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Más de 500.000 madres en FB y más de 3 Millones de visitas a MPO

Seguimos la escalada. Las visitas a MPO crecen de forma exponencial y la comunidad de Facebook aún más.

Con vuestra participación: Gracias a todos.

Hace menos de 2 meses publicaba un artículo en el que anunciaba que habíamos alcanzado los 2 millones de visitas y 3 meses antes otro artículo en el que os agradecía a todos haber llegado al primer millon de visitas. Tardamos 3 años y medio en lograr el primer millón, 3 meses en el segundo. Menos de 2 meses en el tercero.

 

En el artículo de hace 5 meses publicaba una gráfica en la que me sentía abrumado por haber alcanzado 93000 visitas en un solo mes (enero de 2014)

¡Pero es que en mayo van más de 700.000!

En ese momento nuestra comunidad en Facebook reunía a 40.176 seguidores.

¡Pero es que en este momento son más de 500.000 con un aumento de más de 42.000 cada semana!

Lo que se publica cada semana llega a más de 1,8 millones de personas y se generan más de 3500 comentarios

Todo esto significa que el tiempo que dedico a este proyecto merece la pena, que estoy haciendo algo que ayuda a mucha gente. Y que esta comunidad está muy viva.

MiPediatraOnline en Facebook es una comunidad muy viva y en crecimiento gracias a vosotros:

  • Cada vez que recomendáis esta página a vuestros conocidos.
  • Cada vez que aportáis vuestra experiencia como un comentario.
  • Cada vez pulsáis en me gusta o compartís un artículo en vuestros contactos.
  • Cada sugerencia que me hacéis para escribir nuevos artículos.

Somos todos parte de esta comunidad: Este proyecto es nuestro proyecto.

Gracias por todo y seguid aportando vuestra experiencia, vuestra opinión, vuestro desacuerdo, vuestas dudas…

Si lo hacéis seguiremos creciendo y aprendiendo sobre la salud de nuestros hijos, todos juntos.

 

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El embarazo mes a mes visto por un pediatra

La etapa prenatal es el momento óptimo para prepararnos y desarrollarnos como padres.

Tanto si estás pensando tener un hijo como si ya lo estás esperando, quiero darte mi más calurosa bienvenida. Sí, indudablemente es un acierto que nos conozcamos desde ya, sencillamente porque al igual que a ti, a un pediatra le preocupa la salud de los niños desde el primer momento de embarazo.

Gestar es llevar y sustentar la madre en su seno el embrión o feto hasta el momento del parto, pero

también es preparar y desarrollar la paternidad.

Tu pediatra será el médico que visites con más frecuencia, un compañero de cuyos conocimientos dependerá el buen estado de la salud de tu hijo. La elección de pediatra es pues una tarea concienzuda, incluso ya se recomienda una visita prenatal o primera entrevista previa al nacimiento del bebé, y es que la relación padres-pediatra ha de ser una relación de confianza, con seguimiento adecuado, disponibilidad y diferenciada.

La planificación habitualmente mejora los resultados y el embarazo no es una excepción, siempre que sea posible, resultaría muy interesante comenzar con una adecuada orientación médica previa a  la concepción, ya que una evaluación de la salud de los progenitores nos permite diagnosticar y equilibrar posibles problemas. Existe incluso el llamado “embarazo de 12 meses”, concepto creado por el ginecólogo y obstetra Sergio Peixoto, que recomienda un periodo mínimo de tres meses para favorecer el “ambiente” más propicio mediante el control prenatal, antes de la concepción, son medidas preconcepcionales.

El deseo de todos los padres es buscar las mejores condiciones que favorezcan el correcto desarrollo prenatal de su bebé, si ya estáis esperando a vuestro hijo y no habéis realizado ningún control preconcepción, os recuerdo que la naturaleza es sabia y defiende la supervivencia de la especie, el embarazo dura 9 meses aproximadamente y desde el mismo instante de la concepción, todo el sistema se ha puesto en marcha para propiciar una evolución favorable y el mejor desarrollo del niño.

