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Imágenes con consejos sobre salud en niños: Peketips

A partir de hoy empezaré una forma más de publicación de consejos sobre salud infantil para padres.

Son los Peketips.

Serán frases no excesivamente largas en las que se destaque algún aspecto clave de algún tema de pediatría o puericultura.

La idea es destacar conceptos con frases llamativas. Como toda frase aislada, pueda a veces entenderse mal. Por lo que en este blog publicaré la imagen, pero ampliando la explicación para resultar lo más claro posible.

Aquí tenéis el primer Peketip:

El texto dice:

El percentil 3 de peso solo indica que el 3% de los niños NORMALES tiene un peso inferior a ese. Conviene descartar que tenga problemas. Pero si se descarta, cualquier intento de subirlo de peso suele ser contraproducente.

 

Vamos a explicarlo:

A veces nos obsesionamos con las tablas de normalidad. Si por los padres fuese el 100% de los niños tendría un peso y una talla por encima de la media. Pero si eso hubiese forma de conseguirlo, la media sería más alta y la mitad volverían a estar por debajo de la media.

Estar por encima de la media en peso no es bueno por sí mismo. De hecho puede ser malo. La cuestión es estar sano.

Menciono el percentil 3 porque es frecuente que en la formación de los pediatras, se establezca el percentil 3 como el límite por debajo del cual hay que estudiar a un niño para averiguar si su bajo peso se debe a algún problema de salud.

Pero no debemos olvidar que muchos niños con peso por debajo del percentil 3 son niños sanos. Solo que son así.

Para llegar a esa conclusión primero hay que estudiarlo, pero una vez que se descartan las enfermedades y se llega a la conclusión de que el niño es sano, es un error intentar que el peso suba por encima de la evolución que es normal en ese niño.

Suele entenderse mejor con los adultos.

Hay adultos cuyo peso está por debajo del percentil 3 para adultos. Pero son así. ¿Qué pasaria con la salud e ese adulto si nos empeñamos en subir su peso a la media?

Pues que posiblemente alteraría su metabolismo, subiendo el colesterol, los triguicéridos o el azúcar. Y si eso se mantiene en el tiempo, puede generar problemas circulatorios o de corazón.

Es decir. Esa persona, que estaba sana siendo así, enferma porque forzamos su metabolismo para que se acerque a una cifra que establecemos de forma arbitraria.

La tendencia de los padres de los niños con peso bajo es, casi siempre, intentar que el niño coma más. Cuando se hace de cada comida una lucha por aumentar la cantidad, lo normal es que para el niño se acabe transformando la comida en algo desagradable. Con lo que finalmente empeora el problema.

En otros casos se acaba permitiendo al niño que seleccione la dieta, con lo que un niño de peso bajo, pasa a tener una dieta pobre.

En ambos casos el resultado es un empeoramiento a la larga de la salud del niño.

Por eso insisto en que cuando un niño está por debajo de la media pero es sano, es un niño normal. Y nuestra actitud hacia la comida debe ser lo más normal posible, no intentando hacer del niño lo que no es. Si aceptamos a nuestro hijo tal cual es, evitaremos muchos problemas.

Evidentemente si el niño tiene un peso bajo por un problema de salud, sí que debe tratarse.

Peketip 2
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El agua contaminada

Porqué las bebidas para niños perjudican su salud. El valor del agua. Las bebidas sustitutas del agua y sus problemas

Entre los elementos fundamentales para la vida humana el segundo de la lista por lo inmediato de su necesidad (el primero es el aire) sin duda es el agua.

Sin embargo los niños cada vez toman menos agua y más sustitutos de la misma.

Hay niños que nunca la toman. Y no es exagerar.

Los grupos de sustitutos más importantes son:

  • Derivados lácteos.
  • Zumos de fruta.
  • Bebidas para deportistas.
  • Refrescos con y sin gas.
  • Aguas con sabor, color y olor.

Todos ellos para tomar con el objetivo de calmar la sed y promocionados con los argumentos más variopintos.

Pero lo único que nuestro cuerpo necesita para quitarse la sed es agua.

Estos productos añaden a nuestro cuerpo al quitar la sed cantidades nada despreciables de azúcares, sales y aditivos químicos que no son ni mucho menos inocuos en las cantidades en que cada vez más personas los consumen.

El azúcar genera obesidad: Una bebida azucarada al día puede producir 7,5 kg de sobre-peso al año.

Y el consumo medio de este tipo de bebidas en España es de más de 300 ml al día en preescolares y más de 700 ml al día en escolares.

Hay quien no las prueba, luego hay niños que beben más de un litro al día, todos los días.

Las sales de las bebidas para deportistas están pensadas para reponer pérdidas de las mismas a través del sudor, y son adecuadas para ello.

