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Bulto en el Pecho de un Bebé

Bulto en el pecho de un bebé

La presencia de un Bulto bajo el Pezón de algunos Bebés es algo que a veces descubren los padres con preocupación. Os explico cual es su causa habitual.

Durante el tiempo que el bebé ha estado en el vientre materno, a través de la placenta, han pasado gran cantidad de hormonas de la madre a su sangre.

Entre ellas están las hormonas responsables de preparar el pecho para la lactancia. La principal es la Prolactina, que durante el parto aumenta de forma importante. Antes de que se desprenda la placenta pueden pasar dosis altas de prolactina al bebé. Su efecto, como en la madre es estimular el desarrollo de la glándula mamaria.

«Leche de brujas» y mastitis en los bebés

A todos nos suena de los cuentos de nuestra infancia que «las brujas» tienen unos laboratorios llenos de brebajes poco comunes que usan en sus pociones. Se supone que buscan sustancias raras en la naturaleza por sus propiedades mágicas.

En algunas zonas llaman «Leche de Brujas» a la secreción láctea que algunos bebés producen en las primeras semanas de vida. Hasta ese punto puede llegar el efecto de la Prolactina que recibe el recién nacido. Hay bebés, tanto niñas como niños, que pueden llegar a producir leche.

Evidentemente es en una cantidad mínima. Y lo normal, siguiendo el mecanismo normal de funcionamiento del pecho, si no lo vacías deja de producirse.

¿Hay que hacer algo cuando esto ocurre? Pues sí, no vaciar el pecho y tocarlo lo menos posible. El objetivo es no estimular la secreción. Porque como no se va a hacer regularmente y la glándula no está preparada para esa función, es fácil que no drene bien y de lugar a obstrucciones y a veces incluso a mastitis.

En esta fase lo que notamos es que el pecho del bebé adquiere forma, está abultado, y a veces si lo presionamos, por ejemplo al sujetar al bebé boca abajo sobre nuestra mano, mancha una gotita de leche.

Mientras no esté caliente, rojo ni el bebé tenga signos de dolor o fiebre no es necesario hacer nada.

En caso de aparecer dolor o fiebre evidente debe ser valorado por el pediatra por si está empezando a desarrollar una mastitis.

Un bulto en el pecho en los primeros meses de vida

¿Qué ocurre con esa glándula mamaria que había crecido por el efecto de las hormonas maternas?

Pues que se atrofia. Si no se vacía el pecho del bebé, ni se estimula con succión, no va a producir más prolactina. Y ante su falta la glándula se va reduciendo de tamaño hasta hacerse inapreciable.

Pero en los casos en los que el crecimiento fue más llamativo es normal que el tejido atrofiado abulte lo suficiente para ser palpable. Ese bulto en el pecho, bajo el pezón, del tamaño de una lenteja o levemente mayor puede permanecer ahí durante bastantes meses. A veces más de un año.

Es frecuente que un día los padres lo descubran de forma casual al tocar el pezón, notando un bultito por debajo de la piel, que se mueve con facilidad, no parece doler al bebé y que está localizado justo bajo el pezón. En muchos casos acuden preocupados a la consulta del pediatra.

No hay motivo. Mientras ese bulto no sea doloroso, no haya sangrado en el pezón, no tenga inflamación y veamos que con el paso de los días no crece, es simplemente el resto atrofiado de ese crecimiento mamario que tuvo en las primeras semanas de vida por efecto de las hormonas de la madre.

A veces los padres dicen que ha salido hace pocos días. Pero no es real. Creció tras el nacimiento y luego lo que ha tenido es una reducción lenta de su tamaño. Lo que pasa es que a veces no lo habían notado antes o no ha sido evidente hasta que la reducción de la glándula ha hecho el tejido mucho más compacto.

Si no ha habido una mastitis y nadie ha llamado la atención de los padres sobre el crecimiento de las mamas del bebé tras el nacimiento, esta primera fase puede pasar desapercibida y a los padres les cuesta entender la segunda. En ocasiones incluso al explicarlo se ve en sus caras incredulidad. «¿Pero qué me está contando?»

Os aclaro a modo general respecto a bultos. Un bulto que no crece de forma evidente, no duele y no sangra, en la gran mayoría de los casos, corresponde a algo benigno y que es normal en la propia evolución del cuerpo. Pero ante la duda, consulta a alguien con más experiencia: Tu pediatra.

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Pekemitos: «No hacer dando el pecho»

Grietas en el pezón durante la Lactancia MaternaSeguimos debatiendo sobre mitos infundados sobre crianza de bebés: «No bebas agua mientras le das el pecho, que te agua la leche y no le alimenta».

La gente parece tener unas ideas extrañas sobre cómo funciona la lactancia materna, y el cuerpo en general. No se explica de otro modo que se digan ciertas cosas.

Es evidente que todo lo que toma la madre puede influir sobre la composición del pecho. Pero la forma en que lo hace no es tan inmediata ni tan indiscriminada.

Se dice muchas cosas sobre alimentos o conductas de la madre que pueden generar problemas en la lactancia.

Los más frecuentes que suelen comentarme son:

No bebas agua dando el pecho

A lo que se refiere el aviso no es evidentemente a que no se beba mientras dure la lactancia materna, sino a no hacerlo mientras el bebé está mamando.

Y el motivo que suele darse es que si se hace aguará la leche materna haciendo que el bebé no se alimente suficientemente.

Pues no.

Cuando la madre bebe líquido, pasa a su estómago y después a su intestino. Es al final del intestino donde se produce la máxima absorción de líquido, en el colon. Desde que se bebe hasta que se absorbe pasa un buen rato. Y esa absorción es gradual.

Pero es que además la leche materna la produce la glándula mamaria con más o menos cantidad de agua en función de otros muchos factores que nada tiene que ver con lo que se esté absorbiendo en el intestino. Salvo condiciones de deshidratación importante, la leche tiene una composición estable de agua.

Así que no te preocupes, si tienes sed mientras tu hijo está mamando, bebe agua sin problema.

No comas cosas que den gases dando el pecho o el bebé tendrá gases

La razón por la que las legumbres producen gases es la fermentación que sufren en el intestino. La razón por la que lo hacen las bebidas gaseosas es porque contienen directamente gas en la bebida.

No hay manera posible por la que esas burbujas pasen a través de la sangre de la madre hasta el pecho y aparezcan en la leche materna.

Así que puedes comer legumbres y beber gaseosa con la única preocupación del dolor por gases que pueda provocarte a ti. Pero de ningún modo eso producirá gases al bebé. Las causas de los gases en un bebé nada tienen que ver con eso.