En esta sección, voy a dedicar un artículo a cada mes del embarazo, con la colaboración de colegas ginecólogos y obstetras, os contaré los principales cambios que se experimentan durante el embarazo, las necesidades que el embrión y el feto van teniendo cada mes del embarazo, los posibles efectos de sus carencias (tanto para la madre como para el bebé) y en general todos aquellos aspectos que consideramos relevantes durante el desarrollo prenatal.

No pretendo descubriros nada que vuestro equipo médico no os haya recomendado o prescrito en vuestro control prenatal, pero si, dar una explicación del objeto de dichas prescripciones y porqué es importante seguirlas para vuestro hijo, sinceramente espero que os resulte tan interesante e importante como a mi.

Además, los pediatras también tenemos mucho que aportar durante el embarazo, previamente al nacimiento del bebé, hay un niño en camino y muchas dudas se pueden resolver antes de que nazca, es decir durante la etapa prenatal, ciertamente luego surgirán muchas más, pero no debemos olvidar que las primeras semanas tras el nacimiento son una etapa de adaptación que en la mayoría de los casos resulta agotadora, estaréis pues más receptivos durante el embarazo. Una información adecuada incrementa la tasa de lactancia materna y facilita la lactancia en general, es un claro ejemplo de las ventajas de un asesoramiento apropiado.

No puedo hablar por todos los pediatras,  pero si puedo compartir mi forma de entender y practicar la pediatría, os lo expongo en al artículo Pediatría basada en la Diferencia, me gustaría que cada día fuésemos más y más los padres y pediatras que tengamos en consideración la diferencia para hacer nuestras valoraciones y diagnósticos, si la consideras acertada no dudes en comentarla y difundirla.

También animaros a que con mi ayuda os hagáis expertos en la salud de vuestro futuro hijo porque estamos en una época de cambio, padres y madres tenéis mucho que aportar en el cuidado de la salud de vuestros hijos, ¿os habéis detenido un momento para pensarlo?, Internet ha modificado el  mundo del conocimiento y el acceso a la información, lo que en Sanidad se ha traducido en el llamado empoderamiento del paciente, ya veis, yo soy partidario de difundir y establecer una base de conocimientos que nos ayude a decidir adecuadamente, lo que además disminuye el número de visitas a los servicios de urgencias, sospecho que la mayoría, estaréis de acuerdo conmigo.

La etapa prenatal es el momento óptimo para prepararnos, lo que nos ayudará en nuestro esfuerzo por ser mejores padres, desde aquí os invito a que, además de seguir los artículos sobre el embarazo mes a mes, os vayáis familiarizando con el contenido de mipediatraonline.com, haced búsquedas de los temas de vuestro interés pulsando aquí y por supuesto, no dejéis de visitar la sección dedicada al recién nacido.

Estaréis pensando que es mucha información, pero es que yo llevo mucho tiempo y vosotros estáis llegando, que no os asuste, y además, ya sabéis que podéis contar conmigo.

¡Bienvenidos!

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Pediatría y puericultura para padres y madres

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Madres Juzgadas

Me gustaría que miraseis las dos fotografías. ¿Cuál de las dos es mejor madre?

Sé que estoy pisando campo minado. Pero no hablar de esto creo que está haciendo mucho daño. Y prefiero ser criticado a ser cómodo o popular.

Así que ruego vuestra indulgencia y que sigáis leyendo. Y por supuesto, espero vuestros comentarios.

Hay tres posibles respuestas:

– La que está dando pecho.

– La que está dando biberón.

– ¡Y yo que sé! No puedo saber cuál es mejor madre sólo porque dé a su hijo pecho o biberón.

«Pero si tienes que elegir una de las dos primeras, ¿Cuál?»

No voy a hacer apreciaciones sobre la que creo que se respondería. Cada uno tendrá su respuesta y sus apreciaciones.

 

Otra pregunta.

Esta va dirigida sólo a las madres (den pecho o biberón): ¿Te has sentido juzgada o criticada alguna vez por la forma en que crías a tu hijo?

Aquí no hace falta encuesta. Creo que por desgracia la respuesta es Sí en todas las madres.

