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Caca verde en niños y bebés

Caca Verde: ¿Sabes el motivo de que tu hijo la haga de este color? ¿Cuándo es normal y cuándo puede ser signo de problemas? Te lo explico claramente.

El color de la caca puede cambiar cuando lo hacen las bacterias que forman parte de la flora intestinal del bebé. Podemos ver colores muy variados: Desde el verde al mostaza, el amarillo o el marrón.

El color y la consistencia pueden variar. Pero no es raro ver una caca verde en los bebés. La mayoría de las veces no es signo de que haya un problema.

La primera cuestión es diferenciar la caca verde con y sin diarrea. Explico cómo diferenciar la diarrea en un lactante de lo que no lo es en este «Peketip».

Peketip 2 Diarrea o no diarrea

Deposiciones verdes sin diarrea

En algunas ocasiones la caca del bebé puede tener color verde, sin que sea diarrea.

Es fácil de entender. Cuando un bebé nace, el color del popó es negro verdoso. Se debe a la bilis, que es de ese color. Si mezclamos eso con el blanco de la leche, sale una caca verde más clara. Pero la mayoría de las veces no vemos ese color. Pasa directamente del negro verdoso a un amarillo con grumos blancos.

La razón es que en cuanto el bebé sale a este mundo, empiezan a entrar bichitos por su boca, que van a colonizar su intestino. La mayoría de esos gérmenes digieren la bilis, transformándola en urobilinógeno (amarilla) o coprobilinógeno (marrón), dando su color habitual al popó. Pero en algunas ocasiones hay cambios en esa flora, y los bichos que hay, no digieren la bilis, saliendo de su color original: Caca verde, sin que sea diarrea.

Esto es bastante frecuente en las primeras fases de introducción de la alimentación, o durante la dentición.

Cuando esto ocurre sin diarrea, pero con molestias en el bebé, puede ayudar si damos probióticos (Lactobacilos) al bebé. Nos indicaría que la flora nueva no es buena, pudiendo generar más gases o irritar más el culete.

Caca verde en bebé sin diarrea
Esta caca es verde, pero tiene una consistencia normal. No es diarrea. Simplemente la bilis no ha sido digerida.

Cacas de color verde en bebés por cambios en la alimentación

Cuando un bebe toma una alimentación todos los días, como ocurre al principio con la leche, los gérmenes que hay en su intestino son aquellos que están mejor adaptados a la composición de esa leche. Si un bebé por ejemplo toma leche artificial y la cambiamos de marca, cambiará su flora intestinal. Las pequeñas diferencias de composición de la leche harán que unos gérmenes mueran al perder aquello de lo que se alimentaban. Al tiempo que otros que no tenían recursos los encuentre y crezcan.

Es como si cada vez que cambiamos la alimentación abriésemos las puertas y aceptásemos bichitos nuevos. El problema es que a veces serán buenos y otras no tanto. Por eso yo aconsejo que no cambies de leche sin motivo. Sea la que sea, si le sienta bien, no cambies. Si mantenemos la misma durante tiempo hacemos que la flora intestinal que no está dando problemas se asiente más firmemente.

No te extrañes porque cambie el color de la caca al hacer estos cambios. Es lo normal. Sea cual sea el color, incluso si la caca es verde, no hagas nada si el bebé no tiene molestias. Si al cambiar el color aparecen más gases, dolor de barriga o irritación de la piel en torno al ano entonces es que los bichitos nuevos no son buenos. En este caso puedes dar un probiótico para introducir gérmenes buenos que les hagan la competencia. Y si este cambio ha coincidido con un cambio de leche, vuelve a la que tomaba antes.

Cambios del color, consistencia y acidez de la caca con la dentición

Empezaré aclarando un pequeño detalle. Todos los bebés por encima de los 2 meses suelen meterse con frecuencia las manos en la boca, sin que tengan dientes a punto de salir. Simplemente es una forma de entretenerse. Busca estímulos, y algo que les entretiene mucho es meterse cosas en la boca para explorar. Lo que tienen más a mano: Las manos.

Pero es verdad que cuando los dientes están abriendo camino para salir, molestan. Entonces el bebé se mete las manos o cualquier otro objeto que pueda morder con mucha más frecuencia. Tanto las manos como esos objetos tienen gérmenes en su superficie. Gérmenes que van entrando hacia el intestino. Algunos no pueden vivir ahí. Pero otros sí. Cuando alguno de esos gérmenes se hace un hueco importante puede cambiar las características de la caca en color, consistencia o acidez. El resultado puede causar molestias o no. Si no las causa no haremos nada. Si aparecen molestias podremos tirar de nuestro amigo el probiótico.

No te agobies con la limpieza para evitar la entrada de gérmenes. Un exceso de higiene es contraproducente.

Caca verde con diarrea

En otros casos el bebé o el niño pueden hacer heces vedes y además con diarrea.

Recapitulamos lo que era diarrea:

Muchas veces, mucha cantidad, líquida, con dolor de barriga, come peor y con irritación de la piel al salir.

La causa en estas ocasiones es, que con la diarrea, se acelera tanto el paso por el intestino, que no da tiempo a que la bilis se transforme, con lo que la caca del bebé conserva su color verde.

Esto es muy frecuente, por ejemplo, en las diarreas del lactante producidas por Rotavirus.

Puede aparecer también cuando un niño tiene intolerancia a algún alimento. El más frecuente en causar esto es la Lactosa.

La intolerancia a la lactosa aparece en forma de: Diarrea ácida verdosa.

caca verde en bebé
A diferencia de la anterior esta es una caca verde muy líquida. Si va acompañada de irritación de la piel alrededor del ano es una diarrea. En este caso es verde porque el paso por el intestino ha sido tan rápido que no ha dado tiempo a digerirse la bilis.

Las cacas verdes del bebé pueden desencadenarse a partir de:

  • Cuando pasamos de lactancia materna a artificial en un bebé que no produce cantidad suficiente de lactasa. La lactasa es el enzima que usa nuestro intestino para digerir la lactosa. Algunos bebés producen poca lactasa y eso hace que no puedan digerir la Lactosa. Entonces los gérmenes del intestino la aprovechan, la fermentan y producen ácido láctico. Éste irrita la pared del intestino haciendo que se mueva más de lo normal. Aparece así la diarrea ácida.
  • Puede pasar también en bebés que toman leche materna si no se les deja vaciar el pecho por completo. Por ejemplo cuando se da el pecho y en todas las tomas después se saca con un sacaleches para hacer un banco de leche. Al hacer esto el bebé toma directamente la primera parte de la tetada que es rica en lactosa y se almacena la segunda parte que es rica en proteínas (entre las que está la lactasa) y grasas. O si hay alguna molestia que les impide hacer las tomas completas. Cuando esto ocurre la lactasa que el pecho contiene, y que está concentrada en la parte final de la tetada no sale. El bebé toma una leche muy rica en lactosa, pero sin la lactasa que le ayude a digerirla. Si el bebé en esto casos no tiene lactasa suficiente producida en su intestino aparecen los síntomas de intolerancia a la lactosa.
  • A veces un bebé que digería bien la lactosa pierde esa capacidad de hacerlo. Las causas más frecuentes son:
    • Otra intolerancia o alergia digestiva que dañe la mucosa e impida la regeneración de la pared del intestino. Con lo que pierde la capa superficial, donde están las células que que fabrican la lactasa.
    • Una infección que ataque la pared del intestino y destruya la capa superficial donde se produce la lactasa.
    • Una falta de hierro, necesario para regenerar la pared del intestino. Cuando los bebés van creciendo agotan el hierro que recibieron durante el embarazo. Su alimento esencial, la leche, aporta poco de este mineral. Y con el paso de los meses muchos bebés tienen una carencia. Una de las cosas en las que se nota es en la dificultad para regenerar la pared del intestino y con ella pueden aparecer algunas intolerancias. Estas intolerancias se corrigen dando al bebé un suplemento de hierro.

Puedes ver como tratarlo en el tema de la diarrea.

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Cómo saber si mi hijo tiene Intolerancia a la lactosa

Intolerancia a la Lactosa: Comprende fácilmente en qué consiste este problema para digerir el azúcar de la leche y cómo puede resolverse en tu bebé.

¿Qué es la Intolerancia a la Lactosa?

Es la incapacidad para digerir la Lactosa.

¿Qué es la Lactosa?

La lactosa es el azúcar de la leche. Es lo que llamamos un disacárido. Es decir, que su molécula está formada en realidad por dos azúcares unidos: Una molécula de glucosa y otra de galactosa.

El intestino no puede absorber la molécula completa. Debemos partirla para que puedan entrar por separado glucosa y galactosa.

¿Qué es la Lactasa?

El encargado de romper la lactosa para que pueda ser asimilada es un enzima llamado Lactasa. 

Es algo que todas las crías de mamíferos deben tener capacidad de producir en su intestino.

Cuando no se produce suficiente Lactasa y tomamos Lactosa, aparece la intolerancia. 

En realidad la intolerancia a la Lactosa es la norma y no la excepción. Pero depende de la Genética.

En condiciones normales, llegada cierta edad, los mamíferos pierden la capacidad de producir lactasa. Esa edad en los seres humanos estaba entre los dos y los seis años.

Antes de que existiese la ganadería, los niños dejaban de consumir leche en ese rango de edad y por tanto dejaba de tener sentido la presencia de ese enzima en el intestino. La capacidad de seguir produciendo Lactasa tras la edad natural de lactancia es algo que apareció hace unos 10.000 años en las zonas donde los humanos realizaban ganadería de especies cuya leche era rica en lactosa. Por eso en las zonas de tradicional ganadería de vaca, como el norte de Europa o algunas razas ganaderas de vaca en África la intolerancia a la lactosa es algo muy raro. 