No tomes el «alimento x» dando el pecho porque el bebé rechazará tu pecho

Hay alimentos que pueden cambiar el sabor de la leche materna. Del mismo modo que pueden cambiar el olor de la orina. El ejemplo más conocido son los espárragos.

Pero de ahí a que eso genere un rechazo de la leche materna por parte del niño hay un abismo. Las madres tienen que tener una dieta variada. Muchos de los alimentos que tomen pueden afectar a la composición de la leche, e incluso a su sabor, porqué no. Pero no conozco casos de niños que por eso dejen de tomar el pecho.

Estos tres ejemplos que podrían completarse con muchos más son una muestra de las muchas cosas que se dice a las madres y que no sirven más que para generarles inseguridad y estar constantemente agobiadas por detalles absurdos.

Si tienes sed bebe agua, en la comida procura tener una dieta variada y ya se encargará el pecho de fabricar el mejor alimento para tu hijo.

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¿Cuándo dejar la lactancia materna?

Cuándo dejar de dar el pecho a un bebé

«¿Cuándo sabemos que deben dejar la lactancia materna?» Respuesta a un Peketema propuesto por una madre en Facebook. Una respuesta con matices para entender.

Hay dos formas de enfocar esta pregunta:

  1. Hablar de hasta qué edad es recomendable mantener la lactancia y si hay una edad a partir de la que debería destetarse.
  2. Hablar de las circunstancias que con más frecuencia suelen usarse como argumento para dejar la lactancia materna.

Hasta qué edad es recomendable la lactancia materna

Esto es algo que ya he tratado en algún otro artículo. A mi modo de ver no hay una respuesta para todos igual. Para entenderlo, la lactancia materna tiene 3 funciones principales:

  • Nutricional. La leche es un alimento. El mejor diseñado para cubrir todas las necesidades del bebé durante los primeros 6 meses de vida. Y a partir de esa edad sigue siendo un elemento fiable y esencial en la dieta del bebé durante los primeros años de vida. Hay quien dice tonterías como que a partir de cierta edad la leche materna deja de tener alimento. Es tan absurdo como decir que una vaca produce leche aguada si la ordeñamos más de 6 meses…
  • Inmunitaria. La leche materna ayuda a modular la maduración del sistema defensivo, tanto para el reconocimiento y adecuada digestión de los alimentos durante la introducción de la alimentación complementaria en los dos primeros años de vida, como para la defensa contra infecciones y la selección de la flora intestinal. Esta maduración es esencial en los 2 primeros años de vida.
  • Emocional. La lactancia materna, cuando es placentera para el niño y la madre (esto es muy importante) refuerza el vínculo afectivo entre ellos y esto es muy importante para el desarrollo afectivo del niño. Aquí quiero hacer una aclaración que creo importante: Ni la lactancia garantiza que la relación afectiva entre madre e hijo va a ser adecuada ni la falta de lactancia imposibilita que lo sea. Pero cuando la lactancia se disfruta por ambos es un elemento de refuerzo muy positivo.

Teniendo en cuenta estos tres elementos, si quisiéramos definir fechas yo recomendaría  mantener la lactancia materna:

Desde el punto de vista inmunitario hasta completar al menos la introducción de la alimentación complementaria y, si es posible, hasta superar al menos el primer invierno de escolarización del niño.

Desde el punto de vista nutricional no tiene límite temporal.

Desde el punto de vista afectivo, para mí el esencial a la hora de decidir el destete de forma adecuada, cuando deje de ser un elemento placentero y buscado para relacionarse por parte de madre e hijo. Y en eso cada pareja madre-hijo tiene una evolución, unas circunstancias y unas características distintas y por tanto una edad diferente.

Lo importante en esta última es que quienes hay en el entorno se abstengan de dar opiniones secundarias.

Y si esto es imposible, que suele serlo porque todos opinan sobre la crianza de los que no son sus hijos, que la madre tenga la suficiente claridad de ideas y fortaleza de personalidad para no dejarse influenciar por ellas, ni para prolongar la lactancia ni para suspenderla.