Podría preguntar también si queréis a vuestros hijos, si deseáis hacer las cosas lo mejor posible pensando en su bienestar, si estáis dispuestas a sacrificarlo todo por su bien. Y de nuevo sé que vuestra respuesta es sinceramente Sí.

Y ¿Cómo os sentís cuando criando a vuestros hijos según esas guías, alguien os critica? Yo creo que entre dolida e indignada.

 

Ahora voy a hacer autocrítica como converso: Me explico.

Cuando yo acabé la especialidad de Pediatría, era de los que no podían dar consejos sobre lactancia, porque no me habían formado sobre ella. Sabía de enfermedades en niños. Pero las madres cuando tenían un problema me preguntaban también sobre temas en los que no me había formado. Uno de ellos, la lactancia, otro, la crianza en general.

Lo cómodo para mí ante una lactancia con problemas era recomendar el biberón. Y lo es para muchos pediatras, por desgracia.

Tuve la suerte de que alguien me hablase de crianza y especialmente de conceptos de crianza contrarios a lo poco que me explicaron en el Hospital.

Así conocí un concepto que es clave en mí como pediatra en este momento: la crianza respetuosa.

La crianza respetuosa es necesariamente informada. Porque consiste en conocer a los bebés y especialmente a nuestro hijo y observarlo mucho. E intentar actuar respetando sus ritmos y sus necesidades.

Para hacer crianza respetuosa hay que ser humilde, porque por muy claras que tengamos nuestras ideas, debemos aceptar, que si a nuestro hijo no le funcionan, eran un prejuicio y por su bien debemos cambiarlas.

 

La mayoría de los autores defensores de la crianza respetuosa lo son a su vez de la lactancia materna.

Tengo que decir que me alegro de que la mayoría de los autores sean defensores de la crianza respetuosa y de la lactancia materna, porque defiendo ambas.

 

Pero…

Hay dos preguntas cruciales, para mí:

¿Porqué hay tan pocos autores que hablen sobre cómo dar lactancia artificial con criterios respetuosos?

¿Porqué en la casi totalidad de grupos de crianza que conozco hay sólo madres que dan pecho a sus hijos?

La respuesta a la primera creo que es, que hablar de alimentación artificial es para mucha gente un claro signo de que no se defiende el pecho. «Y quien no está conmigo, está contra mí». Muchos autores prefieren salvaguardar su popularidad con un discurso totalmente coherente y sin fisuras.

La respuesta a la segunda, creo que es que en el fondo, la lactancia materna no es tan bucólica como la pintan algunos. Los que defendemos la lactancia materna estamos cargados de argumentos (que además son ciertos) a su favor. Y hacemos muy bien esa defensa. El pecho está renaciendo. Los conocimientos necesarios para tener una lactancia exitosa son más accesibles de lo que lo han sido nunca. Queda mucho por hacer, pero confío en el éxito de esta lucha.

Pero «olvidamos» hablar de algo. En muchos casos, elegir la lactancia materna y la crianza natural, implica sacrificios. Sacrificios personales y hasta profesionales de mucho calado. Muchas mujeres los asumen de forma totalmente consciente. Pero en otros casos, esos sacrificios contradicen lo que es su propia personalidad, poniendo a muchas mujeres entre la espada y la pared de renunciar a unos proyectos a los que ha dedicado gran parte de su vida o sentirse malas madres.

Aquellas madres en las que mantener el proyecto profesional y la lactancia no son compatibles aparece una ansiedad y una culpabilidad que es difícil de vencer. En muchos casos imposible.

En otros casos, simplemente la lactancia se convierte en un motivo de sufrimiento. A veces los niños no consiguen alimentarse bien con el pecho, a veces dar el pecho es muy doloroso y exige una constancia que puede agotar a cualquiera. En muchos de esos casos son problemas subsanables con la ayuda adecuada. Pero a veces no, o no se dispone de esa ayuda y la madre, que quería dar pecho «se rinde». Eso le hace sentirse culpable: «Tal vez pude hacer algo más, tal vez me he rendido demasiado pronto…»

La forma en que se habla de la lactancia artificial no ayuda. Suele incrementar la presión atribuyéndole cualidades casi diabólicas que son en muchos casos claramente exageradas.

