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Incontinencia urinaria en el posparto

Incontinencia Urinaria Posparto

Qué hacer para resolver la Incontinencia Urinaria en el Posparto y otras disfunciones del suelo pélvico.

Esta es la segunda colaboración de ensuelofirme.com en nuestra web.

El embarazo y el parto son dos momentos clave en la vida de cualquier mujer, tanto por la multitud de cambios que experimenta en el plano físico, como en el emocional y, sin lugar a dudas, por lo que atañe a la estabilidad e integridad de su suelo pélvico.

Si en la recta final del embarazo, como te contaba en este post  ya era frecuente encontrar mujeres que presentaban escapes de orina al toser o estornudar, el posparto va a ser de nuevo una etapa de riesgo en la que la incontinencia urinaria podrá aparecer o continuar, sumada además a otras posibles complicaciones del posparto, como el dolor al retomar las relaciones sexuales (a menudo provocado por las cicatrices de desgarros o episiotomías practicados en el parto) o la sensación de pesadez en la zona genital (propia del descenso de órganos pélvicos o prolapso).

¿Cómo pueden afectar el embarazo y el parto al suelo pélvico?

El aumento del tamaño del útero, con el crecimiento progresivo del bebé y la placenta, supone un incremento de presión sobre los músculos que cierran la pelvis por su parte inferior, es decir, sobre el suelo pélvico, que ha de contrarrestar este “peso extra” durante los nueve meses de gestación.

Este simple hecho, independientemente de cómo se desarrolle el parto (cesárea o parto vaginal) ya es causa suficiente para el debilitamiento de la musculatura perineal y puede desencadenar una incontinencia urinaria en el posparto.

La manera en que la mujer dé a luz indudablemente también tendrá consecuencias sobre la salud de su suelo pélvico.

Este conjunto de músculos (y otras importantes estructuras) no responde del mismo modo tras un parto natural que instrumental (con fórceps, ventosa, etc.); no sufrirá la misma presión durante unos pujos tumbada y en apnea (aguantando la respiración) que con unos pujos en exhalación y favorecidos por la Ley de la gravedad; no se recuperará igual si ha sufrido una episiotomía o desgarro que si ha sido capaz de elastificarse de forma natural al paso de la cabecita del bebé.

Tanto el aumento de presión mantenido durante la gestación como en el momento álgido del parto puede provocar un debilitamiento y distensión de los músculos perineales, interfiriendo negativamente en:

  • Sus funciones de sostén: el suelo pélvico se encarga de sostener las vísceras pélvicas: vejiga y uretra, útero y vagina, intestinos, recto y ano.
  • Su función de continencia: los músculos del suelo pélvico forman los esfínteres, tanto de la uretra (conducto que comunica la vejiga con el exterior para expulsar la orina) como del ano (de cuyo adecuado cierre depende la continencia de gases y heces). Un fallo en estas estructuras, por debilitamiento muscular o por daño nervioso, puede provocar escapes de orina, incontinencia fecal y dificultad para contener los gases.
  • Su función sexual: unos músculos perineales débiles o hipotónicos, o bien hipertónicos (con un aumento de tensión en estado de reposo) sea por lesión muscular o de los nervios del suelo pélvico, pueden ser el origen de disfunciones sexuales como la aparición de dolor en las relaciones (dispareunia), disminución en la calidad de las mismas, dificultad para llegar al orgasmo, etc.

¿Se puede solucionar la incontinencia urinaria posparto?

En el mejor de los casos, la incontinencia urinaria posparto puede ser transitoria, es decir, resolverse transcurrido un breve periodo de tiempo, una vez que las estructuras pélvicas, los músculos y los nervios perineales recuperan su estado previo al embarazo.

Sin embargo, esto no es lo habitual, y a diario vemos en consulta cómo las mujeres tras haber dado a luz, y a fin de superar la incontinencia urinaria y otras complicaciones asociadas al posparto, necesitan prestar una atención especial a su suelo pélvico durante esta etapa y realizar una reeducación específica de la zona abdomino-pélvica, algo esencial para recuperarse adecuadamente y volver a disfrutar de la vida, en todos los sentidos.

El cuerpo de una mujer durante el posparto viene de sufrir una gran transformación, progresiva, a lo largo de la gestación; pero también súbita, tras el parto. Por ello, necesita la ayuda de determinados especialistas en el cuidado de la mujer durante esta etapa: ginecólogos, matronas y fisioterapeutas de suelo pélvico.