Circunstancias que con más frecuencia son motivo de destete

  • Aquí voy a empezar por la que muchos defensores de la lactancia excluirían de la lista: Que la madre decida no dar el pecho. Pues sí. Es una causa plenamente justificada para ello. Ni yo ni nadie somos quien para pretender que dar el pecho es una obligación ni para juzgar los motivos por los que una madre decide no hacerlo. Y deberíamos ser capaces de respetarlo sin más. Demasiadas madres que no dan el pecho tienen la «obligación» de justificarse constantemente. ¡Ya vale! ¡Que la teta es lo mejor del mundo mundial! ¡Que sí! Pero que nadie conoce las circunstancias de cada caso y ninguna madre tiene la necesidad de estar constantemente justificando la forma en la que cria a su hijo ni en este tema, ni en ningún otro. Y generar sentimientos de culpa en una madre es fácil pero innecesario. Y si me apuráis, no es más que una muestra de falta de sensibilidad por parte de quien lo critica.
  • Por enfermedad de la madre: Concretamente porque la madre tenga una enfermedad que necesite medicación que sea incompatible con la lactancia. En este sentido hay dos consideraciones:
    • ¿Es imprescindible esa medicación? Mi respuesta es que cuando la enfermedad supone un deterioro importante de la salud de la madre, por supuesto. Pero también cuando produce un malestar que afecta de forma seria, aunque no pueda generar secuelas.
    • ¿No hay medicamentos alternativos para ese problema que sean compatibles con la lactancia? En demasiados casos los médicos no conocemos claramente los efectos de un medicamento sobre la lactancia o sobre un bebé cuya madre lo toma. Yo no lo sé en todos los medicamentos. Pero hay bases de datos donde pueden consultarse en un par de minutos. La mejor en español que conozco es e-lactancia.org
  • Por problemas del bebé. Podemos distinguir dos casos:
    • La lactancia en bebés enfermos: Hay bebés que enferman y eso les impide alimentarse correctamente al pecho. En estos casos, si se quiere dar lactancia materna existen opciones:
      • Si el problema es la incapacidad del bebé para succionar y se está alimentando por sonda, la madre puede extraerse la leche con un saca-leches y se puede dar esa leche por sonda nasogástrica. En la mayoría de los casos esto suele ser una situación transitoria y hacerlo así permite mantener la lactancia una vez superada la enfermedad del bebé.
      • Si el problema es que no tolera ni tan siquiera alimentación por sonda. Suelen ser también situaciones transitorias en las que se aporta lo que el bebé necesita por vena, en forma de suero o alimentación parenteral. De nuevo, si se quiere mantener la lactancia, la madre puede optar por el saca-leches y conservar esa leche para cuando el bebé se recupere. En muchos casos la recuperación del niño es más rápida que la de la producción de leche y puede venir muy bien tener esa leche guardada para complementar la toma directa de pecho hasta que se recupera la producción.
    • La lactancia materna cuando el bebé no gana peso:
      • En bebés sanos que no ganan el peso que dicen las tablas que debería. Hay niños que cuyo peso evoluciona por encima de la media y otros que lo hacen por debajo (mitad y mitad de hecho). Que un niño tenga un peso por debajo de la media no significa que no se alimente bien. La mitad de los niños sanos lo están. Las tablas de peso y talla se elaboran con niños sanos. Y «por narices» la mitad tienen que estar por debajo de la media. Cosas que tiene la estadística… Si un bebé toma pecho y está sano, da igual su percentil. Está sano, luego está suficientemente alimentado y sustituir la lactancia materna por artificial no cambiará eso. Y que suba del percentil 10 al 25 no es un beneficio que supere para nada a los de la lactancia materna.
      • En bebés que no ganan peso pero no están bien. Cuando un bebé no gana peso y es poco activo o llora mucho tomando sólo pecho, es que tenemos que plantearnos que posiblemente el pecho no está supliendo sus necesidades. Pero ante eso la solución no es suspender el pecho. En primer lugar debemos valorar si hay problemas que están haciendo que la lactancia no sea efectiva y se pueden corregir. Los más frecuentes:
        • No se pone al pecho con la frecuencia necesaria. Cuando un bebé no se alimenta lo suficiente llega un momento que por debilidad las tomas son demasiado cortas (se agota) o deja pasar demasiado tiempo entre las tomas (está agotado). En estos casos la solución es ofrecer el pecho con mucha más frecuencia aunque no lo pida. De este modo tomará cantidades pequeñas, pero con más frecuencia, lo que permitirá fortalecer al bebé para que vaya tomando mejor.
        • Frenillo. Muchos niños tienen frenillo. A algunos, a pesar de que lo tienen no les impide alimentarse bien, pero incluso en esos es mejor corregirlo porque al hacerlo solucionamos otros problemas posteriores y la alimentación suele mejorar. En los que lo tienen y se alimentan mal es algo a solucionar lo antes posible. Si la cosa se alarga podemos recurrir de nuevo al saca-leches para mantener la producción de leche.
        • La postura no es adecuada. Esto es un problema frecuente en los primeros días hasta que se explica a la madre o lo corrige ella misma por aprendizaje espontáneo.
        • Otros motivos que hacen que el pecho produzca menos de lo que el niño necesita y a veces no están claros. Hay quien se empeña en que el pecho siempre produce lo que el niño necesita y que el suplemento nunca es necesario. Pues no estoy de acuerdo. Me considero un «aceptable consejero de lactancia» y hay muchos casos en los que puede haber carencias puntuales de leche.
          • Un ejemplo frecuente. Recién nacido en torno a los 4 kg de peso o más. Yo explico a las madres que el pecho debe pasar de no producir nada a producir todo lo que un bebé necesita en cuestión de horas. Pero esto está ya «muy pensado». Los primeros días la mayoría de los niños están agotados tras el parto y empiezan pidiendo cantidades muy pequeñas. Además el calostro de los primeros días es leche muy concentrada en la que lleva mucho alimento y poco líquido (que no necesita porque ha estado empapado en líquido 9 meses). Y lo hacen de forma muy frecuente. Hay que entender que ha pasado de recibir alimento de forma constante a través de la placenta a recibirlo sólo en ciertos momentos. Lo más parecido es tomar muchas veces cantidades pequeñas. Pero es evidente que las necesidades de un bebé de 4 kilos o más no son las mismas que las de uno que ha pesado 2,7 kg. En los más grandes es normal que el pecho tarde algo más en alcanzar la producción necesaria. Y entonces surge la pregunta ¿Podemos suplementar? Pues claro. Y eso no significa perder la lactancia. Se puede hacer de forma que mantengamos la lactancia y acabemos eliminando los suplementos.

De hecho suplementar puede salvar lactancias, y sobre todo niños

Yo he visto casos en los que un bebé con pocas semanas había perdido demasiado pecho con lactancia materna.

Bebés que además no están bien y toman el pecho cada vez con menos fuerza por la debilidad que la malnutrición y la deshidratación conllevan.

Y que seguían sólo con pecho porque se lo estaba recomendando un «asesor de lactancia» desaconsejándole de forma insistente la suplementación.

Lo siento mucho. Siento que haya «consejeros de lactancia» que vean la lactancia como un bien en sí mismo si ser capaces de relativizar y entender que el bien último es el bienestar del niño. Qu recomendamos la lactancia materna exclusiva porque en la mayoría de los casos es lo mejor para el niño.  Pero no sepan entender los límites que traspasados ponen en peligro su salud y teman como si fuese «sacrilegio» usar la lactancia artificial como rescate. Porque bien usada puede ser eso.

Cuando un bebé está en esa situación y suplementamos con lactancia artificial recuperamos al bebé, se fortalece y empieza a tomar el pecho con más fuerza en pocos días lo que hace que aumente la producción de lactancia materna y en poco tiempo llegamos a prescindir totalmente de la leche artificial.

Para conseguirlo basta con insistir en que ofrezca las tomas con mucha frecuencia y que siempre primero dé el pecho, pero que tras el pecho ofrezca el biberón hasta la cantidad que el niño desee.

Si damos el pecho con mucha frecuencia y siempre primero el pecho, lo habitual es que el bebé tenga unos días en los que vaya aumentando la cantidad de biberón que toma. Pero no porque esté rechazando el pecho, sino porque está más fuerte e intenta restablecer la pérdida de peso que tuvo por falta de nutrición. Cuando alcanza el peso normal que hubiese tenido sin la desnutrición, lo habitual es que se vaya reduciendo la cantidad de biberón que el niño toma de forma espontánea hasta llegar a eliminarse del todo.

Entender esto salva la lactancia, porque no entenderlo puede llevar al bebé a una situación en la que por desgracia he visto ya a varios niños. Bebés que han acabado ingresados en el hospital con imposibilidad para alimentarse por boca durante bastantes días y que han dejado de tomar el pecho. Sé que muchos dirán que la madre debería haber usado el saca-leches para mantener la lactancia hasta que el niño pudiese volver a alimentarse por boca.

Pero si lo decís es que no entendéis la situación:

En la mayoría de los casos se trata de madres concienciadas con la importancia de la lactancia materna que la han mantenido frente a la crítica de muchos familiares y conocidos que les han insistido durante semanas en que suplementasen o directamente suprimiesen la lactancia materna. El ingreso hospitalario es la gota que colma el vaso y hace que se desborde. Ante esa situación la madre suele ser atacada de forma encarnizada por quienes en su entorno le insistían en el biberón. Y no hay  madre en esa situación con ánimos para usar el saca-leches de forma regular.

