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Infecciones graves en niños: Meningitis, Sepsis, Neumonías, Mastoiditis, Peritonitis, Celulitis periorbitaria.

Infección grave en niños o bebés precisa tratamiento hospitalario

¿Que deben hacer los padres si su hijo tiene una infección grave? Meningitis, Sepsis, Neumonía, Mastoiditis, Peritonitis, Celulitis periorbitaria…

Hay una serie de infecciones en niños que pueden ser graves y cuyo tratamiento se realiza, casi siempre, en un Hospital.

Cualquier infección grave suele tener las siguientes características:

– Producen muy mal estado general en el niño. Si un niño está animado y con buen estado general, es raro que pueda tener una infección grave. Solemos orientarnos por la fiebre cuando hablamos de infecciones. Pero es un error pensar que la gravedad va asociada a lo alta o baja que sea la fiebre. Lo esencial es el estado general y cómo de constante es la alteración del mismo. Cuando un niño tiene fiebre alta pero está bien, aunque sea a ratos, cuando baja. Es raro que tenga una infección grave. Pero si tiene mal estado general, constante sin recuperarse en horas, a pesar de que la fiebre pueda no ser alta, es cuando debemos pensar que tenga una infección grave o cualquier otro problema, pero igualmente serio.

Su empeoramiento puede ser muy rápido. A veces pueden tener una evolución a peor en pocas horas. Lo que significa que si nuestro hijo tiene mal estado general de verdad, cuando nos impresiona porque nunca lo habíamos visto así, debemos acudir al Hospital. No siempre va a ser algo grave. Pero si lo fuese, iniciar el tratamiento pronto es esencial.

– Precisan ser tratadas en un Hospital. Precisan tratamientos que no pueden ser administrados en casa y con un control estrecho de la evolución por profesionales preparados. Ya que una infección grave puede evolucionar rápidamente y es un desafío importante para el organismo, no podemos descuidarnos.

Hay mucha información en internet que puede hacerte pensar que son los padres los que tienen que tomar la iniciativa en estos cuadros.

Como Pediatra debo decir que lo más importante que deben hacer los padres de un niño que tiene un cuadro de este tipo es:

Acudir lo antes posible al servicio de Urgencias más cercano. Y si se puede elegir entre varios a una distancia similar, al del Hospital de mayor nivel entre ellos.

Al dar los datos, cuando el mal estado general del niño es evidente, hacerlo con el niño. De esa forma el personal de administración del Hospital ve al niño. En cualquier servicio de urgencias se da prioridad a los niños que están evidentemente graves. Si no está tan mal como para que su aspecto impresione es que posiblemente no está en uno de los casos descritos.

Confiad en el criterio de los profesionales que le atiendan. En este tipo de infecciones es necesario actuar rápidamente. El tiempo que dediquen a atender a los padres no están atendiendo al niño. El peor favor que podéis hacer a vuestro hijo es interferir en el trabajo de los médicos que tienen que atenderlo. Lo que no quiere decir que no estéis informados sobre lo que pasa a vuestro hijo.

Las infecciones graves más frecuentes y de las que podéis consultar artículos específicos son las siguientes:

Meningitis, Sepsis, Neumonías, Mastoiditis, Peritonitis, Celulitis periorbitaria.

Espero que nunca necesitéis esta información para aplicarla en vuestro propio hijo, pero si un día se da el caso, espero que os ayude a pasar esta situación con menos angustia.

Una cosa importante en todas estas infecciones es el Tiempo:

Cuanto más tiempo pasa sin que empeore, más probable es que mejore.

Cada hora sin malas noticias es una buena noticia.

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Mastoiditis en niños

mastoiditis en niños

La Mastoiditis es una complicación que aparece a veces en infecciones de oído. Puede ser grave y suele necesitar tratamiento hospitalario.

Es la complicación más frecuente de una infección de oído. Pero aún así no es habitual.

¿Qué es una Mastoiditis y cómo se origina?