La importancia de la valoración del suelo pélvico en el posparto

Si alguien me preguntara qué me gustaría que me regalasen tras haber dado a luz, sin duda, respondería: una buena rehabilitación del suelo pélvico.

El gran reto en el posparto no es recuperar la talla de pantalón que utilizabas antes de quedarte embarazada. El verdadero reto es lograr que aquellas funciones que tu suelo pélvico realizaba sin que tú fueras consciente, se puedan seguir llevando a cabo.

Retomar tu deporte favorito sin tener escapes de orina, volver a utilizar un tampón durante la menstruación sin que se te caiga, disfrutar de tus orgasmos, practicar la penetración sin sentir dolor, contener las heces o aguantar los gases… pueden ser tarea difícil si tu suelo pélvico sufre una disfunción.

Por ello, una vez transcurridas seis semanas del nacimiento del bebé (ya sea vía vaginal o por cesárea), es necesario acudir a un fisioterapeuta especialista en suelo pélvico que valore el estado de la musculatura abdominal y perineal, y que diseñe un plan de tratamiento para la recuperación integral de la mujer.

Aunque lo ideal sería haber acudido ya durante el embarazo a este profesional, para que valorara nuestros músculos antes del parto y nos diera una serie de recomendaciones tanto para el final de la gestación, como para el día del parto, como para el posparto inmediato y el tardío.

Pero tranquila, si no lo hiciste antes y acabas de ser mamá, en este artículo encontrarás algunas recomendaciones básicas para el cuidado de tu suelo pélvico en el posparto.

¿Cómo puede ayudar la reeducación pelviperineal en la incontinencia urinaria posparto?

En países vecinos como Francia, la seguridad social cubre diez sesiones individuales de fisioterapia para la recuperación posparto. Algo que no es de extrañar, ya que la mayoría de las mujeres presenta algún tipo de disfunción en esta etapa.

Una adecuada valoración abdomino-pélvica, un diagnóstico acertado y un tratamiento profesional por parte de un fisioterapeuta especializado en suelo pélvico son la clave para superar la incontinencia urinaria posparto.

En función del origen de los escapes de orina (bien por debilidad de la musculatura, o por descenso de algún órgano pélvico, o por afectación neurológica), tu fisioterapeuta de suelo pélvico pondrá a tu disposición un amplio abanico de técnicas para paliar y, en la mayoría de los casos, solucionar la incontinencia urinaria.

El uso de herramientas como el biofeedback o la electroestimulación, la práctica de gimnasia abdominal hipopresiva y de ejercicios perineales, el aprendizaje de técnicas de reeducación y entrenamiento vesical, y el mantenimiento de una correcta higiene postural son algunas de las claves para recuperarse, en todos los sentidos, de los efectos que el embarazo y el parto tienen sobre el cuerpo de la mujer.

Tanto si acabas de ser mamá, como si tu bebé ya ha cumplido varios meses de vida, y tienes síntomas de disfunción del suelo pélvico, hazme caso: no te resignes y busca la ayuda de un profesional cualificado.

Tener pérdidas de orina, sentir dolor pélvico o lumbar, ver disminuida la calidad de las relaciones sexuales o cualquier otra anomalía que puedas asociar con tu suelo pélvico no es una consecuencia normal del embarazo o del parto ni un peaje que debas pagar por haber sido madre.

Desde En Suelo Firme trabajamos para ayudar, tanto a hombres como a mujeres, a cuidar su cuerpo de forma integral, con especial atención a la esfera pelviperineal, enseñándoles a conseguir y preservar la salud de su suelo pélvico, en cualquier etapa de la vida, y tengan o no síntomas de disfunción perineal. No te conformes, busca información de calidad y ayuda profesional.

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Incontinencia Urinaria durante el Embarazo

Incontinencia Urinaria en el EmbarazoIncontinencia urinaria en el embarazo. ¿Por qué son tan frecuentes los escapes de orina en embarazadas? ¿Qué puedes hacer para evitarlos?

Laura Rojas, Fisioterapeuta, Ensuelofirme.comEste artículo es una colaboración de Laura Rojas Escudero, Fisioterapeuta del Blog Ensuelofirme.com

Una de cada cuatro mujeres en estado de gestación experimenta pérdidas de orina, de forma involuntaria, ante situaciones como toser, estornudar, reír o coger peso.

