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Obsesión por los percentiles de niños y bebés y Obesidad

 Entender los percentiles de peso en los bebés para evitar la obesidad

Entendemos mal los percentiles de peso en bebés. Esto hace que usemos «remedios» que están produciendo un aumento de la Obesidad.

Los percentiles de peso se interpretan mal

Casi todos los días veo en la consulta niños y bebés cuyas familias están preocupadas porque tienen un percentil bajo de peso.

El problema en la mayoría de los casos no es que el bebé esté mal, sino que la interpretación de los percentiles es errónea.

Mucha gente, incluidos profesionales, ven los percentiles como una especie de calificación académica. De tal forma que un percentil de peso por debajo de la media es interpretado como un suspenso.

Y claro, los suspensos implican que hay que esforzarzarse por aprobar… 😱 Sea como sea…

El miedo a que un bebé con un percentil bajo de peso muera de desnutrición

Este concepto nace del miedo a la desnutrición heredado de nuestros antepasados inmediatos.

La generación de nuestros padres en España es la de los «niños de la postguerra». Fué una época dura en la que mucha gente pasaba penurias. Había niños que morían de hambre en España.

Para esa generación un bebé gordo era un bebé sano.

En esa época además la mortalidad infantil era muy alta, y su causa principal eran las muertes por «diarreas». En esta categoría entraban algunas infecciones, pero también muchas alergias o intolerancias alimentarias que ni se sabían diagnosticar ni se podían tratar en esa época.

Un bebé delgado en bastantes casos era un bebé que iba a morir en los primeros meses de vida.

Fue esa también la etapa en la que la Pediatría Moderna apareció como especialidad y se definieron sus estrategias iniciales respecto a la alimentación. Se buscó vencer el que en ese momento era el principal problema relacionado con el peso: La Malnutrición. Y se ha vencido. Pero hemos pasado en poco tiempo de esa situación de carencia a una de abundancia de comida.

Con esa herencia, pero en una situación radicalmente opuesta, pasa hoy en día lo que pasa: Ahora, el principal problema en nutrición es la Obesidad.

Los niños sanos con percentil de peso bajo

Cuando hacemos estadísticas de peso para clasificar los percentiles, sólo usamos niños sanos. Tan sano es el que está en el percentil 90 como el que está en el percentil 10 o en el 1….

Pero, estando sanos todos, ¿por qué hay tanta variedad de pesos?

Influyen muchas cosas. No todos los niños sanos se alimentan igual. Unos toman pecho, otros biberón y otros lactancia mixta. Cuando entramos en alimentación complementaria las diferencias son incluso mucho mayores.

Pero otras muchas cosas influyen en el peso, desde el clima a la actividad de la familia con el bebé…

Y por supuesto la genética. Somos todos diferentes. Desde el punto de vista genético, una mezcla única de los genes de nuestros padres.

Epigenética y programación metabólica en niños que les lleva a la Obesidad

En muchos aspectos de nuestro desarrollo somos el resultado de nuestra genética adaptada al ambiente en que crecemos.

Merece la pena explicar esto en detalle.

Tenemos muchos más genes de los que vamos a usar en nuestra vida. Disponemos incluso de genes que dan órdenes contrarias. ¿Cómo elige nuestro cuerpo cuáles usa y cuáles no? Lo hace adaptándose al entorno en el que vivimos.

Tenemos mecanismos muy finos que hacen que captemos cualidades de nuestro entorno que nos permiten escoger los genes más adecuados para sobrevivir en él.

Estos mecanismos son especialmente activos en los primeros 2-3 años de vida de un niño. Permiten una primer adecuación general al entorno en el que nos ha tocado nacer.

Seguiremos teniendo capacidad de bloquear ciertos genes y utilizar otros toda nuestra vida. Pero con la edad será una capacidad cada vez menor.

Podríamos hablar de que en los primeros 2-3 años de vida hacemos una programación genética que va a marcar en gran medida el resto de nuestra vida.

Uno de los aspectos en los que lo hará es el metabolismo. Por lo que suelo hablar de programación metabólica.

Al hacer que un bebé suba su percentil por encima de la media estás favoreciendo la Obesidad en el futuro

Cuando en una valoración del percentil de peso y talla de un bebé decimos que está por debajo de la media, o que está delgado porque su percentil de peso es inferior al de talla, hay que ser muy cuidadosos. Porque estamos abriendo la caja de los truenos.

Ya antes de que les digamos su percentil, muchas familias ven lo evidente: que el bebé es delgado en comparación con otros de su edad.