Sin embargo, la intolerancia a la lactosa es uno de los trastornos alimentarios más frecuentes, fuera de las zonas tradicionalmente ganaderas de vaca. En la zona mediterránea de Europa, donde está España, la leche consumida tradicionalmente fue de cabra y oveja, dos especies que liberan lactasa en su leche, por lo que aunque la persona no produzca lactasa suelen ser bien toleradas. Por eso en esta zona la intolerancia a la Lactosa puede llegar al 20-25 %. De hecho, yo mismo soy intolerante a la lactosa.

Hay razas en las que es raro y otras en las que es casi la norma.

Es casi normal por encima de los 4-6 años. Pero a veces ocurre incluso en bebés.

Si quieres saber si tú o tu bebé tenéis estos genes que predisponen a la intolerancia a la lactosa junto a otros muchos de otras patologías tienes a tu disposición análisis genéticos.

Síntomas de la Intolerancia a la Lactosa

Cuando alguien pierde la capacidad de digerir la lactosa y la toma aparecen una serie de reacciones poco agradables:

       Al no poder absorber la lactosa esta queda en el intestino sirviendo para que demasiadas bacterias se alimenten. Aumenta su número, lo que produce irritación en el intestino. Es lo que llamamos una Disbacteriosis.

       Estas bacterias fermentan la lactosa produciendo muchos gases. Lo que da a su vez más dolor abdominal.

       La fermentación de la lactosa produce ácido láctico, que vuelve las heces más irritantes al salir.

       Acaba produciendo una diarrea verdosa con dolor intenso e irritación de la piel en torno al ano.

Nada agradable. Cuando los mamíferos dejan de producir lactasa acaban rechazando la leche porque les sienta fatal.

Hace miles de años algunos seres humanos sufrieron mutaciones que les hicieron que siguieran produciendo lactasa más allá de la edad normal. En las razas ganaderas esto era una ventaja y la mutación fue extendiéndose hasta ser mayoría los adultos que toleran la lactosa en esas civilizaciones ganaderas.

Intolerancia a la Lactosa y Cólico del Lactante

Esta intolerancia es uno de los problemas que puede originar Cólico del Lactante en algunos bebés. Si deseas conocer los demás te recomiendo que visites nuestro Proyecto «Bebé sin Cólico».

Intolerancia Secundaria a la Lactosa

No todas las intolerancias a la lactosa son genéticas y definitivas.

La Lactasa se produce en la parte más superficial de la mucosa del intestino.

Si esta zona se pierde, la capacidad de digerir la lactosa puede alterarse de forma temporal. Cuando la pared intestinal se regenera recuperamos esa capacidad.

Las causas que con más frecuencia pueden llevar a una Intolerancia Secundaria a la Lactosa son:

  • Una infección del intestino. Cuando una gastroenteritis produce una diarrea intensa puede deteriorar la pared intestinal tanto que nos volvamos intolerantes a la lactosa. Una vez que incluso la infección ha cedido, la diarrea puede seguir porque si tomamos leche esta no pueda ser digerida y la intolerancia haga un círculo vicioso: Intolerancia-diarrea-intolerancia…
  • Otra intolerancia o alergia alimentaria. Cualquier intolerancia o alergia que afecte al intestino puede hacer que se pierda la capacidad de digerir la lactosa. Ya que al inflamar la pared puede causar que la zona donde se produce lactasa se pierda. Debemos sospechar que esto ocurre cuando tras retirar la lactosa hay una mejoría, pero sólo parcial. Suele significar que hay otro problema de base que no hemos resuelto.
  • Falta de hierro. Muchos bebés en torno a los 4-6 meses presentan una carencia de hierro. El hierro es necesario para regenerar la pared del intestino. Cuando éste falta podemos tener dificultades para que la zona más superficial, donde se produce la Lactasa se regenere adecuadamente. Puede aparecer una Intolerancia que mejora no eliminando la lactosa, sino aportando un suplemento de hierro.
  • Alteraciones de la Flora Intestinal. Ciertos gérmenes, como la Cándida Albicans pueden asentar en nuestro intestino y producen sustancias que irritan y dificultan el bienestar de la mucosa intestinal. Como consecuencia podemos desarrollar una intolerancia secundaria. Esto es fácil que ocurra tras una gastroenteritis agresiva, en la que la Flora intestinal se ha dañado mucho o tras tomar antibióticos, ya que los antibióticos eliminan la mayoría de los gérmenes del intestino, pero no a la Candida que es un hongo y resiste al efecto del antibiótico.

Si tienes alguna duda puedo resolvértela por WhatsApp en menos de 24 horas.

Qué hacer si sospechas que tu hijo tiene intolerancia a la lactosa

Depende de la edad y de qué se alimenta:

Lactancia Materna exclusiva.

En los niños que toman lactancia materna exclusiva sólo puede haber signos de intolerancia a la lactosa si el pecho se vacía mal.

En la leche que sale al principio hay mucha lactosa y poca lactasa.

Por lo que si se interrumpen las tomas, habitualmente por una indicación errónea de que la toma de cada pecho debe tener una duración limitada, puede haber una carencia de lactasa.

La solución es dejar que vacíe cada pecho hasta que no quiera más.

Cuando toma ya Lactancia artificial o Leche de vaca entera

Si toma leche artificial, ésta tiene lactosa. Pero no Lactasa.

Si el niño no la produce aparece la Intolerancia a la Lactosa.

La solución es darle una leche sin lactosa adecuada para su edad:

– Leche adaptada de inicio sin lactosa en los 6 primeros meses de vida.

– Leche adaptada de continuación sin lactosa entre los 6 meses y el año de vida.

– Leche entera de vaca sin lactosa por encima del año de vida.

Puede tomar yogur normal o queso normal. Debe evitar aquellos con lactosa añadida tras acabar la fermentación.

Además de retirar la Lactosa es importante…

Cuando retiramos la lactosa, si hay una clara mejora de los síntomas es que el niño tenía intolerancia a la lactosa.

Pero muchas de estas intolerancias son transitorias.

Por eso, yo recomiendo durante la fase sin lactosa (unas 2 semanas) ofrecer al niño:

– Un suplemento de hierro. Es necesario para reparar la pared del intestino.

Probióticos: Cuando eliminamos el recurso extra de lactosa que está manteniendo a una población excesiva e inadecuada de gérmenes en el intestino, debemos restablecer el equilibrio de la flora intestinal. Debemos añadir dos tipos de probióticos diferentes:

– Levaduras.

– Bifidobacterias y Lactobacilos.

Tras esas dos semanas sin lactosa y tomando hierro y probióticos, la mayoría de las intolerancias transitorias a la lactosa se han corregido y al reintroducir la lactosa ya es bien tolerada.

Estas intolerancias transitorias son más frecuentes en algunas personas. Por lo que siempre que veamos aparecer los síntomas típicos (diarrea ácida con gases y dolor abdominal) podemos repetir esta pauta para recuperar la tolerancia.

Intolerancia a la lactosa en niños y bebés

Diagnóstico de la intolerancia a la Lactosa.

La intolerancia a la lactosa, tanto si es definitiva como en las transitorias tiene una base genética que puede estudiarse mediante análisis.

Hay también analíticas como el test del hidrógeno espirado que pueden decirnos si en este momento el niño digiere o no la lactosa. Pero no diferencia entre la intolerancia transitoria y la definitiva.

También podemos retirar y reintroducir la lactosa cada vez que el niño tiene síntomas sugerentes (gases, ardores, diarrea ácida…).

Hay muchos casos en los que niños que han sufrido intolerancia transitoria tienen una limitación en su dieta que era innecesaria. Otros en los que arrastran los síntomas durante años, porque son leves o moderados, pero empeoran la calidad de vida del niño.

Lo único capaz de darnos un diagnóstico definitivo que nos dice si el bebé debe o no eliminar la lactosa de su dieta de forma definitiva es el test genético. Estamos en el siglo XXI y este recurso está disponible.

Por tanto, si tu hijo tiene síntomas sugerentes de intolerancia a la lactosa te recomiendo que pruebes a retirarla de su dieta. Si mejora claramente es que en este momento tiene esa intolerancia, puedes intentar recuperar la tolerancia con un suplemento de hierro y probióticos durante las dos semanas de dieta sin lactosa. Pero si quieres una respuesta definitiva sobre si la lactosa puede estar en su dieta sin problema o debes retirarla de por vida, la genética puede dártela.

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Rituales para dormir en niños

Los Rituales de sueño en niños y bebés son la clave de muchos problemas. Te explico cómo se generan y cómo cambiarlos.

¿Qué es un ritual de sueño?

Pues lo que hacemos por costumbre como forma para dormirnos. Todos tenemos un grupo de rituales de sueño.

Hay adultos para las que estos rituales son más sencillos (necesitan tener sueño y poco más) y otros que los tienen más complejos (con más condicionantes y pasos que una receta de alta cocina).

La mayoría de las veces no somos conscientes de cómo hemos llegado a tener el ritual de sueño que realizamos cada noche. Y es porque lo hemos ido elaborando a lo largo de nuestra vida sin pensar en él de forma consciente.

Cuando hablamos de niños y problemas de sueño, los padres no entendemos muchas veces que nuestro hijo tiende a repetir el mismo ritual cada vez que se despierta.

¿Cómo se establece ese ritual en los niños?