Este fenómeno, más habitual durante el último trimestre de embarazo, cuando el volumen abdominal aumenta por el crecimiento del feto y la placenta, se conoce como incontinencia urinaria y a menudo se relaciona con una debilidad de los músculos del suelo pélvico, encargados –entre otras importantes funciones- del cierre del esfínter de la uretra, conducto por el que la orina sale al exterior.

Aunque la incontinencia urinaria en el embarazo es un hecho frecuente, no debe pasarse por alto.

Cada embarazo y cada mujer son diferentes, como lo es cada suelo pélvico, por ello debe estudiarse de forma personalizada cada caso acudiendo a una valoración preparto del suelo pélvico en la que un fisioterapeuta especializado nos indique qué debemos hacer para evitar futuras complicaciones.

¿Por qué aumentan las ganas de hacer pis y aparecen escapes durante el embarazo?

La vejiga es un órgano hueco formado por musculatura lisa involuntaria que se estira para almacenar la orina. Esta distensión muscular desencadena un reflejo que se manifiesta a través de la necesidad o ganas de orinar.

La orina sale de la vejiga por medio de un conducto llamado uretra, en el que existe una zona muscular de control voluntario, el esfínter, que permite o impide la salida de orina mediante su relajación (para orinar) o su contracción (para aguantar la orina, si no tenemos un baño cerca).

Durante el embarazo se produce un aumento de la frecuencia miccional debido a la presión que el útero ejerce sobre la vejiga, disminuyendo su capacidad para distenderse y almacenar la orina y provocando un deseo de orinar más frecuente y con menores volúmenes en su interior.

De cara al último trimestre de embarazo, cuando la presión sobre la vejiga es cada vez mayor, es frecuente que las mujeres sientan ganas repentinas de orinar y que, en algunos casos, esta presión supere la fuerza del esfínter uretral y se produzca la salida de orina de forma involuntaria.

Las pérdidas de orina se asocian a menudo con acciones como toser, reír, estornudar, levantar peso, saltar, etc., situaciones hiperpresivas para la vejiga y para nuestro suelo pélvico, que aumentan la presión sobre la vejiga (ya de por sí “agobiada” por el peso del útero que contiene al bebé y la placenta) y suponen un exceso de tensión sobre los músculos del suelo pélvico, distendiéndolos y debilitándolos.

¿Cómo pueden evitarse los escapes de orina?

Existen distintas herramientas para gestionar con éxito la incontinencia urinaria, tanto durante el embarazo como en el postparto, aunque lo ideal es acudir, a partir del segundo trimestre, a una valoración de la musculatura perineal y abdominal, por parte de un fisioterapeuta especialista en suelo pélvico.

Estos consejos genéricos te ayudarán a tener un mayor control de la musculatura perineal y hacer frente a los escapes de orina:

  1. Entrena tu musculatura perineal: Al igual que cualquier otro músculo del cuerpo, los músculos del suelo pélvico necesitan ser ejercitados para conseguir y mantener una fuerza, tono y elasticidad adecuados, y garantizar así la correcta ejecución de sus funciones, entre ellas la función de continencia de orina, gases y heces. Realizando correctamente y con constancia un plan de ejercicios de suelo pélvico, mejorarás el estado de tu musculatura perineal y ganarás control sobre la misma (relajándola y contrayéndola a voluntad), algo de lo que te beneficiarás tanto a la hora de evitar escapes como de cara al día del parto. RECUERDA: Una contracción del suelo pélvico consiste en cerrar y elevar los orificios perineales (uretra, vagina y ano) hacia el interior de nuestra pelvis, como si quisiéramos evitar que se escapara un gas, o imaginando que cortamos el chorro de orina. Cuando contraigas tu suelo pélvico, no tienes que aguantar la respiración, al contrario: acompaña la contracción de la exhalación del aire por la boca.
  2. Evita las prácticas hiperpresivas sobre el suelo pélvico: Ya que no podemos evitar toser, estornudar o reír, pues, aunque sean hiperpresivas, son situaciones naturales y fisiológicas de nuestro cuerpo, trataremos de evitar el resto de situaciones que suponen un aumento de presión sobre la vejiga y el suelo pélvico como por ejemplo: saltar, correr, gritar o cargar y transportar peso.
  3. Modifica los hábitos que estimulan en exceso tu vejiga: aunque la mayoría de las embarazadas reducen o eliminan totalmente la cafeína de su dieta, has de saber que las bebidas con cafeína o teína (café, bebidas de cola, té), hiperestimulan la vejiga y aumentan su actividad, lo que se traduce en un mayor deseo de orinar y frecuencia de las micciones. Además, se debe evitar el consumo de alimentos picantes, alcohol y bebidas carbonatadas (con gas), que también estimulan la actividad de la vejiga.
  4. Hidrátate correctamente: Nunca hay que caer en el error de reducir el consumo de agua para evitar los escapes de orina. La embarazada debe beber al menos 2 litros de agua al día, distribuidos de forma regular durante la jornada en pequeñas tomas. Con ello conseguirás, además de mantener una hidratación adecuada de cara a evitar el estreñimiento, disminuir el riesgo de sufrir infecciones de orina.
  5. Protégete antes de los esfuerzos: Cada vez que necesites toser, estornudar o cargar algún peso, acuérdate de contraer previamente tu suelo pélvico (imaginando que cierras y elevas los orificios perineales; uretra, vagina y ano). Y recuerda: para hacer una correcta contracción de los músculos del suelo pélvico NO debes contraer los glúteos, ni la musculatura de la cara interna de las piernas (aductores) ni los rectos del abdomen.
  6. Controla el aumento de peso: En general se recomienda que el aumento de peso durante el embarazo no supere los 11-12 kilos. Tanto para evitar la incontinencia urinaria gestacional y postparto, como para sentirte más ágil y evitar otras complicaciones para ti y para tu bebé, es importante cuidar este aspecto ya que, si al aumento de volumen que conlleva el crecimiento uterino, le sumamos un sobrepeso en forma de grasa, los músculos y estructuras del suelo pélvico sufrirán todavía más el aumento de presión y se debilitarán.
  7. Conoce tu patrón miccional con un diario vesical: Una de las herramientas más útiles y sencillas que puedes utilizar para mejorar el control urinario es anotar durante 24 horas el número de veces que haces pis (tanto de día como de noche), el volumen orinado y el número de escapes que se producen así como las situaciones en las que tuvieron lugar. Esto es lo que llamamos diario miccional o vesical, y con él conocerás qué patrón sigue tu vejiga y proporcionarás información de calidad a tu fisioterapeuta si acudes a la valoración prenatal o postparto.
  8. Evita el estreñimiento: Pasar varios días sin ir al WC o realizar importantes esfuerzos cada vez que tenemos que evacuar es una de las prácticas más dañinas para nuestro suelo pélvico. Al debilitamiento que el estreñimiento produce sobre esta musculatura se suma, además, el hecho de que un recto ocupado por heces va a suponer más presión en la zona genitourinaria, empeorando las urgencias y haciendo más difícil controlar la continencia. Una correcta hidratación, la ingesta diaria de fibra y mantenerte lo más activa posible son tres aspectos claves para luchar contra el estreñimiento.
  9. Tonifica tu musculatura abdominal profunda: La práctica de abdominales clásicos perjudica seriamente la musculatura perineal, así que descártalos completamente al en las primeras etapas del embarazo (al final del mismo será imposible que los hagas por el aumento de tamaño de tu abdomen), y olvídate de ellos en el postparto. Lo que sí debes activar y ejercitar es tu musculatura abdominal profunda, el famoso músculo transverso del abdomen, pues se encarga de dar estabilidad al core, al centro de nuestro cuerpo y, además, protege nuestro suelo pélvico. Un movimiento muy sencillo para entrenarlo es el de llevar tu ombligo hacia dentro y hacia arriba, como si quisieras abrazar al bebé con tu tripita, mientras sueltas aire suavemente por la boca.
  10. Mantén una higiene genital adecuada: Las infecciones de orina pueden asociarse a pérdidas involuntarias, por ello es muy importante cuidar la higiene genital en cualquier etapa de la vida, pero especialmente durante el embarazo. Se debe realizar el lavado y secado del área perineal de adelante hacia atrás; evitar la ropa ajustada, usar ropa interior de algodón y evitar baños de espuma, sales olorosas y otros productos que puedan irritar la mucosa vaginal.

Laura Rojas Escudero es fisioterapeuta especialista en suelo pélvico, periodista y coautora del blog En Suelo Firme (www.ensuelofirme.com)