Pero se pasa por alto la pregunta clave: ¿Está sano?

Porque si está sano siendo delgado, ¿cuál es el problema?

El problema es que con la herencia del hambre de la postguerra cuesta creer que un bebé delgado pueda estar sano.

Cuando esto ocurre se inicia una odisea de pruebas diagnósticas para encontrar la causa. Pruebas en muchos casos agresivas para el niño, que suelen acabar sin un diagnóstico.

Si el niño no tiene signos de enfermedad, está activo y feliz, ¿por qué no lo dejamos en paz?

Pero es que en muchos casos no se le deja en paz ni tras someterlo a las pruebas diagnósticas siendo normales.

Veo montones de bebés en los que se ha descartado que haya una enfermedad y se trata simplemente «la delgadez». Niños con todas sus pruebas normales a los que:

  • Se les obliga a comer más de lo que desean.
  • Modificamos su dieta empobreciéndola en variedad sólo con el objetivo de que coman más en cantidad.
  • Se les dan medicamentos para aumentar el apetito o suplementos nutricionales con el único objetivo de que ganen peso.

Y se interpreta como un éxito cuando se consigue que suban por encima de la media.

Expliquemos en qué ha consistido el éxito… Más Obesidad

Lo que hemos hecho es modificar la epigenética a martillazos. Pero veamos lo que eso implica.

Durante esta etapa en la que la elección de genes es más adaptable hemos suplantado mecanismos metabólicos que había escogido su instinto. Esos que le llevaban a ser un bebé sano y delgado, por otros que le ayudan a ser un bebé por encima de la media en peso.

Superamos la edad en la que escogemos los genes que nos acompañarán en nuestra vida y nos quedamos con aquellos que permiten tener un peso mayor.

Lo que hemos hecho es decirle al instinto del bebé que se ha equivocado. Que la prioridad no es estar sano, sino ganar peso por encima de la media.

¿Estaremos igual de contentos cuando nuestro hijo, ya adulto, tenga un peso superior a la media?

¿O preferiríamos que se hubiese quedado con su elección original y fuese un adulto sano y delgado?

Involuntariamente, y creyendo que hacían lo mejor para sus hijos, pero la generación que superó las hambrunas de la postguerra son los padres de la generación con mayor obesidad de la historia, por ahora….

Sólo podremos evitar que la siguiente generación nos supere si desterramos los esquemas que han llevado a la situación actual. 

Por supuesto influyen otros factores, como lo fácil que es alimentarse mucho y mal en la actualidad, pero ese es otro tema…

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Calcular el peso de tu bebé en la gestación

El peso de tu bebé durante la gestación. Cómo se calcula y cómo se interpreta.

Cómo se sabe el peso de tu bebé dentro del útero o si su desarrollo es normal. Es fácil con la ecografía. ¿Cómo se mide?.

El peso de tu bebé durante su desarrollo dentro del útero es una de las múltiples dudas y preocupación que te asaltan en el embarazo. Y hoy, nuestro ginecólogo, Francisco Zorrilla de consultatuginecologo.com, nos trae las respuestas.

Es muy difícil que a un bebé le falte alimento. La placenta está diseñada para un funcionamiento eficiente. No trabaja al máximo, sino que su margen es muy amplio para ir adaptándose de forma progresiva a las cada vez mayores necesidades del feto a lo largo de los nueve meses.

Generalmente la placenta tiene un gran margen de funcionamiento. Ni siquiera al final de la gestación “trabaja al máximo”. Por este motivo debes tener tranquilidad y olvidarte de las preocupaciones. Tu bebé se desarrollará correctamente.

¿De qué depende el crecimiento o el peso de tu bebé?

Obviamente no todos los recién nacidos pesan lo mismo. Ni siquiera los bebés nacidos en la misma semana, pesan lo mismo.

Hablamos de medias y de percentiles. Un recién nacido suele pesar unos 3000-3500 gr de media tras los 9 meses de gestación.

Existen varios factores que pueden influir:

  • Genéticos o dependientes del bebé.
  • Maternos
  • Placentarios
  1. Factores genéticos en el peso de tu bebé:

Cada bebé tiene un potencial de crecimiento que viene determinado por sus genes. Sabemos que los hijos de padres grandes o altos, suelen pesar más que si la madre es “pequeña”.

Pero además, y lo más importante, si un feto tiene una alteración génica/cromosómica su potencial crecimiento se ve disminuido.

Cuando observamos un crecimiento intrauterino retardado (CIR) durante los controles ecográficos que realizamos a tu embarazo, lo primero es sospechar o descartar que pueda existir un problema genético en el bebé.