Llegar a esta situación es consecuencia en realidad de una incorrecta asesoría en lactancia. De gente radical que ven en la leche artificial al 5º Jinete del Apocalipsis porque no saben cómo usarla adecuadamente ni cuándo es necesaria. De gente que pretende ayudar con demasiada rigidez y poco sentido común.

Defendamos la lactancia materna con información adecuada, pero ante todo con flexibilidad, sentido común y suficiente conocimiento para aportar soluciones realistas.

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¿Se despiertan más los niños que toman pecho?

¿Se despiertan más los bebés que toman pecho?

Respuesta a una Peketema propuesto por una madre en Facebook: La lactancia y el sueño. ¿Despiertan más cuando toman pecho? ¿O no esta relacionado?

Uno de los motivos por los que muchas madres se plantean ofrecer a su hijo un biberón por primera vez es porque se despierta mucho de noche. Pero la duda que surge es: ¿Realmente los niños que toman biberón duermen mejor que los que toman pecho? ¿Es la solución dar un biberón?

A partir de esta pregunta surgen varias situaciones a tratar:

El bebé recién nacido que llora por la noche a pesar de ofrecerle el pecho a demanda y se duerme al tomar un biberón

Esta situación es muy frecuente. Bebés de pocos días de vida que por la tarde-noche empiezan a pedir con mucha más frecuencia el pecho y acaban desesperando a los padres.

En muchos casos los padres estaban motivados para dar el pecho como alimentación exclusiva y creían que sabían lo necesario para hacerlo. Pero el bebé no para de llorar y tras horas de tomas frustrantes y mucha desilusión, deciden ofrecer el biberón al bebé. En la mayoría de los casos el bebé toma el biberón con ansiedad y por fin se relaja quedando dormido durante horas.

¿Qué le pasaba a este bebé? No es difícil suponer que tenía hambre. Y no nos equivocaríamos.

Hay que entender algo: El pecho debe pasar de no producir nada a generar toda la leche que un bebé necesita en cuestión de horas. En la mayoría de los casos tras el parto el bebé está muy cansado. Han sido muchos cambios y tiene que adaptarse a muchas necesidades nuevas. Eso hace que en las primeras horas de vida el bebé pida alimentarse con poca cantidad y en seguida se queda dormido. ¡Genial! Porque al principio es poca cantidad lo que hay.

En los días siguientes irá tomando cada vez con más frecuencia y cantidades mayores. Habitualmente al ritmo que va necesitándolo va estimulando al pecho a que produzca cantidades suficientes.

El problema surge cuando esta coordinación no es buena y el bebé no estimula suficiente aumento en la producción de leche. Las causas más frecuentes son:

Aguantar el hambre al bebé para que cumpla un horario. Si tiene hambre y lo ponemos a tomar pecho enseguida, el bebé va comunicando al pecho el ritmo al que necesita el alimento. Pero cuando no le dejamos tomarlo cada vez que lo haría empieza a comer con más ansiedad llevando a la situación que describíamos arriba. Muchos padres no reconocen la necesidad del niño para alimentarse y tratan de calmarlo por otros medios.

Entretener el hambre del bebé con chupe, biberón (de leche o manzanilla) o intentar calmarlo con balanceo cuando tiene hambre. Hacer esto provoca que cuando por fin come lo haga con ansiedad y que mientras el pecho no se haya enterado de que hacía falta más.

– Otras veces el problema es una mala postura del bebé al pecho que impide que se alimente bien y vacíe el pecho en lo que realmente necesitaría. El resultado es que las tomas dejan al bebé con hambre y empieza a comer con más ansiedad.

– Una última puede ser un frenillo lingual corto. Cuando lo hay y dificulta la lactancia resulta muy frustrante. Aparecen grietas en el pezón y el niño se cansa sin lograr sacar la cantidad que necesita.

Puede haber alguna más. Pero el resultado, sea cual sea la causa es el mismo. El bebé no duerme por hambre. Y si en ese momento se le ofrece un biberón suele tomarlo y quedarse dormido, agotado tras el esfuerzo.

¿Cómo evitar llegar a ese punto? Pues ofreciendo al bebé el pecho cada vez que está activo, e incluso haciendo por despertarlo si tras 2-3 horas durante el día sigue dormido.

Y si no lo hemos resuelto antes y ya estamos en la situación ¿qué hacemos, le damos el biberón o no?

Depende. Fundamentalmente del grado de desesperación del bebé y de las preferencias de los padres. Pero en algunos casos la solución es dárselo. Y corregir a partir de ese momento los errores que nos han llevado a tener que hacerlo para que no sea necesario en adelante.

Otra situación diferente: El bebé que a partir de los 4-6 meses empieza a despertarse con más frecuencia pidiendo el pecho

Aquí el problema no está directamente relacionado con el pecho. Es algo que ocurre exactamente igual con bebés que suelen dormirse en brazos tomando el biberón.

Y no es un problema de falta de alimento, sino de rituales de sueño.

Conforme un niño crece su sueño cambia. Y llega un momento en que le resulta fácil despertarse, pero para dormirse de nuevo necesita hacer un ritual de sueño. El que se le ha enseñado a hacer desde que nació. Sea tomando pecho o biberón, el ritual del bebé necesita la colaboración de sus padres para volver a dormirse y el resultado empieza a ser un aumento del número de despertares.

Se suele plantear a los padres si el bebé toma pecho que el problema se resolvería dándole un biberón para dormir.

Pero es que a los que se duermen tomando el biberón en brazos les recomiendan que empiecen a darles cereales.

Raramente se resuelve con ninguna de las dos opciones. El bebé no se está despertando por hambre, lo hace porque su patrón de sueño a partir de cierta edad incluye despertares que pueden ser cada 45-90 minutos. Pero sólo sabe volver a dormirse haciendo su ritual, y este incluye la colaboración de los padres (sea para dar el pecho o el biberón).

La solución no es un cambio de alimentación, sino un cambio de ritual de sueño.

En resumen, los niños que toman biberón suelen despertarse menos que los que toman pecho.

Pero no es debido habitualmente a un problema del pecho, sino a que no lo estamos dando de forma adecuada o a factores que tiene más que ver con la forma en la que dormimos al niño que con el hecho de si es tomando pecho o biberón.

