto significa que los bebés han adquirido esa necesidad a lo largo de cientos de miles de años de evolución de la humanidad. Si pretendemos que eso cambie, es posible, pero va a costar. A veces las circunstancias familiares lo hacen necesario. Pero si no lo es, mi consejo es que le evites ese esfuerzo de adaptación.

Derivado de lo anterior, los bebés llevados en brazos lloran menos y durante menos tiempo. Esto no sólo se debe a los beneficios directos de la cercanía (movimiento, calor, olor) sino también a que el adulto que le lleva está más atento a los signos de incomodidad que pueda tener el bebé y, por tanto, puede atenderlos antes (por ejemplo, el hambre).

Entonces, ¿en brazos hasta los 18 años?

No. Todo tiene su momento. Yo he llevado mucho en brazos a mi hijo. Gracias a eso y a otras muchas muestras de afecto me he ganado que se preocupe por mi bienestar. Llegó un momento con unos 5 años (es bastante delgado, con lo que no me ha costado hasta ese momento cogerlo) en que ya empezaba a resultarme molesto cogerlo en brazos con mucha frecuencia (dolores de espalda). Pero lo entendió perfectamente. En cuanto le expliqué unas cuantas veces que no lo podía coger tanto como antes porque ya pesaba mucho y luego me dolía la espalda, ha ido dejando de pedirlo, y lo entiende cuando se lo digo. Es bueno, me quiere y no quiere que haga algo que me va a doler.

¿Significa eso que ya nunca lo cojo en brazos?

Pues no. Cuando llegamos a casa tarde y está muerto de sueño lo cojo. Y no sé si le gusta más a él o a mí sentirlo como deja su cabeza vencida sobre mi hombro.

A veces tras una larga caminata (larga para él) me pide que lo coja. Yo ya sé que con que lo lleve unos minutos luego va a entender perfectamente que debe seguir a pie. Es mejor hacerlo así que liarla para que siga andando a buen ritmo cuando realmente ya está cansado. Es lo que hago si tenemos prisa. Si no la hay, pues paramos un poco a descansar y seguimos.

El resumen:

Con los niños todo tiene su momento. Cuando hacemos las cosas de forma razonable, casi siempre el resultado acaba siendo igual de sensato. Se pueden conseguir las mismas cosas de formas muy diferentes. No pretendo que mi hijo sea egoísta, caprichoso ni consentido. Pero reivindico la palabra «mimado». El mío lo es, y me encanta que lo sea. Significa que se siente querido. Pero eso no le impide valerse por si mismo, ser sensato en lo que puede serlo para su edad y saber que a veces no es posible lo que le apetece.

Escoged vuestra propia forma de hacerlo. Aquella con la que os sintáis felices junto a vuestro hijo. Esa es la mejor garantía de éxito criando niños.

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Los bebés necesitan ir en brazos

Soy pediatra y no voy a regañar a una madre por «tener a su hijo en brazos» tanto como desee. ¿Porqué?

Una de las cosas que me resulta llamativa en mi actividad como pediatra es que para muchos padres uno es como el «policía de la crianza» o algo así.

Trabajo en un hospital donde visito a diario a los nuevos padres. Y es frecuente que me comenten como una de sus dudas: «Es dejarlo en la cuna y llora, pero se calla en cuanto lo cogemos. Pero nos han dicho que tenemos que dejarlo en la cuna, que si no se va a acostumbrar a que lo tengamos siempre en brazos.»

Entonces es cuando les explico lo siguiente:

Hay formas diferentes de criar niños.

Existe una que consiste en que los niños deben hacer las cosas que nosotros consideramos adecuadas cuando nosotros consideramos adecuado.

Pero hay otra que se basa en entender que cada niño tiene su propio ritmo. Es mucho mejor entender sus necesidades y que hay un momento adecuado en cada niño para los cambios que generar conflictos innecesarios por querer hacerlos en un momento que no está preparado.

Si escogéis como yo la segunda opción, debemos entender que un bebé necesita que lo cojan. Al nacer ha salido de un ambiente de recogimiento que le inspira seguridad. Verse sólo en un espacio muy abierto le genera inseguridad. Si cuando lo dejas en la cuna llora y si lo coges se calla, tu instinto te dice que lo cojas, tu corazón te dice que lo cojas: ¡Pues cógelo!

Algunos dicen que si se coge a un niño demasiado se le hace inseguro y dependiente. Pero es al revés. Cuando un niño es llevado en brazos con frecuencia y recibe afecto de forma continua se cría sintiéndose querido y seguro. Poco a poco, la curiosidad le hará buscar la separación para explorar el ambiente que lo rodea.

Así que escoged vuestra forma de criar a vuestro hijo. Si lo que os sale es darle afecto constantemente, no os cortéis. Al afecto no hace daño nunca.

Y si vamos a llevar a un niño en brazos hasta que esté preparado para «independizarse» hay cosas que pueden ayudar. Como las mochilas porta bebés. Ayudan a que llevar al niño en brazos sea compatible con un mayor número de actividades y a que hacerlo resulte más cómodo. Las mochilas ergonómicas lo hacen además en la postura más adecuada para el niño.

Si queréis información sobre cual escoger según vuestras necesidades os recomiendo el siguiente enlace. En este formulario una madre experta en porteo os puede asesorar sobre la elección.