El crecimiento no se altera al inicio de la gestación. Lo observamos a partir del segundo trimestre, sobre las 24 -26 semanas, gracias a las mediciones que hacemos en la ecografía.

2.- Factores maternos en el peso de tu bebé:

Comprenderás que tan importante es el potencial intrínseco del bebé como la “fábrica” que lo alberga. Las condiciones maternas son fundamentales.

Una madre desnutrida o con problemas de salud puede mermar el crecimiento del feto y su peso al nacer.

Al principio de la gestación, cuando el crecimiento fetal no es muy activo o exigente, no se nota. Las medidas ecográficas del feto en la primera mitad de la gestación son normales, aún en los casos de patología materna moderada-grave.

Si como madre presentas una patología, el retraso del crecimiento (CIR) se pondrá de manifiesto sobre las 25-30 semanas.

No existe un tiempo fijo, te hablo de semanas a aproximadas.

Te preguntarás, ¿qué enfermedades maternas son más frecuentes en casos de retraso de crecimiento fetal?:

La más frecuente y conocida quizás sea la hipertensión. Pero pueden influir la malnutrición materna, infecciones (toxoplasmosis, rubéola, citomegalovirus, listeria), alteraciones en la coagulación sanguínea, etc.

La lista de enfermedades o patologías en la madre, que pueden influir en el desarrollo del bebé, es muy extensa. En este sentido, mi consejo es que, si es tu caso, realices una visita de preconcepcional y se lo consultes a tu ginecólogo.

3.- Factores placentarios en el peso de tu bebé:

La placenta tiene funciones de filtro entre tú y tu hijo. Es fácil comprender que las alteraciones de la placenta repercutan en la alimentación del bebé dentro del útero.

Hace las funciones de pulmón, riñón, hígado, hormonas, etc. del feto durante los 9 meses de la gestación.

Cuando la placenta es incapaz de alimentar al bebé hablamos de insuficiencia placentaria.

La placentación, es decir, el proceso de anclaje de la placenta a tu útero, se inicia con la nidación sobre los 5 días tras la fecundación del óvulo por el espermatozoide. Este proceso termina sobre las 16 semanas de gestación.

Enfermedades como la diabetes, la hipertensión, enfermedades inmunitarias, infecciones, o isoinmunización por incompatibilidad del grupo Rh, etc. son algunos de los problemas placentarios que pueden afectarle.

¿Cómo controlamos el peso de tu bebé durante la gestación?

Ésta es la parte principal del tema de hoy. Es sencillo hacer un seguimiento del peso del bebé dentro del útero mediante mediciones ecográficas.

De forma rutinaria, la ecografía que realizamos a las 32 semanas es la más importante para valorar el crecimiento del feto.

Durante la gestación, en mujeres de bajo riesgo, hacemos tres ecografías básicas:

Obviamente, si tu embarazo es de riesgo o si existe alguna de las enfermedades comentadas, realizamos más ecografías.

Para hacer un cálculo del peso medimos al bebé. Pero lo medimos por partes. En ningún momento de la gestación se mide el feto entero, pues está plegado dentro del útero.

En el primer trimestre medimos el CRL: longitud de la cabeza y el cuerpo del embrión.

A partir del segundo y durante el tercer trimestre el feto se mide por partes.

Las medidas más utilizadas son el diámetro de la cabeza (DBP) y su circunferencia (CC), los diámetros o la circunferencia del abdomen (CA) y la longitud de los huesos largos como el fémur o el húmero.

Cómo interpretamos los resultados obtenidos

A partir de estas medidas, el aparato de ecografía calcula el peso fetal estimado, que comparado con tablas de percentiles, no orienta sobre si tu hijo está creciendo bien intraútero.

Un feto se considera con crecimiento normal si su peso está entre el percentil 10 y 90. Si por ejemplo tiene un percentil 9 no quiere decir que le “pase nada”, pero si lo consideramos como un retraso de crecimiento (CIR) y lo vigilamos de forma intensiva.

No te obsesiones porque tu hijo esté en un percentil 25, por ejemplo. Todos somos diferentes y las tablas de pesos se obtienen por medias de las medidas ecográficas que le tomamos al feto.

Consulta con tu ginecólogo cualquier duda y él te irá orientando.

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El Niño que No Sube de Peso

El niño que no sube de peso

Niños que a pueden pasar meses sin subir prácticamente de Peso. Porqué no hay que preocuparse en la mayoría de los casos y cuándo sí deberíamos los padres.