Detrás del oído hay un bulto que todos tenemos. Al tocarlo es duro. Es un bulto de hueso llamado apófisis Mastoides.

apófisis mastoides

Su interior es poroso.

A veces una infección de oído puede extenderse a su interior acumulando pus.

Eso es la Mastoiditis.

Lo que podemos apreciar es un bulto doloroso, enrojecido y caliente tras la oreja.

Para que aparezca esta complicación un niño debe tener una otitis con infección bacteriana en el oído medio. Y esto no es tan frecuente como creemos. La mayoría de las otitis medias son producidas simplemente por acumulación de moco a presión tras el tímpano.

Hay niños que tienen tendencia a sufrir otitis de este tipo simplemente porque tienen las vegetaciones grandes o la salida de ese moco hacia la garganta no se hace bien a través de la Trompa de Eustaquio.

Como consecuencia el moco tiende a acumularse. En muchos casos esto produce un dolor que aparece cuando está tumbado un rato (de noche o en la siesta) y que cede cuando lleva un rato incorporado. Ya que tumbado el moco cae hacia el oído aumentando la presión y cuando se incorpora un rato el moco vacía hacia la garganta bajando la presión.

Cuando un dolor de oído es permanente y no cede tras un rato de estar incorporado pensamos que realmente puede haber infección en el oído.

A veces puede llegar a perforar el tímpano y salir la supuración hacia fuera. Aunque pueda asustar, suele ser positivo. Ya que cuando la pus sale el dolor mejora y es más fácil que el cuerpo elimine la infección.

La mayoría de las Mastoiditis se producen precisamente porque el tímpano no se perfora, retiene la infección a presión y acaba extendiéndose a zonas próximas como la mastoides. Aunque en algunos casos puede llegar a aparecer la mastoiditis incluso tras perforarse el tímpano.

El tratamiento de la Mastoiditis

En un principio el tratamiento es antibiótico. En casos muy leves se puede dar por boca.

Pero en muchos casos es necesario administrarlos por vía intravenosa (en suero) para que el antibiótico alcance suficiente concentración en el foco de la infección. Esto significa ingreso hospitalario para administrar el tratamiento.

Tras poner el tratamiento se controla la evolución valorando al niño y haciendo analíticas:

  • Lo normal es que la fiebre empiece a bajar 24-48 horas después de iniciar el tratamiento antibiótico. Si no es así hay que pensar en que el germen causante sea resistente a este antibiótico, que haya que subir la dosis o que haya que drenar la Mastoiditis.
  • La inflamación tras la oreja y el dolor deben también empezar a reducirse claramente.
  • Hacemos analíticas en las que nos fijamos sobre todo en dos aspectos:
    • Leucocitos. Son las células del sistema defensivo en sangre. Cuando una infección bacteriana es grave pueden estar altas o bajas, pero tienen sobre todo un tipo de leucocitos, los neutrófilos. Son los que luchan contra las bacterias.
      • Si suben los leucocitos. En principio es un signo de que la infección es intensa y el cuerpo se está defendiendo. Un aumento de los leucocitos tras iniciar el tratamiento antibiótico suele indicar que el germen causante es resistente.
      • Si bajan los leucocitos. Si tras iniciar el tratamiento antibiótico los leucocitos van bajando con mejora del estado general del niño, bajada de la fiebre y reducción de la inflamación tras la oreja, es una buena señal. Pero si bajan con empeoramiento de lo demás es muy mala señal. Significa que el sistema defensivo del niño se está agotando.

Cuando a pesar del tratamiento antibiótico intravenoso la evolución no es buena, puede ser necesario operar para que salga el pus hacia fuera. Si se opera suele dejarse un drenaje para que la pus salga con más facilidad y tras unos días se cierra.

Como en todas las enfermedades infecciosas graves debemos tener claro que hay que confiar en los profesionales que atienden a nuestro hijo. Y que cuantos más días pasen sin empeorar la situación más probable es que se cure.

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