La razón para escoger el pecho al biberón, no es que la leche artificial sea venenosa. No lo es. Podría desafiar a cualquiera a que cogiese un grupo de niños de 5 años y haciéndole las pruebas que quisiera fuese capaz de decirme cual de esos niños tomó pecho y cual biberón. No hay forma de decirlo sin error.

La razón para escoger la lactancia materna es que el pecho es lo natural y por tanto su diseño es el mejor posible, y en la mayoría de los casos evita muchos más problemas de los que puedan aparecer y para muchas madres e hijos es una experiencia inigualable.

Hay patologías que son más frecuentes en los niños que toman leche artificial. Pero ninguna es comparable para mí al perjuicio que causa a un niño ser criado por una madre que sufre por serlo en lugar de sentirse realizada por serlo.

Algunas madres son conscientes del sacrificio que hacen al escoger la mejor opción posible. Y les duele perder lo que sacrifican. A veces eso las hace defender con más fuerza aún su elección, no entendiendo a quienes no toman esa decisión en situaciones «menos difíciles» que la suya. Y es entonces cuando nos volvemos radicales. Y cuando, aún no diciéndolo juzgamos a la otra madre y en nuestra mente la condenamos: «no está dispuesta a renunciar a lo que yo renuncié porque no quiere a su hijo lo suficiente». O buscamos justificaciones paternalistas: «ha escogido mal porque no está bien informada, si yo le contara…»

No estoy criticando a los lactivistas. Me estoy criticando a mí mismo como lactivista. De nuevo os pido, sed indulgentes con mi torpe exposición.

Y entonces tenemos «la respuesta», tal vez no la decimos, pero lo pensamos: «La que da pecho es mejor madre».

Acabamos haciendo con otras madres lo que tanto nos duele que hagan con nosotros, que nos critiquen, juzguen y condenen en algo tan importante como es la maternidad.

¿Qué me gustaría cambiar?

Algo debemos estar haciendo mal en nuestra forma de defender la lactancia materna, cuando dar un buen consejo a una madre sobre cómo dar lactancia artificial se considera prueba de cargo de que eres anti lactancia materna.

Y cuando una madre que compartía sus vivencias con otras madres y daba y recibía consejos en un grupo de crianza deja de sentirse cómoda en él y lo abandona sólo porque ha dejado de dar el pecho.

Lo que a mí me gusta de la crianza respetuosa, es que es humilde. Da una predisposición a ceder y aprender. No da nada por sabido o demostrado. Confía en la capacidad instintiva del niño para adaptarse lo mejor posible en cada situación. Y en que nuestra función es aprender con su crecimiento y apoyar sus intentos de adaptarse lo mejor posible a sus desafíos según sus propios recursos.

Pero para mí va más allá. Hay que respetar también la forma que cada madre tiene de adaptarse a los desafíos que supone serlo, confiando en su instinto, y en que si no entiendo lo que hace, es más posible que sea porque yo no tengo suficiente información sobre su situación, que porque ella no conozca las ventajas de lo que yo defienda como alternativa. Y que mi función como pediatra es apoyar a la madre dando los consejos que hagan su elección la mejor solución posible para su hijo.

Y por tanto, si escoge el pecho espero poder ayudarle a solucionar los problemas que puedan surgirle para que pueda seguir dándolo, y si escoge el biberón espero poder ayudarle para que lo dé a su hijo de la forma más beneficiosa para él.

Puedo haber sido torpe al expresarlo. Se que he tocado sentimientos que pueden resultar dolorosos.

Pero en esta lucha LM/LA me daría por satisfecho si en unos años fuesen cada vez menos las madres que hagan esa elección por no tener información o apoyo suficiente o por sentirse culpables. Porque cuando eso ocurre, pierden lo más importante para su hijo: haber tenido una madre que disfrutó de serlo, y cuya máxima preocupación fue dar todo su amor a su hijo.

