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Pediatras 2.0, pediatría privada y crisis de la sanidad pública

Soy un Pediatra 2.0 que trabaja en pediatría privada por la crisis de la sanidad pública.

No hace falta decir que el modelo sanitario en España está en crisis.

A todos nos formaron para ser funcionarios. A mí me costó cuatro años y medio de mala pediatría darme cuenta de que ese sistema se hundía. Y de que si me quedaba en él, sólo era cuestión de cuanto aguantaría la respiración antes de ahogarme, o salir del barco e intentar alcanzar la superficie. Yo me di cuenta de eso hace 8 años. Hoy la situación es bastante más evidente.

A todos nos gusta saber que nos espera un sueldo fijo a final de mes. Aunque nos lo bajen, preferimos en muchos casos ajustarnos a esa bajada, a no saber lo que ocurrirá.

Pero a mí, por encima de esa incertidumbre, me pudo la certeza de que ese sistema me impedía hacer la pediatría que yo era capaz de hacer. No es que sea el mejor pediatra del mundo, ni de lejos. Pero lo que yo podía hacer con 80 pacientes en 7 horas estaba, desde luego, muy por debajo de mi capacidad.

Aunque da miedo perder la seguridad, cada vez, creo que serán más los médicos que se decidirán a dar el paso de volver a ser lo que eran antes de la aparición de la sanidad pública:

Profesionales liberales, que dependían única y exclusivamente de la calidad que eran capaces de dar a sus pacientes. No fue un mal pasado y no creo que sea un mal futuro.

Hay sin embargo un prejuicio muy extendido en la actualidad:

“El médico privado antepone su interés económico al bienestar del paciente.”

Los habrá. Como los hay en la sanidad pública que asumen los recortes para no perder la productividad o que van cada día a trabajar con la idea de hacer lo menos posible y cobrar su sueldo a fin de mes.

Pero en realidad, médicos privados y públicos necesitan pagar sus facturas y, mayoritariamente, lo hacen intentando dar el mejor servicio posible a sus pacientes.

Un médico privado, como es mi caso, tiene poco futuro si no entiende que para ganar dinero debe ofrecer calidad. Siendo funcionario se puede ganar casi lo mismo sin “dar palo al agua” que gana un compañero que se esfuerce. Pero como médico privado, como “te duermas en los laureles”, estás económicamente muerto.

Para los que decidan dar ese paso, toca volver a ejercer libremente, buscando sobre todo la calidad para el paciente. Y en eso las nuevas tecnologías son una gran ayuda. Para mí lo han sido. 

En mi caso me aporta grandes ventajas en tres campos como profesional liberal:

–       Mejora de verdad la relación con el paciente. Facilita que el paciente te dé información y tú se la des a él. Ordena la comunicación entre ambos permitiendo que ellos tengan un pediatra y yo una vida.

–       En mi marca personal. Puedo definir mucho mejor la forma en la que yo quiero ejercer mi especialidad y presentarla a mucha más gente.

–       A nivel económico. Muchos pediatras que conozco, no entienden lo que hago. Me preguntan por ejemplo, si cobro por cada paciente que entra en mi web. Si no será un error para alguien con consulta privada dar las soluciones gratis…Estos compañeros no entienden como funciona el nuevo mundo. Internet puede ser muy rentable. Pero primero hay que dar mucho, gratis y de calidad. Y si lo haces de forma continuada y consistente, la rentabilidad llega al final de las formas más insospechadas.

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Pediatra 2.0 Rentabilidad para el profesional

Muchos pediatras no entienden lo que hago como Pediatra 2.0, a nivel económico. ¿Dónde está la rentabilidad?

Piensan que es un error. Algunos dicen que los que hacemos divulgación en internet nos estamos cargando el mercado de medicina privada. Eso es como decir que internet está acabando con la publicidad en televisión. Y es cierto. Pero es que son cambios inevitables.

La cuestión no es si yo publico lo que sé, de forma que mis pacientes obtengan gratis la información que cobro por dar en mi consulta. Esa información la publicará cualquier otro, si no lo hago yo.

Estamos en la era del conocimiento. Y ese conocimiento, ya no es monopolio de unos pocos. La brecha entre lo que saben los padres y el pediatra se estrecha. Pero no va a cerrarse.

Lo que el médico tiene que encontrar, es su nuevo sitio.

Yo creo que todos los pediatras nos hemos quejado en algún momento de que pasamos el día en la consulta repitiendo una y otra vez conceptos simples sobre patología banal, y cuando aparece un caso de verdad motivador, no disponemos del tiempo para tratarlo adecuadamente.

Eso me pasaba a mí en mi consulta de la sanidad pública.

Dar información a los padres para que ellos reconozcan y manejen las dudas banales, deja tiempo al médico para dedicarlo a los casos realmente importantes o a personalizar las respuestas que da a cada paciente.

Un tiempo que nadie tiene, con lo que si tú dispones de él, resolverás problemas que otros no pueden. Como Pediatra, si los padres de tus pacientes están mejor informados, puedes darles las herramientas necesarias para que resuelvan los problemas simples y centrarte en dar asistencia de mejor calidad en los casos en los que la resolución no es tan sencilla.

Y además, a través de internet, puedes dar más información, para completar el abordaje de esos casos más complejos. Una información comprensible por el paciente, coherente con lo que le has explicado y que ya tienes preparada.

Esto mejora la medicina para el médico y para el paciente.

Internet tiene además una lógica económica diferente:

Hay que dar mucho, gratis y bueno. Pero como dije antes, si lo haces bien, la rentabilidad que devuelve puede ser muy alta.

Si se hace bien, se convierte uno en referente:

–       Para otros profesionales, lo que abre posibilidades de colaboración. Algunas muy interesantes.

–       Para los pacientes. Muchos a una distancia, que con los esquemas antiguos, era insalvable.

Hoy en día, es realista ser un apoyo muy valioso para la salud de pacientes que uno nunca ha visto, y que viven en cualquier lugar del mundo.

Es evidente que es mucho más rica la experiencia cuando compaginamos relación física y virtual.

Pero hay muchos casos, en los que la ayuda virtual, puede superar con mucho a los medios físicos que los padres tienen a su alcance.

Por ejemplo, pueblos pequeños en los que no disponen de pediatra, pero sí de internet.

Si todo se integra bien, puede crearse un producto diferente a lo demás, de calidad y cuyo mercado es global.

Uno de los principales problemas que hay hoy en día es conseguir que los pacientes entiendan que aunque das muchísimo gratis, no todo puede serlo. Se debe distinguir entre divulgación y asistencia:

  • Divulgación: Son contenidos generales que creo a mi ritmo. Esos contenidos ayudan a la vez a miles de personas.
  • Asistencia: Es dedicar un tiempo extra en el momento que el paciente lo demanda a valorar sólo su caso, hacerlo a fondo y dar una respuesta personalizada. Eso es imposible hacerlo gratis. Aunque se quiera. En la actualidad mi web tiene miles de visitas cada día. Si yo respondiese gratuitamente a cada consulta que me hagan los pacientes el volumen que habría me resultaría imposible de responder aun dedicando las 24 horas del día a hacerlo. La única forma de limitar esa demanda y de que se te compense por esa dedicación extra y personalizada es cobrar por ello. Yo entiendo que haya quien lo busque todo gratis y de calidad. Pero como en cualquier otro campo de la vida, en Internet eso es imposible de encontrar.