Los bebés ya desde que nacen tienen algunas tendencias naturales que influyen en el ritual de sueño que se va afianzando conforme crecen:

Necesidad de alimentarse. De hecho, los bebés en las primeras semanas salen de su sueño poco más que para alimentarse. Se despiertan en muchos casos por hambre, y tienden a dormirse en cuanto son saciados. Como no pueden alimentarse sólos, es normal que en esas primeras semanas los niños empiecen durmiéndose en brazos. Ya que es en brazos como comen.

Necesidad de afecto y seguridad. Aparte de por hambre y porque pueda estar incómodo por frío, calor, necesidad de cambio de pañal, algún ruido intenso… los bebés, buscan el contacto con sus cuidadores. Y sienten seguridad y bienestar con ese contacto. Por lo que además de dormirse en brazos cuando comen, lo hacen también en brazos cuando lo único que necesitan en ese momento es seguridad y afecto.

Por eso lo más habitual en niños pequeños es que se duerman con facilidad en contacto con su cuidador (habitualmente la madre si se toma el pecho).

Pero ese ritual inicial va cambiando después. Siempre se ve influenciado por lo que hay a nuestro alrededor. Y más tarde o más temprano acabamos desarrollando un ritual en el que somos capaces de conciliar el sueño de forma más independiente, sin necesidad de alimentarnos, sin contar con la colaboración de nadie que nos proporcione afecto o seguridad… Esto lo acaban alcanzando todos los niños más tarde o más temprano. La mayoría entre los 2 y los 5-7 años.

Cuando se habla de escoger formas de dormir a los niños, lo que estamos hablando es sobre si preferimos que esa evolución del sueño en brazos al sueño independiente se haga más rápido o menos y de las formas en las que escogemos que se haga esa transición.

Opciones

Y es aquí donde aparecen las discrepancias o tal como me gusta a mí verlo, las opciones. Porque no creo que sea cuestión de llegar a definir la forma correcta (aunque para mí sí las hay incorrectas –mi opinión sobre el método Estivill-), sino de que cada familia escoja la que mejor se adapte a sus preferencias y sus necesidades:

– Hay familias que pueden permitirse que el ritmo lo marque el niño con su evolución natural y prefieren respetar al máximo su evolución. Pero esto es a veces un lujo y cuando lo defendemos como única opción podemos hacer mucho daño.

– Otras familias tienen la necesidad de que la evolución sea más rápida para adaptarse a unas condiciones de organización que son menos flexibles (trabajo, necesidad de escolarización…) y no pueden escoger como querrían (lo que por desgracia es muy frecuente hoy en día) o simplemente por una elección personal prefieren no hacer colecho.

Situaciones de conflicto

En muchos casos los problemas surgen cuando el ritual que usa el niño tiene un ritual que precisa la colaboración de los padres, pero hemos escogido una forma de dormir que dificulta esa colaboración. Y ante eso hay dos opciones, facilitamos la colaboración o facilitamos al niño un ritual alternativo para que sea capaz de dormir sin ella.

El niño cuyo ritual incluye el contacto con los padres pero duerme separado de ellos. Es decir, lo dormimos en brazos pero queremos que duerma en su cuna. Cada vez que se despierte va a pedir que lo vuelvan a coger. Y si los padres deciden no hacerlo surgen las disputas. Es lo que llamo colecho no aceptado.

El niño cuyo ritual incluye el contacto con los padres y duerme con ellos, pero no es compatible con el sueño de alguno de los padres. Hay personas que no son capaces de dormir con su hijo a su lado. Sea por miedo a hacerle daño, porque tienen un sueño muy ligero y se despiertan con cualquier ruido o movimiento del niño o por lo que sea. Pero en algunos casos es una realidad.

En ambos casos el problema es que estamos escogiendo una opción que no se adapta a las necesidades de todos los implicados.

Cuando esto ocurre, las noches dejan de ser la fase de descanso que todo cuerpo necesita, para ser un foco de estrés importante. La única forma de resolverlo es lograr la coherencia:

– Si escogemos que nuestro hijo se duerma con nuestra colaboración y somos capaces de dormir con el niño, el colecho (dormir juntos) es la forma más sencilla de que descansemos todos.

– Si no podemos o no deseamos dormir con nuestro hijo, hay formas y momentos de facilitar la evolución hacia el sueño independiente más respetuosas y que desde luego no precisan que le niño llore.

No creo que sea labor de los profesionales escoger por los padres o hacerles sentir culpables por elegir una opción u otra. Es decisión de cada familia.

Si necesitas mi ayuda para que te explique de forma concreta cómo conseguir un sueño de buena calidad en vuestro caso puedes hacerme una consulta por WhatsApp. Contestaré en menos de 24 horas.

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Problemas en el Habla de un Niño

problemas del habla en niños

«Estimulación correcta del habla. Qué hacer y qué no hacer. Desde qué edad. Cómo detectar problemas como la dislexia y cómo actuar si aparece».

Esta pregunta de una madre, propuesta como Peketema a través de nuestra comunidad de Facebook, es la que intentaré responder con el artículo que lees.

Cuando tratamos del habla o el lenguaje en niños estamos en uno de los temas clave del desarrollo. Los seres humanos nos caracterizamos entre otras cosas porque podemos comunicarnos de forma más elaborada que el resto de animales. Y el modo básico de hacerlo es el lenguaje hablado.

En la actualidad hemos desarrollado otras muchas alternativas, desde el lenguaje escrito hasta la lengua de signos…. La forma en que estás leyendo este artículo es una muestra más de lo importante que es para nosotros la comunicación y hasta qué punto hemos desarrollado soluciones que la faciliten.

Valorar si el desarrollo del habla es normal en un niño

Como en otras adquisiciones del desarrollo, el habla no es algo que se logre un día determinado. Por eso preguntas del tipo «¿Con qué edad debería preocuparme si mi hijo no habla?» no tienen sentido. Es todo un proceso con muchos escalones. Y cada niño sube esos escalones a un ritmo que es totalmente personal, porque son muchas las causas que pueden influir en el proceso.

Para evaluar de forma algo más objetiva esta evolución del habla se han diseñado muchas escalas. Son formas gráficas de ver el resultado de una estadística. Tomamos los pasos más significativos del desarrollo del lenguaje y vemos a qué edad lo desarrolla un volumen importante de niños.

En función de los resultados, establecemos cuál es la edad en la que han alcanzado ese punto el 25% de los niños, el 50%, el 75% y el 90% de ellos.

Escala de hitos precoces de desarrollo del lenguaje

Esta que os muestro aquí, en Inglés es la de la Sociedad India de Desarrollo Pediátrico. Como veis tiene arriba y abajo una escala que corresponde a los meses de vida del niño.

Y divide los hitos del Lenguaje en tres escalas: Expresión sonora, Recepción sonora y Visual.

Cada uno de esos hitos como veis tiene una franja de tres colores. La franja blanca comienza en la edad en la que el 25% de los niños ya lo ha alcanzado. La franja gris va de la edad en la que lo ha alcanzado un 50% de los niños hasta que lo hace el 75% de ellos. Y la franja negra va hasta que lo consiguen el 90% de los niños.

Hay que entender esto bien. Hay un 10% de niños sanos (sin problemas y que acabarán desarrollando bien el lenguaje) que por encima de la edad en la que acaba la franja negra no han cumplido con ese hito concreto.

Por lo tanto, que se supere esa edad sin alcanzarlo no implica que tenga un problema necesariamente. Pero sí que debería ser valorado por un especialista. Especialmente si no es uno sólo de los hitos, sino varios.

Una duda frecuente ¿Si hay varios idiomas en el entorno del niño, retrasa el inicio del habla?

No tiene porqué. Que un niño se relacione de forma precoz con cualquier idioma favorece su comprensión, porque desde una etapa precoz se van adecuando sus estructuras nerviosas a la comprensión de esa lengua.

La capacidad de asimilara simultáneamente varios de esos esquemas es muy alta.

En mi opinión, ni debe obsesionarnos buscar el bi o trilingüismo en un bebé. Ni debemos limitarlo. Si en su entorno de forma natural hay familiares con diferentes lenguas veo absurdo evitarlo. Y si no los hay también resulta un poco absurdo forzarlo.

Hay niños con un sólo idioma en su entorno que hablan tarde y niños bi o trilingües precoces en el habla. Sin que una cosa o la otra nos tenga que preocupar especialmente.

Estimulación correcta del habla en un niño ¿Qué hacer y qué no hacer?

Hay dos situaciones diferentes:

  • Corregir un problema cuando ya lo hemos diagnosticado.
  • Estimular en un niño normal sin problemas el desarrollo del lenguaje.

Y a mi parecer el planteamiento es totalmente diferente.

Corregir un problema cuando ya lo hemos diagnosticado.

Una vez que un especialista valora que realmente un niño puede tener problemas con el desarrollo del lenguaje suelen seguirse una serie de pasos:

  • Valoración por el neurólogo infantil para estimar si la alteración del lenguaje es algo aislado o va acompañado de otros problemas.
  • Valoración por el ORL para ver si hay algún problema de audición. Este es el paso previo imprescindible. Porque desarrollar el lenguaje sin escucharlo es complicado.
  • Valoración y tratamiento por el Logopeda. Es el profesional que trata los problemas del lenguaje.

Estimular el desarrollo del habla en un niño normal sin problemas.

Vuelvo a aclarar aquí mi planteamiento frente a la estimulación precoz en niños sanos:

Un niño sano no necesita medidas especiales que estimulen su desarrollo. El desarrollo cuando no hay problemas se produces de forma espontánea en condiciones normales sin hacer nada especial.

Ejemplo de cosas que suelen decirse cuando un niño parece tener un habla menos desarrollada que la de otros niños de su edad:

«Si tu hijo no habla, no le des lo que pida cuando señala algo, dile el nombre del objeto y no se lo des hasta que lo repita él».