La solución a los problemas de sueño no es en ningún caso dejar el pecho. Algunas madres hacen destete nocturno sustituyéndolo por biberón en la esperanza de resolver esto. Pero no mejora más que si cambiamos el ritual de sueño por uno que el bebé pueda realizar sin colaboración.

 

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Destete nocturno en bebés

Destete nocturno

Escribo este Peketema del destete nocturno en respuesta a la duda de una madre en Facebook: «¿Como retirar el pecho a un niño si de noche es su chupete?»

Siempre que hablamos de retirar el pecho saltan las alarmas. ¡No se lo quites! Sigue dándoselo…

Aquí no vamos a entrar en eso. Hay muchos motivos justificados para retirar el pecho y la persona más cualificada para decidir cuando y porqué en cada caso es la madre que lo da. Para quien tengan ganas de gresca con el tema recomiendo la lectura del artículo «Madres juzgadas». Y os recuerdo que nuestra comunidad se basa en el respeto a todos sus miembros.

La cuestión es que cuando se decide el destete nocturno surgen también muchas dudas de cómo hacerlo. Le has dado el pecho hasta ahora porque pensabas que era lo mejor para tu hijo. Y ahora que has decidido que retirarlo es también la mejor opción en vuestras circunstancias, quieres hacerlo de la mejor forma para él.

Lo que te recomiendo es usar lo que llamamos «Destete respetuoso: No ofrecer, no negar».

Pero concretamente, cómo hacer el destete nocturno en un bebé que usa el pecho en su ritual de sueño

Como siempre, para dar una respuesta hace falta aclara antes algunas cosas que influyen en la situación:

  • Los bebés se duermen usando un ritual de sueño. Todos lo hacemos en realidad. Son el conjunto de cosas que necesitamos para que un niño haga el paso de estar despierto a dormido. En la mayoría de los bebés que hacen lactancia materna a demanda el pecho es uno de los elementos esenciales de ese ritual. Pero por suerte no el único y podemos valernos de los demás para hacer el destete nocturno.
  • Cambiar el ritual de sueño de un bebé puede ser difícil. A veces es necesario hacer cambios más intensos y otras podemos hacerlo de forma gradual. Pero depende de cada niño. Algunos se adaptan con una facilidad sorprendente a cualquier cambio de su rutina. Mientras que para otros es casi imposible lograr un cambio si no surge de su propia iniciativa.
  • No existen soluciones milagrosas. Tendemos a pensar que lo que nos ha funcionado a nosotros debería funcionar en todos los casos. Y eso es totalmente falso. Por lo que lo único que podemos hacer es dar opciones para hacer el destete nocturno y que los padres prueben en un orden determinado dependiendo de sus propias preferencias y el conocimiento que solo ellos tienen de su hijo.

Así que os expongo dos opciones evidentes para el destete nocturno:

  1. Probar a que lo duerma en brazos el padre u otro cuidador distinto de la madre. Como decía, cada bebé es diferente. Los hay en los que el pecho es un elemento variable de su ritual de sueño. Que se duermen a veces con el padre, a veces con la madre. Para hacer un destete nocturno en estos niños la forma más fácil es que durante unas semanas sea el padre quien duerma al bebé.
  2. Probar a dormirlo la madre en brazos con el chupe o tomando el biberón. Evidentemente sólo es una opción en los bebés que usan chupe o biberón.

Hay una cuestión añadida. Y es ¿lo que queremos es que acabe aprendiendo a dormir sólo? O ¿queremos hacer colecho pero sin seguir dándole el pecho?

Si la opción es seguir haciendo colecho no hay problema en que se duerma al bebé en brazos dando chupe o biberón.

Pero si lo que pretendemos es que aprenda a dormir sólo os recomiendo que leáis «cómo enseñar a un bebé a dormir sólo sin dejarlo llorar».

Otra cuestión es, ¿pasamos de darle el pecho cada vez que se despertaba a nada poco a poco o de golpe?

Si aplicamos el principio de destete respetuoso lo que debemos hacer es intentar en cada despertar dormirlo sin darle el pecho de entrada (no ofrecer), pero si ves que no funciona, no te pongas a pelear para no dárselo a las 4 de la mañana (no negar). Dáselo y todos a dormir.

Poco a poco serán cada vez más los despertares en los que volverá a dormirse sin el pecho, del mismo modo que de día serán menos las ocasiones en las que lo pida.

Algo importante es que en función de la respuesta del bebé te adaptes en el ritmo, e incluso, si era una opción, no una necesidad, te replantees hacer el destete nocturno más adelante si claramente tu hijo no está preparado para hacerlo aún.

En cuanto a los motivos, si por lo que has decidido probar el destete nocturno es porque tu bebé se despierta mucho y pide sistemáticamente el pecho, te aviso de que quitar el pecho sin más no arregla ese problema en casi ningún caso. En esos casos lo que hay que plantearse es cuál es el ritual de sueño que preferiríamos que tenga nuestro hijo y hacer los cambios necesarios para ayudarle a ir en esa dirección.

De nuevo, si lo que pretendemos es que aprenda a dormir sólo os recomiendo que leáis «cómo enseñar a un bebé a dormir sólo sin dejarlo llorar».

Si has pasado por esta situación, te agradecemos que nos cuentes tu experiencia en Facebook.

Entre todos podemos ayudar mejor a quienes pasan por ella en este momento.

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¿Dejar el pecho porque mi niño no quiere otra cosa?

Hay opciones más respetuosas con los ritmos de cada niño. Pero hay que entender esos ritmos.

Algunas veces en la consulta me gano el calificativo para algunos padres de defensor de la lactancia. Yo no creo que lo sea. Yo intento ser un razonador respetuoso al ejercer como pediatra. Sólo eso.

Este caso concreto lo he visto en varias ocasiones:

«Padres que acuden a mi consulta por primera vez por encima de los 6 meses, porque su hijo ha tomado lactancia materna durante esos 6 primeros meses de vida que recomiendan «casi» todos los pediatras. Pero a partir de esa edad les recomendaron que empezasen con la alimentación complementaria.

Acuden porque su hijo no la acepta. Sigue tomando pecho a demanda pero de otros alimentos toma cantidades testimoniales y de forma muy irregular. Y su pediatra les ha recomendado que suspendan la lactancia para que el niño acepte los otros alimentos. Esto es especialmente frecuente cuando el peso comienza a estancarse por encima de los 6 meses. El motivo por el que acuden es que han oído hablar de que yo a veces doy respuesta «extrañas» y antes de tomar una decisión tan radical quieren oirlas.»

Esta sería mi respuesta:

Llamamos alimentación complementaria a lo que introducimos a partir de los 6 meses porque complementa al pecho. Es decir, la base fundamental de la alimentación de un lactante sigue siendo el pecho hasta aproximadamente el año. Aproximadamente, porque si hablamos de los 6 meses y del año es más porque es una cifra fácil de recordar en el aprendizaje como pediatras, que porque corresponda a un cambio real en todos los niños.