Es muy muy habitual que esto sea un comentario en la consulta cuando no la causa principal por la que una familia acude a mi consulta.

Pero lo llamativo es que en la mayoría de los casos todo está bien.

Evolución normal del Peso

En algunos casos el problema es que los padres no entienden que la ganancia de peso que los bebés tienen al principio debe hacerse más lenta.

Suelo poner un ejemplo: Si lo niños siguiesen ganando 200 gramos por semana con 10 años habrían subido 104 kg de peso (52 semanas x 10 años x 0,2= 104 kg).

Las curvas de crecimiento son «curvas» porque cuanto más crece un niño menos va ganando cada semana.

De modo que durante los primeros 3 meses suelen ganar 150-200g / semana.

De los 3 a los 6 meses suelen ganar 100-150 g / semana.

De los 6 meses en adelante suelen ganar 50-100 g / semana.

Pero además, la ganancia de peso no es constante. Unas semanas se puede ganar mucho más de lo habitual y otra puede no ganarse o perderse un poco de peso. Y esta irregularidad aumenta conforme el niño crece. Lo habitual en niños mayores de un año es que puedan pasar varios meses con un mismo peso y de repente ganen mucho.

Pero ¿Cómo está su peso?

En muchos de los casos en que los padres comentan que su hijo no gana peso, éste es normal.

Para comprobar si es tu caso te recomiendo que lo valores en las Tablas de la OMS.

Pero debes entender que estar por debajo de la media no es nada malo. Las tablas son estadísticas hechas con datos de Niños Sanos. La mitad de los padres están condenados por la estadística a preocuparse porque el peso de su hijo está por debajo de la media.

Lléndonos a valores más extremos, tener un peso en el percentil 10 por ejemplo sólo es algo descriptivo. Nos dice que el 10 % de los Niños Sanos de su edad pesan menos que él. Y están sanos siendo así.

Sea cual sea el percentil de peso de un niño lo importante es:

Seguir su evolución. Una alteración importante de los percentiles en los que suele moverse es lo que puede alarmar de que hay un problema.

Valorar si el niño está sano o enfermo. Esto es lo esencial. Da igual el percentil en el que esté, si está sano no hay que hacer nada.

Causas más frecuentes de un estancamiento en el peso

Cuando realmente hay un estancamiento y el peso se detiene o baja durante semanas o meses debemos plantearnos en primer lugar si nuestro hijo tiene algún síntoma de que haya un problema: Dolor abdominal, Debilidad, Vómitos frecuentes, Diarreas frecuentes, Dermatitis…

Las causas más frecuentes de una bajada o parada de la ganancia de peso suelen ser:

  • Intolerancias y alergias alimentarias.
  • Enfermedades crónicas (Bronquitis, amigdalitis, otitis, infecciones de orina de repetición).
  • La simple sucesión de enfermedades agudas en los primeros años de escolarización. Mocos, mocos y más mocos, que el niño está constantemente tragando y hacen que pierda el apetito. Hay que entender que el moco está compuesto de azúcar y proteínas y es muy nutritivo. Pero claro, es reciclaje puro. Segregando y digiriendo moco poco peso va a ganar.
  • Mala Dieta. Otra causa importante de estancamiento, especialmente a partir del 1º año de vida es lo que llamamos Anorexia del primer año.

Intolerancias y alergias alimentarias

El pediatra que le sigue debe valorar cuáles pueden ser lo causantes en función de su evolución de peso, la pauta que has seguido en la introducción de los alimentos y el momento a partir del cual el peso se estancó.

Enfermedades crónicas

Aquí la clave es ir más allá del tratamiento de cada una de las crisis y abordar tratamientos para prevenirlas.

Infecciones en los primeros años de escolarización

Sólo en contados casos responde a que el niño tienen un problema con su sistema defensivo. En la mayoría de los casos funciona perfectamente, pero hasta que se pone al día de los gérmenes con los que vamos a convivir toda nuestra vida pueden ser 2-3 años desesperantes, en los que suelen estancarse de peso en invierno y ganar peso en verano.

Mala Dieta

Cuando los niños descubren que hay una gran variedad de sabores que no habían probado en sus primeros meses de vida y son mucho más apetecibles que esos monótonos purés a los que muchos están acostumbrados, suelen empezar a rechazar su alimentación habitual.

Si eso se acompaña de un estancamiento en el peso la reacción innata de los padres es ofrecerle lo que el niño acepte. Cuando esto ocurre la dieta empieza a hacerse cada vez más limitada en lugar de ir ampliándose. Y el peso se resiente más. Entramos en un círculo vicioso en el que cuanto más se estanca el peso, más proclives son los padres a ofrecerle al niño lo que le gusta. Habitualmente lácteos azucarados.