Me parece absurdo por lo siguiente. Veo dos opciones:

  • El niño tiene capacidad de hacerlo. Si la tiene, ¿qué interés tenemos en obligarle a hacerlo «ahora»? Acabará haciéndolo de forma espontánea. Y obligarle a hacerlo en este preciso momento sólo genera un conflicto innecesario.
  • El niño no puede hacerlo aún. Cuando no tiene aún capacidad de hablar, esa actitud sólo puede generar frustración en niño.

Lo que tiene sentido es hacer una valoración adecuada de la situación del niño, detectar si existe realmente un problema o no y una vez identificado, si el problema existe, poner las medidas adecuadas.

La «dislexia» como ejemplo más frecuente de problema del habla en niños.

Dislexia es en realidad «dificultad para leer». Pero mucha gente lo usa para referirse a los problemas que algunas personas tienen para pronunciar ciertos sonidos. Y a eso se refería la consulta realizada por la madre en Facebook.

En realidad son dislalias, o alteraciones en la pronunciación de fonemas. Posiblemente en español la dislalia más frecuente sea la dificultad para pronunciar la r.

En la mayoría de los casos hay un problema anatómico que ha llevado a esta situación:

  • Frenillo.
  • Hipertrofia adenoide o amigdalar.
  • Una alteración dentaría.
  • Paladar ojival.
  • Falta de fuerza o agilidad en la lengua y labios.
  • Problemas de audición que hace que no pueda reproducir un sonido porque no se escucha adecuadamente.

Ante esta situación se actúa en primer lugar resolviendo la causa orgánica que tenga solución y tras resolver lo solucionable hay que hacer ejercicios que recuperen la movilidad y la fuerza de lengua, labios y musculatura de la boca.

Son problemas que tratados adecuadamente tienen solución. Por lo que como en otros casos, no es cuestión de «preocuparse» sino de consultar al profesional que pueda valorarlo adecuadamente y os recomiende la mejor forma de actuar en cada caso.

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Dermatitis Atópica

Dermatitis atópica en niños y bebes.

Qué es la dermatitis atópica que sufren entre el 10 y 20% de niños y bebés, cómo cuidar este tipo de piel y cómo tratar los brotes. Tratamiento preventivo.

Qué es la dermatitis atópica

La Dermatitis atópica no es sólo una piel más seca de lo normal, con poca secreción de grasa. Esa grasa debería formar una capa de protección frente a irritantes con los que tenemos contacto todos los días.

La Dermatitis Atópica es fundamentalmente la expresión en la piel de un mal funcionamiento del Sistema Defensivo.

Si un niño tiene la piel seca, pero no se hidrata, hidrátala.

Pero la dermatitis atópica de verdad, la que hace que un niño duerma mal por el picor y no pare de rascarse, la que cambia el carácter del niño volviéndolo más irritable, la que se acompaña de alergias alimentarias y respiratorias y acaba marcando la vida de muchos niños…. Esa no se va a mejorar jamás encontrando la crema perfecta para su piel.

Estos pacientes tienen siempre una piel más seca, en la que de vez en cuando aparecen reacciones ante irritantes en forma de eccemas o prúrigo:

  • Un eccema es una inflamación de la piel seca con descamación y picor.

Eccema en dermatitis atópica

  • Un prúrigo es la aparición de puntos con picor e inflamación de la piel: granos.

Lo importante en la Dermatitis astópica no es lograr que tenga la piel suave, sino normalizar el funcionamiento del Sistema Defensivo del niño.

Hay que distinguir entre lo que podemos hacer para cuidarla y el tratamiento de los brotes en sí.

Cómo cuidar la piel en niños y bebés con dermatitis atópica

Evitar irritantes en su ambiente:

La ropa interior que usan los niños con dermatitis atópica, (especialmente la de cama: sábanas, funda de almohada, pijama) deberían ser de algodón 100% y sin colorantes.

Hay que reducir la cantidad de polvo que hay en su ambiente, especialmente en su dormitorio, que es el sitio en el que pasa la mayor parte de su tiempo. En el polvo proliferan unos insectos microscópicos llamados ácaros, que son uno de los mayores irritantes para la dermatitis atópica. La habitación de un niño con dermatitis debe estar lo más despejada posible, para facilitar su limpieza. En especial debe evitarse que en ella haya: peluches (que además suelen estar hechos de fibras artificiales), estanterías con libros, alfombras, cortinas y posters.

Además, los ácaros proliferan con más facilidad en ambientes con temperatura y humedad constantes, por lo que conviene ventilar bien la habitación todos los días.

Hay niños cuya dermatitis atópica empeora en verano por culpa del sudor. Con el sudor se pegan sustancias como el polen, la contaminación, polvo… que irritan la piel. Por ello, además de su baño diario, cuando en verano sudan mucho es bueno ducharlos a media tarde, sin jabón siquiera, simplemente para quitarles el sudor de encima.

Después del baño deben secarse con toallas de algodón y empapando, sin frotar. No frotamos, para no eliminar totalmente la grasa que sobre la piel dejan los jabones y aceites de baño para dermatitis.

Otro irritante importante para la dermatitis atópica puede ser el cloro de las piscinas. Por ello, deben ducharse en cuanto salgan del agua. Y si se puede elegir les va mejor la depuración por sal o el agua de mar que el cloro.

Si en zonas de contacto con joyería (p.ej. pendientes en las niñas) aparecen eccemas con frecuencia, conviene eliminar las joyas.

Reponer la capa protectora de grasa que no tiene de forma natural:

Consiste en formar sobre su piel una capa grasa de protección, de la que el niño con dermatitis atópica, carece.

Hay muchas cremas hidratantes para pieles secas en la farmacia. No hay forma de saber cual le irá bien a cada niño hasta que la prueba. Así que a probar, y si una le va bien no la cambies.

Evitar alimentos que favorezcan los brotes de dermatitis atópica:

Hay ciertos alimentos que son ricos en histaminas. Las histaminas son sustancias que también produce nuestro cuerpo para reaccionar frente a irritantes.

De hecho el tratamiento más básico de las alergias son los anti-histamínicos.

Por tanto si comemos alimentos ricos en histaminas pueden aparecer reacciones alérgicas con más facilidad.

El primer alimento de esta lista es el chocolate: No es que los niños a los que salen granos al tomar chocolate sean alérgicos a él.

La mayoría simplemente hacen alergias a otras cosas que se desencadenan con más facilidad tras tomar chocolate por aumentar la cantidad de histaminas en nuestro organismo.

Los alimentos que debe evitar un niño con dermatitis atópica son, sobre todo:
Chocolate, vainilla, frutos secos, embutidos y quesos curados, alimentos enlatados y alimentos ricos en colorantes (batidos, chucherías, yogur de sabores…)

Todo lo dicho hasta ahora son las medidas habituales en un niño con dermatitis atópica para evitar los brotes o al menos reducir su frecuencia e intensidad.

Tratamiento cuando aparece el brote de dermatitis atópica en niños

Según lo intenso que sea se trata de forma diferente. Podemos establecer una escala con las cremas. A modo de ejemplo os voy a indicar con marcas comerciales. Aunque os recomiendo que si no tenéis mucha experiencia con la dermatitis atópica, sea valorada siempre por vuestro pediatra antes de iniciar cualquier tratamiento.

En niños con brotes frecuentes de Dermatitis Atópica, el esquema que yo sigo es:

    • Crema hidratante para pieles secas a diario cuantas veces precise (picor o sequedad evidente). No hay una que sea la mejor. A cada niño le va bien una. Es cuestión de probar, y la que mejor le vaya, mantenerla. Estas sería para prevenir los brotes.

  • En cuanto al baño debemos evitar los geles con jabón, ya qu elimina la capa grasa del niño. Hay varias alternativas:
    1. No bañar al niño todos los días.
    2. Hacerlo con geles sin jabon ni perfumes alergizantes, especiales para pieles sensibles.
    3. Hacerlo con aceites ricos en Omega 3 y 6 de origen vegetal.

Cuando ya ha empezado el brote de Dermatitis Atópica:

  • Cremas antiinflamatorias pero sin corticoides. Hay varias en el mercado, pero cambian de nombre según el país.
    Se puede usar en el entorno de ojos y boca y durante el tiempo necesario. Suele aplicarse dos veces al día en la zona irritada hasta que desaparece.

Si no cede o empeora:

  • Corticoides en emulsión o crema / 12-24 horas. Es recomendable no usar más de dos semanas seguidas en una misma zona. Yo prefiero corticoides que se inactiven al pasar a la sangre. Aunque son más seguros y puede usarse en torno a los ojos o la boca, conviene no abusar en esas zonas en la medida de lo posible.

Si aún así no mejora:

  • Corticoide más antibiótico / 12 horas. Si habéis llegado hasta éste punto os recuerdo que es conveniente que su pediatra vea las lesiones, por si estáis tratando como dermatitis atópica lo que no lo es.

En cualquiera de los escalones anteriores si pica (que suele picar y mucho) conviene dar un antihistamínico (por ejemplo Clorfeniramina en jarabe) para calmarlo. Si no lo hacemos evidentemente no parará de rascarse, lo que además de ser molesto, empeora la dermatitis atópica.

Pero vamos más allá, vamos al origen: Normalicemos el funcionamiento del Sistema Defensivo

Sólo haciendo esto podemos de verdad mejorar a largo plazo la evolución de tu hijo.

Y haciéndolo reducimos las posibilidades de que siga con lo que llamamos la Marcha Atópica. ¿Sabes lo que es?