Cada niño tiene un ritmo de evolución diferente, y lo que unos están preparados para hacer con 4 ó 5 meses, otros no lo harán hasta los 15.

Esas diferencias de ritmo pueden general a veces «desajustes» pero hay distintas opciones para actuar ante esos problemas. En este caso concreto:

El problema fundamental hablando de nutrición, es que a partir de los 5-7 meses la mayoría de los niños empiezan a andar escasos de hierro. Han funcionado a base de las reservas que han ido reciclando desde su nacimiento y el pecho aporta una cantidad insuficiente. Con lo que es frecuente que aparezca un estancamiento del peso y cierto grado de anemia.

Pero eso no es un motivo para dejar el pecho si el niño rechaza la alimentación complementaria. En la mayoría de los niños que están muy bien adaptados al pecho, el rechazo es en realidad a los purés y al biberón. Pero hay alternativas. Una de ellas es el Baby Led Weaning (BLW): La introducción de los alimentos sin purés.

Sea mediante el BLW o entendiendo que si hoy toma 3 cucharadas, mañana 5, al día siguiente nada y otro día el plato entero, mientras que conseguimos que aporte en la alimentación ese hierro, podemos aportarlo en un suplemento de hierro muy simple de dar. De hecho muchos niños que con esta edad han estancado su peso, suben con tan sólo darles el suplemento de hierro.

Plantearse que retirar el pecho al niño pueda ser la solución es radical. De hecho es radicalmente un error. El bebé, aunque tenga hambre si no toma pecho, no va a pasar a tomar una dieta que le aporte lo que el pecho en pocos días. Y mientras lo hace va a empeorar su estado nutricional. Esa era la excusa para forzar su ritmo. No tiene sentido.

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Bronquiolitis y lactancia

¿Porqué en algunos casos, la secuela de una bronquiolitis es el abandono de la lactancia materna?

Como todos los años, llegaron las bronquiolitis con el invierno. Pero me doy cuenta de que algo ha cambiado en mí. Nunca había caído en la cuenta hasta ahora de un detalle. Supongo que se debe a que mi formación en lactancia ha mejorado, y ahora presto más atención al tema.
He visto varios casos de bronquiolitis este año, en los que después del episodio han aparecido problemas con la lactancia materna.

¿Cuál es la relación entre bronquiolitis y pérdida de la lactancia materna?

Para entenderlo, voy a explicar el proceso.
La bronquiolitis es una infección producida por un virus. Esos mismos virus, en niños mayores o adultos, suelen causar un simple resfriado. Pero en niños menores de 6 meses, es frecuente que ataquen al bronquiolo (el canal más fino de paso de aire en los pulmones). El resultado es tos y ahogo. Lo que impide que el niño se alimente bien.
Las bronquiolitis suelen durar desde unos días, hasta varias semanas. En ese tiempo el niño come mal. En los bebés que están con lactancia materna, el resultado es que el pecho no se vacía con la frecuencia habitual. Algunas madres lo notan porque se les llena demasiado los primeros días de enfermedad de su hijo. Otras no lo notan tanto.
Pero el resultado es que al vaciar menos el pecho, disminuye su producción de leche.
Si a eso juntamos que la madre suele estar bastante preocupada por la situación del bebé y no piensa en el pecho como algo prioritario, los días van pasando y la producción de leche va reduciéndose.
Cuando por fin el bebé mejora de la bronquiolitis, y empieza a comer más, se empieza a recuperar el pecho. Pero a veces esa recuperación en la cantidad de leche, tarda más que el bebé en pedirla.
Entonces el bebé empieza a comer con ansiedad, traga más gases, llora más. Y la madre interpreta, con razón, que el niño se está quedando con hambre y el pecho no llega.
En muchos casos recurren al biberón y puede suponer el fin de la lactancia.

¿Cómo evitar que una bronquiolitis acabe con una lactancia que funcionaba?

Se me ha ocurrido escribir este artículo, porque he visto varios casos este año en los que ha ocurrido. La bronquiolitis pasó, pero se llevó con ella una lactancia que funcionaba hasta entonces.
Para evitarlo, si tu bebé toma pecho, y empieza con bronquiolitis, prepárate.
Es normal que coma menos durante unos días.
Lo que te aconsejo, es que durante esos días, tras darle al bebé el pecho, te saques la leche sobrante con un saca-leches.
Si lo haces por sistema, mantendrás la producción de leche. Y aunque se redujese un poco, cuando el niño se mejore de la bronquiolitis y empiece a demandar más, podrás recurrir a las reservas que has guardado para completarle hasta que el pecho produzca de nuevo lo que él necesita.
Puede ser la diferencia entre salvar la lactancia o perderla.

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¿Es necesario dejar la lactancia si la madre tiene una culebrina?

Hay infecciones que pueden afectar a la madre y en muchos casos generan dudas sobre si se puede seguir dando pecho al niño. La culebrina es un ejemplo.

Si una madre desarrolla una culebrina, es porque en su momento pasó la varicela.

Luego tiene anticuerpos contra ella.

Esos anticuerpos pasaron a su hijo durante el embarazo.

Luego su hijo tiene anticuerpos contra la varicela hasta los 4 meses aproximadamente.

La madre desarrolla la culebrina porque en un determinado momento tiene una bajada de defensas (frecuente por no dormir bien durante los primeros meses de vida de su hijo). El virus, que estaba contenido por el sistema defensivo se activa y se reproduce siguiendo el trayecto de un nervio.

Pero la madre no desarrolla una varicela que afecte todo su cuerpo, porque enseguida produce anticuerpos que lo bloquean no dejando que se extienda más.

Esa subida de anticuerpos contra el virus de la varicela, pasa a través de la leche de la madre, a su hijo. Lo que le ayuda a defenderse contra el virus.

El virus de la varicela es muy contagioso y es fácil contraerlo por la simple convivencia.

Por lo tanto, retirar el pecho al niño no evita el contagio y sí le priva de las defensas que en ese momento su madre está produciendo contra el virus.

En cuanto a la medicación antiviral que puede prescribirse a la madre, es la misma que prescribiríamos al bebé si desarrolla una varicela complicada. Por lo que no hay problema en tomar el tratamiento y seguir dando el pecho.

Es de hecho, recomendable.

Todo este argumento es útil a otros virus, como el de la gripe.

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Paso de la lactancia materna a lactancia artificial

Cómo pasar de la lactancia materna a lactancia artificial o mixta.