En resumen:

En la mayoría de los casos cuando un niño acude a la consulta porque no gana peso, el niño está sano y no hay que hacer nada. Pero lo ideal es hacer una valoración personalizada de cada caso, porque hay casos en los que ese estancamiento es signo de un problema que puede resolverse.

Si quieres calcular y comparar los percentiles de peso y talla de tu bebé y que te los explique puedes usar la Calculadora de Percentiles.

 

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¿Come bien mi bebé? ¿Cómo va su peso?

Una de las cosas que más preocupan a los padres en los primeros días de vida es si el bebé recién nacido come bien.

Como orientación, suelo decirles que es fácil de saber:

Si un recién nacido está activo, llora, lo coges y no se calla, lo alimentas y se calla, es porque en principio come bien.

¿Porqué pongo el añadido de «está activo»?

Hay recién nacidos que comen poco, tienen algún problema, y están débiles. Son niños que vemos poco activos. Esto es normal el primer día. Porque después del nacimiento tienen que adaptarse a muchos cambios y están agotados. El segundo día empiezan a espabilar. Y para el tercer día, ya son bastante activos. Si un niño con más de 3 días y menos de dos semanas, pasa horas y horas sin pedir comida (más de 5) debemos hacer por despertarlo. Y si nos cuesta mucho trabajo hay que comprobar que esté bien.

Esto no es aplicable a mayores de 2 semanas. Por encima de esta edad hay niños que están muy bien alimentados y son muy dormilones. Y ya con dos semanas tienen reservas suficientes en el hígado para soportar esas horas sin que les baje el azúcar.

¿Cuál es la prueba definitiva que nos dice si se está alimentando bien un recién nacido?

Pues el peso. Cuando un niño nace, ha estado unos 9 meses sumergido en agua. Fuera el ambiente es más seco. Es como sacar una esponja escurriendo agua de un cubo. Lo normal es que pierda peso. Lo habitual es que en los 3-5 primeros días pierda en torno a un 10% de su peso al nacer. Es decir, que si un niño pesa 3kg al nacer, puede estar a los 5 días en torno a 2,7kg y no pasa nada.

A partir de ese momento lo normal es que empiece a ganar entre 150 y 200 gramos cada semana. Con lo que antes de los 14 días de vida suelen haber recuperado lo que pesaban al nacer.

Por tanto, sospechamos que un recién nacido no se está alimentando bien si:

  1. Está demasiado adormilado.
  2. Come con mucha ansiedad.
  3. Pierde en los primeros días más de un 10% de su peso al nacer.
  4. No recupera el peso del nacimiento antes de los 14 días de vida.

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Tablas de percentiles de la OMS

Gráficas de crecimiento en niños y bebés.

Cómo interpretar las Tablas de peso y talla en niños y bebés. Explicado con claridad a los padres, para entender si tu hijo está dentro de lo normal o si no es así, qué hacer.

ESCOGE LA TABLA DE PERCENTILES DE CRECIMIENTO SEGÚN EL SEXO Y EDAD DE TU HIJO.

Son las tablas de percentiles de peso y talla de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Hay otras muchas tablas hechas por zonas geográficas. Pero estas son las que la mayoría de agrupaciones de pediatría usan como consenso.

Escoge la tabla de percentiles adecuada según el sexo y edad de tu hijo. La edad, intenta que quede lo más centrada posible en el rango de la tabla. Para un niño de 2 años, es mejor usar la tabla de 0-5 años que la de 0-2 años.

NIÑOS NIÑAS
PESO 0-2 AÑOS 0-5 AÑOS 5-10 AÑOS 0-2 AÑOS 0-5 AÑOS 5-10 AÑOS
TALLA 0-2 AÑOS 0-5 AÑOS 5-19 AÑOS 0-2 AÑOS 0-5 AÑOS 5-19 AÑOS

INTERPRETACIÓN DE LAS TABLAS DE PERCENTILES DE CRECIMIENTO DE LA OMS

En todas las tablas de percentiles de la OMS, el eje horizontal expresa la edad, y en el eje vertical el peso o la talla según de lo que sea la tabla.
Os aconsejo que miréis la tabla que incluya la edad que deseéis consultar más centrada. Así en niños de 1 año, se verá mejor en la de 0-2 años. Mientras que en niños de 2 años se verá mejor en la de 0-5 años.