Y sería muy feliz, si en los grupos de crianza pudiesen compartir sus vivencias madres que dan pecho y madres que dan biberón sin que se vean entre ellas con amenaza o reproche. Siendo simplemente lo que son, madres que quieren a sus hijos y les dan lo mejor que tienen a su alcance según sus circunstancias.

El primero de esos grupos de crianza respetuosa espero que sea mi página de Facebook. Participad, aprended y enseñad. Pero ante todo sed comprensivos y respetuosos con los demás.

Gracias por leerlo hasta aquí. Gracias por vuestra indulgencia y por supuesto espero vuestros comentarios para mejorar mi torpe exposición.

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Ser padres perfectos es imposible

ser padres

Ser padres perfectos es imposible. Nadie es perfecto. Como padre o madre, te equivocarás. Deja de pretender ser en la paternidad lo que nadie es en nada. Y disfruta de tu hijo.

 

Si lees guías de ayuda a ser padres y madres perfectos, es porque te preocupa la educación y la salud de tu hijo. O sea, que si lees esto, como cualquier madre o padre que se precie, intentas hacer las cosas lo mejor posible. No quieres hacer daño a tu hijo involuntariamente. Y si es posible, quiere hacerlo todo, lo mejor que puedas.

Además, siempre tienes gente cerca que te aconseja cómo hacer las cosas con tu hijo. Yo suelo decir que el deporte nacional no es el fútbol, no son los toros: Es calentarle la «cabeza» a los padres. No es, en la mayoría de los casos, fruto de la mala voluntad, sino de la buena intención. Los que rodean a los padres, habitualmente, cuando ven algún problema, tienden a dar consejos. Unos tienen más fundamento y otros menos. Unos tienen un punto de comprensión, y otros de crítica. Pero al final, es frecuente que las madres y los padres se sientan juzgados, inseguros y culpables. Porque piensan que nunca hacen las cosas todo lo bien que deberían en la crianza de sus hijos.

Me he decidido a escribir este artículo, porque veo en mi trabajo muchos padres y madres que están tan agobiados con hacer las cosas perfectas, que son incapaces de disfrutar de sus hijos. Están abrumados por un mar de dudas y detalles que les superan. Intentan hacerlo todo tan perfecto que es imposible. Y siempre hay algo que falla.

Algunos, además se culpabilizan en cuanto al niño le pasa algo: «Se le ha irritado el culete porque no le cambio el pañal con bastante frecuencia.» «No gana bastante peso porque no se alimentarlo.» «Es un consentido porque no sé educarlo.» «Se ha resfriado porque no lo abrigué bien.»…

Cuando no se le ocurre al padre o a la madre de forma espontánea, no falta el que lo sugiere desde fuera.

Y luego están los «expertos» que te dicen cómo debes actuar en cada momento: El pediatra, La super nanny, a veces un familiar… Muchos te dan órdenes directamente, como si tu hijo te lo hubiesen prestado, pero fuese suyo… Para algunos de ellos no hay más que una forma correcta de hacer las cosas: La suya. Y funciona igual de bien en cualquier niño. Si no funciona, es que tú lo haces mal.

Y luego encuentras toda clase de expertos famosos. Algunos ya casi «están en los altares». Te cuentan lo maravilloso que es hacer las cosas a su manera y quedáis totalmente convencidos. Luego llega la realidad, el día a día y resulta que no siempre es tan fácil, y que cuando buscas una solución a los problemas reales, obtienes respuestas vagas para volver a lo mismo: La forma correcta.

El mensaje que yo quisiera que saquéis de esta lectura es el siguiente:

En este mundo nada es «perfecto». Ni lo somos nosotros, ni lo serán nuestros hijos.

Intentad informaros, intentar hacerlo «bien». Pero que no os agobie tanto el tema como para que vuestra experiencia de paternidad esté dominada por la ansiedad o la culpa.

Si disfrutáis de la crianza y os agobiáis menos, seguramente vuestro hijo será más feliz. Y ese es sin duda el objetivo.