La Marcha Atópica

Durante los primeros años de nuestra vida el Sistema Defensivo ajusta su funcionamiento al entorno en el que le toca vivir.

Si lo hace bien va a ser una pieza clave en nuestra salud durante toda la vida.

Pero si lo hace mal puede ser un origen constante de problemas de salud.

Nuestra forma de vida ha cambiado mucho en poco tiempo. Biológicamente nos diferenciamos poco de los humanos nómadas que hemos sido el 99% de nuestra historia. Y sin embargo en la actualidad somos sedentarios y hemos modificado el entorno que nos rodea hasta límintes inimaginables para nuestros antepasados.

El resultado está haciendo de la Obesidad y las Enfermedades del Sistema Inmunitario (Alergias, Autoinmunidad y Cáncer) las dos causas principales de enfermedad en nuestro tiempo. Ambos causados por nuestros hábitos.

A nivel inmunitario:

Cada vez hay más dermatitis atópica.

Vemos muchas más alergias alimentarias.

Hiperreactividad respiratoria con Bronquitis, Otitis de repetición, hipertrofia de adenoides… son cada vez más habituales.

Aumenta y aumenta la frencuencia de Asma.

A partir de la pubertad e incluso antes, más Enfermedades Autoinmunes.

Más y más Cáncer.

Compra el libro Crianza Respetuosa de Jesús Garrido¿Qué podemos hacer en la actualidad para contrarrestar esta clara desviación del Sistema Defensivo, especialmente en los niños que ya empiezan a manifestar estos problemas?

El Sol y la Dermatitis Atópica

Entre los orígenes de la dermatitis atópica uno a destacar es la falta de exposición solar.

Desde que aparecimos en este planeta y hasta hace muy poco tiempo, los humanos hemos sido fundamentalmente Nómadas.

Esto significa que toda nuestra vida había una exposición solar intensa y constante. Y uno de los efectos del sol es que estimula la producción de vitamina D (que tiene el efecto de regular la actividad del sistema defensivo) y destruye parte de las células defensivas que pasan por la piel.

Hace relativamente poco tiempo que nos volvimos sedentarios, reduciendo la exposición al sol. Y en la actualidad tenemos auténtico pánico al sol, para evitar el envejecimiento y el cáncer de piel.

El problema es que una exposición escasa deja un sistema defensivo con más capacidad de la necesaria que reaccione a cualquier irritante de forma excesiva. Esto causa dermatitis atópica en la piel, asma en la vía respiratoria y alergias alimentarias en el intestino.

Por eso la dermatitis atópica suele mejorar en verano en todo el cuerpo menos los pliegues (donde menos sol le da).

Debemos revisar nuestra relación con el sol. Lo que debemos evitar son las quemaduras.

Mi consejo es que expongas a tu hijo al Sol tanto como puedas en las horas en las que tiene menos intensidad.

Y vayas aumentando poco a poco la exposición teniendo como límite claro evitar que se queme.

Recurre a la Crema de Protección Solar sólo cuando preveas que puede generar una quemadura solar. 

Y en Cremas de Protección las hay que van mejor o peor en Dermatitis Atópica.

Si lo haces así el niño irá generando una protección propia, la melanina, que aumentará en verano y bajará en invierno. Una protección que lleva siempre encima, no se elimina con el agua ni el sudor y no se te olvida aplicar. Y mejorará su dermatitis atópica.

Desequilibrio de Omegas en Dermatitis Atópica.

Hay muchas teorías sobre el porqué de la dermatitis atópica. Una de ellas atribuye un papel importante a los Omega 3. Unas grasas que nuestro cuerpo debe tomar de la dieta porque no es capaz de sintetizarlas. A parte de otros efectos sobre el desarrollo neurológico y la hiperactividad y el déficit de atención, la carencia de Omega 3 parece empeorar la dermatitis atópica. Pueden darse alimentos ricos en omega 3 (pescado azul, aceite de oliva, aceite de onagra…) o suplementos de venta en farmacia específicos de esta sustancia. No funciona en todos los niños, pero dado de forma continuada parece mejorar en muchos la dermatitis.

Un factor relacionado con esto son las «grasas trans». Son grasas especialmente perjudiciales por su capacidad de oxidar otras sustancias. Son el enemigo número uno de los omega 3, ya que pueden destruirlos al oxidarlos. En algunos países está empezando a legislarse contra su uso en la alimentación, pero por ahora en España, ni siquiera es obligatorio indicar en los alimentos que las llevan. Suelen ir especialemente en Bollería industrial.

Otro problema es el exceso de Omega 6 de origen animal (carne grasa y piel de animales) en la dieta. ya que el balance entre Omega 3 (aceites vegetales y pescado azul) y 6 de origen vegetal (aceite de oliva, nuez…) en el lado beneficioso y omega 6 de origen animal en el lado perjudicial regula muchos procesos inflamatorios.

En la dieta occidental esta relación está muy desplazada hacia los segundos, lo que favorece los procesos inflamatorios y con ellos las alergias en general.

Es necesario reducir la cantidad de alimentos ricos en grasa animal y aumentar los ricos en grasas vegetales y pescado azul. Y mientras esto se consigue, puede ser necesario el aporte de Omega 3 en suplementos.

Flora intestinal y Dermatitis Atópica

Otra de las teorías sobre el origen de la dermatitis incluye a la flora intestinal entre sus causas.

Hay gérmenes que producen sustáncias que reducen la tendencia a la inflamación, como los butiratos. Y otras que al ser agresivas dañan al intestino y excitan al sistema defensivo.

En este aspecto hay una serie de consejos que son importantes:

  1. Si tu hijo nace por Cesárea, sus “primeros gérmenes” no van a ser los Lactobacilos y Bifidobacterias de tu vagina (gérmenes buenos), sino gérmenes hospitalarios (multirresistentes y agresivos). Por tanto, la cesárea sólo si es necesaria y cuando lo sea aporta Probióticos  durante los primeros meses de vida. Y si puedes aliméntalo con Lactancia Materna.  Si no puedes o escoges no dar Lactancia Materna busca una Leche Adaptada que incluya Probióticos y Prebióticos en su composición.
  2. Si tu hijo toma Antibióticos, no solo van a matar las bacterias malas, también lo harán con las bacterias buenas. Y tras esa eliminación no tenemos garantía de que lo que ocupe su sitio sea lo adecuado. Cuando no lo es, podemos enlazar infecciones una tras otra, recurriendo una y otra vez a los antibióticos. Para evitarlo:
    1. No debemos usar Antibióticos a la ligera. No lo uses sin que te lo prescriba un médico. Y no aceptes prescripciones del tipo “si no mejora en dos días dale el Antibiótico” o “si empeora dale el Antibiótico”. Si no mejora o empeora vuelve al médico, para que vuelva a valorarlo y decida si el Antibiótico es necesario o no.
    2. Siempre que des un Antibiótico a tu hijo acompáñalo de un Probiótico tipo Levadura durante el tratamiento (Saccharomices Boullardii) y completa la reconstrucción con Probióticos Bacterianos (Bifidobacterias y Lactobacilos) tras acabar el antibiótico, como mínimo durante 2 semanas. Mejor si es un par de meses. Los probióticos bacterianos sólo mientras toma el antibiótico son claramente insuficientes, porque el antibiótico los mata y porque alcanzar un nuevo equilibrio de la flora en menos de semanas-meses no es realista. Si quieres marcas, yo suelo usar Saccharomices Boullardii 1 sobre / día durante el tratamiento Antibiótico. Tras acabarlo, Reuteri 5 gotas al día hasta acabar el bote, luego Prodefen 8 gotas al día hasta acabar el bote.

Alergias Alimentarias y Dermatitis Atópica

En algunos casos, los brotes aparecen relacionados con una alergia alimentaria.

Tal vez te hayan dicho que elimines la Leche de la dieta de tu hijo y mejorará la Dermatitis. Casi nunca funciona. Pero a veces sí. Y al que le funciona (porque su hijo era alérgico a las Proteínas de la Leche de Vaca) lo canta a los 4 vientos.

Pero por desgracia no es tan simple. Son pocos los niños en los que la dermatitis tiene como base la Alergia a un Alimento. Aunque los hay.

Yo, antes de volvernos locos quitando alimentos de la dieta suelo hacer una analítica en la Caca: La Calprotectina Fecal. Nos indica si hay o no una inflamación intestinal importante. Cuando la hay, debemos buscar la causa y en estos casos sí suele haber una mejoría.

Pero si la Calprotectina es normal nos dice que no hay una inflamación significativa en el intestino y difícilmente vamos a mejorar eliminando alimentos.

Azúcar en la dieta y Dermatitis Atópica

El azúcar es casi omnipresente en la dieta moderna….

¡Y en la antigua! Siempre hemos tomado azúcar. Pero el azúcar en la Naturaleza aparece en concentraciones mucho menores y con fibra, lo que dificulta su absorción. En la actualidad añadimos azúcar a casi cualquier cosa y eliminamos la fiebre que la acompaña.

Ese exceso de azúcar distorsiona nuestra flora intestinal favoreciendo que proliferen en exceso gérmenes que no lo harían sin eses recurso extra y que pueden volverse agresivos estimulando al sistema defensivo a responder de forma excesiva.

En los niños en general y en los que tienen problemas de alergias y Dermatitis Atópica, una dieta más natural, sin azúcares añadidos o liberados ayuda a mantener una flora amigable. Cuanta más azúcar, flora más agresiva, sistema defensivo más agresivo….

Dejemos de ver la Dermatitis Atópica como un juego de búsqueda de la crema perfecta y hagamos un abordaje más global.