Los percentiles de crecimiento y su interpretación en tablas

Las diferentes líneas que van marcadas con  P3, P15, P50, P85 y P97 corresponden a los percentiles 3, 15, 50, 85 y 97.
Un percentil expresa el porcentaje de población que siendo normal está por debajo de esa línea:
Así si el peso de un niño está en el percentil 15 quiere decir que el 15% de los niños normales tienen un peso inferior a ese.

En cuanto a la falta de peso o talla según la tabla de percentiles:

El percentil 3 de peso y talla se usa habitualmente como límite de alerta absoluto.

Es decir, que cuando un pediatra ve un niño con un peso o talla por debajo del percentil 3 se recomienda realizar estudios para descartar las posibles enfermedades causantes de ese retraso.

Aunque un 3% de los niños normales tienen un peso o una talla por debajo de esas cifras sin tener ninguna patología, son así.

De hecho la frecuencia de enfermedades capaces de producir este retraso afectan a menos del 3% de la población, con lo que es más frecuente que simplemente sean así, de modo que en la mayoría de estos niños no se acaba detectando ninguna causa tratable.

Pero conviene hacer el estudio, porque en los niños que sí existe una enfermedad de base, esta es tratable y el peso y talla recuperables.

Cómo valorar el sobre-peso comparando las tablas de peso y talla

Para valorar el peso que le pueda sobrar a un niño con sobre-peso miramos primero la talla del niño.

Si por ejemplo tiene una talla equivalente al percentil 85, su peso ideal sería el que corresponda a percentil 85 para su edad.

De modo que le sobrará el peso que suba por encima de ese valor.

Ejemplo:
Niño se 8 años con una talla de 133 cm y un peso de 33 kilos.
133cm equivale según la tabla al percentil 85 para 8 años.
El percentil 85 de peso par 8 años corresponde a 29,5 kilos. Con lo que al niño le sobran 3,5 kilos.

Evolución de los percentiles de crecimiento:

A lo largo del crecimiento, un niño normal puede acelerar o enlentecer su aumento de peso o talla por muchos motivos sin que suponga un problema.

De hecho, es frecuente que niños que toman sólo pecho y tienen percentiles muy altos de peso, en torno a los 4-8 meses frenen su aumento de peso sin que haya ningún problema de salud que lo cause, acercándose al percentil 50.
Asimismo, si un niño tiene desde su nacimiento un peso en percentiles por debajo de 50 pero más o menos estables, no hay que preocuparse, eso es lo normal para él.
Pero si un niño de forma continuada va bajando de percentiles a partir de un momento determinado en varios controles, conviene plantearse si ha podido ocurrir algo que cause ese descenso.

Ejemplo:
Cuando introducimos la leche artificial o el gluten, aquellos niños que no pueden digerir bien alguno de estos alimentos, es frecuente que empiecen a frenar su crecimiento. Aunque no vomiten, ni tengan diarrea ni erupciones en la piel al comerlos.

Si a partir del momento que introducimos alguno de esos alimentos el peso empieza a frenar claramente su aumento hay que hacer pruebas para estudiar si tienen un problema con él.

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El Crecimiento

Una idea de conjunto del proceso de crecimiento infantil

La pediatría se define como la medicina del ser humano en crecimiento.

Es un proceso constante durante toda la edad pediátrica pero no uniforme. Cada edad tiene su ritmo.

La alteración de ese ritmo es a veces por si sola signo de problemas, que en algunos casos no da otros síntomas. Asimismo, supuestas patologías que no alteren ese ritmo nos dicen que la patología no es tal o es mucho menos grave de lo que parece.

Evolución del peso en los primeros meses.

Cuando nace el niño, la primera semana suele perder peso, debido a que al nacer tiene un exceso de agua que tiene que eliminar. Puede llegar a perder hasta una décima parte de su peso al nacimiento. Así un niño que al nacer pesó 3 kg puede pesar a la semana 2,7 kg sin que haya ningún problema. Pérdidas superiores si suelen indicar un problema para asimilar el alimento o simplemente una falta de él.

Desde ese momento empezará a recuperarse y aproximadamente a los 10 días de vida suele alcanzar de nuevo su peso al nacimiento. A partir de ahí el ritmo de ganancia de peso suele ser de 150-200 gramos por semana hasta los tres meses. Edad desde la cual se enlentece a un ritmo aproximado de 100 gramos por semana hasta los 9 meses. Entre los 9 meses y los dos años mantienen ya una ganancia de unos 50 gramos por semana.