 

Existen muchas circunstancias que pueden hacer que se pase de la lactancia materna a la artificial.

No es cuestión de volver a repetir aquí las ventajas claras de la materna expuestas en la introducción sobre alimentación en el lactante.

Si finalmente habéis llegado a la conclusión de que vuestra situación hace deseable el paso a la lactancia artificial, intentaré explicaros el proceso.
Éste depende del momento en que se produce el paso

Abandono de la lactancia materna desde el nacimiento:

Dado que en el momento del parto la naturaleza está diseñada para desencadenar un pico de hormonas (prolactina) que estimule la producción de leche por la madre, si se decide no dar pecho desde el principio y para evitar las molestias asociadas a una subida de la leche que va a ser inútil se puede recurrir a un tratamiento hormonal que puede prescribir el ginecólogo que atiende a la madre en el parto.

Ese tratamiento evita el efecto de la prolactina para suprimir la subida de la leche.
En cuanto a preparación, cantidades, tipo de leche, frecuencia de las tomas os remito al capítulo sobre lactancia artificial.

Abandono de la lactancia materna pocos días después del nacimiento:

Es la situación que en más casos, atiende más a una frustración de las expectativas sobre el pecho que a una necesidad real.
Permitidme que en aquí sí insista en que antes de tomar la decisión pidáis el asesoramiento de alguien con los conocimientos adecuados para, si es posible, salvar la lactancia materna.
Si finalmente se decide el paso, el proceso es el mismo:
Tratamiento para retirar el pecho prescrito por el ginecólogo.
Pautas sobre lactancia artificial como las definidas en el capítulo de lactancia artificial.

Abandono de la lactancia materna antes de los 6 meses:

Es hoy en día la situación más frecuente entre las madres trabajadoras. Y su razón suele ser la incorporación al trabajo después de acabar la baja maternal. Sería deseable para evitarla un incremento de la duración de la baja maternal…
Sin embargo, esta incorporación no tiene porqué suponer el fin de la lactancia materna si el horario laboral no es demasiado prolongado. El pecho puede adaptarse a lo que se le pida si es regular.
En aquellas madres que trabajan por ejemplo en horario matinal (de 8:00 a 15:00) se puede dar pecho antes de irse a trabajar y volver a darlo justo al llegar, con lo que se pierde una o dos tomas como mucho.
Si un par de semanas antes de incorporarse empezamos a reducir esas tomas sustituyéndolas por el alimento que tomará en su lugar (leche artificial, fruta, verdura o leche materna conservada…) conseguiremos en primer lugar quedarnos con la tranquilidad de saber como responde a la incorporación de esos alimentos y en segundo lugar que el pecho vaya reduciendo su producción para esas tomas de modo que el primer día de trabajo no suponga una tortura.
Si pasas simplemente a suprimir esas tomas el día que empiezas a trabajar, el problema es que el pecho se llenaría como si siguieras con el ritmo normal.
Aparte de ser doloroso, como el pecho se adapta a lo que se le pide, si se llena demasiado y no se vacia, empieza a mandar mensajes diciendo que sobra leche, lo que reduce la secreción de prolactina y de leche en todas las tomas.
En cuanto a la cantidad del sustituto del pecho, habrá que probar en esas dos semanas para darle la cantidad que sea capaz de tomar (subiendo hasta que sobre un poco sin forzar).
Si empezamos antes de los 6 meses a introducir la leche artificial, recomiendo que se haga con leche de inicio pasando a leche de continuación a partir de los 6 meses (tras llevar con la de inicio al menos entre dos semanas y un mes).
La introducción de la alimentación complementaria en estos casos seguiría la guía para niños con lactancia artificial.
Si lo que decidimos es suprimir totalmente el pecho, se pueden espaciar las tomas de pecho de forma progresiva sustituyéndolas por tomas de lactancia artificial, fruta, verdura… en el orden especificado en el enlace anterior.
La eliminación progresiva consiste en empezar dando todas las tomas de pecho menos una de cada tres.
En el momento que notemos que el pecho no se llena demasiado pasar a una de cada dos.
Cuando el pecho ya no moleste al saltarse las tomas pasamos a dar una toma de pecho de cada tres.
Si sigue sin molestar una sola toma al día, que se suprimirá en cuanto dejemos de notar presión.
Dependiendo de la madre el proceso puede tardar entre 10 días y un mes.
O si precisamos hacerlo de golpe tomando el tratamiento para retirar el pecho prescrito por el ginecólogo.

Abandono de la lactancia materna entre los 6 meses y el año de vida:

Podemos de nuevo:

  • Mantener el pecho en las tomas en las que lo consideremos oportuno siempre que sean regulares.
  • Reducirlo poco a poco hasta suprimirlo según la pauta descrita justo arriba.
  • Eliminarlo de golpe con tratamiento hormonal prescrito por el ginecólogo.

En cuanto a la leche artificial se podría iniciar con una sola toma de leche de inicio (por simple precaución) y si no aparece ninguna reacción intensa pasar directamente a leche de continuación hasta el año.
Dos semanas después de la leche de continuación podría tomar el yogur natural.
A partir del año podría pasar a leche de vaca entera siempre que llevara al menos 2 semanas tomando yogur sin problemas.
La introducción de la alimentación complementaria seguiría la guía de introducción de la alimentación en niños con leche artificial, introduciendo aquellos alimentos que no tomase aún en el orden descrito dejando al menos 2 semanas entre dos distintos.
En cuanto a cantidades como siempre: Hasta que se quede sin hambre, pero sin forzar.

Abandono de la lactancia materna por encima de los 12 meses:

Las tres opciones:

  • Mantenerlo en las tomas que podamos si tienen regularidad.
  • Reducirlo poco a poco hasta suprimirlo.
  • Eliminarlo con tratamiento hormonal prescrito por el ginecólogo.

Con esta edad la gran mayoría de los niños están preparados para digerir sin problemas la leche de vaca entera.
Podemos aún así, hacer una primera toma con yogur natural.
Si no hay ningún problema, dar una pequeña cantidad de leche entera de vaca.

Para aquellos que quieran introducir la leche de forma más segura (opción que yo os recomiendo):

  • Aplicar unas gotas de leche entera sobre la cara interna del antebrazo y esperar una hora.
  • Si no aparece enrojecimiento, aplicar un poco de leche entera en los labios y esperar una hora.
  • Si no aparece irritación, aplicar un poco de leche entera en la lengua o la cara interna de las mejillas y esperar una hora.
  • Si todo sigue bien, dar una toma pequeña de leche entera (unos 50 ml=50 cc).
  • Si no hay problema puede tomar leche entera.