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Quitar el pañal a un niño

Evita los problemas más frecuentes al retirar el pañal a un niño.

 

Quitar el pañal a un niño: Uno de los puntos cruciales en el desarrollo de un niño es cuando dejamos de usar el pañal.

El momento para dar el paso de quitar el pañal a un niño depende de varias cuestiones:

Si el niño está preparado. Esto es fundamental. No todos los niños evolucionan a la misma velocidad. Los padres deben intentarlo con margen suficiente de tiempo y entendiendo que es posible que lo intentemos, no funcione en absoluto, lo hagamos semanas después sin éxito, y las veces que sea necesario. Pero sin agobiarnos ni presionar al niño. Todo llegará.

Escolarización: Se tiene mucha tendencia hoy en día a establecer fechas para todo en el desarrollo de los niños. En este caso el problema para muchos padres es que cuando empiezan el curso con 3 años en el colegio ya no dejan a los niños que vayan con pañal. Y eso quiere decir que en la mayoría de los casos se plantea el tema en el verano previo a ese curso. Pero hay niños que están preparados mucho antes y otros que lo estarán algo más tarde. Tanto padres como colegios deberían ser algo flexibles en esto, y en la mayoría de los casos lo son. El problema para los colegios es el número de cuidadores. Está claro que una maestra no puede encargarse de cambiar los pañales de 25 ó 30 niños.

¿En verano? Como todo en esta vida, lo normal es que al empezar a hacer algo, haya fallos. Eso quiere decir que todos tienen algún escape. Y como en verano se necesita menos ropa y si se moja el niño hay menos problemas con el frío, suele preferirse el verano como momento para intentar retirar el pañal. En muchos casos en centros infantiles se hace sin embargo a lo largo del curso en que la mayoría de niños tiene ya 2 años.

El momento escogido en la mayoría de los casos es el primer verano que el niño empieza con los dos años ya cumplidos.

¿Qué va primero, la caca o el pipí?

El pañal recoge tanto caca como pipí. Para poder quitar el pañal al niño necesitamos que controle ambas.

Lo que más problemas suele generar es la caca. Y suele hacerlo por estreñimiento.

Cuando un niño es privado de su pañal sin estar preparado para hacer caca fuera de él, pueden no hacer. Y pueden pasar los días sin que haga. Al final, llegarán lo dolores de barriga y cuando por fín haga (a veces sólo tras un enema) puede ser caca dura y voluminosa.

Al salir, puede hacer daño. Muchos niños hacen fisuras en el ano. Eso duele. El resultado es que el niño no sabe hacer caca fuera del pañal, pero es que ahora tampoco quiere hacer porque le duele. Esta situación es la peor a la que se puede llegar al quitar el pañal: Una fisura anal.

Por tanto, lo primero es conseguir que haga caca fuera del pañal.

¿Donde poner a hacer caca a un niño al que estamos retirando el pañal?

El wáter de los mayores es para la mayoría de los niños un sitio donde no les resulta cómodo sentarse. El agujero es demasiado grande para su mini-culete. Y tiene la sensación de que van a caerse dentro. Además la altura a la que está no les permite apoyar los pies. Con lo que tienen que mantenerse en equilibrio.

Concentrarse en hacer caca mientras intentan hacer equilibrios y no «caer en el abismo», no es precisamente ponerles las cosas fáciles.

Por eso la mayoría suelen empezar en un orinal, más o menos estrambótico según lo que se le ocurre a los padres que puede llamarles más la atención. Con el orinal, debemos buscar uno con el redondel de un tamaño adecuado para el culete del niño. de modo que pueda apoyarse cómodamente en él. Y que la base del orinal sea lo más estable posible.

Los hay con un sensor que al detectar el pis hacen algún ruido (desde aplausos hasta una canción). Para mí esto es totalmente prescindible. Y no es el primer niño que los padres me cuentan que al sonar el ruido se ha levantado despavorido del orinal y no ha querido acercarse más a él en semanas.

El proceso para retirar el pañal al niño

La primera primavera-verano que el niño tiene ya los dos años (o casi), el objetivo es motivarlo para que nos avise cuando tiene ganas de hacer caca o pipí, que llegue hasta el orinal, y sea capaz de hacer allí.

Con la caca distingo dos grupos de niños:

  • Si el niño tiene una hora en la que habitualmente hace caca, conviene animarlo en ese momento a que pruebre a hacer caca en el orinal, celebrando si lo consigue. Y si no lo consigue, poniendo el pañal inmediatamente, para darle la ocasión de hacer en el pañal si así lo prefiere. Una de las cosas que más ayudan a quitar el pañal es tener un horario más o menos claro.
  • En niños que tienen tendencia a estreñirse y no tiene un horario claro para hacer caca recomiendo lo siguiente: Usar un laxante desde unos días antes de intentar retirar el pañal. El laxante se daría un par de horas antes del momento del día en que deseamos que le de ganas de hacer caca. Conviene que sea una hora a la que habitualmente estemos tranquilos en casa, para que sea un ritmo que podamos mantener de forma regular. El laxante que suelo recomendar es la lactulosa. Y la dosis puede empezarse por 2ml y subir o bajar la cantidad poco a poco (medio mililitro más o menos cada día) según el efecto que le haga. Suele tardar en hacer efecto un par de horas. Cuando veamos que lleva varios días haciendo caca «como un reloj», podemos animarle a que se siente en el orinal para hacer la caca. Si lo conseguimos durante varios días seguidos, podemos ir reduciendo la cantidad de laxante poco a poco al tiempo que insistimos en más fribra en la dieta y procuramos no darle más de medio litro de lácteos al día.

Tenemos que superar 3 pasos:

  1. Detectar cuándo tiene ganas de hacer caca. En principio debemos estar atentos a su conducta para detectar cuándo tiene ganas de hacer. Podemos poner excusas: “Es mejora hacer en el baño para que no huela peste en el salón”. Hasta que llegue el momento que sea él quien nos lo pide.
  2. Que aguante a llegar al baño. Y no se le pasen las ganas.
  3. Hacer en el baño. 

Controlar el pipí durante el día.

Una vez que la caca se controla de forma regular, es cuando podemos probar a quitar el pañal también para el pipí. Para evitar los escapes de orina hay que invitar al niño a hacer pipí cada hora: Poneos la alarma en el móvil, para no olvidarlo. Si lo conseguimos y vemos que aguanta bien cada hora, pasamos a no avisarle antes de la hora y media. Si sigue controlando, lo ponemos cada dos horas… Hasta que llegue un momento que sistemáticamente nos avise.

Si en cualquier momento se ve inquieto, invitadlo a ir al baño y recordádselo como máximo cada 3 ó 4 horas durante al menos los 2 años siguientes.

En ningún caso intentéis esto antes de tener regulada la caca.

La clave en esto es recordárselo con frecuencia.

Controlar el pipí de noche no depende de él.

Aún controlando el pipí de día no debéis quitarle el pañal por las noches hasta que apreciéis que se levanta con él seco casi todas las mañanas. Se considera normal que un niño no controle de noche hasta los 5 años. A partir de ahí se considera Enuresis Nocturna Primaria.

No le quites el pañal de noche hasta que se despierte día tras día con el pañal seco.

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Pérdida de Peso por una Infección

Pérdida de peso de un niño cuando sufre una infección.

Pérdida de peso por una Infección: A qué se debe. Qué es normal y qué no. Cómo podemos ayudar el niño durante y tras la infección.

Este artículo es en respuesta al tema pedido por Ana Moya en nuestra comunidad de Facebook:

Estos días nos encontramos con muchos niños enfermos en casa por la Gripe. Una semana en casa con poco animo de alimentarse, como resultado de ello encontramos una bajada de peso considerable. Me gustaría que comentaras que bebida y comida podemos darles mientras se encuentran mal y como recuperar defensas después o con que alimentos o medicinales podemos ayudar a aumentar sus defensas.
Gracias

¿Por qué hay Pérdida de peso por una Infección?

Toda infección supone una agresión al cuerpo.

Y para contrarrestarla necesitamos dedicar recursos que no gastamos en eso cuando estamos sanos.

Lo más evidente es la fiebre.

Si con las gripes que estamos pasando hay muchos niños que pueden estar con fiebre de más de 39º entre 5 y7 días, se gasta muchísima energía.

La fiebre aparece como un mecanismo del cuerpo para activar las defensas y combatir la infección. Es un mecanismo defensivo. Pero a veces lo tratamos. Y lo hacemos precisamente porque puede agotar demasiado al niño.

Para mantener la temperatura normal del cuerpo gastamos continuamente energía. Pero cuando hay fiebre ese gasto se multiplica.

Por lo tanto, la primera medida para evitar que un niño pierda mucho peso con una infección es ayudarle a controlar la fiebre. Esto puede hacerse:

– Con medios físicos.

– Con medicamentos.

– Manteniendo al niño bien hidratado. Aunque un niño no tenga vómitos ni diarrea, con el sudor de la fiebre se pierde más agua que en condiciones normales.

Pero también porque la propia infección puede hacer que no se alimente bien

Hay infecciones que cursan con vómitos o diarrea. Cuando esto ocurre es evidente que va a haber pérdida de peso.

Si vomita con facilidad pierde la posibilidad de alimentarse de una parte importante de lo que toma. Merece la pena dar medicamentos para reducir los vómitos si son frecuentes. Con ello buscamos que no se deshidrate, que no pierda mucho peso y evitar la molestia del propio vómito, que es mucha.

Si tiene mucha diarrea pasa lo mismo.

Tanto los vómitos como la diarrea se desencadenan con más facilidad cuando tomamos cantidades grandes de alimento o bebida. Por lo que podemos mejorarlos dando muchas veces cantidades pequeñas. 