Estas cifras son orientativas. Los niños ni son relojes ni tienen un contrato que les obligue a cumplir con ellas. Son seres vivos que se ven influidos por sus propios condicionamientos y por todo lo que les rodea, por lo que son normales las fluctuaciones. Es normal por tanto que si en una semana gana 500 gramos en la siguiente no gane o incluso pierda porque se haya empachado y coma menos. También es normal que si pesa con 4 meses 8 kg cuando lo normal sería que pesara 6, ralentice su crecimiento desde ese momento y pase a no ganar nada en un mes.

Evolución de la talla en los primeros meses de vida

En cuanto a la talla, hasta que se cumplen los dos años lo que se mide es la longitud (tumbado). A partir de esa edad se mide la talla (de pie). Los primeros días puede haber un aumento llamativo de la longitud. A veces es más debido a una mayor relajación del recién nacido (se estira mejor) que a un crecimiento real. Los dos primeros meses suele crecer unos 3-4 cm por mes. Desde entonces se irá frenando, de modo que a partir de los 9 meses suele ganar uno centímetro por mes hasta los 2 años.

Los 3 parámetros más usados para controlar el crecimiento en los niños son peso, talla y perímetro cefálico (circunferencia de la cabeza).
En el primer año de vida son peso y perímetro cefálico los que tienen una mayor importancia para controlar el correcto desarrollo del niño.
Este último, el perímetro cefálico, para ser valorado correctamente hay que saber medirlo bien e interpretarlo conjuntamente con el grado de cierre de las suturas de la cabeza y su forma. Algo realizable por un pediatra, por lo que no tendría mucho sentido que os de unos valores de referencia que de poco os valdrán. Desde el cierre total de las suturas del cráneo (que suele ocurrir entre los 6 y los 15 meses) el control del desarrollo pasa a centrarse más en peso y talla.

La talla suele tener un crecimiento más regular, que puntualmente puede acelerarse por la fiebre. No es que como dice la gente le de fiebre porque va a crecer, sino al revés. El crecimiento es continuo y no tenemos fiebre de forma continua. Lo que sucede es que cuando tenemos cualquier infección por la que sube la fiebre, al aumentar la temperatura del cuerpo se acelera el metabolismo, y como parte de él, se crece más rápido. Es como si pisáramos el acelerador.

Los dolores de crecimiento

Otra cosa que suele relacionar la gente con el crecimiento son los dolores articulares. También falso. El crecimiento no duele.

Los dolores atribuidos al crecimiento, son en realidad dolores por sobrecarga. Los niños no paran, incluso cuando se hacen daño, en muchos casos, al no ser un traumatismo con fractura ni esguince grave, pueden y de hecho siguen jugando. Después, cuando paran, al enfriarse, los pequeños daños de articulaciones, tendones y músculos empezarán a hacerse más evidentes y a doler. Ese tipo de dolores no es típico de los niños mientras crecen por el crecimiento, sino por el tipo de actividad que tienen. De hecho es el mismo tipo de dolores que mantienen los deportistas (aunque ya no crezcan). Desde que se estabilice el crecimiento de la talla a partir de los 2 años en torno a 5-7 cm por año, se mantendrá a ese ritmo hasta la pubertad.
Entonces llegará el “estirón” del cambio hormonal en el que pueden crecer a un ritmo de entre 6 y 12 cm por año durante 2-3 años tras los cuales se frenará bruscamente por el cierre completo de los cartílagos de crecimiento de los huesos largos.
Desde ese momento tendrá la que será su talla adulta con variaciones de no más de 5 cm.

¿De qué depende que un niño llegue a ser más o menos alto?

Hay una gran variedad de factores que influyen en ello. Vamos a tratar los principales.