Observad en las siguientes semanas si empieza a tener diarrea, vomitos o dolores de barriga más frecuentes.
Cuando esto ocurre conviene hacer un pequeño experimento:
Echad agua oxigenada a las heces del niño. Si forma burbujas es que en la caca hay sangre en pequeñas cantidades, lo que puede ser signo de inflamación del intestino. Si esto ocurre, suspended la leche de vaca entera y comentádselo a su pediatra.
Si no aparece ninguno de los problemas descritos, la leche entera suele darse en dos o tres tomas al día (yo recomiendo que sin superar los 500 ml de leche al día).

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Alimentación complementaria con lactancia materna

Alimentación complementaria con lactancia materna.

ATENCIÓN: ARTÍCULO REVISADO

Escribí este artículo hace más de 6 años. Era básicamente lo que había aprendido como Pediatra en mi formación.

Ya no comparto los argumentos que defiendo en él.

Podría haberlo borrado. Pero creo que es mejor mantener lo que defendía en ese momento para que entendáis que al decir ahora lo contrario no es porque no conozca esta opción previa. Sino porque conociéndola pienso con lo que sé ahora que es un error. Pido perdón a aquellos que leyendo este artículo tal como estaba perdieron la oportunidad de hacerlo de un modo mejor para sus hijos. Pero ha llegado el momento de sustituir claramente una opción por la otra.

Dejo con la letra en rojo lo que afirmaba hace años al final del artículo.

En la actualidad recomiendo lo siguiente:

Baby Led Weaning.

Evitar las alergias con introducción precoz de alimentos. 

La hoja con indicaciones que doy a los padres en mi consulta actualmente. 

Introducción de la alimentación complementaria a niños que toman lactancia materna

Llamamos alimentación complementaria a los alimentos que introducimos entre los seis y los doce meses para complementar al pecho.

Eso quiere decir que el pecho sigue siendo la base fundamental de la alimentación del lactante hasta el año aproximadamente.

Y por eso, no os agobiéis si vuestro hijo no acepta demasiado bien la comida. Es preferible que tome tres cucharadas a gusto que cuatro peleando. Porque a la larga, si peleamos generamos más rechazo al alimento. Hace de la introducción de alimentos nuevos algo lúdico para el niño. Aprovechad su curiosidad, y no forcéis.

Existen tanta pautas de introducción de la alimentación como pediatras y madres. Lo importante no es seguir una u otra, sino que sepáis cuando habéis introducido cada alimento para poder identificar los problemas aunque no aparezcan de forma inmediata.

La pauta que añado a continuación es orientativa. Si hay un alimento que rechaza, no le deis importancia y probad unos días después. En muchos casos es cuestión de encontrar el momento adecuado de cada niño.

DESDE LOS 6-7 MESES:

SI SE QUIERE MANTENER EL PECHO COMO BASE DE LA ALIMENTACIÓN
HASTA EL AÑO SE PUEDE DAR EL PECHO EN PRIMER LUGAR
Y DESPUÉS LA TOMA DE ALIMENTACIÓN COMPLEMENTARIA

Para obtener más información sobre cualquiera de los alimentos, pulsa el enlace que he montado sobre cada alimento.

VERDURAS
Patata, zanahoria, calabaza, cebolla, calabacín, judías verdes, puerro, apio.

Dos semanas después.
CARNES
Pollo, ternera, pavo, cordero, cerdo.

Muchos niños tienen en torno a los 6 meses una leve falta de hierro y proteínas. Por eso recomiendo introducir pronto la carne.

Dos semanas después.

FRUTA
Manzana, plátano, pera, mandarina, naranja, ciruela.
Dos semanas después.

CEREALES SIN GLUTEN
CON LECHE DE INICIO O MATERNA*.
Dos semanas después.
CEREALES SIN GLUTEN
CON LECHE DE CONTINUACIÓN O MATERNA*
Dos semanas después

YOGUR NATURAL* Si ya has introducido leche de inicio y continuación sin problemas. Si toma sólo pecho, mantenlo como único lácteo.

Dos semanas después

CEREALES CON GLUTEN CON LECHE DE CONTINUACIÓN O MATERNA*
Dos semanas después.

PESCADO BLANCO

11 MESES:
YEMA DE HUEVO
Dos semanas después.
CLARA DE HUEVO
A partir del año de vida, el pecho pasa a ser un complemento de la alimentación.

12 MESES:

Miel. La miel cruda no debe darse en niños menores del año. No la pongo aquí porque sea necesaria por encima del año, sino para recordar que no la deis antes.
LECHE DE VACA ENTERA* Si ya has introducido yogur natural. Se puede mantener el pecho como lácteo único si se desea.
OTROS ALIMENTOS A PARTIR DEL AÑO

Dos semanas después.

LEGUMBRES En realidad hay muchos niños que toleran bien las legumbres antes del año.

Dos semanas después.

INTRODUCCIÓN PAULATINA DE

TODOS LOS TIPOS DE FRUTA, VERDURA Y CARNE NO INTRODUCIDOS AÚN,

NO DANDO EN NINGÚN CASO DOS ALIMENTOS NUEVOS EL MISMO DÍA.

A LOS 2 AÑOS:

MARISCO.

PESCADO AZUL.

CUANTO MÁS TARDE MEJOR:

En realidad aquí debería decir sólo uno: AZÚCAR, cuanto más tarde y en menor cantidad mejor.

CHOCOLATE.

VAINILLA.

CHUCHERIAS.

NUNCA ANTES DE LOS 4 AÑOS:

FRUTOS SECOS. El motivo para se el alimento que se da más tarde es el peligro de atragantamiento.

El sentido que tiene tener una lista de introducción de los alimentos es que si lo hacemos siguiendo un criterio que luego podamos recordar, es más fácil detectar si hay un problema de alergia o intolerancia. No es que la lista que os he descrito sea la única. Es una válida. Podéis hacer modificaciones según las preferencias de vuestro hijo y enlentecer el ritmo si es necesario según la evolución de vuestro hijo.

Os recomiendo que no uséis la comida para entretenerlos. Eso favorece que aparezcan problemas.

* Cuando deseamos priorizar la leche materna sobre la de vaca se puede retrasar, si se desea, la introducción de la leche de vaca, incluso hasta el abandono del pecho.

Si esta introducción de la leche de vaca se produce por encima de los dos años de vida no es necesaria su introducción paulatina con leches de inicio, continuación, yogur, entera. Puede en esos casos darse directamente leche entera.

Sí os recomiendo que si se hace directamente con leche entera se observe y sea valorada por un pediatra cualquier reacción que pudiera aparecer.

Si en algún momento decidís pasar de la lactancia materna a artificial.

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