Pero no solemos pensar en que el simple hecho de tener mucho moco también puede tener el mismo resultado.

La gran mayoría de los mocos que genera un niño no van fuera de su cuerpo por la nariz o escupiéndolos por la boca. Van al intestino. El niño se los traga.

Esto tiene un doble efecto negativo sobre su capacidad de alimentarse:

  1. En primer lugar, el moco es azúcar y proteínas. Con lo que si traga moco constantemente el niño no tendrá hambre. El problema es que son azúcar y proteínas generadas por el propio cuerpo, por lo que es reciclaje. El niño produce moco y digiere y absorbe parte de él. Pero es más lo que se pierde.
  2. Aun comiendo, con el estómago y el intestino llenos de moco la digestión es mucho menos efectiva, con lo que de lo que come gran parte se desaprovecha.

Lo único que puede ayudar aquí es eliminar mocos de otra forma que no sea tragarlos.

Por eso mucha gente recomienda los lavados nasales. Pueden ayudar si lo que tiene el niño son muchos mocos espesos de nariz. Cuando el moco es claro o es moco espeso de garganta los lavados sirven de poco.

En el moco claro de nariz van mejor los antihistamínicos.

En el moco espeso de garganta van mejor los corticoides nasales.

Otras veces es el dolor al alimentarse lo que les hace perder peso

Infecciones como una amigdalitis, una faringitis, una estomatitis herpética… pueden dar un dolor tan intenso al tragar que hacen que el niño rechace la comida aunque tenga hambre.

Aquí la clave es calmar el dolor con antiinflamatorios.

¿Qué pérdida de peso es normal y cuál no?

Cuando un niño que tiene una infección come mal no es raro que los padres acudan preocupados a la consulta porque ha perdido mucho. A veces son exagerados: “¡Ha perdido al menos 2 kilos!”

Como he explicado es normal que pierdan algo de peso. Pero no más de un 5-10% del peso que tenía antes de la infección. 

Conviene pesarlos y ver la evolución. Una pérdida de más del 10 % del peso puede hacernos pensar que es necesario rehidratarlo y alimentarlo de formas que no puedes realizar en casa… A veces precisan ingreso hospitalario.

¿Cómo podemos ayudar el niño durante la infección?

Ya he comentado algunas de las formas:

  1. Ayudarle a controlar la fiebre con medicamentos o medios físicos.
  2. Ofrecer líquido y comida con frecuencia, pero en cantidades pequeñas.
  3. No ser muy estrictos con el tema de las dietas para la diarrea o los vómitos. Permite que el niño tome cantidades pequeñas de lo que le apetezca mientras no le sienten claramente mal.
  4. Tratar el dolor si le impide alimentarse.
  5. Reducir los mocos si le hacen no comer.
  6. Medicamentos para la tos si le provoca el vómito.
  7. Cortar los vómitos con medicación si son frecuentes.

¿Y hay algo que pueda ayudarle después para recuperarse antes?

Los suplementos vitamínicos no son necesarios si el niño come poco, pero variado. Porque siendo así no hay carencias importantes.

En niños que tienen de base un poco de anemia sí puede ser útil dar un suplemento de hierro si no conseguimos que tome alimentos ricos en él como carnes, legumbres, moluscos…

La clave es no caer en el error de reducir la variedad de la dieta con tal de que coma algo. Cuando un niño supera una infección en la que ha perdido peso, habitualmente come como una lima y se repone en pocas semanas. Dale su tiempo, pero que lo haga con una dieta sana y variada. Siendo así son innecesarios los suplementos.

La mayoría pierden peso y en menos de dos semanas lo han recuperado.

¿Y para ayudar a subir sus defensas?

Si tiene muchas infecciónes, pero las supera todas sin ayudas extraordinarias (ingreso hospitalario), son los bichos los que deberían tomar algo que les ayude a atacar a tu hijo. Que tenga muchas infecciones es normal. Si las vence todas él, es un asesino en serie de bichos temible. No necesita mucha ayuda. Una dieta variada y descanso suelen bastar.

 

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El recorrido del agua en el cuerpo de un niño o bebé

El agua es el principal componente del cuerpo del bebé. Es importante mantenerlo hidratado y hacerlo con agua de buena calidad.

El agua es el principal nutriente del organismo. Este vídeo explica fácilmente el camino que sigue en el organismo de un niño o bebé.

El agua es el nutriente más importante de los seres vivos. Para los seres humanos no es una excepción.

Y los niños tienen una mayor proporción de su cuerpo en forma de agua.

El vídeo nos muestra de forma esquemática algunos detalles importantes:

  • El agua entra en forma de líquido o con los alimentos.
  • En el intestino la absorbemos y pasa a la sangre.
  • La circulación la lleva a todos los puntos del organismo. Sirve de base de transporte, pasa a los tejidos ocupando espacio entre las células y en su interior.
  • Arrastra además los desechos del organismo que son purificados en el riñón y expulsados en la orina.
  • Pero no todo el agua que ingerimos es absorbida. Una parte debe quedar en las heces. Cuando esa cantidad es muy baja nos estreñimos. Cuando es demasiada aparece la diarrea.
  • La perdemos además a través de la respiración, en la mucosidad y con el sudor…

El cuerpo debe mantener una cantidad casi constante de este elemento. Y está muy bien preparado para hacerlo. Pero cuando hay pérdidas extraordinarias puede necesitar un aporte de agua por encima de lo normal.

Las situaciones que pueden hacer perder agua con más facilidad a un bebé o un niño son:

  • Diarrea. Cuando hay una irritación en el intestino que impide que absorba el agua que el cuerpo necesita. Aunque estemos tomándola en cantidad adecuada, se pierde.
  • Vómitos. Una irritación del estómago hace que lo que entra en él no pase hacia el intestino, sino que se retenga y sea expulsado por arriba. Suele ocurrir cuando el estómago detecta algo que le daña y se activan mecanismos para expulsarlo en lugar de permitir que pase hacia el intestino y lo dañe.
  • Fiebre. Cuando el cuerpo sube su temperatura puede perder agua por dos vías: Sudando y con la respiración, ya que cuanto más sube la fiebre más se acelera la respiración y más agua sale en ella.
  • Exceso de calor en el ambiente. Por ejemplo si dejamos a un bebé en la playa en las horas centrales del día. Aunque esté bajo una sombrilla puede estar a temperaturas muy superiores a 40º C. Y en esas condiciones la única vía para mantener la temperatura del cuerpo es sudar.

Aporte adecuado de agua

En todas estas situaciones es especialmente importante aportar cantidad suficiente a niños y bebés para evitar la deshidratación. Y será mucho más acuciante cuanto menor sea la edad del bebé. Ya que en los más pequeños la capacidad de adaptación es menor.

Cuando falta en el organismo hablamos de deshidratación. En un bebé suele notarse porque la boca está seca, la piel pálida y las ojeras marcadas.

Lo ideal para evitarlo es aportar cantidades pequeñas pero frecuentemente. Así suele ser mejor tolerada que si damos mucha cantidad de golpe. Especialmente será recomendable fraccionar las tomas cuando el bebé presente vómitos o diarrea. Porque cuando toma cantidades más pequeñas es más fácil que se retenga y asimile. Cuando toma cantidades mayores es más probable que se desencadene el vómito o el retortijón que acabe en diarrea.

En el cuerpo hay un equilibrio importante entre minerales y agua. Cuando aportamos un exceso de minerales deben ser eliminados por el riñón. Es parte de su trabajo. Entre las cualidades a destacar de un agua buena para niños y bebés está el hecho de que tenga una mineralización baja. Ya que si no es así, para el riñón supone una sobrecarga tener que eliminar constantemente una cantidad mayor de minerales que el cuerpo no necesita.

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Urticaria en Niños y Bebés

Urticaria en niños y bebés

Urticaria: Una alteración llamativa en la piel de niños y bebés. Pero, cuál es su causa y cómo se trata. Tranquilos, lo primero, no es grave.

Qué es una urticaria

Una Urticaria es una reacción alérgica. Son frecuentes en niños y bebés. Su causa es casi imposible de averiguar porque suele deberse a la combinación de varios estímulos a la vez, que por separado no generan problemas.

Un ejemplo del desencadenamiento de una urticaria:

  • Un niño puede haber comido huevo montones de veces sin que sufra ninguna reacción.
  • Tal vez tiene un pijama con un colorante que se ha puesto muchas noches sin que parezca que sea sensible.
  • Pero un día tiene un pequeño catarro. Nada raro. Como otros muchos que ha pasado. Sin embargo ese día la combinación del virus con el colorante y restos de proteínas del huevo generan una molécula nueva contra la que el niño sí reacciona.
  • El sistema defensivo se activa y empieza a reaccionar contra esa molécula donde la encuentra. Va circulando por la sangre. Y la reacción aparece allá donde se deposita. Por eso cursa en brotes que además van cambiando de zona.

 

Urticaria en niños
Urticaria en niño

La urticaria suele evolucionar en brotes,

de modo que aparecen y desaparecen rápidamente

y pueden ir cambiando de zona.

Evolución de la urticaria en niños y bebés

Lo más característico de la urticaria, y lo que suele alarmar, es lo rápido que aparecen las lesiones en la piel. Puede ser cuestión de segundos. Las ves como aparecen en muy poco tiempo.

Esto alarma porque al ver la velocidad a la que van saliendo y extendiéndose uno piensa: ¿Hasta dónde puede llegar la reacción? ¿Llegará a ser tan intensa que ponga en riesgo si vida?