  • La herencia genética: suele decirse que se puede calcular la talla futura de un niño en función de la de los padres.
    Sin duda la información genética que determinó la talla de los padres influirá en el hijo de forma similar, hasta el punto de que muchos niños bajos no tienen más causa para su escasa talla que el provenir de una familia de talla baja (talla baja familiar).
    Pero es imposible determinar con exactitud la talla futura de un niño sólo en función de ello.
    Si fuese así la talla media de nuestros hijos sería la misma que la nuestra y es evidente cuando estudiamos las 3 ó 4 últimas generaciones de españoles que se ha producido un aumento significativo de la talla media.
    Eso no puede ser por herencia a no ser que los padres legítimos de una cada vez mayor proporción de españoles sean turistas suecos. Si es así debe ser uno de los secretos mejor guardados de las españolas. ;P
  • La nutrición: el principal factor que ha propiciado ese crecimiento en las últimas generaciones ha sido el nutricional.
    De hecho la talla media de cualquier país aumenta con el progreso económico. Algún lector avispado en este punto me diría que no debe ser entonces tan mala la alimentación actual infantil que critico en otros artículos de esta web.
    Pues se siente, pero me mantengo en mis trece. La alimentación infantil actual es una basura, mezcla del marketing y la hiper selección caprichosa de alimentos.
    Que tiene el efecto secundario del mayor crecimiento de nuestro hijos, pues sí. Que es a costa de reducir sensiblemente su calidad de vida futura, pues también.
    De hecho lo que había antes era una carencia de alimentación, no en calidad (que era sensiblemente mejor) sino en cantidad. Antes estaban desnutridos por falta de comida. No alcanzaban la talla de las nuevas generaciones por que aunque su plano genético era tan bueno como el nuestro había carencia de ladrillos para construir.
    Hoy esa falta no existe, hay exceso de oferta alimentaria, de hecho y haciendo honor a la verdad la calidad de los alimentos no procesados es también mayor que la que había antes.
    El problema está en la forma tan desequilibrada en que los consumimos. Junto con los ladrillos necesarios para construir estamos metiendo mucho embalaje, mucho adorno y mucha vidriera. El resultado, como en cualquier construcción es que cuando sustituimos los ladrillos por adornos y vidrieras el edificio se embellece, pero si nos pasamos pierde resistencia y puede derrumbarse.
    Hoy en día estamos sustituyendo los azúcares complejos por refinados y aumentando la proporción de grasas, proteínas y sales en la dieta.
    Resultado: más altos, más obesos, más hipertensos, colesterol alto, diabetes, cáncer…
  • El tercer factor fundamental que determina la talla final de un niño es la edad con la que se produzca la pubertad. El crecimiento en talla se produce fundamentalmente por el crecimiento de los huesos largos del cuerpo. Estos huesos suelen tener en cada uno de sus extremos un cartílago con hueso a ambos lados. El hueso como tal crece poco o nada, es una estructura bastante rígida. Estos cartílagos son más flexibles y cuando sus células se multiplican, la matriz que los envuelve puede crecer. En su límite con el hueso esta matriz va poco a poco solidificándose transformándose en hueso, pero mientras este proceso sea más lento que la multiplicación de las células del centro del cartílago el hueso seguirá creciendo. Es lo que pasa durante toda la infancia. Lo que antes referíamos a la relación de fiebre y crecimiento se debe a que la fiebre estimula la reproducción de las células cartilaginosas. Cuando llega la pubertad, hay un aumento en la secreción de hormonas sexuales. Estas hormonas tienen un efecto potente sobre la maduración del cartílago de crecimiento. De modo que producen una aceleración del crecimiento pero acaban por agotarlo. El resultado son los 2-3 años de crecimiento más rápido en talla de la vida tras los cuales se para casi en seco. Por ello la edad de comienzo de la pubertad resulta determinante.
    Hay niños que la empiezan antes de modo que rápidamente superan al resto de sus compañeros de clase. Pero al haber iniciado ese último tramo de crecimiento rápido desde niveles más bajos, una vez finalicen el proceso quedarán por debajo del resto.
    Aquellos que iniciaron la pubertad en último lugar han seguido creciendo al ritmo lento del resto de la infancia durante más tiempo, y al iniciar la última fase de crecimiento rápido lo hacen desde una talla mayor superando en la mayoría de los casos a los que fueron más precoces.
    Esta es la razón por la que la mayoría de los hombres son más altos que la mayoría de las mujeres: Los hombres maduran después.
    Cuando tenemos un niño con talla baja una de las primeras pruebas diagnósticas que pueden orientarnos hacia el pronóstico de talla es comprobar el estado de sus cartílagos de crecimiento respecto a su edad. Esto nos indica si el proceso de maduración final está ya iniciándose y en que grado se ha completado.
    Así, un niño con una edad de 10 años cuya talla corresponda a la de un niño de 9, si presenta en la radiografía unos cartílagos correspondientes a 8 años no tendrá problema en alcanzar la talla media, incluso superándola con facilidad.
    Si este mismo niño en la radiografía tiene unos cartílagos equivalentes a una edad de 11 años quiere decir que no solo tiene una talla inferior a la media de su edad sino que dado que ha agotado una porción de su potencial de crecimiento mayor al que correspondería para su edad, las posibilidades de recuperar ese atraso se reducen considerablemente.

Tabla de Crecimiento de la Organización Mundial de la Salud