Pero cuando las toma sistemáticamente alguien que no tiene esas pérdidas (no suda, que para eso está el aire acondicionado y haciendo deporte no le pillan) hace lo mismo que si añade más y más sal a la comida: Hipertensión.

Los aditivos químicos en niños predispuestos pueden inducir alergias, hiper actividad y trastornos con déficit de atención… entre otras muchas cosas.

Estamos pagando más por consumir agua contaminada.

Y es un negocio de muchos miles de millones de euros a nivel mundial.

Pero, ¿y lo buenas que están? No diremos que no saben hacer su trabajo.

Se amoldan perfectamente a los gustos de cada posible consumidor.

Siempre hay alguna bebida alternativa al agua para cualquiera.

Y si descubres un grupo para el que no la haya: Paténtala, que te haces de oro.

Cuando hablamos de productos dirigidos a niños el diseño que las industrias hacen se basa en lo siguiente:

  • Debe ser dulce. Son de hecho el primer componente de la dieta que yo suprimiría en un niño obeso.
  • Anuncios con personajes que despierten el interés de los niños y diseños atractivos para ellos según la edad a la que se dirigen.
  • Publicidad en la programación infantil.
  • Una campaña en la que destaquemos para los padres que aportamos algo “positivo” a la salud de sus hijos (defensas, huesos sanos, las vitaminas de la fruta que tu hijo jamás se comerá…). Da igual que sea mentira, basta con que parezca creíble y muchos padres tendrán la excusa para dárselo a sus hijos.

Es evidente que esto no son argumentos sobre nutrición, sino simplemente para vender más.

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Importancia de la alimentación en la salud

Descubre la importancia de lo que comen nuestros hijos en su salud.

Alimentarnos es la forma en que nuestro cuerpo coge de nuestro entorno aquello que necesita para construir, transformar y mantener su funcionamiento.

La frase “Somos lo que comemos”, lo expresa muy bien.

Todo nuestro cuerpo está formado de las sustancias que adquirimos por medio de lo que comemos.

Como en un edificio, se necesitan cantidades concretas de cada una de esas sustancias para que la construcción se realice de forma adecuada y para que funcione bien.

Por suerte la mayoría de los seres vivos han tenido que sobrevivir durante su evolución a situaciones mucho más adversas que las actuales, lo que ha hecho que dispongan de mecanismos para compensar cierto grado de carencia o exceso de algunas partes de nuestra alimentación.

Cuando aparecen los problemas de salud derivados de una mala alimentación, es porque la capacidad del organismo de adaptarse a una alimentación inadecuada se ha superado ampliamente.

Lo que nos lleva a dos conclusiones:

  1. No es necesario pesar de forma obsesiva los gramos que comemos al día de cada alimento, y no tiene sentido describir una dieta rígida, como la única que garantice la salud, porque nuestro cuerpo tiene una buena capacidad de adaptación, absorbiendo lo que necesita y desechando lo que no, hasta cierto grado.
  2. No hay que subestimar los problemas de salud que provienen de una dieta inadecuada, porque si el problema ha aparecido es porque la capacidad de nuestro cuerpo de adaptarse ha sido superada ampliamente. Luego nuestra dieta no es nada adecuada y si no la cambiamos, generará nuevos problemas con el tiempo.

Por otro lado, no todos los edificios son iguales.

Y del mismo modo tampoco lo son las personas.

Existen multitud de circunstancias que pueden modificar lo que será una alimentación sana para cada individuo.

Una de ellas es su genética.

Ejemplo:

Hay personas que padecen un exceso de colesterol que es hereditario, lo que modifica el tipo de alimentos que pueden consumir sin que aparezcan problemas de salud.

Otra de ellas es la intensidad y el tipo de actividad que realizamos.

Ejemplo:

Dos hermanos gemelos, con los mismos genes incluso, pueden realizar diferentes actividades al día que hagan totalmente diferentes sus necesidades alimenticias.

Si uno lleva una vida sedentaria y el otro es un nadador de élite, por hablar sólo de un aspecto como las calorías, el segundo puede consumir 5 veces más calorías que el primero.

Nuestro entorno.

Ejemplo: La humanidad se ha desarrollado en ambientes muy diferentes y ha sobrevivido en todos ellos, con dietas muy distintas.

Hasta la globalización, la dieta de las diferentes áreas geográficas era uno de sus principales rasgos diferenciales. Y las enfermedades que aparecían en cada cultura, relacionadas con sus carencias y excesos también.

La cultura en sí.

Ejemplo: Creencias religiosas o filosóficas, como no comer carne de cerdo o ser vegetariano, usar mantequilla o aceite de oliva, de girasol o de soja para cocinar, son cuestiones que se definen por factores meramente culturales.

Hay otros muchos factores que, como los descritos, influyen en distintas formas de dieta, que en su variedad pueden ser todas adecuadas para mantener un cuerpo sano.

No hay por tanto una dieta sana ideal para todo el mundo.