Lo que algunos temen es que pueda ser el inicio de un Shock Anafiláctico. Pero esto es rarísimo. Para que esto ocurra la reacción debe ser muy, muy intensa. Sucede cuando la inflamación es tal que sale una cantidad tan importante de líquido de la sangre hacia las zonas inflamadas que nos deja con demasiado poco volumen de sangre para irrigar los tejidos vitales. Pero como os digo esto es muy, muy, muy…… muy poco frecuente en niños. Así que sin agobios.

Y lo mismo de rápido que sale, a veces desaparece. Por esto mi consejo es que cuando esté muy llamativa le hagáis una foto con el móvil. Son muchos los niños y bebés que cuando llegan a urgencias ya no tienen nada o es mínimo. Esa foto puede ser clave para que el pediatra que lo atienda tenga clarísimo el diagnóstico y el tratamiento que debe aplicar a vuestro hijo.

El tercer punto que caracteriza a la urticaria es que suele evolucionar en brotes. Desaparece, vuelve a aparecer… Y lo hace cambiando de localización.

En algunos casos hay un sólo brote. En otros pueden seguir apareciendo durante varias semanas. 

La diferencia con otras reaccionas que a veces confundimos, como una picadura de insecto, es evidente. En una picadura por ejemplo la reacción está donde pica el insecto. En la urticaria no hay una zona permanente. Cambia sin parar.

Cómo se trata la urticaria en niños y bebés

El tratamiento de las urticarias es el mismo, independientemente de la causa. Va en función de su intensidad.

De modo que empezamos tratando sólo con un antihistamínico si la reacción afecta únicamente a la piel. Es decir, cuando no hay dificultad respiratoria ni vómitos. Y la intensidad de la reacción en la piel es moderada.

Es normal que la urticaria en niños siga dando brotes durante unos días, pero caca vez más débiles.

Si en algún momento tiene un brote más intenso a pesar de estar tomando el antihistamínico, entonces añadimos al tratamiento un corticoide.

El tratamiento de la urticaria en niños puede darse por boca siempre que el niño lo tolere.

Sólo es necesario pinchar el tratamiento de la urticaria si el niño no quiere o no puede tomar el tratamiento por vía oral.

En algunos casos, cuando la reacción es muy intensa y duradera, puede ser necesario tratar la urticaria en niño por vía intravenosa. Es decir, hospitalizando al niño. Pero esto no es frecuente.

Mientras damos en ese caso el corticoide se sigue dando además el antihistamínico. Pueden mezclarse y darse juntos.

Es recomendable además evitar ciertos alimentos. No porque sean los causantes de la urticaria, sino porque son ricos en histaminas y pueden empeorar la reacción:
Chocolate, vainilla, frutos secos, alimentos enlatados, embutidos curados, quesos curados y alimentos ricos en colorantes (chuches, batidos…)

La aplicación de cremas en la urticaria es inútil. La razón es fácil de entender: Como va cambiando de zona rápidamente, ¿dónde aplicas la crema? Puedes ir persiguiendo la reacción. Y de hecho a veces la piel está tan reactiva que precisamente donde aplicas la crema aparece reacción. No es que la crema sea la causante de la alergia. Es que, como explicaré ahora, uno de los factores que pueden desencadenar la reacción cuando ya está activa es someter a frío la piel. Y si la crema lo está…

Averiguar la causa de la urticaria en niños y bebés

De verdad, es lo que más suele preocupar a los padres. Pero la clave es entender que esto es secundario y que además suele ser imposible en la mayoría de los casos.

Hay muchos tipos de urticaria en función del desencadenante:

  • Urticaria acuagénica.
  • Por el frío.
  • Urticaria por contacto.
  • Autoinmune.
  • Colinérgica.
  • Vasculitis urticariana.

Tendemos a atribuir a estos desencadenantes su causa. Pero no siempre aparecen cuando el desencadenante está ahí. Con lo que en la práctica sigue siendo bastante poco útil llegar a un diagnóstico concreto.

Sólo merece la pena en niños que las sufren con frecuencia.

Un niño puede tener más facilidad que los demás para desencadenar urticarias por frío. Pero en la práctica es imposible que pase frío en algún momento. Podemos ser más cuidadosos. Pero no podremos impedirlo siempre.

Y unas veces aparecerá, otras no, cuando el niño sufre un enfriamiento rápido de la piel. Lo que significa que realmente el problema no es el frío por sí solo. Sino que cuando el niño contacta con alguno o algunos desencadenantes y se suma el frío, puede aparecer la urticaria con más facilidad.

Mi consejo, de verdad es que no gastéis una sola neurona intentando averiguar la causa. Casi nunca hay una identificable y al final la urticaria se reduce a usar el tratamiento descrito.

 

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Meningitis en niños

Punción lumbar en meningitis de niños y bebés.

Información para ayudar a los padres de un niño con Meningitis. ¿Qué es? ¿puede morir o tener secuelas? Tipos de meningitis. Punción lumbar.

 

La idea de este artículo es explicar los conceptos que con más frecuencia suelen ser motivo de dudas para los padres de un niño ingresado por meningitis.

¿Qué es la meningitis?

Es una infección que inflama las Meninges.

Las meninges son unas membranas que cubren al sistema nervioso central.

En algunos casos, una infección banal (lo más frecuente, una faringoamigdalitis) empieza en un niño que por cualquier motivo tiene en ese momento las defensas bajas. La infección pasa a sangre y se asienta en las Meninges.

Ya quisiéramos los pediatras que hubiese alguna forma de saber, entre todos los niños con faringoamigdalitis, cuál va a hacer la Meningitis y cuál no. Pero hasta que la hace, es imposible.

Con lo que a la pregunta «¿Esto, podía haberse evitado?» La respuesta es «No. En esta vida hay cosas que dependen de la buena o mala suerte.»

La única prevención razonable para evitar Meningitis es la vacunación.

Lo que nos lleva a la segunda pregunta frecuente.

Mi hijo está vacunado contra la Meningitis, ¿Cómo es posible que la haya cogido?

Hay tres motivos por los que un niño «vacunado contra la meningitis» puede sufrir una:

– Hay muchos gérmenes capaces de producir Meningitis. No todos ellos tienen vacuna. Y de los que si la tienen, no todos los niños están vacunados. Depende del país. En España por ejemplo ya están incluidos en calendarios vacunal los gérmenes más frecuentes que causan esta infección: Hemófilus, Neumococo, Meningococo C. Desde enero de 2015 hay otra disponible, la vacuna de Meningococo B, que en España puede ponerse a los niños pero no es financiada por la Seguridad Social.

– Algunos niños vacunados no alcanzan el nivel de defensas suficientes para que las garantías de evitar la meningitis se aproximen al 100%. En medicina el 100% no existe. Estas vacunas suelen obtener un 70-90% de efectividad.

– En algunos momentos cualquier persona, vacunada o no, puede tener su sistema defensivo agotado. Si en ese momento sufre la infección puede desarrollar la Meningitis.

¿Son todas las Meningitis en niños iguales? No

Hay diferentes tipos.

La distinción más importante para los padres es entre Viral y Bacteriana:

– Las producidas por virus suelen ser menos agresivas. En la mayoría de los casos incluso se tratan en casa. No es necesario tratar a las personas que han tenido contacto con el niño. Los antibióticos en estos casos son innecesarios e inútiles.

– Las generadas por bacterias suelen ser más agresivas. Su tratamiento se realiza en el Hospital. Se recomienda a las personas que tienen contacto con el niño con meningitis (compañeros de clase, no todo el colegio, y familiares directos) que tomen tratamiento preventivo. El tratamiento preventivo en contactos de niños que la sufren suele ser una pauta corta de antibióticos.

¿Es peligrosa una meningitis en niños? ¿Puede un niño con meningitis morirse o quedar con secuelas graves? Desgraciadamente sí.

En las Meningitis causadas por bacterias pueden quedar secuelas o producir la muerte.

No es lo habitual. Si queréis un porcentaje, puede decirse que el 80% de los niños que padecen la infección no muere ni tiene secuelas.

Las secuelas más frecuentes de esta infección son Sordera y Epilepsia (convulsiones).

Las probabilidades de que cure sin secuelas aumentan cuanto antes se inicia el tratamiento.

Las probabilidades de muerte en una Meningitis se reducen muchísimo si sobrevive a las primeras 24-48 tras iniciar el tratamiento.

¿Qué es una Punción lumbar?

Entre las meninges y el cerebro y la médula hay un líquido (Líquido cefalorraquídeo).

Cuando se sospecha una Meningitis en niños, la punción lumbar ayuda a confirmar que lo es, y a diferenciar al causante (virus o bacteria). Ese resultado está disponible en menos de 1 hora en cualquier hospital que se precie.

En los casos en que es una bacteria, se hace además un cultivo que identifica la bacteria y a qué antibióticos es más sensible (aunque ese resultado tarda unos días en estar disponible -y no es acelerable, consiste en sembrar el líquido en un cultivo y esperar a ver si crece-).

La punción lumbar consiste en pinchar en la espalda, entre las vertebras a la altura de la cintura, con una aguja para sacar un poco de ese líquido y analizarlo.

No es simple, ni está exento de riesgos, pero es más arriesgado no hacerlo. Porque en la Meningitis hay que actuar rápido. Y cuanta más información se tiene, mejor puede tratarse.

La meningitis es por tanto una infección grave. Sería absurdo e irresponsable quitarle importancia. Pero por suerte cada vez son menos frecuentes gracias a la vacunación y tenemos antibióticos que suelen curarla en un gran porcentaje de casos. Cuando más tiempo pase tras el diagnóstico sin que el niño empeore mejor es el pronóstico.

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